Este documento describe la importancia de la respiración para la vida y la salud. Explica que respirar es la primera y última acción que realizamos y que conecta nuestro cuerpo, mente y espíritu. Revisa los principales órganos y procesos respiratorios, incluyendo la nariz, pulmones, diafragma y alvéolos. También propone ejercicios de respiración consciente para mejorar la oxigenación, energía y bienestar general.
1. Respirar es vida
por
Sonia Lorente
Parroquia de San Félix
Barcelona
13 octubre 2014
2. 1 RESPIRAR ES VIDA
La primera página de la Biblia, en sus primeros párrafos, dice:
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. Las tinieblas cubrían el océano, y un viento de Dios aleteaba sobre las aguas… (Génesis 1, 1).
Más adelante, cuando Dios forma al hombre, leemos:
Entonces Dios formó al hombre con el polvo de la tierra, sopló en su nariz un aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser vivo. (Génesis, 2).
Y en el último verso del salmo 150 encontramos esta exclamación:
¡Alabe al Señor todo lo que respira! (Salmo 150)
Viento (espíritu) de Dios, aliento de vida, todo lo que respira… Desde siempre el ser humano ha comprendido que la vida está unida al aire, al respirar, al aliento. Es lo primero y lo último que hacemos en nuestra vida. Apenas nacemos, aprendemos a respirar. Cuando morimos, exhalamos nuestro último aliento. Respirar es vida, por eso es tan importante aprender a respirar conscientemente y a hacerlo bien.
Volviendo a la creación del hombre, la palabra hebrea aphar, que se traduce como polvo, barro o tierra, en realidad significa ceniza. Esto quiere decir que se ha producido una combustión de la materia. Y es que respirar es una forma de combustión que genera energía: la energía vital que nos hace vivir.
Los niños en el seno materno también respiran. Absorben oxígeno a través del fluido que los rodea y el cordón umbilical que los une a su madre. A esto se le llama respiración sanguínea. Cuando nace, el niño inicia la respiración aérea. Sale del canal del parto y, con el esfuerzo, abre de forma natural su diafragma y los conductos respiratorios. En realidad, el cachete que se les da no hace falta, ¡ningún animal mamífero da un golpe a su cría apenas nacer!
3. 2 LA PRIMERA RESPIRACIÓN
Golpear al bebé apenas nace es traumático. El niño recibe un mensaje al tiempo que aprende a respirar: de dolor, prisa, miedo y tensión. Esto le causa un impacto que se reflejará en su vida posteriormente. Lo ideal es dejar que aprenda a respirar por sí solo, está preparado para hacerlo.
El acto de sacar aire va contra la gravedad. El niño en el útero materno vive sumergido en líquido y no está acostumbrado a vencer la fuerza de la gravedad. Por eso su diafragma debe madurar para ejercer la fuerza suficiente que le permita respirar. El diafragma es un músculo poderoso que separa los pulmones y el corazón de las vísceras del abdomen. Con la respiración torácica, suspirando fuerte, estamos activando el diafragma.
EL “ÁRBOL” DE LA RESPIRACIÓN
Imaginemos que el sistema respiratorio es un árbol de la vida. Incluso su forma se asemeja a un árbol. Pero está al revés, con las raíces hacia arriba y las ramas y las hojas abajo. Porque de las raíces es de donde toma su alimento: el aire.
¿Cuál es la raíz de este árbol? ¿De dónde nace la energía respiratoria? De la nariz.
4. 3 LA NARIZ
Comencemos por el principio. La respiración comienza en nuestras fosas nasales. Lo primero que debemos saber es que hay que respirar por la nariz, siempre que se pueda.
La inspiración por la nariz es cien veces más fuerte que la aspiración por la boca. Respirar por la boca indica cansancio. Además, por la boca entran gérmenes y elementos contaminantes, suciedad, frío, aire que pasa al estómago y produce malas digestiones. La nariz, con sus vellos, filtra el aire de partículas, le da calor y hace que llegue limpio y caliente al pulmón.
Es interesante notar cómo son las narices de las diferentes poblaciones del mundo. En lugares muy cálidos las personas tienen fosas nasales amplias, que ventilan y refrescan el aire que entra en el cuerpo. En lugares fríos tienen las fosas nasales muy cerradas, que no dejan pasar el frío y calientan el aire que se respira.
