Alumna de FUNIBER de Puerto Rico, Milagros Cordero, presenta su tesis de final de la Maestría en Gerontología Social.

1. FUNDACIÓN UNIVERSITARIA IBEROAMERICANA
Universidad de León
León, España
Conocimiento por opinión y la exposición
de las personas de edad avanzada
hacia el abuso, maltrato y negligencia
en Puerto Rico
Proyecto Final de Master presentado por
Milagros Cordero Hernández
Para la obtención del
Título de Master en Gerontología Social
Dra. Lucibel Vásquez
24 de enero de 2011
Bayamón, Puerto Rico

2. ! ii
DEDICATORIA
A ti Dios, dedico esta investigación.
Tú que has sido mi inspiración y refugio en todo este tiempo,
Fuiste mi Ayudador para superar todas las adversidades.
Tú, que has puesto a mi lado en este viaje
A otros seres hermosos para darme fortaleza y ánimo.
Así pude pasar a la otra orilla y lograr la meta tan anhelada.
Sabes con cuánto amor y entusiasmo he estudiado para estar capacitada
Y continuar sirviendo a otros en y fuera de mi país.
Reconozco que la culminación de este grado es
Un escalón más a subir en la escalera de mi vida, que está en Tus manos.
Al culminar sólo te digo, Dios, dime en qué te puedo ayudar.
Habla a mi corazón.
Esta investigación rinde homenaje a todas las personas de edad avanzada que
Dios ha puesto en mi camino, en especial a los que hay en mi familia y en la
iglesia. Ellos me han enseñado a amar la vida en la etapa de edad avanzada. Con
sus acciones he aprendido más que con sus palabras, el respeto y cariño con que
debemos honrar a nuestras personas de edad avanzada.
A los lectores de esta investigación: gracias por compartir conmigo esta travesía.
Confío que a través de la lectura sean bendecidos y que este trabajo sea un granito
de arena para ayudarles a entender a los que sufren el abuso y maltrato en la
última etapa de sus vidas. Dios les bendiga y continuemos juntos hasta el final.
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
(Filipenses 4:13, Versión Reina-Valera 1960)

3. ! iii
UN VIAJE LARGO
De Marcela Gándara
Ha sido largo el viaje, pero al fin llegué.
La luz llegó a mis ojos, aunque lo dudé.
Fueron muchos valles de inseguridad, los que crucé.
Fueron muchos días de tanto dudar,
Pero al fin llegué y a entender.
Que para esta hora he llegado,
Para este tiempo nací.
En Sus propósitos eternos yo me vi.
Para esta hora he llegado,
Aunque me ha costado creer.
Entre Sus planes para hoy me encontré.
Y nunca imaginé que dentro de Su amor;
Y dentro de Sus planes, me encontrara yo.
Fueron muchas veces que la timidez me lo impidió.
Fueron muchos días de tanto dudar,
Pero al fin llegué y a entender.
// Que para esta hora he llegado,
Para este tiempo nací.
En sus propósitos eternos yo me vi.
Para esta hora he llegado,
Aunque me ha costado creer,
Entre Sus planes para hoy me encontré. //
Ha sido largo el viaje, pero al fin llegué.

4. ! iv
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer a las personas que de muchas maneras hicieron posible que
pudiera realizar este trabajo. A mi esposo, José por su ayuda en la redacción. A
mis familiares que llevaron a cabo pequeños detalles para que pudiera tener
tiempo y estudiar. A mis hijos Ana, Francisco y Omar por su amor, paciencia,
comprensión y motivación, sin los que hubiese sido imposible lograr terminar mis
estudios. A mi madre, Elvira y a mis hermanos, Isabel, Alfonso y Flor, porque
siempre he recibido de ellos aliento para seguir adelante.
A mi tutora, la Dra. Inés Dicenta, que me escribió palabras de ánimo que me
estimularon a seguir adelante. Un agradecimiento especial a la Fundación
Universitaria Iberoamericana por promover la educación a distancia en todo el
mundo y ayudarme a obtener una beca para mis estudios. Agradezco a la
Universidad de León, que abre sus puertas a estudiantes de otros países para que
puedan prepararse en Gerontología Social, un área de tanta necesidad a nivel
mundial.
Gracias por la ayuda incondicional ofrecida por el Rvdo. Dr. Roberto Dieppa,
Ministro Ejecutivo de las Iglesias Bautistas de Puerto Rico (de aquí en adelante
IBPR); la Rvda. Lydia Rivas, Ministra Ejecutiva Asociada de las IBPR y la Hna.
Gloria Ortiz, pasada presidenta del Ministerio de Adultos Mayores (de aquí en
adelante MAM). Un agradecimiento a los participantes del MAM que
participaron en la encuesta.
Ofrezco mis palabras de reconocimiento y agradecimiento a las siguientes
agencias gubernamentales: la Administración de Familias y Niños (de aquí en
adelante ADFAN) y la Oficina del Procurador(a) de las Personas de Edad
Avanzada (de aquí en adelante OPPEA), que en tiempos difíciles y sin muchos

5. ! v
recursos adecuados, se esfuerzan por llevar a cabo su trabajo. Gracias al personal
de la Biblioteca de OPPEA, por su amabilidad, disposición y buena voluntad. A
la Lic. Margarita Rodríguez de ADFAN, gracias por facilitarme con diligencia la
información solicitada.
A la Dra. Annabelle Irizarry, catedrática de Trabajo Social de la Universidad de
Puerto Rico, gracias por compartir sus conocimientos conmigo. Ella inspiró en mí
mucha admiración, al brindarme su amistad y permitirme utilizar el cuestionario
desarrollado y validado por ella. Al Dr. Lawrence Schiamberg, de Michigan State
University, por autorizarme a utilizar su modelo de Factores de Riesgo de
Maltrato a Mayores dentro del Contexto de cuidado familiar. A la Dra. Carmen
Delia Sánchez, catedrática de la Escuela Graduada de Trabajo Social, gracias por
su ayuda.
A la Sra. Sandra Rosa, directora del Centro de Acceso a la Información de la
Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto de Bayamón y a su personal,
gracias por estar siempre apoyándome muy de cerca en todo lo que necesité para
completar mi trabajo. Fueron muy diligentes en su colaboración incondicional en
la aportación de los materiales solicitados.
A la Sra. Milagros Olivera y a la Sra. Rizick Rosario, de la Biblioteca de
Cooperativa de Seguros Múltiples, gracias por permitirme usar sus facilidades.
Al Dr. Alfred Delbrey (catedrático de la Universidad Interamericana de Puerto
Rico, Recinto Metropolitano), a la Pastora Laura Ayala (Ministra Ejecutiva
Asociada de las IBPR), a la Dra. Lydia López y al Sr. Yamil García les expreso
mi gratitud por sus aportaciones en el desarrollo del área cuantitativa de la
investigación.

6. ! vi
A las señoras Carmen Candelaria, Ana García y Carmen S. Rivera, gracias por
ayudarme a lo largo de la tesis en forma desinteresada. Y olvido seguro, incluir
nombres de personas que directa o indirectamente han participado en el transcurso
de esta investigación y quedarán en el anonimato para nosotros, pero no para
Dios, porque Él sabe quiénes son.

