Este documento discute que los nombres de Dios y Jesucristo no existen realmente en la Biblia. Argumenta que Dios ocultó su verdadero nombre, el cual es simplemente un apelativo como "YO SOY EL QUE SOY". También argumenta que los nombres comunes de Jesús como Jesús, Yesúa, y Yahshua no son sus nombres verdaderos, los cuales nadie conoce realmente. Concluye que ha habido una manipulación perversa de las escrituras por parte de la iglesia católica.