1. Estimulación psicomotriz: Retraso en el desarrollo
Si tienes interés en conocer la importancia de la estimulación psicomotriz, lee este artículo siempre recordando que cada niño y cada
caso son diferentes. Por lo tanto, no todos los ejemplos aplicarán a todos los niños.
La intervención psicomotriz es esencial para niños que presentan retraso motor, al igual que para quienes presentan un retraso en su
desarrollo intelectual.
Independientemente de cuál sea el origen del retraso, se pretenderá potenciar al máximo las posibilidades del niño para que pueda
obtener una mejor integración del mundo que le rodea.
Es importante tomar en cuenta que el ser humano es un todo y, por lo tanto, su desarrollo es global: físico, cognitivo, motor y
socioafectivo. En ocasiones, las dificultades motrices y la discapacidad intelectual van de la mano,aunque no es una generalidad. Sin
embargo, en esta ocasión trataré de laimportancia de la estimulación psicomotriz para todos los niños que presenten algún retraso en
cualquiera de las áreas de desarrollo.
El movimiento del ser humano comienza antes del nacimiento. Dentro del vientre materno, el bebé ya ha realizado diferentes
movimientos, voluntarios e involuntarios. Al nacer, los reflejos con los que cuenta le permiten una correcta adaptación al mundo y a las
nuevas exigencias que se le presentan. Estos reflejos van desapareciendo y el niño realiza, cada vez más, diferentes movimientos
voluntarios que le permiten explorar y entrar en contacto con diferentes partes de su propio cuerpo, con otras personas y con diversos
objetos.
Si el niño no ha tenido la oportunidad de moverse libremente, presenta un retraso en el desarrollo motor según lo esperado para su edad o
se le dificulta realizar algunos movimientos, se verá afectado en su globalidad (todas las áreas de desarrollo).
Los primeros esquemas mentales en los niños se forjan a partir del movimiento y las experiencias sensoriales, por lo que es muy importante
que se promuevan diversas actividades que requieran o generen movimientos. En los primeros seis años de vida se da la etapa donde el
desarrollo cerebral es más receptivo para captar los estímulos y preparase para futuros aprendizajes. Este desarrollo es diferente en cada
persona, por lo que se debe respetar el ritmo de desarrollo de cada niño, así como los períodos sensitivos, es decir, los momentos óptimos
en los que el cerebro se encuentra preparado para cada aprendizaje.
En la sala de psicomotricidad se le presentan al niño innumerables situaciones de juego que lo impulsen a moverse en un ambiente libre de
riesgos donde pueda ir ampliando la variedad de desplazamientos que realiza, como gateo, giros, reptación, subir y bajar gradas, entre
otros. Al mismo tiempo que se promueve una mejora en el movimiento, también se estimulan la comunicación, el reconocimiento de las
normas y la expresión de las emociones. Además, facilita la capacidad de concentración, comunicación y relación. En la intervención
psicomotriz, además de lo mencionado anteriormente, se trabaja específicamente cada una de las áreas que se desea estimular. También
se debe promover la realización de juego simbólico (que potencia el lenguaje) y se favorece la orientación espacial y temporal, ya que las
actividades se realizan en un espacio cerrado y se va generando una rutina.
La tarea del psicomotricista es brindar al niño herramientas para su desarrollo global (motor y comunicativo), por medio del cuerpo, gestos,
posturas y diferentes objetos. Es normal que existan en la terapia momentos en los que el niño se frustre por no realizar correctamente
alguna actividad que desea. En este caso, el psicomotricista debe estar a su lado acogiéndolo y haciéndolo sentir que es aceptado también
en estos momentos. Esto forjará las bases de su autoconfianza.
Para complementar la información recibida aquí, te recomiendo que leas el artículo sobre Retraso Motor o Discapacidad Intelectual de Ruby
Batz.