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22/05/2018 1
FACULTAD: CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN
PROGRAMA: LICENCIATURA EN EDUCACIÓN RELIGIOSA
PERÍODO: 2018-1
Nombre de la asignatura: Desarrollo Moral
Nombre del docente: P. Jorge Luis Toro Rivas
Intensidad horaria: 80 horas
Presencial: 16 horas
Dedicación por parte del estudiante: 64 horas
Créditos: 2
Fase de formación: Disciplinar
Semestre: VII
Área académica - Humanística
Profesor: P. Jorge Luis Toro R.
Lic. Teología Moral, Bioética y Educación religiosa
22/05/2018 3
CAPÍTULO V
LA CONCIENCIA
22/05/2018
4
INTRODUCCIÓN
Dios llama al hombre a realizarse
como persona, como sujeto
moral, y a alcanzar de ese
modo su propia salvación eterna.
Pero no sólo lo hace a través de
medios extraordinarios, ni
solamente llama a su pueblo
escogido. Dios llama a cada
hombre, y lo hace ante todo a
través de su misma realidad
como persona, creada por Él.
Y específicamente, a través de
su conciencia.
22/05/2018 5
La Conciencia: tema central de la moral
•Vamos a estudiar la conciencia
como un “instrumento” puesto por
el Creador en todo ser humano, a
través del cual le llama a ser lo que
debe ser, actuando como debe
actuar.
•Aclararemos en primer lugar el
concepto de conciencia, primero a
partir del lenguaje popular y luego
considerando el origen etimológico
del término.
22/05/2018 6
Comprenderemos así que la
conciencia es un “saber”
relacionado con el bien o el mal
moral; un saber habitual o un saber
actual. Luego profundizaremos en
la realidad moral de la conciencia
en cuanto instrumento de la
llamada moral de Dios a todo
hombre. Y veremos que la dignidad
de quien desea actuar según su
conciencia pasa por el deseo
sincero de escuchar y obedecer a
la voz de Dios que le habla en ella.
22/05/2018 7
En tercer lugar habrá que
distinguir los diversos tipos de
conciencia y los diferentes
estados en que se puede hallar.
Finalmente analizaremos cuáles
son las diversas “exigencias”
morales para el sujeto según el
estado de su conciencia,
especialmente cuando su
conciencia es errónea o se
encuentra en estado de duda.
22/05/2018 8
1- El concepto de “conciencia”
Análisis del lenguaje común: La “conciencia”
Es una verdadera protagonista en la cultura
y en la sociedad actual. Continuamente se
hace referencia a ella de distintas formas y
en ambientes muy diversos; con significados
también discordantes. Esquematizando la
complejidad de las diversas visiones de la
conciencia que pululan entre la gente,
podríamos identificar dos sentidos
antagónicos: La conciencia como “árbitro”
y como “arbitrio”.
22/05/2018 9
La conciencia como árbitro.
•Un niño de unos 12 años
intuía la conciencia como
una “campanita” que suena
dentro, cuando uno se pasa
una determinada línea.
•Todos los chicos del grupo
asintieron.
22/05/2018 10
La conciencia es un “ojo” que ve
siempre lo que haces, vayas donde
vayas; o una “voz” que te indica de
vez en cuando lo que debes hacer o
dejar de hacer (“la voz de la
conciencia”).
Hay muchas expresiones populares que van en el mismo sentido:
22/05/2018 11
•o bien, un “gusano” que te remuerde
dentro cuando has hecho algo malo;
un “juez”, un “testigo”, un
“apuntador” como los del teatro, que
te “sopla” lo que tienes que hacer...
Hay en todas esas expresiones una comprensión de la conciencia
como algo que tiene que ver con el juicio sobre el bien o el mal
de nuestros actos; algo que en su juicio no depende totalmente
de nuestro querer.
22/05/2018 12
Ese algo suena, ve, habla, remuerde, juzga,
atestigua o dicta, de algún modo
independientemente de nuestros deseos,
planes, intereses, gustos y decisiones.
Si dependiera totalmente de nuestro querer,
las cosas serían mucho más sencillas: sería
bueno todo lo que quisiéramos que fuera
bueno, todo lo que nos gustara o interesara...
y ¡se acabaron los “problemas de
conciencia”! Pero no, la conciencia no se
doblega fácilmente a nuestro propio yo.
Se tiene la impresión de que se trata de un
“árbitro” moral, diverso de nosotros mismos.
22/05/2018 13
La conciencia como arbitrio.
No es raro oír, una frase de este tipo:
“Digan lo que digan, yo hago lo que me
dice mi conciencia”; o bien: “hizo bien,
porque actuó en conciencia”. Ese “hago
lo que me diga mi conciencia” podría a
veces traducirse como “hago lo que me
dé la gana”.
22/05/2018 14
•Se debe efectivamente hacer lo que
dice la conciencia; pero muchas
veces esa expresión indica una
actitud que parte de una visión de
la conciencia personal como
instancia decisional, más que como
juez del bien o del mal.
•Haga yo lo que haga, está bien si lo
hago en conciencia, es decir,
coherentemente con mi propio
modo de pensar.
• Aquí la conciencia no es “árbitro”
sino “libre arbitrio”.
22/05/2018 15
•En las dos acepciones
presentadas hay algo de
correcto y algo de equivocado.
•La conciencia es árbitro, pero
no ajeno, externo al sujeto
mismo; y se debe seguir la
propia conciencia, pero no
como si el bien o el mal
dependieran de la propia
decisión.
•El análisis etimológico del
término mismo nos ayudará a
comprender mejor el concepto.
22/05/2018 16
La conciencia como “saber moral”:
La palabra “conciencia” proviene del
latín “conscientia”, palabra compuesta
de “cum” y “scientia”: significa, en
primera estancia, “saber con”; Un
saber o conocimiento común a varias
personas, confidencia o complicidad.
