Este documento presenta una entrevista con el baterista Nicolás Constantin donde resume su trayectoria musical. Comenzó tocando la batería a los 15 años y ha formado parte de varias bandas de diferentes géneros musicales. Actualmente es baterista de La Saga y también da clases de batería y musicoterapia a niños, donde aplica sus conocimientos para enseñar de manera lúdica y favorecer su desarrollo.
Trabajo de grado de Alejandra Paisano Belankazar (1).pdf
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1. EN ESTA SECCIÓN
HAREMOS MES A
MES UN REPASO DE
PERSONALIDADES
COLONIENSES
DIFERENTES RAMAS
DE LA CULTURA, QUE
TRIUNFAN EN EN
MONTEVIDEO O EL
EXTERIOR..
A CONTINUACIÓN EL
BATERISTA DE LA SAGA,
NICOLÁS CONSTANTIN,
NOS CUENTA SU
RECORRIDO MUSICAL.Y
SU VOCACIÓN POR LA
MUSICOTERAPIA. La música
como bandera
-¿Cómo empezó tu gusto por la música, te lo
inculcaron de niño, o es algo que se fue dando con el
paso del tiempo?
-Sabés que no es mi caso, no hay músicos en mi familia.
Pero Sí escuchaba música en casa o con mis tíos y
abuelos, recuerdo de sacarle los casettes de Los Beatles
a mi madre e irme a dormir escuchando esa música.
Después estaban los clásicos bailes escolares, siempre
que había algúna fiesta en la escuela yo estaba listo para
bailar, ya fuera con mis compañeros o acompañando a
las otras clases, pero sólo eso, nunca hubo en mi niñez
algún instrumento. En la adolescencia es donde sale mi
música, recuerdo que quise empezar a tocar el Bajo, pero
yo tengo manos muy chicas -risas-, y pensé que se me iba
a complicar, fue entonces que mi hermana me dice “ché
Nico ¿y la bata?” y asi fue!
El “Pelado” Peraza -músico helvético- me dio los
primeros mandamientos en la batería, luego empecé a
investigar, a probar por mi cuenta, aprendiendo con los
casetes y sacando de oido los ritmos de las canciones ya
que, en Nueva Helvecia, no había nadie que diera clases
de batería en aquella época.
-A que edad formás tu primer grupo…
-A los 15 años, después de juntar plata durante un tiempo
compré mi primer bata. La armamos con Andrés Gorlo
con quien compartí mis primeras zapadas que siguen
hasta hoy en “Andandoentandem”, nos juntamos de
vez en cuando a jugar y experimentar con la musica.
Luego llegó “Milenio” junto a María José Pino, “La
Cote”-actualmente periodista en Canal 10- y Manuel
Delfino, hacíamos sobre todo covers y a los 5 meses de
haber empezado a tocar la bata, debute con ellos en la
fiesta de la cerveza. Al poco tiempo me ofrecieron tocar
con Alpenveilchen -música suiza-, en ese momento lo vi
con un poco de miedo, ya que no sabía de qué se trataba
esa música, pero a la vez era un dasafío para hacer algo
diferente, yo lo necesitaba porque sabia que algo iba a
sacar de positivo.
Ahora, a la distancia y recordando aquella etapa, veo la
raíz de algo de mi descendencia europa ya que venía de
mis abuelos y yo lo tenía incorporado. Esta esperiencia
también me dio mucho escenario, tocábamos bastante
seguido ante mucha gente y de vez en cuando viajabamos
a Argentina a tocar, ahí supe que la musica me iba a
hecer recorrer el mundo. Para mí alpenveilchen fue
muy importante, me dio y le di mucho de mi, como las
cucharas! Que llegan gracias a unos compañeros que
viajan a Suiza y a su vuelta traen las clásicas cucharas
-instrumentos musicales- y me dicen a mi y Javier (el otro
cucharero)“queremos que toquen esto” nos mostraron
videos de músicos suizos tocando ese instrumento,
for export !
2. empezamos a componer a dos cucharas y aprendí a
tocarlas. Estuve también tocando con Alvaro Caraballo
que en esos tiempos habia ganado un concurso en Canal
12, yo lo admiraba mucho, él me invitó a tocar y empecé a
viajar a Montevideo.
Luego llegó kaliborato con: Nieves, Chamaco y El Taca,
tocabamos musica latina y rock, aprendi mucho con ellos.
También estuvo “Amoaolga” la banda de mi corazón.
Teniamos temas propios y un publico que nos seguia, yo
amaba a olga! Por suerte quedó algun registro de nuestra
musica y de vez en cuando nos juntamos a tocar .
Tambien toqué en “Samba de la calle”, ahí tocaba el
redoblante y eramos una batucada de música brasilera.
