Ante la confusión actual de valores, sería conveniente volver a la naturaleza para buscar posibles fundamentos sobre los que se pueda construir un sistema de valores comunes y universales que puedan armonizar las distintas visiones conflictivas y contradictorias actuales.
En este libro se analizan varias controversias ya clásicas como son el conflicto entre el materialismo y el idealismo, el debate sobre el origen y evolución de la vida y del universo, la polémica entre el determinismo y la libertad, y el problema entre el individuo y la totalidad.
Al final se enumeran una serie de principios generales de la naturaleza, que son de gran utilidad para armonizar las diferentes tradiciones científicas, filosóficas y religiosas.
2. 1. Creatividad, necesidad y azar
2. Teoría darwiniana de la evolución
3. ¿Azar o Logos?
4. Variantes y alternativas de la
teoría darwinista de la evolución
CAPÍTULO 5 AZAR O LOGOS: CRÍTICA DE DARWIN
3. El modelo de creación y evolución
mediante el Logos, como se puede
fácilmente observar, choca frontalmente
con la teoría de la evolución de las
especies mediante mutaciones y
selección natural.
Vamos a explicar ahora que el
supuesto de la existencia de un Logos o
proyecto previo permite explicar muchas
de las cosas que son inexplicables con la
teoría convencional de la evolución por
azar.
INTRODUCCIÓN
4. CREATIVIDAD, NECESIDAD Y AZAR
Dada la gran importancia que
muchos científicos actuales dan al
papel del azar en la formación y
evolución de universo, vamos a
dedicar este capítulo a analizar
este tema.
Es innegable que existen
mecanismos al azar que juegan un
papel importante en las
formaciones geológicas, así como
también —pero en menor
medida— en la formación y
evolución de los seres vivos.
Así pues, no se trata de negar que existan
estos mecanismos al azar, sino refutar que
sean la causa principal o más importante que
está detrás de la formación y evolución del
universo. En realidad, estos mecanismos al
azar son mecanismos diseñados para
desempeñar un papel terciario, detrás de un
proyecto o diseño creativo y de la necesidad
de los mecanismos guiados por leyes.
Así pues, el proceso en orden de
importancia más correcto sería el de
creatividad, necesidad y azar, en lugar del
famoso azar y necesidad.
5. CREATIVIDAD
(Logos)
NECESIDAD
(Leyes )
AZAR
Proyecto cósmico
Diseños generales y específicos
Programación de las leyes y constantes
del universo
Leyes universales
Movimientos orbitales
Ciclos de la naturaleza
Funciones orgánicas
Procesos de formación geológica
de montañas, ríos y mares
Fenómenos meteorológicos
Modificación de los diseños o
mecanismos de adaptación al
ambiente (microevolución)
CREATIVIDAD, NECESIDAD Y AZAR
6. Empecemos analizando el modelo de
las formaciones geológicas, ya que éste es
el que se pretende generalizar y
extrapolar al mundo biológico y a la
formación del universo.
El primer proceso de formación del
mundo físico o mineral, que va desde el
mundo cuántico hasta las estructuras de
las galaxias, estuvo controlado por
campos físicos de fuerzas gobernados por
leyes y ecuaciones matemáticas y por
procesos accidentales o mecanismos al
azar, sin que aparentemente hubiera
vestigios de diseño.
Sin embargo, se pueden ver indicios de que detrás
de él había un proyecto o intencionalidad por el
hecho de que el proceso estuvo preconfigurado por
unas leyes y unas constantes universales con unos
valores numéricos específicos.
Por ejemplo, la constante universal de la ley de la
gravedad que configura los movimientos orbitales;
la distancia de la tierra al sol, que determina la
temperatura media ambiental en la tierra; la
inclinación del eje de la tierra que da lugar a los
ciclos regulares de las estaciones; y las
características de los elementos simples que
determinan la composición general de núcleo,
corteza y atmósfera de la tierra.
Mecanismos regidos por el azar en la formación del universo
7. Este proceso de formación de la tierra, aun estando
preconfigurado por estas constantes universales, no
estaba completamente predeterminado en todos sus
detalles debido a la existencia de mecanismos al azar
que dan lugar siempre un margen de indeterminación.
El aspecto concreto del planeta, la forma precisa y
distribución geográfica de continentes, mares,
volcanes, montañas, valles y ríos, es evidente que no
está diseñada, sino que es debida a mecanismos
accidentales o azarosos.
Tomemos, por ejemplo, los ciclos naturales del agua,
las corrientes marinas o las corrientes atmosféricas.
Todos son mecanismos regulares regidos por leyes que
en esencia son muy similares al movimiento rotatorio
de la tierra alrededor del sol. La diferencia está en que
el movimiento circular de estos ciclos es fluctuante
porque están sujetos a condiciones ambientales
cambiantes.
Por esta razón, las formas concretas de ríos
y mares, la formación de tormentas o la
dirección de los vientos y corrientes marinas,
al ser modificadas continuamente por
mecanismos al azar, parecen completamente
caprichosas y arbitrarias.
Sin embargo, detrás de esos mecanismos al
azar hay unos ciclos o mecanismos regulares y
necesarios regidos por leyes, y detrás de
éstos, hay una preconfiguración o diseño
general. Por esto, dijimos antes que la
secuencia más correcta sería creatividad,
necesidad y azar, es decir, diseño previo,
mecanismos necesarios regidos por leyes
deterministas y mecanismos al azar.
Mecanismos regidos por el azar en los ciclos de la naturaleza
8. En el mundo de los seres vivos también existen
procesos accidentales. Prueba de ello son las
transformaciones que experimentan muchas
especies mediante mecanismos de adaptación al
ambiente o microevolución y la mezcla de razas.
Tomemos por ejemplo los seres humanos. La
especie humana es una familia básicamente
homogénea.Todos tenemos el mismo tipo
esencial de ojos, nariz, boca, así como los
mismos órganos internos y la misma estructura
ósea. La forma y colocación de cada uno de los
órganos exteriores e interiores, así como la
posición erguida y estructura del esqueleto
parecen responder a un diseño original común de
la especie humana.
Sin embargo, las diferentes pigmentaciones
de piel, la forma oblicua o recta de los
párpados de los ojos, la mayor o menor
longitud de las piernas, o el color de cabellos y
ojos, claramente no se corresponden a un
diseño original previo sino a unos mecanismos
de adaptación al ambiente unido a una mezcla
de personas con diferentes características.
Pero, por muy distintas que sean las
diferentes razas, no se salen del mismo diseño
general de la especie humana.Así pues, se
puede ver que los mecanismos al azar lo único
que hacen es transformar, modificar o
individualizar los diseños generales.
Mecanismos regidos por el azar en la formación de las diferencias raciales
9. Darwin: Pequeñas variaciones espontáneas
(seres vivos = rocas esculpidas por el agua y
el viento)
Teoría sintética neodarwiniana:
Mutaciones del ADN por azar (causadas
por agentes externos y errores de copia
o transmisión)
Selección natural (leyes de Malthus)
La supervivencia del más acto
Éxito en la capacidad reproductiva
Aplicación del modelo de las formaciones geológicas a la
evolución de las especies
Extrapolación de los mecanismos de adaptación o
microevolución al proceso total de la evolución
TEORÍA DARWINIANA DE LA EVOLUCIÓN
10. Darwin en su famoso viaje por el Archipiélago de los
Galápagos, estando entusiasmado con la lectura de un libro
de geología, observó que las mismas especies de pájaros
que vivían en islas diferentes se habían transformado
adaptándose al ambiente de cada isla.