22/05/2018 17
•Es exactamente el mismo
significado del vocablo griego
referido a la conciencia: συνείδησις
proveniente de suneidesis es decir,
saber con otro, confidencia o
complicidad, o sea, que significa
uno conociendo con y el testimonio
dado de la propia conducta por la
conciencia.
•Por lo tanto, la conciencia es un
saber, y no un querer o decidir.
Tiene que ver con el intelecto de la
persona, no con su voluntad.
22/05/2018 18
Se distinguen dos tipos de conciencia:
•La conciencia psicológica,
que es el saber en cuanto
presencia de la realidad en
el sujeto, y
•La conciencia moral, en
cuanto conocimiento del
bien/mal moral implicado en
una determinada acción
humana.
22/05/2018 19
•Algunos idiomas tienen palabras
propias para cada uno de esos dos
tipos de ese saber.
•En castellano existe la palabra
“consciencia” para designar
propiamente la realidad psicológica:
soy consciente de que estoy
escribiendo estas notas (aunque se
puede decir también que “tengo
conciencia” de ello).
• En cambio cuando se trata del saber
moral se usa sólo el término
conciencia.
22/05/2018 20
c) Conciencia habitual y actual:
Nos interesa aquí la conciencia en cuanto saber
moral, es decir, en cuanto conocimiento del
bien y del mal en relación con el actuar
humano. Ahora bien, ese conocimiento puede
ser un conocimiento habitual, permanente,
que nos da la capacidad de discernir lo que es o
no conforme a la razón moral: es la conciencia
habitual. Puede ser un conocimiento actual,
un juicio particular sobre el bien o mal de una
determinada acción, especialmente sobre una
acción cuyo sujeto soy yo que juzgo: es la
conciencia actual.
22/05/2018 21
La conciencia habitual
•En los tratados clásicos se suele
designar con el término de
sindéresis, designa una
capacidad, un habitus que
perfecciona a la facultad del
intelecto, gracias al cual éste
puede apreciar el bien y el mal
moral.
•Es un hábito formado sobre todo
por los llamados primeros
principios de la “razón práctica”.
22/05/2018 22
•La razón práctica es la razón humana
en su función de guía de la acción del
individuo.
•La misma razón humana, en su
función de conocer la realidad tal
cual es, recibe el nombre de “razón
especulativa”.
• La razón, sea en su función
especulativa o en su función
práctica, está como enraizada en
unos principios “primeros”,
espontáneos, innatos, que
configuran su mismo razonar.
22/05/2018 23
Los “primeros principios”
•Entre los “primeros principios” se
encuentra uno que es algo así como el
“principio fontal”, la fuente primera del
mismo razonar, tanto especulativo como
práctico.
•La razón especulativa, cuyo objeto propio
es el ser, tiene como principio fontal el
llamado “principio de no contradicción”:
“Lo que es, es; lo que no es, no es; y por
ello, nada puede ser y no ser al mismo
tiempo y bajo el mismo aspecto”.
22/05/2018 24
•De modo parecido, la razón
práctica, que tiene como objeto
propio el bien, razona en función
de su propio principio fontal,
llamado:
“Primer principio de la moralidad”:
“se debe hacer el bien y evitar el
mal”.
22/05/2018 25
•Igual que el principio de no
contradicción no es sino la
expresión de la realidad del ser,
el primer principio de la
moralidad no es sino la expresión
de la realidad del bien: en el
campo moral, decir bien es igual a
decir “faciendum”; decir mal es
igual a decir “vitandum”.
22/05/2018 26
•Sobre la base de su propio
principio fontal la razón explicita
algunos “primeros principios”
generales, sea en relación con el
ser, sea en relación con el bien.
• La razón práctica formula de
modo espontáneo unos principios
morales generales, que
constituyen la llamada
“Ley Moral Natural”
22/05/2018 27
•Sobre la base de estos principios
generales, y a consecuencia del
proceso de asimilación que realiza
el sujeto por su contacto con la
“cultura moral” en la que crece
(a través de la familia, educadores,
lecturas y medios de comunicación
social, amistades, sociedad en
general), la conciencia habitual se
enriquece de toda una serie de
principios secundarios, valores,
normas, indicaciones... sobre el
bien y el mal.
22/05/2018 28
La conciencia actual
Es la conciencia en sentido estricto, no
es un habitus permanente, como la
conciencia habitual, sino un actus de
la razón práctica. Podemos definirla
como un juicio de la razón práctica que
aplica los principios morales comunes
al acto humano singular, percibiendo
su relación con la razón misma y por lo
tanto testificando su carácter moral
y aprobando o reprobando su
realización.
22/05/2018 29
•La última parte de esta definición contiene
un elemento importante: la conciencia
aprueba o reprueba el acto humano
singular, según lo ve bueno o malo.
•La conciencia no es parte de la voluntad
(ni tampoco de la dimensión afectiva del
sujeto), sino del intelecto. Pero esto no
significa que el juicio de conciencia consista
sólo en una constatación de la cualidad
moral del acto. Al contrario, la conciencia
moral (contrariamente a la conciencia
psicológica) inclina al sujeto hacia lo que ve
como bueno y lo aleja de lo malo.
22/05/2018 30
•Y esto, precisamente, porque el
objeto propio de la conciencia
no es el ser de las cosas sino el
bien del actuar humano. Y el bien
“tiene razón de bien”.
•Como decía antes, el “primer
principio de la moralidad”,
raíz misma de la sindéresis o
conciencia habitual, consiste en
la apreciación del bien como
“faciendum” y del mal como
“vitandum”.
22/05/2018 31
2- Dios llama en la conciencia
Comprender la realidad de la conciencia
como el “lugar” o “instrumento” a través
del cual Dios llama al hombre a realizarse
en cuanto sujeto moral, y por tanto, en
cuanto persona.
22/05/2018 32
Algunos autores de la antigüedad
clásica, como Cicerón y Séneca,
hacían ya referencia a Dios como
presente en la conciencia.
