El documento compara el Renacimiento, el Gótico y el Barroco en términos de sus características arquitectónicas. El Renacimiento se caracterizó por la recuperación de los elementos clásicos y proporcionar los edificios a las proporciones del cuerpo humano. El Gótico desarrolló un sistema de contrafuertes y arbotantes para soportar los arcos ojivales. El Barroco se distinguió por las líneas curvas, la abundante decoración y el uso de materiales ricos.