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Educación patrimonial: formar sujetos a través del patrimonio
1. La educación patrimonial:
EDUCAR CON Y PARA EL PATRIMONIO
Segunda parte
Valentina Cantón Arjona*
y espiritual. La educación no es una propiedad
individual, sino que pertenece, por esencia, a la
comunidad. El carácter de la comunidad se im-prime
en sus miembros individuales y es, en
el hombre, en una medida muy superior que
en los animales, fuente de toda acción y de toda
3
conducta.
La educación, señala Bertrand Russell:
Es la tarea de dar un sentido, un valor de las co-sas
que no sea el de la dominación, contribuir a
formar ciudadanos maduros de una comunidad
libre y hacer que los hombres, mediante la com-binación
de la ciudadanía con la libertad indivi-dual,
sean capaces de dar a la vida humana ese
4
esplendor que pueden alcanzar.
3 W. W. Jaeger, Paidea: los ideales de la cultura griega, p. 3.
4 Bertrand Russell, Power: A new social analysis, p. 305.
educación
PATRIMONIAL
En la primera parte de este texto1, se expuso el devenir de la idea de patrimonio cultural y su
articulación con las concepciones liberales de nación, educación y cosa pública; así como las consecuen-cias
de esta articulación en la construcción de una historia unitaria, idealizada y generadora de una falsa
idea de continuidad cultural que, desde la escuela, puso la enseñanza de los bienes culturales del país, pri-mero,
al servicio del discurso del poder político y el oficialismo y, después, al servicio del mercado. En esta
segunda parte, se establecen catorce consideraciones básicas para pensar la educación patrimonial. Estas
consideraciones trazan las rutas de nuestra reflexión respecto al desarrollo de la conciencia patrimonial y
su objetivación en las capacidades patrimoniales de los sujetos en formación, y nos conducen a plantear
la educación patrimonial como una tarea transdisciplinaria.
Hacia la constitución de la conciencia
patrimonial y su objetivación en capacidades
y/o competencias2 patrimoniales
Werner Jaeger define la educación como:
El principio mediante el cual la comunidad hu-mana
conserva y trasmite su peculiaridad física
* Docente investigadora titular de tiempo completo de la Uni-versidad
Pedagógica Nacional, Unidad Ajusco, y profesora
de asignatura del Colegio de Pedagogía de la Facultad de Fi-losofía
y Letras de la UNAM. Responsable del proyecto “El
derecho a la memoria: la educación patrimonial” en la UPN.
1 Véase: Correo del Maestro, número 206, año 18, julio 2013,
pp. 42-51.
2 Nos referimos aquí a competencias cognitivas complejas, es
decir, a saber integrar, movilizar y transferir un conjunto de
recursos (conocimientos, saberes, actitudes, razonamientos,
etc.) en un contexto específico con la finalidad de hacer frente
a situaciones nuevas o solucionar situaciones problemáticas.
Para una revisión de las definiciones de competencias veáse:
Adelaida Méndez Villegas, “Terminología pedagógica específica
al enfoque por competencias: el concepto de competencia”.
CORREO del MAESTRO núm. 207 agosto 2013 45
4. Educación PATRIMONIAL
conocimiento de la diversidad y la toleran-cia,
y que dichos valores, propios del nuevo
acercamiento al patrimonio cultural, pueden
contribuir a los fines de la democracia. Y lo
que es más importante para nosotros, la de-claración
establece finalmente:
... que la pedagogía del patrimonio, debe des-tacar
los valores históricos, artísticos y éticos
que el patrimonio cultural contiene en sí mis-mo,
enseñando el respeto a las identidades
múltiples, el desarrollo de la tolerancia y la
lucha contra las desigualdades y la exclusión.
La calidad y la objetividad del mensaje peda-gógico
dependen de los valores que posean
las personas encargadas de la interpretación
11
del patrimonio.
8. La enseñanza del patrimonio cultural debe
trascender toda visión exclusivamente lo-cal
y meramente nacionalista (de no hacerlo
correríamos el riesgo de volver a los esque-mas
unitarios y oficialistas que deseamos
abandonar), y promover el acercamiento y la
comprensión de otras formas de vida social
y otras culturas. Pues sólo así, la educación
patrimonial puede alcanzar a desvelar el nú-cleo
duro de su finalidad última: ser un espa-cio
de formación dirigido al reconocimiento
de la diversidad como rasgo que caracteriza
a la especie humana y en el que se concreta
la presencia de la alteridad. De ahí que val-ga
la pena el conocimiento y la valoración
de patrimonios declarados Patrimonio de la
Humanidad.
9. La pedagogía del patrimonio cultural debe
abandonar cualquier visión que pretenda
generalizar, totalizar y homogeneizar las dis-
11 4a Conferencia Europea de Ministros Responsables del Patri-monio
Cultural, Declaración final, Helsinki 1996. Diccionario
de términos de patrimonio cultural, entrada: V. Valor del Pa-trimonio.
puede jugar un papel fundamental en la ta-rea
de contextualizar el patrimonio cultural
para la reapropiación de su uso y función
como cosa pública, cosa de todos que a todos
pertenece, y de la que todos somos respon-sables
10. Dicha contextualización es constitu-yente
y constitutiva de una conciencia patri-monial
participativa.