22/05/2018 33
Lactancio, escribe:
“Dios está muy cerca de ti; está
contigo como testigo. El observa y
es el custodio de nuestras buenas y
malas obras”
22/05/2018 34
Entre los padres de la Iglesia la referencia a Dios
frecuente.
S. Agustín:
“No está todavía por completo borrada
en ti la imagen de Dios que en tu
conciencia imprimió el Creador”.
Nos dice que la conciencia es la
“sede de Dios en el corazón del
hombre”.
22/05/2018 35
Es frecuente, específicamente, la idea de
que la conciencia es la voz de Dios, como
afirma, por ejemplo, S. Ambrosio:
“Naturalmente nos aparece el mal como
algo que evitar y el bien como algo que hay
que hacer. Es como si oyéremos la voz de
Dios que nos insinúa prohibiciones y
preceptos”.
22/05/2018 36
La escolástica medieval operó una labor
de profundización y sistematización
importantísima para el desarrollo del
tema de la conciencia.
22/05/2018 37
Sobre todo S. Tomás, quien explicó su
conexión con la facultad de la razón:
“cum constientia sit quodam modo
dictamen rationis” (Suma Theol I-II 19, 5).
La conciencia esta abierta al dictamen
de la razón
22/05/2018 38
La moral postridentina siguió dando
importancia al tema, pero quizás viéndola
más en su relación de dependencia de la
Ley natural que como “lugar” de
encuentro vivo con Dios, su Creador.
22/05/2018 39
La dignidad de la conciencia moral: (GS 16).
En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre
la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero
a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es
necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que
debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal:
haz esto, evita aquello.
22/05/2018 40
Porque el hombre tiene una ley escrita por
Dios en su corazón, en cuya obediencia
consiste la dignidad humana y por la cual
será juzgado personalmente.
22/05/2018 41
La conciencia es el núcleo más secreto y el
sagrario del hombre, en el que éste se
siente a solas con Dios, cuya voz resuena
en el recinto más íntimo de aquélla.
22/05/2018 42
Es la conciencia la que de modo admirable
da a conocer esa ley cuyo cumplimiento
consiste en el amor de Dios y del prójimo”
22/05/2018 43
3- Tipos y estados de conciencia
La conciencia es una realidad única en cada
individuo, pero es también una realidad
compleja.
22/05/2018 44
Vamos ahora a analizar brevemente
algunos diversos “tipos” de conciencia,
y sobre todo algunos de los estados en
que se puede encontrar la conciencia de
una persona, para tratar de esclarecer
cómo debemos comportarnos en cada
uno de ellos.
22/05/2018 45
a) Conciencia habitual o actual :
Cabría establecer aquí la distinción entre la
conciencia habitual y la conciencia actual, pero he
preferido hacerlo antes, para entender desde el
inicio la naturaleza de la conciencia, con esa doble
dimensión.
22/05/2018 46
b) Conciencia antecedente, concomitante y
consiguiente:
Esta clasificación clásica considera el
momento en que el sujeto realiza el juicio
de conciencia en relación con el acto
humano sobre el que juzga.
22/05/2018 47
Se le llama conciencia antecedente
cuando el juicio precede a la acción;
22/05/2018 48
Conciencia concomitante es el juicio
emitido durante la acción misma,
cuando el sujeto reflexiona moralmente
sobre lo que está haciendo.
22/05/2018 49
Si el juicio se refiere en cambio a un acto
ya realizado, se le llama:
Conciencia consiguiente.
22/05/2018 50
En los dos primeros casos, la
conciencia puede y tiende a guiar la
acción de la persona; en el tercero,
una vez realizado el hecho, podrá
solamente atestiguar sobre el
bien/mal realizado.
Pero también este juicio después de la
acción es importante para guiar a la
persona en sus comportamientos futuros
y hasta en relación con el acto realizado,
en la medida en que sea posible hacer
algo en relación con él, por ejemplo
reparar el mal hecho a alguien.
22/05/2018 51
c) Conciencia recta o torcida:
Llamamos conciencia “recta” a la conciencia de un
sujeto que procura sinceramente entender la
realidad moral objetiva, para ver como bueno lo
que es bueno y como malo lo que es malo, y
actuar en consecuencia.22/05/2018 52
Es “torcida” la conciencia cuando el sujeto no quiere
sinceramente adecuar su saber moral y su juicio
moral particular a la realidad moral objetiva, porque
no quiere actuar coherentemente con ella.
22/05/2018 53
Y esa actitud moralmente torcida le
llevará a desviar su razón para que se
acomode a lo que él quiere ver y
entender, o a actuar en contra de lo
que le dice su conciencia, tratando de
no hacerle caso o de justificar su
comportamiento con algún tipo de
razonamiento añadido.
22/05/2018 54
d) Conciencia cierta o dudosa:
Es cierta cuando el sujeto está
convencido firmemente de su juicio
de conciencia. El “sabe” que un
determinado acto es bueno o malo.
No le caben dudas.
22/05/2018 55
A veces, en cambio, el individuo no
está seguro de la cualificación moral
que debe dar a un acto (hecho o por
hacer), y por tanto no sabe cómo debe
actuar. Se encuentra en estado de
conciencia dudosa.
22/05/2018 56
e) Conciencia verdadera o errónea:
“Cierto” no es aquí sinónimo de “verdadero”.
Yo puedo estar muy cierto de algo que no corresponde
a la realidad.
22/05/2018 57
Por ello, la conciencia cierta se subdivide en
conciencia verdadera y conciencia errónea.
22/05/2018 58
La conciencia es verdadera cuando el
juicio de razón corresponde a la cualidad
moral objetiva del acto.
22/05/2018 59
La verdad moral objetiva depende en el
fondo de la correspondencia entre el
acto y la “norma moral objetiva”,
basada especialmente en la Ley Moral
Natural y en la Ley de Dios.