Por tanto, la puerta de entrada del aire es la nariz. De ahí la importancia de mantenerla bien limpia. No solo por fuera, sino por dentro. El trayecto del aire va mucho más allá de la nariz: hay unos conductos que pasan por una serie de ganglios linfáticos, atraviesan los senos paranasales y llegan hasta la parte posterior del cráneo. Allí también se acumulan mocos y pueden estar mucho tiempo, obstruyendo los ganglios, que tienen forma de caracol. Entonces, cuando vamos a la playa y nos zambullimos en el mar, llenamos de
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agua salada esos conductos y salimos echando muchísima mucosidad. Hemos hecho un lavado de nariz sin querer, y nos hemos librado de todos los mocos acumulados.
Lo ideal es lavarse cada día las fosas nasales, con agua de mar o agua salada. Existen unas teteras de manguito largo especiales para ello, de venta en tiendas naturistas. También se pueden usar perillas de goma, que se encuentran en farmacias. La higiene de la nariz es necesaria, pues vivimos en un ambiente lleno de polución. La calefacción y el aire acondicionado esparcen millones de gérmenes patógenos a los que estamos expuestos continuamente.
Una nariz fría casi siempre va acompañada de unos pies fríos. Nos avisa de que también hay frío en nuestro interior: lo interno se refleja en lo externo. Nariz fría es señal de mala oxigenación, pulmones fríos, sangre poco oxigenada. Por eso las manos y los pies suelen adquirir un tono azulado o violeta. Un pulmón frío quita energía al cuerpo. Por tanto, si arriba ―en la nariz― hay frío, abajo ―en el pulmón― no habrá energía.
Lo de afuera se repite adentro. Si arriba hay frío, abajo no hay energía. Nariz fría = pulmones sin fuerzas. ¡Pero podemos cambiar esto!
LA GARGANTA Y LA BOCA
La boca debe permanecer cerrada. Es un conducto apto para el alimento y el agua, no para el aire.
De todos modos, cuando se corre, se nada o se hacen ejercicios aeróbicos intensos, es necesario abrirla para soltar el aire. Entonces sí que conviene inspirar por la nariz y soltar por la boca, porque al ser una respiración muy intensa hay una gran demanda de energía y se da un intercambio de oxígeno adecuado.
Es importante mantener la boca limpia y cuidar la garganta, protegiéndola del frío en todas las estaciones del año.
6. 5 45 cm: EL TRAMO DE LA VIDA
De la punta de la nariz al fondo del pulmón van unos 45 cm. Este es el tramo de la vida: si lo amamos y lo cuidamos tendremos mucha vida y energía.
Pasemos de la nariz al diafragma. Este músculo necesita ejercicio, como cualquier otro. Hay una serie de ejercicios para abrirlo. Cualquier emoción fuerte nos cierra el corazón y encoge el diafragma. De manera que tenemos que aprender a abrirlo y mantenerlo en forma.
En Medicina China, cada víscera se asocia a unas emociones. El pulmón es donde se aloja la tristeza, el agobio. Cuando una persona está triste se le encorva la espalda, le cae el pecho sobre el abdomen y se encoge.
El riñón, que procesa el agua, está asociado con el miedo.
El corazón alberga la alegría. Está en sintonía con el pulmón. Si el pulmón está falto de energía, triste, el corazón se encoge.
El movimiento de encogerse, de cerrazón, indica tristeza y miedo. En cambio, la expansión, la apertura, son señal de alegría. Cuando falta alegría la vida se vuelve muy pobre. Respirar bien, tener sano y fuerte nuestro árbol de la vida, nos hará tener una vida más plena.
7. 6 MASTICAR EL AIRE
Cuando el aire entra por la nariz, es semejante al alimento que entra por la boca. Hay que procesarlo. La nariz lo filtra y lo calienta. De ahí pasa a la tráquea y luego a los pulmones.
Es necesario “masticar el aire”. ¿Cómo? En los alvéolos.
Los alvéolos forman como racimos de uvas dentro del pulmón. Cada uno es una celdilla, como una uva. Cuando inspiro, lleno los alvéolos de aire. Si retengo el aire, el alvéolo recoge la carga energética del oxígeno y expulsa hacia afuera ácido, lleno de toxinas. Pero si respiro de forma superficial, sin parar, no doy tiempo a que salgan los tóxicos del pulmón. He respirado, pero no he limpiado ni me he cargado de suficiente energía.
Las consecuencias de una mala oxigenación y de no expeler las toxinas son varias:
El sistema nervioso permanece contaminado.
La médula espinal queda poco oxigenada y poco alimentada, y produce pocos glóbulos rojos pues no tiene fuerza.