-Está bueno el no quedarse encajonado en un solo estilo
musical…
-No es bueno artisticanmente, nunca me lo pude permitir,
todos los proyectos me llevaron a interiorizarme más en el
estudio del instrumento, pop, rock, musica suizo-alemana,
candombe, latino, folklore entre otros, son estilos
musicales a los que he llegado gracias a decir siempre “si”
a proyectos. Y todos son influencia directa o indirecta en
mi “tocada” y son grandes motivos de mi estudio rítmico.
-Luego llega La Saga
-A La Saga llegué de la mano del bajista Damián Silva,
que me ofrece probar para ser el batero, yo estaba en
Montevideo y sin bateria, y nunca habia escuchado
un tema de la saga por que no curtia casi nada de rock
uruguayo. Esto fue un viernes y la prueba era el lunes…
el desafio era grande ya que tenía que ir a la prueba con
al menos tres temas sacados. Escuche los temas hasta el
cansancio, escribi sus estructuras rítmicas y cortes y, al no
tener la bata, solo podia “tocar” en mi bata imaginaria. Y
así fui y probé con éxito, ellos probaron otros bateros y a
las semanas me llego la noticia de que me habían elegido a
mi para el puesto.
- y colaborás en otros proyectos...
- Hace un par de años me había propuesto empezar
a aceptar otros proyectos, ya que con La Saga estaba
haciendo pocos shows. Llegaron Los Orilleros, gracias a
que me ofrecen dar clases en Cerrillos (Canelones) donde
conocí a José Luis Fernández, un tipazo y gran músico.
Ahí me uní a los sonidos de mi infancia, mi folklore. Reviví
mis escuchas de Los Olimareños y el sabalero. Ademas,
gracias a la musicoterapia me di cuenta de que todo tiene
una linealidad, un nexo, hay canciones o ambientes en
Los Orilleros que me vuelven atrás en el tiempo, a la etapa
de mi niñez…, a ellos los estoy acompañando desde hace
3 años.
Con mi amigo Nicolás Caraballo estuve grabando las
baterías del disco que esta por salir, que tiene unas
canciones re lindas. Tambien grabé baterías para el disco
de Andres Gorlo y Nico Caraballo y algunos temas con
“De la vieja estirpe” para su disco. A principios de este
año en el ciclo de autores en vivo de AGADU rodamos con
“totey y los motores”. Con Diego Drexler grabé las baterías
de su disco solista -que aun no ha salido al público-,
recientemente estuve acompañando a los Chimelon de
Valdense, grandes voces que surgen… me encanta poder
colaborar y explorar otros sonidos y exigirme formas nuevas
de resolver e intervenir ritmicamente sin dañar la música.
-Los aprendizajes los estás volcando también en la
musicoterapia, en clases que das a los niños…
-Soy docente de batería hace ya 10 años, doy clases en
Nueva Helvecia, en el Borocotó de Rosario y Montevideo.
También estudiando para ser musicoterapeuta, y estos
conocimientos del comportamiento humano los estoy
aplicando en mis clases, sobre todo en la iniciación musical
en los niños mas chiquitos. Me siento muy cómodo con
ellos y parece que tambien ellos conmigo, nos divertimos
mucho. Utilizo recursos musicoterapeuticos para
comunicarme, bajarlos a tierra ó darles confianza. Después
está el tema de enseñarle batería a los niños, no es fácil, hay
que buscarle la vuelta para tenes su atención y enseñarles
a concentrarse, escribirles, para que ellos entiendan y
retengan el conocimiento, ahí es donde me sale la mejor
parte del profesor (sangre docente gracias a Flor), ya que yo
lo viví y sufrí cuando empecé a estudiar batería, no entendía
las partituras y sus notas, solo veía los puntos y los palos..
era muy abstracto, así que entiendo cuando no entienden.
Gracias a mi primer alumnito niño de 4 años, Lautaro,
invente un sistema simbólico para escribirle a los niños y
que pudieran razonarlo y aprenderlo, es muy efectivo este
método y tan así es que estoy escribiendo un libro con eso
para que todos tengan la posibilidad de aprender.
-Funciona entonces la musicoterapia.
-Yo creo que sí, lo aplico porque funciona somos seres
musicales y conecto desde ahí para enseñar. El tema de la
musicoterapia me llegó a raíz de la canción que hicimos
con La Saga en La Peluffo Giguens, ahí entendí lo que era
un musicoterapeuta, y me dije ¡qué zarpado esto! Cómo
funcionaba, cómo se relacionaba, ya que tuvimos mucho
contacto con los niños y varios profesionales. Allí conocí a
Mayra Hugo, musicoterapeuta con quien hice mi primer
curso en Montevideo, ahora estoy yendo a Buenos Aires
a hacer un Magister de musicoterapia. Creo que una cosa
lleva a la otra, una canción de La Saga me llevó a entender
lo que es la musicoterapia y querer ayudar a la gente a
través de ella, por eso lo aplico, es muy gratificante saber
que a través de la música podes hacer el bien a la gente.