Darwin intentó aplicar y extender el modelo de las
formaciones geológicas a la evolución de las especies. Por
ello se imaginó que todos los seres vivos experimentaban
pequeñas variaciones naturales, espontáneas y fortuitas.
Estas variaciones fueron la causa, según Darwin, de que a lo
largo de un periodo muy prolongado de tiempo se originara
la gran variedad de formas de los seres vivos.
Así el aparente diseño de los animales y plantas es sólo
una ilusión, y cualquier ser vivo es, en realidad, una
formación tan natural como esas rocas esculpidas por la
erosión y el viento, cuyas formas a veces parecen que fueron
talladas por un artífice.
Más adelante, con el posterior
descubrimiento del ADN, la nueva
teoría sintética neodarwiniana señaló
que las fuentes de esas supuestas
variaciones espontáneas debieron ser
las mutaciones accidentales del ADN,
causadas por deterioros producidos por
agentes externos, errores de copia o
trasmisión del ADN y por la
recombinación de genes mediante la
reproducción sexual.
Se sigue igualmente manteniendo
que el aparente diseño, funcionalidad y
finalidad de los organismos vivos y sus
órganos es una pura ilusión, puesto que
en realidad son el fruto de un
mecanismo ciego al azar.
Pequeñas variaciones espontáneas y mutaciones al azar
11. Darwin, basándose en el supuesto de que en
los seres vivos ocurrían pequeñas variaciones
espontáneas, trató luego de averiguar por qué
las variaciones más útiles o favorables fueron
precisamente las que se generalizaron entre los
individuos de la especie.
Por esta razón, se dedicó a estudiar a los
criadores de plantas y animales. Ellos escogían a
los mejores individuos para utilizarlos de
reproductores y así mejorar la raza.
Sin embargo, este tipo de selección artificial
no le servía, ya que en ella intervenía un agente
inteligente. Lo que Darwin buscaba era una
selección natural, o sea, una causa geológica en
la que no interviniera ninguna inteligencia.
Por fin, leyendo las famosas leyes de la población
de Malthus —por cierto, hoy obsoletas y refutadas
por la experiencia— tuvo la gran inspiración de que
la selección se produjo a través de la lucha entre
individuos por una fuente limitada de alimentos, en
la cual sobrevivía el más apto, o sea, el portador de
la variación más útil, que luego a través de tener
muchos descendientes generalizaba esa variación
beneficiosa en la especie.
Selección natural
12. Esta extrapolación de los
mecanismos al azar geológicos al
proceso total de la evolución de
las especies, o sea, poner el azar
como la causa básica o
fundamental de todo el proceso,
era ya incluso difícil de aceptar
por el propio Darwin, que
confesó haber caído en un mar
de dudas.
La difícil creencia en el azar como la causa fundamental de la evolución
«No puedo pensar que el mundo tal como lo vemos es el
resultado del azar; y sin embargo no puedo considerar cada
caso aislado como el resultado del Diseño... Estoy metido, y lo
estaré siempre, en un embrollo irremediable (Charles Darwin
en una carta a Asa Gray, 26 de noviembre de 1860; véase
Darwin, F. [1888] p. 378.)»
«Me inclino a considerar todas las cosas como resultado de
leyes deliberadas en las que se deja que los detalles, buenos o
malos, los determine lo que podríamos llamar el azar.Y no es
que esta explicación me satisfaga en absoluto. Estoy
íntimamente convencido de que la totalidad de la cuestión es
demasiado profunda para la inteligencia humana (Charles
Darwin en una carta a Asa Gray, 22 de mayo de 1860: véase
Darwin, F. [1888], p. 312.)»
C. Birch, «Azar, necesidad y propósito», en Estudios sobre la filosofía de la
biología, F. J. Ayala yT. Dobzhansky, Ariel, Barcelona, 1983, pp. 291, 295.
13. Como acertadamente señala el
zoólogo australiano,Charles Birch,
en la siguiente cita, lo que hizo que
Darwin se decidiera por el azar fue su
rechazo a la visión totalmente
determinista que imperaba en su
época en el ámbito teológico y
científico, que no dejaban ningún
resquicio a la libertad.
La opacidad de un mundo determinista que no dejaba margen para
el azar y la libertad
«Darwin ya declaraba repetidas veces en sus cartas que no
podía ver cómo el azar por sí solo podría explicar el mundo
como un conjunto ordenado, dado que el azar ilimitado es
meramente caos.
¿Qué es lo que marca los límites del azar? Darwin luchó
por hallar una respuesta a ello. Incluso sugirió que las “leyes
de la naturaleza” están diseñadas, con los detalles dejados al
azar. Pero no estaba en absoluto satisfecho con esta idea. El
“barro” en el que sentía estar inmerso era la opacidad de un
punto de vista determinista sobre el mundo, ya sea
concebido de forma religiosa o de otra forma, que no dejaba
lugar para el azar y la libertad.»
C. Birch, «Azar, necesidad y propósito», en Estudios sobre la filosofía de
la biología, F. J. Ayala yT. Dobzhansky, Ariel, Barcelona, 1983, pp. 291, 295.
14. De hecho, este énfasis en el azar
es lo que siempre ha provocado
mayor escepticismo y dudas entre
los científicos a la hora de valorar la
teoría darwinista de la evolución,
como reconoce el propio
Dobzhansky en la siguiente cita.
Claro está, con el paso del tiempo
y la fuerza de la tradición esta teoría
se ha convertido en un dogma de fe
para la mayoría del clero de
biólogos profesionales que creen
ciegamente en ella.
“Los milagros son explicaciones más razonables”
«Entre los oponentes a la teoría neo-darwiniana, una
mayoría la rechazan porque, supuestamente, atribuye al
azar un papel demasiado importante en la evolución.
Se nos dice que es absurdo suponer que un sistema
inmensamente complejo, y, al mismo tiempo, con una
cantidad de recursos exquisitos para mantenerse vivo
frente a un ambiente hostil, pueda surgir por azar, o por
una suma de azares.
El poeta Auden, que también es un filósofo de la
Biología por vocación, estima que los milagros son
explicaciones más razonables.»
T. Dobzhansky, «El azar y la creatividad en la evolución», en
Estudios sobre la filosofía de la biología, F. J. Ayala yT. Dobzhansky,
Ariel, Barcelona, 1983, p. 394.
15. «“¿Qué sucede con la evolución?” presionó
Heisenberg. “Es muy difícil creer que órganos tan
complicados como el ojo humano, por ejemplo, se
construyeran de forma totalmente gradual como
resultado de cambios puramente accidentales.”
