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Introducción
Estreñimiento o constipación son términos utilizados indistinta-
mente, sin embargo, en español, el término constipado también
significa catarro o resfriado. Si se tiene esto en cuenta, podría
utilizarse cualquiera de los dos términos, aunque en este artícu-
lo se utilizará el término estreñimiento. El estreñimiento crónico
(EC) es una de las entidades más frecuentemente diagnosticadas
en gastroenterología. Universalmente se ha considerado que esta,
afecta al 3-27 % de la población general(1)
, sin embargo, estudios
más recientes que han utilizado los criterios actuales de Roma IV
(2)
, han documentado una prevalencia global del 9 %, distribuidos
en un 6 % para estreñimiento crónico primario y el 3 % restan-
te entre estreñimiento asociado con opioides y síndrome de in-
testino irritable (SII) con estreñimiento. Es más frecuente en las
mujeres, con una relación de 1,5:1 con relación a los hombres(3)
y
aumenta con la edad, ya que se manifiesta en un 33 % en personas
de entre 60 y 101 años(3)
. Otros factores de riesgo son el estrato
socioeconómico bajo y un bajo nivel educativo de los padres(4,5)
.
Esta entidad tiene un gran impacto en la calidad de vida de los
pacientes por la molestia de los síntomas y el estrés psicológico(6)
,
disminuye la productividad laboral y las actividades sociales(7,8)
.
Muchos pacientes manifiestan dispareunia, disfunción sexual y
retención urinaria(9)
. También genera altos costos en los servicios
de salud(5,10,11)
. En Estados Unidos implica 8 millones de consultas
al año, un millón de remisiones a Gastroenterología y un costo de
230 millones de dólares anuales(5)
.
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 3
Estreñimiento crónico:
epidemiología, diagnóstico y
tratamiento en 2022
1.	CLASIFICACIÓN
ria(13)
. También puede ser una consecuencia del
consumo de opioides y es un problema que cada
día aumenta más a nivel mundial o puede ser se-
cundario a enfermedades neurológicas, desórde-
nes metabólicos, medicamentos o patología co-
lónica (estenosis, cáncer avanzado y cirugías)(7,8)
,
Figura 1, tabla 1.
El estreñimiento puede ser primario (funcional o
EC idiopático) o asociado a otras entidades, como
el síndrome de intestino irritable (SII-E) o “des-
órdenes de la defecación(4,12)
. Este tipo de EC, es
una consecuencia de disfunción neuromuscular
del colon o de la función sensitivo-motora de la
región anorrectal(13)
y representan el tipo de EC
primario más frecuente en la práctica clínica dia-
Figura 1. Clasificación del estreñimiento
Gastroenterología en Adultos
4
Tabla 1. Causas del estreñimiento secundario
Alteraciones Psicológicas Depresión, trastornos alimentarios
Enfermedades neurológicas
Enfermedad de Parkinson.
Esclerosis múltiple, neuropatía autonómica, aganglionosis.
(Enfermedad de Hirschsprung, enfermedad de Chagas), lesiones espina-
les, enfermedad cerebrovascular.
Enfermedades metabólicas y endocrinas
Hipercalcemia, hiperparatiroidismo.
Diabetes mellitus, hipotiroidismo severo sin tratamiento hipocalemia.
Uremia, enfermedad de Addison.
Porfiria intermitente aguda.
Enfermedades sistémicas
Amiloidosis, escleroderma.
Polimiositis, diabetes.
Patologías gastrointestinales
Cáncer de colon, isquemia colónica, enfermedad diverticular, megacolon,
megarrecto, prolapso anorrectal.
Cirugías previas Abdominal, pélvica, anorrectal.
Medicamentos (principales)
Anticonvulsivantes: carbamazepina.
Antihipertensivos: bloqueadores de calcio, beta bloqueadores, diuréticos.
Anticolinérgicos (antidepresivos, antiParkinson, antiespasmódicos), anti-
depresivos, antipsicóticos, medicamentos con cationes (aluminio, calcio,
bismuto, hierro, litio).
Secuestradores de ácidos biliares.
2.	 FISIOPATOLOGÍA
La etiopatogenia del EC primario es multifacto-
rial y variable entre los diferentes tipos de pa-
cientes. En su origen existen factores genéticos,
epigenéticos y también alteraciones de la micro-
biota intestinal que incluye microbiota producto-
ra de metano(1, 5, 13, 14)
. Factores de riesgo recono-
cidos incluyen la obesidad, bajo nivel educativo
de los padres y bajo nivel socioeconómico(1, 14)
. Sin
embargo, recientemente se ha documentado que,
en los estratos socioeconómicos bajos, hay menor
consumos de fibra y de frutas(15)
. En la fisiopato-
logía final, puede considerarse que los pacientes
con EC primario, pueden clasificarse en tres sub-
tipos que pueden superponerse: tránsito normal,
tránsito lento o desórdenes defecatorios(16,17)
, los
cuales incluyen también a los paciente con SII y
EC.
El tránsito lento, puede deberse a una disfunción
neuromuscular, motora y sensitiva de la pared
del colon, no asociado a enfermedades sistémi-
cas(13,16)
. Esa alteración, se asocia con contraccio-
nes colónicas de baja amplitud, las cuales son
insuficientes para la propulsión del contenido
colónico, produciendo estasis con reabsorción
de agua y a su vez endurecimiento de la materia
fecal y acompañado, simultáneamente de una dis-
minución de sensación la necesidad de defecar(13,
16, 17)
. Las alteraciones motoras y sensoriales des-
critas, pueden participar en la generación de do-
lor y bloating (sensación subjetiva de disensión o
hinchazón abdominal)(13)
. Histológicamente y con
coloraciones especiales, se ha encontrado dismi-
nución de los nervios y de las células de Cajal, y
experimentalmente, disminución de la respuesta
a estímulos colinérgicos(13, 16)
. En esos pacientes
más frecuentemente hay microbiota productora
de metano y los niveles de este gas se correlacio-
nan negativamente con el tránsito colónico(18)
. En
los pacientes con EC y SII hay también múltiples
factores involucrados, los cuales incluyen hiper-
sensibilidad visceral, alteración de las aferencias
del eje intestino cerebro, disfunción inmunológi-
ca, disbiosis con sobrecrecimiento bacteriano del
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 5
intestino delgado, así como también alteraciones
de la regulación neuro-hormomal(13)
.
Los desórdenes defecatorios se asocian con “de-
fecación disinérgica”, en la cual la evacuación
rectal está alterada por contracción paradójica
del esfínter anal y de los músculos del piso pél-
vico, con elevación de la presión, en vez de rela-
jación de los mismos(19,20)
. En este tipo de EC hay
incoordinación entre la actividad motora de los
músculos abdominales y los músculos del piso
pélvico, como consecuencia de un error durante
el proceso de aprendizaje de la defecación(13,20)
.
Finalmente, el paciente es incapaz de vaciar el
recto a pesar del pujo que acompaña el acto de la
defecación(21)
. La dificultad en la evacuación tam-
bién puede ser secundaria a alteraciones anató-
micas como rectocele, intususcepción, así como
también disminución de la sensibilidad rectal(13)
.
Estas alteraciones anatómicas son un diagnósti-
co diferencial y en algunos pacientes deben ser
descartadas, como se mencionará más adelante.
Las diferentes alteraciones funcionales descri-
tas pueden coexistir en los diferentes pacientes
y, por lo tanto, no son excluyentes. Estos tres ti-
pos de pacientes (SII con estreñimiento, estreñi-
miento primario y desórdenes de la defecación),
representan el mayor número de pacientes con
EC primario(13)
.
ESTREÑIMIENTO POR OPIOIDES
Los opioides pueden producir diferentes altera-
ciones en el tracto gastrointestinal, incluyendo
la función esofágica, el vaciamiento gástrico, el
tránsito intestinal, el sobrecrecimiento bacteria-
no intestinal (SIBO) y el estreñimiento, el cual
es el efecto adverso más frecuente que afecta al
40-80 % de los usuarios crónicos de estos fár-
macos(22)
. El EC relacionado con los opioides se
divide en EC desencadenado por opioides y el
EC preexistente empeorado por opioides(12,22)
. El
número de pacientes necesarios para que aparez-
ca un caso de estreñimiento es 3(22)
. Los opioides
actúan en los receptores µ del cerebro y en el trac-
to gastrointestinal (TGI) a través de tres tipos de
receptores µ d y k(22)
. En el estómago y en el intes-
tino delgado a través de receptores k, y en el colon
a través de receptores µ(22)
. El EC es el resultado
de la interacción de los opioides con los recepto-
res µ en el sistema nervioso entérico, y no en el
cerebro(13,22)
. Esa interacción produce muchas al-
teraciones en el tracto gastrointestinal, incluyen-
do disminución del tránsito, estimulación de ac-
tividad eléctrica no propulsiva, aumento del tono
del esfínter anal y disminución de la sensibilidad
rectal, disminución de la secreción y aumento de
la absorción de líquidos, con endurecimiento de
las heces(13)
. Todas esas alteraciones finalmente
ocasionarán disminución de la frecuencia de las
deposiciones y defecación menos efectiva, oca-
sionando la entidad clínica “EC asociado a opioi-
des”, el cual disminuye la calidad de vida de los
pacientes e interfiere en sus actividades cotidia-
nas(13,21)
. El manejo de este tipo de estreñimiento
es con los antagonistas periféricos del receptor µ
o PAMORA (por su sigla en inglés)(22,23)
, como se
verá más adelante.
EVALUACIÓN CLÍNICA Y
DIAGNÓSTICO
El abordaje de estos pacientes comienza con una
adecuada historia clínica que incluye un interro-
gatorio completo, con el fin de identificar causas
secundarias de EC (medicamentos, cirugías, etc.)
y un excelente examen físico(4, 5,9,13)
. Es fundamen-
tal descartar los síntomas de alarma, tales como
pérdida no intencionada de peso (el 10 % del peso
en tres meses), sangrado rectal, aparición del
cuadro clínico después de los 50 años, anemia,
antecedente familiar de cáncer de colon de en-
fermedad inflamatoria intestinal(4,5, 9,13)
, así como
también, comienzo desde la infancia o adolescen-
cia, antecedentes obstétricos(4,5,13)
. Son sugestivos
de defecación disinérgica la necesidad de extrac-
ción digital de las heces, la sensación de “bloqueo
anal” o la sensación de evacuación incompleta y
el antecedente de abusos(4,5)
durante la defeca-
ción. Otros síntomas referidos por el paciente son
el dolor abdominal y el bloating. Es muy impor-
tante disponer en el consultorio del esquema de
la escala de Bristol de las heces(1,4,5,9,13,21)
y que el
paciente corrobore si sus heces son del tipo 1 o 2
(1,4,5,13,21)
. Figura 2.
Gastroenterología en Adultos
6
Figura 2. Escala de Bristol de las heces.
dolorosos, así como también materia fecal dura
o impactada. La presencia de heces en el recto,
sugieren hiposensibilidad rectal(26)
. En reposo,
se puede percibir el tono basal del esfínter anal,
el cual da información básica sobre la capacidad
de continencia pasiva(26)
. El 80 % del tono basal
se debe al esfínter anal interno(27)
. La hipertonía
del esfínter anal puede contribuir a la dificultad
en la evacuación(27)
. Cuando hay fisuras anales o
lesiones inflamatorias del canal anal o del área
perianal, se produce dolor(26)
. Una vez introduci-
do el dedo, se le pide al paciente que contraiga o
que aprete el ano y el piso pélvico con la máxima
fuerza posible, para evaluar la capacidad máxi-
ma de continencia anorrectal. Finalmente, se le
solicita al paciente que puje simulando una de-
fecación, con lo cual normalmente produciría
relajación del esfínter anal y del músculo pubo-
rrectalis(26)
. Si durante esta maniobra de pujo no
hay relajación del puborrectalis o, por el contra-
rio, hay una contracción paradójica en la cual el
examinador tiene la sensación de que su dedo es
empujado hacía la parte anterior, se debe sospe-
char defecación disnérgica(26,28,29)
. La sensibilidad
del tacto rectal para detectar esta condición es
Los siete tipos de deposiciones de la escala de
Bristol, se correlacionan con el tiempo de tránsito
colónico(24)
. A mayor tiempo de tránsito colónico,
menor puntaje en la escala. Los tipos 3,4 y 5 son
normales y los 6 y 7 son diarrea, estos últimos tie-
nen un tránsito colónico más rápido(24)
.
En el examen abdominal, es muy importante
identificar masas o dolor(13,22)
. El tacto rectal es
“obligatorio” (examen rectal digital o DRE en in-
glés), y es considerado la maniobra más simple y
más económica disponible para el diagnóstico de
patologías anorrectales(25)
. Este tacto rectal debe
ser sistemático y detallado(25)
. Lo primero es ob-
servar el orificio anal, el cual normalmente debe
estar cerrado. Asimismo, examinar las estructu-
ras adyacentes para descartar fisuras, fístulas,
dermatitis y hemorroides externas e internas.
