Provincia de Buenos Aires, Argentina
Mediante consenso se establece que la estrategia de diagnóstico vigente y, por tanto, la definición de caso sospechoso en la situación epidemiológica actual, es adecuada ya que la tasa de positividad actual es de aproximadamente 7%, siendo la recomendada por la #OMS del 10%. Esto indicaría que la relación entre la cantidad de ensayos para diagnóstico y los resultados positivos para los mismos es adecuada y no muestra limitaciones para alcanzar, en el diagnóstico, a los casos reales que se están
produciendo a nivel poblacional. Al evaluar entonces, el número de determinaciones que se están realizando es aceptable.
• Continuar con el Diagnóstico por RTqPCR solo para los casos sospechosos tal como se está realizando a la fecha.
• Comenzar a diseñar una estrategia única de vigilancia epidemiológica para los grupos que constituyen focos de dispersión y para la población general, contemplando las diferentes realidades del territorio de la Provincia de Buenos Aires y las herramientas
disponibles (tiras reactivas para metodología inmunocromatográfica, test ELISA, etc) entre el Ministerio de Salud, expertos, sindicatos, efectores de salud y comités de crisis.
2. Participaron en la elaboración de este documento:
Amadeo Esposto, Médico Infectólogo, Dr en Medicina, Ex Jefe del Servicio de Infectología del
H.I.G.A. “Gral San Martín” de La Plata.
Andrés Ferrero, Médico Traumatólogo, Director Hospital de Clínicas “José de San Martín”
Elisa Estenssoro, Médica Terapista, Jefa del servicio de Terapia Intensiva del Hospital San Martín
de La Plata.
Enio Garcia, Magister en Salud Pública, Jefe de Asesores del Ministro, Ministerio de Salud de la Prov.
de Bs. As.
Florencia Cahn, Médica Infectóloga. Presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunologia y
Epidemiología (SAVE).
Franco Marsico, Biólogo especializado en bioestadística, Banco Nacional de Datos Genéticos.
Guillermo Docena, Bioquímico, Dr. de la UNLP, especialista en Inmunidad.
Horacio Salomón, Dr. en Bioquímica UBA, especialista en virología. Director Regular del
INBIRS-UBA-CONICET.
Hugo Milione, Médico, Jefe de Servicio de Clínica Médica.
Jorge Geffner, Doctor en Bioquímica UBA, especialista en Inmunidad. Miembro del Consejo
Directivo INBIRS-UBA-CONICET.
Juan Manuel Carballeda, Doctorado en Virología Molecular, Investigador del CONICET, UNQ
Laura Fischerman, Bioquímica, Equipo técnico Red de Laboratorios Diagnósticos de la Provincia
de Buenos Aires
Marcelo Melo, Director del Hospital de Clínicas “José de San Martín”.
Marina Pifano, Bióloga, Dra. en Ciencia y Tecnología, Equipo técnico Red de Laboratorios
Diagnósticos de la Provincia de Buenos Aires
Regina Ercole, Bioquímica, Magister en Microbiología y Biología Molecular, Jefa del Laboratorio
de Virología del Hospital San Juan de Dios de La Plata.
Rosa Reina, Médica Intensivista, Jefa de Sala de la Terapia Intensiva del Hospital San Martín de La
Plata, Presidente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI)
Silvia González Ayala, Dra. Infectóloga UNLP.
Sandra Lambert, Jefa de Infectología Hospital El Cruce.
Soledad Santini, Bióloga, Dra. en Ciencias Naturales. Directora del Centro Nacional de
Diagnóstico e Investigación en Endemo-Epidemias (CeNDIE)-ANLIS Malbrán.
Tomás Orduna, Médico Infectólogo. Jefe del Servicio de Patologías Regionales y Medicina
Tropical (CEMPRA-MT). Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz.
3. Toma de muestras para casos sospechosos de SARS-CoV-2
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que las personas que se
ajustan a la definición de caso sospechoso de infección por SARS-CoV-2 deben ser
sometidos a una prueba de detección del virus mediante reacción en cadena de polimerasa
(PCR), única técnica validada por el momento para el diagnóstico de COVID-19. En línea con
esta recomendación, y en la situación epidemiológica actual de nuestro país, se indica tomar
una muestra para el estudio de SARS-CoV-2 por PCR cuantitativa en tiempo real (RTqPCR)
a todas las personas que constituyen un caso sospechoso de COVID-19.