Bohr confesó que la idea de que nuevas formas se
originaran a través de puros accidentes “era todavía
más cuestionable.” (…)
Más problemática aún es la afirmación de que los
cambios evolutivos son el producto de las
mutaciones al azar. Situar en el centro del
imponente edificio de la Biología al puro azar es para
muchos científicos demasiado duro de pelar.
¿Cómo puede ser producto de una serie de
puros accidentes un organismo increíblemente
complejo, organizado tan armoniosamente en
una unidad funcional integrada, que en algunos
casos está dotado de órganos tan eficientes e
intrincados como los ojos y oídos?
¿Cómo únicamente puede ser el azar el
responsable de la emergencia de estructuras
completamente nuevas y de tanto éxito, tales
como el sistema nervioso, el cerebro, el ojo, etc.,
en respuesta a los desafíos ambientales?»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide,
Madrid, 1989, pp. 243-244,146-147.
Las dudas de los científicos acerca de la ortodoxia darwinista
Científicos de otras ramas, como Pauli, Heisenberg, Bohr o Davies, se sintieron más libres de expresar
sus dudas acerca de la ortodoxia darwinista. Éstas quedan bien expresadas en la siguiente cita de Davies.
16. El mecanismo de la selección natural
tampoco está exento de críticas. El sociólogo
John Elster hace una interesante comparación
entre la evolución cultural y tecnológica
originada por los nuevos inventos de agentes
inteligentes, como ingenieros o matemáticos,
que disponen de una capacidad de elección
racional, con el proceso de la evolución
teóricamente guiada por las mutaciones y la
selección natural.
Comparando con ejemplos ambos procesos,
Elster llega a la conclusión que elección
racional de ingenieros e inventores es capaz de
producir mejores y más eficaces diseños que el
supuesto mecanismo de la selección natural,
poniendo de relieve que éste último es un
mecanismo impaciente, miope y oportunista.
La selección natural: Un mecanismo impaciente, miope y oportunista
«En primer lugar, la máquina [selección natural]
no puede aprender de errores pasados, ya que sólo
el éxito se trae desde el pasado. En evolución no hay
nada que corresponda a las “fallas útiles” de
ingeniería. En segundo lugar, la máquina no puede
utilizar la clase de estrategias indirectas resumidas
en la frase “un paso hacia atrás, dos hacia adelante”
(...) En tercer lugar, la máquina es incapaz de
esperar, es decir, de rechazar oportunidades ahora
para poder explotar otras más favorables más
tarde...
Aquí solamente quiero subrayar lo que se ha
denominado el carácter impaciente, miope y
oportunista de la selección natural; no tiene
memoria del pasado ni capacidad de actuar en
términos de futuro.»
J. Elster, El cambio tecnológico, Gedisa 1990, pp. 49-50.
17. Sin embargo, como señala Elster, “en
muchos casos bien documentados la
solución natural a los problemas
estructurales y funcionales está
sorprendentemente cerca de la que
hubiera elegido un ingeniero trabajando
sobre el mismo problema.”
Hans Zeier resalta también este hecho
en la cita que viene a continuación. De
hecho, los ingenieros de aviones y barcos
se inspiran o simplemente copian los
diseños naturales de las alas de pájaros y
las aletas de tiburón, que curiosamente
son los más eficaces. Entonces, ¿cómo es
posible que un mecanismo tan miope y
torpe como la selección natural haya
podido generar diseños tan
extraordinariamente eficaces?
J. Elster, El cambio tecnológico, Gedisa 1990, p. 50.
«Al estudiar los seres vivos, sorprende una y otra vez su
excelente adaptación en lo que respecta a su forma y a las
actividades que deben cumplir en su ámbito vital
específico. Es como si todo ello se debiera a un proceso de
conformación universal y creativo que se manifiesta hasta
en los más pequeños detalles estructurales y funcionales.
Consideremos el sistema vascular sanguíneo de los
mamíferos: su misión es transportar la sangre a todas las
partes del cuerpo. En el hombre, el sistema vascular
sanguíneo tiene la impresionante longitud de unos 100
000 km. A este respecto es de suma importancia que el
transporte de sangre a través de la red vascular se realice
con el mínimo esfuerzo. Se puede calcular cómo debiera
estar construido tal sistema para que su rendimiento sea
óptimo. Significativamente la solución dada por la
naturaleza coincide con los valores teóricos obtenidos
mediante el cálculo.»
J.C. Eccles & H. Zeier, El cerebro y la mente, Helder, Barcelona, 1985,
p. 21.
18. Otro aspecto que resalta Elster es el
carácter marcadamente egoísta del
mecanismo de la selección natural. Éste ni
siquiera maximiza la adaptabilidad al
ambiente, que era el fenómeno que
originariamente asombró a Darwin. Lo que
realmente maximiza es la reproducción
individual.
La consecuencia más lógica y coherente
que se deriva de este mecanismo de
selección natural es la que saca Dawkins. Es
decir, los genes son egoístas y sólo buscan
hacer cuantas más copias de sí mismos
mejor. Esta visión, como dice Elster,
presenta un panorama bastante sombrío y
tenebroso del sentido de la vida.
Un mecanismo egoísta que solo maximiza la reproducción individual
«Primero, debemos insistir en el carácter
estrictamente individualista de la explicación
funcional en biología La evolución natural promueve
la capacidad reproductiva del organismo individual,
no la de la población, de las especies o del
ecosistema (...)
En lugar del tranquilizador panorama de la
selección natural que adapta las especies a su
medio... obtenemos la triste historia de organismos
individuales que salen a maximizar la cantidad de
descendientes, suceda lo que suceda. O, más
sombrío aun, una historia acerca de genes
individuales que salen a maximizar las copias de ellos
mismos, utilizando a cada organismo como sus
recipientes.»
J. Elster, El cambio tecnológico, Gedisa 1990, pp. 51,53.
19. Si la selección natural lo
único que maximiza es el éxito
reproductivo, ¿por qué la
evolución no se paró en unos
organismos como los microbios
o las ratas que tienen tanto
éxito reproductivo?
Davies abunda en esta
objeción a la selección natural
en la cita siguiente.
«Esta tendencia hacia los niveles superiores de organización dista
mucho de derivarse de la teoría de Darwin. Los organismos
unicelulares, por ejemplo, tienen un éxito extraordinario, ya que
han perdurado durante miles de millones de años.Al competir con
los organismos superiores, hombre incluido, resultan con frecuencia
vencedores como bien saben los profesionales de la Medicina.
¿Cuál es el mecanismo que ha conducido a la producción de
organismos pluricelulares de complejidad cada vez mayor? Es
posible que los elefantes sean más interesantes que las bacterias,
pero en el sentido estrictamente biológico ¿resulta obvio que
tengan más éxito? El éxito se mide únicamente en laTeoría
Neodarwinista por el número de descendientes, por lo que las
bacterias debieran aparecer con mucho más éxito que los elefantes.
Entonces ¿por qué han evolucionado animales tan complejos
como los elefantes? ¿Por qué los organismos no son meros sacos de
sustancias químicas reproduciéndose con frenesí?»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide, Madrid, 1989, p. 151.
20. La milagrosa aparición del ADN
¿Cuál es el origen de la información
genética y dónde está codificada?
El misterio de la morfogénesis
La milagrosa emergencia de los
procesos mentales y la autoconciencia
El misterio de la direccionalidad y el
carácter escalonado de la evolución de
las especies
21. Según Davies, las probabilidades reales de que se formara
accidentalmente el ADN del virus más simple roza el cero absoluto.
«Es posible llevar a cabo cálculos aproximados de la probabilidad de que
las moléculas complejas de la sopa que se formaban y descomponían
condujeran a la formación de un pequeño virus al cabo de mil millones de
años. El número de las distintas combinaciones posibles es tan enorme
que la combinación adecuada ocurriría una vez de cada 102000000.
Este número obnubilador es más pequeño que la probabilidad de que
siempre salga cara al arrojar al aire una moneda seis millones de veces. La
sustitución del virus por algún otro replicador más sencillo mejoraría las
probabilidades de forma considerable aunque tratándose de tales
números no se puede llegar más que a una conclusión: la generación
espontánea de la vida por barajadura molecular aleatoria es un suceso
ridículamente improbable.»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide, Madrid, 1989, p. 159.
La milagrosa aparición del ADN
22. El mismo Monod, ferviente
defensor del darwinismo,
reconoce que la aparición de la
vida por azar fue un hecho único
cuya probabilidad que ocurriera
fue casi nula.
Y como Popper dice, una
explicación del origen de la vida
basada en unas probabilidades
cercanas a cero no puede ser una
explicación científica. ¡Esto sí que
es creer en un extraordinario
milagro!
«La vida ha aparecido sobreTierra: ¿cuál era antes del
acontecimiento la probabilidad de que apareciera? No queda
excluida, al contrario, por la estructura actual de la biosfera, la
hipótesis de que el acontecimiento decisivo no se haya
producido más que una sola vez. Lo que significaría que su
probabilidad a priori es casi nula.»
Jacques Monod, El azar y la necesidad, Tusquets Editores, Barcelona, 1970,
p.156.
«Tenemos la misma situación por lo que respecta a la
emergencia de la vida a partir de algo no vivo. Es
increíblemente improbable que haya emergido la vida alguna
vez; sin embargo, ha emergido. Puesto que es increíblemente
improbable, no puede constituir una explicación afirmar que ha
emergido por azar, porque, como he dicho antes, una
explicación en términos probabilísticos es siempre una
explicación en términos de probabilidad alta.»
K. R. Popper, El yo y su cerebro, Editorial Labor, Barcelona, 1993, p. 629.
23. En cambio, que un diseño, o sea, una
información codificada en un campo de
vida energético, pueda mover y ordenar
una estructura molecular, no es algo
imposible para la física cuántica actual,
en la que el campo es la realidad
primaria, y las partículas y átomos, una
realidad derivada de aquél, y en el que
ocurren fenómenos comprobados
experimentalmente de influencias
causales no locales.
Campos de vida
Logos específico
(software)
Información genética
Diseño virtual
(hardware)
ADN
Formación del ADN por medio del Logos
24. Se podría argumentar que, a través de
manipular, cortar, pegar, recomponer o incluso
sintetizar partes de ADN, en un futuro se podrían
fabricar nuevos virus o incluso células vivas, lo
que demostraría que allí no hay nada más aparte
de moléculas.
Este es el viejo argumento que dice que,
cuando una persona se da un golpe en la cabeza,
ésta deja de pensar, demostrándose así que el
pensamiento está en la cabeza.
Es lo mismo que afirmar que, dándole un
martillazo a una radio, y comprobando que se
deja de oír la voz del locutor, estamos
demostrando que el locutor estaba dentro de la
radio.
El ADN como un “receptor” capaz de captar el proyecto de una “nueva vida”
de campos de vida energéticos preexistentes
Utilizando la metáfora del ordenador, el
ADN podría ser como el soporte material
o hardware, de tal manera que si tenemos
éxito en fabricar un hardware adecuado
éste podría cargar y copiar
automáticamente un programa
informático o diseño que estuviera en el
campo de vida.
Así que lo que habríamos hecho no es
crear la vida, sino simplemente fabricar el
soporte material o receptor capaz de
captar el programa o proyecto de una
nueva vida. Ello no probaría que allí no hay
nada más aparte de la estructura
molecular del ADN.
25. «Una estructura material es incapaz por
sí misma de crear la vida, pues evoluciona
siempre del orden al desorden mientras
que la vida va del desorden al orden. La
estructura no puede ser, pues, un “actor”
vivo, no puede ser más que un “receptor”
capaz de resonar ante algo preexistente a
la estructura material en el espacio y a lo
que los físicos suelen llamar campo.
El campo evolutivo está presente en todo
el universo, y, por tanto, no necesitamos
efectuar su síntesis. La síntesis de la vida
consiste en construir un receptor capaz de
captarlo.
Algo semejante al que desea construir un
equipo receptor de radio para captar el programa
de una emisora. La voz que escuchamos en el
receptor es lo realmente “vital” del mismo,
mientras que los transistores, las resistencias y
los transformadores no son más que estructuras
materiales.
De la misma forma, la sustancia viva es un
campo que flota en el tiempo, entre el estado
inicial y el estado final del universo. Crear la vida
es, para nosotros, ser capaces de construir el
receptor sintonizado con el campo evolutivo.»
Jean F. Charon, De la materia a la vida, Guadarrama, Madrid,
1971, pp. 363-364.
Como explica Charon en la siguiente cita, es posible que el ADN sea como un receptor capaz de
captar esas ondas o programa emitido por un campo de vida preexistente que llena el espacio.
26. ¿Cuál es el origen de la información genética y dónde está almacenada?
Por una parte, se dice que el ADN son sólo
estructuras moleculares y, por otra, que son
portadores de un código genético que contiene
toda la información acerca de los rasgos y
características del ser vivo.Aquí se presenta los
dos problemas: ¿De dónde vino esa
información? y ¿dónde está almacena toda esa
información?
Todo conjunto significativo de información
tiene que estar ordenada y codificada en un
lenguaje, que es un sistema funcional, articulado
y reglado de símbolos ideado por hombres,
como, por ejemplo, el lenguaje ordinario, el
Morse, los lenguajes matemáticos o el código
binario de los programas informáticos. Es decir,
los lenguajes son necesariamente un sistema
diseñado y creado por un proceso mental del
nivel humano como mínimo.
Entonces, ¿cómo se explica que unas simples
estructuras moleculares tengan una capacidad mental
tan extraordinaria como para crear el lenguaje del
código genético?
Cuando se habla del famoso descubrimiento del
código genético, resulta que éste consiste en que cada
triplete de bases o combinación de tres escalones de la
escalera de caracol del ADN, es responsable de la
fabricación de un tipo de aminoácidos, que son la
estructura primaria de las proteínas, que su vez son el
material básico de los organismos vivos. Así que, como
dicen ya algunos biólogos, el ADN se parece más a una
robotizada cadena de fabricación y montaje de
proteínas que al famoso libro de la vida. ¿Dónde está,
entonces, la información necesaria para que esas
proteínas se ordenen formando todo tipo de células y
órganos, que dan lugar a características como el color
de los ojos y el pelo?
27. ¿Cuál es el origen de la información genética y dónde está almacenada?
«Considérese, por ejemplo, el fenómeno
de la diferenciación celular. ¿Cómo saben las
células que unas deben convertirse en
sanguíneas mientras que otras tienen que
formar parte del intestino o del hueso? Surge
el problema de la situación espacial.
¿Cómo conoce una célula concreta cuál es
su posición en relación con las demás partes
del organismo para que pueda
“transformarse” en el tipo celular apropiado
del producto acabado?
Relacionado con estas dificultades está el
hecho de que, aunque todas las partes del
organismo contienen el mismo ADN, se
desarrollan de distinta forma.
Si todas las moléculas de ADN poseen el mismo
plan general del organismo completo ¿cómo es que
las distintas células ejecutan diferentes partes del
mismo?
¿Se trata quizá de un “metaplan” del que cada
tipo de célula lleva a cabo una parte? Si es así
¿dónde se localiza el metaplan? ¿En el ADN? Esto
conduciría seguramente a una regresión infinita (...)
Una posible salida consiste en suponer que el
plan global se almacena de alguna forma en los
campos y que el ADN actúa más bien como
destinatario que como fuente de información
genética.»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide, Madrid,
1989, pp.139, 141.
Davies habla de este problema muy claramente en la siguiente cita:
28. Es evidente que la información no se
encuentra almacenada en la ordenación de
peldaños de esa escalera.
Sin embargo, igual que un robot de una
cadena de fabricación está guiado por un
programa informático, el ADN podría ser el
hardware que soporta un software o
programa informático en el que esté
contenida toda la información genética,
incluida un diseño virtual completo del ser
vivo.
Pero, en este caso esta información no
podría haberse originado por una ordenación
accidental de moléculas, sino que tuvo que ser
cargada o copiada de otra fuente.
Esta idea de que el ADN carga
automáticamente, copiando e
individualizando la información genética que
hereda de sus progenitores, que en último
término se deriva de un Logos específico de
su especie grabado en un campo de vida,
explica mejor el origen y lugar donde está
guardada dicha información.
Esto es, desde luego, mucho más razonable
que sostener que una ordenación accidental
de moléculas diera lugar a unas estructuras
moleculares tan sabias e inteligentes que
fueron capaces de elaborar y codificar una
cantidad de información tan vasta y
extraordinaria como es el código genético.
¿Cuál es el origen de la información genética y dónde está almacenada?
29. La morfogénesis es un fenómeno inexplicable
sólo a través del ADN, como confiesa el propio
Monod. «Es completamente cierto que el
desarrollo embrionario es uno de los fenómenos
más milagrosos aparentemente de toda la
biología. Es cierto también que estos fenómenos,
admirablemente descritos por los embriólogos,
escapan aún, en gran parte al análisis genético y
bioquímico.»
La morfogénesis es el proceso mediante el cual
un embrión o célula madre fecundada comienza a
duplicarse y multiplicarse. Entonces, las células
comienzan a especializarse dando forma
gradualmente a todos los tejidos y órganos, hasta
formar el organismo completo.
Jacques Monod, El azar y la necesidad, Tusquets Editores,
Barcelona, 1970, p. 39.
En las primeras etapas el proceso es
sorprendente. No se puede explicar con el ADN,
porque éste se limita a duplicarse y fabricar las
proteínas para construir las células, que
básicamente están formadas de los mismos
elementos.
El hecho de que las células que van
multiplicándose vayan disponiéndose en una
estructura espacial precisa y vayan
especializándose ya desde el principio —en un
momento que no parece que haya nada que las
conecte— es uno de los fenómenos más
sorprendentes y misterioso de la biología. Parece
como si hubiera un robot invisible que fuera
colocando cada célula en su sitio y ensamblando
al organismo, como explica Davies en la
siguiente cita:
El misterio de la morfogénesis
30. «La creación de las formas biológicas se conoce como
morfogénesis y a pesar de decenios de investigación
continúa siendo un misterio.
Al estudiar el desarrollo de un embrión es difícil resistirse a
la impresión de que exista en algún sitio un proyecto o plan
de montaje que porte las instrucciones precisas para que se
alcance la forma acabada...
Hay envuelto, por tanto, un intenso elemento teleológico,
ya que parece como si el organismo estuviera dirigido hacia
su estado final por algún tipo de agente supervisor.
Esta sensación de destino ha llevado a los biólogos a
emplear el término mapa de predeterminación para describir
el despliegue aparentemente planeado del embrión en
desarrollo.»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide, Madrid, 1989,
pp.139-141.
El misterio de la morfogénesis
Según Sheldrake este fenómeno
se podría explicar mediante la teoría
de que la información necesaria para
realizar el proceso no se encuentra
en el ADN —que sería un simple
receptor— sino en un campo
mórfico, que sería el que fuera
guiando este proceso a través de
alguna influencia causal no local que
él llama resonancia mórfica.
Esta teoría también está en la
línea de presuponer la existencia de
un Logos o diseño previo.
31. Vamos a tratar de explicar este proceso
utilizando el concepto de Logos.Antes de la
fecundación existe ya previamente el campo del
logos de la especie de ese ser vivo.
Cuando se forma el nuevo ADN, éste carga
automáticamente ese logos de la especie o
información genética como si cargara y copiara
un programa informático, pero
individualizándolo debido a la nueva
combinación única de genes. Entonces, se crea
un nuevo campo asociado específico de ese ser
vivo.
En este campo asociado al embrión está el
logos específico de ese ser, es decir, el diseño o
plan completo incluido el diseño virtual del
proceso de crecimiento y la forma del organismo
completo.
Así las células serían guiadas por este diseño
virtual tridimensional, que serviría como de
molde o plantilla.
Esto podría explicar también la sorprendente
capacidad que tienen los embriones de regenerar
células u órganos que le son mutilados
artificialmente en los experimentos.
Este campo asociado del embrión iría asignado
a cada célula un papel o función específica a
cumplir durante este desarrollo.
Las células podrían recibir instrucciones y
moverse porque estarían conectadas
energéticamente a través de su ADN, como si
fueran una red de ordenadores interconectados a
distancia.
El misterio de la morfogénesis
32. Formación de los primeros seres vivos
Seres
vivos
Campos de vida
Logos específico
(software)
Información genética
Diseño virtual
(hardware)
ADN
Campo de vida
asociado
Información genética
Diseño virtual
Célula
ADN
33. Los procesos mentales son los que
proporcionan a los seres vivos una capacidad
de autonomía e incluso creatividad
irreducible al nivel molecular.
Esto se puede explicar suponiendo que ese
campo asociado específico del embrión ya
tiene, al menos en potencia, la capacidad
para desarrollar procesos mentales según su
nivel.
Esta capacidad no surgiría de la nada, sino
que se derivaría del campo o logos general
de la especie preexistente, del cual es una
copia individualizada.
Esta emergencia de un nuevo nivel de
procesos mentales es inexplicable si se parte
del supuesto que lo único de especial que hay
en las células y lo único que la diferencia del
mundo mineral es la complejidad de la
estructura molecular del ADN.