7. ! vii
ÍNDICE
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10. ! x
ABREVIATURAS
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la Familia
IBPR .''''.'''.''''. Iglesias Bautistas de Puerto Rico
MAM .''''.'''.''''. Ministerio de Adultos Mayores
NCEA .''''.'''.''''. National Center on Elder Abuse conocido como Centro
Nacional de Abuso a Ancianos
NCOA .''''.'''.''''. National Council on Aging conocido como Centro
Nacional del Envejecimiento
OPPEA .''''.'''.''''. Oficina del Procurador o Procuradora de las Personas
de Edad Avanzada

11. ! xi
ÍNDICE DE TABLAS!
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13. ! xiii
ÍNDICE DE GRÁFICAS
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14. ! xiv
ÍNDICE DE FIGURAS Y CUADROS
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15. ! xv
ÍNDICE DE ANEJOS
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17. ! 1
Capítulo 1
INTRODUCCIÓN
Rivera (2005), describe muy bien en la historia de “El caballo de don Pancho” el
sentimiento existente en lo profundo del corazón de algunas personas de la edad
avanzada.
“Cuenta Helio que fue a visitar al pastor Juan Febo y este le habló de que,
cuando era niño, junto a la finca de sus padres vivía un hacendado conocido
por don Pancho. Don Pancho usaba sus caballos para llevar las cosechas de la
finca a la casa y al mercado y para algunos paseos. Desde adolescente, Juan
observaba algo que le estaba curioso e intrigante. Y era que cuando algún
caballo se enfermaba o envejecía, don Pancho lo llevaba cerca de un
precipicio y le disparaba con una escopeta.
El caballo rodaba barranca abajo. Si no moría por el escopetazo, llegaba al
fondo muerto por los golpes que recibía cuesta abajo en su rodada. Cuando
Juan llegó a joven no pudo soportar más aquella crueldad; así que decidió
intentar hacer algo para detener aquel ‘equinocidio.’ Habló con su papá:
‘Papá, ¿por qué don Pancho mata a sus caballos cuando se enferman o llegan
a viejos? Tanto que han trabajado, tanta carga sobre sus lomos, tantos
latigazos del que los monta, para después morir de un maldito escopetazo.
¿No sería mejor soltarlos en el monte para que coman a su gusto y mueran a
su tiempo?’
Sorprendido, el padre de Juan le respondió: ‘No sé, hijo, yo nunca pensé en
eso ni he hablado con él. Vamos a preguntarle ahora.’ Cuando llegaron a la
finca del hombre de marras, hallaron precisamente cerca del barranco un
caballo viejo y al hombre, escopeta en manos. El papá de Juan le contó lo que
el muchacho le había dicho, cosa que detuvo la implacable escopeta del
verdugo. Don Pancho meditó por unos momentos, bajó la escopeta y luego
respondió: ‘El muchacho tiene razón. No sé por qué no había pensado en eso;
lo soltaré al monte que se muera de viejo.’ El pastor Febo terminó su historia
diciendo que él también se sentía como uno de los caballos de don Pancho:
solo, al borde del precipicio y esperando el escopetazo.”
Los signos de abuso pueden manifestarse de manera abierta o sutil. El relato
anterior es un ejemplo del abuso de manera abierta. Observando otro modo,
encontramos que los abusadores emocionales a veces son manipuladores muy
sutiles que a la vista de todo el mundo se presentan como personas extrovertidas,
encantadoras, con carreras exitosas, líderes comunitarios, de un buen nivel
cultural y socio-económico. Pero estas cosas no garantizan que traten con respeto

18. ! 2
y dignidad a la persona de edad avanzada cuando están a solas con ellos o ellas.
El maltrato puede darse en varios entornos: en la familia, en instituciones tales
como residencias, hospitales, centros de salud, asilos y en otros lugares que
pueden incluir a agencias del Estado y la comunidad.
El abuso y negligencia hacia las personas de edad avanzada es una lacra en la
sociedad, un problema muy complejo y multifactorial. Es lamentable que en
nuestra sociedad personas de la tercera edad sufran abusos, maltratos y
negligencia de las personas más cercanas y significativas en sus vidas.
El abuso, maltratos y negligencia es un serio problema en Puerto Rico y continúa
en crecimiento con el pasar de los años. Según la Declaración de Toronto para la
Prevención Global del Maltrato de las Personas Mayores (2002), “El maltrato de
las personas mayores es un problema universal. Las investigaciones realizadas
hasta ahora demuestran su prevalencia, tanto en el mundo desarrollado como en
los países en desarrollo. En ambos, el victimario o victimaria suele ser conocido
por la víctima, y es dentro del contexto familiar y/o en ‘la unidad donde se
proveen los cuidados,’ donde ocurren la mayoría de los casos de maltrato” (Anejo
4). Desafortunadamente, no se conoce cuán grande es el problema. Las
estadísticas locales totales de la incidencia y prevalencia del abuso, maltrato y
negligencia son desconocidas por falta, tanto de estudios, así como de una
recolección sistemática y coordinada de los datos entre las agencias de gobierno
concernidas.
Según el Portal de Mayores, a la pregunta: “¿Quiénes pueden maltratar a una
persona mayor?,” se indica que las personas mayores podrían ser maltratadas por
cualquier persona, que estando en contacto con estas, se encuentre en una
posición de control o autoridad con respecto a ellas, pudiendo incluir a familiares,
amigos, vecinos, cuidadores formales y otros. En una sola agencia del Gobierno
de Puerto Rico, OPPEA, hubo unas 2,414 querellas relacionadas con un hijo o

19. ! 3
hija como agresor o agresora en el período de octubre de 2008 a septiembre de
2009, representando el 71.8%, mientras que se recibieron 1,948 querellas en el
mismo período del año anterior, un 66.5%. Según estas estadísticas, los hijos o
hijas son los principales ofensores. En ocasiones los signos del abuso, maltrato y
negligencia no son reconocidos, lo que fomenta el que las estadísticas que
tenemos sean sólo la punta del témpano de hielo de este tema tan delicado.
El “National Elder Abuse Incidence Study” (1998) estima que por cada persona
de edad avanzada que ha sido víctima de abuso y negligencia existen cinco casos
que no han sido informados. Cambios en la demografía y en la política pública
tienen repercusiones en la incidencia de maltratos y abusos. Vivimos en un país
con una sociedad envejecida. Se considera que hay envejecimiento de la
población cuando un 10% de sus habitantes tiene 60 años o más de edad. Según
los estimados del Negociado Federal del Censo, para el año 2008 la población de
edad avanzada en Puerto Rico era de 754,668 personas, representando el 19.1%
de la población total de la isla.
Otra señal de envejecimiento en la población es cuando la mediana de edad es
mayor de 30 años y en nuestro país la mediana para el año 2009 era de 36.3.
Según la Encuesta de la Comunidad en Puerto Rico para el año 2008 el 50.8% de
las personas de 60 años o más tiene algún impedimento. Según aumenta la
población la incidencia de maltrato y abuso es mayor. Según se avanza en edad,
aumenta la dependencia, lo cual trae mayor necesidad de servicios y finanzas. En
Puerto Rico, el déficit fiscal ha creado serios problemas por los que los
organismos gubernamentales no pueden cumplir a cabalidad su función de
proteger a las personas de edad avanzada de los maltratos, abusos y negligencias.
La ecuación es simple: menos trabajadores sociales y abogados implica un
aumento en casos para los empleados o empleadas que quedan en las oficinas del
gobierno y eso diluye la atención que se le puede dar a cada caso en particular.

20. ! 4
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Se escogió como muestra a 98 participantes del MAM de cinco iglesias de las
IBPR en diferentes pueblos. Es propio señalar que esta es la primera
investigación que se lleva a cabo sobre el tema utilizando como muestra a un
grupo de personas de una denominación religiosa en Puerto Rico. Es necesario
reconocer, para efectos de este estudio, que los miembros de las iglesias son parte
de la población, parte de la sociedad y, por lo tanto, representativas del grupo de
personas de edad avanzada al que va dirigido esta investigación.
El presente trabajo de investigación encuentra su marco teórico de referencia en el
“Modelo Ecológico Bi-focal Aplicado al Abuso de Ancianos” y su explicación de
los “Factores de Riesgo del Maltrato de Ancianos Dentro del Contexto del
Cuidado Familiar,” desarrollado por Schiamberg y Gans (1999), (figura 1.2.),
modelo que asumimos y compartimos plenamente. Este modelo es bi-focal
porque se basa a su vez en dos modelos: “Modelo de la Ecología del Desarrollo
Humano” por Urie Bronfenbrenner y el “Modelo de Perspectiva del Curso de la
Vida.” aplicado por diferentes teóricos e investigadores. Se enfoca a la vez en el
hijo o hija adulto y en el envejeciente como un dúo. Este modelo plantea el papel

