Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
Comportamiento electoral
1. REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
SISTEMA DE APRENDIZAJE INTERACTIVO A DISTANCIA
BARQUISIMETO –EDO. LARA
DIFERENCIAR LAS POSICIONES DE AUTORES VENEZOLANOS QUE
EXPLICAN EL COMPORTAMIENTO ELECTORAL.
J. MOLINA, T. MAINGON, M. KORNBLITH, D. LEVINE Y A. ÁLVAREZ.
AUTOR: BETSY BUSTOS
C. I.: V. 10727290
CURSO: COMPORTAMIENTO POLÍTICO.
CARRERA: CIENCIA POLÍTICA
TUTOR: JENNY GUZMÁN
FEBRERO, 2017
2. DIFERENCIAR LAS POSICIONES DE AUTORES VENEZOLANOS QUE EXPLICAN EL COMPORTAMIENTO ELECTORAL.
J. MOLINA, T. MAINGON, M. KORNBLITH, D. LEVINE Y A. ÁLVAREZ.
Desde los primeros intentos de instauración de la democracia en 1946, el sistema de partidos venezolano ha
experimentado cambios significativos
La literatura académica sobre el comportamiento electoral venezolano ha tenido dos preocupaciones centrales: los
factores vinculados a la estabilidad democrática, y la evolución del comportamiento electoral.
Con respecto a la primera temática se han elaborado modelos explicativos centrados en diferentes aspectos tales
como: el grado de heterogeneidad de la cultura política, capacidad para el manejo de conflictos y para la generación
de consenso, el sistema populista de conciliación y las condiciones para su funcionamiento, el nivel de solidez del
pacto tácito entre los miembros del bloque en el poder.
El segundo tema, enfoca todo lo que tiene que ver con la explicación del comportamiento electoral y la evolución del
sistema de partidos en Venezuela, ha dado igualmente origen a diversos enfoques explicativos, relacionados en
general con las teorías predominantes en la Ciencia Política contemporánea
3. DIFERENCIAR LAS POSICIONES DE AUTORES VENEZOLANOS QUE EXPLICAN EL COMPORTAMIENTO ELECTORAL.
J. MOLINA, T. MAINGON, M. KORNBLITH, D. LEVINE Y A. ÁLVAREZ.
J. MOLINA T. MAINGON M. KORNBLITH D. LEVINE A. ÁLVAREZ
Dada la erosión de las lealtades partidistas,
los factores específicos de cada elección
tales como las condiciones económicas, los
temas de campaña, la personalidad de los
candidatos y la evaluación del gobierno
anterior, han incrementado su efecto en
relación con los factores estructurales.
Estos sin embargo mantienen una
influencia notable en las elecciones de
1998, que es de esperar se mantenga en el
futuro.
Plantea que en el caso de Venezuela los
resultados electorales son en parte
significativa consecuencia de la
combinación de factores de carácter
estructural y permanente con la acción de
fuerzas coyunturales en cada elección .
Como factores estructurales señala el
carácter subdesarrollado de la economía
venezolana, el sistema electoral
presidencial de mayoría relativa con
elecciones parlamentarias simultáneas, y
la evolución de la identificación partidista.
Los factores coyunturales han pasado a
tener un peso cada vez mayor a raíz de la
erosión de las lealtades partidistas
tradicionales, sin que se haya producido la
consolidación de nuevas identidades
partidarias.
Partiendo del análisis de las elecciones
nacionales, regionales y locales celebradas
en Venezuela en el año 1998 y de las
elecciones relegitimadoras de los poderes
públicos celebradas en 2000, el autor
constató que las tendencias delineadas
desde procesos electorales anteriores se
convirtieron, la mayoría de ellas, en
patrones de comportamiento político-
electoral y al mismo tiempo se detecta la
emergencia de nuevas tendencias.
PATRONES DE COMPORTAMIENTO
POLÍTICO-ELECTORAL
Abstención: Los procesos electorales son
considerados como uno de los
mecanismos políticos mediante el cual las
sociedades se reconocen a sí mismas como
autónomas, resultando ser vehículos de
legitimación de gran importancia para el
sistema político en general; al mismo
tiempo, a través de éstos se canalizan las
tensiones que se derivan del
funcionamiento del propio sistema
político. Sin embargo, al llegar a
transformarse en instrumentos en
constante funcionamiento y activados
desde el gobierno, éstos van perdiendo su
característica primordial legitimadora,
produciendo cansancio en la población
que voluntariamente decide no participar,
haciendo verdaderamente difícil el paso de
la democracia representativa a la
democracia protagónica
La experiencia electoral venezolana es
extensa, rica y variada. Desde 1958 hasta
diciembre de 2006, en Venezuela se
habrán realizado 26 procesos comiciales
de alcance nacional. De éstos, once
corresponden a la elección presidencial,
diez a la elección de autoridades
regionales y locales y cuatro a referendos
nacionales. Sólo en dos ocasiones (1998 y
2006), las elecciones presidenciales se han
separado de las parlamentarias, y sólo en
una ocasión (2005) los comicios
parlamentarios han ocurrido separados de
otros eventos.