La sangre no se oxigena ni se depura: al haber pocos glóbulos rojos, se lleva poca energía a las células.
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Todo el cuerpo acusa el cansancio, la falta de energía y la tensión y desajustes causados por un sistema nervioso mal alimentado y sucio.
Por eso es tan importante respirar profundamente. Conscientemente.
EJERCICIO
Inspira profundamente por la nariz.
Retén el aire durante 3 segundos ―cuenta hasta tres―.
Espira por la nariz, suave, profunda y lentamente. Repite unas diez o quince veces. Hazlo si puedes 3 veces al día.
Respirar conscientemente, reteniendo el aire y soltando bien por la nariz, nos aportará niveles altos de energía y concentración.
Será bueno para nuestro estado anímico, para bajar la tensión, aumentar la atención, la inteligencia y la memoria. También nos embellecerá.
La piel refleja lo que nos ocurre por dentro. Una piel de gallina refleja una emoción fuerte, conecta el pulmón con la emoción y acelera la respiración.
En nuestra vida diaria vamos tan aprisa y respiramos tan mal que no reaccionamos bien ante las emociones. Además, la climatización nos descoloca y nos desequilibra.
La transpiración de la piel también está controlada por el pulmón. Cuando se come muy ácido ―harinas, carnes, dulces― el aliento huele, y también huele el sudor: huele ácido todo el cuerpo. Entonces es necesario depurar el organismo para que el pulmón no se agote.
Si no cuidamos nuestra respiración, la vida se nos acortará.
9. 8 LA CARGA VIBRACIONAL: DESCALZARSE
El aire no está formado solo de oxígeno y otros gases. En la naturaleza, en los árboles, en la tierra, en el agua, hay una carga energética vibracional. Toda sustancia desprende unas partículas que vibran y producen sus efectos en el medio ambiente y en nosotros.
Son los llamados iones, que pueden tener carga positiva o negativa. La diferencia de cargas genera movimiento: tomar – soltar, atraer – repeler, subir – bajar.
Los aparatos que tenemos en las casas nos roban la carga iónica. Moquetas, plásticos, electrodomésticos y las suelas de goma de nuestros zapatos nos aíslan y nos quitan iones. Esto produce cansancio y nos puede llegar a enfermar. Tener “calambrazos” en los dedos o los cabellos erizados al peinarse son signos de una malísima carga iónica.
Hay edificios enteros que están enfermos y provocan dolencias crónicas, cansancio o depresión a las personas que viven y trabajan en ellos. La solución es simple: la tierra nos devuelve la carga iónica. Basta descalzarse y pisar tierra ―o una maceta, si no se puede ir a un jardín o a un parque―. ¡Vigilad vuestros pies! Siempre los llevamos aislados con suelas de goma. Es importante descalzarse.
También conviene beber agua, de botellas de cristal o en vaso, no en plástico.
Manos y pies son nuestros terminales de entrada y salida de carga energética.
Por eso descalzarse permite que entre y salga la energía por los pies.
10. 9 EL AIRE Y LA MENTE
El aire siempre sube, tiende a ascender. Si queremos cuidar la parte superior de nuestro cuerpo hemos de respirar bien. Una buena respiración contribuye a tener una mente calmada.
De los cuatro elementos básicos: tierra, agua, fuego y aire, el aire es el más abundante. ¡Lo tenemos siempre, y gratis! Pero lo hemos intoxicado y llenado de polución.
Nos hace falta tener consciencia de la vida. Entender que la salud es cuidar de este templo sagrado que es nuestro cuerpo, y que lo tenemos para desarrollarlo, disfrutar y compartir.
El tabaco es terrible. Inspirar aire con humo literalmente chafa los alveolos. Su forma normal es la de una uva. Los fumadores tienen los alvéolos aplastados como una salchicha y, por tanto, su oxigenación es muy deficiente. Fumar provoca un enorme desgaste energético, mala circulación, poca oxigenación, pérdida de memoria y claridad mental.
¿Por qué domina el tabaco a las personas adictas? Porque el aire está en la mente. Si la dejamos suelta, cabalga sin cesar. Pero respirar conscientemente nos permite dominar al caballo desbocado… o al mono loco que todos llevamos dentro. Una mente calmada nos aporta energía. Los yoguis orientales, que practican mucho la respiración consciente, poseen un dominio increíble de su cuerpo y su mente. Son ancianos y pueden doblarse como quieren. Su mente está ágil y despierta, su cuerpo flexible.
Utilizar el aire con consciencia calma el corazón y el pulmón, la mente y las emociones.
