Conocimientos Generales en la población de ciudad del Carmen Campeche sobre la enfermedad de Chagas
1. Conocimientos generales en la población de Ciudad del Carmen Campeche, sobre la
enfermedad de Chagas.
Abel Mario Quintana Segura
Resumen
La enfermedad de Chagas también denominada Tripanosomiasis americana constituye un
problema de salud pública en toda América Latina, está incluida dentro de las 6 principales
enfermedades parasitarias. Campeche se considera como un estado endémico de la
enfermedad y por lo tanto ciudad del Carmen es susceptible a contraer la infección del
parasito. Se caracteriza por ser una infección generalizada que cursa clínicamente a partir de
una forma aguda y evoluciona hasta llegar a la cronicidad. Tiene como agente causal al
protozoario flagelado Trypanosoma Cruzi el cual es transmitido a los mamíferos por insectos
hematófagos de la familia Reduviidae.
Sustento teórico
La enfermedad de Chagas o tripanosomiasis americana es una parasitosis ocasionada por el
protozoario hemoflagelado Trypanosoma cruzi (T. cruzi), el cual es transmitido al hombre y
a otros mamíferos principalmente a través de insectos hematófagos (Triatominos, se
alimentan de sangre) de la subfamilia Triatominae (Guzmán, Marín, Acosta & Jiménez,
2016). Es importante considerar que los triatominos silvestres actúan como especies
invasoras que pueden llegar a nuevas áreas mediante la migración natural, pero a menudo
son introducidos en el curso de las actividades humanas que perturban sus ecosistemas,
algunos de estos insectos podrían iniciar un proceso de domiciliación, el cual se ha hecho
evidente por el aumento de la intrusión en las viviendas y el contacto con sus habitantes y
con los animales domésticos, especialmente en aquellas zonas colindantes con regiones
boscosas (Reyes, Torres, Esteban, Flórez & Angulo, 2017). Debido a la cronicidad
prolongada, es considerada la enfermedad parasitaria con mayor carga económica en
2. América Latina. Las condiciones de pobreza y hacinamiento en las viviendas rurales, como
fue señalado desde 1909 por Carlos Chagas en Brasil y Salvador Mazza en Argentina,
prevalecen en Latinoamérica hasta nuestros días y propician la colonización y dispersión del
vector con una distribución geográfica que se extiende desde el sur de Estados Unidos, hasta
el sur de Argentina y Chile (Salazar, Bucio, Cabrera, Alba & Castillo, 2016).
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), en 2006, estimó que en México existían
aproximadamente 1’100,000 individuos infectados y 29’500,000 en riesgo de contraer la
infección; en el periodo comprendido de 2000 a 2012, la Secretaría de Salud (SS) registró
5,559 casos (cifras proporcionadas por el Centro Nacional de Programas Preventivos y
Control de Enfermedades de la SSA) principalmente entre los 25 y 44 años, los estados con
mayor incidencia fueron Veracruz, Morelos, Oaxaca, Yucatán, Chiapas, Guerrero y Jalisco,
en 2013 con 762 nuevos casos y 729 en 2014, las de funciones registradas fueron 371, la
mayoría en los estados de Oaxaca (54.7%) y Guerrero (15.4%). La enfermedad de Chagas
se encuentra asociada a cardiopatías en los estados de Campeche, Colima, Chiapas, Estado
de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo,
San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz y Yucatán (Salazar, Bucio, Cabrera, Alba & Castillo,
2016).