21. ! 5
esencial y fundamental de la relación intergeneracional entre un hijo o hija adulto
y un padre o madre de edad avanzada en el curso de la vida como base principal
para la comprensión del maltrato a personas de edad avanzada así como el
desarrollo de programas de prevención e intervención comunitaria relevantes y
efectivos (Schiamberg y Gans, 1999).
En el capítulo de Introducción se describen a grandes rasgos los problemas que
enfrentan algunas personas de edad avanzada. Presentamos la justificación los
propósitos del estudio y el problema (secciones 1.1., 1.2. y 1.3.). Luego
delineamos las preguntas de investigación (sección 1.4.) y las hipótesis (sección
1.5.). De inmediato, enumeramos las limitaciones encontradas al realizar la
investigación (sección 1.6.). Por último, revisamos la literatura relacionada al
tema para presentar el marco teórico que nos sirve de base en la investigación
(sección 1.7.).
A continuación, se procede a describir los aspectos generales y que son relevantes
al lector de este trabajo de manera que pueda entender el contexto de los que
participan en la investigación.
IGLESIAS BAUTISTAS DE PUERTO RICO
La Rvda. Miriam Z. Gutiérrez (Gutiérrez, 2010) escribe sobre las Iglesias
Bautistas de Puerto Rico como sigue:
“Dos semanas después de que comenzara el control americano en Puerto Rico
y del final de la Guerra Hispanoamericana –1 de enero de 1899—llegó a
Puerto Rico el misionero de la Sociedad de Misiones Domésticas Bautistas
Americanas, don Hugo P. Mc Cormick. Este fundó la Primera Iglesia
Bautista de Río Piedras. Mc Cormick estuvo a cargo de la obra bautista en el
norte de la Isla. Se le unió a esta tarea la misionera Ida Hayes, quien fue la
primera misionera comisionada. Poco después, en el mismo año, llegó para
hacerse cargo de la obra en el sur el Rvdo. A. B. Rudd, mejor conocido como
Don Bartolo. Este fundó la Primera Iglesia Bautista de Ponce. Don Bartolo
tuvo la colaboración de la misionera Juanita Duggan. También llegó el

22. ! 6
misionero Rvdo. Edgar L. Humphrey, quien se ubicó en el centro. Al ir
creciendo la obra, llegaron los misioneros L.E. Troyer, quien fue al sur, y
H.W.Vodra, quien se quedó en San Juan. Así cada región estaba cubierta por
un misionero americano. Con la llegada de las denominaciones evangélicas a
la Isla, se dividió el territorio por convenio fraternal, de manera que cada
denominación pudiera desarrollar su trabajo libremente. A los bautistas se nos
asignó la parte norte desde San Juan hasta el sur en Guánica, pasando por el
centro. Del litoral este le correspondió hasta Río Grande, comenzando por
Carolina. Adquirimos Juncos mediante una negociación con la Iglesia
Congregacional y más tarde, nosotros le entregamos Guánica a los
presbiterianos. En 1902 se organizó la Asociación de Iglesias Bautistas de
Puerto Rico, en una reunión en Ponce. En 1927 se incorporó oficialmente la
Asociación con el Departamento de Estado. En 1936 la Asociación cambió de
nombre a Convención de las Iglesias Bautistas de Puerto Rico. En 1954 hubo
otro cambio a Convención Bautista de Puerto Rico. En 1972 volvimos a
cambiar de nombre, esta vez a Iglesias Bautistas de Puerto Rico, para
armonizar nuestra teología con el nombre. En 1962 se admitió la convención
de Puerto Rico como una región de las Iglesias Bautistas Americanas, durante
una asamblea celebrada en la ciudad de Filadelfia. Una vez concluido el
trabajo de los misioneros, comenzó el trabajo de los puertorriqueños y
puertorriqueñas dirigiendo la asociación. Después de don Oscar Rodríguez,
siguió Ángel Luis Gutiérrez, Pedro Hernández, José Norat, Yamina Apolinaris
(la primera fémina), José Norat, y Cristino Díaz Montañez. En julio de 2009 el
Rvdo. Dr. Roberto Dieppa comenzó en su posición como ministro ejecutivo.”
Al presente (2010), las IBPR cuentan con 122 iglesias y misiones. Aunque no
existen al momento estadísticas agrupadas, el Rvdo. Dr. Roberto Dieppa, Ministro
Ejecutivo de las IBPR, indica que se estima un total de 18,000 miembros en la isla.
MINISTERIO DE ADULTOS MAYORES
Como una iniciativa hacia las IBPR, la Lcda. Emily Dixon de Ruíz, junto al Rvdo.
Dr. Cristino Díaz Montañéz, impulsaron la idea de formar un grupo de adultos
jubilados para unirles y satisfacer sus necesidades particulares. Al principio se le
conoció como el “Club de Oro” (Anejo 5). Hoy se le conoce como MAM. El 6
de marzo de 1997, durante la celebración de la Nonagésima Quinta Asamblea
Anual de la IBPR, se aprobó que el MAM formara parte de la denominación
como una organización afiliada (Anejo 6).

23. ! 7
Al momento (2010) hay 62 grupos de este ministerio formados a nivel nacional.
Según la Hna. Gloria Ortiz, pasada presidenta nacional, se desconoce el número
total de participantes por su fluctuación, aunque se estima en unos 500 miembros.
El lema del MAM es “Añadiendo Vida a los Años en el Señor.” Sus versículos
distintivos tomados de la Biblia son “El justo florecerá como la palmera; crecerá
como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro
Dios florecerán. Aún en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes, para
anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, y que en él no hay injusticia” (Salmo
92:12-15; versión Reina-Valera, 1960).
A nivel nacional, esta organización celebra cuatro actividades anuales: Congreso
de la Edad de Oro, Festival Dorado, Concierto-Almuerzo y el Encuentro
Nacional. En adición, cada grupo local establece sus propias actividades de
acuerdo a sus necesidades. Realizan actividades que promueven el crecimiento
espiritual de los participantes, el mejoramiento de la calidad de vida, la
capacitación de los asistentes para comunicar el mensaje del Evangelio a otros y
actividades de confraternización, entre otras.
En la Fig.1.1., pueden observarse los pueblos donde existe obra bautista en Puerto
Rico. Están señalados en color violeta. La mayoría de las obras bautistas se
encuentran del centro hacia el este del país.
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Fuente: Enlace web, ibpr.org, pueblos añadidos

24. ! 8
1.1. JUSTIFICACIÓN
De acuerdo a la literatura revisada hasta el momento de completar este trabajo, en
Puerto Rico no se ha investigado antes cuál es la opinión y exposición al abuso,
maltrato y negligencia hacia las personas de edad avanzada desde el punto de
vista de personas pertenecientes a una denominación religiosa. Con esta
investigación se realiza, a nuestro entender, el primer diagnóstico de la opinión y
exposición al abuso, maltrato y negligencia de los participantes del MAM de las
IBPR. Este trabajo sirve de base para crear y establecer programas de prevención
sobre el abuso, maltrato y negligencia hacia las personas avanzadas dentro de las
IBPR y otras instituciones. Además, ofrece la base para llevar a cabo
investigaciones mayores dentro de esta misma denominación, otras
denominaciones protestantes, la Iglesia Católica Romana y otros grupos religiosos
existentes en la isla. Junto con ello, provee la base para establecer una compa-
ración entre lo que ocurre en Puerto Rico y otros países.
Dado que no se le ha dado importancia a un problema que está presente, que es
soslayado, aunque cada vez menos oculto y en ascenso, existe poca literatura
sobre este tema en el país. Los resultados de la investigación sirven para
comenzar a documentar el problema.
Consideramos que es primordial tener conocimiento de lo que es el problema,
entender los tipos de abuso, sus efectos o consecuencias, las teorías de causación,
además de las características de los agresores y de las víctimas. El conocimiento
puede traer cambios en la actitud hacia el problema y en lugar de adoptar una
actitud pasiva, adoptar una actitud pro-activa. Así dejamos de ser parte del
problema para ser parte de la solución.
Por otro lado, la autora es parte de una de las muchas familias que ha vivido en
carne propia y en sus diferentes dimensiones el maltrato físico, financiero y
psicológico hacia las personas de edad avanzada.

