Este trabajo contiene información sobre las características que identifican a un grupo de una Escuela Secundaria tales como la propia adolescencia, identidad, grupos de pares y estilos de aprendizaje.
1. MIS ADOLESCENTES
¿Quién soy?, ¿Qué quiero?, ¿De dónde vengo y hacia dónde voy?, ¿Qué buscan
los demás de mí?
Tal vez estas son preguntas que muchas personas se han hecho en algún
momento de su vida sin encontrar todavía respuesta que guíe o estabilice. Quizá
por tu mente o por la mía también llegaron las mismas interrogantes, causaron un
desequilibrio emocional o hasta el distanciamiento con la familia y amigos.
Todos cruzamos por esa etapa, la más temida por la sociedad, por los padres,
abuelos, tíos, etc. Al instante que escuchamos la palabra “adolescencia”, nos
imaginamos lo peor, las características que la identifican: rebeldía, gritos, enojos,
amor, descontrol, libertinaje, cambios, en fin, todo lo malo del mundo en tan sólo
un humano de 12 a 15 años, ¿No te parece que es demasiado?
Desde los primeros años de su estudio hasta la actualidad, la adolescencia se
interpreta como el periodo de cambios psicosociales a los que necesariamente
tendrá que adaptarse la persona; sin embargo es parte del proceso de maduración
humana que comienza con el cambio en la apariencia física, la manera en que se
piensa hacia los demás y la forma de ver la vida desde el entorno que se
encuentra rodeado, por eso, es importante hacer saber al joven que no debe
sentirse mal por las transformaciones que ocurren en su cuerpo y mente, pues son
completamente normales y será fundamental encontrar a lo largo de los años que
dura esta etapa, a aquellos individuos que lo escuchen y comprendan, pero sobre
todo, que sea capaz de asumir el papel que le corresponde de acuerdo a su edad.
2. No solo es cuestión de sentirse grande y con poder, sino demostrarlo y asumir lo
que esta fase de la vida implica, ya que se considera por muchos que se dispone
de una capacidad física y cognitiva muy próxima a las de un adulto pero en
realidad se asumen todavía, las responsabilidades propias de esa edad sin
importar las consecuencias frecuentemente con los padres, profesores y otras
personas que piense diferente a él.
La principal problemática con la que se lucha es con todos aquellos juicios que
vienen de la sociedad, esas ideas, estatus, estereotipos, formas de ser y
comportarse con y ante los demás. La sociedad los bombardea con aquellos
modelos, pensamientos y logros que desde su punto de vista “son buenos”.
El trabajar con los adolescentes y encontrarse en un escenario como lo es un
salón de clase frente a 45 o 50 alumnos, hace que se recuerden nuevamente
todas aquellas historias que se vivieron en carne propia, la única diferencia es que
ahora, no formas parte de un grupo de amigos en el que compartes gustos,
amores o creencias, ahora se tiene la responsabilidad de orientar a jóvenes que
forman parte de una sociedad transformada en la que los absorbe la tecnología, el
sexo, las drogas, las apariencias y un sinfín de enfermedades, ¿Será posible
lograr un aprendizaje en tus alumnos con todo lo anterior?
Desde mi experiencia asumir el papel docente y lograr aprendizajes lo considero
como una tarea difícil, más no imposible; la relación maestro-alumno durante esta
etapa se caracteriza por ser un constante estira y afloja. Los alumnos están
presentes físicamente en el aula, ocupan una butaca y dicen “presente” al inicio de
3. la clase. Durante los famosos 50 minutos pasa de todo: volteo a mi alrededor y
encuentro a unos cuantos concentrados leyendo el libro o haciendo anotaciones
de todo lo que dice el profesor, otros se distraen en la ventanas, saludan a sus
amigos, otros más, escuchan música; las niñas observan en sus pequeños
espejos esas pestañas tan negras que
lograron con nuevo rímel que compraron en
“todo-moda”, ven los WhatsApp que
recibieron la noche anterior de aquel chicos
que les quita el sueño: todo esto un caos, en
verdad, es un verdadero caos, ¿Qué pasa
por su mente? ¿Acaso es lo único que les
importa?, ¿Por qué no mejor se quedan en
su casa?
