Este documento presenta diferentes perspectivas sobre los actores y autores de comedias en España entre los siglos XVI y XVII. Se discuten tanto las críticas morales contra los actores, acusados de promover la lujuria y el vicio, como las defensas de su oficio. También incluye descripciones de diferentes tipos de compañías teatrales, desde un actor solo hasta grandes compañías itinerantes, y discute las técnicas de representación de los actores.
3. Las sabandijas que cría la comedia son hombres amancebados, glotones, ladrones, rufianes de sus mujeres y que así ellos como ellas con estas cosas son favorecidos y amparados de tal manera que para ellos no hay ley ni prohibición. Hay hoy en España representantes que han hecho homicidios y no han padecido por ellos. Lupercio Leonardo de Argensola (1598)
4. Síguese otra perversidad ni menor que la pasada ni menos digna de remedio; mujeres de excelente hermosura, de singular gracia de meneos y posturas, salen en el teatro a representar diversos personajes en traje y hábito mujeres y aún de hombres, cosa que grandemente despierta la lujuria y tiene muy gran fuerza para corromper a los hombres, porque como sea así que esta gente ponga todo su cuidado en allegar dinero, y todo lo refiere a la ganancia, inventan mil embustes sin ningún cuidado de la honestidad para atraer a la muchedumbre [...] ... Las citadas mujeres que andan con los representantes y los acompañan son ordinariamente deshonestas y se venden por dinero, porque, ¿cómo es posible, estando rodeadas de tantos hombres lujuriosos y ociosos de día y de noche, vivir honestamente? Cosa sería semejante a milagro, mayor ciertamente que si el fuego ardiese en el agua, y como sea así que la mayor parte la saquen de su torpe ganancia para hacer este oficio, ora sean casadas con algún representante de aquella infame compañía, o, lo que acontece más veces, amancebadas con ellos... ... De todo lo cual se saca lo que muchas veces he dicho, que el farsante que trata cosas torpes, como infame y sujeto a pecado debe del todo ser privado de los sacramentos de la Iglesia. P. JUAN DE MARIANA: Tratado de los juegos públicos (1609)
5. Toda la gente es holgazana, mal inclinada y viciosa, y que por no aplicarse al trabajo de alguno de los oficios útiles y loables de la república se hacen truhanes y chocarreros para gozar de la vida libre y ancha. Fray José de Jesús María
6. SONETO A LA BODA DE ALONSO DE PRADO Doce cornudos, digo comediantes,que todo diz que es uno, y otra mediadocena de mujeres de comedia,medias mujeres de los doce de antes. Tropa de feligreses y de amantes,a quien amor por buen humor remedia,iban acompañando la tragediadel yerno de Avicena, “Don Cervantes”. Era Mari Morales de la boda,y con razón dignísima madrina,por ser de putas y cornudos toda. Aprenderá la novia su doctrina,que fácil a ser puta se acomodala que su amor a comediante inclina. Atribuido a Alonso Pusmarín, relator del Consejo Real de Castilla, a quien Lope dedicó la 2ª parte de D. Juan de Castro
8. Estuve con mi autor año y medio, que fue milagro para mí permanecer tanto tiempo, y causólo el ser mi señor tan hombre de bien, como era; hacíame buen tratamiento, dábame bien de comer cuanto quisiera, pagábame mi soldada, sin quedarse con cosa alguna... Las mujeres que venían con él, aunque de muy buen parecer, eranhonestas, virtuosas, y si alguna ha habido en estas compañías de buena opinión y fama, eran las que venían con nosotros, por excelencia de las más recoletas [...] JERÓNIMO ALCALÁ YÁÑEZ y RIBERA, Alonso, mozo de muchos amos, 1624
9. Sepan, pues, que los comediantes no están en pecado mortal por su oficio; sepan que la república puede lícitamente señalar estos oficios que pertenecen al regocijo público [...] FRAY MANUEL SIERRA Y RIVERA: Aprobación a la 5ª parte de las obras de Calderón (1682) Pruébase esto con el ejemplo de los mismos representantes, que añaden tanta gracia y donaire a los mejores poetas, que es infinitamente más lo que sus versos nos deleitan, cuando los oímos que cuando los leemos y de tal suerte se hacen escuchar, aun de los más necios, que estos mismos que jamás se ven en las bibliotecas se encuentran fácilmente en los teatros. A. NEBRIJA (1444-1522): ArtisRhetoricae, cap 28
11. SOLANO.- Pues sabed que hay ocho maneras de compañías y representantes, y todas diferentes. RAMÍREZ.- Para mí es tanta novedad ésa como esotra. ROJAS.- Por vida de Solano, que nos la digáis. SOLANO.- Habéis de saber que hay bululú, ñaque, gangarilla, cambaleo, garnacha, bojiganga, farándula y compañía.
12. El bululú es un representante solo, que camina a pie y pasa su camino, y entra en el pueblo, habla al cura y dícele que sabe una comedia y alguna loa: que junte al barbero y sacristán y se la dirá porque le den alguna cosa para pasar adelante. Júntanse éstos y él súbese sobre un arca y va diciendo: «agora sale la dama» y dice esto y esto; y va representando, y el cura pidiendo limosna en un sombrero, y junta cuatro o cinco cuartos, algún pedazo de pan y escudilla de caldo que le da el cura, y con esto sigue su estrella y prosigue su camino hasta que halla remedio.
13. Ñaque es dos hombres […]; éstos hacen un entremés, algún poco de un auto, dicen unas octavas, dos o tres loas, llevan una barba de zamarro, tocan el tamborino y cobran a ochavo y en esotros reinos a dinerillo (que es lo que hacíamos yo y Ríos); viven contentos, duermen vestidos, caminan desnudos, comen hambrientos y espúlganse el verano entre los trigos y en el invierno no sienten con el frío los piojos.
14. Gangarilla es compañía más gruesa; ya van aquí tres o cuatro hombres, uno que sabe tocar una locura; llevan un muchacho que hace la dama, hacen el auto de La oveja perdida, tienen barba y cabellera, buscan saya y toca prestada (y algunas veces se olvidan de volverla), hacen dos entremeses de bobo, cobran a cuarto, pedazo de pan, huevo y sardina y todo género de zarandaja (que se echa en una talega); éstos comen asado, duermen en el suelo, beben su trago de vino, caminan a menudo, representan en cualquier cortijo y traen siempre los brazos cruzados. RÍOS.- ¿Por qué razón? SOLANO.- Porque jamás cae capa sobre sus hombros.
15. Cambaleo es una mujer que canta y cinco hombres que lloran; éstos traen una comedia, dos autos, tres o cuatro entremeses, un lío de ropa que le puede llevar una araña; llevan a ratos a la mujer a cuestas y otras en silla de manos; representan en los cortijos por hogaza de pan, racimo de uvas y olla de berzas; cobran en los pueblos a seis maravedís, pedazo de longaniza, cerro de lino y todo lo demás que viene aventurero (sin que se deseche ripio); están en los lugares cuatro o seis días, alquilan para la mujer una cama y el que tiene amistad con la huéspeda dale un costal de paja, una manta y duerme en la cocina, y en el invierno el pajar es su habitación eterna. Éstos, a mediodía, comen su olla de vaca y cada uno seis escudillas de caldo; siéntanse todos a una mesa y otras veces sobre la cama. Reparte la mujer la comida, dales el pan por tasa, el vino aguado y por medida, y cada uno se limpia donde halla: porque entre todos tienen una servilleta o los manteles están tan desviados que no alcanzan a la mesa con diez dedos.
16. Compañía de garnacha son cinco o seis hombres, una mujer que hace la dama primera y un muchacho la segunda; llevan un arca con dos sayos, una ropa, tres pellicos, barbas y cabelleras y algún vestido de la mujer, de tiritaña. Éstos llevan cuatro comedias, tres autos y otros tantos entremeses; el arca en un pollino, la mujer a las ancas gruñendo, y todos los compañeros detrás arreando. Están ocho días en un pueblo, duermen en una cama cuatro, comen olla de vaca y carnero, y algunas noches su menudo muy bien aderezado. Tienen el vino por adarmes, la carne por onzas, el pan por libras y la hambre por arrobas. Hacen particulares a gallina asada, liebre cocida, cuatro reales en la bolsa, dos azumbres de vino en casa y a doce reales una fiesta con otra.