Durante la inspección se le debe pedir al pacien-
te que puje para evaluar el descenso perineal, el
cual no debe ser mayor a 2 cm o no sobrepasar
las prominencias isquiáticas(26)
. Con el guante
colocado, el dedo índice debe lubricarse y suave-
mente y de manera sucesiva, examinar el canal
anal y descartar la presencia de masas o puntos
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 7
del 81 % cuando se le compara con el estándar de
la manometría anorrectal(28)
. Otros estudios han
encontrado que la sensibilidad y especificidad del
tacto rectal para diagnosticar defecación disinér-
gica es, respectivamente, 75-95 % y 58-87 %(25,28)
.
El tacto rectal también permite detectar intusus-
cepción intrarectal y rectoceles(26)
. El Dr. Talley(27)
considera que las únicas razones válidas para no
realizar el tacto rectal es que el gastroenterólogo
(a) haya perdido su dedo o que el paciente esté
tan gravemente enfermo que en ese momento
realizarlo sea una contraindicación. En la tabla 2
se muestran los criteriosde Roma IV para el diag-
nóstico de EC(12)
, y en la tabla 3, para el diagnósti-
co de EC por opioides.
Tabla 2. Criterios para el diagnóstico de estreñimiento crónico
Debe incluir dos o más de los siguientes en los últimos tres meses y que los sín-
tomas hayan iniciado por lo menos seis meses antes
Esfuerzo por lo menos en más del 25 % de las defecaciones.
Heces duras o aterronadas (Bristol 1 o 2) en más del 25 % de las defecaciones.
Sensación de evacuación incompleta en más del 25 % de las defecaciones.
Sensación de bloqueo u obstrucción en más del 25 % de las defecaciones.
Maniobras manuales para facilitar las evacuaciones en más del 25 % de las defecaciones (evacuación digital o apoyo del
piso pélvico)
Menos de tres deposiciones a la semana.
Heces sueltas rara vez están presentes sin el uso de laxantes.
No hay criterios para síndrome de intestino irritable.
Como puede deducirse, de acuerdo a estos cri-
terios, no se trata de considerar solamente si las
deposiciones son infrecuentes, pues, aunque el
paciente tenga deposiciones diarias, si cumple
con dos o más de los otros criterios, será diagnos-
ticado de EC.
Tabla 3. Criterios para el diagnóstico de estreñimiento asociado a opioides
Aparición o empeoramiento de estreñimiento al iniciar, cambiar o aumentar dosis de opioides
Debe incluir dos o más de los siguientes en los últimos tres meses y que los sín-
tomas hayan iniciado por lo menos seis meses antes
Esfuerzo por lo menor en más del 25 % de las defecaciones.
Heces duras o aterronadas (Bristol 1 o 2) en más del 25 % de las defecaciones.
Sensación de evacuación incompleta en más del 25 % de las defecaciones.
Sensación de bloqueo u obstrucción en más del 25 % de las defecaciones.
Maniobras manuales para facilitar las evacuaciones en más del 25 % de las defecaciones (evacuación digital o apoyo del
piso pélvico)
Menos de tres deposiciones a la semana.
Heces sueltas rara vez están presentes sin el uso de laxantes.
Gastroenterología en Adultos
8
En la evaluación de los pacientes con EC rara
vez son necesarios exámenes de laboratorio. En
pacientes sin síntomas de alarma, si cumplen los
criterios para el diagnóstico, tendrían EC y un
cuadro hemático completo sería suficiente(5)
. Sin
embargo, otros expertos, consideran conveniente
un cuadro hemático completo, TSH basal, calcio
sérico y glicemia basal(1)
. Nosotros solo pedimos
un cuadro hemático. La colonoscopía sólo está
indicada si hay síntomas o signos de alarma tales
como pérdida de peso, rectorragia, anemia, ante-
cedente familiar de cáncer de colon o poliposis
colónica, o cuando el EC aparece después de los
50 años(5)
. La diferenciación entre EC primario y
SII-E tradicionalmente se ha basado en la presen-
cia del dolor que favorece el diagnóstico de SII-E,
sin embargo, los pacientes con EC frecuentemen-
te tienen dolor abdominal leve. Ambas entidades
comparten mecanismos fisiopatológicos simila-
res e incluso ambos son más frecuentes en muje-
res y no hay evidencia de que sean diferentes(30)
.
El tránsito lento es más común en EC primario, la
defecación disinérgica se encuentra en ambos, la
coexistencia de dolor y bloating es más frecuente
en SII. Lo que en realidad más justificaría el diag-
nóstico de SII-E, sería la coexistencia de manifes-
taciones extraintestinales, tales como dispepsia,
migraña, alteraciones psicológicas, dispareunia y
cistitis intersticial(12)
. No obstante, desde el pun-
to de vista terapéutico, la diferenciación tendría
poca importancia, ya que ambos trastornos se
manejan de manera similar(5, 31)
.
En pacientes con síntomas persistentes y tacto rec-
tal normal, estarían indicadas las diferentes prue-
bas fisiológicas que se describen a continuación.
3. LABORATORIOS
4. PRUEBAS FUNCIONALES DEL COLON Y DEL ANORRECTO.
Estas pruebas en la práctica están indicadas
cuando no hay mejoría con el tratamiento inicial,
es decir, en casos de EC de difícil manejo (véase
más adelante en la sección sobre tratamiento) y/o
existe fuerte sospecha de defecación disinérgica(5,
24, 26)
. Estas pruebas son complementarias y no ex-
cluyentes.
TEST DE EXPULSIÓN DE BALÓN
Es una prueba sencilla de fácil ejecución en el
consultorio, aunque también se utilizaría en los
laboratorios de fisiología digestiva, después de la
ejecución de la manometría anorrectal. Permite
identificar si la capacidad de propulsión y expul-
sión de la unidad anorrectal durante el pujo es
normal(26)
. Es útil para identificar los desórdenes
defecatorios. La técnica consiste en insertar un
balón de 4 cm de longitud en el recto, el cual se
llena con 50 ml de agua tibia. Posteriormente se
le pide al paciente que expulse el balón, estando
sentado en la posición de defecación en un am-
biente privado. Se considera que la prueba es nor-
mal si se expulsa en 1-2 minutos más o menos(32,
33)
. Su especificidad para defecación disinérgica
es relativamente buena con 80-90 %, en contras-
te con una sensibilidad de solo el 50 %(33,34)
. Con
base en ese rendimiento, es más confiable cuando
es negativa, ya que tendría menos falsos negati-
vos. Algunos expertos(33)
recomiendan utilizar
una sonda de Foley de 16 Fr, llenarla con 50 ml a
temperatura ambiente e indicar al paciente que
defeque en posición sentada. La prueba puede
dar falsos positivos en pacientes con laxitud pél-
vica, pacientes con rectoceles grandes, entero-
celes, peritoneceles o sigmoidocele, por lo tanto,
los resultados anormales requieren exámenes
adicionales(35)
. El test de expulsión del balón y
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 9
la manometría anorrectal, que será discutida a
continuación, son las pruebas fisiológicas inicial-
mente recomendadas para los pacientes con EC
refractarios a laxantes(13)
.
MANOMETRÍA ANORRECTAL
Es un estudio fisiológico altamente disponible.
Evalúa el tono del esfínter anal en reposo, el reflejo
rectoanal y los cambios de presión anorectales en
reposo y durante la defecación simulada de un ba-
lón intrarrectal, así como también el tono del esfín-
ter, los reflejos rectoanales y la contractilidad del
esfínter anal(13)
. Con estos datos, se obtiene infor-
mación sobre la coordinación rectoanal(35)
. A pesar
de que es un examen con alta confiabilidad para
identificar la disinergia defecatoria, tiene limita-
ciones fundamentalmente por las variaciones en
las diferentes metodologías utilizadas, por lo cual
los expertos coinciden en que su ejecución debe
hacerse con protocolos estandarizados(13, 26)
. En
condiciones normales, durante el pujo se produce
un incremento de la presión rectal (>40 mmHg)
con un descenso simultáneo de la presión del es-
fínter anal (>20 %)(26)
. Cuando hay defecación di-
sinérgica, hay alteración o descoordinación de la
respuesta voluntaria y, por lo tanto, puede ocurrir
que haya un incremento de la presión rectal, una
contracción paradójica, una falla del esfínter para
relajarse durante el pujo, o una combinación de
esas alteraciones(26)
. Se han descrito cuatro patro-
nes disinérgicos con base en las anomalías fisioló-
gicas predominantes durante el pujo(36)
. Los tipos I
y III no hay adecuada relajación del esfínter anal,
y los tipos II y IV se caracterizan por la falla en la
propulsión durante el pujo. Este examen es reali-
zado por expertos en laboratorios especializados
de fisiología digestiva.
TRÁNSITO COLÓNICO
Este examen tiene el propósito de determinar la
función motora del colon y existen varias técnicas
o exámenes, tales como, gammagrafía de colon,
la manometría de colon, la cápsula de motilidad
inalámbrica y los marcadores radiopacos(37)
. Es-
tos últimos son la forma más sencilla, económica
y ampliamente disponible. El método más usado
con excelente relación costo-beneficio es el que
utiliza 24 marcadores radiopacos dentro de una
SITZMARK (Konsyl Pharmaceuticals, Inc.). El
examen consiste en la ingestión de la cápsula, y
al quinto día se realiza una radiografía simple de
abdomen para determinar cuántos marcadores
permanecen dentro del colon (técnica de Hinton)
(38)
. Normalmente, debe expulsarse el 80 % de los
marcadores y, por lo tanto, debe haber menos de
5 marcadores(38)
. La prueba es positiva si hay 5 o
más marcadores, y dependiendo de su localiza-
ción se puede estimar si hay tránsito lento o un
patrón obstructivo, tal como se indica en la figura
2. El patrón obstructivo puede encontrase en pa-
cientes con tránsito normal o tránsito lento.
Figura 2. Tránsito colónico con marcadores
radiopacos (método Hinton)
El método de Hinton con los marcadores radio-
pacos tiene excelente correlación con otros mé-
todos más modernos y con mayor tecnología(5,12)
.
La otra técnica con marcadores radiopacos es la
Metcalf(39)
. A diferencia de la anterior (Hinton),
con esta se ingiere la misma cápsula con sus 24
marcadores los días 1, 2 y 3. Se toman dos radio-
grafías simples de abdomen una el día 4 y la otra
el día 7. Si hay más de 68 marcadores, habrá trán-
sito lento(39,40)
. Esta última prueba permite hacer
una evaluación de la motilidad colónica cuantita-
tiva segmentaria y total.
Defecografía. Este estudio examina la anatomía
y la función de la función anorrectal y del piso
Gastroenterología en Adultos
10
pélvico durante la defecación voluntaria(13)
. Con
este examen se pueden identificar anormalida-
des anatómicas como enterocele, intususcepción
interna, prolapsos uterovaginales y vesicales,
prolapsos rectales o invaginación intestinal(26,35)
.
Permite el estudio dinámico de la defecación. Se
realiza en centros especializados utilizando ra-
diología (con bario) o con resonancia magnética
(13,26)
. Con rayos X se puede evaluar la pared rectal
y el movimiento del piso pélvico en posición sen-
tada(13)
. Sin embargo, se prefiere el estudio con re-
sonancia por su mayor exactitud y reproducibili-
dad(26)
, aunque tiene la limitación del alto costo y,
por ser los equipos cerrados, solo permiten hacer
el examen en posición supina(26)
o semi recum-
bente, la cual no es la forma como usualmente
se hace una deposición normal(13)
. En la práctica
clínica, este examen estaría indicado cuando no
hay concordancia entre los resultados de la ma-
nometría anorrectal y la impresión clínica del
médico o cuando hay sospecha de anormalidades
anatómicas(26)
. Así, con estos exámenes se puede
determinar si el paciente con EC tiene alteración
en la apertura anal, alteración en la relajación del
puborectalis, descenso del periné o anormalida-
des anatómicas descritas previamente.
MANOMETRÍA COLÓNICA
Es un examen que no está ampliamente dispo-
nible en América Latina y solo se realiza en muy
pocos centros especializados en Europa y Norte-
américa. Está indicado en pacientes con EC seve-
ro con tránsito lento(13)
y permite distinguir si la
causa del mismo es una neuropatía o una miopa-
tía, permitiendo un mejor enfoque terapéutico(13)
e incluyendo colectomía total en casos de estreñi-
miento crónico refractario con tránsito lento(28)
.
Este tipo de estreñimiento, hace parte de los des-
órdenes defecatorios, caracterizado por contrac-
ción paradójica o relajación inadecuada de los
músculos del piso pélvico durante la defecación
y/o inadecuada fuerza propulsiva durante el in-
tento de la defecación(41)
. Clínicamente se caracte-
riza por: esfuerzo excesivo, sensación de evacua-
ción incompleta y extracción digital de las heces
(ídem.). Sin embargo, la desimpactación digital
y el dolor no permiten establecer el diagnóstico
por sí solos, por lo que son necesarios estudios fi-
siológicos(41)
. Los criterios para el diagnóstico de
esta entidad(41)
, se muestran en la tabla 4.