Entre 1958 y 1988 los partidos AD y COPEI
dominaron el espacio político-electoral y
se consolidó un sistema bipartidista. Con la
descentralización se ampliaron las
oportunidades para la competencia
electoral y para la incorporación de nuevos
actores y el sistema tendió al
multipartidismo. A partir del año 2000, el
sistema partidista se redefinió
nuevamente, adquiriendo el carácter de
un sistema de partido dominante, con el
predominio del Movimiento Quinta
República, MVR, principal partido de la
coalición gobernante. Otro rasgo
característico de la reciente evolución del
sistema electoral venezolano ha sido el
incremento de las tasas de abstención,
que en el lapso 1998- 2006 han oscilado
entre un 30 y un 75% según el tipo de
elección
La identificación de los venezolanos con
los partidos políticos se profundizó
durante esos años en torno a AD y COPEI,
contribuyendo en el establecimiento
desde 1973 de un bipartidismo que se
prolongó por dos décadas, donde la
tendencia hacia una derechización de
estos partidos era la prueba más evidente
de la desaparición de conflictos
ideológicos radicales en el sistema político.
Dicha tendencia fue aumentando con el
avance del proyecto capitalista de
modernización y movilidad social que
acompañó el desarrollo de la democracia,
consolidando una ideología de centro y
derecha,
Según D. Levine la consolidación y defensa
de la nueva democracia. era el objetivo
primario. El sistema de partido establecido
después de 1958 permanece dominante,
pero los personajes y algunas reglas han
cambiado. Después de 1968, el juego
político cambia considerablemente, pero
el espíritu de cautela y compromiso, y la
amplia dedicación a la competencia y la
democracia como buenas en si misma
continúan marcando el proceso político La
década posterior a 1958 fue marcada por
un constante declinar de AD, crecimiento
ininterrumpido para COPEI, y el ascenso y
la caída de una cantidad de fenómenos
electorales El comportamiento político
giro entorno a dos grandes partidos AD y
COPEI estableciendo un bipartidismo.
Estudia la abstención como factor
preponderante para comprender el
sistema de partidos y el comportamiento
de los electores.
No confía en la capacidad de los liderazgos
actuales por considerarlos poco
preparados para generar altos niveles de
participación electoral.
El descontento y la falta de credibilidad de
los partidos tradicionales, hace que la
sociedad se polarice.
Manifiesta que en Venezuela existe una
volatilidad del voto y personalización.
Hace referencia a que aunque no exista
una continuidad en el voto hacia partidos,
se pueden formar bloques dentro de los
limites de la izquierda y derecha.
Los electores pueden variar su voto entre
partidos, de la misma orientación, pero a
su vez mantenerse dentro de las fronteras
de su ubicación ideológica.
4. J. MOLINA T. MAINGON M. KORNBLITH D. LEVINE A. ÁLVAREZ
Subdesarrollo y Descontento Endémico:
En los países subdesarrollados de América
Latina y el Caribe, la alternancia en el
gobierno y el desgaste electoral del
partido que ejerce el poder son más
frecuentes e intensas que en los países
desarrollados. En el caso venezolano de
siete elecciones en las cuales estuvo en
juego la posibilidad de alternancia desde
1963 hasta 1993, el gobierno perdió cinco
(71%). Este alto nivel de alternancia ha
sido atribuido a una situación de
descontento endémico producto del
subdesarrollo la situación socioeconómica
derivada del subdesarrollo, lo que hace
muy difícil que un gobierno pueda
satisfacer las necesidades y expectativas
de un número importante de sus
electores. Como consecuencia, se produce
un desgaste importante en su apoyo
electoral y se genera un clima político
favorable a su derrota.
Sistema Electoral:
Venezuela, el sistema presidencial de
mayoría relativa con elecciones
parlamentarias simultáneas contribuyó al
proceso de generación del bipartidismo en
los comicios de 1973 a 1988. En
situaciones de crisis del sistema político el
bipartidismo puede romperse, dando
origen a una situación de multipartidismo
como la que comenzó en 1993.
Las elecciones de 1998 presentaron una
variación en el sistema electoral con
respecto a las anteriores, hubo una
separación de un mes entre la
parlamentaria celebrada el 8 de
noviembre y la presidencial del 6 de
diciembre.