22/05/2018 60
Cuando el juicio de razón es contrario a la
norma moral objetiva, la conciencia es
errónea.
22/05/2018 61
La verdad o el error de la conciencia puede
referirse a dos factores diversos: el derecho
o el hecho.
Se habla, pues, de error -o de ignorancia, o
de duda- de derecho o de hecho).
22/05/2018 62
En el primer caso se trata del
conocimiento del principio o norma
que rige un determinado acto: por
ejemplo, saber o no que el miércoles
de ceniza el cristiano debe observar
abstinencia.
22/05/2018 63
En el segundo se trata del conocimiento
del hecho mismo que es regido por el
principio o norma: saber o no que hoy
es miércoles de ceniza.
22/05/2018 64
4. Las exigencias morales de la conciencia
¿Como debemos comportarnos
cuando nos encontramos en un
estado de conciencia determinado,
como por ejemplo si el juicio de
conciencia es erróneo o si no logro
salir de la duda sobre la moralidad
de un acto?
22/05/2018 65
a) La conciencia siempre obliga:
¿Cómo se debe actuar cuando la conciencia
es verdadera o errónea?
Digamos ante todo, que debemos siempre
seguir el juicio cierto de nuestra conciencia.
22/05/2018 66
Si estamos verdaderamente convencidos
de que algo es bueno o malo, después de
haber tratado de comprenderlo con toda
sinceridad, y poniendo los medios
necesarios para ello (conciencia recta),
debemos actuar en consecuencia,
haciendo lo que vemos como bueno y
rechazando lo que vemos como malo.
22/05/2018 67
b) La conciencia errónea disculpa si es invencible e
inculpable:
Por otra parte, decir que la persona debe
seguir el propio juicio de conciencia cierta,
también cuando yerra, no significa que no
pueda haber cierta responsabilidad moral
en el error.
22/05/2018 68
En este sentido, se suele decir que
aunque la conciencia errónea obliga
siempre, sólo disculpa moralmente al
sujeto si el error es invencible e
inculpable.
22/05/2018 69
Se entiende por error invencible aquél
en el que el sujeto yerra sin ninguna
posibilidad de salir de su error y conocer
la verdad moral.
22/05/2018 70
Puede ser el caso de quien ha vivido
desde niño en un ambiente en el que
todo y todos le han llevado a ver
erróneamente cierto tipo de acción
como buena o mala. El no puede ni
siquiera sospechar que pueda ser de
otro modo, y actúa -con buena
voluntad- en consecuencia.
22/05/2018 71
Si, en cambio, en algún momento
sospechara que quizás ese
comportamiento pudiera merecer un
juicio moral contrario al que hasta ahora
ha dado, tendría la obligación de tratar
de conocer la verdad objetiva; su error
ya no sería “invencible”, y si el no
vencerlo depende de su libre voluntad,
su error vendría a ser “culpable”.
22/05/2018 72
Se llama culpable, pues, a aquél error de
conciencia del cual el sujeto es de algún
modo responsable[1]. El es, de alguna
manera, el causante de su propio error.
[1] Naturalmente, es un modo de hablar:
el culpable no es el error, sino el sujeto
que yerra.
22/05/2018 73
Hay sobre todo tres tipos de error
culpable. Ante todo el error por
negligencia, cuando el sujeto debería
estar bien informado de la cualidad
moral de un acto, pero ha descuidado
(por pereza, superficialidad egoísta, etc.)
el esfuerzo por formar su conciencia y
no ha puesto los medios necesarios que
estaban a su alcance.
22/05/2018 74
Más serio es el error “in causa”, es decir el error de
quien yerra a causa de algo que él ha querido
libremente y que sabía que le podría llevar al error.
Puede ser, por ejemplo, la voluntad de beber hasta
emborracharse, sabiendo que en esa situación se
podrá actuar “sin darse cuenta” de lo que se hace;
O el dejarse llevar por la pasión y el vicio hasta
obnubilar la propia conciencia y llegar a ver como
bueno algo que antes se sabía bien que no lo era.22/05/2018 75
Pero hay un tercer tipo de error culpable
que es más sutil y al mismo tiempo más
grave.
Es el error afectado. Se refiere a la actitud
de quien yerra porque no quiere conocer la
verdad para no tener que actuar en
conciencia de modo diverso a como le
interesa.22/05/2018 76
Pongamos que creo erróneamente que yo
no debo pagar un determinado impuesto;
alguien me dice que estoy equivocado;
podría preguntar... pero prefiero quedarme
como estoy, por si acaso...
El error es debido aquí a un afecto por un
determinado interés, a causa del cual estoy
dispuesto a obrar el mal. La actitud de
fondo de la voluntad es de adhesión al mal.
22/05/2018 77
El texto de GS sobre la conciencia, resume
sintéticamente esta doctrina:
No rara vez, sin embargo, ocurre que yerra
la conciencia por ignorancia invencible, sin
que ello suponga la pérdida de su dignidad.
Cosa que no puede afirmarse cuando el
hombre se despreocupa de buscar la
verdad y el bien y la conciencia se va
progresivamente entenebreciendo por el
hábito del pecado” (GS, 16).
22/05/2018 78
El Catecismo de la Iglesia Católica
Advierte sobre la culpabilidad que
puede haber en la ignorancia y el
error de conciencia:
22/05/2018 79
“El desconocimiento de Cristo y de su
Evangelio, los malos ejemplos recibidos
de otros, la servidumbre de las pasiones,
la pretensión de una mal entendida
autonomía de la conciencia, el rechazo
de la autoridad de la Iglesia y de su
enseñanza, la falta de conversión y de
caridad pueden conducir a desviaciones
del juicio en la conducta moral"
(CEC, 1792).
22/05/2018 80
22/05/2018 81
Lecturas complementarias
• CEC 1776-1802
• VS 3, 32, 34, 54-64
• EV 4, 11, 24, 58, 69-73, 90
• GS 16, 17
• LG 16
• DH 1-3
• Sto. Tomás, S. Th., I, q. 79, a. 12; I-II, q.
