1. ¿Las emociones tienen color?
Una niña pinta en un lienzo. Pero ¿significan algo los colores que elige? ¿Y el tono que
tienen?
No sólo los dibujos reflejan el mundo interno de los niños o niñas, los colores que
utilizan y cómo los combinan también pueden dar una idea de cómo se siente.
En general, los colores pastel aplicados de forma ligera y uniforme se asocian a
temperamentos tranquilos y emotivos, y los colores fuertes y marcados se relacionan
con sentimientos intensos ya sean positivos o negativos.
A partir de los siete años es importante fijarse si el niño representa los elementos con su
color real [una cara verde o un sol morado a los cuatro no sólo no es preocupante sino
que es bastante habitual] y si no lo hace hay que pararse a reflexionar si trata de decir
algo con esa disgresión ( si es una forma de llamar la atención, desconectar del entorno,
trasgredir la norma...) o simplemente un ejercicio de creatividad.
AMARILLO: Es el color de la energía, del dinamismo, de la creatividad...siempre y
cuando no predomine. Si en el dibujo libre que su hijo trae normalmente del 'cole'
destaca sobre todo el amarillo, préstele más atención porque puede estar pasando por
una etapa de tensión o de conflicto en el entorno familiar. El amarillo es un color
intermedio que inconscientemente nos indica precaución, cautela, aunque también
transición de una situación a otra.
AZUL: Si su hijo recurre al azul para hacer sus dibujos, posiblemente se trate de un
niño con capacidad de control sobre sí mismo e inteligencia emocional. Es un color que
transmite calma, sensibilidad y capacidad para reflexionar. Un exceso de azul puede
interpretarse como un indicio de enuresis y que algunos niños representen así,
inconscientemente, su problema de incontinencia nocturna.
MARRÓN: Depende de la tonalidad tendrá un color diferente (seriedad, persistencia,
prudencia, intolerancia o incluso agresividad). Aparece normalmente en el tronco de los
árboles, que representa el propio 'yo'. Un predominio de este color puede significar que
el niño se siente obligado a tener "los pies sobre la tierra" y que carga con demasiada
responsabilidad.
NEGRO: Si el niño recurre al lápiz negro para dibujar y en su obra de arte sobresale
este color por encima de los otros, posiblemente sea algo rebelde, emotivo o sufridor.
También puede indicar una personalidad melancólica, pudorosa o con la necesidad de
destacar sobre los demás. Un pequeño impulsivo o agresivo suele combinar el negro con
otro color fuerte como el rojo y sus trazos son irregulares y angulosos.
ROJO: Es uno de los colores preferidos por los niños. Está asociado a la vitalidad, el
valor, la pasión y, en general, a todas las emociones humanas. Si el pequeño 'picasso'
combina el rojo de forma equilibrada con otros colores demuestra una personalidad
equilibrada, pero si es el color dominante es una señal de ambición, falta de autocontrol,
gusto por el riesgo o incluso sexualidad prematura (según la edad). Cuando va
2. acompañado de trazos angulosos y poca definición del dibujo, puede indicarnos
hostilidad, transgresión de las normas e incluso violencia.
ROSA: Es el color de la utopía, del mundo ideal, de príncipes y princesas, y se asocia a
la sensibilidad, afectividad y a la preferencia por las actividades tranquilas. Si su hijo de
más de siete años (varón) recurre en exceso al rosa puede estar tratando de desconectar
de la realidad.
VERDE: Una misma pradera puede transmitir sensaciones dispares: desde el sosiego y
sensibilidad del verde claro a la decisión y esperanza del verde fuerte. Atentos si en los
dibujos de sus hijos predomina este color o se recurre a él para dibujar el agua o el
cielo...porque puede indicar rebeldía, inconformidad, poca tolerancia a la frustración o
desajuste emocional.
VIOLETA: Es el más espiritual de toda la gama de colores. Si el niño colorea con el
violenta muy a menudo puede estar reflejando un sentimiento de temor relacionado con
unos patrones educativos excesivamente rígidos e intolerantes.