4. DEFINICIÓN
La inteligencia
emocional es la
capacidad para
reconocer los
sentimientos propios y
los de los demás,
motivarnos a nosotros
mismos, para manejar
acertadamente las
emociones, tanto en
nosotros mismos
como en nuestras
relaciones humanas
(Daniel Goleman).
5. Es la capacidad de sentir,
entender y aplicar
eficazmente el poder y la
agudeza de las emociones
como fuente de energía
humana, información,
conexión e influencia.
(Robert K. Cooper).
Es un subconjunto de la
inteligencia social que
comprende la capacidad
de controlar los
sentimientos y
emociones propios, así
como los de los demás,
de discriminar entre ellos
y utilizar esta información
para guiar nuestro
pensamiento y nuestras
acciones (Peter Salovey,
Marc A. Brackett y Jhon
D. Mayer).
Otras definiciones
7. Autoconocimiento emocional
•Se refiere al conocimiento de nuestros
propios sentimientos y emociones y
cómo nos influyen. Es importante
reconocer la manera en que nuestro
estado anímico afecta a nuestro
comportamiento, cuáles son nuestras
capacidades y cuales son nuestros
puntos débiles.
8. AUTOCONTROL EMOCIONAL
•Nos permite reflexionar y dominar nuestros
sentimientos o emociones, para no dejarnos llevar
por ellos ciegamente.
•Consiste en sabes detectar las dinámicas
emocionales, saber cuáles son efímeras y cuáles
son duraderas, así como ser conscientes de qué
aspectos de una emoción podemos aprovechar y
de qué manera podemos relacionarnos con el
entorno para restarle poder a otra que nos daña
más de lo que nos beneficia.
9. AUTOMOTIVACIÓN
- Enfocar las emociones hacia objetivos y metas nos permite mantener la motivación y
establecer nuestra atención en las metas en vez de en los obstáculos.
- En este factor es imprescindible cierto grado de optimismo e iniciativa, de modo que
tenemos que valorar el ser proactivos y actuar con tesón y de forma positiva ante los
imprevistos.
10. RECONOCIMIENTO
DE EMOCIONES EN
LOS DEMÁS
•Las relaciones interpersonales se fundamentan en
la correcta interpretación de las señales que los
demás expresan de forma inconsciente, y que a
menudo emiten de forma no verbal.
•La detección de estas emociones ajenas y sus
sentimientos que pueden expresar mediante signos
no estrictamente lingüísticos (un gesto, una
reacción fisiológica, un tic) nos puede ayudar a
establecer vínculos más estrechos y duraderos con
las personas con que nos relacionamos.
11. Empleados con IE, los más demandados
Cabe resaltar que en el
proceso de selección de
personal de las empresas
la tendencia va enfocada
a poner al candidato en
situaciones de fuerte
estrés o incomodidad
para así poder examinar
su reacción y su
capacidad para lidiar con
sus emociones.
El psicólogo de las
organizaciones Jonathan
García Allen explica: “La
época en que los procesos de
selección de personal se
basaban en la experiencia
laboral y los conocimientos
técnicos terminó.
Actualmente el método ha
evolucionado y los aspectos
relacionados con la
Inteligencia Emocional, como
las habilidades
interpersonales y la gestión
de las emociones, han
cobrado un protagonismo
clave.
De ahí se desprende, según
señala García Allen, que los
empleados con alta
Inteligencia Emocional
resulten muchos más
productivos para las
corporaciones, ya que tienen
la capacidad de evitar
conflictos y de comunicarse
adecuadamente con el resto
de miembros del equipo.
12. RELACIONES
INTERPERSONALES
Una buena relación con los demás es una fuente
imprescindible para nuestra felicidad personal e incluso. En
muchos casos, para un buen desempeño laboral. Y esto
pasa por saber tratar y comunicarse con aquellas personas
que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con
personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones; una
de las claves de la inteligencia emocional.
