Ante la confusión actual de valores, sería conveniente volver a la naturaleza para buscar posibles fundamentos sobre los que se pueda construir un sistema de valores comunes y universales que puedan armonizar las distintas visiones conflictivas y contradictorias actuales.
En este libro se analizan varias controversias ya clásicas como son el conflicto entre el materialismo y el idealismo, el debate sobre el origen y evolución de la vida y del universo, la polémica entre el determinismo y la libertad, y el problema entre el individuo y la totalidad.
Al final se enumeran una serie de principios generales de la naturaleza, que son de gran utilidad para armonizar las diferentes tradiciones científicas, filosóficas y religiosas.
2. 1. Naturaleza común e
individualidad única
2. Interconexión,
interrelación e
interdependencia entre
todas las entidades
individuales del universo
3. Propósito individual y
propósito para el conjunto
CAPÍTULO 6 INDIVIDUOY CONJUNTO: INTERCONEXIÓN,
INTERRELACIÓN E INTERDEPENDENCIA
4. Complementariedad entre el
propósito individual y el propósito
para el conjunto
5. La universalidad del orden en la
naturaleza y la sociedad humana
6. Interdependencia y cooperación
mutua entre los diferentes
organismos vivos y sistemas
físicos de la naturaleza
3. En las ciencias físicas y biológicas siempre ha
existido un debate entre reduccionistas y
holistas, resaltando unos que las cosas se deben
explicar reduciéndolas a sus partes más simples,
mientras que otros enfatizan que los sistemas y
organismos tienen sus propias leyes o fines que
no se pueden explicar desde las partes.
Este mismo debate se produce en las ciencias
sociales entre los partidarios de un
individualismo metodológico, que opinan que se
debe partir de los deseos, preferencias o
elección racional de los individuos para explicar
la sociedad, y funcionalistas, que consideran que
las estructuras sociales e instituciones tienen sus
propias leyes y fines que influyen y condicionan
a los individuos.
INTRODUCCIÓN
Un debate casi idéntico ocurre en el campo de la
ética entre los que resaltan la conciencia,
autonomía y derechos individuales y los que, en
cambio, ponen énfasis en los deberes hacia la
comunidad, que en política se traduce en el debate
entre liberales y socialistas, o entre individualistas y
comunitaristas.
En este capítulo vamos a tratar de estudiar, en
primer lugar, las características únicas de los
individuos en relación con una naturaleza común
compartida; en segundo lugar, comprender de qué
forma interaccionan los individuos con el conjunto;
y en tercer lugar ver si en la naturaleza existen
principios que puedan armonizar las visiones
individualistas y holistas, que aparentemente
parecen opuestas y contradictorias.
4. Naturaleza común en los seres humanos
Una naturaleza común mental y material
La diferenciación en hombres y mujeres en la humanidad
Masculinidad y feminidad, y las diferencias entre el
hombre y la mujer
La dimensión divina y cósmica del amor conyugal
Naturaleza común en los demás seres y cosas
Diferencias entre los seres humanos y las demás criaturas
La individualidad única e irrepetible de los seres humanos
La dignidad especial y el valor intrínseco de cada persona
Principio de la identidad única
NATURALEZA COMÚN E INDIVIDUALIDAD ÚNICA
5. «También hemos de reflexionar que nos ha revestido, por
decirlo así, de dos personas la naturaleza: una común, que es
por la que todos participamos de la razón y de aquella nobleza
con que excedemos a los irracionales, de la cual resulta el
conocimiento para hallar las obligaciones y guardar el decoro; y
la otra particular, que es como el distintivo de cada individuo.
Porque al modo que observamos en los cuerpos tanta
diversidad, que unos son a propósito por su ligereza para correr,
otros por sus fuerzas para luchar, y asimismo en los rostros, en
unos gracia y en otros una seriedad majestuosa; así también hay
en los ánimos aún mayores desemejanzas.»
Cicerón, Los oficios o los deberes, Editorial Porrúa, México, 1990, p. 31.
Hemos sido revestido de dos personas, una común y otra particular
Cicerón explica la
naturaleza común e
individualidad única
con sus propios
términos en esta
cita:
6. Aunque todo el mundo tiene ojos, nariz y boca,
el diferente tamaño, color, disposición y
proporción relativa entre estos mismos elementos
hacen que la cara de cada individuo sea única.
Igualmente, aunque todos poseemos las mismas
capacidades mentales, deseos y creatividad, hay
diferencias de carácter y talentos que hace que
cada uno poseamos una personalidad única.
Por ejemplo, se puede observar que hay
personas más sensibles y emocionales dotadas con
talentos artísticos; otras más intelectuales con
inquietudes científicas; y otras más voluntariosas
con una inclinación hacia actividades prácticas.
Así pues, cada individuo tiene una constitución
física, semblante, temperamento, talentos y
personalidad única e irrepetible.
Además de compartir una naturaleza
básicamente homogénea, cada ser humano
tiene unas características individuales peculiares
y únicas. De entre los miles de millones de
habitantes de la tierra no se pueden encontrar
dos personas exactamente iguales.
7. Naturaleza común en los seres humanos
Al igual que todos los
seres vivos y cosas del
universo, todos los seres
humanos poseemos una
naturaleza común,
esencial y fundamental
que consta de un
aspecto mental y otro
corporal. Al mismo tiempo estamos diferenciados en
hombres y mujeres. Algo semejante ocurre con
los animales machos y hembras, o el estambre
y pistilo en las plantas.
Aspecto mental
y corporal
Hombres y mujeres
8. Todos poseemos una naturaleza común básicamente
homogénea que se compone de un aspecto mental y otro
corporal. En lo que respecta al aspecto corporal todos
tenemos los mismos órganos y miembros, o sea, ojos, nariz,
boca, oídos, cabeza, tronco, manos y piernas, y las mismas
necesidades físicas, como respirar e ingerir alimentos. En el
aspecto mental también poseemos las mismas capacidades
de pensar, sentir y tomar decisiones, así como los mismos
deseos básicos de conocer, apreciar la belleza y actuar
correctamente.
En otras palabras, todos disponemos del mismo nivel de
procesos mentales. Estos procesos mentales son
precisamente los que nos posibilita poseer un amplio margen
de autonomía o libertad, y una gran inventiva o creatividad,
que se expresa en la capacidad de comunicarse mediante un
lenguaje articulado y en todas las producciones y creaciones
culturales, técnicas, científicas, artísticas y normativas.
Una naturaleza común mental y material
9. La diferenciación en hombres y mujeres en la humanidad
Los seres humanos, como la
mayor parte de los seres vivos,
estamos también diferenciados en
hombres y mujeres, pero esta
diferenciación no es básica o
fundamental, debido a que —a
pesar de las diferencias biológicas
y psicológicas entre ambos— tanto
hombres como mujeres tienen
exactamente las mismas
capacidades mentales, autonomía,
creatividad, deseos, aspiraciones y
necesidades físicas básicas.
10. «Cuando estudiamos el universo,
vemos que todos los seres existen
formando relaciones recíprocas entre
entidades masculinas (yang) y
femeninas (yin). Esto se cumple en
todos los casos.
En el nivel de minerales, la unión de
iones positivos y negativos forma
moléculas. En las plantas, la existencia
y la multiplicación se produce mediante
la interrelación entre el pistilo y el
estambre.
Esta dualidad es aún más pronunciada en los animales. Las
aves, los mamíferos y todos los demás tipos de animales
existen como masculinos y femeninos. Finalmente, los seres
humanos, que somos la creación más elevada de Dios,
estamos diferenciados en hombres y mujeres. (…)
¿Con qué propósito creó Dios el universo con esta
dualidad? El Creador separó todas las cosas en seres
masculinos y femeninos para que las dos partes pudieran
unirse dando y recibiendo amor.Todas las especies se
multiplican y continúan su existencia a través de actos de
amor.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 201:204-05,
(9 de abril de 1990).
El universo existe en forma de parejas complementarias masculinas (yang) y
femeninas (yin) para que puedan unirse dando y recibiendo amor y ser felices juntos
Según nos explica Sun Myung Moon:
11. Masculinidad y feminidad, y las diferencias entre el hombre y la mujer
A diferencia de la filosofía tradicional china en la que se
tiende a substancializar los conceptos Yang yYin
calificando, por ejemplo, al hombre comoYang y a la
mujer comoYin, en el Pensamiento de Unificación Yang y
Yin son atributos o cualidades secundarias presentes, en
mayor o menor grado, en los aspectos corporales y
mentales tanto del hombre como de la mujer, y de los
demás seres y cosas.
Así pues, la masculinidad y feminidad que caracterizan
al hombre y la mujer no se puede identificar directamente
con los aspectosYang yYin de la mente y cuerpo
(claridad/oscuridad, lucidez/vaguedad, alegría/tristeza,
activo/pasivo, fuerte/débil, duro/suave, cóncavo/convexo,
etc.).Y ni mucho utilizar estas cualidades opuestas para
justificar una diferencia en valor o dignidad del hombre y
la mujer, como ocurre en las filosofías y culturas antiguas.
Mente
Cuerpo
Yang
Yin
Yang
Yin
12. ¿Cómo, pues, se pueden definir el carácter masculino o masculinidad y el carácter
femenino o feminidad en relación con las facetasYang yYin?
A nivel biológico o corporal, a pesar de una
constitución biológica común bastante
homogénea, existen evidentes diferencias entre
el hombre y la mujer, como son las diferencias
cromosomáticas, las hormonas y, sobre todo, los
órganos sexuales, aparte de otros aspectos del
cuerpo femenino adecuados a su función de
maternidad y crianza de los hijos.
Así que se puede decir que, aunque en cuerpo
del hombre y de la mujer existen atributosYang
y atributosYin, hay una proporción
relativamente superior de atributosYin en el
cuerpo de la mujer, y de atributosYang en el
cuerpo del hombre.
Aspectos corporales
13. En el aspecto mental, tanto hombres como mujeres
disponen de las mismas capacidades intelectuales,
emocionales y volitivas, así como de los mismos deseos y
aspiraciones básicas de adquirir conocimientos, apreciar la
belleza y actuar bien, y tener relaciones de amor con sus
seres queridos.Y, por supuesto, ambos poseen la misma
dignidad y valor como seres humanos. Sin embargo, existen
ciertas diferencias cualitativas con respecto a las facetas
Yang/Yin de sus facultades mentales.