5. DESÓRDENES FUNCIONALES DE LA DEFECACIÓN
Tabla 4. Criterios diagnósticos para los desórdenes defecatorios
1.	 El paciente debe satisfacer los criterios para estreñimiento crónico y/o síndrome de intestino irritable tipo
estreñimiento.
2.	 Durante los intentos repetidos para defecar debe haber características de evacuación alterada, demostrada
por dos de las siguientes pruebas.
a.	 Test de expulsión del balón anormal.
b.	 Patrón de evacuación anorrectal anormal con manometría anorrectal o electromiografía (EMG) anal de
superficie.
c.	 Alteración de la evacuación por imágenes.
Subcategorías F3a y F3b se identifican entre los pacientes que satisfacen los criterios de defecación disinérgica
F3a. Criterios diagnósticos para inadecuada propulsión defecatoria
Inadecuada fuerza propulsiva medida con manometría con o sin inapropiada contracción del esfínter
anal y/o músculos del piso pélvico.
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 11
F3b. Criterios diagnósticos para defecación disinérgica
Los criterios son definidos de acuerdo a la edad,
sexo y adecuados valores normales de la técnica
apropiada.
Los criterios para el diagnóstico de SII-E, se
muestran en la tabla 5.
Tabla 5. Criterios de Roma IV para el diagnóstico de SII (12)
Dolor abdominal recurrente, por lo menos un día a la semana, en los últimos tres meses, asociado con dos o más de
los siguientes criterios.
1.	 Relacionado con la defecación.
2.	 Asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones.
3.	 Asociado con un cambio en la forma (apariencia) de las heces (Bristol)
Los criterios deben cumplirse por lo menos tres meses y con síntomas por lo menos desde seis meses antes del
diagnóstico.
De acuerdo a los “criterios para el diagnóstico” y
la percepción del paciente, sobre la morfología de
las heces, con base en la escala de Bristol (Fig. 2),
el SII se clasifica en cuatro grupos dependiendo
del síntoma predominante(12)
: SII con diarrea, SII
con estreñimiento, SII alterante o “mixto y SII
inclasificable. En la tabla 6, se muestran los crite-
rios para los diferentes tipos de SII.
Tabla 6. Subtipos de SII según el síntoma predominante.
SII con diarrea:
Más del 25 % de las deposiciones las heces tienen morfología Bristol 6 o 7.
Menos del 25% de las deposiciones son Bristol 1 o 2.
Los pacientes manifiestan que usualmente sus deposiciones son diarreicas, Bristol 6 o 7.
SII con estreñimiento:
Más del 25 % de las deposiciones son Bristol 1 o 2.
Menos del 25 % de las deposiciones son Bristol 6 o 7.
Los pacientes manifiestan que usualmente tienen estreñimiento con deposiciones 1 o 2.
SII Mixto (“Alternante”):
Más del 25 % de las deposiciones, son Bristol 1 o 2.
Más del 25 % de las deposiciones, son Bristol 6 o 7.
Los pacientes refieren que tienen estreñimiento y otras veces, tienen diarrea.
SII inclasificable:
Tienen criterios para SII, pero sus hábitos evacuatorios, no pueden ser categorizados con exactitud en nin-
guno de los tres grupos previos.
Para propósitos de investigación, la clasificación de las heces se hace diariamente durante al menos dos semanas
utilizando la regla del 25% (se necesita uno diario).
Para poder clasificar los diferentes subtipos de SII, es imprescindible que los pacientes no estén tomando medica-
mentos para estreñimiento o diarrea.
Inadecuada contracción de la musculatura del
piso pélvico medida con EMG anal o manometría
con adecuada fuerza propulsiva durante los in-
tentos de defecación.
Los criterios deben ser cumplidos por al menos
tres meses, con comienzo de los mismos al menos
seis meses antes.
Gastroenterología en Adultos
12
6. TRATAMIENTO
los cuales hacen parte de la terapia farmacológica
del EC y se describen a continuación.
TERAPIA FARMACOLÓGICA DEL EC
Laxantes
Estos medicamentos son eficaces, no costosos y se
pueden adquirir sin fórmula médica; incluyen los
laxantes osmóticos y los laxantes estimulantes.
Laxantes osmóticos
Dentro de esta categoría está el polietilenglicol
(PEG), la lactulosa, el sorbitol, el glicerol y las
sales de magnesio(13,16)
. Básicamente producen un
gradiente osmótico, que induce la secreción de
líquidos y electrolitos al lumen colónico, lo cual
aumenta el volumen fecal y el peristaltismo(13)
. El
medicamento líder y sobre el que se ha centrado
mayor interés es el PEG, que tiene mayor efica-
cia que el placebo para mejorar la sintomatología
del EC, incluyendo el esfuerzo, así como también
la consistencia de las heces, el acortamiento del
tránsito colónico y deposiciones más frecuen-
tes(13,46-48)
. También ha demostrado que es supe-
rior a la lactulosa(49)
. La dosis es 17-34 g al día (1-2
sobres de 17 g). El PEG no es metabolizado y mí-
nimamente absorbido en el intestino(50)
. Con y sin
electrolitos es superior a un placebo(51)
. El PEG
con electrolitos solo debe usarse para preparar
el colon para la colonoscopia, con cuatro dosis de
70-110 g, en dosis divididas(52)
. Ha sido utilizado
en todas las edades, desde niños menores de dos
años(50)
, hasta adultos mayores. Comparado con la
lactulosa, el PEG fue más eficaz tanto en adultos
como en niños, para mayor número de deposicio-
nes semanales, mejoría en la forma de las depo-
siciones y menor necesidad de productos adicio-
nales(49)
. El grado de recomendación para PEG es
“fuerte a favor” y la calidad de la evidencia “alta”
(alta significa que “es improbable, que nuevos es-
Los objetivos del tratamiento son mejorar el es-
fuerzo, sensación de evacuación incompleta y de-
más sensaciones subjetivas que alteran la calidad
de vida de los pacientes incluyendo el dolor y el
bloating en los pacientes con SII(5)
. Por lo tanto,
el objetivo no es solamente lograr “deposiciones
diarias”. Con base en la historia clínica se defini-
rán las metas del tratamiento y la estrategia te-
niendo en cuenta si hay causas secundarias o no
del EC.
Aunque tradicionalmente se ha considerado que,
en el EC primario la terapia inicial incluye “mo-
dificaciones del estilo de vida” aumentando la
“fibra en la dieta” y la “ingesta de líquidos”, así
como también, “mayor actividad física”, hasta el
momento no hay evidencia de suficiente calidad,
que respalde tales recomendaciones(1, 13, 24)
. En un
metaanálisis se encontró que la fibra puede au-
mentar la frecuencia de las heces, pero no la con-
sistencia, la necesidad de laxantes o el dolor(42)
.
En otro similar, la fibra tuvo “eficacia moderada”
en EC, pero también hubo efectos adversos como
flatulencia y globalmente los resultados no son
fiables porque los estudios incluidos tenían alto
riesgo de sesgos(43)
. Es posible que el aumento de
la fibra tenga algún leve beneficio en EC (13,16)
.
La fibra insoluble como el salvado de trigo o el
pan de centeno no son eficaces y pueden tener
efectos adversos como dolor, flatulencia y disten-
sión, y más aún en pacientes con EC y SII(1,13)
. La
fibra soluble y los agentes formadores de volu-
men como el Psyllium y la ispagula, pueden me-
jorar el esfuerzo, la consistencia de las heces, el
dolor y el número de deposiciones semanales(44)
.
La mejoría lograda pudiera ser secundaria a la
estimulación de la mucosa para secretar agua y
moco, con lo cual se mejora la consistencia de las
heces, al lograr mayor contenido de agua(24)
. De
acuerdo al sistema GRADE, la recomendación de
la fibra soluble es, fuerte a favor, (“los beneficios
superan los riesgos”) y la calidad de la evidencia
“baja” (“es probable que nuevos estudios cambien
este concepto”)(45)
. No todos los pacientes logran
mejoría con la fibra soluble y si en 4 semanas no
hay mejoría, sería necesario utilizar laxantes(13)
,
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 13
tudios cambien la recomendación” y para la lac-
tulosa la recomendación es “fuerte a favor” y la
calidad de la evidencia es “baja” (baja significa
que “es probable que nuevos estudios cambien el
concepto sobre su recomendación”)(49)
. El PEG
ha sido utilizado hasta por 24 meses demostran-
do eficacia y un excelente perfil de seguridad(50)
.
El PEG tiene eficacia similar al prucalopride, un
procinético agonista 5HT4(53)
, el cual será dis-
cutido más adelante. También ha demostrado
utilidad en EC asociado con opioides similar a
naloxegol, un PAMORA indicado en ese tipo de
estreñimiento(54)
. Hay algunos estudios con PEG
para SII-E, los cuales han mostrado mejoría de la
consistencia de las heces, del esfuerzo defecato-
rio y mayor frecuencia de las heces(55,56)
. En la guía
clínica sobre el manejo de SII del Colegio Ame-
ricano de Gastroenterología hay una “débil reco-
mendación en contra”(57)
, consideramos que, por
su bajo costo, buen perfil de seguridad, podría ser
utilizado en esos pacientes hasta tanto aparezca
más información. En SII-E las sales de magne-
sio y otras sales mejoran la frecuencia y la con-
sistencia de las deposiciones, pero la evidencia
es limitada(49)
. Las sales de magnesio están con-
traindicadas en pacientes con insuficiencia renal
avanzada por el riesgo de hipomagnesemia(13)
. El
fosfato de sodio puede inducir hiperfosfatemia,
hipocalcemia e hipocalemia(26)
. Tomados en con-
junto, los datos anteriormente expuestos, permi-
ten concluir que el PEG es el laxante osmótico de
elección y el laxante de primera línea cuando la
fibra soluble y otras “medidas generales”. Por su
eficacia y perfil de seguridad, debería ser el com-
parador de los actuales y nuevos medicamentos
de tercera línea utilizados en EC.
Laxantes estimulantes
En este grupo se incluyen los derivados de la
antraquinona (sen, aloe, cáscara sagrada), los
cuales son de venta libre(13,24)
, así como los deri-
vados de difenilmetano (bisacodilo y picosulfa-
to de sodio)(4,13,24)
. El bisacodilo y el picosulfato
son pro-drogas, que por acción de deacetilasas
de la mucosa y la microbiota, son convertidas al
mismo metabolito activo bis (p-hidroxifenil)-
piridil- 2 metano o BHPM(4)
. El BHPM tiene
efecto antiabortivo-secretorio y un efecto pro-
cinético directo(58,59)
.
El bisacodilo es activado por deacetilasas endó-
genas de la mucosa del intestino delgado y del
colon, y el picosulfato, por desulfatasas de la mi-
croflora colónica(60,61)
. Ambos medicamentos en
dosis de 10 mg al día, son superiores a placebo(4)
.
En un ensayo clínico controlado con placebo, de
4 semanas, el picosulfato de sodio mejoró los
síntomas, la función intestinal y la calidad de
vida comparado con placebo(62)
. Sin embargo,
un estudio reciente encontró que el bisacodilo
y el picosulfato de sodio pierden la eficacia des-
pués de 4 semanas(63)
. Algunos expertos los re-
comiendan cuando hay fracaso con los laxantes
estimulantes(24)
. Probablemente, su indicación
sería usarlos como rescate en los pacientes que
no tienen evacuaciones después de 2 a 3 días(62)
o combinarlos con laxantes de otra clase para
tratar los casos más difíciles(26)
. Como efectos
colaterales, se han descrito dolor abdominal y
diarrea(4)
.
Los derivados de antraquinonas, inducen apopto-
sis de las células epiteliales del colon y, al pare-
cer, esto puede aumentar la motilidad y también
altera la absorción y la secreción(64)
. Con su uso
prolongado puede producir pseudomelanosis coli,
figura 3.
Figura 3. Pseudomelanosis coli
Fuente: Archivo personal Wotero, Bogotá, Colombia
Gastroenterología en Adultos
14
La Pseudomelanosis es una pigmentación oscura
de la mucosa colorrectal, debida a la fagocitosis
de los cuerpos apopticos de la mucosa colóni-
ca(64)
. Esos macrófagos migran a la lámina propia,
en la cual sufren degradación intralisosomal y
se forma lipofucsina que finalmente produce la
coloración oscura de la mucosa, la cual persiste
al no poder ser degradada(64)
. Al suspender estas
sustancias, la mucosa se recupera después de seis
meses a un año, dependiendo de la severidad. Ha
existido la duda sobre un mayor riesgo de cáncer
de colon por esa alteración, sin embargo, no se ha
demostrado(64)
. Existe la posibilidad de que, con
el oscurecimiento, hay mayor contraste y los tu-
mores y los pólipos pueden verse mejor(64)
, figura
4.
