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Individual
1. “COMO APRENDEN LOS NIÑOS”
¿QUE CAMBIOS NECESITAMOS?
Todas las personas relacionadas con la escuela -maestros, padres, directivos,
psicólogos y filósofos- coinciden en que los niños deben aprender a leer, escribir y
realizar operaciones matemáticas.
Cuando el problema de la enseñanza escolar se aborda interesándose en el
desarrollo integral del niño -en el aspecto de la salud mental y en el de los logros
intelectuales se muestra que las condiciones señaladas para lograr un aprendizaje
óptimo se encuentran dentro del mismo ambiente de la vida escolar.
El problema que enfrentan trasciende la experiencia escolar inmediata y es, en
realidad, su aislamiento general del mundo adulto. La estructura física y la
organización interna de una escuela pueden y deben ser un medio por el cual los
niños logren fortalecerse como individuos mientras aprenden el significado de su
participación en la sociedad.
La gama y la diversidad de sus estrechas relaciones se han visto reducidas,
circunscribiéndose principalmente a la familia. Al ingresar en la escuela, están en
una fase de desarrollo en la cual deben dar un giro brusco, apartándose de la
antigua intimidad con la familia, cimentada como está en las relaciones de la
primera infancia.
La escuela representa una escala en el camino hacia el mundo adulto. Las
escuelas que a los niños pequeños les resultan demasiado complicadas los dejan
psicológicamente exhaustos, y esta situación no mejorará con el carácter
impersonal de la sociedad adulta en la que después ingresarán.
Las escuelas deben tener un tamaño y estar organizadas de tal forma que cada
niño pueda captarlas en su totalidad como comunidad, en un tiempo
razonablemente breve, y pueda vivir cómodamente en ellas con una sensación de
pertenencia.
La escuela debe ser un lugar donde los niños no sólo participen en un trabajo
responsable, sino en que se les aliente y ayude a comprender y ordenar su mundo
mediante el uso pleno de sus sentidos, sentimientos e intelectos. Se necesita una
vasta gama de útiles y equipo para proporcionar las oportunidades y la debida
supervisión para toda clase de actividades creadoras y constructivas: biblioteca,
foro, sala de arte; lugares para actividades tan distintas como cocinar y
2. encuadernar, cultivar plantas o construir un cohete; mapas, impresiones y modelos
de cosas hechas y en proceso de construcción.
Los niños necesitan la oportunidad de figurarse cosas, sentirse desafiados y
resolver problemas difíciles. Pero lo difícil está en relación con lo razonable de las
posibilidades de éxito, y esto exige el mejor juicio de la maestra acerca de cada
niño en cada situación.
Los valores y los objetivos de las nuevas proyecciones de una educación
humanista son más vastos, profundos y complejos que los de la educación
tradicional o que las simplistas ofertas de la instrucción programada. La escuela
tradicional tuvo su cuota de excelentes maestros que modificaron y adaptaron las
limitadas estructuras dentro de las cuales se encontraron. El maestro moderno
debe empezar con los niños y esforzarse por saciar su curiosidad.
La maestra debe ser una persona cuya propia casa emocional esté en orden.
Expuesta a la adoración, la hostilidad, la ambivalencia, la ambición y el ímpetu de
los niños, deberá ser capaz de diferenciar entre las necesidades de ellos y las
suyas propias, de modo que pueda enfrentarse a las de ellos con buen juicio.