Por poner algunos ejemplos, generalmente el intelecto
masculino se enfoca en cuestiones de ámbito general, o en
sintetizar principios cada vez más universales, y el intelecto
femenino se orienta más en analizar los detalles concretos y
las circunstancias. Además, el hombre tiene más capacidad
de procesamiento visual-espacial y habilidad con manejo de
números, y la mujer tiene más capacidad en el
procesamiento verbal y habilidad con el lenguaje.
Aspectos mentales
14. Con lo cual se podría decir que el carácter
femenino o feminidad es una expresión
diferenciada y cualificada de las facetas
Yang/Yin de la mente humana, con una cierta
improntaYin.Y el carácter masculino o
masculinidad es otra expresión diferenciada y
cualificada de las mismas facetasYang/Yin de
la mente humana, con una cierta impronta
Yang.
Ambos caracteres, el masculino y
femenino, son opuestos y a la vez
complementarios, lo que hace que el hombre
y la mujer sientan una atracción y fascinación
recíproca, y puedan ayudarse mutuamente y
apoyarse uno en el otro.
En cuanto a las emociones, la mujer
dispone de una mayor empatía emocional y
capacidad de expresar sus sentimientos de
alegría y tristeza, risa y llanto, mientras que
el hombre interioriza más sus emociones.
Existe también una diferencia cualitativa
entre el amor maternal, más complaciente e
incondicional hacia sus hijos, y el amor
paternal, más exigente y condicionado por el
cumplimiento de sus expectativas.
En cuanto a los aspectos volitivos, el
hombre muestra una voluntad más agresiva,
impulsiva e independiente, y la mujer
muestra una mayor delicadeza, reflexión y
dependencia en sus decisiones.
15. No obstante, de igual manera que existen facetas
Yang/Yin dentro del hombre y la mujer, en ambos también
coexisten ciertos aspectos masculinos y femeninos. Carl
Jung afirmó que dentro de la psique del hombre existen
cualidades femeninas en estado latente (animus), y dentro
del alma de la mujer hay una parte masculina en estado
latente (anima).
Aparte de las consideraciones genéricas acerca de
carácter masculino y femenino, se puede observar que
existen hombres con un marcado carácter varonil o
masculino, y otros más sensibles y femeninos.También hay
mujeres muy delicadas y femeninas, y otras más fuertes o
varoniles. Lo mismo se puede decir de los rasgos masculinos
y femeninos de la mente.Todos los hombres y las mujeres
tienen la capacidad de desarrollar los rasgos que son los
puntos fuertes del sexo opuesto. Por esta razón hay
numerosos ejemplos mujeres que han sobresalido en todos
los campos las ciencias, artes, religión, economía y política.
Hipatia
Helen Keller Marie Curie
Catalina la Grande
Juana
de
Arco
Ada Lovelace
16. «Una naturaleza femenina se encuentra latente
en el hombre, y una naturaleza masculina se
encuentra latente en la mujer (...)
Dado que Dios posee características duales
[masculinas y femeninas], Él puede morar tanto
dentro de la mujer como en el hombre. De manera
similar, a pesar de sus respectivas facetas
[masculinas y femeninas] predominantes, el esposo
y la esposa pueden morar en los corazones de su
pareja en virtud de las características duales
latentes en ellos. Forman una unidad inseparable.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-
UWC,HSA-UWC, 256-58, (12 de marzo de 1994).
El hombre y la mujer pueden morar en los corazones de sus parejas y formar una unidad
inseparable porque en ambos existen aspectos masculinos y femeninos latentes
Según Sun Myung Moon,
Dios puede morar dentro de los
corazones del hombre y de la
mujer porque, al reunir dentro
de Sí mismo la esencia del
carácter masculino y femenino,
Él posee un profundo corazón
paternal y maternal.
El esposo y la esposa pueden
también formar una unidad
inseparable porque en ambos
existen aspectos masculinos y
femeninos latentes.
17. De acuerdo con el Pensamiento de Unificación, la unión del marido y la esposa posee un enorme
significado divino y cósmico:
«En primer lugar, el marido y la esposa reflejan las
características duales yang y yin de Dios. Por lo
tanto, su unión conyugal significa la completa
manifestación de Dios.
En segundo lugar, la unión original de una pareja
representa la etapa final de la creación, la
consumación de la creación del universo. El
propósito último de la creación del universo es la
aparición de los seres humanos que son los que
pueden ejercer un correcto dominio sobre todas las
cosas.
En tercer lugar, el marido y la esposa
originalmente representan cada uno de ellos a una
mitad de la humanidad. En una pareja, el marido
representa la humanidad masculina, y la esposa, la
humanidad femenina.Así pues, su unión significa la
unidad de toda la humanidad.
En cuarto lugar, el marido y la esposa
originalmente representan cada uno de ellos a la
mitad de la familia mundial. Dentro de la familia,
el esposo representa a todos los hombres y la
esposa a todas las mujeres.Así pues, su unión
representa la perfección de la familia.
Visto desde esta perspectiva, la unión amante
de un marido y una esposa significa la completa
manifestación de Dios en la familia y la
consumación de la creación del universo.
Representa asimismo la unidad de toda la
humanidad y la perfección de la familia. Por todo
ello, la unión del marido y la esposa es
verdaderamente una unión preciosa y sagrada
que posee un valor divino.»
Una Introducción al Pensamiento de Sun Myung Moon,
IIUPM, Montevideo, 2005, p. 76.
18. La dimensión divina y cósmica del amor conyugal
Manifestación
de Dios
Consumación
de la creación
del universo
Unidad de
la humanidad
Perfección de
la familia
Marido Esposa
Dios
19. Cuando bajamos al nivel de los animales
superiores y en general del resto de los seres
vivos, podemos ver que todos los
organismos vivos comparten la naturaleza
común de poseer un aspecto mental y
material, que incluso se puede extender al
mundo de las moléculas, átomos y
partículas.
La diferencia está en que a medida que se
va descendiendo en la escala de los seres
vivos, los procesos mentales van también
descendiendo de nivel. Por ejemplo, se
puede razonablemente suponer que los
animales superiores puedan tener un cierto
grado de consciencia, una cierta capacidad
de entendimiento, juicio y elección, e incluso
una sensibilidad emocional y afectiva.
Pero carecen de una consciencia autorreflexiva
y de razón, en el sentido kantiano. O sea, de la
capacidad más intuitiva y reflexiva de hacer
inferencias y deducir de casos concretos principios
y leyes generales.
Por este motivo, se puede apreciar que la
autonomía y creatividad de los animales es
dramáticamente diferente de la de los seres
humanos, como lo prueba su incapacidad de
elaborar un lenguaje articulado y de emular las
grandes producciones o creaciones técnicas,
científicas y artísticas de los humanos.
Y, de forma similar a los seres humanos, hay
una diferenciación en animales macho y hembra,
estambre y pistilo en las plantas, y protones y
electrones en los átomos.
Naturaleza común en los demás seres y cosas
20. Existen curiosas y significativas diferencias entre
los seres humanos y los animales.A pesar de que
tenemos una mayor consciencia y capacidad mental,
somos los únicos seres que al nacer y durante un
periodo más largo de tiempo nos encontramos más
indefensos y necesitados de atenciones y cuidados,
mucho más que el resto de los animales.
La naturaleza nos ha provisto de muy pocos
instintos innatos y, por ello, necesitamos seguir un
proceso de aprendizaje a través de educación y
experiencia, mientras que los animales disponen, casi
desde su nacimiento, de unos fuertes y marcados
instintos naturales, característicos de su especie,
gracias a los cuales pueden desenvolverse por sí
mismo mucho antes que el hombre, sin tener
necesidad de recibir educación ni aprender por la
experiencia. Fromm remarca este hecho en la
siguiente cita.
«El hombre nace desprovisto del aparato
necesario para obrar adecuadamente,
aparato que, en cambio, posee el animal,
depende de sus padres durante un tiempo
más largo que cualquier otro animal y sus
reacciones al ambiente son menos rápidas y
menos eficientes que las reacciones
automáticas reguladas por instinto.
Tiene que enfrentar todos los peligros y
temores debido a esa carencia del aparato
instintivo.Y, sin embargo, este mismo
desamparo constituye la fuente de la que
brota el desarrollo humano; la debilidad
biológica del hombre es la condición de la
cultura humana.»
Erich Fromm, El miedo a la libertad, Paidós, Buenos
Aires, p. 59.
Diferencias entre los seres humanos y las demás criaturas
21. Diferencias entre los seres humanos y las demás criaturas
Es decir, esta temprana independencia de los animales
—que parece una ventaja inicial— luego se convierte en
una desventaja debido a que están muy condicionadas
por fuertes instintos innatos. Esto es algo que se puede
apreciar muy bien en las pautas de conducta animal, que
tienen por lo general un carácter periódico y repetitivo,
como la búsqueda de alimentos, apareamiento,
construcción de nido y cría de descendencia.
En cambio, en el ser humano esa aparente desventaja,
que supone su indefensión y dependencia inicial a causa
de la falta de instintos innatos, luego se convierte —una
vez que aprende mediante la educación y la
experiencia— en una gran ventaja, pues se llega a
disfrutar de una mayor independencia, libertad y
creatividad innovadora no condicionada por instintos
innatos repetitivos.
22. Diferencias entre los seres humanos y las demás criaturas
Nosotros hemos sido dotados de una
gran autonomía, libertad y responsabilidad
para desarrollar nuestro propio potencial
de una manera creativa y única.
En cambio, a los animales —a diferencia
del ser humano— les falta ese potencial y
capacidad de modelar su propia
personalidad, porque están controlados
por rígidos y repetitivos instintos innatos.
Así pues, su valor radica más en el valor de
cada especie en su conjunto que en sus
miembros individuales.
23. No obstante, los animales superiores
muestran también ciertas características
individuales únicas, aunque en menor grado
que los individuos humanos.
A medida que se va descendiendo en la
escala de los seres vivos, esas características
individuales únicas se van difuminando hasta
casi confundirse con las características únicas
de la especie.
En el mundo mineral, las características
individuales únicas de los materiales son ya
exactamente idéntica a las características de
los elementos químicos simples que
componen dicho material, sin que haya
ninguna individualización.Así, por ejemplo,
un pedazo de oro puro es exactamente igual a
otro trozo cualquiera.
24. Esto es algo en lo que coinciden las tradiciones
científicas, filosóficas y religiosas. Reconocer que los
seres humanos poseen una individualidad única e
irrepetible.