25. ! 9
He tenido también la oportunidad de dialogar con personas que son protagonistas
de situaciones de abuso, negligencia o maltrato y ni siquiera lo perciben. La
presente investigación aporta a esa necesidad de ahondar en este problema
buscando conocer todo lo más posible sobre el tema, ayudando a la autora y a
otros que se encuentran en esta situación. Se pretende, además, crear conciencia y
alertar a las personas que pueden convertirse en víctimas o agresores. Como
expresó la Madre Teresa de Calcuta, “A veces sentimos que lo que hacemos es
tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara esa gota.” Espero
que esta investigación sea esa gota.
1.2. PROPÓSITOS DE LA INVESTIGACIÓN
Son varios los propósitos de esta investigación. El propósito principal de la
misma es investigar el conocimiento por opinión y la exposición al abuso,
maltrato y negligencia de un grupo de personas de edad avanzada pertenecientes a
las IBPR. Otro propósito es contribuir a la información disponible de los factores
de riesgo a abuso, maltrato y negligencia hacia la persona de edad avanzada en
Puerto Rico.
Deseo motivar a otras personas o grupos a realizar estudios sobre este tema. Por
último, considero que éste es un tema actual y que la investigación gerontológica
juega un rol muy importante para un mejor diagnóstico y futura educación al
público en general ante el crecimiento que se demuestra en el número de personas
de edad avanzada alrededor del mundo (Naciones Unidas, 2002).
1.3. PRESENTACIÓN DEL PROBLEMA
El maltrato a personas de edad avanzada se engloba dentro de una categoría más
general denominada violencia doméstica o familiar, en la que también se incluye
el maltrato infantil y la violencia de género.

26. ! 10
Hasta hace pocos años, la investigación sobre la violencia familiar se centraba
exclusivamente en el maltrato infantil y de género (violencia hacia la mujer).
Si bien el abuso a personas de edad avanzada ha ocurrido a través de la historia,
no fue identificado como un problema hasta el 1975 cuando a nivel mundial se
describió por primera vez en la literatura médica en una carta al editor de la
revista “British Medical Journal” (Anejo 7). Se emplea el término de la “abuelita
golpeada” (traducido de “Granny Battering”). Burston (1975), describe la historia
de una abuelita golpeada por sus familiares, que ha sido llevada al hospital y
padece de cierta condición mental. Por otra parte, en Puerto Rico encontramos
evidencia de esfuerzos locales para lidiar con este problema en el año 1913 con el
caso “El Pueblo v. Aguilar,” (Anejo 8). El caso es una denuncia contra Francisco
Aguilar por acometimiento y agresión contra su padre Isidro Aguilar, al pegarle
con un paraguas causándole una herida. La alegación se hizo invocando el
párrafo 4, de la sección 6 de la Ley del 10 de marzo de 1904, que reza así: “Todo
acometimiento y agresión será considerado con circunstancias agravantes en los
siguientes casos: …4) Cuando se cometiere por una persona robusta y de fuerzas
corporales en la de un anciano o decrépito” (Anejo 9).
El abuso hacia las personas de la tercera edad es un problema de violación de los
derechos humanos, un problema social y un problema de salud pública. Es un
problema con resultados devastadores no solo en la víctima, también en su
entorno inmediato. Entre los factores de riesgo que hacen que la persona de edad
avanzada se encuentre en una situación de fragilidad ante el maltrato, abuso y
negligencia se encuentra el nivel de dependencia, derivado de algunas patologías,
pérdidas de rol social, aislamiento, baja autoestima y limitados niveles de ingreso.
Se trata de un fenómeno universal en el que las personas de edad avanzada
soportan cotidianamente formas sutiles o abiertas de maltrato o violencia.

27. ! 11
Se suma además el viejismo que, según Butler (1969), es “un conjunto de
estereotipos y discriminaciones que se aplican a los viejos en función de su edad.”
Se ha descrito como un problema oculto porque se encuentra escondido en
ocasiones en lo secreto de los hogares, en lo secreto de las confesiones en las
oficinas pastorales o los confesionarios, en lo secreto de las confesiones a
profesionales de salud que optan por no informar estas situaciones, o en lo secreto
de la confesión a personas particulares en los grupos sociales o eclesiásticos en
los que gravita la persona de edad avanzada. El problema es siempre soslayado,
las víctimas muchas veces piensan que es algo normal o que debido a la
dependencia, tanto afectiva como económica, no debe denunciarse. Gracia
(2003), cuestiona esa supuesta “invisibilidad” de la violencia familiar y subraya la
necesidad de considerar los niveles todavía excesivamente elevados de tolerancia
social ante determinados tipos de violencia, tolerancia que a su vez está
íntimamente relacionada con actitudes sociales e institucionales. Puerto Rico
ocupa la posición número 32, según el porcentaje de población mayor de 60 años
o más, en el listado de posiciones por países de las Naciones Unidas. Se espera
que el número de casos de maltrato siga creciendo según aumente el número de
personas de edad avanzada.
1.4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
En este estudio se plantean las siguientes preguntas de investigación:
Pregunta 1: ¿Cuál es el perfil sociodemográfico de la muestra?
Pregunta 2: ¿Cómo responden los miembros del MAM a las aseveraciones
individuales de conocimiento por opinión y a las aseveraciones individuales
de exposición al abuso/maltrato y negligencia?
Pregunta 3: ¿Cuál es el nivel de conocimiento por opinión y el nivel de
exposición al abuso y maltrato de los miembros del MAM?

28. ! 12
1.5. HIPÓTESIS
Se sometieron a prueba las siguientes hipótesis nulas:
Ho1: No existe una diferencia significativa entre los grupos de iglesias, edad,
género, escolaridad y estado civil con respecto al conocimiento por opinión
sobre el abuso, maltrato y/o negligencia en el MAM.
Ho2: No existe una diferencia significativa entre los grupos de iglesias, edad,
género, escolaridad y estado civil con respecto a la exposición al abuso,
maltrato y/o negligencia en el MAM.
Ho3: Altos valores en conocimiento por opinión están asociados con bajos
valores en exposición al abuso/maltrato y/o negligencia en el MAM.
1.6. LIMITACIONES
El trabajo realizado en la presente investigación no está exento de ciertas
limitaciones que se encontraron al hacer el estudio sobre la opinión y exposición
de las personas de edad avanzada hacia el abuso, maltrato y negligencia en Puerto
Rico. Como limitaciones podemos mencionar:
1. ADFAN, agencia que tiene la responsabilidad vicaria en ley de ser la que
gestiona los casos de abuso, maltrato y negligencia, en los cuales la
persona no representa un trastorno mental severo o adictivo, informó que
el programa no recoge los datos de protección de adultos por tipología.
2. No hay estadísticas disponibles sobre el perfil de las personas que son
miembros del MAM.
3. Dentro de la muestra seleccionada se escogió a la Iglesia F, sin embargo,
los cuestionarios no fueron entregados en el tiempo requerido.
4. Siendo la investigación dentro del MAM una de carácter voluntario, los
participantes no son necesariamente una muestra representativa de toda
la organización.

29. ! 13
5. No se utilizó una escala para diagnosticar el estatus mental de la persona
de edad avanzada participante al momento de contestar el cuestionario.
6. Diferentes personas realizaron la entrega de los cuestionarios a los
participantes en las iglesias y pudieron haber utilizado estándares
diferentes a los deseados por la autora en la presentación del estudio.
7. El utilizar la palabra “no” al iniciar las premisas en la sección de actitudes
hacia eventos de posible abuso y negligencia, trajo confusión en el
momento de contestar, según manifestaron varios encuestados. Por esa
razón se eliminó de la investigación esa sección.
8. La encuesta no tiene definido lo que es neutro, lo cual podría redundar en
que se optara por esta opción al desconocer cuán significativo tiene que
ser el “si” o el “no”.
9. Las categorías usadas en la investigación para agrupar a la variable de
ocupación difiere a las que tiene el Censo de Población y Vivienda en
Puerto Rico, esto limita el que puedan realizarse comparaciones entre
ambos.
10. Es difícil comparar los resultados de las investigaciones que existen
sobre el tema ya que varían en el tipo de abuso estudiado, las
definiciones de los tipos de abuso, la edad de los encuestados, a quién se
le pregunta, qué se le pregunta y si la audiencia era de personas de
tercera edad saludables o frágiles.
11. El estudio se circunscribió al maltrato doméstico. No se incluyeron
otros tipos de maltrato, tales como el institucional, espiritual y
societario.
12. No participaron en el estudio personas de edad avanzada que no saben
leer, ni escribir.
13. Al ser la muestra tan pequeña, la confiabilidad de los resultados es
limitada y la capacidad para generalizar es menor.

