3. ACOMPAÑAR No se trata sólo de un acompañamiento meramente físico. Acompañar es, también, saber lo que tiene en la cabeza, lo que le preocupa y lo que no. Es atender.
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8. CONFIANZA LA CONFIANZA QUE SE PUEDE TIENER ES PROPORCIONAL AL TIEMPO CON EL QUE ESTAMOS CON NUESTROS HIJOS.
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10. CONCLUSIÓN Si somos fuertes y les hacemos fuertes, si les tratamos y les dejamos hablar, si nos ganamos su confianza y si somos pacientes, sólo entonces podrán alcanzar la madurez porque le hemos acompañado desde niños.