Planificacion Anual 2do Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
2. segundo trabajo
1.
2.
3. Técnicas para favorecer el autocontrol
El niño no se está quieto.
Para el pequeño estar en movimiento es estar vivo, es explorar activamente su
entorno y descubrir a los otros con su cuerpo y sus sentimientos. Hacia los 3 o 4
años, coordina mejor sus movimientos, además de ser un explorador activo, se
hace un ser competitivo.
El hecho de que un niño se mueva y esté activo es un signo de vitalidad, los
impulsos motores de los niños van acompañados de una excitación difícil de
contener, ya que el niño está invadido por su emoción y es demasiado inmaduro
para dominar su entusiasmo o frustración.
¿Por qué no puede parar?
A veces el niño se sobre excita por la coacción que ejerce el adulto cuando exige
de él atención e inmovilidad. Él expresa entonces su atención agitándose y
gritando. El movimiento es un liberador de atenciones.
Las funciones ejecutivas en la autorregulación de las conductas
Estas funciones son útiles para la gestión de las conductas tanto en las relaciones
sociales como para ejecución de una tarea. El autocontrol supone capacidad para
dominarse, actuando de forma autónoma y reflexionando antes de actuar. La
autorregulación permite pues gestionar voluntariamente la atención.
Enseñar técnicas de autocontrol
Desarrollar el autocontrol, es estimular la aptitudes que permiten reflexionar antes
de actuar. La reflexión se apoya en la capacidad del niño para representarse
mentalmente una situación.
4. Aprender a detenerse, a frenar sus impulsos motores
El niño ejerce un primer control autentico sobre su cuerpo cuando evoluciona, con
el tiempo él se va concienciando de que algunos comportamientos son aceptados
y otros son rechazados.
Aprender a escuchar
En una conversación participa el que habla y que escucha, por lo tanto el que
espera su turno para tomar la palabra. La escucha atenta va acompañada
generalmente de la mirada, del contacto visual. Escuchar no es solo una habilidad
para el mantenimiento de los lazos interpersonales; sino que es también una
necesidad para aprender, especialmente en el medio escolar.
5. Desarrollo de habilidades sociales
Los educadores pueden orientar a las familias
Los padres y madres de niños en edad escolar ejercen una gran influencia en sus
pequeños puesto que en la primera infancia se ponen las bases de la autoestima
ayudando al niño a sensibilizarse a los demás y se adapta a las exigencias
sociales inculcándoles valores de respeto y de participación favoreciendo el
desarrollo de habilidades sociales. De hecho, la capacidad para las relaciones
personales predice el éxito escolar tanto como las aptitudes intelectuales.
“Yo ayudo y acompaño a mi hijo”
Los padres y madres están llamados a apoyar a su hijo en el desarrollo de las
virtudes sociales con la ayuda de ejemplos concretos tomados de la vida cotidiana
los cuales les permiten desarrollar habilidades sociales, la expresión de las
emociones y el autocontrol. Con ayuda de ejemplo concretos tomados de las vida
cotidiana se desarrollan las habilidades sociales, la expresión de las emociones y
el autocontrol
Ayudo a mi hijo a relacionarse: con los demás mi hijo aprende a acercarse sin
apresurarse, a sonreír y a decir buenos días cuando ve a alguien que conoce.
Ayudo a mi hijo a saber compartir: mi hijo aprende a pedir cuando desea un
juguete o cuando quiere jugar con sus amigos. Aprende a jugar con otros, es
decir, a aceptar la presencia de un amigo en su juego.
Enseño a mi hijo a expresar su alegría: mi hijo aprende a reconocer la alegría
asociando la sonrisa a esta emoción. Aprende a decir “estoy contento” cuando
salta, grita o se excita ante una situación que le produce mucha alegría.
Acompaño a mi hijo cuando está triste mi hijo aprende a reconocer la tristezaen
los otros cuando lloran o cuando dejan de sonreír. Aprende a reconocer su tristeza
y lo que le pone triste.
6. Ayudo a mi hijo a expresar sus enfados: mi hijo aprende a reconocer la cólera
en los otros cuando hablan fuerte o fruncen las cejas. Aprende a reconocer su
propia cólera y a expresarla verbalmente. Poco a poco asocia su cólera con una
situación vivida.
Enseño a mi hijo aprender a esperar: mi hijo debe aprender a esperar su turno
en las distintas situaciones de su vida cotidiana.
Ayudo a mi hijo para que aprenda a escuchar: mi hijo está aprendiendo los
turnos de la palabra. Sabe escuchar cuando se le habla y espera su turno para
expresarse.
Ayudo a mi hijo a auto controlarse: mi hijo aprende como actuar cuando esta
excitado o tranquilo. Reconoce que es difícil pasar de la excitación a la calma. Va
descubriendo como puede ser dueño de sí mismo.
Ayudo a mi hijo a ser tolerante ante las frustraciones: mi hijo aprende a
detenerse cuando se le dice “no” aunque encuentre difícil encajar una negativa.
Esto desarrolla su capacidad para expresar en palabras sus frustraciones.