76; q. 94, a. 1, ad 2 y a. 2; De Veritate,
q. 14, a. 2; q. 16, a. 1 y 3; q. 17, a. 1 y
2; In IV Sent., dist. 38, 2, 4 ad finem

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Desarrollo moral cap 5 a

  • 1. 22/05/2018 1 FACULTAD: CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y DE LA EDUCACIÓN PROGRAMA: LICENCIATURA EN EDUCACIÓN RELIGIOSA PERÍODO: 2018-1 Nombre de la asignatura: Desarrollo Moral Nombre del docente: P. Jorge Luis Toro Rivas Intensidad horaria: 80 horas Presencial: 16 horas Dedicación por parte del estudiante: 64 horas Créditos: 2 Fase de formación: Disciplinar Semestre: VII Área académica - Humanística
  • 2. Profesor: P. Jorge Luis Toro R. Lic. Teología Moral, Bioética y Educación religiosa
  • 4. 22/05/2018 4 INTRODUCCIÓN Dios llama al hombre a realizarse como persona, como sujeto moral, y a alcanzar de ese modo su propia salvación eterna. Pero no sólo lo hace a través de medios extraordinarios, ni solamente llama a su pueblo escogido. Dios llama a cada hombre, y lo hace ante todo a través de su misma realidad como persona, creada por Él. Y específicamente, a través de su conciencia.
  • 5. 22/05/2018 5 La Conciencia: tema central de la moral •Vamos a estudiar la conciencia como un “instrumento” puesto por el Creador en todo ser humano, a través del cual le llama a ser lo que debe ser, actuando como debe actuar. •Aclararemos en primer lugar el concepto de conciencia, primero a partir del lenguaje popular y luego considerando el origen etimológico del término.
  • 6. 22/05/2018 6 Comprenderemos así que la conciencia es un “saber” relacionado con el bien o el mal moral; un saber habitual o un saber actual. Luego profundizaremos en la realidad moral de la conciencia en cuanto instrumento de la llamada moral de Dios a todo hombre. Y veremos que la dignidad de quien desea actuar según su conciencia pasa por el deseo sincero de escuchar y obedecer a la voz de Dios que le habla en ella.
  • 7. 22/05/2018 7 En tercer lugar habrá que distinguir los diversos tipos de conciencia y los diferentes estados en que se puede hallar. Finalmente analizaremos cuáles son las diversas “exigencias” morales para el sujeto según el estado de su conciencia, especialmente cuando su conciencia es errónea o se encuentra en estado de duda.
  • 8. 22/05/2018 8 1- El concepto de “conciencia” Análisis del lenguaje común: La “conciencia” Es una verdadera protagonista en la cultura y en la sociedad actual. Continuamente se hace referencia a ella de distintas formas y en ambientes muy diversos; con significados también discordantes. Esquematizando la complejidad de las diversas visiones de la conciencia que pululan entre la gente, podríamos identificar dos sentidos antagónicos: La conciencia como “árbitro” y como “arbitrio”.
  • 9. 22/05/2018 9 La conciencia como árbitro. •Un niño de unos 12 años intuía la conciencia como una “campanita” que suena dentro, cuando uno se pasa una determinada línea. •Todos los chicos del grupo asintieron.
  • 10. 22/05/2018 10 La conciencia es un “ojo” que ve siempre lo que haces, vayas donde vayas; o una “voz” que te indica de vez en cuando lo que debes hacer o dejar de hacer (“la voz de la conciencia”). Hay muchas expresiones populares que van en el mismo sentido:
  • 11. 22/05/2018 11 •o bien, un “gusano” que te remuerde dentro cuando has hecho algo malo; un “juez”, un “testigo”, un “apuntador” como los del teatro, que te “sopla” lo que tienes que hacer... Hay en todas esas expresiones una comprensión de la conciencia como algo que tiene que ver con el juicio sobre el bien o el mal de nuestros actos; algo que en su juicio no depende totalmente de nuestro querer.
  • 12. 22/05/2018 12 Ese algo suena, ve, habla, remuerde, juzga, atestigua o dicta, de algún modo independientemente de nuestros deseos, planes, intereses, gustos y decisiones. Si dependiera totalmente de nuestro querer, las cosas serían mucho más sencillas: sería bueno todo lo que quisiéramos que fuera bueno, todo lo que nos gustara o interesara... y ¡se acabaron los “problemas de conciencia”! Pero no, la conciencia no se doblega fácilmente a nuestro propio yo. Se tiene la impresión de que se trata de un “árbitro” moral, diverso de nosotros mismos.
  • 13. 22/05/2018 13 La conciencia como arbitrio. No es raro oír, una frase de este tipo: “Digan lo que digan, yo hago lo que me dice mi conciencia”; o bien: “hizo bien, porque actuó en conciencia”. Ese “hago lo que me diga mi conciencia” podría a veces traducirse como “hago lo que me dé la gana”.
  • 14. 22/05/2018 14 •Se debe efectivamente hacer lo que dice la conciencia; pero muchas veces esa expresión indica una actitud que parte de una visión de la conciencia personal como instancia decisional, más que como juez del bien o del mal. •Haga yo lo que haga, está bien si lo hago en conciencia, es decir, coherentemente con mi propio modo de pensar. • Aquí la conciencia no es “árbitro” sino “libre arbitrio”.
  • 15. 22/05/2018 15 •En las dos acepciones presentadas hay algo de correcto y algo de equivocado. •La conciencia es árbitro, pero no ajeno, externo al sujeto mismo; y se debe seguir la propia conciencia, pero no como si el bien o el mal dependieran de la propia decisión. •El análisis etimológico del término mismo nos ayudará a comprender mejor el concepto.
  • 16. 22/05/2018 16 La conciencia como “saber moral”: La palabra “conciencia” proviene del latín “conscientia”, palabra compuesta de “cum” y “scientia”: significa, en primera estancia, “saber con”; Un saber o conocimiento común a varias personas, confidencia o complicidad.
