La aceleración de la inflación está “licuando” prestaciones sociales e inversiones. Pero no alcanza a compensar el fuerte crecimiento de los subsidios económicos y los intereses de deuda. Por estos dos componentes, el gasto público aumenta más que los ingresos, generando déficits que se financian con emisión monetaria potenciando a su vez la inflación. Con más inflación se retroalimenta este recesivo y regresivo esquema. Para generar alternativas superadoras es imprescindible apelar a menos demagogia y más profesionalismo en la gestión del Estado.
Informe Estudio de Opinión en Zapopan Jalisco - ABRIL
El gasto público crece al 48% anual
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17 de Agosto de 2014 – Número 561
EL GASTO PÚBLICO CRECE AL 48%
ANUAL
La aceleración de la inflación está “licuando” prestaciones sociales e inversiones.
Pero no alcanza a compensar el fuerte crecimiento de los subsidios económicos y
los intereses de deuda. Por estos dos componentes, el gasto público aumenta más
que los ingresos, generando déficits que se financian con emisión monetaria
potenciando a su vez la inflación. Con más inflación se retroalimenta este recesivo y
regresivo esquema. Para generar alternativas superadoras es imprescindible apelar
a menos demagogia y más profesionalismo en la gestión del Estado.
El INDEC informó que los precios en julio crecieron un 1,4% y que en los 7 meses que van
del año 2014 lo hicieron en un 16,7%. Esto implica que la inflación oficial medida por el
INDEC ascendería al 30% anual. Por su parte, el Congreso Nacional informó que las
consultoras privadas estiman el crecimiento de los precios en julio en un 2,5% y que en los
últimos 12 meses se acumularon aumentos del orden del 39% anual. Dependiendo de la
fuente, se puede estimar que la inflación se ubica entre el 30% y el 40% anual. Es la mayor
de la década y una de las más altas del mundo.
La aceleración de la inflación tiene fuertes impactos sobre las finanzas públicas. Por un lado,
induce crecimientos nominales en los ingresos; algunos potenciados por decisiones del
gobierno, como por ejemplo la no actualización de los parámetros que se utilizan para la
determinación del impuesto a las ganancias. Por el otro, también se generan importantes
crecimientos nominales de gasto público.
Comparando datos del Ministerio de Economía del primer semestre del año 2014 con igual
período del año anterior, surge que el gasto público crece al 48% anual mientras que los
ingresos a razón de un 44% anual. Esta diferencia produjo una más que duplicación del
déficit fiscal. Otro dato relevante que surge de la información publicada por el Ministerio de
Economía, complementado esta vez con datos de la ASAP, es que las variaciones son muy
diferentes según componentes del gasto. En este sentido, se observa que:
• El gasto en jubilaciones creció un 32% y la inversión pública un 37%.
• El gasto en salarios de los empleados públicos creció un 41%.
• El gasto en subsidios económicos creció 78% y los intereses de deuda un 113%.
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Estos datos oficiales muestran que la aceleración de la inflación impone dinámicas
diferentes a la composición del gasto público. Por un lado, el crecimiento de los precios
“licua” prestaciones sociales e inversión pública. Por el otro, la inflación está causando un
fuerte crecimiento, incluso por encima del aumento de los precios, de las transferencias a
empresas proveedoras de servicios públicos, a las empresas estatales deficitarias y al pago
de los intereses de deuda pública.
Un rasgo de esta dinámica fiscal es que se retroalimenta. En la medida que el gasto
público crece más que los ingresos públicos fatalmente se genera más emisión monetaria
que rápidamente potencia la inflación. Si bien el aumento de precios permite “licuar” algunos
gastos (especialmente jubilaciones y demás prestaciones sociales), no llega a compensar el
incremento en subsidios económicos e intereses de deuda. Los datos del primer semestre
del año 2014 son muy ilustrativos. Mientras que la masa de jubilaciones creció un 32%
(sufriendo una pérdida respecto a la inflación), los subsidios a la energía eléctrica crecieron
un 124%, al gas un 122%, los intereses en pesos un 107% y en dólares un 122%.
El otro rasgo notable es que la política fiscal termina siendo recesiva y regresiva. La
producción se contrae por una presión impositiva asfixiante, trabas a las importaciones de
insumos y bienes de capital, desaliento a las exportaciones, falta de infraestructura y malos
servicios públicos. Esto genera caídas de empleos formales cuyos costos sociales se
potencian debido a que el sector público sólo atina a moderar el crecimiento nominal del
gasto en aquellos componentes asociados a la protección social.
Este perverso esquema fiscal, que opera como una máquina inflacionaria con altos
costos sociales y productivos, se construyó a partir de la acumulación de errores.
Entre los más relevantes se cuentan las moratorias previsionales, la expansión irresponsable
del empleo público, el manejo poco profesional de la deuda pública, las estatizaciones y la
regulación de tarifas para los servicios públicos en niveles no sostenibles. Para desactivarlo,
es necesario recorrer el camino inverso. Proceso que requiere menos oportunismo y
demagogia, y más profesionalismo en la gestión del Estado. En otras palabras, resulta
imprescindible un replanteo profundo en la organización del sector público.
Principales determinantes del crecimiento del gasto público nacional
(Variaciones porcentuales entre los 1° semestres de los años 2013 y 2014)
Las fuentes y los
datos en formato
Excel utilizados en
este informe pueden
ser solicitados a
info@idesa.org
113%
32%
37%41%
78%
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
110%
120%
130%
Pago de
intereses
Subsidios
económicos
Empleo
público
Inversión
pública
Jubilaciones
Inflación
oficial
Inflación
privados
Fuente: IDESA en
base a Ministerio de
Economía y ASAP