Figura 4. Pseudomelanosis coli y pólipos en colon ascendente
Fuente: Archivo personal Wotero, Bogotá, Colombia
También existe la incertidumbre de si ese tipo
de laxantes podría lesionar el plexo mientérico,
aunque faltan estudios. Algunos informes han do-
cumentado que el aloe vera y el sen pueden ser
hepatotóxicos(65)
.
El bisacodilo y la glicerina están disponibles
como supositorios, los cuales poder ser utilizados
preferencialmente 30 minutos después del desa-
yuno, para aprovechar el reflejo gastrocólico y así
aumentar la eficacia(26) (39)
.
Agentes prosecretores (secretagogos)
Son un grupo de medicamentos que estimulan la
secreción de iones y agua hacia el lumen intes-
tinal y probablemente también aumentan el pe-
ristaltismo intestinal, facilitando la evacuación.
Los representantes de esta clase de medicamen-
tos actualmente disponibles son el linaclotide el
plecantide y el lubiprostone, todos aprobados por
la FDA y la EMA para el tratamiento del EC pri-
mario y el SII-E(4)
. Recientemente, también fue
aprobado por la FDA el tenapanor para el trata-
miento de SII-E(4)
. Estos medicamentos actúan
en receptores específicos de la superficie luminal
(apical) de los enterocitos, aumentando la se-
creción de cloruro y, de manera compensadora,
la secreción de sodio de agua, para mantener la
neutralidad eléctrica y la osmolalidad, respec-
tivamente(4)
. El lubiprostone es un ácido graso
bicíclico, derivado de la prostaglandina E1 y ac-
tiva los canales de cloro tipo 2(4)
. El linaclotide
y el plecanatide son agonistas del receptor de la
guanilil ciclasa C (GC-C) (presente en la mucosa
duodenal y en el recto), y convierte el trifosfato
de guanosina en monofosfato guanosina cíclico
(GMPc), y por activación simultánea del regula-
dor de la conductancia transmembrana de la fi-
brosis quística (RTFQ), se produce secreción de
cloruro y bicarbonato en la luz intestinal(66)
. Estos
efectos se traducen en mayor secreción de líqui-
do intraluminal y aumento del tránsito intestinal.
Se ha encontrado que la activación de la GC-C
participa en el mantenimiento de la integridad de
la barrera mucosa, disminuye o previene la infla-
mación, con lo cual mejora el dolor; este efecto
podría explicar el dolor de los pacientes con EC y
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 15
SII-E(67)
. El receptor de la GC-C puede ser activa-
do por enterotoxinas bacterianas que producen
diarrea (67)
, efecto que finalmente participa en la
eficacia de estos medicamentos. Ese receptor de
la GC-C también puede ser activado por la guani-
lina y la uroguanilina(13)
. El linaclotide es análogo
a las enterotoxinas termostables bacterianas, y el
plecanatide, a la uroguanilina(13)
.
El lubiprostone es un ácido bicíclico, análogo de
la prostaglandina E1, actúa localmente como ago-
nista y, por tanto, como activador de los canales
de cloruro tipo 2(16, 68)
.
PROCINÉTICOS AGONISTAS DE
RECEPTORES DE SEROTONINA
(5-HIDROXITRIPTAMINA)
El medicamento representante de esta nueva
clase es el prucalopride, un agonista específico
y selectivo del receptor 5HT4, presente en todo
el tracto gastrointestinal incluyendo el colon(69,70)
.
Por su exclusiva selectividad con el receptor
5HT4 y sin interacción con ningún otro receptor
de la serotonina, es un medicamento muy segu-
ro, sin los efectos adversos de sus antecesores, los
cuales, además de su agonismo 5HT4, también
actuaban en otros receptores de la serotonina(70)
.
La serotonina es un neurotransmisor gastroin-
testinal, que produce contracciones del músculo
liso y aumenta la motilidad(71)
. La interacción con
el receptor 5HT4 induce la liberación de acetil-
colina, que es un neurotransmisor que aumenta
el peristaltismo y la secreción de mucosa(71)
. La
vida media del prucalopride es de 24 a 40 horas,
no tiene potencial arritmogénico, como el cisa-
pride, que fue retirado por sus efectos cadíacos,
como prolongación del QT, torsión de puntos, y
paro cardíaco, relacionados con la inactivación
de los canales de potasio del gene hERG(1)
. El
prucalopride tampoco tiene interacción con los
medicamentos que se metabolizan en el citocro-
mo P450(72)
. La dosis es 2-4 mg una vez al día(72)
.
Comparado con placebo, aumenta la frecuencia
de las evacuaciones, reduce la consistencia de las
heces y el esfuerzo, y mejora la calidad de vida(72)
.
Ha sido recomendado para los pacientes con es-
treñimiento severo que no responden a laxan-
tes(1)
. Tiene aprobación para EC por las principa-
les agencias reguladoras de medicamentos (EMA
y FDA), sin embrago todavía no la tiene para SII-
E, porque faltan estudios(12, 70)
. Las dosis y efectos
adversos de los secretagogos y procinéticos, se
muestran en la tabla 7.
Tabla 7. Medicamentos usados para el tratamiento del estreñimiento crónico
y el síndrome de intestino irritable con estreñimiento
Agentes formadores de
masa: Psyllium, diario
EC: Dosis variable
SII-E: Dosis variable
Iniciar con dosis bajas e incrementar gradualmente
Polietilen glicol, diario
EC: 17 g
SII-E: ND
Mayor evidencia en EC que en SII-E. Mejora las evacuaciones, pero
no el dolor abdominal en SII.
Lactulosa, diario 20 gr Puede producir distensión y gases.
Bisacodyl, diario
EC: 10 g
SII-E: ND
Disponible en supositorios. Preferiblemente usar después del desa-
yuno.
Senna, diario 17,2-34,4 mg Laxante con antraquinona de amplio uso.
Prucalopride, diario
EC: 2 mg
SII-E: ND
Recientemente aprobado por la FDA.
Linaclotide, diario
EC: 72 o 145 mg
SII-E: 290 mg
Mejora el dolor abdominal, la distensión y el gas en pacientes con
SII-E.
Lubiprostone, dos veces
al día
EC: 24 mg
SII-E: 8 mg
Mejora el malestar abdominal, los síntomas de gas. Útil en estreñi-
miento severo inducido por opioides.
Plecanatide, diario
EC: 3 o 6 mg
SII-E: 3 o 6 mg
Igual que el linaclotide.
EC= estreñimiento crónico, SII= síndrome de intestino irritable, SII-E síndrome de intestino irritable con estreñimiento pre-
dominante.
Gastroenterología en Adultos
16
7. TRATAMIENTO DE LA DEFECACIÓN DISINÉRGICA
El tratamiento de este tipo de estreñimiento es
fundamentalmente con terapias de reentrena-
miento neuromuscular o biofeedback, con las
cuales se persigue corregir el comportamiento
disinérgico con técnicas de terapia física basadas
en el condicionamiento con la ayuda de instru-
mentos especiales para restaurar el patrón defe-
catorio y mejorar la sensibilidad rectal(73)
. Entre
los instrumentos utilizados están los catéteres de
manometría, la electromiografía y el balón rectal,
que representan en forma gráfica o auditiva los
datos para identificar y mejorar el desempeño de
los pacientes durante las sesiones de terapia(26)
.
Los equipos pueden ser usados en el consultorio
o en casa, y los ejercicios de defecación simula-
da se realizan con el balón rectal guiados por las
gráficas manométricas(26,50)
. Se requieren de 4 a 6
sesiones(26)
. Otros tratamientos para esta patolo-
gía incluyen la miomectomía anorrectal, toxina
botulínica(26)
. El abordaje terapéutico de los pa-
cientes con EC se muestra en la figura 5.
Figura 5. Abordaje terapéutico en el estreñimiento crónico
Basado y modificado de referencia Camilleri M et al. Referencia 24
Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 17
TRATAMIENTO DEL ESTREÑIMIENTO
INDUCIDO POR OPIOIDES
Los medicamentos utilizados para este tipo es-
pecial de EC son fundamentalmente los antago-
nistas periféricos de los receptores µ o PAMO-
RAs, aunque también se ha encontrado eficacia
con linaclotide, lubiprostone y prucalopride(74)
.
La Asociación Americana de Gastroenterología,
solo recomienda los PAMORA(22)
. Un recien-
te ensayo clínico(52)
encontró que el PEG con
electrolitos (PEG3350) tuvo eficacia similar al
naloxegol , un PAMORA, 47,9 % vs. 50,8 % con
naloxegol. Los medicamentos utilizados para el
estreñimiento inducido por opioides se mues-
tran en la tabla 8(23)
.
Tabla 8. Medicamentos utilizados en estreñimiento inducido por opioides
Medicamento Dosis Clase Ensayos clínicos Efectos adversos
Bromuro Metilnal-
trexona
12 mg subcutáneos
cada día
Oral 450 mg
Antagonista periférico
receptor µ
Aprobados FDA sub-
cutáneo y oral
Dolor abdominal, náu-
seas, diarrea
Naloxegol 25 mg día oral
Antagonista periférico
receptor µ
Aprobado FDA
Dolor abdominal, náu-
seas, diarrea
Naldemedine 0,2 mg vía oral
Antagonista periférico
receptor µ
Aprobado FDA
Dolor abdominal náu-
seas, diarrea
Lubiprostone 24 μg 2 veces al día
Agonista canales de
cloruro tipo 2
Aprobado por FDA
Náuseas, diarrea, dolor
abdominal
Linaclotide
145 a 290 μg oral 1 vez
al día
Agonista Guanilato
Ciclasa
Aprobado FDA Diarrea
Prucalopride 2 mg vía oral una dosis Agonista 5HT4 Fase II
Dolor abdominal, náu-
seas
PEG 3350
17 g disuelto en 4-8 ml
de líquido
Laxante osmótico Faltan estudios
Tomado y modificado de referencia 23.
MITOS Y FALACIAS EN ESTREÑIMIENTO
Existen muchos mitos y falacias alrededor del estreñimiento, tabla 9(30, 75)
.
Tabla 9. Mitos y falacias en estreñimiento crónico
Mito Comentarios
Produce intoxicación y halitosis. No existe ninguna relación.
Se debe al consumo de poca agua.
Es incorrecto pensar que la ingestión de grandes cantidades de agua, “lle-
garán” al colon y “disolverán” las heces duras. El agua ingerida, es absorbida
en el intestino delgado y no alcanza el colon. Una alta ingesta puede incluso
producir hiponatremia, con sus graves consecuencias. El contenido apro-
ximado de agua en las heces normales es 74 %; en las heces duras, 72 %, y
en las heces blandas, 76 %.
Se debe a poca fibra en la dieta.
El dolicocolon (colon largo y no dilatado), cau-
sa estreñimiento y debe ser operado.
En el pasado, este error indujo muchas cirugías innecesarias, con riesgo y
eventos adversos, injustificables.
Produce cáncer, igual que los laxantes.
Per se el estreñimiento no produce cáncer; la relación es al contrario. Una
persona con cáncer de colon izquierdo puede presentar estreñimiento
de reciente aparición. Los laxantes estimulantes pueden lesionar el plexo
mientérico.
Gastroenterología en Adultos
18
Mito Comentarios
La inactividad física predispone al estreñimien-
to; en el ejercicio puede aliviarlo.
No hay evidencia al respecto. Si el ejercicio aumentara el peristaltismo, no
sería posible practicar deportes.
Los laxantes producen adicción. No hay ninguna evidencia al respecto.
La causa principal es la disminución de los mo-
vimientos del colon.
La mayor parte de los pacientes con estreñimiento tiene tránsito colónico
normal.
La colonoscopia es necesaria para la evaluación
de los pacientes con estreñimiento.
La Asociación Americana de Endoscopia Gastrointestinal (ASGE) con-
sidera que no hay indicación para realizar colonoscopias en pacientes con
estreñimiento. Estaría indicada si hay sangrado, pérdida de peso, anemia, u
otros síntomas de enfermedad inflamatoria intestinal.
El objetivo fundamental del tratamiento es que
las deposiciones sean diarias.
Una de los objetivos que la FDA exora es que los medicamentos para el
manejo del estreñimiento induzcan un movimiento intestinal espontáneo
completo en la semana y se logren tres evacuaciones semanales. Otras
molestias incomodan a los pacientes y desean que les sean aliviadas, tales
como sensación de distensión o hinchazón abdominal (bloating), disten-
sión abdominal real, heces duras como terrones y también el esfuerzo al
defecar.
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  • 1.