Estructuración de alianzas sin mediación
de elementos de tipo ideológico
Este patrón de comportamiento político-
electoral puso en evidencia, una vez más,
que los diferentes partidos y agrupaciones
políticas carecen de programas ideológicos
que expresen líneas matrices sobre un
proyecto político y económico de carácter
nacional; asimismo se manifestó con toda
crudeza una falta de liderazgo en los
niveles regional y local, en donde el
llamado del líder, en este caso de Chávez,
a votar por sus candidatos, se confundió
con el llamado de un caudillo cuya función
principal fue la de aglutinar a su alrededor
las fuerzas de su partido en torno a
candidatos sin arraigo político-cultural en
las regiones, con lo cual negaba cualquier
trayectoria política de agrupaciones y
grupos electorales que habían venido
ejerciendo el poder en estos niveles con
cierto éxito, en términos de
gobernabilidad y de ejecución efectiva de
sus funciones.
Fortalecimiento de liderazgos regionales y
reelección
Esta tendencia que viene manifestándose
en Venezuela desde que se instauró la
descentralización político-administrativa
en 1989, ha sufrido cierto revés, tal como
lo confirma el seguimiento de los
resultados de las elecciones de
gobernadores. En términos generales, se
continuó reforzando la idea de que el
modo correcto de votar era por los
candidatos que proponían los partidos
nacionales; en consecuencia, los
resultados de las elecciones revelaron que
los votantes ejercieron su derecho a votar
mayoritariamente por listas.
Desde la llegada de Hugo Chávez al poder
se ha ido consolidando un régimen
autoritario electoral en el país.
Ha significado la pérdida de calidad
democrática de los comicios, los cuales
lucen como una versión muy desmejorada
y degradada de lo que fueron en el pasado
reciente y contrastan abiertamente con las
elecciones de democracias
institucionalizadas, aun en el propio
hemisferio americano y más allá del
mismo.
La sustentación del modelo autoritario
electoral depende de la interacción
mutuamente reforzadora de tres variables;
control institucional, recursos petroleros y
debilidad de la oposición.
El rasgo que domina la organización y
puesta en marcha de los comicios es el
omnipresente y penetrante ventajismo
pro-gubernamental, detectable en todas
las fases del proceso comicial. Tal
ventajismo se ha convertido en un rasgo
endógeno al proceso electoral venezolano.
Así mismo, las pérdidas en equidad y
libertad de los procesos comiciales en el
país han tenido un impacto significativo y
negativo en la competitividad de las
elecciones. Ello ha dañado severamente la
confianza de buena parte de la ciudadanía
en la eficacia y valor del voto como
método para expresar las preferencias
colectivas, y ha prendido importantes
alarmas en la comunidad democrática
internacional acerca de la calidad de la
elecciones y de la democracia en el país
Una de las grandes afirmaciones de autor
se orienta hacia el hecho de expresar que
los partidos políticos emergen cuando la
sociedad venezolana experimentaba un
profundo vacío organizativo para la
movilización social.
También expresa que en Venezuela lo que
funciona es un sistema de partidos, el cual
tiene al menos cuatro dimensiones:
1. los partidos son los instrumentos
básicos de movilización y acción políticas.
2. El consentimiento y los votos
movilizados -característica de los partidos
modernos- llegaran a ser centrales para la
política legítima.
3. la dominación partidaria da forma a la
metodología política que prevalece en
torno a manifestaciones, propaganda,
elecciones, y. en la actualidad, medios de
comunicación masivos.
4. a medida que los partidos dominan la
política, se transforman en los agentes
principales para la organización y
canalización de los conflictos políticos.
Para D. Lavine, hay dos puntos claves que
probablemente afectarán la estabilidad del
sistema político venezolano en el corto a
mediano plazo. El primero es la erosión de
la credibilidad y Iegitimidad de que gozan
los partidos políticos, lo que se extiende a
una desilusión más general con el sistema
político. El segundo es el deterioro de la
calidad de vida de buena parte de la
población venezolana. Premisa esta
vigente en la actualidad
5. J. MOLINA T. MAINGON M. KORNBLITH D. LEVINE A. ÁLVAREZ
Sin embargo, la falta de lealtades
partidistas sólidas, el personalismo y la
volatilidad del electorado, pueden hacer
de éste un sistema inestable, en el cual los
partidos con el papel de actores
principales sean pocos, pero distintos en
cada ocasión. Por otra parte, como ya se
observó en 1998, la separación aún parcial
de las elecciones parlamentarias y las
presidenciales puede reducir el efecto
concentrador sobre el sistema de partidos
de ésta última. Ello, se hará evidente luego
de las elecciones del año dos mil, que
serán las últimas simultáneas por espacio
de treinta años, si perdura la Constitución
de 1999.
