Se analiza la importancia del lenguaje como medio del reconocimiento del otro, reconocer con quiénes compartimos el aula de clases, aquellos quienes no solo aprenden, sino, también enseñan.

1. Carolina Saquicela R.
El lenguaje educativo en la praxis docente
El hombre no es más que la mitad de sí mismo. La otra mitad es su expresión. (Ralph
W. Emerson)
El lenguaje es el elemento principal para comunicarnos y es el único medio y canal
que permite la relación, esa apertura, con los demás. Es esa función superior que
desarrolla los procesos de símbolos en la codificación y decodificación de diferentes
mensajes. De esta manera se dará paso a la interpretación de la educación por medio del
lenguaje. La educación se da, así no crean algunos, por el aporte principal de la
comunicación, gracias a ella es que uno como educador puede guiar ese proceso de
enseñanza y de aprendizaje para una mejor comprensión del “Otro”, como Higuera (2016)
lo menciona en sus artículos “La negación del ser para el reconocimiento del otro” y “El
lenguaje educativo en una metafísica no ontológica”. ¿Cómo entender esto? En los
próximos párrafos se dará a conocer sobre el lenguaje y el Otro que están inmersos en el
ámbito de la educación para tomar en cuenta en el mejoramiento de la relación del
triángulo educativo, estudiante, docente y padre o madre de familia, a ello añadiremos a
las autoridades de las escuelas. Así mismo, se tomará en cuenta la parte emocional del
docente hacia los discentes y viceversa, generando un ambiente de confianza para que la
participación sea afectiva por medio de las reflexiones para una mejora en la praxis
docente. Por otro lado, se analizará el ámbito antropológico donde se da a conocer sobre
la estructura esencial del hombre y su fin en el ámbito educativo.
En el lenguaje, existe un programa metafísico que se apoya en el signo y lo
configura a su experiencia a través de su propia representación lógica. Esta propuesta está
bajo la concepción de Piaget sirviendo de base para algunos modelos pedagógicos de la
actualidad. Piaget ha mencionado que “Aprender es inventar” (citado por Cárdenas, 2011,
p.3) porque su ideal es combinar la acción, la construcción, el razonamiento y el lenguaje
en la vida y con mayor énfasis en el campo educativo. El ser humano tiene una manera
única y específica de interactuar con el medio ambiente para organizar estructuralmente
el conocimiento, a partir de la acción. Ya que, una vez que el individuo entra en contacto
con otros, sus esquemas mentales se regeneran y conducen a reflejos emocionales y
conscientes de cómo actuar ante ello. Según Cárdenas (2011), el origen del pensamiento
no está totalmente en el lenguaje, “esta concepción piagetiana responde exactamente a la

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lógica de la lengua, es decir, a una visión del signo verbal como expresión del concepto
cuya cobertura está por debajo de la función simbólica y en la cual se destacan el juego
simbólico, la imitación diferida y las imágenes mentales.” (p.5). Cada cosa va tomando
su origen en el cerebro del nuevo ser, a través de la compartición de vocabulario que
escucha y va adquiriendo de otras formas análogas diversas, en el transcurso de los
primeros años de edad.
Por otro lado, Platón en el Cratilo, citado en Higuera (2016), menciona dos
concepciones del lenguaje. El naturalismo, donde cada cosa tiene su nombre por
naturaleza propia; y el convencionalismo en la que los nombres vienen por convención y
consentimiento del nombre. Mientras que Aristóteles, citado por Higuera (2016), señala
que el hombre es un ser social por naturaleza y el lenguaje lo distingue de otras especies
animales. Además “Para los representantes de la Teoría crítica, el lenguaje procede de un
hecho histórico-social por lo que se deja a un lado la idea de un lenguaje universal”
(Higuera, 2016, p.11). Cada ser humano tiene sus propios contextos que le permiten
conocer su identidad, muy difícilmente se podría tener un lenguaje común, porque desde
épocas pasadas, cada persona interpretaba cierto conocimiento a su manera, según su
forma de pensar, a su contexto, a su idioma y era transmitido por el medio más cómodo
(estilo de aprendizaje) para que los demás comprendan.
A partir de que los humanistas crean sus espacios de estudios, llamadas
Academias, las personas podían acceder a los escritos clásicos detallados a mano, dando
el acceso a los demás que no podían acceder en ese tiempo a las Universidades. Puesto
que en la Edad Media solo podían acceder a la educación y a lectura, los de clase
privilegiada. De esta forma podemos identificar los cambios en la educación, ya desde
ese momento los estudios ya no eran monótonos, se buscaban otras campos, estrategias y
recursos para llegar a los discentes. Esta propagación se dio gracias también a la creación
de la imprenta donde los diferentes textos se dieron a conocer en otros países cambiando
a los diferentes lenguajes de nuestro mundo.
Enfocándonos en el ámbito educativo, el o la profesora, transmite sus propios
valores y creencias vividas hacia los demás. Esto es el eje principal, la finalidad del
lenguaje, que contiene variedad de formas de enseñanza que le permite llegar al discente,
siempre partiendo de su pensamiento. Cabe recalcar que el lenguaje, según Leibniz, citado
en Higuera (2016), es la expresión del ser humano y una necesidad social e histórica de
la especie humana, siendo la única forma para conocer la realidad, porque, cuando un