17. En la bojiganga, van dos mujeres y un muchacho, seis o siete compañeros, y aun suelen ganar muy buenos disgustos, porque nunca falta un hombre necio, un bravo, un mal sufrido, un porfiado, un tierno, un celoso ni un enamorado: y habiendo cualquiera de éstos, no pueden andar seguros, vivir contentos, ni aun tener muchos ducados. Éstos traen seis comedias, tres o cuatro autos, cinco entremeses, dos arcas, una con hato de la comedia y otra de las mujeres. Alquilan cuatro jumentos, uno para las arcas y dos para las hembras, y otro para remudar los compañeros a cuarto de legua (conforme hiciere cada uno la figura y fuere de provecho en la chacota). Suelen traer, entre siete, dos capas, y con éstas van entrando de dos en dos, como frailes. Y sucede muchas veces, llevándosela el mozo, dejarlos a todos en cuerpo.
18. Éstos comen bien, duermen todos en cuatro camas, representan de noche, y las fiestas de día, cenan las más veces ensalada, porque como acaban tarde la comedia, hallan siempre la cena fría. Son grandes hombres de dormir de camino debajo de las chimeneas, por si acaso están entapizadas de morcillas, solomos y longanizas, gozar de ellas con los ojos, tocarlas con las manos y convidar a los amigos, ciñéndose las longanizas al cuerpo, las morcillas al muslo y los solomos, pies de puerco, gallinas y otras menudencias en unos hoyos en los corrales o caballerizas; y si es en ventas en el campo (que es lo más seguro), poniendo su seña para conocer dónde queda enterrado el tal difunto. Este género de bojiganga es peligrosa, porque hay entre ellos más mudanzas que en la luna y más peligros que en frontera (y esto es si no tienen cabeza que los rija).
19. Farándula es víspera de compañía; traen tres mujeres, ocho y diez comedias, dos arcas de hato; caminan en mulos de arrieros y otras veces en carros, entran en buenos pueblos, comen apartados, tienen buenos vestidos, hacen fiestas de Corpus a doscientos ducados, viven contentos (digo los que no son enamorados). Traen unos plumas en los sombreros, otros veletas en los cascos, y otros en los pies, el mesón de Cristo con todos. Hay Laumedones de «ojos, decídselo vos», que se enamoran por debajo de las faldas de los sombreros, haciendo señas con las manos y visajes con los rostros, torciéndose los mostachos, dando la mano en el aprieto, la capa en el camino, el regalo en el pueblo, y sin hablar palabra en todo el año.
20. En las compañías hay todo género de gusarapas y baratijas: entrevan cualquiera costura, saben de mucha cortesía; hay gente muy discreta, hombres muy estimados, personas bien nacidas y aun mujeres muy honradas (que donde hay mucho, es fuerza que haya de todo), traen cincuenta comedias, trescientas arrobas de hato, diez y seis personas que representan, treinta que comen, uno que cobra y Dios sabe el que hurta. Unos piden mulas, otros coches, otros literas, otros palafrenes, y ningunos hay que se contenten con carros, porque dicen que tienen malos estómagos. Sobre esto suele haber muchos disgustos. Son sus trabajos excesivos, por ser los estudios tantos, los ensayos tan continuos y los gustos tan diversos, aunque de esto Ríos y Ramírez saben harto, y así es mejor dejarlo en silencio, que a fe que pudiera decir mucho. RÍOS.- Digo que me habéis espantado.