Evolución de la identificación partidista.
La erosión de las lealtades partidistas
tradicionales sin que hayan sido sustituidas
por nuevas relativamente sólidas hacia las
organizaciones emergentes, ha dado lugar
a partir de fines de los ochenta a la
personalización de la política y la
volatilidad del electorado.
Dada la erosión de las lealtades partidistas
y sus consecuencias: volatilidad del voto y
personalización, parece conveniente
explorar la posibilidad de que la
estabilidad del voto exista pero no en el
marco de la identificación partidista, sino
de la ideología, definida por la ubicación
de los encuestados en el espectro
izquierda-derecha
Disgregación y fragmentación del poder:
La forma de votar del electorado siguió
siendo fragmentada y atomizada, sin que
ello tenga incidencias en la dispersión
ideológica existente. Es decir, que
difícilmente se podría delimitar o
distinguir, a través de los elementos
ideológicos presentes, si las opciones
políticas que se le presentaron al
electorado son de derecha o de izquierda.
Sólo podrían ser distinguidas por sus
discursos; uno de ellos estaba en franca
oposición al poder legítimamente
constituido. Ello, en definitiva, fortalece la
tendencia hacia la disgregación y
fragmentación del poder, que
momentáneamente podría ser
considerada como un patrón de conducta
político-electoral.
Las nuevas tendencias político-
electorales:
Incorporación de militares en los
diferentes ámbitos del poder.
Resurgimiento de la desconfianza en la
institucionalidad electoral.
Incorporación de nuevos temas en el
debate electoral.
Es importante destacar que desde 1999 ha
ocurrido una significativa expansión de las
competencias militares a ámbitos civiles, la
pérdida del carácter institucional de las
fuerzas armadas y su identificación con el
proyecto político y la dirección personal
del presidente, junto con la multiplicación
de militares activos y retirados en
funciones públicas y de militares retirados
en cargos de elección popular
Esto significa que el orden socio-político
venezolano está crecientemente marcado
por la militarización de las relaciones entre
el gobierno y la ciudadanía. Iniciativas
como la creación de amplias fuerzas de
reservistas y de entrega de armas a grupos
identificados con la “revolución”, junto con
la creciente “securitización” de la
concepción del desarrollo y uso de las
fuerzas armadas en la sociedad expresan
esta tendencia.
Al catalogar a Venezuela en el grupo de
países que poseen un régimen autoritario
electoral se quiere destacar las
significativas limitaciones y distorsiones
que caracterizan el ejercicio de los
derechos civiles y políticos, entre ellos de
manera prominente los derechos
electorales, que hoy en día marcan la
dinámica político electoral del país.
La tarea por delante no es simplemente
representar, sino hacerlo de una manera
que provea un orden y una gobernabilidad
razonables a la política democrática.
Los públicos masivos venezolanos
continúan valorizando la democracia, pero
su compromiso se ve cada vez más
impregnado de cinismo y un rechazo en
aumento a los partidos políticos.
La ciudadanía posee un fuerte apoyo a la
democracia como sistema político. como
también a las normas de procedimiento y
principios dc legitimidad sobre los que se
funda. Las elecciones son ampliamente
reconocidas como el camino más legitimo
para el cambio político. hay amplio
rechazo al régimen militar o de un solo
partido, y fuerte apoyo a la critica por
parte de los partidos de oposición. Aunque
la crítica a los gobiernos (como ineptos o
corruptos) aumentó agudamente en los
años recientes.
6. BIBLIOGRAFÍA
Libros:
1.Arenas, Nelly y Gómez, Luis (2001) «¿Modernización autoritaria o actualización del populismo? La
transición política en Venezuela», Cuestiones Políticas, 26:85-126, Maracaibo.
2.Carrasquero, José Vicente y Welsch, Federico (2001) «Revolución en democracia o retorno al caudillismo»,
en Carrasquero, J.; Maingon,T. y Welsch, F., eds. (2001) Venezuela en transición: elecciones y democracia
1998-2000, pp. 69-87, CDB Publicaciones, Caracas.
3.CSE/CNE Dirección de Estadísticas Electorales (varios años).
4.CNE (2001) Gaceta Electoral de la República Bolivariana de Venezuela, diciembre.
5.Molina, José Enrique (2001) «Comportamiento electoral en Venezuela 1998-2000: cambio y continuidad»,
en Carrasquero, J.; Maingon, T. y Welsch, F., eds. Venezuela en transición: elecciones y democracia 1998-
2000, pp. 188-213, CDB Publicaciones, Caracas