La definición de caso, propuesta en el protocolo de la Provincia de Buenos Aires, está
basada en las recomendaciones que se encuentran en revisión permanente en función de la
evolución y última información validada que se disponga sobre la pandemia del nuevo
Coronavirus.
En este sentido, algunos trabajos preliminares de investigación científica indican que el
momento más adecuado para la toma de muestras de vías respiratorias es luego del inicio
de los síntomas. Esta evidencia es consistente con las recomendaciones de la OMS y otros
organismos. Por esto, la toma de muestra se ajusta a los criterios establecidos en los
protocolos publicados para la definición de caso sospechoso vigente y responde a la
búsqueda de la mejor ventana de detección para obtener una mayor sensibilidad de la
técnica y minimizar así la probabilidad de resultados falsos negativos.
Para optimizar el funcionamiento del sistema de salud deben tenerse, en forma diferencial,
metodologías y protocolos bien definidos que enmarquen las prácticas de diagnóstico. Estas
deben estar orientadas tanto al manejo individual de los casos como hacia estrategias de
vigilancia que apunten al estudio poblacional de la evolución de la pandemia. Ambas
estrategias deben nutrirse recíprocamente, en pos de la intervención, a través de políticas
públicas y de la consecuente minimización de los daños causados por la pandemia en la
población.
Actualmente, el evento “caso sospechoso de COVID-19” tiene una modalidad de
notificación con identificación nominal de cada caso individual en el Sistema Nacional de
Vigilancia en Salud, y aporta datos relevantes para la comprensión del evento y la realización
de acciones de control, diagnóstico y seguimiento de los mismos. La aplicación de esta
categoría responde a las prioridades establecidas y la necesidad de información para la toma
de decisiones y acciones en salud pública tendientes al manejo adecuado de la enfermedad
COVID-19.
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4. Toda estrategia de diagnóstico debe tener objetivos claros y, según éstos, requerimientos
de información específicos. La elección de la estrategia implica definir de forma clara a
quiénes se debe diagnosticar, para qué y qué decisiones se tomarán con esa información.
Las estrategias elegidas deben tender a simplificar los procedimientos y aumentar la
eficiencia del sistema. Los sistemas de alerta temprana tienen la función de detectar, en
forma oportuna, situaciones que puedan representar riesgo para la salud pública. Es por
esto que en esta etapa, se debe priorizar ante todo la sensibilidad.
En este sentido, se debe tener en cuenta que los reactivos para RTqPCR y los insumos
necesarios para la toma de muestra son limitados, no desde un punto de vista económico y
financiero, sino por la escasa disponibilidad en el mercado a escala global. El uso del recurso
debe ser el adecuado y debe responder a la finalidad establecida. Por tanto, debemos hacer
un uso racional y eficiente de este recurso entendiendo las limitaciones de disponibilidad y
su finalidad diagnóstica. Los criterios para la utilización de este recurso deben ser claros y
deben estar consensuados y expuestos en los protocolos de los Ministerios de Salud. Todos
los establecimientos deben abonar al cumplimiento de los mismos y no generar una
diversidad normativa que motive la confusión del personal de salud a partir de la redacción
de protocolos propios. El uso no fundamentado de pruebas diagnósticas genera ansiedades,
sensación de desprotección y angustias, frente a un resultado indeterminado en su poder
predictivo hacia el diagnóstico que no permite tomar decisiones adecuadas.
En algunos países se realiza el estudio por RTqPCR a toda persona internada, y en algunas
instituciones se está trabajando con protocolos propios de cirugía que no son los publicados
por los Ministerios en este sentido. El intercambio entre los expertos convocados a la
discusión demuestra la existencia de acuerdo en torno a que estos protocolos ad-hoc no
están recomendados, no previenen la diseminación de la infección y no son adecuados para
aportar información epidemiológica. En las cirugías el personal de salud debe actuar como
si el paciente fuera COVID-19 confirmado, para evitar contagios como se realiza con otras
patologías, pero a la fecha no está indicado el diagnóstico por RTqPCR para estas
situaciones. Si existiera evidencia válida en el futuro, se adecuará la norma en tal sentido.