A no ser que después de afirmar esto, se
empiece —como hacen muchos biólogos— a
atribuir intenciones, fines y capacidades
creativas extraordinarias a unos genes que
antes se ha jurado que son puras moléculas.
La milagrosa emergencia de los procesos mentales y la autoconciencia
34. El misterio de la direccionalidad y el carácter escalonado de la
evolución de las especies
Los biólogos que creen que el ADN se formó
debido a una ordenación accidental de
moléculas piensan que el hecho único —¡el gran
milagro de probabilidad cero!— fue la formación
accidental del ADN del primer virus. Luego, todo
fue coser y cantar. Este primer ADN empezó a
mutarse al azar hasta llegar alADN del ser
humano.
Sin embargo, este segundo paso es tan
milagroso como el primero. Es evidente que las
mutaciones al azar no pueden originar ningún
proceso que muestre alguna dirección constante
y ni mucho menos una dirección general tan
clara como la que muestra el proceso de
evolución.
Darwin negó que la evolución tuviera una
dirección definida, debido a que ésta era la
postura más coherente con su teoría de las
pequeñas variaciones naturales espontáneas.
Admitir una dirección implicaría presuponer una
fuerza directora, ya sea externa o interna.
Darwin trataba de negar las teorías
creacionistas que afirmaban la existencia de un
diseñador divino exterior y también las teorías
evolucionistas anteriores a la suya, como la de
su abuelo y la de Lamarck, que postulaban que
la evolución está guiada por una fuerza directiva
interna que opera dentro de los organismos.
35. Hoy día, los mismos biólogos
darwinistas no tienen más remedio que
reconocer que la evolución tiene una
dirección muy bien marcada, que va
desde lo más pequeño a lo más grande,
y de lo más simple a lo más complejo,
como se puede ver en la siguiente cita
Dobzhansky.
Sin embargo, de una manera absurda
e incoherente se sigue manteniendo
que un mecanismo al azar es capaz de
producir una evolución con una clara
direccionalidad.
«Considerada de forma retrospectiva, la evolución en
conjunto tuvo, sin duda, una dirección general, desde
sencilla hasta compleja, desde una dependencia hasta
una independencia relativa del ambiente, hasta una
autonomía cada vez mayor de los individuos, un
desarrollo cada vez más considerable de los órganos de
los sentidos, y de los sistemas que transfieren y procesan
la información acerca del estado del medio ambiente del
organismo, y finalmente una consciencia cada vez
mayor.»
T. Dobzhansky, «El azar y la creatividad en la evolución», en Estudios
sobre la filosofía de la biología, F. J. Ayala yT. Dobzhansky, Ariel,
Barcelona, 1983, pp. 397-398.
La dirección general de la evolución de las especies
36. También, el innegable carácter
finalista de los organismos vivos
hace reconocer a Monod que
existe una profunda
contradicción entre este
finalismo, teleología o
teleonomía, o como se le quiera
llamar, y sus presupuestos o
creencias mecanicistas.
«La piedra angular del método científico es el postulado de
la objetividad de la Naturaleza. Es decir, la negativa
sistemática de considerar capaz de conducir a un
conocimiento “verdadero” toda interpretación de los
fenómenos dada en términos de causas finales, es decir de
“proyecto” (...)
La objetividad, sin embargo, nos obliga a reconocer el
carácter teleonómico de los seres vivos, a admitir que en sus
estructuras y performances realizan y prosiguen un proyecto.
Hay pues allí, al menos en apariencia, una contradicción
epistemológica profunda. El problema central de la biología es
esta contradicción, que se trata de resolver si es que no es más
que aparente, o de declararla radicalmente insoluble si así
verdaderamente resulta ser.»
Jacques Monod, El azar y la necesidad, Tusquets Editores, Barcelona, 1970,
pp. 30-31.
El innegable carácter finalista de los organismos vivos
37. Darwin, inspirado por la geología, pensó que
los seres vivos eran formaciones tan naturales
como las rocas o ríos. Se imaginó que se
producirían pequeñas variaciones dentro de
una especie que poco a poco, a lo largo de un
periodo muy extenso de tiempo, irían
diferenciando a algunos individuos hasta que
al final se crearía una nueva especie.
Aunque Darwin veía que las diferentes
especies no pueden tener descendencia unas
con otras, pensó que las especies actuales
serían los descendientes de unas formas
intermedias que sí eran interfértiles, pero que
dejaron de serlo cuando se diferenciaron aún
más.
Para Darwin, la evolución de las especies
tuvo que ocurrir de una manera gradual,
continua y repleta de formas intermedias.
Pero, a pesar de los grandes esfuerzos que se
hicieron por encontrar esos famosos
eslabones perdidos, el registro fósil muestra
claramente que la aparición de las especies
fue de forma escalonada, o sea, con grandes
saltos bruscos.
Por ello, algunos biólogos han revisado
ahora la teoría darwinista hablando de
mutaciones bruscas o catastróficas.
La aparición de gradual y lenta de nuevas especies según Darwin
38. Las razones que apoyan el paso de unas especies a otras nuevas
Dado que el registro fósil no dice mucho a favor de la
teoría de una evolución lenta y continua, se resaltan más
otras razones para apoyar la creencia en que las especies
evolucionaron espontáneamente unas de otras. Una de
ellas es la universalidad del código genético o ADN. Que
el lenguaje del código genético sea el mismo en todos los
seres vivos, también podría significar que está escrito por
el mismo autor.
Otra razón que se aduce es la gran semejanza entre
todos los seres vivos. Esto también se podría interpretar
diciendo que esta semejanza es debida a que la forma y
estructura de todos los seres vivos responden a un mismo
proyecto general común a todos, y, como en el caso
anterior, sería otra prueba más de que es obra del mismo
artista o diseñador.
Se alega también como razón la
evidente continuidad que existe entre
las todas las formas de vidas, desde las
inferiores hasta llegar al ser humano.
Sin embargo, el hecho de que haya
una relativa continuidad —es decir,
continuidad con saltos— en la evolución
de las especies se podría interpretar
diciendo que las especies superiores
fueron creadas mediante un proceso
planeado de modificación del diseño y
del ADN de una especie inferior.
39. La célula, no es solamente la unidad o bloque
de construcción básico de todos los seres vivos,
sino que contiene también la fábrica y cadena de
montaje de los organismos.
Si tenemos una fábrica y cadena de montajes
de coches y queremos hacer ligeras variaciones
al modelo que estamos produciendo, podremos
hacerlo variando el diseño o programa
informático en los ordenadores que controlan
los robots de la cadena de montaje, sin tener
que cambiar éstos.
Pero, si un día deseamos fabricar también
aviones, no sólo tendríamos que cambiar el
diseño y programa, sino que nos veríamos
obligado a agregar nuevos robots o maquinaria.
De manera similar, para la aparición de
nuevas especies se requería un cambio de
diseño y un cambio en el ADN.
En el Logos o proyecto general, fruto de un
primer proceso mental de diseño que fue
completado antes de la primera eclosión de
energía, estaba incluido también el plan general
de la evolución.