  • 2. Introducción Estreñimiento o constipación son términos utilizados indistinta- mente, sin embargo, en español, el término constipado también significa catarro o resfriado. Si se tiene esto en cuenta, podría utilizarse cualquiera de los dos términos, aunque en este artícu- lo se utilizará el término estreñimiento. El estreñimiento crónico (EC) es una de las entidades más frecuentemente diagnosticadas en gastroenterología. Universalmente se ha considerado que esta, afecta al 3-27 % de la población general(1) , sin embargo, estudios más recientes que han utilizado los criterios actuales de Roma IV (2) , han documentado una prevalencia global del 9 %, distribuidos en un 6 % para estreñimiento crónico primario y el 3 % restan- te entre estreñimiento asociado con opioides y síndrome de in- testino irritable (SII) con estreñimiento. Es más frecuente en las mujeres, con una relación de 1,5:1 con relación a los hombres(3) y aumenta con la edad, ya que se manifiesta en un 33 % en personas de entre 60 y 101 años(3) . Otros factores de riesgo son el estrato socioeconómico bajo y un bajo nivel educativo de los padres(4,5) . Esta entidad tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes por la molestia de los síntomas y el estrés psicológico(6) , disminuye la productividad laboral y las actividades sociales(7,8) . Muchos pacientes manifiestan dispareunia, disfunción sexual y retención urinaria(9) . También genera altos costos en los servicios de salud(5,10,11) . En Estados Unidos implica 8 millones de consultas al año, un millón de remisiones a Gastroenterología y un costo de 230 millones de dólares anuales(5) .
  • 3. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 3 Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 1. CLASIFICACIÓN ria(13) . También puede ser una consecuencia del consumo de opioides y es un problema que cada día aumenta más a nivel mundial o puede ser se- cundario a enfermedades neurológicas, desórde- nes metabólicos, medicamentos o patología co- lónica (estenosis, cáncer avanzado y cirugías)(7,8) , Figura 1, tabla 1. El estreñimiento puede ser primario (funcional o EC idiopático) o asociado a otras entidades, como el síndrome de intestino irritable (SII-E) o “des- órdenes de la defecación(4,12) . Este tipo de EC, es una consecuencia de disfunción neuromuscular del colon o de la función sensitivo-motora de la región anorrectal(13) y representan el tipo de EC primario más frecuente en la práctica clínica dia- Figura 1. Clasificación del estreñimiento
  • 4. Gastroenterología en Adultos 4 Tabla 1. Causas del estreñimiento secundario Alteraciones Psicológicas Depresión, trastornos alimentarios Enfermedades neurológicas Enfermedad de Parkinson. Esclerosis múltiple, neuropatía autonómica, aganglionosis. (Enfermedad de Hirschsprung, enfermedad de Chagas), lesiones espina- les, enfermedad cerebrovascular. Enfermedades metabólicas y endocrinas Hipercalcemia, hiperparatiroidismo. Diabetes mellitus, hipotiroidismo severo sin tratamiento hipocalemia. Uremia, enfermedad de Addison. Porfiria intermitente aguda. Enfermedades sistémicas Amiloidosis, escleroderma. Polimiositis, diabetes. Patologías gastrointestinales Cáncer de colon, isquemia colónica, enfermedad diverticular, megacolon, megarrecto, prolapso anorrectal. Cirugías previas Abdominal, pélvica, anorrectal. Medicamentos (principales) Anticonvulsivantes: carbamazepina. Antihipertensivos: bloqueadores de calcio, beta bloqueadores, diuréticos. Anticolinérgicos (antidepresivos, antiParkinson, antiespasmódicos), anti- depresivos, antipsicóticos, medicamentos con cationes (aluminio, calcio, bismuto, hierro, litio). Secuestradores de ácidos biliares. 2. FISIOPATOLOGÍA La etiopatogenia del EC primario es multifacto- rial y variable entre los diferentes tipos de pa- cientes. En su origen existen factores genéticos, epigenéticos y también alteraciones de la micro- biota intestinal que incluye microbiota producto- ra de metano(1, 5, 13, 14) . Factores de riesgo recono- cidos incluyen la obesidad, bajo nivel educativo de los padres y bajo nivel socioeconómico(1, 14) . Sin embargo, recientemente se ha documentado que, en los estratos socioeconómicos bajos, hay menor consumos de fibra y de frutas(15) . En la fisiopato- logía final, puede considerarse que los pacientes con EC primario, pueden clasificarse en tres sub- tipos que pueden superponerse: tránsito normal, tránsito lento o desórdenes defecatorios(16,17) , los cuales incluyen también a los paciente con SII y EC. El tránsito lento, puede deberse a una disfunción neuromuscular, motora y sensitiva de la pared del colon, no asociado a enfermedades sistémi- cas(13,16) . Esa alteración, se asocia con contraccio- nes colónicas de baja amplitud, las cuales son insuficientes para la propulsión del contenido colónico, produciendo estasis con reabsorción de agua y a su vez endurecimiento de la materia fecal y acompañado, simultáneamente de una dis- minución de sensación la necesidad de defecar(13, 16, 17) . Las alteraciones motoras y sensoriales des- critas, pueden participar en la generación de do- lor y bloating (sensación subjetiva de disensión o hinchazón abdominal)(13) . Histológicamente y con coloraciones especiales, se ha encontrado dismi- nución de los nervios y de las células de Cajal, y experimentalmente, disminución de la respuesta a estímulos colinérgicos(13, 16) . En esos pacientes más frecuentemente hay microbiota productora de metano y los niveles de este gas se correlacio- nan negativamente con el tránsito colónico(18) . En los pacientes con EC y SII hay también múltiples factores involucrados, los cuales incluyen hiper- sensibilidad visceral, alteración de las aferencias del eje intestino cerebro, disfunción inmunológi- ca, disbiosis con sobrecrecimiento bacteriano del
  • 5. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 5 intestino delgado, así como también alteraciones de la regulación neuro-hormomal(13) . Los desórdenes defecatorios se asocian con “de- fecación disinérgica”, en la cual la evacuación rectal está alterada por contracción paradójica del esfínter anal y de los músculos del piso pél- vico, con elevación de la presión, en vez de rela- jación de los mismos(19,20) . En este tipo de EC hay incoordinación entre la actividad motora de los músculos abdominales y los músculos del piso pélvico, como consecuencia de un error durante el proceso de aprendizaje de la defecación(13,20) . Finalmente, el paciente es incapaz de vaciar el recto a pesar del pujo que acompaña el acto de la defecación(21) . La dificultad en la evacuación tam- bién puede ser secundaria a alteraciones anató- micas como rectocele, intususcepción, así como también disminución de la sensibilidad rectal(13) . Estas alteraciones anatómicas son un diagnósti- co diferencial y en algunos pacientes deben ser descartadas, como se mencionará más adelante. Las diferentes alteraciones funcionales descri- tas pueden coexistir en los diferentes pacientes y, por lo tanto, no son excluyentes. Estos tres ti- pos de pacientes (SII con estreñimiento, estreñi- miento primario y desórdenes de la defecación), representan el mayor número de pacientes con EC primario(13) . ESTREÑIMIENTO POR OPIOIDES Los opioides pueden producir diferentes altera- ciones en el tracto gastrointestinal, incluyendo la función esofágica, el vaciamiento gástrico, el tránsito intestinal, el sobrecrecimiento bacteria- no intestinal (SIBO) y el estreñimiento, el cual es el efecto adverso más frecuente que afecta al 40-80 % de los usuarios crónicos de estos fár- macos(22) . El EC relacionado con los opioides se divide en EC desencadenado por opioides y el EC preexistente empeorado por opioides(12,22) . El número de pacientes necesarios para que aparez- ca un caso de estreñimiento es 3(22) . Los opioides actúan en los receptores µ del cerebro y en el trac- to gastrointestinal (TGI) a través de tres tipos de receptores µ d y k(22) . En el estómago y en el intes- tino delgado a través de receptores k, y en el colon a través de receptores µ(22) . El EC es el resultado de la interacción de los opioides con los recepto- res µ en el sistema nervioso entérico, y no en el cerebro(13,22) . Esa interacción produce muchas al- teraciones en el tracto gastrointestinal, incluyen- do disminución del tránsito, estimulación de ac- tividad eléctrica no propulsiva, aumento del tono del esfínter anal y disminución de la sensibilidad rectal, disminución de la secreción y aumento de la absorción de líquidos, con endurecimiento de las heces(13) . Todas esas alteraciones finalmente ocasionarán disminución de la frecuencia de las deposiciones y defecación menos efectiva, oca- sionando la entidad clínica “EC asociado a opioi- des”, el cual disminuye la calidad de vida de los pacientes e interfiere en sus actividades cotidia- nas(13,21) . El manejo de este tipo de estreñimiento es con los antagonistas periféricos del receptor µ o PAMORA (por su sigla en inglés)(22,23) , como se verá más adelante. EVALUACIÓN CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO El abordaje de estos pacientes comienza con una adecuada historia clínica que incluye un interro- gatorio completo, con el fin de identificar causas secundarias de EC (medicamentos, cirugías, etc.) y un excelente examen físico(4, 5,9,13) . Es fundamen- tal descartar los síntomas de alarma, tales como pérdida no intencionada de peso (el 10 % del peso en tres meses), sangrado rectal, aparición del cuadro clínico después de los 50 años, anemia, antecedente familiar de cáncer de colon de en- fermedad inflamatoria intestinal(4,5, 9,13) , así como también, comienzo desde la infancia o adolescen- cia, antecedentes obstétricos(4,5,13) . Son sugestivos de defecación disinérgica la necesidad de extrac- ción digital de las heces, la sensación de “bloqueo anal” o la sensación de evacuación incompleta y el antecedente de abusos(4,5) durante la defeca- ción. Otros síntomas referidos por el paciente son el dolor abdominal y el bloating. Es muy impor- tante disponer en el consultorio del esquema de la escala de Bristol de las heces(1,4,5,9,13,21) y que el paciente corrobore si sus heces son del tipo 1 o 2 (1,4,5,13,21) . Figura 2.
  • 6. Gastroenterología en Adultos 6 Figura 2. Escala de Bristol de las heces. dolorosos, así como también materia fecal dura o impactada. La presencia de heces en el recto, sugieren hiposensibilidad rectal(26) . En reposo, se puede percibir el tono basal del esfínter anal, el cual da información básica sobre la capacidad de continencia pasiva(26) . El 80 % del tono basal se debe al esfínter anal interno(27) . La hipertonía del esfínter anal puede contribuir a la dificultad en la evacuación(27) . Cuando hay fisuras anales o lesiones inflamatorias del canal anal o del área perianal, se produce dolor(26) . Una vez introduci- do el dedo, se le pide al paciente que contraiga o que aprete el ano y el piso pélvico con la máxima fuerza posible, para evaluar la capacidad máxi- ma de continencia anorrectal. Finalmente, se le solicita al paciente que puje simulando una de- fecación, con lo cual normalmente produciría relajación del esfínter anal y del músculo pubo- rrectalis(26) . Si durante esta maniobra de pujo no hay relajación del puborrectalis o, por el contra- rio, hay una contracción paradójica en la cual el examinador tiene la sensación de que su dedo es empujado hacía la parte anterior, se debe sospe- char defecación disnérgica(26,28,29) . La sensibilidad del tacto rectal para detectar esta condición es Los siete tipos de deposiciones de la escala de Bristol, se correlacionan con el tiempo de tránsito colónico(24) . A mayor tiempo de tránsito colónico, menor puntaje en la escala. Los tipos 3,4 y 5 son normales y los 6 y 7 son diarrea, estos últimos tie- nen un tránsito colónico más rápido(24) . En el examen abdominal, es muy importante identificar masas o dolor(13,22) . El tacto rectal es “obligatorio” (examen rectal digital o DRE en in- glés), y es considerado la maniobra más simple y más económica disponible para el diagnóstico de patologías anorrectales(25) . Este tacto rectal debe ser sistemático y detallado(25) . Lo primero es ob- servar el orificio anal, el cual normalmente debe estar cerrado. Asimismo, examinar las estructu- ras adyacentes para descartar fisuras, fístulas, dermatitis y hemorroides externas e internas. Durante la inspección se le debe pedir al pacien- te que puje para evaluar el descenso perineal, el cual no debe ser mayor a 2 cm o no sobrepasar las prominencias isquiáticas(26) . Con el guante colocado, el dedo índice debe lubricarse y suave- mente y de manera sucesiva, examinar el canal anal y descartar la presencia de masas o puntos
  • 7. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 7 del 81 % cuando se le compara con el estándar de la manometría anorrectal(28) . Otros estudios han encontrado que la sensibilidad y especificidad del tacto rectal para diagnosticar defecación disinér- gica es, respectivamente, 75-95 % y 58-87 %(25,28) . El tacto rectal también permite detectar intusus- cepción intrarectal y rectoceles(26) . El Dr. Talley(27) considera que las únicas razones válidas para no realizar el tacto rectal es que el gastroenterólogo (a) haya perdido su dedo o que el paciente esté tan gravemente enfermo que en ese momento realizarlo sea una contraindicación. En la tabla 2 se muestran los criteriosde Roma IV para el diag- nóstico de EC(12) , y en la tabla 3, para el diagnósti- co de EC por opioides. Tabla 2. Criterios para el diagnóstico de estreñimiento crónico Debe incluir dos o más de los siguientes en los últimos tres meses y que los sín- tomas hayan iniciado por lo menos seis meses antes Esfuerzo por lo menos en más del 25 % de las defecaciones. Heces duras o aterronadas (Bristol 1 o 2) en más del 25 % de las defecaciones. Sensación de evacuación incompleta en más del 25 % de las defecaciones. Sensación de bloqueo u obstrucción en más del 25 % de las defecaciones. Maniobras manuales para facilitar las evacuaciones en más del 25 % de las defecaciones (evacuación digital o apoyo del piso pélvico) Menos de tres deposiciones a la semana. Heces sueltas rara vez están presentes sin el uso de laxantes. No hay criterios para síndrome de intestino irritable. Como puede deducirse, de acuerdo a estos cri- terios, no se trata de considerar solamente si las deposiciones son infrecuentes, pues, aunque el paciente tenga deposiciones diarias, si cumple con dos o más de los otros criterios, será diagnos- ticado de EC. Tabla 3. Criterios para el diagnóstico de estreñimiento asociado a opioides Aparición o empeoramiento de estreñimiento al iniciar, cambiar o aumentar dosis de opioides Debe incluir dos o más de los siguientes en los últimos tres meses y que los sín- tomas hayan iniciado por lo menos seis meses antes Esfuerzo por lo menor en más del 25 % de las defecaciones. Heces duras o aterronadas (Bristol 1 o 2) en más del 25 % de las defecaciones. Sensación de evacuación incompleta en más del 25 % de las defecaciones. Sensación de bloqueo u obstrucción en más del 25 % de las defecaciones. Maniobras manuales para facilitar las evacuaciones en más del 25 % de las defecaciones (evacuación digital o apoyo del piso pélvico) Menos de tres deposiciones a la semana. Heces sueltas rara vez están presentes sin el uso de laxantes.