Además de compartir una misma naturaleza
común biológica y psíquica, cada individuo humano
posee unas características propias únicas que le
diferencia del resto de los individuos, tanto en su
estructura fisiológica o aspecto exterior como en sus
cualidades de carácter o talentos innatos, lo cual le
otorga un valor extraordinario.
Los seres humanos se podrían asemejar a piezas
únicas, irrepetibles e insustituibles de una gran
maquinaria, que poseen un valor equivalente al de la
totalidad, ya que sin esas piezas únicas la maquinaria
no funcionaría adecuadamente ni estaría completa.
Desde la perspectiva religiosa, como se
afirma en el Principio Divino, se podría decir
que cada persona humana fue creada por
Dios con una personalidad única, irrepetible
e insustituible con el fin de poder amarlo de
una forma única, personal y exclusiva, de
igual manera que los padres sienten una
alegría única al amar a cada uno de sus hijos
e hijas, que son para ellos como tesoros
únicos, insustituibles e irreemplazables que
no tienen precio.
El Principio Divino, Parte I, Cap.VII, Sec. I.
La individualidad única e irrepetible de los seres humanos
25. La individualidad única e irrepetible de los seres humanos
A diferencia de los animales y plantas, cuyas características individuales únicas van decreciendo hasta
equipararse con las características únicas de la especie a la que pertenecen, cada individuo humano posee
unas marcadas e irrepetibles características únicas, como queda bien expresado en la siguiente cita del
Pensamiento de Unificación:
«Las naturalezas individuales se manifiestan
concretamente en la naturaleza humana de tres formas
diferentes.
En primer lugar, están las particularidades de los
aspectos corporales y la expresión facial.
En segundo lugar, cada persona posee un tipo de
conducta particular.
En tercer lugar, están las expresiones creativas
peculiares de cada uno. Esto no se refiere únicamente a la
creatividad artística, sino también cualquier otro tipo de
actividad que requiera de nuestras habilidades creativas.
Dios siente una gran alegría cuando mira
a cada individuo humano porque cada
persona le ofrece una belleza única a
través de sus facciones, conducta y
actividades creativas.
Ésta es la belleza de la individualidad,
que se compone de la belleza peculiar y
única de los diferentes tipos de facciones,
conducta y expresiones creativas.»
Una Introducción al Pensamiento de Sun Myung
Moon, Instituto de Investigación para la Unificación
del Pensamiento Mundial, Montevideo, 2005, pp. 78-
79.
26. Un
admirable
camaleón
«No te dimos ningún puesto fijo, ni una faz propia, ni
un oficio peculiar, ¡oh Adán!, para que el puesto, la
imagen y los empleos que desees para ti, esos los
tengas y poseas por tu propia decisión y elección. Para
los demás, una naturaleza contraída dentro de ciertas
leyes que les hemos prescrito.
Tú, no sometido a cauces algunos angostos, te la
definirás según tu arbitrio al que te entregué.Te
coloqué en el centro del mundo, para que volvieras más
cómodamente la vista a tu alrededor y miraras todo lo
que hay en ese mundo.
Ni celeste, ni terrestre te hicimos, ni mortal, ni
inmortal, para que tú mismo, como modelador y
escultor de ti mismo, más a tu gusto y honra, te forjes la
forma que prefieras para ti (...) ¿Quién no admirará a
este camaleón? o ¿qué cosa más digna de admirar?»
Pico de la Mirándola, De la dignidad del hombre, Editora Nacional,
Madrid, 1984, pp. 103-104.
A diferencia de los animales, el ser
humano está configurado para que —
de una manera libre y responsable— se
moldee a sí mismo, desarrollando su
potencial de talentos innatos.
El hombre es como un camaleón, un
diamante en bruto que tiene la
responsabilidad de tallarse o
perfeccionarse a sí mismo para así
crear una obra de arte única, como
dice Pico de la Mirándola en su famoso
discurso De la dignidad del hombre.
27. Esta personalidad única e irrepetible de
cada individuo, cuya base genética se halla
en el carácter único de su ADN no se pierde a
pesar de la influencia de las circunstancias
ambientales.
Durante el periodo de crecimiento de una
persona es evidente que influye en su
constitución física el clima y el lugar donde
vive, los alimentos que ingiere y otras
circunstancias ambientales, pero lo que no
pueden hacer el ambiente es convertir a una
persona en otra diferente.
Las personas son fácilmente reconocibles
por su expresión facial única a pesar de los
cambios producidos por el paso del tiempo o
enfermedades.
Las circunstancias ambientales pueden producir a largo
plazo transformaciones más profundas, como son los
fenómenos de microevolución, o mecanismos biológicos
de adaptación al ambiente, que fueron los que dieron
lugar a las diferencias entre razas humanas. Pero, incluso
estos cambios no han modificado las características únicas
de la especie humana ni las de sus individuos.
Por eso, es absurdo hablar —como hacían los
darwinistas sociales y nazis— de razas superiores más
evolucionadas y de razas inferiores menos evolucionadas,
con el fin de justificar las guerras y el colonialismo diciendo
que son procesos de selección natural o lucha por la
supervivencia de los más aptos.
Todas las personas de cualquier color de piel o raza
poseen una naturaleza humana equivalente y una
individualidad única igualmente valiosa.
El ADN y la influencia de las circunstancias ambientales
28. En la Ilustración, se hizo muy popular la idea de
que la educación conformaba en gran medida el
carácter y forma de ser de las personas.
Es evidente que las circunstancias familiares y
sociales, el ambiente cultural de la época en la que se
vive, los estudios y la educación recibida, el trabajo
que se desempeña y las experiencias personales
influyen en la formación del carácter o la
personalidad de las personas.
Sin embargo, no lo hacen hasta el punto de
modificar esa individualidad única congénita.
Además, hay que tener en cuenta que el ser humano
tiene la suficiente autonomía y creatividad como
para no dejarse influir por los demás, tomar sus
propias decisiones e incluso cambiar sus
circunstancias sociales.
Este tipo de ideas ilustradas, llevadas a un
extremo, hicieron creer a dictadores comunistas
como Stalin que las personas estaban
completamente condicionadas por el sistema social,
y que se podían eliminar si se negaban a cooperar
con la revolución, con la misma tranquilidad que se
sacrifica a un ganado aquejado con una enfermedad
infecciosa.
También, los biólogos darwinistas actuales se
empeñan en homologarnos con los animales —
negando el valor de nuestra individualidad única y
dignidad especial— ignorando o minimizando las
grandes diferencias que hay entre las demás
especies y la nuestra.Todo ello para de demostrar
que venimos de los monos, con lo cual corremos el
riesgo de acabar convirtiéndonos en conejitos de
indias en sus manos.
La influencia de la educación y las circunstancias sociales
29. Por el hecho de poseer unas características individuales únicas,
peculiares e irrepetibles, y porque somos seres que hemos sido
dotado de una gran autonomía, libertad y responsabilidad para
desarrollar nuestro propio potencial de una manera creativa y única,
siempre hemos intuido que tenemos una dignidad especial y un
gran valor intrínseco como persona, y no solamente como miembro
de la especie humana. Esta creencia es el fundamento sobre el que
se basa la defensa de los modernos derechos humanos.
Por tanto, hay suficientes razones para mantener el supuesto de
que el ser humano ha sido dotado de una personalidad única e
irremplazable, y que, por tanto, es portador de una dignidad
especial y un valor intrínseco como individuo. Este supuesto tiene
implicaciones éticas muy beneficiosas para el ser humano, desde
luego mucho más que el supuesto de que somos homologables a los
animales.
La dignidad especial y el valor intrínseco de cada persona
30. La dignidad especial y valor intrínseco que distingue al
ser humano del resto de los seres y cosas, desde un punto
de vista científico, se puede reconocer debido al hecho de
que —a pesar de compartir una naturaleza biológica muy
semejante al resto de los seres vivos— los seres humanos
destacan por su capacidad de realizar procesos mentales
de un nivel muy superior a ellos (capacidad de
conceptualizar, inferir leyes generales, elaborar un
discurso, etc.) y por poseer un grado más elevado de
autoconsciencia (capacidad de reflexionar sobre sí
mismo).
Y también porque los seres humanos disponen del más
alto grado de autonomía, libertad y creatividad para
perseguir sus fines y transformar su ambiente.
Seres con capacidad de realizar procesos mentales de un nivel superior y
con el más alto grado de autoconciencia
31. El valor intrínseco y la dignidad humana,
desde una perspectiva filosófica puramente
racionalista o humanista, se reconoce por el
hecho de que todo ser humano posee una
naturaleza humana común en la que destaca la
razón, que le posibilita tener —a diferencia de
los animales— la capacidad de hablar y
dialogar con otros seres humanos, y también
por haber sido dotado de libertad y
responsabilidad para desarrollar nuestro
propio carácter y dirigir nuestra vida.
Seres con capacidad de habla, dialogo, libertad y responsabilidad
32. Desde el punto de vista religioso, todas las religiones
comparten la creencia en que todos los seres humanos
poseen una dignidad especial y un valor sagrado o
divino.
De acuerdo a la tradición bíblica este valor sagrado se
deriva del hecho de haber sido creados como hijos e
hijas de Dios a Su imagen y semejanza, y según otras
tradiciones, por ser los portadores de un logos o alma
que es una parte o chispa del mismo y común Logos,
Tao o Espíritu Absoluto, que es la Realidad última o el
principio cósmico que rige al universo.
Por todas estas razones, siempre hemos intuido que
cada ser humano tiene una dignidad especial y un gran
valor intrínseco como individuo, y no solamente como
miembro de la especie humana.
Esta creencia en la dignidad especial
de los seres humanos es el fundamento
de los conceptos de igualdad y libertad
humana, así como de la defensa actual
de los derechos humanos.
La dignidad especial y el valor sagrado de las personas desde la
perspectiva religiosa
33. Principio del subsistencia y preservación de la
identidad única de los individuos y especies, a pesar
del cambio, transformación, crecimiento y desarrollo.
Esta identidad única en el caso de los seres humanos se
expresa en cada persona en la forma de una
personalidad y características individuales únicas e
irrepetibles, que es lo que le otorga una dignidad especial
y un valor innato, y en el caso de los demás seres vivos y
cosas, la identidad se manifiesta en las características
únicas de su especie o clase.
