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DISTIMIA
La distimia, llamada también trastorno distímico y trastornodepresivo persistente, es
un trastorno del estado de ánimo con características similares pero menos severas que
las del trastorno depresivo mayor.
Síntomas de distimia
La persona con distimia, en los episodios de mayor afectación, normalmente pierde el
interés por las actividades de su vida cotidiana. Se suele sentir desesperanzada,
improductiva y con baja autoestima. Son sentimientos que duran años y pueden afectar
a las relaciones sociales, al trabajo y las actividades cotidianas.
Asimismo, la persona no se siente optimista incluso en momentos de felicidad, lo que
hace que lagente le considere como pesimistao negativo y que se queja todo el tiempo.
Por lo tanto, los síntomas más comunes son:
Falta de interés en sus quehaceres diarios
Tristeza y sensación de vacío
Desesperanza
Falta de energía o cansancio excesivo
Baja autoestima
Dificultad para concentrarse
Fácil irritabilidad
Disminución de la eficacia, productividad y actividad
Aislamiento o evitación de las actividades sociales
Sentimiento de culpa y preocupación excesiva por hechos del pasado
Falta de hambre o, por el contrario, comer demasiado
Insomnio
ANSIEDAD GENERALIZADA
Lo que define a la ansiedad generalizada es la preocupación, la preocupación excesiva.
Todo el mundo se preocupa por razones muy parecidas: la salud de los seres queridos,
el trabajo, las finanzas, la propia salud o la relación con los demás. En la ansiedad
generalizada estas preocupaciones cotidianas se desorbitan.
1. Los pensamientos.
Las personas con ansiedad generalizada describen su problema como que no
pueden dejar de preocuparse, no puede parar sus pensamientos sobre que las
cosas puedan ir mal. Preocupaciones sobre la salud de sus hijos, sobre su
seguridad, sobre la seguridad de otras personas queridas, sobre el trabajo, sobre
su economía, o sobre cualquier otro tema que pueda resultar perturbador.
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Cada vez que aparece una preocupación, la persona busca mentalmente una
solución. Pero la solución a su vez provoca una nueva preocupación que se
intenta neutralizar con otra solución. Y así entra en un proceso rumiativo que
parece no tener fin, es el reino de los pensamientos ¿Y si…?
Para complicar todavía más la situación, aparece otra clase de pensamientos: las
preocupaciones sobre las preocupaciones. Se trata de creencias acerca de que
preocuparse, en realidad, es bueno. Sería algo así como creer que la
preocupación es un modo de afrontamiento de posibles problemas, como de ir
un paso por delante. Predecir la aparición de futuros problemas y tener ya
preparado un plan para abordarlos. Esta manera de conceptualizar la
preocupación, seaprende durante lainfanciay es muy probable que la influencia
de los padres sea determinante en su adquisición.
2. La reacción física.
La ansiedad, entendida en este punto como reacción fisiológica, suele ser
moderada pero continua. Muchos sufridores se quejan con expresiones como
“no sé relajarme, nunca estoy tranquilo, o no puedo desconectar”. Las
alteraciones del sueño son muy corrientes. Meterse en la cama y tardar mucho
tiempo en dormirse o tener un sueño ligero, poco reparador y con muchos
despertares a lo largo de la noche. El dolor de cabeza y de espalda como
resultado de la tensión muscular sostenida también es una sensación habitual.
O notar molestias en el aparato digestivo como boca seca, poco apetito o
problemas intestinales. Por otra parte, en momentos puntuales, la ansiedad
puede subir mas y volverse intensa: taquicardia, ahogo, temblores o piernas
débiles. Una vez más, en un formato u otro, la vieja y eficaz respuesta de
ansiedad hace muy bien su trabajo, mantenernos alerta ante posibles peligros.
3. La reacción estratégica.
Cuando alguien tiene como a su peor enemigo su propia mente que le
bombardea con pensamientos catastróficos sobre diferentes desgracias, ha de
buscar soluciones, cuantas más mejor. La más habitual y que define al trastorno
de ansiedad generalizadaes el pensamiento neutralizador. Cadavez que aparece
un pensamiento de preocupación, la persona lo bloquea con un pensamiento en
formato de solución. Por ejemplo:
Preocupación: “este mes no vamos a poder pagar la hipoteca”
Pensamiento neutralizador: “bueno, no pasa nada, pediré un préstamo”.
Esta constante lucha mental provoca que la ansiedad ascienda y descienda. Los
pensamientos catastróficos la elevan y los neutralizadores la reducen. Pero este
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alivio ni es completo ni duradero. Porque al instante la solución genera otro
problema: pues pediré un préstamo rápido…los intereses de estos préstamos
son muy altos, no podremos hacerle frente…pues le pediré un préstamo a mi
hermano…vale, pero si no se lo puedo pagar pronto, mi cuñada se enfadará
mucho…etc.
Este proceso tan genuino de la ansiedad generalizada es la razón por la que
algunos estudiosos del área la han definido como un proceso descontrolado de
solución de problemas. La persona constantemente estaría anticipando
problemas sin desearlo y, a su vez, los atajaría voluntariamente, intentando
resolverlos a la búsqueda de la solución definitiva que, nunca llegaría.