22. Lo que voy a decir no se entienda que es represión a la república, sino consejo para los actores principales de las compañías, los quales andan perdidos y rematados por no traer en sus compañías un exército de gastadores sin necessidad: que con siete y ocho personas se puede representar la mejor tragedia o comedia del mundo, y ellos traen, en cada compáñía, catorce o diez y seis, los quales les comen lo que ellos sudan y trabajan, de manera que los actores principales ganarían más. Alonso López Pinciano, Philosophia Antigua Poetica (1596)
24. Vanse con el tiempo industriendo y puliendo, y así sale uno u otro eminente, como Cisneros, Leoncillo, Granado, Morales, Villegas, Ríos y otros, los cuales a poder del ejercicio salieron diestros; mas para dos o tres que traen consigo, vienen cuatro o seis zancarrones que son notables desgraciados y aunque echan a perder la comedia, hacen que luzcan más los otros. Lo mismo digo de las mujeres, que para una que viene con una compañía hábil y lucida hay otras tres o cuatrom broncas que no hay oíllas y la causa de esta manquedad es que como los autores no pueden escoger los que quieren, han de tomar los que se les llegan al oficio, aunque sean unos picarones, como en hecho de verdad sucede cada día, que comenzaron por entierramuertos y a poder de maceallo hacen su papel como quiera. […] esta ciencia de representar es tan fácil en algunos naturales que tienen oído en el hablar y buen oído y fácil pronunciación, que en los tales casi es natural el representar, y cosa que se desprende facilísimamente. […] He visto algunas villas grandes doblados más buenos representantes en ellas que los que andan con los faranduleros. Lo uno porque son mejores naturales y cultivados con algunos estudios y mejor gente y demás buenas condiciones; lo otro, porque no están estragados con vicios como esotros […] porque es ciencia que fácilmente enseñan unos a otros. […] Lo que ha hecho infame este oficio no ha sido él en su naturaleza, que, pues es un arte, es noble como lo son todas las artes liberales; sino el daño que le ha venido de las circunstancias, cuales son la gente vil y mercenaria, los vicios en que andan revueltos, el representar cosas torpes e infames: esas circunstancias y adherencias son las que han infamado el arte. Diálogo de las comedias (1620)
25. Ha de recitar de modo, con tanta industria y cordura, que se vuelva en la figura que hace de todo en todo. A los versos ha de dar valor con su lengua experta, y a la fábula que es muerta ha de hacer resucitar. Ha de sacar con espanto las lágrimas de la risa, y hacer que vuelvan con [p]risa otra vez al triste llanto. Ha de hacer que aquel semblante que él mostrare, todo oyente le muestre, y será excelente si hace aquesto el recitante. Miguel de Cervantes Pedro de Urdemalas Sé todo aquello que cabe en un general farsante; sé todos los requisitos que un farsante ha de tener para serlo, que han de ser tan raros como infinitos. De gran memoria, primero; segundo, de suelta lengua; y que no padezca mengua de galas es lo tercero. Buen talle no le perdono, si es que ha de hacer los galanes; no afectado en ademanes, ni ha de recitar con tono. Con descuido cuidadoso, grave anciano, joven presto, enamorado compuesto, con rabia si está celoso.
27. DAMIÁN ARIAS DE PEÑAFIEL Tenía una voz clara y argentina, una memoria tenaz y una acción expresiva y animada, en cada movimiento de su lengua parecía que anidaban las Gracias, y en cada acción de las manos residía Apolo [...] Los más grandes oradores de la Corte concurrían con frecuencia a oírle para aprender a hablar y accionar con perfección [...] Juan de Caramuel, PrimusCalamusoboculosponensMetametricam, 1663
28. LA BALTASARA (Copla popular) Todo lo tiene bueno la Baltasara, todo lo tiene bueno, también la cara.
29. MARÍA CALDERÓN Un fraile y una corona, un duque y un cartelista anduvieron en la lista de la bella Calderona.
30. JUAN RANA (Cosme Pérez) «El gracioso más vivo que hubo en España» (Caramuel). «En cuanto al negocio de los que están presos por el pecado nefando, no se usa el rigor que se esperaba. A Juan Rana, famoso representante, han soltado y no vemos quemar a ninguno» (Crónicas, 1636) «Juan Rana, el famoso representante, trabajó durante dos horas con admiración de todos, considerando que tenía cosa de ochenta años» (1665) Viva Juan Rana, sí, que hoy victorioso le coronan por máximo gracioso. Que saquen a vista de nuestro rey hoy al grande Juan Rana no es admiración, no, no, no, que como es tan viejo le sacan al sol. (1668)
31. Departamento de Literatura Española Universidad de Sevilla Presentación realizada porMercedes Flores Martín