Este Logos, a través de su soporte material o
campo energético, fue guiando todo el proceso
de evolución, en parte de una manera
automática pero también de forma autónoma y
creativa, modificando los diseños y
construyendo nuevas secuencias de ADN.
La aparición de nuevas especies requiere un cambio de diseño y ADN
40. Prueba de ello es la evidente direccionalidad de
la evolución, que desde formas sencillas progresa
hacia formas más complejas; desde una
dependencia del ambiente hacia una mayor
autonomía y creatividad; y desde órganos de
percepción y procesos mentales simples hacia
órganos sensitivos, cerebros, procesos mentales y
niveles de consciencia cada vez más altos.
La dirección general del proceso estaba
planeada, pero no todos los detalles, dado que
también los diferentes logos específicos y los
propios organismos disponían de un margen de
autonomía y creatividad para adaptarse al
ambiente.
También se puede observar que ha sido un
proceso deliberadamente escalonado.Como
muestran los registros fósiles, las especies han
ido apareciendo de forma escalonada o a saltos,
sobre la base de los niveles inferiores y siempre
cuando el ambiente había ya sido preparado
por éstos.
Las especies inferiores fueron sirviendo como
banco de pruebas para las superiores, de
manera parecida a la evolución del automóvil,
en la que se va mejorando los diseños sobre la
base de las experiencias previas.
Direccionalidad y carácter escalonado de la evolución de las especies
41. La evolución orgánica de
Popper
La teoría de los campos
mórficos de Sheldrake
Teoría del “Diseño
Inteligente”
VARIANTES Y ALTERNATIVAS DE LA TEORÍA
DARWINISTA DE LA EVOLUCIÓN
42. La evolución orgánica de Popper
Algunos biólogos, para intentar
explicar la sorprendente capacidad de
los organismos de adaptarse al
ambiente, vuelven a reconsiderar las
teorías de Lamarck.
La idea es la siguiente:Ya que vemos
que los animales poseen una cierta
inteligencia, capacidad de
autorregularse para adaptarse al
ambiente, e incluso un cierto grado de
creatividad o capacidad para cambiar y
modificar el ambiente, ¿no podrían ser
esta autonomía y creatividad de los
propios organismos la que causara de
una forma intencional esas mutaciones
que son tan oportunas y eficaces para
poder adaptarse a su ambiente?
«Soy un tanto crítico respecto a la teoría evolucionista
y su poder explicativo, especialmente por lo que atañe al
poder explicativo de la selección natural. (…)
Puedo mencionar de nuevo la teoría de la evolución
orgánica. El libro de Sir Alisten Hardy, The Living Stream
[1965], así como Ernst Mayr [1963], subrayan que la
elección del animal es un factor causal del
establecimiento de su medio, llevando así a un cierto tipo
de selección.
Podemos decir que el animal es creador en un sentido
casi bergsoniano o en un sentido más o menos
lamarckiano.»
K. R. Popper, El yo y su cerebro, Editorial Labor, Barcelona, 1993, pp. 13,
634.
Popper se mostró partidario de esta idea designada
como la teoría de la evolución orgánica, como se
desprende de la siguiente cita:
43. Esta idea tiene bastante sentido
sobre todo para explicar la
microevolución o esas
modificaciones que experimentan
muchas especies al adaptase a
nuevos ambientes. Es decir, se
supone que existe un mecanismo de
realimentación o intercambio de
información entre el código genético
del organismo y el ambiente.
Esto es más razonable que tratar
de explicar mediante mutaciones
esta capacidad para adaptarse al
ambiente, cuando la lógica y los
experimentos nos dicen que las
mutaciones accidentales y los
errores de copia lo único que pueden
producir son deformaciones dañinas,
como señala muy bien Davies.
«Un pequeño error en la copia del proyecto de una bicicleta,
por ejemplo, probablemente no tendría mucha importancia a
la hora de montar la máquina, pero el más minúsculo error en
los planos de un avión o una nave espacial podría conducir a un
desastre... Lo mismo cabría suponer de las mutaciones
aleatorias en Biología, que tenderían a degradar en vez de
ampliar las complejas e intrincadas adaptaciones de los
organismos.Tal como muestran los experimentos directos,
esta es realmente la situación: la mayoría de las mutaciones
son dañinas.»
Paul Davies, Proyecto Cósmico, Ediciones Pirámide, Madrid, 1989, p. 147.
En realidad, el único mecanismo al azar que es muy
beneficioso para las especies pero que no produce los
suficientes cambios en el ADN como para provocar la aparición
de una nueva especie es la recombinación de genes por medio
de la reproducción sexual. Esta mezcla de genes entre
individuos de linajes familiares distantes es precisamente la
que minimiza o reduce el riesgo de multiplicar malformaciones
genéticas provocadas por mutaciones dañinas.
44. La teoría de los campos mórficos de Sheldrake
Otros biólogos, como Sheldrake,
tratan de salvar el escollo de la no
herencia de caracteres adquiridos,
suponiendo que la información
genética no está codificada en el
ADN como comúnmente se piensa,
sino en un campo mórfico asociado
a éste.
«Los organismos vivos no solo heredan los genes, sino
también los campos mórficos. Los genes se reciben
materialmente de los antepasados, y permiten elaborar
ciertos tipos de moléculas proteínicas; los campos mórficos
se heredan de un modo no-material, por medio de la
resonancia mórfica, no solo de los antepasados directos, sino
también de los demás miembros de la especie.»
Rupert Sheldrake, El renacimiento de la naturaleza, Paidós, Barcelona, 1994,
p. 124.
El ADN sería como el soporte material o
hardware, y en el campo mórfico estaría el
software o programa informático genético. ElADN
sería también algo así como una cadena
robotizada de producción de proteínas con un
carácter de maquinaria multifuncional, es decir,
que si se reprograma podría variar su producción.
Así pues, a través de un intercambio de
información entre el código genético del campo con
el organismo y el ambiente a través del ADN, se
podría modificar o reprogramar la información
contenida en el código genético para producir esas
variaciones morfológicas adaptativas que luego
heredarían sus descendientes.
45. Independientemente de cómo sea
en realidad este mecanismo
adaptativo, esta microevolución sólo
produce transformaciones del
diseño general de la especie que no
da lugar a nuevas especies.
Para pasar de una especie a otra,
por ejemplo, de un reptil anfibio a un
ave —por seguir una secuencia
clásica de evolución— se requiere un
cambio demasiado grande en la
estructura general y esqueleto que
es muy difícil explicar con esas
modificaciones morfológicas
adaptativas, y mucho menos con
mutaciones al azar. Bohm explica
muy bien este punto en esta cita:
«Mientras que este enfoque general podría ser adecuado para
explicar cambios y variaciones relativamente pequeños, puede no
ser suficiente para dar cuenta de cambios más espectaculares,
como, por ejemplo, la aparición de nuevas especies.Y es que los
grandes cambios evolutivos exigen el desarrollo coordinado de
muchas piezas diferentes del código genético.
Para que un pájaro vuele no basta con darle alas. Sus huesos
han de ser más ligeros, pero manteniendo su fuerza, las plumas
deben estar adaptadas de manera aerodinámica, ha de
trasladarse el centro de gravedad, y se necesita además un
desarrollo de la musculatura y cambios en el metabolismo que
permitan crear la energía suficiente para volar.
