El documento discute cómo la abundancia comunicativa en la era digital ha reemplazado la escasez de información que existía en el pasado. Ahora la producción y distribución de información es muy rápida y las expresiones de opinión pública no tienen tantas restricciones. Sin embargo, esta abundancia también ha desacralizado la privacidad y llevado a una reacción nostálgica hacia el modernismo. La abundancia comunicativa también requiere que las personas asuman una mayor responsabilidad sobre dónde y cuándo se comunican.