1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD FERMIN TORO
ESCUELA DE DERECHO
Cátedra: Economía política y social
Sección: “B”
Participantes:
Javier Rosendo 29.976.662
El pleno empleo
2. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) entiende el “pleno empleo”
como el “escenario donde a) hay trabajo para todas las personas que quieren
trabajar y están en busca de él; b) tal empleo es tan productivo cómo es posible; y
c) los individuos tienen la libertad de elegir el empleo. Las situaciones que no
satisfagan el punto a) son consideradas como desempleo, las que no satisfagan b)
y c) se refieren a subempleo.
Existen dos tipos de empleo: formal e informal. El empleo formal incluye a los
trabajadores que tienen una relación laboral reconocida y que hacen cumplir sus
derechos laborales (tales como seguridad social, beneficios no salariales de
liquidación o finiquito al término de la relación de trabajo). A la inversa, el empleo
informal engloba a los trabajadores que, aunque reciben un pago por su trabajo,
no tienen una relación laboral reconocida y no pueden hacer cumplir sus derechos
laborales.”
También puede definirse como la situación del mercado de trabajo en la que oferta
y demanda coinciden, de manera que todos aquellos agentes económicos que
desean trabajar al precio de mercado (salario) encuentran un puesto de trabajo. El
pleno empleo no supone la inexistencia de personas desempleadas; siempre
existirá un pequeño nivel de desempleo derivado de las personas que están
cambiando de puesto de trabajo (paro friccional), o del propio proceso de ajuste
del mercado laboral (desempleo estructural). Es la denominada tasa natural de
desempleo o NAIURU. En esta situación, aunque existe un cierto nivel de
desempleo, se considera que el factor trabajo se encuentra plenamente ocupado.
Esta variación de la rigidez de la teoría, se debe a que en ciertos momentos existe
un proceso de cambio de un trabajo a otro, lo que se conoce como desempleo
friccional o temporario. Asimismo, existen personas que no desean encontrar un
trabajo en determinado momento. En consecuencia, es difícil encontrar el punto
exacto en el que todos trabajen. En otras palabras, la teoría del “pleno empleo” no
se propone acabar por completo con el paro forzoso, sino reducir sus dimensiones
hasta el punto de “aceptable”.
3. Según la economía de mercado perfecta, la situación de pleno empleo se debe
alcanzar automáticamente. Simplemente, basándose en la Ley de Say, al
momento de haber desocupación los salarios deberían bajar y, a consecuencia,
las empresas tenderían a usar intensivamente el factor trabajo, aumentando la
demanda del mismo. Sin embargo, esta teoría lleva a cuestas un grave problema,
el cual radica en la inflación para lograr el crecimiento del empleo, lo que hace que
los salarios desciendan a medida que se incrementa la fuerza de trabajo
disponible.
Para John Maynard Keynes “el pleno empleo era una condición necesaria para
un verdadero equilibrio económico. Para Keynes el pleno empleo garantizaría un
aprovechamiento eficiente de los recursos humanos, productivos y de inversión;
permite aprovechar de manera eficiente los recursos y mantiene alejada la chance
de que se produzca una crisis. Por eso, para el keynesianismo, el Estado tiene
actuar en el mercado para fomentar el pleno empleo.”
Las políticas liberales, en cambio, sostienen que el pleno empleo tiene que
alcanzarse de manera natural, a partir del juego entre la oferta y la demanda de
trabajo. El desempleo, por lo tanto, es útil para reducir el valor del salario y
fomentar la creación de nuevos puestos (más baratos para las empresas).
No hay que pasar por alto la existencia de lo que se ha dado en llamar Trabajo
Garantizado (TG). Este es un término que se utiliza para definir a una propuesta
de tipo político-económico que se plantea como una solución clara del desempleo.
En concreto, por lo que apuesta es por conseguir el citado pleno empleo y también
la estabilidad de precios. Y es ahí donde juega un papel fundamental el Estado, ya
que ejerce el papel de lo que se ha dado en llamar “empleador de última
instancia”.
Independientemente del pensamiento que tenga cada corriente o individuo, es
innegable que el pleno empleo debe ser uno de los objetivos principales para cada
país. El trabajo, en muchos lugares, se considera como un “derecho” que tienen
4. todos sus habitantes, por lo que la consecución de este objetivo es fundamental
para el bienestar social y económico.
Pese a la imposibilidad de llevar el concepto literalmente a la práctica, y aún con la
existencia del desempleo friccional, el pleno empleo debería ser uno de los
objetivos fundamentales a conseguir por todas las naciones, ya que, de hacerlo,
su economía se encontraría en perfecto equilibrio y la sociedad se desarrollaría a
un nivel mucho mayor.
Desde el primer tratado de economía escrito por Adam Smith en 1776, el
mercado del trabajo se considera igual que el mercado de los tomates: a mayor
demanda, mayor precio. Smith esboza el problema del empleo en el contexto de
su teoría del salario. Para Adam Smith existe una estrecha relación entre la
variación del salario y el empleo, lo que puede sintetizarse en las siguientes
afirmaciones:
“Los salarios varían en proporción inversa a lo agradable del trabajo. (Es decir,
mientras más desagradable un trabajo, mejor salario, y viceversa), en proporción
directa al costo de su aprendizaje. (Mientras más costoso en tiempo y estudio,
tiene mejor salario, por ejemplo: un médico), y en proporción inversa a la
continuidad del empleo (ningún otro trabajo es más fácil de aprender que el del
albañil). Su compensación la eventualidad del empleo.”