El documento describe el programa TiNi del Ministerio de Educación de Ecuador, el cual promueve la educación ambiental a través de la creación de jardines en escuelas. Más de 10,000 jardines TiNi se han establecido en unidades educativas públicas y privadas en todo el país. El objetivo es enseñar a los estudiantes a cuidar el medio ambiente de manera práctica a través de actividades en los jardines, fomentando así ciudadanos responsables con el ambiente.
2. TiNi Tierra de niñas
niños y jóvenes para el
buen vivir
El Ministerio de Educación del Ecuador impulsa, desde septiembre de 2017, el
programa de educación ambiental “TiNi - Tierra de Todos”. Esta metodología
de educación ambiental pone a estudiantes y docentes en contacto directo con
la naturaleza. El objetivo de TiNi es impartir educación ambiental desde la
fuente: la naturaleza. ¡Solo metiendo la mano en la tierra, un niño puede
sentirse parte del planeta!
Los jardines TiNi son espacios verdes otorgados a niñas, niños y jóvenes, donde
por voluntad propia forman la vida y la biodiversidad con amor. Hemos visto
escuelas y colegios con TiNi tan grandes que se miden en hectáreas y otros tan
pequeños que apenas llenan una pared, sin usar un centímetro del suelo. Esos
jardines son un símbolo de lo creativos que somos las ecuatorianas y los
ecuatorianos, más las ecuatorianas porque siete de cada 10 docentes son
mujeres.
Hasta el momento hemos inaugurado más de 10 mil TiNi, en igual número de
unidades educativas públicas y privadas. En el Ecuador hay 15.380 unidades
educativas con todo tipo de sostenimiento (particular, fiscal, fisco-misional y
municipal).
A pesar de ser un proceso nuevo en Ecuador, Galápagos, uno de nuestros
referentes en temas de cuidado de la naturaleza, se ha declarado territorio TiNi
en 2018. Ahí se implementó la metodología en todas las unidades educativas,
involucrando a 7.605 estudiantes y a 440 docentes.
De igual forma, en el cantón Mera, ubicado en la provincia amazónica de
Pastaza, se inauguró el TiNi más grande del país. En 2,5 hectáreas de bosque
tropical, los alumnos aprenden sobre la simbiosis entre especies vegetales y
animales, y desarrollan capacidades para cuidar las fuentes de agua.
3. TiNi es un éxito en la educación por tres razones:
1) Su instalación no es obligatoria. De manera que no hay TiNis
construidos al apuro ni abandonados luego. Solo hay TiNis de buena
voluntad y casi siempre hechos con amor.
2) Su metodología es efectiva. El educador peruano Joaquín Leguía la
probó y la perfeccionó; “consiste en un área que entregan a niños,
niñas y jóvenes, que puede ser desde medio metro de suelo hasta una
maceta con tres plantas. Puede ser un bosque, en cualquier área de
diferentes ecosistemas, donde ellos desarrollen acciones que cuiden la
vida y la biodiversidad, que los beneficien a ellos mismos, a la
biodiversidad y a la naturaleza”. Además, tiene el aval de la Unesco
por cumplir con los objetivos y prioridades establecidas por el Decenio
de Naciones Unidas de la Educación para el Desarrollo Sostenible.
3) Aparte de su efectividad comprobada en números, es una estrategia
que enamora a niñas y niños. Es un proyecto que enseña solidaridad,
no competencia. Por eso todos quieren participar.
4. TiNi, tierra de todos, ayuda a formar ciudadanos afectivos, emprendedores y responsables con el
ambiente. Quien ama y cuida la naturaleza, mañana hará lo mismo con su familia. Quien sea
responsable con su jardín lo será también con su familia y con su país. Quien tenga iniciativa y sepa
cuidar el medio ambiente, en el futuro no tendrá problemas en ser emprendedor en su propia vida y
en la vida de la sociedad.
Es muy importante dejar que las generaciones futuras desarrollen iniciativas propias, permitirles
sentir, emocionarse, participar en estas actividades, para que después podamos tener en todos estos
niños, niñas y adolescentes, agentes responsables del cambio social.
Al tener una participación protagónica y literalmente orgánica, nuestros niños, niñas y adolescentes
asumirán una nueva forma de empoderamiento, en la que tomarán conciencia de sí mismos como
agentes de cambio en sus comunidades.
Uno de nuestros objetivos es dejar de ver a los niños como islas. Cuando empiezan a cambiar niñas y
niños, sus padres y madres, maestros o líderes de la comunidad o de su entorno ven los cambios, y
todos tienen que volver a definir sus actitudes.
La transformación también se produce en los profesionales de las organizaciones que facilitan los
procesos de participación. Es un aprendizaje mutuo que tiene como fin cambios reales en la
comunidad. Los niños y las niñas logran una incidencia política y su entorno cambia de formas
concretas. Se convierten en agentes de cambio social en busca de lugares más amigables.
Que vuelvan a florecer los espacios educativos depende de nosotros. No permitamos que se hunda el
planeta. Somos ciudadanas y ciudadanos de la Tierra, aprendamos a amar a la naturaleza y a cuidarla.
La educación ambiental es un compromiso planetario que está de acuerdo con la Constitución del
Ecuador, dictada en Montecristi en 2008, que es la primera del mundo que ha concedido derechos a
la naturaleza. No es un estudio neutral ni la disección de un animal muerto. La educación ambiental
es un estudio emocionalmente vivo y un compromiso con la conciencia cósmica. ¡Viva la Tierra!
¡Por una educación comprometida con el planeta!
(1) Ministro de Educación del Ecuador, Viceministra de Gestión Educativa, y asesor del Ministerio de
Educación, respectivamente.
(2) Teitelbaum, A. (1978). “El papel de la educación ambiental en América Latina”. UNESCO, París.