En el ciclo biológico de T. cruzi en la naturaleza, están involucrados el hombre, el artrópodo
transmisor y un gran número de reservorios mamíferos, naturalmente infectados. En el ciclo
doméstico. Participa el hombre, mamíferos domésticos (perros, gatos, ratas, ratones) e
insectos triatomíneos infectados. Ciclo peridoméstico. Se considera como eslabón entre los
dos ciclos anteriores; está integrado por los mamíferos que vienen y van del campo a la
vivienda del hombre que puede ser el ganado, además de los transmisores silvestres atraídos
o no por la luz. Ciclo silvestre. Intervienen además de la rata y ratón de campo, la ardilla,
marta, zarigüeya o tlacuache, armadillo, murciélagos e incluso, primates. (Centro Nacional
de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (CENAPRECE), 2015). La
enfermedad de Chagas se asocia directamente a las condiciones precarias de las viviendas
construidas principalmente de adobe, materiales como palma u otro tipo de madera, viviendas
mal iluminadas, sin repellos, con pisos de tierra cuyas familias son vulnerables social y
económicamente, sin embargo, las malas condiciones de higiene y la vida en lugares rurales
3. (sin descartar a la urbana) son también factores influyentes; las condiciones de vivienda e
higiene pueden aumentar o disminuir la probabilidad de contraer la infección por T. cruzi. El
nivel de educación que tiene la población sobre las condiciones favorables para el desarrollo
de vida del vector transmisor de la enfermedad, influye en el estilo de vida y medidas de
prevención implementadas. Teniendo como consecuencia un medio favorable o no para el
alojo del triatómino. El parásito al penetrar al hospedero por lesiones en piel o mucosa, puede
invadir gran variedad de células, donde se transforma para dar lugar al amastigote, el cuál es
la forma replicativa intracelularmente. Eventualmente, estas formas intracelulares dan lugar
a las formas de tripomastigote que se encuentra frecuentemente en sangre, por medio de la
cual se disemina a otras células y tejidos. Durante esta fase sanguínea puede ser ingerido por
el transmisor. Dentro del vector, estas formas se transforman en epimastigotes, forma móvil
y replicativa en el intestino medio del transmisor; esta forma es la que se reproduce más
fácilmente en cultivos convencionales para T. cruzi. Este parásito presenta diferencias
antigénicas entre sus fases, así como también antígenos compartidos y ninguna los presenta
inmunodominantes; a diferencia de otros tripanosomátidos no se le han comprobado
mecanismos de variación antigénica. (Centers for Disease Control and Prevention (CDC),
2015). (Fig. 1)
(Fig. 1) Ciclo biológico de Trypanosoma cruzi en triatóminos (chinches besuconas) y en el humano. Fuente: Centers for Disease Control
and prevention (CDC), 2015.
4. La enfermedad de Chagas se divide en fase aguda y fase crónica. Se considera fase aguda
desde la infección hasta que la parasitemia detectada microscópicamente es negativa. La
clínica se inicia entre 7 y 10 días tras la infección por T. cruzi, y consiste normalmente en
síntomas leves e inespecíficos que se asemejan a un cuadro gripal (fiebre, malestar general,
hepatoesplenomegalia). En la mayor parte de los casos la fase aguda pasa desapercibida. En
contadas ocasiones pueden aparecer lesiones cutáneas que indican el lugar de la inoculación,
tales como nódulos cutáneos, conocidos como chagoma de inoculación, o un edema
bipalpebral unilateral con conjuntivitis, que se denomina signo de Romaña. La muerte en la
fase aguda es extremadamente rara y ocurre principalmente por miocarditis o
meningoencefalitis, siendo más frecuente en pacientes inmunodeprimidos o en etapas
tempranas de la vida. En la transmisión vertical la clínica no difiere de la que se observa si
la infección se produce por vía vectorial; sin embargo, en los casos de transmisión oral, que
normalmente ocurren en forma de brote, se han descrito cifras algo superiores de
complicaciones agudas graves. La fase crónica se inicia cuando la parasitemia detectada
microscópicamente es negativa y las pruebas serológicas son positivas, lo que ocurre
aproximadamente 1-2 meses después de la infección. Durante la fase crónica la mayor parte
de los pacientes están asintomáticos, lo que se conoce como forma indeterminada. Se calcula
que alrededor del 40 al 60% de los pacientes con enfermedad de Chagas desarrollarán
cardiopatía chagásica, la cual puede ocasionar alteraciones electrocardiográficas (arritmias,
bloqueos de rama, paro cardiaco). Entre el 5-35% desarrollan alteraciones digestivas como
megacolon o esplenomegalia (Molina, Salvador & Sánchez, 2016).
El diagnóstico de esta enfermedad es complejo, se basa en el cuadro clínico asociado a sus
fases aguda y crónica, antecedentes de residencia en áreas endémicas, transfusionales, de
madre portadora o de trasplante de órganos, que se debe confirmar con la demostración del
parásito o al menos dos pruebas serológicas positivas, por lo que los médicos deben tener
conocimiento para establecer el diagnóstico clínico, parasitológico y serológico (Kasten, et
al., 2016).