  • 17. 22/05/2018 17 •Es exactamente el mismo significado del vocablo griego referido a la conciencia: συνείδησις proveniente de suneidesis es decir, saber con otro, confidencia o complicidad, o sea, que significa uno conociendo con y el testimonio dado de la propia conducta por la conciencia. •Por lo tanto, la conciencia es un saber, y no un querer o decidir. Tiene que ver con el intelecto de la persona, no con su voluntad.
  • 18. 22/05/2018 18 Se distinguen dos tipos de conciencia: •La conciencia psicológica, que es el saber en cuanto presencia de la realidad en el sujeto, y •La conciencia moral, en cuanto conocimiento del bien/mal moral implicado en una determinada acción humana.
  • 19. 22/05/2018 19 •Algunos idiomas tienen palabras propias para cada uno de esos dos tipos de ese saber. •En castellano existe la palabra “consciencia” para designar propiamente la realidad psicológica: soy consciente de que estoy escribiendo estas notas (aunque se puede decir también que “tengo conciencia” de ello). • En cambio cuando se trata del saber moral se usa sólo el término conciencia.
  • 20. 22/05/2018 20 c) Conciencia habitual y actual: Nos interesa aquí la conciencia en cuanto saber moral, es decir, en cuanto conocimiento del bien y del mal en relación con el actuar humano. Ahora bien, ese conocimiento puede ser un conocimiento habitual, permanente, que nos da la capacidad de discernir lo que es o no conforme a la razón moral: es la conciencia habitual. Puede ser un conocimiento actual, un juicio particular sobre el bien o mal de una determinada acción, especialmente sobre una acción cuyo sujeto soy yo que juzgo: es la conciencia actual.
  • 21. 22/05/2018 21 La conciencia habitual •En los tratados clásicos se suele designar con el término de sindéresis, designa una capacidad, un habitus que perfecciona a la facultad del intelecto, gracias al cual éste puede apreciar el bien y el mal moral. •Es un hábito formado sobre todo por los llamados primeros principios de la “razón práctica”.
  • 22. 22/05/2018 22 •La razón práctica es la razón humana en su función de guía de la acción del individuo. •La misma razón humana, en su función de conocer la realidad tal cual es, recibe el nombre de “razón especulativa”. • La razón, sea en su función especulativa o en su función práctica, está como enraizada en unos principios “primeros”, espontáneos, innatos, que configuran su mismo razonar.
  • 23. 22/05/2018 23 Los “primeros principios” •Entre los “primeros principios” se encuentra uno que es algo así como el “principio fontal”, la fuente primera del mismo razonar, tanto especulativo como práctico. •La razón especulativa, cuyo objeto propio es el ser, tiene como principio fontal el llamado “principio de no contradicción”: “Lo que es, es; lo que no es, no es; y por ello, nada puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”.
  • 24. 22/05/2018 24 •De modo parecido, la razón práctica, que tiene como objeto propio el bien, razona en función de su propio principio fontal, llamado: “Primer principio de la moralidad”: “se debe hacer el bien y evitar el mal”.
  • 25. 22/05/2018 25 •Igual que el principio de no contradicción no es sino la expresión de la realidad del ser, el primer principio de la moralidad no es sino la expresión de la realidad del bien: en el campo moral, decir bien es igual a decir “faciendum”; decir mal es igual a decir “vitandum”.
  • 26. 22/05/2018 26 •Sobre la base de su propio principio fontal la razón explicita algunos “primeros principios” generales, sea en relación con el ser, sea en relación con el bien. • La razón práctica formula de modo espontáneo unos principios morales generales, que constituyen la llamada “Ley Moral Natural”
  • 27. 22/05/2018 27 •Sobre la base de estos principios generales, y a consecuencia del proceso de asimilación que realiza el sujeto por su contacto con la “cultura moral” en la que crece (a través de la familia, educadores, lecturas y medios de comunicación social, amistades, sociedad en general), la conciencia habitual se enriquece de toda una serie de principios secundarios, valores, normas, indicaciones... sobre el bien y el mal.
  • 28. 22/05/2018 28 La conciencia actual Es la conciencia en sentido estricto, no es un habitus permanente, como la conciencia habitual, sino un actus de la razón práctica. Podemos definirla como un juicio de la razón práctica que aplica los principios morales comunes al acto humano singular, percibiendo su relación con la razón misma y por lo tanto testificando su carácter moral y aprobando o reprobando su realización.
  • 29. 22/05/2018 29 •La última parte de esta definición contiene un elemento importante: la conciencia aprueba o reprueba el acto humano singular, según lo ve bueno o malo. •La conciencia no es parte de la voluntad (ni tampoco de la dimensión afectiva del sujeto), sino del intelecto. Pero esto no significa que el juicio de conciencia consista sólo en una constatación de la cualidad moral del acto. Al contrario, la conciencia moral (contrariamente a la conciencia psicológica) inclina al sujeto hacia lo que ve como bueno y lo aleja de lo malo.
  • 30. 22/05/2018 30 •Y esto, precisamente, porque el objeto propio de la conciencia no es el ser de las cosas sino el bien del actuar humano. Y el bien “tiene razón de bien”. •Como decía antes, el “primer principio de la moralidad”, raíz misma de la sindéresis o conciencia habitual, consiste en la apreciación del bien como “faciendum” y del mal como “vitandum”.
  • 31. 22/05/2018 31 2- Dios llama en la conciencia Comprender la realidad de la conciencia como el “lugar” o “instrumento” a través del cual Dios llama al hombre a realizarse en cuanto sujeto moral, y por tanto, en cuanto persona.
  • 32. 22/05/2018 32 Algunos autores de la antigüedad clásica, como Cicerón y Séneca, hacían ya referencia a Dios como presente en la conciencia.