Dicen que “no es lo mismo ver los toros desde la barrera, que estar en la arena” y
lo digo así porque ahora asumí mi papel como mera observadora dentro de los
grupos 1°”Y” y 1°”Z” con los cuales estaré realizando mi servicio social en la
Escuela Secundaria Federal #1 “J. Jesús Gonzáles Ortega” ubicada en calle
Primera de Bolos, en el centro de la Ciudad de Zacatecas.
Durante la semana que estuve ahí, en mi mente se quedó aquella imagen que
describía mi muerte, tenía frente a mis ojos a los jóvenes más terribles de la
ciudad, el propósito de mi maestra tutora se había logrado: hacerme la vida de
cuadritos, lo peor es que aún ni clase les daba y yo ya imaginaba lo pésimo. Sus
conductas fueron extremas, la diversidad abundaba y el aula, en menos de cinco
minutos se llenaba en cada una de las asignaturas que les impartían a lo largo de
la jornada escolar. No sobraba ningún espacio para poder pasar y saber, por lo
menos, qué hacían en su libreta, la única solución, era estar sobre el estrado
ubicado al frente. Si los maestros titulares con años de experiencia batallan con
ellos, no me quiero imaginar que le espera a esta practicante.
Por azares del destino, en uno de esos días, la profesora de Formación Cívica y
Ética llegó tarde, los alumnos se encontraban fuera del aula haciendo desorden.
4. En ese instante lo único que pasó por mi mente fue “este es mi momento, tengo
que aprovechar para poder aplicar mis instrumentos y recopilar información que
me ayude a conocer más de ellos”. Así fue. Logré mi objetivo, tengo lo que quería.
En primer lugar, hablemos de lo cognitivo
Para comenzar, tengo 42 alumnos. 24 son hombre y 18 mujeres. Algunos son
originarios de la capital, otros son de Guadalupe, Zacatecas y comunidades
cercanas. Para una buena organización grupal, tener en buen estado las butacas
que le pertenecen al aula y saber quiénes de ellos no asisten a clase la maestra
titular de la asignatura de Español los sienta por número de lista.
Tienen 12 años cada uno, según Jean Piaget, en dicha edad se encuentran en la
etapa de las operaciones concretas, todo lo que plasma en su teoría se
comprueba: los jóvenes que conforman
el grupo 1°”Z” dentro de la secundaria,
son capaces de emplear su lógica para
obtener conclusiones concretas
dependiendo del tema que se trate,
crean sus propias hipótesis, el
pensamiento simbólicos se incluye en
los procesos de razonamiento y son
capaces de solucionar problemas de gran complejidad, lo cual, se concluye que
acceden fácilmente a lo hipotético-deductivo (Jean Piaget).
Esto nos lleva a obtener como conclusión que el joven debe manejar las
demandas del aprendizaje con nuevas habilidades o corre el riesgo de obtener
ante esto, una sensación de inferioridad, fracaso o incompetencia.
En lo que se refiere a sus estilos de aprendizaje, son demasiado diversos, tengo
un grupo completamente heterogéneo: 21 de ellos aprenden de manera visual, 11
resultan ser auditivos y 10 kinestésico: estos datos, resultan de la aplicación del
TEST de VAK.
5. Definirlos es importante para delimitar las áreas en las que se debe trabajar para
lograr que el alumno aprenda. Los estilos, son rasgos cognitivos que sirven como
indicadores de cómo es que los alumnos perciben y responden a sus ambientes
de aprendizaje, tienen que ver con la forma en que los estudiantes estructuran los
contenidos, forman y utilizan los conceptos, interpretan la información, resuelven
los problemas y seleccionan medios de representación.
Lo social y personal, también es importante
Cada uno de los miembros que conforman el grupo, es diferente. Su identidad aún
no está definida, pero, ¿Qué es eso de identidad? Según Anita E. Woolfolk, se
refiere a la organización de la conducta, habilidades, creencias e historia del
individuo en una imagen consistente de sí mismo. Esto implica decisiones y
elecciones con respecto de la vocación, orientación sexual y una “filosofía de la
vida”. Si los adolescentes no logran integrar todos estos aspectos o si se sienten
incapaces de elegirlos, existe el riesgo de una confusión de papeles.