Si todos estos cambios no tienen lugar de manera coordinada,
cabe la posibilidad de que no sobrevivan. Es difícil comprender
cómo muchas de las probabilidades altamente coordinadas
exigidas para la evolución podrían haber surgido mediante
combinaciones fortuitas de pequeñas mutaciones al azar.»
D. Bohm y D. Peat, Ciencia, orden y creatividad, Kairós 1988, pp. 224-225.
La microevolución no da
lugar a nuevas especies
46. Una fábrica de automóviles no sirve para fabricar
aviones. Sólo se podría si se modificara radicalmente el
diseño y se añadiera a la cadena de montaje nuevas
máquinas y herramientas adecuadas.
De igual forma, cada nueva especie requeriría un nuevo
diseño, o al menos una modificación substancial del
anterior, y una nueva cadena de montaje o ADN. Lo más
razonable es que esto no se produjera por mutaciones
accidentales, sino por un proyecto previo o logos particular.
El hecho de que el ADN sea el mismo en todos los seres
vivos, y de que exista una relativa continuidad escalonada
entre todas las especies se podría explicar de la siguiente
manera: dado que una célula es como la fábrica de los seres
vivos, es lógico que se empiece fabricando cosas simples y
luego de una manera gradual se vaya ampliando esa misma
fábrica añadiéndole nuevos diseños y nueva maquinaria.
También las especies servirían de banco
de prueba para las nuevas especies, de igual
forma que en la evolución del automóvil se
han ido creando nuevos prototipos
modificando y mejorando los anteriores.
Así pues, los homínidos o precursores de
la especie humana, pudieron muy bien ser
prototipos experimentales que sirvieron de
banco de pruebas y base física para la
aparición de nuestra especie, y que se
extinguieron cuando cumplieron con su
función.Algo similar a lo que les ocurrió a
los dinosaurios, que se extinguieron
después de cumplir una cierta función, que
bien pudo ser trasformar una vegetación
exuberante en nutrientes orgánicos con el
fin enriquecer la tierra.
Cada nueva especie requeriría un nuevo diseño y una nueva cadena de montaje
o ADN, y además serviría de banco de prueba o base para las nuevas especies
47. Teoría del “Diseño Inteligente”
A finales del siglo pasado un grupo de científicos
norteamericanos formularon una nueva teoría, llamada
“Diseño Inteligente”, que se opone frontalmente al dogma
de la teoría darwiniana de la evolución.
Básicamente, esta nueva visión o paradigma evolutivo
afirma que, basándose en la evidencia empírica, es posible
inferir que ciertas facetas del universo y de los seres vivos
se explican mejor suponiendo que están diseñados por
una causa inteligente, que presumir que son causados por
un proceso al azar como la selección natural.
En 1996, el bioquímico Michael J. Behe, argumentó en
su libro, La caja negra de Darwin: El desafío bioquímico a la
evolución, que algunas facetas de las células vivas están
caracterizadas por una “irreducible complejidad” que no
puede ser explicada por la teoría darwiniana de las
pequeñas variaciones accidentales, y que apuntan por
tanto hacia un diseño inteligente.
Como el mismo Behe explica, un sistema
es irreduciblemente complejo cuando “está
compuesto de varias partes que interactúan
y encajan perfectamente unas con otras,
cumpliendo juntas una función básica, y en
donde la eliminación de alguna de las partes
causa que el sistema deje de funcionar.”
Behe describe en su libro varios ejemplos
de facetas de las células vivas que él
considera que son irreduciblemente
complejas, como el famoso caso del motor
del bacterial flagellum, una especie de
sofisticada turbina compuesta de proteínas
que sirve de mecanismo de propulsión de la
bacteria.
Michael J. Behe, Darwin's Black Box:The Biochemical
Challenge to Evolution. NewYork:The Free Press, 1996,
p. 39.
48. WilliamA. Dembski, filósofo y matemático, en su
libro, La inferencia del diseño (1998), explica que hay
tres formas de explicar los hechos; la regularidad (ley
natural), el azar y el diseño. Dembski introduce otro
criterio para detectar el diseño, la “complejidad
especificada,” es decir, que contenga algún tipo de
información codificada o muestre una conformidad
con un patrón que ya exista independientemente. En
su libro, La revolución del diseño (2004) escribe:
Es un hecho a celebrar que un grupo de biólogos
hayan recuperado la cordura y el sentido común
que ya exhibió Sócrates, el padre de la ciencia, hace
2,500 años.
El paradigma del Diseño Inteligente, a diferencia
de las teorías creacionistas cristianas, se apoya
solamente en evidencias científicas, no en las
escrituras y doctrinas religiosas.Tampoco especula
acerca de la naturaleza del diseñador inteligente,
sino que se limita estudiar la inferencia del diseño
en determinados casos particulares, sin intentar
elaborar un modelo más general que explique la
creación y evolución del universo.
«La aserción fundamental del diseño
inteligente es directa y fácilmente inteligible; a
saber, hay sistemas naturales que no pueden ser
adecuadamente explicados en términos de
fuerzas naturales indirectas y que exhiben
facetas a las que en otras circunstancias se las
atribuiríamos a la inteligencia.»
Dembski, William A.The Design Revolution: Answering the
Toughest Questions about Intelligent Design. InterVarsity
Press, 2004, p. 45.
El motor flagelar
bacteriano
49. Resumiendo, como señalamos al principio de este
capítulo, la secuencia correcta no es azar y necesidad,
sino creatividad, necesidad y azar. El factor más
importante sería la creatividad. Una creatividad que
viene de un Logos o proyecto cósmico que guía la
evolución, y también de la autonomía y creatividad de
todos los organismos vivos y la nuestra. Luego, en
orden de importancia viene la necesidad derivada de
los mecanismos guiados por leyes deterministas.Y, en
último lugar, el factor también importante, pero no
tan decisivo como se cree, de los mecanismos al azar.
Esta explicación no sólo es más razonable y
completa, sino que sus implicaciones éticas son más
esperanzadoras. Si se parte del supuesto de que tanto
el universo como nosotros mismos hemos sido
diseñados o hechos para algún fin, entonces se puede
hablar de que tenemos un valor intrínseco y que la
vida humana tiene un sentido.
En cambio, si se cree que todo lo que existe
en el universo, incluido el ser humano, es un
producto accidental y fortuito —o sea, que
estamos aquí por pura casualidad— es casi
imposible hablar de valor. El universo carecerá
de sentido y no habrá ninguna finalidad o
propósito en la vida. El panorama se vuelve
aún más sombrío cuando se cree en la teoría
darwinista de la selección natural que santifica
el egoísmo y la lucha por la supervivencia
como el único y más alto propósito en la vida.
Como dice Dawkins, simplemente nos
convertimos en máquinas descartables —y,
por tanto, sin ningún valor intrínseco— que
utilizan a su antojo unos despiadados genes
egoístas que tienen como su única meta
producir frenéticamente cuantas más copias
de sí mismos mejor.
Conclusiones