1. APRENDIENDO A CUESTIONARNOS NUESTROS PENSAMIENTOS
Para adquirir la habilidad de afrontar productivamente las emociones de irritación o
de ansiedad es necesario seguir una serie de pasos:
1. ¿Qué me pasa?: Describimos la emoción que sentimos, con dos palabras, una
correspondiente a la intensidad de la emoción (poco, muy, algo, etc.) y la otra
palabra, correspondiente al tipo de emoción que sentimos (triste, tenso, con
miedo, etc.).
2. ¿Qué acontecimiento me hace sentirme así?: Describiremos brevemente el
suceso que nos perturba (ej.: “bronca con un alumno o regaño de un
compañero”) y también la interpretación que hacemos del acontecimiento (“mi
amigo no me ha llamado, luego, ya no le interesa mi amistad”).
3. Preguntas para cuestionar mis pensamientos?:
a) Busca EVIDENCIAS:
♦ ¿Dónde está la evidencia de que esto es como yo lo pienso?.
♦ ¿Puedo probar esto que me estoy diciendo?.
♦ ¿Puedo demostrarlo?.
♦ ¿Por qué es esto verdad?.
b) Analiza las CONSECUENCIAS:
♦ Suponiendo que lo que pienso es cierto ¿sería tan terrible?
♦ ¿Por qué sería tan terrible?.
♦ ¿qué ocurriría si…?.
♦ ¿Puedo estar contento incluso si no tengo lo que quiero?.
c) Analiza la RENTABILIDAD:
♦ ¿Me es rentable pensar como pienso?.
♦ Si pienso así ¿soluciono mis problemas?.
♦ ¿Qué soluciono yo pensando así?.
4. ¿Qué otras interpretaciones puede haber de este acontecimiento?.
Cuando contemplemos otras interpretaciones del suceso, pensaremos fríamente
en el máximo de interpretaciones que pueden hacerse del acontecimiento que
nos perturba y que, por supuesto, sean distintas a las que nosotros hemos
hecho en primer lugar.
5. ¿Cuál de estas interpretaciones me parece más realista?.
6. ¿Cómo me siento ahora?. Evalúa la diferencia.
ANOTACIONES: