Este documento analiza los recursos tradicionales como los libros de texto frente a los recursos digitales para el aprendizaje de lenguas extranjeras. Propone el uso de recursos digitales y en línea para hacer el aprendizaje más dinámico y atractivo sin necesidad de una gran inversión. Concluye que el uso de las TIC es fundamental en el siglo XXI para desarrollar las habilidades de los estudiantes y hacer el proceso de aprendizaje más atractivo.