30. ! 14
A pesar de las limitaciones antes mencionadas, los resultados de esta
investigación aportan al conocimiento del problema planteado, partiendo de un
marco teórico que nos permite documentar la prevalencia de este mal social
dentro del marco de un grupo religioso, el MAM, y a la vez dentro de la sociedad
puertorriqueña.
1.7. MARCO TEÓRICO
Existe una diversidad de teorías para explicar el abuso, maltrato y negligencia
hacia las personas de la edad avanzada. Según Giordano y Giordano (1984) se
identifican siete hipótesis sobre las causas del maltrato a las personas de edad
avanzada. Estas son: teoría de la dinámica familiar, teoría de impedimentos y
dependencia, teoría de la psicopatología del causante del abuso, teoría de la crisis
filial, teoría de la tensión interna o del estrés del cuidador, teoría de la tensión
externa y teoría de actitudes negativas. Sin embargo, en esta investigación
consideramos el “Modelo Ecológico Bi-focal: Factores de Riesgo del Maltrato de
Ancianos” (Puerto Rico: Personas de edad avanzada), desarrollado por
Schiamberg y Gans (1999), el modelo más completo. Este modelo se deriva de
dos marcos: el Modelo de Ecología del Desarrollo Humano por Urie
Bronfenbrenner (1979) y el Modelo de Perspectiva del Curso de la Vida
(Bengston y Allen, 1993; Schiamberg y Gans, 2000, utilizado por varios teóricos
e investigadores). Según Schiamberg y Gans (2000), dada la complejidad del
tema del maltrato a mayores y del hecho de que diversos factores de riesgo
relevantes estén relacionados con las personas que cuidan y son cuidadas, con el
ambiente o el contexto social/cultural y con la interacción entre las personas y el
contexto, un enfoque ecológico aplicado podría ser el mejor para dirigirse a los
requisitos para un mejor entendimiento del maltrato a mayores en su contexto, así
como para el desarrollo de las intervenciones comunitarias pertinentes.

31. ! 15
En el Modelo de Perspectiva del Curso de la Vida se hace hincapié en la
importancia del tiempo, nuestro proceso de contexto y significado en el desarrollo
humano y la vida familiar (Bengston & Allen, 1993).
En la Figura 1.2., puede observarse un esquema de los factores de riesgo de
maltrato a personas de edad avanzada dentro del contexto de cuidado familiar. Se
presenta un ejemplo del modelo usando como protagonistas a la relación existente
entre niño o niña adulto y el padre o madre anciano. El modelo proporciona una
interpretación de las relaciones intergeneracionales entre el hijo o hija cuidador y
el padre o madre mayor a lo largo del curso de la vida como base para el
desarrollo de programas de prevención e intervención con el objetivo de mejorar
la calidad de vida de las personas mayores y sus familias en una sociedad
envejecida.
Según Fishers et al. (1994) la relación entre los dos individuos se examina, dentro
de los múltiples contextos: biológico, físico/ecológico, interpersonal, socio-
cultural, político, económico e histórico. El modelo considera la violencia como
el resultado de una compleja interacción entre varios sistemas. Estos son:
microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema.

32. ! 16
7$#/-&'9.<.'7&*+,-)4'()'-$)4#,'()'3&2+-&+,'()'&%*$&%,4'()%+-,'()2'
*,%+)L+,'()'*/$(&(,'7&3$2$&-'R')2'3,()2,')*,2;#$*,'&!2$*&(,
!
Fuente: Traducción propia, Shiamberg y Gans (1999).
A continuación resumimos las principales partes que constituyen el Modelo
Ecológico, bi-focal: Factores de Riesgo del Maltrato de personas mayores:

33. ! 17
Microsistema
El microsistema comprende las características personales individuales que
incrementan el riesgo de que una persona se convierta en víctima o agresor.
Según Schiamberg y Gans (2000) el modelo original de Bronfenbrenner de la
Ecología del Desarrollo Humano ha sido adaptado para incorporar una
perspectiva bi-focal, centrándose de forma simultánea entre dos individuos (el
modelo original se centraba en una sola persona en desarrollo que forma un dúo
familiar tal como abuelo-nieto o niño o niña adulto-padre o madre anciano).
Escogemos de ejemplo la segunda relación mencionada anteriormente. Por lo
tanto, dentro del microsistema los dos protagonistas son: abusador-niño o niña
adulto y víctima-padre o madre anciano. En el abusador-niño o niña adulto
algunas de las características son: abuso de substancias, enfermedad mental y/o
emocional, demencia senil, estrés y carga, características de la personalidad y
carencia de apoyo social. En la víctima-padre o madre anciano algunas de las
características son: género, estado marital, edad cronológica, conducta
provocativa y aislamiento.
Mesosistema
El mesosistema comprende los factores relacionales de la persona de edad
avanzada en sus interacciones sociales con el niño adulto. Algunas de las
características que incrementan el riesgo son: dependencia, arreglo de vivienda,
historia de abuso, transmisión de violencia intergeneracional y demandas
multigeneracionales.
Exosistema
Este sistema consta de dos partes:
•mesosistema-niño o niña adulto / exosistema-padre o madre anciano
•mesosistema-padre o madre anciano / exosistema-niño o niña adulto

34. ! 18
El exosistema comprende los entornos (organizaciones) en donde los dos
protagonistas se desenvuelven en las relaciones sociales. En la parte de
mesosistema-niño o niña adulto / exosistema-padre o madre anciano, las
características personales individuales que incrementan el riesgo son: estatus de
empleo, recursos financieros, aislamiento social y falta de apoyo formal. Por otro
lado, en la parte de mesosistema-padre o madre anciano / exosistema-niño o niña
adulto, las características personales individuales que incrementan el riesgo son:
aislamiento social y falta de apoyo social. Según Schiamberg y Gans (2000),
mientras que el padre o madre anciano no participa en el lugar de trabajo del hijo
o hija adulto, un ejemplo, las políticas exosistema relacionadas con el trabajo de
un hijo adulto (como las políticas tales como licencia familiar) puede afectar a su
bienestar.
!
Macrosistema
El macrosistema se refiere a los marcos sociales, culturales o ideológicos que
afectan o pueden afectar transversalmente a los sistemas de menor orden (i.e.
microsistema, mesosistema y exosistema). Incluye factores tales como la política
pública, normas culturales, el viejismo y el sexismo, la presencia de ciertas
actitudes hacia la violencia y hacia los minusválidos o discapacitados.
Por último en el Modelo Ecológico, bi-focal: Factores de Riesgo del Maltrato de
personas mayores también se analiza el cambio de las interacciones e
interrelaciones entre ambos a lo largo del tiempo.

35. ! 19
Capítulo 2
REVISIÓN DE LITERATURA
En este capítulo, llevamos a cabo una amplia revisión de los aspectos teóricos
más relevantes en la comprensión del fenómeno del abuso, maltrato y negligencia
hacia la persona de edad avanzada. En la sección 2.1., veremos la literatura
relacionada con los estudios realizados en Puerto Rico sobre el tema de abuso,
maltrato y negligencia hacia las personas de edad avanzada. Presentamos también
una radiografía de los datos principales de la población de edad avanzada en la
sección 2.2. Para poder tener un marco de referencia, presentamos las
características de la familia puertorriqueña en la sección 2.3. Luego ofrecemos
las estadísticas de abuso, maltrato y negligencia en la sección 2.4. Incluimos
información sobre definiciones de los tipos de maltratos y negligencia en las
secciones 2.5 y 2.6. Para conocer sobre los factores de riesgo que contribuyen a
que esté presente este fenómeno exponemos sus indicadores en las secciones 2.7.,
y 2.8. Resumimos las características principales del perfil del maltratante en la
sección 2.9 y las barreras que existen para detectar el abuso y negligencia en la
sección 2.10. Describimos las leyes que se relacionan con el maltrato y abuso en
la sección 2.11. Por último, mencionamos las agencias del gobierno que
intervienen en situaciones de abuso, maltrato y negligencia hacia el sector
poblacional de las personas de edad avanzada en la sección 2.12.
2.1. INVESTIGACIONES REALIZADAS SOBRE EL ABUSO,
MALTRATO Y NEGLIGENCIA
Nuestra experiencia buscando la información para llevar a cabo la revisión de
literatura coincide con la de Sánchez (2000). “En Puerto Rico, la epidemiología
social del maltrato a las personas ancianas no está claramente delineada debido a la
falta de notificaciones, la falta de data prevaleciente y carencia de estudios y recursos
necesarios para desarrollar una base segura de datos que describa el problema.”