Según algunos expertos que se
mencionan en la obra de Erikson, los
adolescentes tienen cuatro alternativas
conforme hacen frente a sí mismos, pero
solo dos de ellas son la que encajan
perfectamente con alumnos de 1°”Z”; la
primera llamada hipoteca de la identidad
que se describe como las “situaciones de
los adolescentes que no experimentan
con diferentes identidades o consideran una variedad de opciones, sino que solo
se comprometen con las metas, los valores y los estilos de vida de otras personas,
por lo regular de sus padres”.
Tal es el caso de Hilario, quien busca tener buenas notas, formar parte del cuadro
de honor y recibir los mejores halagos de profesores y compañeros con el fin de
graduarse algún día y ser parte del personal que labora en la presidencia o el
gabinete de gobierno de Zacatecas, pues menciona que esas personas ganan
6. mucho dinero, tienen los carros último modelo y pueden darles lo mejor a sus
hijos:
-Mi mamá es quien maneja el dinero, trabaja en tesorería y cada ocho días
salimos a Liverpool, me compra lo que yo quiero y he conocido varios lugares
fuera de Zacatecas.
-Mi papá es el mejor amigo del diputado, salen muy seguido con personas
que reconocidas en la televisión.
Nicolás, es otro ejemplo de dicha situación. Él forma parte de un grupo deportivo
de natación, es el mejor y constantemente participa en olimpiadas nacionales
fuera del estado. Su padre resultó ser la persona que lo entrena.
Está claro que la meta de ambos jóvenes, es llevar el mismo estilo de vida que sus
padres, en la misma fuente de trabajo, sus aspiraciones es seguir el ejemplo
familiar.
La identidad difusa, es la segunda situación
que se observó dentro del grupo, ésta ocurre
cuando los individuos no llegan a
conclusiones acerca de quiénes son o qué
quieren hacer de su vida, no tienen una
dirección firme. Alicia, es una de las
jovencitas que se identifica en tal caso. No
sabe cuáles son su objetivos, a qué asiste a
la secundaria, se cambia constantemente el
nombre y busca ser el punto de atracción del
día a como dé lugar.
Esto es un problema que se detecta por la ausencia de objetivos y apatía, la
incapacidad de esforzarse con cierta intensidad, la dificultad para decidir o para
comprometerse con las propias decisiones. Estas características que son
frecuentes al principio de la adolescencia, pueden ser consideradas como
7. problema cuando se prolongan en exceso, impidiendo una adecuada
autorrealización en edades posteriores.
No todos los adolescentes resuelven los problemas de su etapa ni consiguen una
identidad diferenciada y coherente. La crisis de identidad puede producir una serie
de respuestas que reflejan en gran medida cierto desequilibrio por la presión social
a la que son sometidos y que por consecuencia, se llega a una identidad
prematura, pero se debe tener en cuenta que esto también tiene riesgos y
discrepancias entre las decisiones como la ocupación, la pareja, o su estilo de
vida.
Los adolescentes que no pueden superar estos dos tipos de situaciones (la
identidad difusa y la hipoteca de la identidad) tienen dificultades para ajustarse,
con frecuencia se dan por vencidos, confían sus vidas al destino o siguen el paso
de la multitud, de modo que es más probable que abusen de las drogas, tienden a
ser rígidos, intolerantes, dogmáticos y defensivos, pero también es importante
mencionar, que para todos los estudiantes, el orgullo en la familia y la comunidad
forma parte de las bases para una identidad estable.
La autoestima, es otro de los aspectos que están presentes en la formación de la
identidad, es de suma importancia saber representar la actitud que toma el
adolescente ante los problemas que le afectan de manera directa y las
consecuencias que tendrá. Una autoestima baja ante problemas, puede significar
conflictos de tipo emocional o conductual, “los individuos con baja autoestima,
corren riesgos como la depresión, ansiedad y falta de motivación” (Harter, 1997)
pero si por el contrario, las respuestas son enfocadas a un autoestima alta,
difícilmente, las problemáticas mencionadas sucederán, pues esto no representan
aspectos negativos en el adolescente.