  • 33. 22/05/2018 33 Lactancio, escribe: “Dios está muy cerca de ti; está contigo como testigo. El observa y es el custodio de nuestras buenas y malas obras”
  • 34. 22/05/2018 34 Entre los padres de la Iglesia la referencia a Dios frecuente. S. Agustín: “No está todavía por completo borrada en ti la imagen de Dios que en tu conciencia imprimió el Creador”. Nos dice que la conciencia es la “sede de Dios en el corazón del hombre”.
  • 35. 22/05/2018 35 Es frecuente, específicamente, la idea de que la conciencia es la voz de Dios, como afirma, por ejemplo, S. Ambrosio: “Naturalmente nos aparece el mal como algo que evitar y el bien como algo que hay que hacer. Es como si oyéremos la voz de Dios que nos insinúa prohibiciones y preceptos”.
  • 36. 22/05/2018 36 La escolástica medieval operó una labor de profundización y sistematización importantísima para el desarrollo del tema de la conciencia.
  • 37. 22/05/2018 37 Sobre todo S. Tomás, quien explicó su conexión con la facultad de la razón: “cum constientia sit quodam modo dictamen rationis” (Suma Theol I-II 19, 5). La conciencia esta abierta al dictamen de la razón
  • 38. 22/05/2018 38 La moral postridentina siguió dando importancia al tema, pero quizás viéndola más en su relación de dependencia de la Ley natural que como “lugar” de encuentro vivo con Dios, su Creador.
  • 39. 22/05/2018 39 La dignidad de la conciencia moral: (GS 16). En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello.
  • 40. 22/05/2018 40 Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente.
  • 41. 22/05/2018 41 La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla.
  • 42. 22/05/2018 42 Es la conciencia la que de modo admirable da a conocer esa ley cuyo cumplimiento consiste en el amor de Dios y del prójimo”
  • 43. 22/05/2018 43 3- Tipos y estados de conciencia La conciencia es una realidad única en cada individuo, pero es también una realidad compleja.
  • 44. 22/05/2018 44 Vamos ahora a analizar brevemente algunos diversos “tipos” de conciencia, y sobre todo algunos de los estados en que se puede encontrar la conciencia de una persona, para tratar de esclarecer cómo debemos comportarnos en cada uno de ellos.
  • 45. 22/05/2018 45 a) Conciencia habitual o actual : Cabría establecer aquí la distinción entre la conciencia habitual y la conciencia actual, pero he preferido hacerlo antes, para entender desde el inicio la naturaleza de la conciencia, con esa doble dimensión.
  • 46. 22/05/2018 46 b) Conciencia antecedente, concomitante y consiguiente: Esta clasificación clásica considera el momento en que el sujeto realiza el juicio de conciencia en relación con el acto humano sobre el que juzga.
  • 47. 22/05/2018 47 Se le llama conciencia antecedente cuando el juicio precede a la acción;
  • 48. 22/05/2018 48 Conciencia concomitante es el juicio emitido durante la acción misma, cuando el sujeto reflexiona moralmente sobre lo que está haciendo.
  • 49. 22/05/2018 49 Si el juicio se refiere en cambio a un acto ya realizado, se le llama: Conciencia consiguiente.
  • 50. 22/05/2018 50 En los dos primeros casos, la conciencia puede y tiende a guiar la acción de la persona; en el tercero, una vez realizado el hecho, podrá solamente atestiguar sobre el bien/mal realizado.
  • 51. Pero también este juicio después de la acción es importante para guiar a la persona en sus comportamientos futuros y hasta en relación con el acto realizado, en la medida en que sea posible hacer algo en relación con él, por ejemplo reparar el mal hecho a alguien. 22/05/2018 51
  • 52. c) Conciencia recta o torcida: Llamamos conciencia “recta” a la conciencia de un sujeto que procura sinceramente entender la realidad moral objetiva, para ver como bueno lo que es bueno y como malo lo que es malo, y actuar en consecuencia.22/05/2018 52
  • 53. Es “torcida” la conciencia cuando el sujeto no quiere sinceramente adecuar su saber moral y su juicio moral particular a la realidad moral objetiva, porque no quiere actuar coherentemente con ella. 22/05/2018 53
  • 54. Y esa actitud moralmente torcida le llevará a desviar su razón para que se acomode a lo que él quiere ver y entender, o a actuar en contra de lo que le dice su conciencia, tratando de no hacerle caso o de justificar su comportamiento con algún tipo de razonamiento añadido. 22/05/2018 54
  • 55. d) Conciencia cierta o dudosa: Es cierta cuando el sujeto está convencido firmemente de su juicio de conciencia. El “sabe” que un determinado acto es bueno o malo. No le caben dudas. 22/05/2018 55
  • 56. A veces, en cambio, el individuo no está seguro de la cualificación moral que debe dar a un acto (hecho o por hacer), y por tanto no sabe cómo debe actuar. Se encuentra en estado de conciencia dudosa. 22/05/2018 56
  • 57. e) Conciencia verdadera o errónea: “Cierto” no es aquí sinónimo de “verdadero”. Yo puedo estar muy cierto de algo que no corresponde a la realidad. 22/05/2018 57
  • 58. Por ello, la conciencia cierta se subdivide en conciencia verdadera y conciencia errónea. 22/05/2018 58
  • 59. La conciencia es verdadera cuando el juicio de razón corresponde a la cualidad moral objetiva del acto. 22/05/2018 59
  • 60. La verdad moral objetiva depende en el fondo de la correspondencia entre el acto y la “norma moral objetiva”, basada especialmente en la Ley Moral Natural y en la Ley de Dios. 22/05/2018 60
  • 61. Cuando el juicio de razón es contrario a la norma moral objetiva, la conciencia es errónea. 22/05/2018 61