36. ! 20
Todas las investigaciones encontradas son de tipo exploratorio y/o descriptivo y
de tipo transversal. No encontramos estudios longitudinales sobre este tema en
Puerto Rico.
El primer estudio que identificamos lo llevó a cabo Muñoz (1985) como parte de
su Tesis de Maestría en la Facultad de Educación en la Universidad de Puerto
Rico. Se estudian 96 expedientes de personas de 60 años o más que participan de
los servicios bajo la meta de protección del programa de servicios a adultos del
Departamento de Servicios Sociales residentes en nueve municipios entre los años
1980 a 1984. En los datos se encuentra que la víctima típica es la persona que
vive en la zona rural, de sexo femenino, viuda, sin escolaridad, entre 60 a 74 años
de edad y que reside sola. La investigación revela que los mayores factores
estresantes son: la incapacidad física o mental de algún miembro de la familia
(70.0%), alcoholismo (31.3%), malas condiciones físicas de la vivienda (30.2%),
falta de recursos económicos (17.7%) y el genio violento o agresivo de algún
familiar (15.6%). El maltrato físico que más se informa es el de malnutrición,
seguido por la falta de higiene personal. Cerca de la tercera parte recibe golpes y
contusiones. El maltrato psicológico más frecuente es el de encerrar a la víctima,
un 15.0%, seguido de ataques verbales o insultos con un 14.0%. Los siguientes
son el rechazo con un 14.0% y la soledad con un 9.0%. El abuso financiero más
frecuente es el mal uso del dinero o de las propiedades de la persona de edad
avanzada.
Otro estudio fue realizado por varios autores (Arroyo et al., 1992). Se entrevista
sobre la prevalencia y naturaleza del maltrato a 131 profesionales y personal de
apoyo que ofrecen servicios en los centros de envejecientes y en las diversas
instituciones de servicios del hogar. Es una Tesis de Maestría de la Escuela
Graduada de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río
Piedras.

37. ! 21
De los 131 casos, 95 de ellos, o sea el 72.5%, identifican situaciones de maltrato,
36.0% señalan no haber intervenido con situaciones de maltrato envejecientes.
En los datos se encuentra, al igual que en el anterior, que la víctima típica es una
persona que vive en zona rural, de sexo femenino, de 75 a 79 años, viuda y que
reside con familiares. Identifican la negligencia como el tipo de maltrato más
común, seguido del maltrato emocional, físico, explotación y abuso sexual.
Sánchez (2000) participa en un estudio comparativo auspiciado por el NCEA. Es
un estudio comparativo entre Cuba y Puerto Rico sobre las actitudes hacia el
abuso de personas de mayor edad. En los datos se encuentra que la víctima típica
es una persona de sexo femenino, viuda y que reside sola. El promedio de
estudios es de ocho años de escolaridad. Por otro lado, Sánchez y Rivera (2000)
participan en un estudio realizado por el NCEA, sobre las mujeres de edad
avanzada y sus percepciones hacia el abuso y maltrato. Las actitudes y
percepciones sobre el abuso se evalúan utilizando una encuesta que contiene
aseveraciones de abuso psicológico, físico, financiero, negligencia, dilemas
éticos, percepción sobre la magnitud del abuso, percepción sobre las causas y
actitudes hacia reportar abusos. En los datos se encuentra que la víctima típica es
una persona viuda y que reside sola. Según Sánchez (2000), “La educación
formal promedio es de 8 años de escolaridad y un 17.0% tiene menos de seis años
de escolaridad.”
La investigación de Irizarry (2005) está relacionada con la opinión, exposición y
actitud sobre el abuso, maltrato y negligencia de la persona de edad avanzada. En
la investigación se evalúa por género y por el modo de residencia. En los datos se
encuentra que para ambos sexos las víctimas típicas son personas que viven en
zona urbana, de sexo masculino, de 70 a 79 años, casados y que tienen escolaridad
de escuela elemental.

38. ! 22
La persona de edad avanzada que reside con la esposa resulta ser la que tiene el
mayor porcentaje en relación con el conocimiento, actitud y exposición al abuso,
negligencia y maltrato. Esto es seguido de aquellos que residen con sus hijos(as).
Posteriormente, Sánchez (2007) realiza otra investigación sobre las características
del abuso y maltrato de personas de edad avanzada. Se revisan 255 expedientes
de ADFAN de 10 regiones de Puerto Rico. En los datos se encuentra que para
ambos sexos, la víctima típica es la persona de sexo femenino, de 70 a 79 años,
viuda y que reside sola. En cuanto al nivel de escolaridad, el 84.6% de los casos
no se documenta. De los datos recogidos resulta que el nivel de escolaridad más
frecuente es el de escuela elemental. El maltrato físico que más se registra es el
de malnutrición, luego la falta de atención médica. En la categoría de maltrato
emocional, los expedientes muestran que la categoría mayor es la soledad. En el
maltrato económico, la modalidad de apropiación ilegal de dinero es la mayor.
En cuanto a negligencia, la más común es la falta de higiene personal, siguiéndole
el hecho de que los familiares rehúsan asumir su responsabilidad por el cuidado
de la persona de edad avanzada.
A continuación, presentamos una tabla en la que se muestran los hallazgos
sociodemográficos principales de las investigaciones en Puerto Rico.

39. ! 23
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!)-4,%&4'()')(&('&0&%D&(&
!
Variable Muñoz
(1985)
Arroyo et al.,
(1992)
Sánchez
(2000)
Fecha del estudio 1980-1984 1992 1997-2000
Muestra 96 697 100
Zona geográfica
•urbana
•rural
46.4%
53.6%
39.0%
60.0%
no disponible
Sexo
•varón
•hembra
45.9%
54.1%
40.0%
60.0%
19.0%
81.0%
Edad
60 a 74 años 40.7%
75 a 84 años 30.7%
85 o más 28.6%
60 a 64 años 3.2%
65 a 69 años 10.5%
70 a 74 años 30.5%
75 a 79 años 32.6%
80 a 84 años 17.9%
85 o más 5.3%
no disponible
Estado civil
•casado(a)
•soltero(a)
•viudo(a)
•divorciado(a)
•separado(a)
•convive
'
20.0%
16.5%
51.8%
11.7%
19.1%
20.0%
59.9%
20.0%
9.0%
49.0%
22.0%, incluye
separado/a
Escolaridad
ninguna 55.9%
cuarto grado 26.5%
quinto o más 17.6%
no disponible menos de seis años
31.0%
Arreglo de vivienda
•solo(a)
•con esposo(a)
•con hijos(as)
•con parientes
•con esposo(a) e hijos(as)
•con esposo(a) e hijos(as) y
parientes
•amigos
•otros
56.7%
11.1%
14.4%
17.1%
33.4%
15.5%
30.9%
20.2%
63.0%
16.0%
11.0%
10.0%
Fuente: Elaboración propia.