PRINCIPIO DE LA IDENTIDAD ÚNICA
34. Desde lo más pequeño a lo más grande
Desde lo más simple a lo más complejo
La centralidad de los seres humanos
La metáfora del hombre como fin último,
centro y microcosmos del universo
Todas las entidades individuales son
interdependientes y están interrelacionadas, y
forman una cadena de individuos cada vez más
grandes y más complejos constituyendo así el
conjunto del cosmos, que es semejante a un
gran individuo
INTERCONEXIÓN, INTERRELACIÓN E INTERDEPENDENCIA ENTRE
TODAS LAS ENTIDADES INDIVIDUALES DEL UNIVERSO
La metáfora de la semejanza
del cosmos a un gran individuo
En casa en el universo de
plasma
La doble dimensión, individual
y relacional (social), de todos
los seres y cosas del universo
35. INTERCONEXIÓN, INTERRELACIÓN E INTERDEPENDENCIA ENTRE
TODAS LAS ENTIDADES INDIVIDUALES DEL UNIVERSO
«Medita con frecuencia en la cohesión de todo lo que existe en el mundo y en
las estrechas relaciones que guardan las cosas. En cierto sentido, todas ellas
están entrelazadas entre sí y por ello son amigas. Se mantienen unas a otras
gracias al impulso del movimiento y al hálito común y unión de la sustancia.»
Marco Aurelio, Meditaciones,VI, 38, EdicionesTemas de Hoy, Madrid, 1994.
«¿De dónde provienen las miríadas de galaxias, estrellas, planetas, cristales,
nubes y organismos vivos? ¿Cómo se han dispuesto con una interdependencia
tan armoniosa y compacta? La imponente inmensidad del cosmos, su rica
diversidad de formas y, sobre todo, su coherente unidad, no pueden aceptarse
sencillamente como un hecho irracional.»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide, Madrid, 1989, p. 15.
«En el universo, todo está entrelazado y relacionado entre sí, desde las cosas
más microscópicas hasta las más grandes.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 16:119 (2 de enero de 1966).
Este supuesto
defendido en la
antigüedad por los
estoicos es hoy día
corroborado por la
ciencia y también es
un postulado
esencial del
Pensamiento de
Unificación, como se
desprende de estas
citas de Marco
Aurelio, Davies y
Sun Myung Moon.
36. Desde lo más pequeño a lo más grande
Cuando se observa el proceso de formación y
evolución del universo, se puede ver claramente como
las entidades individuales fueron uniéndose y
formando conjuntos de unidades cada vez más
grandes.
Por ejemplo, las subpartículas llamadas leptones y
quarks se unieron mediante interacciones de fuerzas,
formándose así los diferentes tipos de partículas, que
son básicamente los protones y neutrones que
constituyen el núcleo de los átomos y los electrones
que forman una capa electrónica a su alrededor.
Luego, las partículas se unieron de nuevo mediante
interacciones de fuerzas de atracción y repulsión
constituyendo diferentes tipos de átomos, empezando
por el más sencillo, el átomo de hidrógeno, que se
compone de un protón y un electrón.
Más adelante, los diferentes tipos de
átomos se unieron de nuevo también
mediante enlaces químicos construyéndose
así moléculas y estructuras moleculares cada
vez más grandes.
Entonces, estos elementos químicos se
unieron de nuevo formando conjuntos más
grandes, como las estrellas fijas y los planetas
que constituyen las unidades básicas del
universo, aparte de otros cuerpos celestes
como satélites, cometas, asteroides o
meteoritos, y una gran masa de materia
interestelar compuesta de gases, hielo y polvo,
y múltiples corrientes de diferentes tipos de
radiaciones y plasmas.
37. Desde lo más pequeño a lo más grande
Más adelante, soles y planetas se unieron de
nuevo mediante un equilibrio de fuerzas
centrífugas y centrípetas, organizadas por el
campo gravitatorio, dando lugar a sistemas
planetarios.Como es el caso de nuestro sistema
solar que es una estructura ordenada de
planetas que rotan sobre su propio eje al mismo
tiempo que revolucionan alrededor del sol.
Pero, además de eso, se puede observar que
el sistema solar, junto con otros sistemas
solares dan vueltas alrededor de un cúmulo de
estrellas que está situado en el centro de
nuestra galaxia, constituyéndose así una unidad
mayor o estructura organizada en forma de
espiral que es nuestra galaxia o vía láctea.
38. Desde lo más simple a lo más complejo
En el universo no solamente existe esta cadena de
entidades individuales que van constituyendo unidades
cada vez más grandes en un sentido cuantitativo y
espacial —que va desde la escala microscópica de
subpartículas a la escala macroscópica de las galaxias—
sino que también existe otra gradación ordenada en un
sentido cualitativo que parte de unidades o sistemas
simples y que va subiendo por una escala de organismos
cada vez más organizados y complejos.
El átomo de hidrógeno, formado por un protón y un
electrón, es el átomo más simple y abundante de un
universo que se estima compuesto de un 90% de
hidrógeno, un 9% de helio, el átomo que le sigue en
simplicidad, y un 1% del resto de átomos y moléculas
más complejas. Curiosamente, esta composición de la
materia del universo es similar a la composición del sol.
Se supone que dentro de las estrellas se
originaron los núcleos de los átomos de los
elementos más pesados, que luego se
unieron constituyendo estructuras
moleculares cada vez más complejas.
Los elementos principales que fueron
apareciendo en orden de complejidad —y
que son también los más abundantes— son
el helio, oxigeno, nitrógeno, carbono y
hierro, siendo este último el que tiene el
núcleo más estable.
39. Desde lo más simple a lo más complejo
Todos estos elementos son los materiales
básicos necesarios para construir y mantener
la existencia de las células y seres vivos.
El hidrógeno es la fuente de energía o
combustible del universo, ya que la energía
que desprenden el sol y las estrellas —tan
necesaria para los organismos vivos—
proviene de la fusión nuclear del hidrógeno,
que se va consumiendo lentamente y
convirtiéndose así en helio.
Los gases principales de la atmósfera
terrestre —vitales también para los
organismos vivos— son nitrógeno, oxígeno y
dióxido de carbono, compuesto este último
de un átomo de carbono y dos de oxígeno.
El agua, que es una molécula compuesta de dos
átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, es un
componente esencial de las células y organismos.
El carbono es el átomo fundamental de todas las
estructuras moleculares complejas, como son los
hidratos de carbonos y las proteínas que
constituyen el material esencial o ladrillos de las
células y organismos, y el núcleo de la tierra está
compuesto de hierro líquido.
Átomo de Hidrógeno Molécula del Agua Átomo de Carbono
40. Desde lo más simple a lo más complejo
Entonces, a partir de las estructuras moleculares
más complejas —mediante interacciones guiadas u
organizadas por campos de vida— se crearon las
células. Primeramente, en la forma de virus,
bacterias y organismos unicelulares.
Una célula, a pesar de su tamaño microscópico y
de parecer una simple gota de agua, es en realidad
un sistema más complejo que el sistema solar. Se
compone del núcleo, cuyo componente esencial es el
ADN —una compleja molécula de ácido
desoxirribonucleico de forma helicoidal que contiene
la información genética del ser vivo— y el citoplasma.
Una célula es como el bloque básico de
construcción o ladrillo de la vida y, al mismo tiempo,
es también la fábrica y cadena de montaje de los
seres vivos, debido a su capacidad de dividirse y
multiplicarse a sí misma.
Así, más adelante, se formaron organismos
multicelulares cada vez más complejos a partir
de la división y multiplicación de una célula
madre o embrión.
Estos cada vez más complejos organismos
vivos están constituidos por diferentes órganos
y tejidos que actúan conjuntamente,
cumpliendo cada uno de ellos con una función
específica necesaria para la vida del conjunto
del organismo.
41. Desde lo más simple a lo más complejo
Todos los organismos vivos están
integrados en el sistema global formado
por el sol y la tierra, cuya dimensión
terrestre se llama comúnmente biosfera
y que funciona a través de la cooperación
o intercambios entre elementos químicos
y organismos vivos, como son los ciclos
del agua, oxígeno y dióxido de carbono.
Los diferentes niveles de organismos
vivos forman colonias integradas en una
gran variedad de ecosistemas
organizados, en los que los minerales
sirven de alimento a los vegetales y
plantas, y éstas a su vez sirven de
alimentos a poblaciones de animales
herbívoros, que a su vez sirven de
sustento a depredadores.
También se puede observar que, a medida que los
organismos vivos se van volviendo cada vez más
complejos, disponen de una mayor autonomía y
creatividad mostrando así que poseen unos niveles de
consciencia y procesos mentales cada vez más altos.
Este proceso ha culminado en los seres humanos, que
son los organismos vivos más complejos, y que disponen
de los máximos niveles de procesos mentales y
autoconciencia, así como un mayor grado de autonomía,
libertad y creatividad.
42. Desde lo más pequeño a lo más grande
Desde lo más simple a lo más complejo
43. La centralidad de los seres
humanos «Si no hubiera seres humanos que observaran y
apreciaran el universo, el universo podría compararse a
un museo sin visitantes. Los objetos exhibidos en el
museo pueden mostrar su verdadero valor solamente
cuando hay un ser humano que los aprecia, que los ama y
siente alegría al verlos.
Esta relación con los seres humanos es la que les da
valor a sus existencias. Si no hubiera ninguna persona
que los apreciara, ¿qué sentido tendrían su existencia? Lo
mismo se aplica al caso de todo el universo con el
hombre como su centro. (…)
Solamente los seres humanos estudian, clasifican y
descubren las características de todos los minerales,
animales y plantas, incluyendo todo lo que existe en la
tierra, el mar y el aire, así como los astros, estrellas y
galaxias que forman todo el universo.»
El Principio Divino, Parte I, Cap. I, Sec. II, 3, (4).
A pesar de que tenemos un tamaño
microscópico si nos comparamos con las
dimensiones de las galaxias, y aunque
habitemos en un humilde planeta de una de
las innumerables galaxias del universo,
podemos considerarnos como el fruto
último de la evolución del universo.
Esto es así porque somos los sistemas
organizados de máxima complejidad, muy
superior a la complejidad de los sistemas
galácticos, y con un nivel de procesos
mentales que nos califica para ocupar esa
posición central como los “observadores”
que tiene la capacidad de conocer, estudiar,
apreciar y valorar al conjunto del universo.