¡Respiremos! Nunca nos falta el recurso para calmarnos y estar bien. No necesitamos tantas pastillas, ¡basta el aire!
11. 10 EL AIRE NOS ALIMENTA
Cada dos horas hay un agujero de la nariz que se abre y otro que se cierra. Esto es así porque tenemos dos hemisferios cerebrales. Se da una alternancia para oxigenar con más intensidad uno de los dos hemisferios cerebrales, y luego cambiar al otro.
EJERCICIO
Inspira por un lado, tapándote la otra fosa nasal. Retén el aire unos segundos. Espira por ese mismo lado. Repite diez veces y haz lo mismo con el otro lado. Es importante expulsar el aire con fuerza, siempre por la nariz.
Este ejercicio alimenta la raíz del árbol respiratorio y también oxigena la parte frontal de nuestro cerebro, donde se aloja la memoria y el pensamiento inmediato.
Si la raíz está débil, el árbol está débil; si respiramos mal, todo nuestro organismo estará falto de energía.
Otro buen ejercicio es respirar y apretar los esfínteres inferiores: el ano y el perineo, pues lo que ocurre arriba repercute abajo. Tenemos un cerebro superior ―en la cabeza― y otro inferior ―el vientre― donde está nuestra memoria interna. El centro de este cerebro inferior está en la rabadilla.
La gente mayor, que no respira bien y se mueve poco, tiene este cerebro muy debilitado y por eso no controla los esfínteres. Sufre de incontinencia por la enorme debilidad interna.
EJERCICIO
Respira hondo. Contén el aire y al mismo tiempo comprime los esfínteres. Suelta el aire por la nariz, expulsando con fuerza. Repítelo 50 veces.
Este ejercicio refuerza la zona pélvica y el cerebro inferior. También refuerza la función digestiva y sexual. La digestión y las hormonas sexuales están conectadas directamente con el cerebro superior.
12. 11 RESPIRAR BIEN PARA VIVIR MEJOR
Respirar conscientemente nos permitirá vivificar otras funciones de nuestro cuerpo: la digestión, el gusto, la sensibilidad.
Respirar conscientemente nos aporta muchos beneficios: nuestra sangre se enriquece, con más glóbulos rojos. Oxigena mejor los órganos. Regenera nuestra columna, nos da más flexibilidad, física y también mental, ante la vida. Respirar hondo nos permite soportar mejor los golpes y los disgustos.
Pero la vida nos da regalos continuamente, y esto debería provocar en nosotros alegría y expansión. Agradezcamos el vivir donde estamos y con quién estamos. Respirar nos da aire, alegría, expansión.
EJERCICIO: de pie, respiremos hondo unas 10 o 20 veces, inspirando, reteniendo, espirando con fuerza. Estiremos nuestro cuerpo, como hacen los animales antes de levantarse, desperezándose con calma y amplitud de movimiento.
Empecemos el día agradeciendo a la vida lo que nos da. Conectemos con nuestra vida. De noche, más calmados, demos gracias también.
Vale la pena levantarse más temprano para comenzar bien el día, respirando, con un minuto de calma. ¡Tan solo un minuto basta para cambiarnos la vida!
Por la tarde, busquemos otro minuto de paz para respirar y dar gracias. Estos minutos tienen un poder extraordinario.
13. 12 PREGUNTAS Y RESPUESTAS
―¿Qué hacer cuando ya estamos tan… escacharrados?
―Os contaré mi experiencia personal. Hago muchas cosas, pero lo primero es respirar con conciencia. Cuando estoy de pie, en la cocina, por ejemplo, procuro practicar esta respiración.
Otro truco es bostezar, no por sueño, sino gratuitamente. Bostezar despierta la energía y nos oxigena. Por eso se contagia.
Otro medio: suspirar. Cuando se suspira se exhala profundamente.
Más ejercicios:
EJERCICIO
Sentados, con las palmas de las manos sobre las rodillas y vueltas hacia arriba, respirad hondo y sentid la energía en las manos, hasta que estás se pongan calientes.
Luego, cerrad las palmas suavemente sobre la cara y frotaos la nariz. También se calentará. Podéis hacer un masaje suave sobre el rostro, que descansa mucho.
EJERCICIO
Respira a conciencia. Piensa en lo que haces. Siente lo que haces. Ama lo que haces. Ama tu cuerpo, tu tracto de la vida. Envía amor a tu cuerpo mediante la respiración. Si no sientes tu cuerpo, el cuerpo te abandonará.