  • 8. Gastroenterología en Adultos 8 En la evaluación de los pacientes con EC rara vez son necesarios exámenes de laboratorio. En pacientes sin síntomas de alarma, si cumplen los criterios para el diagnóstico, tendrían EC y un cuadro hemático completo sería suficiente(5) . Sin embargo, otros expertos, consideran conveniente un cuadro hemático completo, TSH basal, calcio sérico y glicemia basal(1) . Nosotros solo pedimos un cuadro hemático. La colonoscopía sólo está indicada si hay síntomas o signos de alarma tales como pérdida de peso, rectorragia, anemia, ante- cedente familiar de cáncer de colon o poliposis colónica, o cuando el EC aparece después de los 50 años(5) . La diferenciación entre EC primario y SII-E tradicionalmente se ha basado en la presen- cia del dolor que favorece el diagnóstico de SII-E, sin embargo, los pacientes con EC frecuentemen- te tienen dolor abdominal leve. Ambas entidades comparten mecanismos fisiopatológicos simila- res e incluso ambos son más frecuentes en muje- res y no hay evidencia de que sean diferentes(30) . El tránsito lento es más común en EC primario, la defecación disinérgica se encuentra en ambos, la coexistencia de dolor y bloating es más frecuente en SII. Lo que en realidad más justificaría el diag- nóstico de SII-E, sería la coexistencia de manifes- taciones extraintestinales, tales como dispepsia, migraña, alteraciones psicológicas, dispareunia y cistitis intersticial(12) . No obstante, desde el pun- to de vista terapéutico, la diferenciación tendría poca importancia, ya que ambos trastornos se manejan de manera similar(5, 31) . En pacientes con síntomas persistentes y tacto rec- tal normal, estarían indicadas las diferentes prue- bas fisiológicas que se describen a continuación. 3. LABORATORIOS 4. PRUEBAS FUNCIONALES DEL COLON Y DEL ANORRECTO. Estas pruebas en la práctica están indicadas cuando no hay mejoría con el tratamiento inicial, es decir, en casos de EC de difícil manejo (véase más adelante en la sección sobre tratamiento) y/o existe fuerte sospecha de defecación disinérgica(5, 24, 26) . Estas pruebas son complementarias y no ex- cluyentes. TEST DE EXPULSIÓN DE BALÓN Es una prueba sencilla de fácil ejecución en el consultorio, aunque también se utilizaría en los laboratorios de fisiología digestiva, después de la ejecución de la manometría anorrectal. Permite identificar si la capacidad de propulsión y expul- sión de la unidad anorrectal durante el pujo es normal(26) . Es útil para identificar los desórdenes defecatorios. La técnica consiste en insertar un balón de 4 cm de longitud en el recto, el cual se llena con 50 ml de agua tibia. Posteriormente se le pide al paciente que expulse el balón, estando sentado en la posición de defecación en un am- biente privado. Se considera que la prueba es nor- mal si se expulsa en 1-2 minutos más o menos(32, 33) . Su especificidad para defecación disinérgica es relativamente buena con 80-90 %, en contras- te con una sensibilidad de solo el 50 %(33,34) . Con base en ese rendimiento, es más confiable cuando es negativa, ya que tendría menos falsos negati- vos. Algunos expertos(33) recomiendan utilizar una sonda de Foley de 16 Fr, llenarla con 50 ml a temperatura ambiente e indicar al paciente que defeque en posición sentada. La prueba puede dar falsos positivos en pacientes con laxitud pél- vica, pacientes con rectoceles grandes, entero- celes, peritoneceles o sigmoidocele, por lo tanto, los resultados anormales requieren exámenes adicionales(35) . El test de expulsión del balón y
  • 9. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 9 la manometría anorrectal, que será discutida a continuación, son las pruebas fisiológicas inicial- mente recomendadas para los pacientes con EC refractarios a laxantes(13) . MANOMETRÍA ANORRECTAL Es un estudio fisiológico altamente disponible. Evalúa el tono del esfínter anal en reposo, el reflejo rectoanal y los cambios de presión anorectales en reposo y durante la defecación simulada de un ba- lón intrarrectal, así como también el tono del esfín- ter, los reflejos rectoanales y la contractilidad del esfínter anal(13) . Con estos datos, se obtiene infor- mación sobre la coordinación rectoanal(35) . A pesar de que es un examen con alta confiabilidad para identificar la disinergia defecatoria, tiene limita- ciones fundamentalmente por las variaciones en las diferentes metodologías utilizadas, por lo cual los expertos coinciden en que su ejecución debe hacerse con protocolos estandarizados(13, 26) . En condiciones normales, durante el pujo se produce un incremento de la presión rectal (>40 mmHg) con un descenso simultáneo de la presión del es- fínter anal (>20 %)(26) . Cuando hay defecación di- sinérgica, hay alteración o descoordinación de la respuesta voluntaria y, por lo tanto, puede ocurrir que haya un incremento de la presión rectal, una contracción paradójica, una falla del esfínter para relajarse durante el pujo, o una combinación de esas alteraciones(26) . Se han descrito cuatro patro- nes disinérgicos con base en las anomalías fisioló- gicas predominantes durante el pujo(36) . Los tipos I y III no hay adecuada relajación del esfínter anal, y los tipos II y IV se caracterizan por la falla en la propulsión durante el pujo. Este examen es reali- zado por expertos en laboratorios especializados de fisiología digestiva. TRÁNSITO COLÓNICO Este examen tiene el propósito de determinar la función motora del colon y existen varias técnicas o exámenes, tales como, gammagrafía de colon, la manometría de colon, la cápsula de motilidad inalámbrica y los marcadores radiopacos(37) . Es- tos últimos son la forma más sencilla, económica y ampliamente disponible. El método más usado con excelente relación costo-beneficio es el que utiliza 24 marcadores radiopacos dentro de una SITZMARK (Konsyl Pharmaceuticals, Inc.). El examen consiste en la ingestión de la cápsula, y al quinto día se realiza una radiografía simple de abdomen para determinar cuántos marcadores permanecen dentro del colon (técnica de Hinton) (38) . Normalmente, debe expulsarse el 80 % de los marcadores y, por lo tanto, debe haber menos de 5 marcadores(38) . La prueba es positiva si hay 5 o más marcadores, y dependiendo de su localiza- ción se puede estimar si hay tránsito lento o un patrón obstructivo, tal como se indica en la figura 2. El patrón obstructivo puede encontrase en pa- cientes con tránsito normal o tránsito lento. Figura 2. Tránsito colónico con marcadores radiopacos (método Hinton) El método de Hinton con los marcadores radio- pacos tiene excelente correlación con otros mé- todos más modernos y con mayor tecnología(5,12) . La otra técnica con marcadores radiopacos es la Metcalf(39) . A diferencia de la anterior (Hinton), con esta se ingiere la misma cápsula con sus 24 marcadores los días 1, 2 y 3. Se toman dos radio- grafías simples de abdomen una el día 4 y la otra el día 7. Si hay más de 68 marcadores, habrá trán- sito lento(39,40) . Esta última prueba permite hacer una evaluación de la motilidad colónica cuantita- tiva segmentaria y total. Defecografía. Este estudio examina la anatomía y la función de la función anorrectal y del piso
  • 10. Gastroenterología en Adultos 10 pélvico durante la defecación voluntaria(13) . Con este examen se pueden identificar anormalida- des anatómicas como enterocele, intususcepción interna, prolapsos uterovaginales y vesicales, prolapsos rectales o invaginación intestinal(26,35) . Permite el estudio dinámico de la defecación. Se realiza en centros especializados utilizando ra- diología (con bario) o con resonancia magnética (13,26) . Con rayos X se puede evaluar la pared rectal y el movimiento del piso pélvico en posición sen- tada(13) . Sin embargo, se prefiere el estudio con re- sonancia por su mayor exactitud y reproducibili- dad(26) , aunque tiene la limitación del alto costo y, por ser los equipos cerrados, solo permiten hacer el examen en posición supina(26) o semi recum- bente, la cual no es la forma como usualmente se hace una deposición normal(13) . En la práctica clínica, este examen estaría indicado cuando no hay concordancia entre los resultados de la ma- nometría anorrectal y la impresión clínica del médico o cuando hay sospecha de anormalidades anatómicas(26) . Así, con estos exámenes se puede determinar si el paciente con EC tiene alteración en la apertura anal, alteración en la relajación del puborectalis, descenso del periné o anormalida- des anatómicas descritas previamente. MANOMETRÍA COLÓNICA Es un examen que no está ampliamente dispo- nible en América Latina y solo se realiza en muy pocos centros especializados en Europa y Norte- américa. Está indicado en pacientes con EC seve- ro con tránsito lento(13) y permite distinguir si la causa del mismo es una neuropatía o una miopa- tía, permitiendo un mejor enfoque terapéutico(13) e incluyendo colectomía total en casos de estreñi- miento crónico refractario con tránsito lento(28) . Este tipo de estreñimiento, hace parte de los des- órdenes defecatorios, caracterizado por contrac- ción paradójica o relajación inadecuada de los músculos del piso pélvico durante la defecación y/o inadecuada fuerza propulsiva durante el in- tento de la defecación(41) . Clínicamente se caracte- riza por: esfuerzo excesivo, sensación de evacua- ción incompleta y extracción digital de las heces (ídem.). Sin embargo, la desimpactación digital y el dolor no permiten establecer el diagnóstico por sí solos, por lo que son necesarios estudios fi- siológicos(41) . Los criterios para el diagnóstico de esta entidad(41) , se muestran en la tabla 4. 5. DESÓRDENES FUNCIONALES DE LA DEFECACIÓN Tabla 4. Criterios diagnósticos para los desórdenes defecatorios 1. El paciente debe satisfacer los criterios para estreñimiento crónico y/o síndrome de intestino irritable tipo estreñimiento. 2. Durante los intentos repetidos para defecar debe haber características de evacuación alterada, demostrada por dos de las siguientes pruebas. a. Test de expulsión del balón anormal. b. Patrón de evacuación anorrectal anormal con manometría anorrectal o electromiografía (EMG) anal de superficie. c. Alteración de la evacuación por imágenes. Subcategorías F3a y F3b se identifican entre los pacientes que satisfacen los criterios de defecación disinérgica F3a. Criterios diagnósticos para inadecuada propulsión defecatoria Inadecuada fuerza propulsiva medida con manometría con o sin inapropiada contracción del esfínter anal y/o músculos del piso pélvico.