Esto queda muy bien expresado en la
siguiente cita del Principio Divino:
44. “El cosmos es un conjunto especialmente diseñado con el fin y propósito
fundamental de que pudiera aparecer la vida y la humanidad”
«Todas las evidencias disponibles
en las ciencias biológicas apoyan la
proposición central de la
tradicional teología natural – que el
cosmos es un conjunto
especialmente diseñado con el fin y
propósito fundamental de que
pudiera aparecer la vida y la
humanidad, un conjunto en el cual
todas las facetas de la realidad,
desde el tamaño de las galaxias
hasta la capacidad termal del agua,
encuentran su sentido y
explicación en este hecho central.
Cuatro siglos después de que la
revolución científica aparentemente
destruyó irremediablemente el
lugar especial del hombre en el
universo, desterró a Aristóteles y
volvió obsoleta la especulación
teleológica, la incesante corriente
de descubrimientos se ha vuelto
dramáticamente a favor de la
teleología y el diseño y renace la
doctrina del microcosmos.»
Michael J. Denton, Nature’s Destiny: How the
Laws of Biology Reveal Purpose in the Universe,
The Free Press, NewYork, 1998, p. 389.
El biólogo Michael
J. Denton abunda en
esta misma opinión y
habla del renacer de
la antigua doctrina
del hombre como
microcosmos.
45. La metáfora del hombre como fin
último, centro y microcosmos del
universo
En realidad, ahora se está volviendo a dar la
razón a la clásica visión antigua del ser humano
como centro y microcosmos del universo, puesto
que, aunque no viva —como se creía antes— en
el centro del universo, hay indicios de que sea el
centro del universo por su complejidad, por
incluir dentro de sí todos los estratos inferiores y
porque parece que el universo se constituyó tal
como es para que pudieran aparecer los
“observadores” del universo.
Por tanto, no es descabellado atribuir un valor
cósmico y sagrado a cada ser humano, como
defendieron de forma intuitiva muchos filósofos
desde la más remota antigüedad, como se
desprende de las siguientes citas:
46. El hombre es un mundo en miniatura.
Demócrito, Frag. 34
El hombre es una cosa sagrada para el
hombre.
Séneca, Epístolas 95, 33
El hombre es el intermediario de todas las
criaturas, emparentado con las superiores,
rey de las inferiores, por la perspicacia de
sus sentidos, por la penetración inquisitiva
de su razón, por la luz de su inteligencia,
intérprete de la naturaleza, cruce de la
eternidad estable con el tiempo fluyente y
cúpula del mundo.
Pico de la Mirándola, De la dignidad del hombre
Cada uno es una imagen de Dios en
miniatura.
Manilio 4, 895
Por esta causa el hombre es llamado
microcosmos, debido a que hay en él una
similitud de todo el universo.
Mientras que su cuerpo está en la escala del
mundo corporal, su alma está en la grada del
mundo espiritual.
En este sentido, los filósofos, acotando y
delimitando la filosofía, dijeron que la filosofía
es el conocimiento del hombre, de su alma, ya
que partiendo de su propio conocimiento
conoce la totalidad (de lo existente).
Ibn Saddiq, Microcosmos
47. En el reino de los fines todo tiene un
precio o una dignidad.
Aquello que tiene precio puede ser
sustituido por algo equivalente; en cambio,
lo que se halla por encima de todo precio
[el ser humano] y, por tanto, no admite
nada equivalente, eso tiene una dignidad.
Kant, Fundamentación de la metafísica de las
costumbres
Qué maravillosamente ha sido creado y
configurado el hombre, cuando se penetra
en su verdadero ser... y en su grandeza —
pensad en esto— que no haya nada en el
cielo ni en la tierra que no se encuentre
también en el hombre.
Paracelso,Textos esenciales
Un ser humano individual es más precioso
que el universo. El valor de cada persona es
infinito, porque él o ella han sido creados como
el compañero de amor de Dios.
Sun Myung Moon
Un ser humano es un pequeño universo, el
microcosmos del macrocosmos de la creación
divina. Dios, la fuente del macrocosmos, es
también la fuente de nuestra energía.
Como universos en miniatura, cada uno de
nosotros estamos relacionados con el
macrocosmos y recibimos su energía en
nuestro corazón. Así pues, estamos conectados
a la fuente de la fuerza infinita, y como su
contraparte estamos dotados de un valor
cósmico.
Sun Myung Moon
48. Todas las entidades individuales son interdependientes y están interrelacionadas,
y forman una cadena de individuos cada vez más grandes y más complejos
constituyendo así el conjunto del cosmos, que es semejante a un gran individuo
Una primera conclusión que se puede sacar de estas
observaciones es que los individuos no existen de una
manera aislada o completamente independiente.
Todas las entidades individuales son
interdependientes entre sí y están interrelacionadas e
interconectadas, y forman una cadena de individuos
cada vez más grandes y más complejos.
Una segunda conclusión es que el concepto de
individuo es relativo, ya que las entidades individuales
al unirse van formando otras unidades o individuos más
grandes, que están compuestos de entidades
individuales que incluso mantienen su propia existencia
individual y una cierta independencia propia.
Así pues, se podría decir que el
universo está formado por una
cadena de individuos —que al mismo
tiempo que mantienen su propia
existencia individual y una cierta
independencia— van uniéndose y
formando otros individuos cada vez
más grandes y más complejos, hasta
formar el conjunto del cosmos que es
como un gran individuo o un gran
organismo.
49. Todo el Universo es un individuo, es
decir, como si fuera una persona, y
cada uno de los seres corporales y
espirituales, eternos o corruptibles, es
miembro y parte de ese gran
individuo.
León Hebreo, Diálogos de amor
Cuando llegó a tal grado de saber,
descubrió que el orbe celeste en su
totalidad, así como lo que en él se
contenía, era como una sola cosa,
unidas y entrelazadas sus partes... y
que todo ello semejaba muy mucho a
un individuo.
IbnTufayl, El Filósofo autodidacta
Somos miembros de un gran cuerpo.
Séneca, Epístolas, 95, 52,
Debes saber que este universo,
considerado en su conjunto, constituye
como una sola individualidad, y nada más;
quiero decir, el globo del cielo supremo, con
todo su contenido, es, a no dudarlo, un
individuo.
Mose Ben Maimon, Guía de perplejos
La metáfora de la semejanza del
cosmos a un gran individuo
La visión del universo como un cosmos
ordenado que se asemeja a un gran
individuo es también un lugar común en
todas las tradiciones culturales, filosóficas y
religiosas del pasado.
50. En casa en el universo de plasma
Curiosamente los más recientes modelos
cosmológicos científicos, como son los modelos de
plasma, coinciden en considerar al universo como un
gran cuerpo interconectado. Los últimos
descubrimientos revelan que los inmensos espacios
aparentemente vacíos del universo están surcados
por grandes corrientes interestelares e
intergalácticas de materia oscura ionizada —
compuesta principalmente de iones de hidrógeno,
electrones libres y otros tipos de radiaciones o
subpartículas— que se designa con el nombre
genérico de plasma.
Estas grandes corrientes interestelares de materia
electrificada, generadas por enormes campos
magnéticos y que generan a su vez sus propios
subcampos, forman gigantescos filamentos o
cuerdas que conectan a las estrellas dentro de una
galaxia e incluso a las distintas galaxias entre sí.
Así pues, todo el universo sería muy similar a un
gran organismo organizado e interconectado por
invisibles campos magnéticos que generan
enormes ríos o corrientes de plasma energético,
con la forma de gigantescos filamentos o cuerdas
que entrelazan las estrellas y galaxias.
Esta visión que muestra que hay una gran
similitud o analogía entre la estructura del universo
y la de nuestro propio cuerpo nos hace sentir más
en casa si lo comparamos con el frío sentimiento de
soledad y aislamiento que inspiraba la visión
científica tradicional que nos consideraba como
una insignificante mota de polvo microscópica
vagando a la deriva en medio de un inmenso
espacio vacío.
Anthony Peratt y G. Carroll Streit, En casa en el universo de
plasma, artículo publicado enThe World and I, Septiembre 1999,
p. 183, Washington. USA.
51. La doble dimensión, individual y relacional (social), de todos los seres y
cosas del universo
Una tercera consecuencia de estas
observaciones es constatar que todas
las entidades individuales parecen tener
una doble dimensión; una individual y
otra relacional o social.
Es decir, al mismo tiempo de ser
entidades individuales que mantienen la
propia existencia y disponer de una
cierta independencia, son también
entidades relacionales o sociales
interdependientes entre sí e
interconectadas unas con otras.
Los seres humanos, a pesar de tener muy
marcada la dimensión individual, también son
seres relacionales o sociales con una fuerte
tendencia natural e innata a vivir en
comunidad formando familias, tribus, clanes,
sociedades y naciones.
Hoy día, se puede ver como estas
comunidades y naciones, que a lo largo de la
historia habían vivido de una manera aislada,
son cada vez más interdependientes y tienden
hacia la formación de una comunidad mundial
mediante un proceso de globalización de todos
los aspectos de la cultura.
52. PROPÓSITO INDIVIDUAL Y PROPÓSITO PARA EL CONJUNTO
«Todos los seres están interconectados por
medio de propósitos duales. En el centro de
todas las entidades hay propósitos duales.
Poseen un propósito relacionado con su
carácter interno [mente] que busca el bien del
conjunto más grande, y tienen también un
propósito relacionado con su forma externa
[cuerpo] que persigue su propia preservación
y bienestar.»
Sun Myung Moon, The Significance of the Inauguration of the Sun
Moon Peace Cup, Little Angels Performing Arts Center, Seoul, Korea
(12 de junio de 2002).
Como se desprende de esta
cita de Sun Myung Moon, la
afirmación de que todos los
seres están interconectados
por medio de estos dos
propósitos es un supuesto
esencial del Pensamiento de
Unificación.
53. El fin particular y
el fin del todo
La existencia de estos
propósitos duales, expresados
en diversos términos, es
también un presupuesto
ampliamente compartido por
muchas tradiciones filosóficas
y religiosas.
Generalmente se basa en la
creencia que el universo es
como un gran organismo o
cuerpo, cuyas partes cumplen
a la vez un fin particular y un
fin para la totalidad o bien
común. León Hebreo expresa
esto mismo de una forma
poética.
«Todo el Universo es un individuo, es decir, como si fuera una
persona, y cada uno de los seres... es miembro y parte de ese gran
individuo, habiendo sido producido todo él y cada una de sus partes
por Dios para un fin común de la totalidad y un fin particular de cada
una de las partes...
