La televisión influye en los niños de varias maneras: 1) la violencia en la TV estimula la conducta agresiva en los niños, 2) la TV transmite estereotipos de género como que los hombres son más activos y las mujeres pasivas, 3) algunos programas educativos pueden enseñar habilidades tempranas y conductas positivas. Los padres pueden ayudar eligiendo programación adecuada, limitando el tiempo frente a la TV, y discutiendo lo que ven con sus hijos.
1. LA INFLUENCIA DE LA TELEVISIÓN EN LOS
NIÑOS.
Actualmente, el tema de la violencia en la televisión ha generado gran
preocupación, debido a que estimularía la conducta agresiva en los niños, los
cuales pasan muchas horas frente al televisor viendo programas
infantiles(tales como los Power Rangers o Dragon Ball Z), o para adultos,
siendo los primeros seis veces más agresivos. Entre los actos violentos que
son vistos por los niños están: asesinatos, guerras, puñetazos, golpizas,
cuchilladas, balaceras, patadas, accidentes violentos y destrucción de
propiedades, entre otros. Los niños que ven violencia en la pantalla se
comportan más agresivos sin importar su localización geográfica, su sexo, su
nivel socioeconómico o si tienen problemas emocionales.
Este efecto es interdependiente, es decir, los niños agresivos eligen
programas violentos y aquellos que ven estos programas, son más agresivos.
La televisión fomenta la conducta agresiva de dos modos, o imitan el modelo
que observaron y llegan a aceptar la agresión como conducta apropiada.
Roles de género y televisión: Los niños obtienen de la televisión información
sobre posibles ocupaciones y/o actividades para hombres y mujeres, y creen
que esta información es cierta.
La TV presenta muchos más estereotipos de los que se encuentran en la
vida real. Aparecen más hombres, y éstos son más agresivos, activos,
constructivos y serviciales, sus actividades la aportan recompensas
tangibles.
Pero las mujeres tienden a ser diferentes, pasivas e ignoradas, y son
castigadas si se vuelven muy activas. En los últimos años han cambios en la
televisión, las mujeres pueden trabajar fuera de la casa y los hombres
pueden estar a cargo de los niños, pero todavía hay muchos estereotipos del
género. Educación y televisión: Programas educativos como "Barrio Sésamo",
por ejemplo, han arrojado beneficios que consisten en que aumentan las
habilidades para reconocer y nombrar letras, clasificar objetos, nombrar
2. las partes del cuerpo y reconocer formas geométricas, además los niños
llegan a la guardería con un buen vocabulario y muy bien predispuestos a
aprender a leer. Por otra parte, estos programas pueden enseñar a los niños
a cooperar, a compartir, a ser afectuosos, amistosos, a controlar la
agresión, cómo afrontar la frustración y a terminar las tareas que
emprenden. Se pueden presentar modelos de relaciones familiares
armoniosas y de conducta cooperativa comprensiva y educativa.
Como pueden ayudar los padres:
Asistiendo los programas de televisión con ellos.
Eligiendo programas apropiados para el nivel de desarrollo del niño.
Poniendo límites a la cantidad de tiempo: no más que una o dos horas
al día.
Apagando la tele durante las horas de la comida y de los estudios.
Apagando los programas que no les parezcan apropiados para su hijo.
Evitando siempre los programas con violencia explícita. Las
telenovelas, noticiarios, o dramas pueden causar sufrimientos
innecesarios a un niño.
Estimulando discusiones con sus hijos sobre lo que están viendo
mientras miran a los programas juntos. - Señalando el
comportamiento positivo como la cooperación, la amistad, etc
Haciendo conexiones de lo que están viendo con situaciones reales o
de estudio.
Relacionando sus valores personales y familiares con los que ven en la
tele.
Discutiendo con ellos sobre el papel de la publicidad y su influencia en
lo que se compra.
Estimulando al niño para que practique deportes, y se envuelva en
pasatiempos y en estar con amigos de su misma edad.
No permitiendo a niños con edad inferior a los 2 años a que miren la
televisión.
Grabando programas de calidad para verlos en otro momento.
Evitando el zapping. Solamente encender la tele para mirar algún
programa específico.
Creando el hábito de apagar la televisión cuando se termina el
programa.
Haciéndoles saber que los personajes en las películas son
desempeñados por actores y no por personas reales.