Las relaciones sociales que mantienen los adolescentes son esenciales: sus
amistades las consideran vitales. Las opiniones y aceptación de su grupo son de
gran importancia, al sentirse aceptado el adolescente sentirá alivio, esto le
significa que sus acciones son las adecuadas o eso suele creer, pero dichas
relaciones no siempre son las idóneas, pues con sus actos, las personas mayores
8. piensan que los grupos de jóvenes son delincuentes y pierden el tiempo, aunque
en gran medida ayuden a formar la identidad “los adolescentes buscan formar
grupos en los que encuentran a otro jóvenes con los que pueden compartir
experiencias, vivencias y gustos” (Marcial, 1996).
La sociedad sin duda es un factor importante en la formación de la identidad. Los
familiares, amigos y las personas cercanas son los que van a orientar al joven,
pero debemos tener en cuenta que cuando pasan por la etapa de la adolescencia
son más fáciles de moldear y por lo tanto, cambian repentinamente de decisión.
Dentro del 1°”Z”, existen algunos subgrupos que fácilmente se detectan, sus
intereses y habilidades son diferentes: Hilario, Nicolás, Eduardo, José y Mariana
comparten el gusto por la superación, la importancia de conocer culturas nuevas y
leer algunas novelas que hablen sobre el amor. Por su parte, Fernanda, Roberto,
Rogelio y Alina, se concentran en ver día a día las anotaciones que deben tener
en la asignatura de Biología para alcanzar una calificación aceptable, mencionan
que el profesor es muy exigente y que aunque no dicte, ellos deben escribir lo más
importante, mientras que Alexandra, Dinora y Liliana, son jovencitas que durante
la asignatura de Geografía les gusta localizar en mapas aquellos lugares que
menciona el libro de texto.
El resto de los alumnos debe ser bueno para algo, lo sé, pero por el poco tiempo
que permanecí con ellos no logré detectarlo para mencionarlos con seguridad, sin
embargo, todo lo anterior resulta ser importante, pues con sus gustos se logran
desarrollar habilidades que apoyan a un mejor aprendizaje. Algunos de los
alumnos por ejemplo son buenísimos para leer en poco tiempo y extraer la idea
principal del texto, otros son excelentes en ortografía, unos cuantos para dibujar y
dos o tres para redactar pequeños escritos.
Esta diversidad puede dar resultados exitosos al momento de trabajar cualquier
proyecto propio del Español. Los alumnos llegan a sorprender al docente con sus
ideas y creaciones, todo es cuestión de darles libertad en el trabajo. Resulta de
gran utilidad, navegar por sus conocimientos previos sobre un tema determinado,
conocer lo que saben y al mismo tiempo, lo que necesitan aprender.
9. Quisiera mencionar otras cualidades que diferencian a mis alumnos del resto que
conforman la matrícula escolar, pero me lo impide el hecho de que únicamente
permanecí con ellos una semana observando sus conductas. Prefiero concluir
haciendo mención de la importancia que tiene conocer los procesos de desarrollo
de los adolescentes, es elemental para el docente tener información sobre esto, ya
que muchos de los cambios que sufren repercuten en el ámbito educativo, en su
aprovechamiento escolar y en las relaciones con las personas que los rodean.
No todos los adolescentes crecen y se desarrollan de igual manera, esto depende
mucho de su contexto y genética, así como también, de la propia construcción de
identidad.
Nota: Los nombres de los alumnos fueron cambiados por motivos de protección a
la identidad y daño a la moral.
10. BIBLIOGRAFÍA
“El trabajo de Erikson” en Psicología Educativa, Anita E. Woolfolk, Edit. Prentice
Hall, 6° Ed. México 1996, pp. 66-78.
En Eduardo Martí y Javier Onrubia (coords.), Psicología del desarrollo: el mundo
del adolescente, Barcelona, ICE/Horsori (Cuadernos de formación del
profesorado. Educación secundaria, 8), pp. 88-94. Fierro. A. La identidad personal.
Harter Susan, La conformación de la identidad personal de los adolescentes,
Desarrollo de la personalidad y de la identidad. “Self and identitydevelopment”, en
S.Shirley Feldman y Glen R. Elliot. (Traducción de la SEP realizada con fines
didácticos, no de lucro, para los alumnus de escuelas normales).
Marcial Rogelio, Juventud y grupo de pares 1996. SNTE para la Cultura del
Maestro y Mexicano, pp. 141-182.