El fin del todo es la perfección unitaria del universo, dibujada por el
divino arquitecto. El fin de cada una de las partes no es sólo la
perfección de la parte en sí, sino además servir con rectitud a la
perfección del todo... Para este fin común fue creada, ordenada y
dedicada cada parte, más que para el fin particular...
Por esto se siente más feliz por lo común que por lo propio, de igual
modo que ocurre en un individuo humano, en quien la perfección de
alguna de sus partes, como el ojo o la mano, no consiste exclusiva ni
fundamentalmente en que el ojo o la mano sean hermosos, ni en que
el ojo vea suficientemente o que la mano ejecute muchas artes, sino
que radica ante todo y principalmente en que el ojo vea y la mano
efectúe aquello que conviene para beneficio de toda la persona.»
León Hebreo, Diálogos de amor, PPU, Barcelona, 1986, p. 315-316.
54. Observando el universo se puede ver que las
entidades individuales más pequeñas se unen y
forman unidades o individuos cada vez más grandes.
Las partículas se unen y forman átomos; los
átomos se vuelven a unir y forman estructuras
moleculares cada vez más complejas, que son la base
de todos los tipos de materia inorgánica y orgánica.
Todos los organismos vivos se componen de
células que, al mismo tiempo que tienen una vida
propia, realizan funciones que mantienen la vida del
conjunto del organismo.
La tierra es semejante a un gran organismo en el
que cada parte cumple una función para hacer de ella
un lugar estable y habitable.
Además, la tierra, igual que los demás
planetas, al mismo tiempo que gira sobre su
propio eje para garantizar su propia estabilidad,
describe una órbita alrededor del sol, formando
así el sistema solar.
El sistema solar, como una unidad, gira a su
vez alrededor del centro de la galaxia,
constituyéndose así una estructura aún más
grande.
De una forma similar, los seres humanos, a la
vez que persiguen la satisfacción de sus
necesidades individuales, se unen entre sí
formando familias, comunidades, naciones y
comunidades de naciones.
Todas las entidades individuales se unen para formar unidades de individuos
cada vez más grandes
55. Si la finalidad de todos los seres y cosas
fuera exclusivamente la propia conservación,
crecimiento y desarrollo —o la lucha por la
propia supervivencia, como dicen los
darwinistas— ¿cómo es posible que en el
universo todos los seres y cosas estén tan
interrelacionados e interconectados entre sí?
¿Cómo hubiera sido posible que el universo
se constituyera a partir de pequeñas
unidades que fueron agrupándose en
unidades cada vez más grandes y complejas
hasta formar un gran organismo
interconectado?
Si el único propósito de las partículas hubiera
sido su propia existencia, ¿por qué se unieron
entre sí mediante interacciones recíprocas para
formar átomos? Si el único fin de los átomos
hubiera sido mantener su propia estabilidad,
¿por qué se unieron a otros átomos mediante
enlaces químicos para formar las estructuras
moleculares?
Si el propósito de las células fuera
exclusivamente su propia supervivencia, ¿cómo
fue posible que se formaran organismos
multicelulares en los que todas las células
cooperan con la finalidad de mantener la vida
del conjunto del organismo?
¿Cómo podría estar todo tan interrelacionado si sólo existiera
el fin individual de la propia supervivencia?
56. «Hay dos propósitos duales: uno es el de mantenerse a uno
mismo, y otro es el de formar parte de un ser más grande, que es el
universo (…)Veamos el ejemplo de nuestros ojos. El ojo tiene el
propósito de preservar su propia existencia, pero también el de
servir al conjunto del cuerpo. El oído tiene que funcionar
adecuadamente por sí mismo, pero también ayuda al conjunto. (…)
¿Cómo puede estar el universo tan interrelacionado? Es debido a
que todos los individuos persiguen dos objetivos duales: uno es el
de la propia preservación y otro es combinarse con otros seres para
formar entidades más grandes. La teoría de la evolución solamente
considera el propósito individual de la autopreservación o
supervivencia, pero no capta el propósito más alto para el
conjunto.»
Sun Myung Moon, Myself, 13 de enero de 1980.
Sun Myung Moon,
en esta cita, abunda
en este punto de
vista afirmando que
todos los seres están
interconectados por
estos dos propósitos.
¿Cómo puede estar el universo tan interrelacionado? Es debido a que todos
los individuos persiguen dos objetivos duales
57. Es evidente que las partículas están
configuradas para conservar su propia estabilidad,
y al mismo tiempo para unirse entre sí y formar
átomos. Igualmente, los átomos están hechos
para mantener su unión interna, y al mismo
tiempo para unirse a otros átomos y formar
moléculas.
Los elementos químicos también estaban
configurados de antemano, no sólo para mantener
su cohesión interna, sino para constituir los
sistemas solares y las galaxias.
En nuestro sistema solar, por ejemplo, el
movimiento de rotación sobre su propio eje de la
tierra tiene el propósito individual de garantizar su
propia estabilidad, mientras que el movimiento de
revolución alrededor del sol cumple el propósito
común de mantener la cohesión y de garantizar la
estabilidad del conjunto del sistema solar.
Además, se puede decir que el mundo inanimado,
desde las microscópicas partículas hasta las
macroscópicas estructuras planetarias, no existe
exclusivamente para garantizar su propia existencia
y estabilidad, sino que también está preconfigurado
para permitir que apareciera una primera célula viva.
De igual manera, las células no fueron hechas
solamente para preservar su vida, sino para
constituir numerosos y variados organismos vivos,
que se componen de millones de células.
Por ejemplo, el intercambio de elementos entre el
núcleo y el citoplasma dentro de una célula, y de la
célula con su ambiente externo tienen el propósito
individual de mantener su existencia, mientras que
sus interacciones con otras células dentro de los
diversos órganos de los que consta el organismo,
cumplen el propósito común de mantener la vida del
conjunto del organismo.
Propósito individual y propósito para el conjunto
58. PROPÓSITO PARA EL
CONJUNTO
TODAS LAS
ENTIDADES
INDIVIDUALES
Mantener la propia existencia y estabilidad individual
Preservar y fortalecer el individuo
Buscar el bienestar o felicidad individual
Formar unidades o conjuntos más grandes
Contribuir a la existencia y estabilidad del conjunto
Preservar y fortalecer el conjunto
Buscar el bien o felicidad común
Partículas
PROPÓSITO
INDIVIDUAL
Átomos Moléculas
Satélites Planetas y estrellas Sistema Solar Galaxias
Células Órganos y miembros Cuerpo
Individuos Familias Sociedades Naciones Mundo
Estructuras
moleculares
Propósito individual y propósito para el conjunto
59. Estos propósitos, tanto el individual como el
común, no son fines impuestos o forzados por
algo exterior, sino que es algo dictado desde el
interior por la propia naturaleza o constitución de
los seres y cosas, que están preconfigurados para
cumplirlos de una manera natural, como si fueran
piezas que están hechas para que encajen unas
con otras.
No sólo eso, sino que todos los individuos están
dotados interiormente de fuerzas, impulsos,
instintos, deseos o aspiraciones que los mueven a
cumplir estos dos propósitos, en unos casos de
una manera inconsciente o automática, en otros
de una manera semiconsciente o instintiva, y en
otros de una manera consciente y voluntaria.
Los propósitos duales no son fines impuestos desde fuera, sino dictados
desde el interior de la propia naturaleza de cada entidad
60. En el caso de los seres humanos, el impulso
hacia la cooperación con vistas a un bien común
es tan innato y natural como el impulso hacia la
propia conservación.
En este sentido, tenían razón los filósofos
antiguos, como Aristóteles y los estoicos, al
decir que el hombre es un animal social y que la
naturaleza ha hecho a los hombres los unos para
los otros, para colaborar, como si fueran las dos
manos de un mismo cuerpo, o las filas de
dientes superiores e inferiores de la mandíbula.
Los seres humanos no son por naturaleza
unos seres egoístas que se asocian sólo por
miedo o indefensión, como decía Hobbes. El
motivo que los impulsa a asociarse y colaborar
no es únicamente poder satisfacer mejor las
necesidades individuales.
El ser humano posee un deseo o impulso innato no
sólo a formar familias y comunidades sino también a
ser útil a los demás, hacer cosas en beneficio de
otros, o contribuir al bien común.
Esta tendencia se puede también apreciar en los
animales, puesto que no poseen únicamente un
instinto de supervivencia que le incita a buscar
alimentos, sino que asimismo disponen de un instinto
sexual que los induce a reunirse en parejas y tener
descendencia, y un fuerte instinto maternal que los
impulsa a cuidar, alimentar y proteger a sus crías.
Incluso las partículas, átomos, moléculas,
elementos químicos, soles y planetas están también
instados por fuerzas internas —en este caso ya de una
manera inconsciente y automática— a
autoorganizarse o formar sistemas cada vez más
grandes o complejos.
El natural impulso hacia la cooperación con vistas a un bien común
61. Además, de igual manera que el concepto
de individuo es relativo, asimismo los
conceptos de propósito individual y propósito
para el conjunto son también relativos.
Puesto que lo que es un propósito común en
un cierto nivel de interacciones entre dos
individuos, cumple la función de propósito
individual desde el punto de vista de la unidad
o individuo superior constituido por esos
individuos.
Y lo que es un propósito individual, cuando
se baja de nivel, es el propósito común entre
las partes o entidades que componen el
individuo.
Se podría decir que existe algo así
como una cadena de interacciones y
propósitos que van agrupando o
integrando a los individuos en conjuntos
cada vez más grandes. Así que estos dos
propósitos, el individual y el del conjunto,
están entrelazados y, por lo tanto, son
inseparables.
De esta forma todas las entidades
individuales del universo forman un
gigantesco individuo u organismo
entretejido por medio de estos dos
propósitos duales.
Todas las criaturas del universo forman un enorme organismo entrelazado
entre sí por los propósitos duales
62. Todas las criaturas del universo forman un enorme organismo entretejido
entre sí por los propósitos duales
Propósito para el
conjuntoPropósito
individual
S O S O S O S O
Propósito para el conjunto
Propósito
individual
63. «No puede haber ningún propósito para
el individuo aparte del propósito del
conjunto, ni ningún propósito del conjunto
que no garantice el propósito del individuo.
Todas las criaturas del universo forman un
enorme organismo entrelazado entre sí
por estos propósitos duales.»