13. Las personas que tienen alta inteligencia emocional destacan por su:
Capacidad de escucha
Empatía
Capacidad de comunicación
Adaptabilidad
Creatividad ante los obstáculos
Capacidad de control de sí mismo
Confianza en si mismo
15. ¿Por qué es importante la inteligencia emocional?
La inteligencia emocional es un factor
determinante para el éxito ya que se debe
en un 23% a nuestras capacidades
intelectuales y en un 77% nuestras aptitudes
emocionales.
La inteligencia emocional es un factor
determinante para el “éxito” y en
consecuencia expresar emociones, controlar
las respuestas y saber qué sienten los
demás, son aspectos fundamentales para
lograr nuestros objetivos con buen
rendimiento en el terreno tanto personal
como social.
16. ¿Por qué las empresas necesitan este tipo de inteligencia?
Hoy en día son muchas las corporaciones que invierten
grandes sumas de dinero en formar a sus empleados en
Inteligencia Emocional. La razón de esta apuesta estriba en
que las empresas se han dado cuenta de que una de las claves
del éxito comercial y de la venta de sus productos radica en el
grado en que sus trabajadores son capaces de reconocer y
controlar sus emociones, así como las de sus clientes.
Es casi impensable concebir un comercial de ventas que
carezca de habilidades en el trato con los clientes, un
empresario sin motivación para la dirección de su compañía o
un negociador que no sea capaz de controlar sus impulsos y
emociones. Todo el conocimiento técnico basado en la mejor
relación entre estudios académicos y experiencia no será
ninguna garantía para estas personas, porque tarde o
temprano malograrán operaciones económicas por un
deficiente conocimiento de sus emociones.
17. 10 Hábitos de las personas con alta inteligencia emocional
Prestar
atención a
tus
sentimiento
s
Comunicar
tus
emociones
Enfocarse
en lo
positivo
Establecer
limites
Vivir en el
presente,
dejando el
pasado
atrás y
viendo con
esperanza
al futuro
Vivir
alocadament
e
Darle
prioridad a
los
sentimiento
s
Dejar de
criticar,
etiquetar y
juzgar a
otros
Auto-
Regularse
Practicar la
empatía
18. Hábito #1: Prestar atención a tus sentimientos
Se nos ha enseñado que no debemos prestar
tanta atención a nosotros mismos, como a los
demás. Esto hace que nos olvidemos de
analizarnos, e incluso de llevar registros sobre lo
que hacemos, sentimos y experimentamos.
Es muy poco común que sepas que alguien lleva
un diario. Y aunque no es necesario que realices
un diario donde escribas todo lo que haces día a
día, puedes tener uno sobre tus sentimientos y
emociones.
El sólo prestarle atención a este aspecto de tu
vida, te dará ideas que rápidamente puedes
implementar para potenciar tu desarrollo
emocional.
19. Hábito #2: Comunicar tus emociones
Recuerda que llegar a controlar tus emociones no
implica esconderlas o sofocarlas. Por el contrario,
implica lograr que no se generen en principio, por lo
tanto de nada sirve que si se dan, hagas lo posible e
imposible porque nadie se de cuenta.
Así que la conclusión es una sola: Si vale la pena,
comunicarle a otros cómo te sientes. Si alguien te
dice algo y te sientes mal, probablemente ni lo
sepa. ¡Díselo!.
20. Hábito #3: Enfocarse en lo positivo
Las personas más positivas tienden a tener
mayor inteligencia emocional. Y no es para
menos, el mundo está lleno de cosas buenas y
de personas buenas.
De todas las cosas buenas que pasan, de toda la
gente buena que hay, y de las miles de obras
buenas que ocurren a diario, sólo algunas
decenas de situaciones son realmente
negativas.
El negativismo es una de las cosas que más
acaba con tu inteligencia emocional, te hacer
sentir deprimido sin saber por qué y te impide
soñar y tener objetivos y metas ambiciosas que,
por cierto, puedes lograr perfectamente si te
esfuerzas un poco.
