2. La prevención temprana
en la violencia
Ronald G. Slaby, Wendy C. Roedell, Diana Arezzo y Kate Hendrix.
3. Características estrategias para la prevención
de la violencia temprana en los niños
• Estrategias prosociales con este tipo de asesoría del maestro, pueden ser estimulados para que
piensen en soluciones entre ellos y eventualmente negocien sus diferencias hasta construir un
acuerdo.
• Sus estrategias para la resolución de conflictos a menudo son limitadas, inflexibles y no se
adaptan bien a las circunstancias específicas y a los individuos involucrados.
• Comunicación social y a más juegos cooperativos, así como a más riñas y agresiones verbales.
• Rechazo a pedidos que incluyen razones para su negativa, aunque tales razones en general son
autoreferenciadas.
• Usan estrategias diferentes para sustentar sus posiciones (Ej. Exigirle un objeto a otro niño,
suavizar la demanda diciendo "por favor" y ofrecer intercambiar algo por lo que quieren).
• Usan estrategias negativas, incluyendo sobornos, insultos y amenazas. Una vez un conflicto
pasa a las amenazas y “contra-amenazas” (amenazas en respuesta), puede producirse fácilmente
una escalada hacia la agresión física.
4. Las Maneras en que Funcionan las Consecuencias.
Las consecuencias de una conducta afectan a los niños de
dos manera distintas. Por un lado, las consecuencias sirven
para informar a los niños si están haciendo "lo correcto". Las
consecuencias son más efectivas para proporcionar esta
información cuando se presentan inmediatamente después
de la conducta del niño
5. La conducta agresiva es aprendida o reforzada cuando los niños son
premiados por su agresión
En las aulas de preescolar, la mayoría de los actos agresivos tienen
como resultado que la víctima de la agresión entregue un objeto, llore,
o salga corriendo. Cuando esto pasa, lo más probable es que el
agresor lance luego un nuevo ataque contra el mismo niño, de la
misma manera.
La combinación de observar a los pares actuando agresivamente con
el ser premiados por sus actividades agresivas, les enseñará, incluso a
los niños no agresivos inicialmente, a comportarse de forma violenta
(Patterson, Littman, & Bricker 1967).
6. Enfatice que las conductas pueden cambiarse y motive a los niños para que aprendan nuevos hábitos y cambien
sus “hábitos problema”: Anime a los niños para que valoren esta meta y el proceso de cambio de conducta y de
avance en el autocontrol.
Evite estimular el desahogo del enojo o el uso de blancos alternativos para la agresión. Tales prácticas,
normalmente aumentan la probabilidad de agresión posterior. Reconozca que el enojo es sólo una entre muchas
razones para la agresión, no suponga que un niño que actúa agresivamente, siempre lo hace debido a su enojo.
• Analice las interacciones en el aula de clase y elimine o reduzca las recompensas para la agresión: No les permita
a los niños obtener juguetes o atención innecesaria de pares o adultos por medio del comportamiento agresivo.
• Intervenga en los incidentes agresivos, motivando y apoyando conductas asertivas en la víctima, sin prestarle
atención directa al agresor. Párese entre los dos niños que estén peleando y sugiera a la víctima las palabras y
acciones específicas para emplear.
• Involucre a los niños en discusiones sobre las soluciones alternativas a los problemas y sobre sus consecuencias,
en momentos en que no se esté presentando la agresión. Recuerde a los niños que los golpes duelen y que pelear
hace infelices a las personas. Ayúdeles a descubrir acciones alternativas no violentas que los hagan sentirse mejor.
• Estructure consecuencias significativas para los actos agresivos que ayuden a los niños a responsabilizarse por
sus acciones y a controlar sus impulsos agresivos. Estas consecuencias pueden incluir acciones específicamente
relacionadas con la conducta, reparaciones a la víctima, o la práctica inmediata de conductas alternativas.