El Principio Divino, Parte I, Cap. I, Sec. III, 1.
COMPLEMENTARIEDAD ENTRE EL PROPÓSITO INDIVIDUAL Y
EL PROPÓSITO PARA EL CONJUNTO
Ambos propósitos, aunque
parezcan a simple vista
contradictorios, son en realidad
complementarios.
Esto queda muy bien
expresado en esta cita del
Principio Divino.
64. “La utilidad de cada uno en particular y la universal es una misma”
«Es necesario, pues, que caminemos todos en este
presupuesto: que la utilidad de cada uno en particular y la
universal es una misma,y que si alguno quiere
usurpársela, se deshará la sociedad humana.
Si la misma naturaleza prescribe que desee mirar un
hombre por otro, sea quien fuere, sólo por ser hombre
como él; es preciso que, según la naturaleza, sea común la
utilidad de todos.»
Cicerón, Los oficios o los deberes, Editorial Porrúa, México, 1990, p. 72.
Cicerón abunda en
esta misma opinión
como se puede ver
en esta cita:
65. Ambos propósitos, aunque parezcan a simple
vista contradictorios, son en realidad
complementarios.
Por un lado, el fin inmediato del propósito
individual es garantizar la existencia del individuo.
Así pues, en nuestro caso, éste nos impulsa a
satisfacer las necesidades materiales básicas para
nuestra subsistencia.También nos induce a adquirir
conocimientos y desarrollar los talentos innatos.
Pero, el fin indirecto o ulterior de éste es poder
contribuir con más cosas a nuestras familias y
comunidades.
Si los individuos, movidos por un individualismo
extremo, sólo buscan su propio interés no sólo
deteriorarán y fragmentarán al conjunto, sino que al
final causarán su autodestrucción.
Por otro lado, el fin ulterior del conjunto es
proteger, beneficiar y servir a los individuos. Por
esta razón, los padres —que son los
representantes del conjunto de la familia—
cuando tienen hijos son como unos siervos de sus
hijos y trabajan duramente con el fin de
sustentarlos.
Los líderes políticos —como representantes
del conjunto de la sociedad— deberían ser
también servidores públicos que trabajan con el
fin de beneficiar a todos los miembros de la
sociedad.
Si el conjunto o sus representantes abusan de
su autoridad, maltratan o destruyen a los
individuos, al final el conjunto se acabará
destruyendo a sí mismo.
Un individuo que contribuye al conjunto, a la larga se beneficia a sí mismo, y
un conjunto que protege y potencia a los individuos al final sale beneficiado
66. Principio de la universalidad y complementariedad del
propósito individual y el propósito para el conjunto.Todos los
seres y cosas tienen el propósito individual de preservar su propia
existencia a la vez que tienen el propósito para el conjunto que les
impulsan a formar unidades cada vez más grandes y contribuir al
mantenimiento y cohesión del conjunto. Ambos propósitos no son
contradictorios sino complementarios, porque el fin último de
fortalecer y mejorar el individuo es poder contribuir mejor al
conjunto, y el fin último de mantener y reforzar el conjunto es
proteger y beneficiar a los individuos.
PRINCIPIO DE LOS PROPÓSITOS DUALES
67. La metáfora del organismo o
sistema para describir la sociedad
El mal uso histórico de las
metáforas organicistas o
mecanicistas
La metáfora de la ley de la selva
aplicada a la sociedad humana
Principio del orden
LA UNIVERSALIDAD DEL ORDEN EN LA NATURALEZA Y LA
SOCIEDAD HUMANA
68. Las sociedades y naciones
compuesta por familias se asemejan
a un organismo compuesto por
células, las cuales a la vez que
preservan su existencia individual
colaboran juntas con el fin de
mantener la vida del conjunto del
organismo.
Se asemejan asimismo al sistema
planetario, en el que los planetas al
mismo tiempo que rotan sobre sus
ejes para mantener su propia
estabilidad revolucionan alrededor
del sol con el fin de preservar la
estabilidad y cohesión del conjunto.
La metáfora del organismo o sistema para describir la sociedad
La diferencia entre un organismo, el sistema
planetario y la sociedad humana es que, en los dos
primeros, las posiciones y funciones de las partes o
entidades individuales son fijas, y sus
interrelaciones están regidas de forma automática
o instintiva por leyes mecánicas o biológicas.
Mientras que en las sociedades humanas —
debido a que los seres humanos poseen una
individualidad única y el grado más alto de
autonomía y creatividad— las posiciones y
funciones sociales son intercambiables y flexibles,
y las interrelaciones entre individuos y familias son
intercambios recíprocos de amor, conocimientos,
bienes y servicios que se realizan de una manera
libre, responsable y creativa.
69. Así pues, la metáfora no se debe aplicar
literalmente sino sólo de forma analógica,
ya que los seres humanos no son piezas de
una máquina ni células ni hormigas que
tienen posiciones o funciones fijas dentro
de una máquina, organismo o colonia.
La metáfora simplemente nos ilustra el
hecho de que los individuos humanos están
hechos para cumplir, a la vez y
armoniosamente, el propósito de preservar
su propia existencia individual y el
propósito de servir al conjunto.
Pero, la forma que tienen de cumplir
estos dos propósitos los seres humanos es
radicalmente diferente del resto de las
criaturas y cosas.
Es decir, el individuo humano está hecho para
ayudar a los demás o servir a su familia, comunidad,
nación o mundo por propia iniciativa, y de una forma
libre y responsable.
Aquí precisamente radica el valor moral y la
superioridad humana sobre el resto de las criaturas y
cosas, pues, ¿tendría algún valor moral alguien que
se sacrificara por el bien común obligado a la fuerza?
No somos piezas de una máquina ni hormigas de una colonia
70. Por desgracia, si se estudia la historia no
siempre se ha armonizado el propósito
individual y el propósito para el conjunto.
Muchas sociedades antiguas, asemejando
literalmente la sociedad humana a un
organismo, justificaron la desigualdad o
segregación social en clases fijas y hereditarias,
la tiranía, la explotación del pueblo, los abusos
de poder, y la privación a los individuos de su
libertad.
Los totalitarismos más recientes, usando las
metáforas de las maquinarias sociales regidas
por férreas leyes inexorables que condicionan
completamente a los individuos, no solamente
limitaron las libertades individuales, sino que
masacraron a millones de personas en aras de
un supuesto bien común.
El mal uso histórico de las metáforas organicistas o mecanicistas
Estos graves males sociales ocurren cuando los
gobernantes —o sea, los representantes del
conjunto— motivados por ambiciones de poder o
grandeza personal, fallan miserablemente en su
misión de proteger y potenciar el valor de los
individuos, causando daños no solamente a éstos sino
también, a la larga, la destrucción del injusto sistema
social o régimen político instaurados por ellos.
71. En el extremo opuesto está la metáfora
utilizada por los darwinistas sociales —muy
arraigada en el capitalismo moderno— que
compara la sociedad con una selva en la que
todos los individuos y empresas luchan por su
supervivencia devorándose unos a otros, de tal
manera que sólo los más fuertes y más aptos
están destinado al éxito, mientras que los más
débiles e incapacitados están destinado al
fracaso y a la extinción.
Un individualismo extremo y egoísta que
corroe y destruye las familias, los tejidos
sociales y conjunto de la sociedad, al final acaba
corrompiendo y destruyendo a los propios
individuos, como se puede observar en las
sociedades democráticas actuales.
Resumiendo, el propósito individual y el
propósito para el conjunto no son dos
propósitos contradictorios que están en
continua tensión o lucha entre sí, sino que, por
el contrario, son dos propósitos
complementarios e interdependientes.
Si se cumplen a la vez pueden entrelazar a los
individuos, familias, grupos sociales y el
conjunto de la sociedad, creando un organismo
unido en el que todas sus partes cooperan
armoniosamente por un bien común, que
repercute también en beneficio de cada
individuo.
La metáfora de la ley de la selva aplicada a la sociedad humana
72. Principio de la universalidad del orden, tanto
en la naturaleza como la sociedad humana,
creado por el mantenimiento y desempeño por
parte de cada entidad individual o grupo de
posiciones, papeles y funciones diferenciadas.
PRINCIPIO DEL ORDEN
73. La hipótesis de Gaia
La tierra es como un gran organismo
vivo interrelacionado en el que
minerales, plantas y animales
colaboran juntos en la aparición las
formas de vida superiores
Los seres humanos como el fruto
último, obra maestra y centro del
universo, cuya misión es cuidar de la
tierra y vivir en armonía con el resto de
los seres vivos
INTERDEPENDENCIA Y COOPERACIÓN MUTUA ENTRE LOS DIFERENTES
ORGANISMOS VIVOS Y SISTEMAS FÍSICOS DE LA NATURALEZA
74. Interdependencia y cooperación mutua entre los diferentes
organismos vivos y sistemas físicos de la naturaleza
No sólo los seres humanos están
integrados en el conjunto de la sociedad
humana, y los animales en poblaciones y
colonias, y las células en organismos, y los
planetas y el sol en el sistema solar, sino que
todos los sistemas físicos y comunidades de
organismos vivos de la naturaleza son
interdependientes y cooperan entre sí,
formando un supraorganismo.
El mundo inanimado formado por átomos,
moléculas, planetas y estrellas, no
solamente estaba preconfigurado para
contribuir en último término a la estabilidad
del sistema solar y las galaxias, sino que
también fue diseñado para el fin ulterior de
crear un nicho ecológico o cuna para la
aparición de la vida.
El valor de la constante de la ley de la gravedad, la
distancia entre la tierra y el sol, el valor de las fuerzas
de atracción y repulsión que unen a los átomos y otros
muchos valores numéricos hicieron posible que varios
elementos muy simples —y curiosamente los más
abundantes— como hidrógeno, nitrógeno, oxigeno,
carbono, dióxido de carbono y agua colaboraran de
una manera sorprendente para crear el ambiente
adecuado para la aparición de los primeros
microorganismos unicelulares.
Pero lo más asombroso es que, a continuación, esos
primeros microorganismos unicelulares colaboraran
activamente con aquellos mismos elementos
químicos para ir transformando la composición de la
atmósfera y del suelo terrestre con el fin de crear el
ambiente y las condiciones apropiadas para la
aparición de los nuevos organismos multicelulares.
