Es un hecho más que evidente que el sistema educativo venezolano se ha deteriorado desde 2015 por la emergencia humanitaria compleja. La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) reportó en su informe de 2019-2020 que el rezago escolar severo se triplicó entre las mujeres y se duplicó en el caso de los hombres entre 2018 y 2019. Luego de todos estos resultados nada favorables, llega con ello, años 2020 y la Pandemia producto de la COVID-19.
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1. 6ta Curación de Contenido
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y su Territorialidad.» en el siguiente Link de LinkedIn:
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Esta curación de contenidos es parte de un requerimiento del Plan Especial Todo
más Tesis Plus (T+T Plus 2022) ofrecido por el Decanato de Educación Avanzada
de la UNESR Núcleo Regional de Caracas. Participante Ramón Ferrer.
Del COVID-19, a la fortaleza de los Grupos de Creación,
Recreación y Producción y su Territorialidad.
Es un hecho más que evidente que el sistema educativo venezolano se ha
deteriorado desde 2015 por la emergencia humanitaria compleja. La Encuesta de
Condiciones de Vida (Encovi) reportó en su informe de 2019-2020 que el rezago
escolar severo se triplicó entre las mujeres y se duplicó en el caso de los hombres
entre 2018 y 2019. Luego de todos estos resultados nada favorables, llega con ello,
años 2020 y la Pandemia producto de la COVID-19. Por un lado, fue y todavía sigue
siendo, desalentador imaginar cuántas pérdidas y sufrimientos se podrían haber
evitado si hubiéramos tomado mejores decisiones. Ya llevamos más de dos años
de la pandemia. El mundo no priorizó la salud global hasta que fue demasiado tarde
y el resultado ha sido catastrófico. Los países no se prepararon para las Pandemias,
los países ricos redujeron los fondos de Inversiones y la mayoría de los gobiernos
no fortalecieron sus sistemas de salud. Aunque finalmente estamos llegando
aparentemente al final del túnel y a la luz del mismo, el COVID-19 aún mata a varios
miles de personas todos los días.
Recordemos que, las clases presenciales fueron suspendidas en Venezuela
desde el lunes 16 de marzo de 2020. Para ese momento, se habían confirmado 33
casos de covid-19 en el país. La Unesco reportó que 8.989.863 estudiantes
venezolanos, de diferentes niveles, están afectados por el cierre de las escuelas. El
36,5% son niños y niñas de primaria y el 26,5% cursan el bachillerato. El Ministerio
del Poder Popular Para la Educación respondió ante la emergencia con el programa
a distancia Cada Familia Una Escuela para el cierre del año escolar 2019-2020,
pero no se ha publicado un balance detallado de su impacto en la continuidad del
proceso de enseñanza, cuántas instituciones lo aplicaron, y qué plataformas fueron
las más usadas.
Lo que sí es un hecho evidente es que la educación no debe interrumpirse ni
en situaciones extremas. Vivimos momentos de extrema emergencia sanitaria
motivada por el COVID-19, esto supuso un gran desafío a la sociedad venezolana
y la mundial. Otro elemento que se evidencio, fue la tecnología, y se convirtió en la
herramienta más importante en la dinámica didáctica de la Escuela, la casa y/o
cualquier otro espacio de aprendizaje, ya que acerco a los estudiantes y a las
personas. El uso de la Tecnología de la Comunicación con sus herramientas,
2. aplicaciones, equipos e instrumento, están ayudando a normalizar, en la medida de
lo posible la situación de confinamiento que se nos ha impuesto en estos ya más de
dos años por nuestra seguridad.
Si hay algo que el mundo ha aprendido en los últimos dos años, es que no
podemos seguir viviendo con la amenaza de otra variante, u otro patógeno,
colgando sobre nuestras cabezas. Este es un momento crucial. Hay más impulso
que nunca para detener las pandemias para siempre. Nadie que haya vivido el
COVID lo olvidará jamás. Las nuevas herramientas nos permitirán responder más
rápido la próxima vez, y las nuevas capacidades nos han preparado mejor para
combatir los patógenos mortales. El mundo no estaba preparado para el COVID,
pero podemos elegir estarlo la próxima vez.
Los cambios tecnológicos introducidos de manera acelerada producto de la
Pandemia y en lo que nos vimos inmersos van generando diferentes
transformaciones en las estructuras ocupacionales, en la organización del trabajo,
así como en la forma de realizarlo. Por tanto, la educación y el trabajo en la
actualidad se presentan como realidades separadas, como órdenes institucionales
o esferas de actividad de distinto tipo, pero se demostró que no es así.
En estos momentos coyunturales de vuelta a la presencialidad con sistema
de bioseguridad, se presentan los Grupos de Creación, Recreación y Producción,
como los generadores de nuevas dinámicas y estrategias de aprendizaje
tecnológicos, debido a que el mismo debe considerarse en los ámbitos territoriales
del circuito educativo, es decir deben estar conectados con las comunas, las
parroquias, el municipio, donde los y las jóvenes se fortalezcan desde sus iniciativas
y retomando sus legados culturales, deportivos, de vocación científica, tecnológica,
agrícola y artística cultural. Como todos somos seres territoriales, esto nos lleva a
pensar en la “territorialidad”. Es relativamente el significado de esta terminación, me
refiero entonces, a la cualidad que todos nuestros estudiantes han vivido
3. plenamente desde que ingresan en el sistema educativo. Todos se apropiaron y se
apropiaran de una territorialidad, lo que supone no solamente un lugar un territorio
para estar, sino un lugar para convivir, en el que se despierta, se goza y se respeta.
