Carta del Dr Alberto López García Franco, presidente de somamfyc y miembro del Programa Actividades Preventivas y Promoción de la Salud PAPPS de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria semFYC a la defensora del lector del periódico el País.
1. Estimada defensora del lector:
En el artículo recientemente publicado el pasado 30 de octubre de 2014 en su periódico con el
título “8 pruebas médicas que no debería retrasar más” (
http://elpais.com/elpais/2014/10/23/buenavida/1414059561_082679.html ), se presenta
como información científica contrastada, lo que en realidad es una promoción comercial de las
compañías aseguradoras privadas. Y de promoción comercial hay que hablar si analizamos las
recomendaciones que en el artículo se hacen, que tienen dos características sustanciales: que
no se realizan habitualmente en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud y que la
evidencia científica que sustenta su indicación es nula. Si el lector confiado se deja llevar por
esas recomendaciones, porfiará con su médico de familia para que le haga esa “ITV” del todo
punto innecesaria y contraproducente, o se apuntará inmediatamente a cualquier clínica
privada sin que eso repercuta positivamente en su salud.
El cifrar la salud de la población en la realización de chequeos indiscriminados supone
nuevamente delegar en las tecnologías diagnósticas el fundamento del nivel de salud, y relegar
los estilos de vida a un papel secundario, que en absoluto se corresponde con la realidad.
Sorprende la falta de racionalidad de esas 8 recomendaciones (que podrían haber sido 16
incluyendo otras sofistacadas pruebas diagnósticas). ¿Tiene sentido realizar estudios
hormonales de estrógenos, hormona folículo estimulante u hormona luteinizante a una mujer
fértil, que tiene reglas normales? La respuesta es no, porque su equilibrio hormonal está
garantizado por el simple hecho de que menstrúa. ¿Tiene sentido solicitarlo a una mujer
menopáusica? Tampoco, porque su alteración está garantizada por el simple hecho de que sus
ovarios no son funcionantes y su producción de hormonas se reduce drásticamente. No parece
la mejor solución monitorizar lo obvio y analizar lo evidente.
La persona expuesta a dicho chequeo anual (¿por qué no semestral o semanal?) puede salir
con una falsa sensación de seguridad cuando se puede dar el caso de que fume un paquete de
cigarrillos al día, realice un consumo excesivo de alcohol, sea obesa y haga una vida sedentaria.
Otra de las características de las recomendaciones que propone dicho artículo es la ausencia
total de promoción de estilos de vida saludables, cuando es la estrategia más eficiente, más
útil y que aporta mayor calidad de vida a nuestros ciudadanos…, aunque vende menos, de
cara a las compañías privadas, que la realización de análisis y pruebas complementarias.
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) desarrolló un programa
de actividades preventivas, que este año cumple su vigésimo quinto aniversario, en el que se
analizaron aquellas intervenciones de eficacia demostrada a las que había que someter a la
población sana. El PAPPS (programa de actividades preventivas y de promoción de la salud),
que así se llama el programa, analiza qué actividades preventivas se deben realizar y cuáles
no. Muchas actividades preventivas se desaconsejan o bien porque no producen beneficios
tangibles (gasto sanitario injustificado) o porque puedan ser perjudiciales para la salud.
Téngase en cuenta que una de las principales causas de mortalidad en EEUU es la derivada de
los efectos secundarios de los tratamientos, intervenciones o pruebas diagnósticas realizadas
en el ámbito sanitario.
Del cribado del cáncer de próstata se puede derivar una prostatectomía que produzca
impotencia e incontinencia urinaria, y sin que existan estudios que prueben que la realización
de esta determinación, en grandes poblaciones, se asocia a una reducción significativa de la
2. mortalidad. Y es que a veces diagnosticamos tumores que no van a matar al individuo (el
llamado sobrediagnóstico), dolencias de nula repercusión, y alteraciones analíticas que
expresan la variabilidad biológica y que no se corresponden con enfermedades.
Y este problema del sobrediagnóstico también se produce incluso en patologías cuyo
detección precoz se aconseja, pero que han demostrado salvar vidas. Por eso tanto el PAPPS
como instituciones independientes de reconocido prestigio (como el panel de expertos
americanos que se aglutinan en el organismo denominado” US Preventive Services Task Force
(USPSTF)”) recomiendan la realización de mamografías, pero en los intervalos de edad, donde
la prueba es más eficaz y en donde se ha demostrado que reduce la mortalidad: entre 50 y 70
años. La realización de mamografías en mujeres sin antecedentes familiares de enfermedad,
entre los 40 y los 50 años no está recomendada, y no por motivos económicos, sino de salud
pública. La mayoría de las actividades recomendadas o desaconsejadas por el PAPPS son
avaladas por la USPSTF, cuyos miembros palidecerían ante las propuestas de chequeo citadas
en ese artículo.
No tiene ningún sentido realizar una exploración ginecológica anual para detectar cáncer de
ovario y sí tiene sentido realizar una citología aunque no necesariamente con la periodicidad
con la que tarda la tierra en dar la vuelta alrededor del sol. Estudios epidemiológicos solventes
aconsejan realizar citología cada 3 a 5 años y así se realiza actualmente en la totalidad de los
centros de atención primaria del Sistema Nacional de Salud. La costumbre de acudir al
ginecólogo cada año, tiene la misma razón de ser que solicitar consultas anuales con el
neurocirujano o con el psiquiatra. No tiene sentido acudir a unidades especializadas de
menarquia, menopausia, jubilación o bodas de oro. El tiempo dedicado a esas actividades
utilícelo en relacionarse, favorecer la comunicación con los que le rodean, hacer ejercicio y
evitar hábitos tóxicos. Procure ser feliz y consulte a su médico de familia que aprovechando
cualquier visita le irá implementando aquellas actividades preventivas que por su edad, género
y determinantes de riesgo, más le convengan. Y por favor que nos quede claro cuando una
información es sobre salud y cuando es propaganda…, por mucho que nos digan que eso lava
más blanco.
Alberto López Garcia-Franco.Médico de familia. Presidente de la Sociedad Madrileña de
Medicina Familiar y Comunitaria (Somamfyc) y miembro del PAPPS.