40. ! 24
Continuación
+&62&' <.9.' -)4/3)%' ()' 2,4' C&22&D#,4' !-$%*$!&2)4' ()' $%0)4+$#&*$,%)4' )%'
!/)-+,' -$*,' -)2&*$,%&(,4' *,%' )2' &6/4,E' 3&2+-&+,' C&*$&' 2&4'
!)-4,%&4'()')(&('&0&%D&(&!
!
Variable Sánchez y
Rivera (2000)
Irizarry
(2005)
Sánchez
(2007)
Fecha del estudio 1997-2000 agosto a diciembre de
2004
1999-2000
Muestra 75 430 246
Zona geográfica
•urbana
•rural
no disponible 66.3%
33.7%
no disponible
Sexo
•varón
•hembra 100.0%
59.8%
40.2%
41.1%
58.9%
Edad
no disponible 60 a 69 años 50.9%
70 a 79 años 35.8%
80 o más 13.3%
60 a 69 años 19.7%
70 a 79 años 27.6%
80 a 89 años 41.4%
90 a 99 años 11.3%
Estado Civil
•casado(a)
•soltero(a)
•viudo/as
•divorciado(a)
•separado(a)
•convive
16.0%
9.3%
54.7%
20.0%, incluye
separado(a)
52.1%
2.1%
32.6%
8.9%
3.0%
1.4%
18.3%
14.6%
31.3%
3.7%
4.0%
4.0%
Escolaridad
menos de seis años
17.0%
ninguna 10.9%
elemental 42.0%
intermedia 17.7%
secundaria 21.4%
universidad 7.9%
elemental 1.4%
intermedia 2.0%
secundaria 2.0%
Arreglo de vivienda
•solo(a)
•con esposo(a)
•con hijo(a)
•con parientes
•con esposo(a) e hijos(as)
•con esposo(a) e hijos(as) y
parientes
•amigos
•otros
65.3%
16.0%
11.0%
8.0%
21.2%
37.7%
18.9%
3.0%
13.5%
2.1%
3.7%
52.0%
11.0%
10.2%
Fuente: Elaboración propia.

41. ! 25
Se encuentra una investigación sobre el abuso doméstico en Estados Unidos
llevado a cabo por el NCEA durante los años 1986 a 1996. Los hallazgos reflejan
que el abuso físico (14.6%), seguido del abuso financiero (12.3%). Luego sigue
el abuso emocional (7.7%), otros tipos de abuso (6.1%), desconocido (4.0%) y
abuso sexual un 0.3%.!
2.2. DATOS PRINCIPALES DE LA POBLACIÓN DE EDAD
AVANZADA
Según el Informe de la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, celebrada en
Madrid (2002) y auspiciada por las Naciones Unidas y la Organización Mundial
de la Salud, se reconoce “que el mundo está experimentando una transformación
demográfica sin precedentes y que, de aquí a 2050, el número de personas de más
de 60 años aumentará de 600 millones a casi 2.000 millones, y se prevé que el
porcentaje de personas de 60 años o más se duplique, pasando de un 10% a un
21%. Este incremento será mayor y mas rápido en los países en desarrollo, donde
se prevé que la población de edad se multiplique por cuatro en los próximos 50
años.”
En la Tabla 2.2., presentamos una radiografía hecha en el 2008 relacionada con
los datos principales de la población de edad avanzada en Puerto Rico. Se
observa que esta población representa el 19.1% del total de los habitantes. Dentro
del renglón de 60 a 69 años se encuentra el porciento mayor, que es un 50.1%. El
porcentaje de personas que residen zona en urbana y en rural se encuentra muy
cerca al 50%, cada uno. La mayoría son personas de estado civil casado y su
nivel de escolaridad es no graduado de escuela superior (56.3%). Predominan las
hembras con un 12.4% de diferencia respecto a los varones. La esperanza de vida
es de un 78.6 años y la edad mediana 35.8 años.

42. ! 26
En la Gráfica 2.1., se encuentra un resumen de los principales indicadores
demográficos de Puerto Rico para los años 1950, 2000 y 2008. Los índices
ofrecen la posibilidad de describir la estructura de una sociedad de un modo
resumido. Estos informan sobre tendencias de envejecimiento, de dependencia
entre población activa y sobre fecundidad. Las fórmulas que se utilizaron para
calcular los indicadores demográficos son:
Índice de envejecimiento:
= nº de habitantes mayores de 60 años / nº de habitantes menores de 15 años
* 100
Tasa de envejecimiento:
= nº de habitantes mayores de 60 años /nº total habitantes * 100
Índice de dependencia juvenil:
= nº de habitantes menores de 15 años / nº de habitantes 15-59 años * 100
Índice de dependencia senil:
= nº de habitantes mayores de 60 años / nº de habitantes 15-59 años * 100
Índice de recambio de la población en edad activa:
= nº de habitantes 60-64 años / nº de habitantes 15-19 años * 100
Relación de niños/as por mujeres en edad fértil:
= nº de niños 0-4 años / nº de mujeres 15-49 años * 100
Tenemos un aumento significativo en el índice de envejecimiento, 6.0% en 1950,
64.6% en 2000 y 93.9% en 2008. Es decir, la proporción de la población de 60
años o más respecto a la población de menos de 15 años va en aumento. La tasa
de envejecimiento muestra una evolución creciente, 14.1% en 1950, 15.4% en
2000 y 19.1% en 2008. Se considera un 10.0% como indicativo de punto de
referencia para el comienzo de envejecimiento de la población. El índice de
dependencia senil refleja también un aumento, 12.0% en 1950, 23.6% en 2000 y
31.5% en 2008.

43. ! 27
La población dependiente de personas de edad avanzada va en aumento, eso
afecta el enfoque, la planificación y la prestación de servicios requeridos por esta
población en el futuro. En adición, se observa un aumento en el índice de
recambio de la población en edad activa, 22.2% en 1950, un 51.2% en 2000 y un
72.0% en 2008. Esto representa en qué medida la población joven y con acceso al
mercado de trabajo es inferior a la población en edad de jubilación. El aumento
indica que nos estamos en la dirección de no tener la capacidad de reemplazar a
las personas próximas a la jubilación.
Por otro lado, hay disminución en el índice de dependencia juvenil, 85.2% en
1950, 36.6% en 2000 y 33.5% en 2008. La carga ejercida por la población no
productiva de edades menores va reduciéndose. En adición, se observa
disminución en el índice de relación de niños o niñas por mujeres en edad fértil,
65.2% en 1950, 30.1% en 2000 y 24.4% en 2008. Esta disminución es un reflejo
de bajas en las tasas de natalidad.
!
Debemos mencionar que los movimientos migratorios afectan la composición del
país. No encontramos datos específicos de estos en relación a las personas de
edad avanzada. En cuanto a la población en general según “INDEX MUNDI,”
para el 2009 la migración neta es de -0.96 por cada 1,000 habitantes. Este factor
afecta no solo a la composición demográfica, sino también al mercado laboral.
!
En conclusión, somos una población envejecida, según lo muestra la dirección en
que se mueven los resultados de los índices demográficos.

44. ! 28
+&62&'<.<.'(&+,4'!-$%*$!&2)4'()'2&'!,62&*$;%'()')(&('&0&%D&(&'
Tamaño Poblacional Zona geográfica % Sexo %
3,954,037 urbana 53.0% varones: 330,360 43.8%
Población por edades
%
rural 47.0% hembras: 424,308 56.2%
0-14 años: 803,646 20.3%
Estado civil % Esperanza de vida
15-59 años: 2,395,723 60.6% casado(a) 49.9% ambos sexos: 78.6 años
60 años o más: 754,668 19.1% viudas
25.0%
(varones: 74.6 años/hembras:
82.7 años)
Edad agrupada %
divorciado(a) 12.9% Ingresos que reciben %
60 a 69 años: 383,816 50.1% separado(a) 2.5% Seguro Social 84.1%
70 a 79 años: 234,067 31.0% nunca casados(as) 9.7% cupones de comida 36.0%
80 años o más: 136,785 18.1% Nivel de escolaridad % Seguro Social Suplementario 6.0%
Edad mediana
bachillerato o más 12.2% retiro 26.6%
ambos sexos: 35.8 años
grado asociado o algún
año de universidad 11.4%
dinero en efectivo de asistencia
pública
6.8%
(varones: 34.0 años/hembras:
37.5 años)
graduado de escuela
superior o su
equivalencia
20.1%
Estatus laboral
no graduado de escuela
superior 56.3%
aproximadamente 33,000 en
grupo trabajador de 65+
Fuente: Elaboración de la autora en base a los datos de estimados a julio de 2008 por el
Negociado Federal del Censo (2000); División de Análisis Estadístico del Departamento
de Salud; Encuesta de la Comunidad del Negociado del Censo (2008); Oficina de la
Procuradora de las Personas de Edad Avanzada; Departamento del Trabajo y Recursos
Humanos, Negociado de Estadísticas del Trabajo (octubre 2009)

45. ! 29
Fuente: Elaboración propia. Junta de Planificación Económica y Social;
Negociado del Censo Federal, Censo de Población de Puerto Rico,
Años 1950 y 2000.