75. Davies comenta en la siguiente cita la famosa hipótesisGaia de Lovelock que viene a decir que la tierra
es como un gran organismo vivo que se autorregula a sí mismo.
«Lovelock contemplaba el hecho de que la
presencia de la vida en laTierra había
modificado profundamente a lo largo de la
escala geológica de tiempo el ambiente en el
que se desarrollaba. Por ejemplo, la existencia
del oxígeno atmosférico es una consecuencia
directa de la fotosíntesis de las plantas. (…)
Esta transformación de la composición
química de la atmósfera terrestre fue de lo
más afortunada dado que equilibró de una
forma más bien precisa la creciente
producción de calor solar.A medida que el Sol
se iba haciendo más caliente los organismos
vivos se «comían» gradualmente la cubierta
de dióxido de carbono.
Además, el oxígeno produjo una capa de ozono en la
atmósfera superior que impide el paso de los peligrosos
rayos ultravioleta. La vida se había limitado hasta entonces
a los océanos, pero con la protección que suponía la capa
de ozono fue posible que se desarrollara en las condiciones
más expuestas de la tierra firme.
El que la vida actuara de tal forma con objeto de
mantener las condiciones necesarias para su propia
supervivencia y progreso es; un hermoso ejemplo de
autorregulación. Hay una agradable cualidad teleológica
[intencional o finalista] en ello. Desde luego se puede
resistir a la tentación de suponer que los procesos
biológicos estuvieran guiados de forma específica por
causas finales [diseño].»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide, Madrid, 1989, pp.
176-177.
76. Esta teoría fue condenada como una herejía por la mayoría de
los biólogos darwinistas, porque —como dice explícitamente
Lovelock en la siguiente cita— implica que los elementos químicos
y los microorganismos cooperaron con vistas a un fin que iba más
allá de sus fines individuales de mantener su propia existencia.
Sin embargo, hoy día ya es un hecho aceptado por todos los
científicos que la constitución de la atmósfera y del suelo terrestre
fue un fruto de una cooperación entre elementos químicos y
organismos vivos.
Y si hubo una cooperación es evidente que no fue por azar, o por
una selección natural producida por una lucha por la supervivencia
entre organismos y elementos químicos, sino que tuvo lugar
porque había una finalidad o propósito ulterior detrás de ella.
Dicho de otra manera, ocurrió porque había una fuerza o
impulso interior dentro de ambas partes que les inducía a cumplir
un propósito para el beneficio del conjunto.
La hipótesis Gaia
77. «La hipótesis de Gaia, cuando la
expusimos en los años setenta,
suponía que la atmósfera, los
océanos, el clima y la corteza de la
Tierra se encuentran ajustados a
un estado adecuado para la vida
por el comportamiento de los
mismos organismos vivos (...) Para
muchos científicos, Gaia era un
concepto teleológico que requería
ser previsto y planificado por el
biota.
¿Cómo es posible que las
bacterias, los árboles y los
animales tuvieran una reunión para
decidir cuáles eran las condiciones
óptimas?
Cómo podían mantener los
organismos el oxígeno a un nivel del 21
por ciento y la temperatura media a
20oC?Al no observar ningún
mecanismo de control planetario
denegaron su existencia como
fenómeno y reclamaron la hipótesis de
Gaia como teleológica.
Esto era la condena final. En el
mundo académico las explicaciones
teleológicas [basada en diseños
inteligentes intencionales] son un
pecado contra el espíritu santo de la
racionalidad científica; niegan la
objetividad de la naturaleza.»
James Lovelock, Las edades de Gaia,
Tusquets Editores, Barcelona, 1993, pp. 33,46.
La hipótesis
Gaia
78. Como explica Lovelock en su libro Las
edades de Gaia,utilizando el ejemplo de los
ciclos del oxígeno y el dióxido de carbono,
esta cooperación entre el mundo mineral,
vegetal y animal tuvo lugar y ocurre
continuamente en la naturaleza.
Entre plantas, animales y minerales hay
relaciones constantes de mutua
cooperación e intercambios de elementos.
Las plantas absorben los minerales de la
tierra y los transforman en materia
orgánica con la ayuda de la energía solar
mediante la fotosíntesis, absorbiendo al
mismo tiempo dióxido de carbono de la
atmósfera y desprendiendo oxígeno.
Los animales se alimentan de esa materia
orgánica fabricada por las plantas y respiran
absorbiendo el oxígeno que ellas desprenden.
A cambio, desprenden el dióxido de carbono
que necesitan las plantas, y cuando mueren
enriquecen la tierra de nutrientes orgánicos
que sirven de abono a las plantas.
Además de esto, las plantas con sus flores
de colores y formas llamativas atraen a los
insectos que les ayudan en su proceso de
fertilización transportando el polen de éstas y
recibiendo a cambio su néctar.
La tierra es como un gran organismo vivo interrelacionado en el que minerales,
plantas y animales colaboran juntos en la aparición las formas de vida superiores
79. Es evidente que —aunque los animales consuman
plantas— entre plantas y animales no hay una lucha
por la supervivencia, sino que se intercambian
elementos, se necesitan mutuamente y, como dice
Lovelock, no podrían existir unas sin los otros.
En realidad, las plantas no están hechas
únicamente para su supervivencia individual, o
solamente para su especie o el conjunto del mundo
vegetal, sino para el fin ulterior de servir al mundo
animal, y el mundo animal no está hecho sólo para sí
mismo sino para servir al mundo vegetal.
Y el mundo mineral, vegetal y animal están hechos
para el fin ulterior de servir a los seres humanos. De
hecho, todos han colaborado para trasformar la
tierra y crear unas circunstancias propicias para que
pudiéramos aparecer nosotros.
80. Igual que los microorganismos colaboraron con los gases con el
fin de crear un nicho o ambiente para las plantas, y las plantas
abrieron el camino para los primeros animales terrestres,
asimismo las diferentes especies, que fueron surgiendo de forma
escalonada, colaboraron y prepararon el terreno y los medios
para que surgiera el ser humano, que es el fruto último de esa
evolución, como admite el mismo Dobzhansky —defensor a
ultranza de la teoría darwinista— al afirmar que «la evolución se
parece a una creación artística. Su obra maestra es el hombre.»
Esto se puede ver por la dirección de la evolución, en la que van
apareciendo progresivamente organismos con niveles de
consciencia y procesos mentales cada vez más altos, y con una
autonomía y una creatividad cada vez más grande hasta culminar
en los seres humanos.
T. Dobzhansky, «El azar y la creatividad en la evolución», en Estudios sobre la
filosofía de la biología, F. J. Ayala yT. Dobzhansky, Ariel, Barcelona, 1983, p. 428.
“La evolución se parece a una creación artística. Su obra maestra es el hombre”
81. Así que se podría decir que el fin ulterior de mundo mineral,
vegetal y animal fue crear el ambiente y las condiciones
necesarias para que apareciera la especie humana.
Pero, esto no quiere decir que el ser humano sea el
dominador que puede explotar o usar a su antojo al resto de los
seres vivos, como desgraciadamente ha hecho hasta ahora.
Más bien, debería haber una cooperación e interdependencia
mutua entre los seres humanos y la naturaleza.
Es decir, la tierra, las plantas y los animales están hechos para
servir a los seres humanos, y, en cambio, los seres humanos
también están hechos para servir y cuidar de la tierra y del resto
de los seres vivos.
Podríamos decir que la tierra es como el vientre de una gran
madre y que nosotros vivimos dentro asimilando y absorbiendo
continuamente sus elementos. Por ello, si hacemos daño a ese
vientre nos dañamos a nosotros mismos.
La tierra es como el vientre de una gran madre
82. El conjunto del mundo natural —en el cual
estamos integrados nosotros— es como un gran
organismo entrelazado e interdependiente, en
el que todas las partes colaboran cumpliendo
una función vital para la supervivencia y
felicidad del conjunto.
Por esta razón, cuando se destruye o se
deteriora una parte, el resto del organismo
sufre las consecuencias. Por ejemplo, si
contaminamos la atmósfera, ríos, mares y
tierra, o destruimos a los bosques y las especies
animales, nosotros mismos sufriremos las
consecuencias.
Los animales y plantas no son máquinas o cosas,
sino que son seres que tienen un cierto grado de
consciencia e inteligencia muy similar a la nuestra.
Tienen sus propios fines individuales y para el
conjunto de su especie.
Por esta razón, deberíamos tratarlos como si
fueran nuestros hermanos o primos, e incluso
intentar comunicarnos con ellos.Y sacrificarlos
únicamente por un propósito más alto, como es el
de servir a las necesidades básicas humanas, no por
motivos egoístas, por placer o por motivos
lucrativos.
El mundo natural es como un gran organismo entrelazado e interdependiente
en el que todas las partes colaboran cumpliendo una función vital para la
supervivencia y felicidad del conjunto
83. Esta visión concuerda con la
mayoría de las tradiciones
religiosas y filosóficas del pasado
que consideran a los seres
humanos como el fruto último del
universo y lo colocan en una
posición privilegiada, como hijos
de Dios y señores de la creación,
cuya misión es amar, cuidar y vivir
en armonía con todas las criaturas
de la naturaleza.
Esta visión queda bien ilustrada
en las siguientes citas del Principio
Divino, y Sun Myung Moon:
«Debido a que somos el centro de la creación podemos
sentirnos embriagados por la belleza de la naturaleza y
experimentar el éxtasis de la comunión mística con ella. Los
seres humanos fuimos, pues, creados para ser el centro de
todo el universo, y, por tanto, el punto en donde Dios y el
hombre forman una unidad llega a ser el centro del
macrocosmos.»
El Principio Divino, Parte I, Cap. I, Sec. II, 4, (4).
«Dios, con el fin de cumplir el ideal de amor, creó a todas las
criaturas y situó a los seres humanos en el centro del universo.
Somos los señores de la creación porque disfrutamos del
privilegio de ser los primeros en recibir el amor de Dios. Como
representantes del Dios de amor, estamos en la posición
central, actuando por el bien de todo el mundo creado.»
Sun Myung Moon, Selecciones de charlas, Seúl, HSA-UWC, 132:246 (20 de junio
de 1984).
Los seres humanos como el fruto último, obra maestra y centro del universo, cuya
misión es cuidar de la tierra y vivir en armonía con el resto de los seres vivos
84. Los seres humanos como el fruto último, obra maestra y centro del universo, cuya
misión es cuidar de la tierra y vivir en armonía con el resto de los seres vivos
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