21. Hábito #4: Establecer límites
Una de las causas principales de que nuestras
emociones no se encuentren en su estado más
optimo, es que otras personas tienen demasiado
control sobre nuestra vida.
Le damos control total a otros, para que decidan
sobre nuestras vidas, nuestro tiempo y nuestra
felicidad (o la falta de ella).
Una persona emocionalmente inteligente sabe
que tiene que haber limites y que la influencia
principal de tu vida, debes ser tú mismo.
22. Hábito #5: Vivir en el presente, dejando el pasado
Atrás y viviendo con esperanza al futuro
El pasado es un recuerdo, y el futuro es una idea.
Lo único que realmente tenemos es el presente.
Respecto a lo que ya vivimos poco podemos
hacer.
Vivir en el pasado genera depresión.
Similarmente, el futuro, sobre todo enfocados en
la parte negativa, genera estrés y ansiedad.
Por lo tanto, lo único que nos puede beneficiar
es un presente bien vivido. Un presente en el que
demos lo mejor de nosotros mismo y nos
perdonemos por nuestras fallas del pasado, así
como nos comprometamos con lo que queremos
lograr al conquistar nuevos horizontes.
23. Hábito #6: Vivir alocadamente
Los juegos, loa hobbies, los gustos, los
pasatiempos, son parte de un equilibrio natural
que todas las personas necesitamos.
Es posible evitar todo esto, pero no es posible
impedir sentirnos mal por ello. No importa la
edad, siempre necesitaremos con cierta
frecuencia permitirnos vivir momentos de
alegría.
No importa si somos un poco locos, si bailamos
en la ducha, si enloquecemos de euforia o si
hacemos cosas que otros consideren
“inapropiadas” siempre y cuando estemos
alimentando nuestro espíritu de niños.
24. Hábito #7: Darle prioridad a los sentimientos
Muchas veces pensamos que las mejores
decisiones en nuestra vida son las que tomamos
pensando en factores como las finanzas, la
aprobación social, etc.
Tus sentimientos son importantes y dejarlos de
lado no es de personas inteligentes
emocionalmente. Dales la prioridad que
merecen.
25. Hábito #8: Dejar de criticar, etiquetar y juzgar a otros
Lo creas o no, cuando señalas a otras personas,
demuestras tu propia debilidad.
Cuando somos mejores, o sabemos que
hacemos las cosas bien, no tenemos la
necesidad de pensar en cuán mal están los
demás.
Es soló cuando sentimos un temor irracional a
no ser tan buenos como otros, que llegamos al
punto de la critica destructiva.
Independientemente de lo que hagan o dejen de
hacer otras personas, e incluso de lo que sean o
realmente logren, no es tu responsabilidad ni
deber juzgarlos.
26. Hábito #9: Auto-Regularse
La auto-regulación es simplemente la habilidad
de impedir que tu “caballo interno” se
desbloque.
Por ejemplo, si sufres de diabetes y sabes que
comer ciertas cosas puede afectar a tu salud
gravemente, auto-regularse implicaría no
comerlas, por más fuerte que sea el deseo.
Al principio hay que poner cierta fuerza de
voluntad y esfuerzo, pero luego es justamente, lo
que es esto: Un hábito.
Empieza pequeño, por regularte en cosas
simples y luego ve escalando poco a poco según
consideres adecuado, pero no te detengas en tu
proceso de desarrollar tu habilidad de auto-
regulación.
27. Hábito #10: Practicar la empatía
La empatía es saber “ponerse en los zapatos del
otro”. En otras palabras, comprender lo que las
otras personas están viviendo y cómo podrían
estarse sintiendo.
Muchas veces hablamos, decidimos y actuamos
sin pensar en los demás. Y sin considerar cómo
ciertas cosas que parecen irrelevantes pueden
afectar a los demás.
Cuando eres consciente de cómo se sienten las
personas que te rodean, inmediatamente te
conviertes en una persona más madura y más
capaz de autocontrolarse, ya que empiezas a
entender mejor la psicología humana.