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humano se dirige a otro, es para ser entendido, escuchado a través de este pensamiento de
palabras.
Sobre todo, el lenguaje verbal utilizado por el docente en el aula, refleja lo que
existe en su interior. Así, Agustín, citado en Higuera (2016), distingue dos tipos de
lenguaje, lenguaje interior, que es el signo, y lenguaje exterior, acompañado del cuerpo.
De esta manera ya nos da una idea cómo el lenguaje aporta en la educación, de cómo los
docentes deben actuar con él en las aulas. Además, se debe tomar en cuenta que cuando
se piensa, se usan palabras acompañadas de imágenes, permitiendo el origen del lenguaje.
Por consiguiente, el componente antropológico se lo caracteriza por el beneficio
del ser humano, el centro que permitirá acceder firmemente hacia las actividades diversas
que se propongan. Como detallamos anteriormente, el otro, el discente, es el punto de
partida para la construcción antropológica equilibrada en la praxis educativa innovativa,
es decir, es la reflexión por mejorar algo como docente o como institución. A través del
lenguaje, que es el camino por el que se hace realidad la forma de ser contenida en el ser
humano, se tiene la posibilidad de dar la relación entre el educador y el educando. En
donde yo como docente le reconozco como ser existente, con el que me pongo en contacto
visual para llegar más directo a su ser, donde me revela su sentir y sus valores para poder
trascender en el campo educativo y humano. (Higuera, s.f.)
Por otro lado, en el documento de Núñez (2003) hace relación de las prácticas
sociales educativas que a continuación se menciona:
Las prácticas sociales educativas, en el campo de la infancia y de la adolescencia,
apuntan sobre todo a la filiación simbólica de los sujetos mediante el pase de
legados culturales y sociales, a fin de crear y/o de sostener posibilidades de acceso
a la escuela y a lo social en sentido amplio, esto es, buscan dar soporte a los procesos
de socialización y de sociabilidad de niños y jóvenes. En el ámbito de la infancia,
desenganchar la educación social o las diversas prácticas sociales y asistenciales de
las instituciones escolares, sólo significa sellar los guetos marginales. (p.21)
A través de lo mencionado, permite identificar el fin de la educación mediante el
enfoque social que fomenta a niños/as, adolescentes, jóvenes y adultos, a seguir
contribuyendo en la nueva construcción de la ciudadanía, propiciando la construcción de
redes de texturas y densidades variables, sosteniendo la importancia de ese ser, su