Mediante consenso se establece que la estrategia de diagnóstico vigente y, por tanto,
la definición de caso sospechoso en la situación epidemiológica actual, es adecuada ya
que la tasa de positividad actual es de aproximadamente 7%, siendo la recomendada
por la OMS del 10%. Esto indicaría que la relación entre la cantidad de ensayos para
diagnóstico y los resultados positivos para los mismos es adecuada y no muestra
limitaciones para alcanzar, en el diagnóstico, a los casos reales que se están
produciendo a nivel poblacional. Al evaluar entonces, el número de determinaciones
que se están realizando es aceptable.
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5. 4
En la evaluación de los expertos se considera muy importante comenzar a generar una
estrategia de vigilancia epidemiológica para los grupos específicos poblacionales que, por
representar focos de dispersión o por presentar mayor riesgo de un cuadro grave en el
desarrollo de la enfermedad, resultan de interés para el estudio epidemiológico.
Los sistemas de vigilancia se establecen dependiendo de la cobertura que se necesite
alcanzar, pasando de una vigilancia pasiva a una activa en función de la situación
epidemiológica, del acceso de los diferentes grupos poblacionales al diagnóstico, de los
objetivos perseguidos, de las posibilidades presupuestarias, humanas y de la disponibilidad
de los recursos.
Asimismo, se plantean grupos prioritarios para proceder con abordajes de vigilancia activa
en la población general.
Se sugiere enfocar la atención en:
1. Personal de salud: los datos indican que del total de confirmados aproximadamente un
20% es personal sanitario. Hubo acuerdo en que el principal problema es la conducta hacia el interior
de los establecimientos de salud y la transmisión horizontal por falta de cumplimiento,
principalmente, de distanciamiento social. Se propuso reforzar la organización por turnos de trabajo
para evitar contagios generalizados en los establecimientos y también generar un mecanismo de
control más estricto, por parte de las autoridades sanitarias, del cumplimiento de protocolos y de las
prácticas de bioseguridad. Hay experiencias que indican que si el personal utiliza adecuadamente los
equipos de protección personal hay bajo riesgo de infección en contacto con un caso confirmado, por
eso en estos casos no se indicaría la cuarentena. Si el personal de salud estuvo en contacto estrecho
(entre 15-20 min a menos de 2 metros sin protección) debería hacer cuarentena. En algunos casos se
testea a los 10-12 días por PCR. Esta conducta adoptada parece ser atinada, pero aun no constituye
una recomendación general para todas las instituciones. Es necesario trabajar en una estrategia para
definir de manera conjunta la definición de caso estrecho y qué medidas tomar ante esta situación.
2. Adultos mayores en geriátricos: trabajar estrategia para este grupo.
3. Instituciones cerradas: trabajar estrategia para este grupo.
Se deben evaluar las herramientas disponibles para detección de anticuerpos (pruebas serológicas
en tiras y ELISA) con mucho cuidado, ya que las pruebas disponibles no han sido validadas y aun no
se cuenta con un panel de sueros. La dinámica de la respuesta y producción de anticuerpos durante
las diferentes fases de la infección por SARS-Cov2 no está completamente establecida, lo cual limita
aún más el uso de estas pruebas. Se podría contemplar el guardado de sueros de agudos y
convalecientes tanto para validar estas pruebas como para tratamientos.
Según la información disponible al momento, los anticuerpos son detectables 8-10 días después del
contacto con el virus.
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6. Conclusiones:
• Continuar con el Diagnóstico por RTqPCR solo para los casos sospechosos tal como
se está realizando a la fecha.
• Comenzar a diseñar una estrategia única de vigilancia epidemiológica para los grupos
que constituyen focos de dispersión y para la población general, contemplando las
diferentes realidades del territorio de la Provincia de Buenos Aires y las herramientas
disponibles (tiras reactivas para metodología inmunocromatográfica, test ELISA, etc)
entre el Ministerio de Salud, expertos, sindicatos, efectores de salud y comités de crisis.
• Estudiar las herramientas de diagnóstico disponibles evaluando la sensibilidad de
detección, la aparición de reacciones cruzadas y la actualización de evidencia
bibliográfica sobre la respuesta inmune en los hospedadores del SARS-CoV-2.
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