  • 11. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 11 F3b. Criterios diagnósticos para defecación disinérgica Los criterios son definidos de acuerdo a la edad, sexo y adecuados valores normales de la técnica apropiada. Los criterios para el diagnóstico de SII-E, se muestran en la tabla 5. Tabla 5. Criterios de Roma IV para el diagnóstico de SII (12) Dolor abdominal recurrente, por lo menos un día a la semana, en los últimos tres meses, asociado con dos o más de los siguientes criterios. 1. Relacionado con la defecación. 2. Asociado con un cambio en la frecuencia de las deposiciones. 3. Asociado con un cambio en la forma (apariencia) de las heces (Bristol) Los criterios deben cumplirse por lo menos tres meses y con síntomas por lo menos desde seis meses antes del diagnóstico. De acuerdo a los “criterios para el diagnóstico” y la percepción del paciente, sobre la morfología de las heces, con base en la escala de Bristol (Fig. 2), el SII se clasifica en cuatro grupos dependiendo del síntoma predominante(12) : SII con diarrea, SII con estreñimiento, SII alterante o “mixto y SII inclasificable. En la tabla 6, se muestran los crite- rios para los diferentes tipos de SII. Tabla 6. Subtipos de SII según el síntoma predominante. SII con diarrea: Más del 25 % de las deposiciones las heces tienen morfología Bristol 6 o 7. Menos del 25% de las deposiciones son Bristol 1 o 2. Los pacientes manifiestan que usualmente sus deposiciones son diarreicas, Bristol 6 o 7. SII con estreñimiento: Más del 25 % de las deposiciones son Bristol 1 o 2. Menos del 25 % de las deposiciones son Bristol 6 o 7. Los pacientes manifiestan que usualmente tienen estreñimiento con deposiciones 1 o 2. SII Mixto (“Alternante”): Más del 25 % de las deposiciones, son Bristol 1 o 2. Más del 25 % de las deposiciones, son Bristol 6 o 7. Los pacientes refieren que tienen estreñimiento y otras veces, tienen diarrea. SII inclasificable: Tienen criterios para SII, pero sus hábitos evacuatorios, no pueden ser categorizados con exactitud en nin- guno de los tres grupos previos. Para propósitos de investigación, la clasificación de las heces se hace diariamente durante al menos dos semanas utilizando la regla del 25% (se necesita uno diario). Para poder clasificar los diferentes subtipos de SII, es imprescindible que los pacientes no estén tomando medica- mentos para estreñimiento o diarrea. Inadecuada contracción de la musculatura del piso pélvico medida con EMG anal o manometría con adecuada fuerza propulsiva durante los in- tentos de defecación. Los criterios deben ser cumplidos por al menos tres meses, con comienzo de los mismos al menos seis meses antes.
  • 12. Gastroenterología en Adultos 12 6. TRATAMIENTO los cuales hacen parte de la terapia farmacológica del EC y se describen a continuación. TERAPIA FARMACOLÓGICA DEL EC Laxantes Estos medicamentos son eficaces, no costosos y se pueden adquirir sin fórmula médica; incluyen los laxantes osmóticos y los laxantes estimulantes. Laxantes osmóticos Dentro de esta categoría está el polietilenglicol (PEG), la lactulosa, el sorbitol, el glicerol y las sales de magnesio(13,16) . Básicamente producen un gradiente osmótico, que induce la secreción de líquidos y electrolitos al lumen colónico, lo cual aumenta el volumen fecal y el peristaltismo(13) . El medicamento líder y sobre el que se ha centrado mayor interés es el PEG, que tiene mayor efica- cia que el placebo para mejorar la sintomatología del EC, incluyendo el esfuerzo, así como también la consistencia de las heces, el acortamiento del tránsito colónico y deposiciones más frecuen- tes(13,46-48) . También ha demostrado que es supe- rior a la lactulosa(49) . La dosis es 17-34 g al día (1-2 sobres de 17 g). El PEG no es metabolizado y mí- nimamente absorbido en el intestino(50) . Con y sin electrolitos es superior a un placebo(51) . El PEG con electrolitos solo debe usarse para preparar el colon para la colonoscopia, con cuatro dosis de 70-110 g, en dosis divididas(52) . Ha sido utilizado en todas las edades, desde niños menores de dos años(50) , hasta adultos mayores. Comparado con la lactulosa, el PEG fue más eficaz tanto en adultos como en niños, para mayor número de deposicio- nes semanales, mejoría en la forma de las depo- siciones y menor necesidad de productos adicio- nales(49) . El grado de recomendación para PEG es “fuerte a favor” y la calidad de la evidencia “alta” (alta significa que “es improbable, que nuevos es- Los objetivos del tratamiento son mejorar el es- fuerzo, sensación de evacuación incompleta y de- más sensaciones subjetivas que alteran la calidad de vida de los pacientes incluyendo el dolor y el bloating en los pacientes con SII(5) . Por lo tanto, el objetivo no es solamente lograr “deposiciones diarias”. Con base en la historia clínica se defini- rán las metas del tratamiento y la estrategia te- niendo en cuenta si hay causas secundarias o no del EC. Aunque tradicionalmente se ha considerado que, en el EC primario la terapia inicial incluye “mo- dificaciones del estilo de vida” aumentando la “fibra en la dieta” y la “ingesta de líquidos”, así como también, “mayor actividad física”, hasta el momento no hay evidencia de suficiente calidad, que respalde tales recomendaciones(1, 13, 24) . En un metaanálisis se encontró que la fibra puede au- mentar la frecuencia de las heces, pero no la con- sistencia, la necesidad de laxantes o el dolor(42) . En otro similar, la fibra tuvo “eficacia moderada” en EC, pero también hubo efectos adversos como flatulencia y globalmente los resultados no son fiables porque los estudios incluidos tenían alto riesgo de sesgos(43) . Es posible que el aumento de la fibra tenga algún leve beneficio en EC (13,16) . La fibra insoluble como el salvado de trigo o el pan de centeno no son eficaces y pueden tener efectos adversos como dolor, flatulencia y disten- sión, y más aún en pacientes con EC y SII(1,13) . La fibra soluble y los agentes formadores de volu- men como el Psyllium y la ispagula, pueden me- jorar el esfuerzo, la consistencia de las heces, el dolor y el número de deposiciones semanales(44) . La mejoría lograda pudiera ser secundaria a la estimulación de la mucosa para secretar agua y moco, con lo cual se mejora la consistencia de las heces, al lograr mayor contenido de agua(24) . De acuerdo al sistema GRADE, la recomendación de la fibra soluble es, fuerte a favor, (“los beneficios superan los riesgos”) y la calidad de la evidencia “baja” (“es probable que nuevos estudios cambien este concepto”)(45) . No todos los pacientes logran mejoría con la fibra soluble y si en 4 semanas no hay mejoría, sería necesario utilizar laxantes(13) ,
  • 13. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 13 tudios cambien la recomendación” y para la lac- tulosa la recomendación es “fuerte a favor” y la calidad de la evidencia es “baja” (baja significa que “es probable que nuevos estudios cambien el concepto sobre su recomendación”)(49) . El PEG ha sido utilizado hasta por 24 meses demostran- do eficacia y un excelente perfil de seguridad(50) . El PEG tiene eficacia similar al prucalopride, un procinético agonista 5HT4(53) , el cual será dis- cutido más adelante. También ha demostrado utilidad en EC asociado con opioides similar a naloxegol, un PAMORA indicado en ese tipo de estreñimiento(54) . Hay algunos estudios con PEG para SII-E, los cuales han mostrado mejoría de la consistencia de las heces, del esfuerzo defecato- rio y mayor frecuencia de las heces(55,56) . En la guía clínica sobre el manejo de SII del Colegio Ame- ricano de Gastroenterología hay una “débil reco- mendación en contra”(57) , consideramos que, por su bajo costo, buen perfil de seguridad, podría ser utilizado en esos pacientes hasta tanto aparezca más información. En SII-E las sales de magne- sio y otras sales mejoran la frecuencia y la con- sistencia de las deposiciones, pero la evidencia es limitada(49) . Las sales de magnesio están con- traindicadas en pacientes con insuficiencia renal avanzada por el riesgo de hipomagnesemia(13) . El fosfato de sodio puede inducir hiperfosfatemia, hipocalcemia e hipocalemia(26) . Tomados en con- junto, los datos anteriormente expuestos, permi- ten concluir que el PEG es el laxante osmótico de elección y el laxante de primera línea cuando la fibra soluble y otras “medidas generales”. Por su eficacia y perfil de seguridad, debería ser el com- parador de los actuales y nuevos medicamentos de tercera línea utilizados en EC. Laxantes estimulantes En este grupo se incluyen los derivados de la antraquinona (sen, aloe, cáscara sagrada), los cuales son de venta libre(13,24) , así como los deri- vados de difenilmetano (bisacodilo y picosulfa- to de sodio)(4,13,24) . El bisacodilo y el picosulfato son pro-drogas, que por acción de deacetilasas de la mucosa y la microbiota, son convertidas al mismo metabolito activo bis (p-hidroxifenil)- piridil- 2 metano o BHPM(4) . El BHPM tiene efecto antiabortivo-secretorio y un efecto pro- cinético directo(58,59) . El bisacodilo es activado por deacetilasas endó- genas de la mucosa del intestino delgado y del colon, y el picosulfato, por desulfatasas de la mi- croflora colónica(60,61) . Ambos medicamentos en dosis de 10 mg al día, son superiores a placebo(4) . En un ensayo clínico controlado con placebo, de 4 semanas, el picosulfato de sodio mejoró los síntomas, la función intestinal y la calidad de vida comparado con placebo(62) . Sin embargo, un estudio reciente encontró que el bisacodilo y el picosulfato de sodio pierden la eficacia des- pués de 4 semanas(63) . Algunos expertos los re- comiendan cuando hay fracaso con los laxantes estimulantes(24) . Probablemente, su indicación sería usarlos como rescate en los pacientes que no tienen evacuaciones después de 2 a 3 días(62) o combinarlos con laxantes de otra clase para tratar los casos más difíciles(26) . Como efectos colaterales, se han descrito dolor abdominal y diarrea(4) . Los derivados de antraquinonas, inducen apopto- sis de las células epiteliales del colon y, al pare- cer, esto puede aumentar la motilidad y también altera la absorción y la secreción(64) . Con su uso prolongado puede producir pseudomelanosis coli, figura 3. Figura 3. Pseudomelanosis coli Fuente: Archivo personal Wotero, Bogotá, Colombia
  • 14. Gastroenterología en Adultos 14 La Pseudomelanosis es una pigmentación oscura de la mucosa colorrectal, debida a la fagocitosis de los cuerpos apopticos de la mucosa colóni- ca(64) . Esos macrófagos migran a la lámina propia, en la cual sufren degradación intralisosomal y se forma lipofucsina que finalmente produce la coloración oscura de la mucosa, la cual persiste al no poder ser degradada(64) . Al suspender estas sustancias, la mucosa se recupera después de seis meses a un año, dependiendo de la severidad. Ha existido la duda sobre un mayor riesgo de cáncer de colon por esa alteración, sin embargo, no se ha demostrado(64) . Existe la posibilidad de que, con el oscurecimiento, hay mayor contraste y los tu- mores y los pólipos pueden verse mejor(64) , figura 4. Figura 4. Pseudomelanosis coli y pólipos en colon ascendente Fuente: Archivo personal Wotero, Bogotá, Colombia También existe la incertidumbre de si ese tipo de laxantes podría lesionar el plexo mientérico, aunque faltan estudios. Algunos informes han do- cumentado que el aloe vera y el sen pueden ser hepatotóxicos(65) . El bisacodilo y la glicerina están disponibles como supositorios, los cuales poder ser utilizados preferencialmente 30 minutos después del desa- yuno, para aprovechar el reflejo gastrocólico y así aumentar la eficacia(26) (39) . Agentes prosecretores (secretagogos) Son un grupo de medicamentos que estimulan la secreción de iones y agua hacia el lumen intes- tinal y probablemente también aumentan el pe- ristaltismo intestinal, facilitando la evacuación. Los representantes de esta clase de medicamen- tos actualmente disponibles son el linaclotide el plecantide y el lubiprostone, todos aprobados por la FDA y la EMA para el tratamiento del EC pri- mario y el SII-E(4) . Recientemente, también fue aprobado por la FDA el tenapanor para el trata- miento de SII-E(4) . Estos medicamentos actúan en receptores específicos de la superficie luminal (apical) de los enterocitos, aumentando la se- creción de cloruro y, de manera compensadora, la secreción de sodio de agua, para mantener la neutralidad eléctrica y la osmolalidad, respec- tivamente(4) . El lubiprostone es un ácido graso bicíclico, derivado de la prostaglandina E1 y ac- tiva los canales de cloro tipo 2(4) . El linaclotide y el plecanatide son agonistas del receptor de la guanilil ciclasa C (GC-C) (presente en la mucosa duodenal y en el recto), y convierte el trifosfato de guanosina en monofosfato guanosina cíclico (GMPc), y por activación simultánea del regula- dor de la conductancia transmembrana de la fi- brosis quística (RTFQ), se produce secreción de cloruro y bicarbonato en la luz intestinal(66) . Estos efectos se traducen en mayor secreción de líqui- do intraluminal y aumento del tránsito intestinal. Se ha encontrado que la activación de la GC-C participa en el mantenimiento de la integridad de la barrera mucosa, disminuye o previene la infla- mación, con lo cual mejora el dolor; este efecto podría explicar el dolor de los pacientes con EC y
  • 15. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 15 SII-E(67) . El receptor de la GC-C puede ser activa- do por enterotoxinas bacterianas que producen diarrea (67) , efecto que finalmente participa en la eficacia de estos medicamentos. Ese receptor de la GC-C también puede ser activado por la guani- lina y la uroguanilina(13) . El linaclotide es análogo a las enterotoxinas termostables bacterianas, y el plecanatide, a la uroguanilina(13) . El lubiprostone es un ácido bicíclico, análogo de la prostaglandina E1, actúa localmente como ago- nista y, por tanto, como activador de los canales de cloruro tipo 2(16, 68) . PROCINÉTICOS AGONISTAS DE RECEPTORES DE SEROTONINA (5-HIDROXITRIPTAMINA) El medicamento representante de esta nueva clase es el prucalopride, un agonista específico y selectivo del receptor 5HT4, presente en todo el tracto gastrointestinal incluyendo el colon(69,70) . Por su exclusiva selectividad con el receptor 5HT4 y sin interacción con ningún otro receptor de la serotonina, es un medicamento muy segu- ro, sin los efectos adversos de sus antecesores, los cuales, además de su agonismo 5HT4, también actuaban en otros receptores de la serotonina(70) . La serotonina es un neurotransmisor gastroin- testinal, que produce contracciones del músculo liso y aumenta la motilidad(71) . La interacción con el receptor 5HT4 induce la liberación de acetil- colina, que es un neurotransmisor que aumenta el peristaltismo y la secreción de mucosa(71) . La vida media del prucalopride es de 24 a 40 horas, no tiene potencial arritmogénico, como el cisa- pride, que fue retirado por sus efectos cadíacos, como prolongación del QT, torsión de puntos, y paro cardíaco, relacionados con la inactivación de los canales de potasio del gene hERG(1) . El prucalopride tampoco tiene interacción con los medicamentos que se metabolizan en el citocro- mo P450(72) . La dosis es 2-4 mg una vez al día(72) . Comparado con placebo, aumenta la frecuencia de las evacuaciones, reduce la consistencia de las heces y el esfuerzo, y mejora la calidad de vida(72) . Ha sido recomendado para los pacientes con es- treñimiento severo que no responden a laxan- tes(1) . Tiene aprobación para EC por las principa- les agencias reguladoras de medicamentos (EMA y FDA), sin embrago todavía no la tiene para SII- E, porque faltan estudios(12, 70) . Las dosis y efectos adversos de los secretagogos y procinéticos, se muestran en la tabla 7. Tabla 7. Medicamentos usados para el tratamiento del estreñimiento crónico y el síndrome de intestino irritable con estreñimiento Agentes formadores de masa: Psyllium, diario EC: Dosis variable SII-E: Dosis variable Iniciar con dosis bajas e incrementar gradualmente Polietilen glicol, diario EC: 17 g SII-E: ND Mayor evidencia en EC que en SII-E. Mejora las evacuaciones, pero no el dolor abdominal en SII. Lactulosa, diario 20 gr Puede producir distensión y gases. Bisacodyl, diario EC: 10 g SII-E: ND Disponible en supositorios. Preferiblemente usar después del desa- yuno. Senna, diario 17,2-34,4 mg Laxante con antraquinona de amplio uso. Prucalopride, diario EC: 2 mg SII-E: ND Recientemente aprobado por la FDA. Linaclotide, diario EC: 72 o 145 mg SII-E: 290 mg Mejora el dolor abdominal, la distensión y el gas en pacientes con SII-E. Lubiprostone, dos veces al día EC: 24 mg SII-E: 8 mg Mejora el malestar abdominal, los síntomas de gas. Útil en estreñi- miento severo inducido por opioides. Plecanatide, diario EC: 3 o 6 mg SII-E: 3 o 6 mg Igual que el linaclotide. EC= estreñimiento crónico, SII= síndrome de intestino irritable, SII-E síndrome de intestino irritable con estreñimiento pre- dominante.