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identidad e ideología que le hace ser un ente único en apreciación y distribución de sus
conocimientos.
Así mismo, en la Revista UNAM (2004), se mencionan algunos puntos referentes
sobre Educar para la sabiduría tomando en cuenta los ideales educativos de Alfred North
Whitehead, a través de ello ayudará a obtener cierto conocimiento relacionado con el
ingrediente de mayor predominio, la sabiduría. “El proceso educativo es una tarea
compleja que se propone lograr del estudiante la aprehensión de ideas generales, hábitos
intelectuales y un interés placentero en la realización mental. El profesor que aspira a
contribuir en esta tarea no puede confiar exclusivamente en las palabras.” (p.1). De esta
forma, permite que los estudiantes lleguen a ser cultos o sabios a través de la posesión de
sus conocimientos, saber usarlos en función de sus valores, desenvolviéndose en su
creatividad, tolerancia, veracidad y justicia.
Continuando con la explicación, cabe señalar que para Pozo y Monereo (1999),
citados en Buendía, Olmedo y González (2009) “el desarrollo de un aprendizaje
autónomo y estratégico consiste en saber utilizar las propias competencias y los recursos
más adecuados a las condiciones contextuales en las que se debe actuar empleando las
estrategias cognitivas o procedimientos intencionales que permitan tomar las decisiones
oportunas” (p. 196). A partir de ello no solo se está educando para algún trabajo en
específico, sino que también para la vida, para que sepan desenvolverse con facilidad en
algún problema que se presente, dándole hipótesis a ello, construyendo diferentes medios
para llegar a la respuesta. La opción de los resultados que se obtenga es necesario tomar
énfasis en la parte ética del ser. Eso forjará en su vida también buscando los principios
razonables para la valoración de su conducta frente a cualquier circunstancia en la que se
encuentre.
Como último punto de este trabajo, hay que tomar especial interés en cuanto a la
parte emocional durante la praxis educativa. "Tradicionalmente, el profesor ha sido visto
como el responsable del orden en el aula. Es una de las figuras más importantes en la
regulación externa de las emociones." (Garguverich, 2008, p.5). En el caso de que en el
aula esté un estudiante feliz, va a demostrarlo mediante sus movimientos por lo que el
docente deberá limitar esa experiencia emocional para mantenerse en contacto con todos
los estudiantes y ser el responsable de la emoción externa que produzca.

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Como conclusión de este ensayo es que el principio de comunicación, que implica
procesos de construcción social del conocimiento en los que se pone en juego el manejo
de información que viene de diferentes fuentes, y la utilización de circuitos adecuados
que favorezcan la comunicación de datos, resultados, divergencias; todo ello se da a través
del flujo de la información en el aula y sobre todo de la eliminación de obstáculos
comunicativos como la creación de un marco democrático de relaciones (Ballesteros,
2002). Así mismo una comunicación educativa acertada se logra a través de una buena
relación entre el educador y el educando, sabiendo llegar a este último manteniendo el
respeto para que sea mutuo. En un principio saber fijar normas generales para que todos,
dentro del aula, conozcan la forma en la que van a aprender durante el tiempo dentro de
ella, además de que le ayudará al docente para crear una adecuada convivencia. Sobre
todo, darle la apertura de no temer a equivocarse ya que de ello siempre se llega a
aprender.
Adicional a ello, el lenguaje corporal es importante para la comunicación
educativa para receptar mejor en cada uno de los Otros. Una técnica, que se sugiere según
experiencias amigas, es hacerle que no cruce los brazos o las piernas, cuando sucede esto,
hay un bloqueo de información y da a entender que no ha llegado completamente el
mensaje que se pretendía transmitir. Así mismo pasa con el docente. Por tal razón, es que
hay que jugar con los tonos de voz, el manejo de las manos y hacer que el reconocimiento
por el Otro también esté inmerso en el lenguaje de la praxis educativa.
Por último, detallando la frase inicial de este ensayo, es que el lenguaje educativo
es esa posibilidad de dar apertura hacia otros porque nos servimos de él y permite que
expresemos diferentes acciones, valores, conductas, experiencias, entre otras, que hace
que una persona sea sí misma. Parte de nuestro ser necesita de dicción para transmitir
algún conocimiento, y darle la apertura para que lo haga con base a lo suyo, a lo innato,
permitirá darle esa pauta afectiva y de confianza para que se desarrolle el aprendizaje
significativo.
Referencias Bibliográficas
Buendía L., Olmedo E. & González G. (2009). Lifelong learning: diferentes contextos,
diferentes situaciones, 1 (27), 185-202. Recuperado de:
https://revistas.um.es/rie/article/view/94361/102991

6. Carolina Saquicela R.
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de enseñanza por investigación producción y experimentación de un material didáctico
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https://idus.us.es/handle/11441/15679;jsessionid=FE2F7EED277D0D7AED33ED1FB6
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Cárdenas Páez, A. (2011). Piaget: lenguaje, conocimiento y Educación, Revista
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https://www.redalyc.org/pdf/4136/413635253005.pdf
Garguverich, R. (2008). “La autorregulación de la emoción y el rendimiento académico:
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http://beta.upc.edu.pe/calidadeducativa/ridu/2007/ridu5_art2rg.pdf
Higuera Aguirre, Edison Francisco (2016). El lenguaje educativo en una metafísica no
ontológica. Sophia, colección de Filosofía de la Educación, 20(1), pp. 119-136
Núñez, V. (2003). Los nuevos sentidos de la tarea de enseñar. más allá de la dicotomía
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