Se realiza tamizaje de prueba de Chagas a todos los donadores de sangre como lo dispone la
NOM 253 SSA1 2012, el tamizaje en bancos de sangre es de observancia obligatoria, con
5. una cobertura mayor al 92%8; el diagnóstico no se establece frecuentemente debido al
desconocimiento de la enfermedad por parte del personal de salud y de la población.
El tratamiento es igualmente complejo dado que el antiparasitario solo es efectivo mientras
el parásito se encuentra circulante, ya que una vez dañados los órganos blanco, el tratamiento
se limita a atender las complicaciones (Kasten, et al., 2016).
Las estrategias de la OMS para el control y eliminación de la enfermedad de Chagas se basan
en dos pilares que son la interrupción de la transmisión y la atención a los pacientes; para
reducir la transmisibilidad, básicamente se interrumpe la transmisión vectorial
intradomiciliaria con lo que también se reduce el riesgo de transmisión oral (en América
Latina) además de interrumpir la transmisión transfusional y por trasplante de órganos. Esta
estrategia de interrupción de la transmisión contempla el control del vector, principalmente
con rociado de viviendas con insecticidas residuales y la mejora de las viviendas y de la
higiene en las mismas, así como el uso de mosquiteros para evitar la colonización de insectos,
así como pabellones para evitar el contacto con el vector. Los constantes flujos migratorios
han favorecido la presencia de personas, con la enfermedad de Chagas en regiones
consideradas anteriormente como no endémicas; por otra parte el gobierno y agencias de
salud pública son insuficientes para prevenir nuevos casos en estas áreas (Molina, Salvador
& Sánchez, 2016).
El control y prevención de la enfermedad de Chagas depende de la información vigente sobre
su magnitud, trascendencia, vulnerabilidad. En México el Sistema Nacional de Vigilancia
Epidemiológica (SINAVE) es un programa de acción conformado por un conjunto de
estrategias y acciones que permiten identificar y detectar los daños y riesgos para la salud, su
importancia radica en la capacidad de generar información útil para la orientación del
Programa de Enfermedades Transmitidas por Vector (Dirección General de Epidemiología,
2015).
6. Material y Métodos
El estado de Campeche está habitado por una población de 248303 habitantes (INEGI,
2015), de los cuales 169466 corresponden a Ciudad del Carmen (Plan municipal de desarrollo
2015-2018. www.carmen.gob.mx). Ciudad del Carmen, se considera un lugar de riesgo por
ser un punto de tránsito entre los estados de Yucatán, Tabasco, Chiapas y Veracruz, así como
la importante cantidad de población flotante que en la isla se encuentra.
Se realizó un estudio transversal a una muestra poblacional de 3841 personas utilizando la
fórmula de muestra aleatoria simple, a las cuales por medio de un cuestionario objetivo se
buscó cuantificar el conocimiento acerca de la enfermedad, sus causas, repercusiones a la
salud y medidas preventivas de la misma. Se utilizó la base de datos epidemiológicos de la
dirección general de epidemiología de la secretaria de salud jurisdicción 03 perteneciente a
Carmen, Campeche, para constatar los casos confirmados en el municipio de Carmen,
incluyendo los años 2012-2017.
Resultados
Según la base de datos de Casos Nuevos de Enfermedad de la Dirección General de
Epidemiología jurisdicción: 03 Carmen, analizando las semanas comprendidas dentro de los
años 2012-2017 se encontró en el año 2014 un solo caso reportado por el laboratorio del
IMSS de un masculino entre 45-49 años. En el año 2015 se reportaron dos casos, uno en la
SSA entre 25-44 años y otro en el IMSS de 45 años, ambos masculinos. En el 2017 solo se
ha reportado un caso de un masculino de 47 años, detectado en el IMSS. Cabe mencionar
que los diagnósticos han sido realizados en donadores de sangre asintomáticos, por lo tanto,
solo han sido detectados por medio serológico. Lo resultados de la encuesta demuestran que
solo el 19.26% ha escuchado o sabe algo de la enfermedad, por lo tanto, el 80.74% ignora
los hechos relacionados con ella. Del 19.26% solo el 10.36% conoce los sitios de alojamiento
del insecto vector y sus medidas preventivas. El 93.12% de los encuestados viven en casas
que en alguna pared tienen grietas, aunque solo el 8.85% vive en casas hechas con lamina de
zinc. No se encontraron personas que vivieran en casas con piso de tierra, sin embargo, no se
descarta la posibilidad de que existan algunas. El 96.64% de las personas acostumbran a
dormir en camas, mientras que solo el 3.35% duerme en hamacas.