Así, se entiende el territorio educativo como el espacio en donde los sujetos
interactúan por medio de las relaciones propias del acto educativo y de las prácticas
que se evidencian en el ejercicio diario de la Educación Popular. Apoyarse y valorar
a los cultores y las cultoras que han contribuido a fortalecer el arraigo en las
comunidades; a los maestros y las maestras que son del territorio o del propio
pueblo; a las personas comprometidas con prácticas inclusivas, a los líderes
comunitarios que favorezcan el ejercicio de la práctica democrática en la
participación; a las personas que han organizado proyectos comunitarios integrales
y los y las integrantes de las diversas misiones educativas: Robinson, Ribas, Sucre,
Cultura; así como fortalecer la participación en Grupos de Creación, Recreación y
Producción en las bases de misiones, consejos comunales y comunas.
La territorialidad del estudiante, es la suma de todo lo que ocurre en la
Escuela o en el Liceo o Unidad Educativa Nacional, incluyendo el contexto y los
contextos, sin importar sexo, género, edad, curso, nivel o docente. Es un todo que
para los educadores significa un estilo de trabajo y una manera de comprender el
entorno, en su totalidad. Esto de la Territorialidad, es el edificio que se construye
sobre tres columnas que inauguraron la formación docente en este país; la
formación pedagógica, el conocimiento de la asignatura y la práctica docente. Por
ello, me atrevería a decir, que la territorialidad se comporta como la huella dactilar
de cada Institución Educativa.
En definitiva la territorialidad definida como la relación de arraigo y/o apego
a un espacio geográfico, es el vínculo visible e invisible pero real, producto de la
interacción social; por ende los estudiantes además de tener un acercamiento
próximo a los conocimientos, debe llegar a apropiarse de todo aquello que logre
4. construir a partir de lo aprendido y lo aprehendido, en cuanto deben entender los
procesos y hacerse participe de ellos en la construcción de territorialidad, de modo
que estos procesos no solo deben ir encaminados a las instituciones educativas
sino a la sociedad en general, en donde no es tan necesario hacer alusión al
territorio como un espacio solo ocupado, sino como un espacio en el que, se
establecen una serie de relaciones de identificación, es decir, el espacio vivido y en
la que se vive y convive.
Es por ello, que la participación de los Grupos de Creación, Recreación y
Producción permite contextualizar el currículo desde prácticas educativas sencillas
y cotidianas. Los distintos Grupos de Creación, Recreación y Producción que se
constituyen en cada institución educativa son establecidos por el colectivo escolar
y surgen de la indagación de los saberes que tienen los distintos participantes en el
hecho educativo escolar y comunitario; por lo tanto, esos saberes y conocimientos
se organizan en actividades precisas para ser legadas a los y las estudiantes y
comunidades. Es así como:
En todo caso, es claro que el avance tecnológico presiona cada vez más por
un mayor nivel de cualificación profesional. Se advierte que la capacidad de
participar en los modernos procesos productivos de bienes y de servicios (y para
transformar los tradicionales) conlleva significativas dosis de esfuerzo intelectual,
planificación, autonomía y responsabilidad en el desempeño de las tareas. La
formación para el trabajo con componente tecnológico debe atravesar todo el
sistema educativo y profundizarse en los niveles superiores. El aprendizaje del
desempeño ocupacional habría de concebirse como un proceso en el que se articula
la educación formal, la no formal y la capacitación en el puesto de trabajo.
Por otra parte, tanto los diseños curriculares de los programas de formación
para el trabajo o los Grupos de Creación, Recreación y Producción como los
mecanismos de certificación, se elaboran a partir del concepto de “competencias”,
5. desplazando al de “calificación laboral” tradicionalmente manejado. En este
contexto, las competencias se definen como el conjunto de saberes puestos en
juego para resolver situaciones concretas de trabajo que entrañen ciertos márgenes
de incertidumbre y complejidad técnica. Es así como: 1. Las Instituciones
Educativas se configura de otra forma, dando paso a la visión de ambientes de
intercambio de saberes práctica. 2. Las cuadraturas, planes, horarios, evaluaciones
de la vieja escuela no son ni deben ser iguales a esta nueva forma de hacer Escuela;
por tanto, la matrícula, la estructura y los programas toman otra configuración más
flexible. 3. La participación en Grupos de Creación, Recreación y Producción deben
ser espacios donde todas y todos los actores del hecho educativo y comunitario se
sientan bien trabajando. Por último, se tiene que el profesorado podrá desarrollar
espacios que sean de su agrado siempre y cuando estén ajustados a un saber
liberador, útil, territorial y pertinente.
En definitiva, ser coherentes con la misión de formar para el trabajo desde nuestros
ambiente, requiere que demos la cualificación profesional y técnica a nuestros
beneficiarios tomando en cuenta las demandas del mercado, las oportunidades y
los cambios previsibles, como bien se señala en la lámina anterior, para así poder
hacerlos capaces de posicionarse críticamente en la sociedad actual. Lo que sí, se
debe es de asumir críticamente las implicaciones de los cambios tecnológicos en
los programas de Formación para el Trabajo, Capacitación Laboral, Educación
Técnico-Profesional, los proyectos de Desarrollo Endógenos y Socio productivos y
Comunitario, así como los Grupos de Creación, Recreación y Producción, de cada
Institución educativa.