Este cuento está inspirado en el caso de una joven mesera que devengaba menos de un salario mínimo, quien fue convencida por un asesor financiero, para que adquiriera una tarjeta de crédito a sabiendas que su capacidad de pago era precaria.
La ventaja de la joven era su sentido de responsabilidad, ya que anteriormente había tenido algunos créditos pequeños, los cuáles había pagado con absoluta puntualidad, por lo que su historial financiero era bueno llamando la atención de los encargados de ofrecer servicios bancarios para incluirla entre sus clientes.
El factor motivacional para convencer a la joven, consistió en afirmar que no se cobraba por la utilización del producto.
Sin embargo, en un comienzo ella descartó de plano el ofrecimiento, pero el funcionario siguió insistiendo una y otra vez, hasta que por fin logró su objetivo y la muchacha adquirió el producto financiero.
Desafortunadamente un día cualquiera, se presentó una pandemia, las empresas cerraros y personas tuvieron que aislarse para evitar los contagios.
La actividad que realizaba se vio afectada directamente haciendo que perdiera su trabajo, porque la reactivación económica fue paulatina después de que desapareció el virus.
No pudo seguir cubriendo las obligaciones familiares, financieras y personales cayendo en un estado de depresión por las deudas contraídas que la agobiaban.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento, basado en una historia de la vida real.
Doctrina y Filosofía contable - Epistemología contable, fundamentos, conceptu...
MEZQUINDAD FINANCIERA
1. David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende por
una economía «más humana, más igualitaria, capaz de contribuir a
mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010 algunas de sus
publicaciones fueron traducidas a varios idiomas. Una de las más
destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y por «su
sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento comprometido
con los problemas de la cotidianidad».
Así como en el desarrollo de políticas dirigidas a la
formación académica, las Universidades tienen el
compromiso de centrar su atención en los estudiantes
como los ejes transformadores de la sociedad, de igual
manera por ser éstos los protagonistas principales tienen
la responsabilidad y el reto de aportar herramientas que
les permitan interactuar armónicamente con las
instituciones educativas.
Es por ello que desde las aulas de clase se debe gestar la
investigación dirigida hacia la construcción de valores
fundamentales que tengan como resultado la formación
de profesionales íntegros. Por tal razón este Código de
Ética va dirigido a los estudiantes de educación superior,
su finalidad es contribuir a la orientación de los
comportamientos individuales y colectivos, enfatizar en
los derechos, el cumplimiento de los deberes
procurando entregar un contenido crítico que permita
adoptar posiciones que impulsen la toma de decisiones
que beneficien al grueso de la población estudiantil.
David Francisco Camargo Hernández. Nacionalidad Colombiano.
Escritor, humanista y economista con especialización, maestría y
doctorado. Artista plástico. Inventor. Guionista. Becario de
universidades europeas. Director Fundación Sueños de Escritor y
ediciones Dafra. Premios literarios y académicos en los años 2001-
2005-2008-2010-2016-2017 en eventos internacionales. Profesor de
posgrado. Investigador CVLAC Colciencias. Conferencista
internacional basando los temas en sus propios libros. Propende
por una economía «más humana, más igualitaria, capaz de
contribuir a mejorar la calidad de vida de la comunidad». En 2010
algunas de sus publicaciones fueron traducidas a varios idiomas.
Una de las más destacadas se titula: “cómo regionalizar el país”. Y
por «su sobresaliente trayectoria literaria y pensamiento
comprometido con los problemas de la cotidianidad».
Este cuento está inspirado en el caso de una joven mesera que devengaba
menos de un salario mínimo, quien fue convencida por un asesor financiero,
para que adquiriera una tarjeta de crédito a sabiendas que su capacidad de
pago era precaria.
La ventaja de la joven era su sentido de responsabilidad, ya que
anteriormente había tenido algunos créditos pequeños, los cuáles había
pagado con absoluta puntualidad, por lo que su historial financiero era bueno
llamando la atención de los encargados de ofrecer servicios bancarios para
incluirla entre sus clientes.
El factor motivacional para convencer a la joven, consistió en afirmar que no
se cobraba por la utilización del producto.
Sin embargo, en un comienzo ella descartó de plano el ofrecimiento, pero el
funcionario siguió insistiendo una y otra vez, hasta que por fin logró su
objetivo y la muchacha adquirió el producto financiero.
Desafortunadamente un día cualquiera, se presentó una pandemia, las
empresas cerraros y personas tuvieron que aislarse para evitar los contagios.
La actividad que realizaba se vio afectada directamente haciendo que
perdiera su trabajo, porque la reactivación económica fue paulatina después
de que desapareció el virus.
No pudo seguir cubriendo las obligaciones familiares, financieras y personales
cayendo en un estado de depresión por las deudas contraídas que la
agobiaban.
Así comienza este cuento que no es cuento y por eso lo cuento, basado en
una historia de la vida real.