7. Conclusión
De acuerdo a los resultados de la investigación, los pobladores de Ciudad del Carmen son
susceptibles a ser infectados por el T. cruzi el cual ocasiona la enfermedad de Chagas; dado
a la falta de medidas preventivas y el poco conocimiento de la enfermedad por la población
y las condiciones de las viviendas que favorecen su alojamiento. Las personas a las cuales
les ha sido detectado el T. cruzi en sangre demuestran que existe la posibilidad de que los
pobladores de Ciudad del Carmen pueden infectarse, aunque no se conozca con certeza la
forma en que la contrajeron ya que son pacientes asintomáticos que han sido detectados por
ser donadores de sangre, por lo tanto, los departamentos de epidemiologia los toman como
hallazgos inesperados. En la actualidad la educación sobre esta enfermedad debe ser
adaptada a una educación continua y el entrenamiento de los profesionales de la salud para
conocer las necesidades de cada región del país y del estado. Es importante señalar que los
programas educativos se adapten con la realidad epidemiológica del estado de Campeche y
particularmente en Ciudad del Carmen, así como de los programas nacionales de salud para
tener un mejor manejo y prevención de la enfermedad y evitar nuevos casos en los años
siguientes. No olvidando que Ciudad del Carmen es un punto de transporte entre los estados
endémicos del sureste mexicano.
8. Referencias
1. Alvarez M, Bertocchi G, Cooley G, Albareda M, Viotti R, et al. (abril 29,2016).
Treatment Success inTrypanosoma cruzi Infection Is Predicted by Early Changes in
Serially Monitored Parasite-Specific T and B Cell Responses. PLOS Neglected
Tropical Diseases, 10. DOI:10.1371/journal.pntd.0004657
2. CENAPRECE. (2015). Manual de Diagnóstico y Tratamiento de Enfermedad de
Chagas.
3. Centers for Disease Control and Prevention. (Marzo 17, 2015). American
Trypanosomiasis (also known Chagas Disease). 11/03/2017, de Global Health
Division of Parasitic Diseases Sitio web: https://www.cdc.gov/parasites/chagas/
4. Dirección General de Epidemiología. (2015). Lineamientos para la vigilancia
epidemiológica de Chagas por laboratorio. Versión No. 01. INDRE.
5. Guzmán E, Marín K, Acosta V, Jiménez M. (2016). La enfermedad de Chagas: retos
del tratamiento. Revista Biomédica , 27, 95-96.
6. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). www.inegi.org.mx
7. Kasten A, Cabrera C, Lozano F, Aguilar H, Hidalgo R y Zavala M. (2016).
Evaluación de la competencia clínica en médicos residentes mexicanos para el
diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Chagas. Gaceta Médica de México,
152, 20.
8. Molina I, Salvador F y Sánchez A. (2016). Actualización en enfermedad de Chagas.
ELServier, Enfermedades infecciosas y Microbiología clínica, 34, 132-138.
9. Norma Oficial Mexicana NOM-253-SSA1-2012, Para la disposición de sangre
humana y sus componentes con fines terapéuticos.
10. OPS/HDM/CD/425-06. Estimación cuantitativa de la enfermedad de Chagas en las
Américas. Disponible en: http://www.bvsops.org.uy/pdf/chagas19.pdf
11. Plan municipal de desarrollo 2015-2018. www.carmen.gob.mx
9. 12. Reyes M, Torres Á, Esteban L, Flórez M, Angulo V. (2017). Riesgo de transmisión
de la enfermedad de Chagas por intrusión de triatominos y mamíferos silvestres en
Bucaramanga, Santander, Colombia. Biomédica, 37, 68-78.
13. Salazar P, Bucio M, Cabrera M , Alba M, Castillo D. (2016). Enfermedad de Chagas
en México. Revista de la Facultad de Medicina de la UNAM, 59, 3.
14. Secretaría de Salud. Disponible en:
http://www.epidemiologia.salud.gob.mx/doctos/boletin/2015/sem01.pdf,
http://www.epidemiologia.salud.gob.mx/doctos/boletin/2016/BOL-EPID 2016-
SE01.pdf, http://pda.salud.gob.mx/cubos/cmortalidadxp.html
15. Sistema Nacional de Salud. Secretaria de salud, Dirección General de
Epidemiología.