  • 16. Gastroenterología en Adultos 16 7. TRATAMIENTO DE LA DEFECACIÓN DISINÉRGICA El tratamiento de este tipo de estreñimiento es fundamentalmente con terapias de reentrena- miento neuromuscular o biofeedback, con las cuales se persigue corregir el comportamiento disinérgico con técnicas de terapia física basadas en el condicionamiento con la ayuda de instru- mentos especiales para restaurar el patrón defe- catorio y mejorar la sensibilidad rectal(73) . Entre los instrumentos utilizados están los catéteres de manometría, la electromiografía y el balón rectal, que representan en forma gráfica o auditiva los datos para identificar y mejorar el desempeño de los pacientes durante las sesiones de terapia(26) . Los equipos pueden ser usados en el consultorio o en casa, y los ejercicios de defecación simula- da se realizan con el balón rectal guiados por las gráficas manométricas(26,50) . Se requieren de 4 a 6 sesiones(26) . Otros tratamientos para esta patolo- gía incluyen la miomectomía anorrectal, toxina botulínica(26) . El abordaje terapéutico de los pa- cientes con EC se muestra en la figura 5. Figura 5. Abordaje terapéutico en el estreñimiento crónico Basado y modificado de referencia Camilleri M et al. Referencia 24
  • 17. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 17 TRATAMIENTO DEL ESTREÑIMIENTO INDUCIDO POR OPIOIDES Los medicamentos utilizados para este tipo es- pecial de EC son fundamentalmente los antago- nistas periféricos de los receptores µ o PAMO- RAs, aunque también se ha encontrado eficacia con linaclotide, lubiprostone y prucalopride(74) . La Asociación Americana de Gastroenterología, solo recomienda los PAMORA(22) . Un recien- te ensayo clínico(52) encontró que el PEG con electrolitos (PEG3350) tuvo eficacia similar al naloxegol , un PAMORA, 47,9 % vs. 50,8 % con naloxegol. Los medicamentos utilizados para el estreñimiento inducido por opioides se mues- tran en la tabla 8(23) . Tabla 8. Medicamentos utilizados en estreñimiento inducido por opioides Medicamento Dosis Clase Ensayos clínicos Efectos adversos Bromuro Metilnal- trexona 12 mg subcutáneos cada día Oral 450 mg Antagonista periférico receptor µ Aprobados FDA sub- cutáneo y oral Dolor abdominal, náu- seas, diarrea Naloxegol 25 mg día oral Antagonista periférico receptor µ Aprobado FDA Dolor abdominal, náu- seas, diarrea Naldemedine 0,2 mg vía oral Antagonista periférico receptor µ Aprobado FDA Dolor abdominal náu- seas, diarrea Lubiprostone 24 μg 2 veces al día Agonista canales de cloruro tipo 2 Aprobado por FDA Náuseas, diarrea, dolor abdominal Linaclotide 145 a 290 μg oral 1 vez al día Agonista Guanilato Ciclasa Aprobado FDA Diarrea Prucalopride 2 mg vía oral una dosis Agonista 5HT4 Fase II Dolor abdominal, náu- seas PEG 3350 17 g disuelto en 4-8 ml de líquido Laxante osmótico Faltan estudios Tomado y modificado de referencia 23. MITOS Y FALACIAS EN ESTREÑIMIENTO Existen muchos mitos y falacias alrededor del estreñimiento, tabla 9(30, 75) . Tabla 9. Mitos y falacias en estreñimiento crónico Mito Comentarios Produce intoxicación y halitosis. No existe ninguna relación. Se debe al consumo de poca agua. Es incorrecto pensar que la ingestión de grandes cantidades de agua, “lle- garán” al colon y “disolverán” las heces duras. El agua ingerida, es absorbida en el intestino delgado y no alcanza el colon. Una alta ingesta puede incluso producir hiponatremia, con sus graves consecuencias. El contenido apro- ximado de agua en las heces normales es 74 %; en las heces duras, 72 %, y en las heces blandas, 76 %. Se debe a poca fibra en la dieta. El dolicocolon (colon largo y no dilatado), cau- sa estreñimiento y debe ser operado. En el pasado, este error indujo muchas cirugías innecesarias, con riesgo y eventos adversos, injustificables. Produce cáncer, igual que los laxantes. Per se el estreñimiento no produce cáncer; la relación es al contrario. Una persona con cáncer de colon izquierdo puede presentar estreñimiento de reciente aparición. Los laxantes estimulantes pueden lesionar el plexo mientérico.
  • 18. Gastroenterología en Adultos 18 Mito Comentarios La inactividad física predispone al estreñimien- to; en el ejercicio puede aliviarlo. No hay evidencia al respecto. Si el ejercicio aumentara el peristaltismo, no sería posible practicar deportes. Los laxantes producen adicción. No hay ninguna evidencia al respecto. La causa principal es la disminución de los mo- vimientos del colon. La mayor parte de los pacientes con estreñimiento tiene tránsito colónico normal. La colonoscopia es necesaria para la evaluación de los pacientes con estreñimiento. La Asociación Americana de Endoscopia Gastrointestinal (ASGE) con- sidera que no hay indicación para realizar colonoscopias en pacientes con estreñimiento. Estaría indicada si hay sangrado, pérdida de peso, anemia, u otros síntomas de enfermedad inflamatoria intestinal. El objetivo fundamental del tratamiento es que las deposiciones sean diarias. Una de los objetivos que la FDA exora es que los medicamentos para el manejo del estreñimiento induzcan un movimiento intestinal espontáneo completo en la semana y se logren tres evacuaciones semanales. Otras molestias incomodan a los pacientes y desean que les sean aliviadas, tales como sensación de distensión o hinchazón abdominal (bloating), disten- sión abdominal real, heces duras como terrones y también el esfuerzo al defecar.
  • 19. Estreñimiento crónico: epidemiología, diagnóstico y tratamiento en 2022 19 1. Serra J, Pohl D, Azpiroz F, Chiarioni G, Du- crotté P, Gourcerol G, Hungin APS, Layer P, Mendive JM, Pfeifer J, Rogler G, Scott SM, Simrén M, Whorwell P; European so- ciety of neurogastroenterology and motili- ty guidelines on functional constipation in adults. Functional Constipation Guidelines Working Group. Neurogastroenterol Motil. 2020;32(2): e13762 2. Palsson OS, Whitehead WE, van Tilburg MA, et al. Rome IV diagnostic questionnaires and tables for investigators and clinicians. Gas- troenterology. 2016;150(6):1481–1491. 3. Forootan M, Bagheri N, Darvishi M. Chronic constipation: a review of literature. Medici- ne. 2018;97(20): e10631. 4. Bharucha AE, Wald A. Chronic Constipa- tion. Mayo Clin Proc. 2019;94(11):2340-2357. 5. Bharucha AE, Lacy BE. Mechanisms, Eva- luation, and Management of Chronic Consti- pation. Gastroenterology. 2020;158(5):1232- 1249. 6. Belsey J, Greenfield S, Candy D, Geraint M Systematic review: impact of constipation on quality of life in adults and children. Aliment Pharmacol Ther. 2010;31(9):938-49. 7. Sbahi, H.; Cash, B.D. Chronic Constipation: A Review of Current Literature. Curr. Gas- troenterol. Rep. 2015; 17:47. 8. Daniali, M.; Nikfar, S.; Abdollahi, M. An overview of interventions for constipation in adults. Expert Rev. Gastroenterol. Hepatol. 2020;14: 721–732. 9. Włodarczyk J, Wasniewska A, Fichna J, Dzi- ki A, Dziki Ł, Włodarczyk M. Current Over- view on Clinical Management of Chronic Constipation. J Clin Med. 2021;10(8):1738. 10. Candelli M, Nista EC, Zocco MA, Gasba- rrino A. Idiopathic chronic constipation: pathophysiology,diagnosis and treatment. Hepatogastroenterology. 2001;48(40):1050- 7. 11. American Gastroenterological Association Technical Review on Constipation Gastroen- terology 2013; 144:218 –238 12. Lacy BE, Mearin F, Chang L, Chey W, Lem- bo AJ. Simren M, Spiller R. Bowel Disorders. Gastroenterology 2016; 150:1393-1407. 13. Sharma A, Rao SSC, Kearns K, Orleck KD, Waldman SA Review article: diagnosis, ma- nagement and patient perspectives of the spectrum of constipation disorders. Aliment Pharmacol Ther. 2021;53(12):1250-1267. 14. Vriesman MH, Koppen IJN, Camilleri M, Lorenzo CD, Benninga MA. Manage- ment of functional constipation in children and adults Nat Rev Gastroenterol Hepatol 2020;17(1):21-39. 15. Allen L, Williams J, Townsend N, et al. So- cioeconomic status and non communicable disease behavioural risk factors in low-in- come and lower-middle-income countries: a systematic review. Lancet Global Health. 2017;5:e277-e289. 16. Serra J, Mascort-Roca J, Castillejo M, et al. Clinical practice guidelines for the manage- ment of constipation in adults. Part 1: defini- tion, aetiology and clinical manifestations. Gastroenterol Hepatol. 2017; 40:132-141. REFERENCIAS
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