6. Todos los agentes de socialización: familia,
escuela y medios de comunicación pueden
asumir la responsabilidad compartida de
crear y fortalecer la conciencia patrimonial.
Por lo que es deseable y posible incorporar
estrategias de educación patrimonial tanto
en los espacios dedicados a la educación for-mal
(escolar) como en los que se ocupan de la
educación no formal (formación sistematiza-da
pero más allá de los muros de la escuela) y
de la educación informal (como la formación
familiar y la que pueden ofrecer los medios
de comunicación).
7. En cualquiera de estos espacios –de educa-ción
formal, no formal e informal– la tarea
de educar en y para el patrimonio cultural
debe orientarse por valores tales como: la
justicia, la igualdad, el respeto y la solidari-dad,
así como por los principios contenidos
en el aprecio de la diversidad y la valoración
de todas las manifestaciones culturales y en
los de la cultura de la paz. La educación pa-trimonial
es, pues, fundamentalmente, una
tarea ética.
La visión de una educación patrimonial de-finida
por su componente ético esencial se
subraya en la 4a Conferencia Europea de Mi-nistros
Responsables del Patrimonio Cultu-ral,
celebrada en Helsinki en 1996, en cuya
declaración final se afirma que los valores
inherentes al patrimonio conducen al re-
10 Véase: Alba S. González, Patrimonio, escuela y comunidad, p. 15.
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8. Educación PATRIMONIAL
La educación como proceso continuo
de recuerdo, reinterpretación y recreación
tural– requieren ser vistas a través de una
óptica que, superando la aproximación dis-ciplinaria,
contextualice su desarrollo y las
reconozca como objetivación de los derechos
culturales. Ubicar el patrimonio cultural y la
educación patrimonial bajo el paraguas co-mún
de los derechos humanos conduce al
descentramiento del patrimonio como objeto
fetichizado y a una nueva conceptualización
de su extensión e intensión, esto es, a nuevo
universo discursivo20 y, por lo tanto, a nueva
praxis.
20 Como lo define A. A. Roig, como la totalidad discursiva po-sible
de una comunidad humana concreta que resulta de las
relaciones conflictivas de base en un momento y un espacio
concretos. Esta definición es particularmente útil para referi-mos
a la dimensión emancipatoria de la educación patrimo-nial.
Se sugiere consultar: Maria Cristina Liendo, “Las segun-das
independencias de Don Arturo Roig”, p. 118.
sobre lo suyo en condiciones de libertad
y emancipación. Tener conciencia patrimo-nial
es, pues, tener la capacidad de entrar en el
movimiento de los significados, de su trans-formación
y su posible resignificación, pues
los significados son formaciones sociales
–siempre culturales– que están en continua
construcción y desconstrucción.
Finalmente, y como última consideración,
apuntamos:
14. Al igual que la conciencia patrimonial, las
competencias patrimoniales –definidas en
sentido amplio como la posibilidad que tiene
un individuo de movilizar sus conocimien-tos,
necesidades, destrezas, capacidades,
creencias, valores, perspectivas de sí mismo
y de los otros ante una situación o problema
dados19 relacionados con el patrimonio cul-
19 P. Perrenaud, Op. cit., pp. 7-9.
Formación/
Acción
Sujeto
Memoria/
Interpretación
Recordar
reinterpretando
Reenseñar
Reaprender
Reinterpretar
Enseñar
Recordar
Interpretar
Elaborado por Valentina Cantón.
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9. La educación patrimonial: EDUCAR CON Y PARA EL PATRIMONIO
das por la preocupación respecto a los procesos
educativos, económicos, sociales y políticos que
intervienen en la conformación del patrimonio,
y por la convicción de que es impostergable el
enriquecimiento de la vida cultural de todos los
individuos de la comunidad humana para dar
cumplimiento cabal a los derechos humanos.
En la tercera y última parte de este texto, que
aparecerá en el próximo número de la revista,
se abordará más sobre la educación patrimonial
como campo de frontera transdisciplinario.
Conclusión y advertencia final
El concepto tradicional de patrimonio cultural
se ha desplazado más allá de los edificios his-tóricos,
los museos sacralizados y las modas
académicas, para transformase en un asunto
transdisciplinario cuyo centro de preocupación
es: cómo el sujeto es capaz de recibir, vivir, in-terpretar,
transformar y transmitir a la nueva
generación su herencia patrimonial. Esto se
subrayó en la Convención de Faro de 200521,
cuyas discusiones acerca de la conservación y
la restauración del patrimonio fueron sustitui-
Fuentes:
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de educación y ciencias del hombre, núm. 1, vol. 1,
1997.
,
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a 3. Una propuesta de formación docentes a partir del recono-cimiento
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,
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la formación ciudadana”, Correo del Maestro, núm. 154,
año 13, México, 2009. Versión electrónica en: www.co-rreodelmaestro.
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,
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UPN Ajusco, mecanograma, nov., 2010.
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Patrimonio Cultural, Declaración final, Helsinki 1996. En:
Diccionario de términos de patrimonio cultural, entrada:
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