  • 62. La verdad o el error de la conciencia puede referirse a dos factores diversos: el derecho o el hecho. Se habla, pues, de error -o de ignorancia, o de duda- de derecho o de hecho). 22/05/2018 62
  • 63. En el primer caso se trata del conocimiento del principio o norma que rige un determinado acto: por ejemplo, saber o no que el miércoles de ceniza el cristiano debe observar abstinencia. 22/05/2018 63
  • 64. En el segundo se trata del conocimiento del hecho mismo que es regido por el principio o norma: saber o no que hoy es miércoles de ceniza. 22/05/2018 64
  • 65. 4. Las exigencias morales de la conciencia ¿Como debemos comportarnos cuando nos encontramos en un estado de conciencia determinado, como por ejemplo si el juicio de conciencia es erróneo o si no logro salir de la duda sobre la moralidad de un acto? 22/05/2018 65
  • 66. a) La conciencia siempre obliga: ¿Cómo se debe actuar cuando la conciencia es verdadera o errónea? Digamos ante todo, que debemos siempre seguir el juicio cierto de nuestra conciencia. 22/05/2018 66
  • 67. Si estamos verdaderamente convencidos de que algo es bueno o malo, después de haber tratado de comprenderlo con toda sinceridad, y poniendo los medios necesarios para ello (conciencia recta), debemos actuar en consecuencia, haciendo lo que vemos como bueno y rechazando lo que vemos como malo. 22/05/2018 67
  • 68. b) La conciencia errónea disculpa si es invencible e inculpable: Por otra parte, decir que la persona debe seguir el propio juicio de conciencia cierta, también cuando yerra, no significa que no pueda haber cierta responsabilidad moral en el error. 22/05/2018 68
  • 69. En este sentido, se suele decir que aunque la conciencia errónea obliga siempre, sólo disculpa moralmente al sujeto si el error es invencible e inculpable. 22/05/2018 69
  • 70. Se entiende por error invencible aquél en el que el sujeto yerra sin ninguna posibilidad de salir de su error y conocer la verdad moral. 22/05/2018 70
  • 71. Puede ser el caso de quien ha vivido desde niño en un ambiente en el que todo y todos le han llevado a ver erróneamente cierto tipo de acción como buena o mala. El no puede ni siquiera sospechar que pueda ser de otro modo, y actúa -con buena voluntad- en consecuencia. 22/05/2018 71
  • 72. Si, en cambio, en algún momento sospechara que quizás ese comportamiento pudiera merecer un juicio moral contrario al que hasta ahora ha dado, tendría la obligación de tratar de conocer la verdad objetiva; su error ya no sería “invencible”, y si el no vencerlo depende de su libre voluntad, su error vendría a ser “culpable”. 22/05/2018 72
  • 73. Se llama culpable, pues, a aquél error de conciencia del cual el sujeto es de algún modo responsable[1]. El es, de alguna manera, el causante de su propio error. [1] Naturalmente, es un modo de hablar: el culpable no es el error, sino el sujeto que yerra. 22/05/2018 73
  • 74. Hay sobre todo tres tipos de error culpable. Ante todo el error por negligencia, cuando el sujeto debería estar bien informado de la cualidad moral de un acto, pero ha descuidado (por pereza, superficialidad egoísta, etc.) el esfuerzo por formar su conciencia y no ha puesto los medios necesarios que estaban a su alcance. 22/05/2018 74
  • 75. Más serio es el error “in causa”, es decir el error de quien yerra a causa de algo que él ha querido libremente y que sabía que le podría llevar al error. Puede ser, por ejemplo, la voluntad de beber hasta emborracharse, sabiendo que en esa situación se podrá actuar “sin darse cuenta” de lo que se hace; O el dejarse llevar por la pasión y el vicio hasta obnubilar la propia conciencia y llegar a ver como bueno algo que antes se sabía bien que no lo era.22/05/2018 75
  • 76. Pero hay un tercer tipo de error culpable que es más sutil y al mismo tiempo más grave. Es el error afectado. Se refiere a la actitud de quien yerra porque no quiere conocer la verdad para no tener que actuar en conciencia de modo diverso a como le interesa.22/05/2018 76
  • 77. Pongamos que creo erróneamente que yo no debo pagar un determinado impuesto; alguien me dice que estoy equivocado; podría preguntar... pero prefiero quedarme como estoy, por si acaso... El error es debido aquí a un afecto por un determinado interés, a causa del cual estoy dispuesto a obrar el mal. La actitud de fondo de la voluntad es de adhesión al mal. 22/05/2018 77
  • 78. El texto de GS sobre la conciencia, resume sintéticamente esta doctrina: No rara vez, sin embargo, ocurre que yerra la conciencia por ignorancia invencible, sin que ello suponga la pérdida de su dignidad. Cosa que no puede afirmarse cuando el hombre se despreocupa de buscar la verdad y el bien y la conciencia se va progresivamente entenebreciendo por el hábito del pecado” (GS, 16). 22/05/2018 78
  • 79. El Catecismo de la Iglesia Católica Advierte sobre la culpabilidad que puede haber en la ignorancia y el error de conciencia: 22/05/2018 79
  • 80. “El desconocimiento de Cristo y de su Evangelio, los malos ejemplos recibidos de otros, la servidumbre de las pasiones, la pretensión de una mal entendida autonomía de la conciencia, el rechazo de la autoridad de la Iglesia y de su enseñanza, la falta de conversión y de caridad pueden conducir a desviaciones del juicio en la conducta moral" (CEC, 1792). 22/05/2018 80
  • 81. 22/05/2018 81 Lecturas complementarias • CEC 1776-1802 • VS 3, 32, 34, 54-64 • EV 4, 11, 24, 58, 69-73, 90 • GS 16, 17 • LG 16 • DH 1-3 • Sto. Tomás, S. Th., I, q. 79, a. 12; I-II, q. 76; q. 94, a. 1, ad 2 y a. 2; De Veritate, q. 14, a. 2; q. 16, a. 1 y 3; q. 17, a. 1 y 2; In IV Sent., dist. 38, 2, 4 ad finem