46. ! 30
2.3. CARACTERÍSTICAS DE LA FAMILIA PUERTORRIQUEÑA!
En Puerto Rico, debido a la evolución de una sociedad agraria a una sociedad
industrial, y, posteriormente a una sociedad de servicios y de conocimiento, la isla
ha experimentado cambios significativos en la concepción de la familia en menos
de un siglo. Para las personas de edad avanzada la familia es un pilar
fundamental de sustento para su situación física, espiritual y moral. Tenemos
familias en donde tres a cuatro generaciones están compartiendo necesidades
personales, sociales y de poder. Se extiende la existencia de los individuos en su
etapa adulta y avanzada, prolongando así el tiempo dedicado a los roles de hijos,
padres, abuelos y abuelas, bisabuelos y bisabuelas. Esto tiene consecuencias tanto
en las relaciones intrafamiliares, así como en los cuidados que se prodigan. Las
generaciones actuales no han sido preparadas para la posibilidad de tener que
asumir más responsabilidad por sus miembros de edad avanzada, según las
generaciones continúan juntándose. La generación que está constituida
principalmente por mujeres de edad mediana tratando de balancear las
necesidades de su cónyuge, sus padres ancianos, sus estudios y su trabajo, es
conocida como la “generación del medio.” Así que se mezclan las situaciones y
necesidades del ciclo vital personal y familiar tales como: enfermedades,
defunciones, hijos adolescentes, nietos, salida y retorno de los hijos del y al hogar,
paro (desempleo), jubilación, menopausia y ancianidad. En ocasiones la persona
de edad avanzada se convierte en el abuelo-abuela maleta o abuelo-abuela
golondrina ya que no se traslada al domicilio de un hijo o hija, sino a todos los
domicilios de los hijos e hijas de forma rotatoria. Según el “Perfil Demográfico
de la Población de 60 años o más en Puerto Rico 2010” de OPPEA, “El grupo de
personas de 60 años o más, según la Encuesta a la Comunidad realizada por el
Negociado del Censo para el 2008 indica que el 64.0% de los hogares en donde
reside una persona de edad avanzada son hogares de familia.”

47. ! 31
En Puerto Rico, aún se continúa el cuido de las personas de edad avanzada dentro
del círculo familiar, ya que lo ven como una forma de corresponder a sus padres
que dedicaron su vida a ellos. Esto está unido a la creencia generalizada de que
los cuidados que se ofrecen en la familia son los mejores en comparación con las
instituciones y que se considera que llevar a los padres a hogares de ancianos
como algo socialmente negativo. Cuando las circunstancias obligan a delegar el
cuido, especialmente cuando existen enfermedades que requieren atención
constante y/o especializada, algunas personas sufren sentimientos de culpa. A las
familias les cuesta en ocasiones aceptar esta realidad y así poder reconciliar la
necesidad de cuidado de estas personas amadas con la necesidad de mantener la
calidad de vida del resto de la familia.
En Puerto Rico el porcentaje de ancianos residentes en instituciones es reducido,
condicionado, sin duda, por la fortaleza de las relaciones de nuestras familias. El
Perfil Demográfico de la Población de 60 años o más en Puerto Rico 2010 de
OPPEA indica que, “Según el Censo del año 2000 el 2.5% de la población de
edad avanzada habitaba en alojamientos de grupo.”
A medida que se ha cambiado la estructura de la familia y las exigencias de la
vida familiar, el papel de los abuelos también ha cambiado con el pasar de los
años. Los abuelos son el vínculo con la cultura, historia y tradiciones de la
familia. Los niños que tienen la bendición de tener abuelos dedicados y cariñosos
en sus vidas cuentan con un poderoso lazo emocional para su desarrollo y
sostenimiento. Ambos se benefician, ya que los nietos aportan vitalidad, alegría,
ayudan a evitar la soledad, aumentan la autoestima de sus abuelos y los nietos
pueden transmitirles nuevos conocimientos.
Muchos abuelos están dispuestos a llenar el vacío creado por la enfermedad,
muerte, abuso de sustancias, encarcelamiento, abuso o negligencia de su propio
hijo o hija. Los abuelos que están criando nietos enfrentan muchos retos:

48. ! 32
familiares, legales, financieros, médicos y emocionales. Según el Perfil
Demográfico de la Población de 60 años o más en Puerto Rico (2010) de OPPEA,
“En relación a la edad de los menores cuyos abuelos son responsables de ellos el
45.0% tiene seis años o menos, un 28.7% está entre las edades de seis a once años
son mujeres y el 64.7 por ciento están casados. Además, el 18.3% de los abuelos
que viven con sus nietos se encuentran dentro de la fuerza laboral y un 40.8% de
los abuelos indican tener algún tipo de impedimento. En relación al nivel de
pobreza, el 52.6% de los abuelos informó que en los pasados doce meses su
ingreso ha estado bajo el nivel de pobreza.”
2.4. ESTADÍSTICAS DE ABUSO, MALTRATO Y NEGLIGENCIA
La exacta frecuencia de las estadísticas de abuso, maltrato y negligencia es
desconocida, en parte porque no hay una definición del término común para
todos, ni coordinación entre las agencias concernidas para la recopilación de los
datos. Es decir, las estadísticas locales no reflejan la magnitud del problema del
abuso y negligencia, pues sólo se nutren de los casos reportados y varían entre las
distintas agencias de gobierno: OPPEA, Centro Judicial de San Juan,
Departamento de Salud, ADFAN y en la Policía de Puerto Rico.
Según Sánchez (2007), el abuso y negligencia a personas de edad avanzada es un
problema serio que se estima afecta a un total entre 700,000 a 1.2 millones de
personas en los Estados Unidos. En el caso de Puerto Rico, los datos provistos
por el Departamento de la Familia en 1980, indican un total de 342 reportes de
abuso a personas mayores de 60 años. En 1990, los casos reportados aumentaron
a 2,828. Estas estadísticas aumentaron nuevamente en 1996 a un total de 5,613
informes de abuso a personas mayores de 60 años.
!
La Procuraduría Auxiliar de Protección y Defensa de OPPEA en su programa de
Área de Comunidad reciben, atienden y canalizan querellas que lesionan los
derechos de las personas de edad avanzada.

49. ! 33
Los datos están resumidos en la Tabla 2.3., y los expresamos en frecuencias
porcentuales. En el período de 2007 a septiembre de 2008, el tipo de maltrato
más común fue el emocional, un 39.3%, seguido del de negligencia, un 37.3% y
negligencia propia, un 11.2%. Los maltratos menos significativos son:
apropiación ilegal 4.9%, agresión 4.3% y amenaza, un 3.1%. En el período de
2008 a septiembre de 2009, el tipo de maltrato más común es el de negligencia
con un 40.0%, seguido del emocional, con un 36.8%. Los maltratos menos
significativos son: negligencia propia, un 9.9%, explotación financiera un 8.6%,
apropiación ilegal, un 3.6% y agresión, un 3.4%. Tanto los tipos de maltrato
emocional así como la negligencia son los más comunes, según los datos de
OPPEA, y en conjunto representan más de tres cuartas partes de las querellas
recibidas. Observamos también que aunque hubo un aumento en la cantidad de
querellas de +941, la distribución porcentual de ambos años permaneció
relativamente igual.
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Fuente: Elaboración de la autora en base a los datos brindados por
OPPEA (2007-2009).

50. ! 34
A continuación presentaremos en la Tabla 2.4., en frecuencias porcentuales las
estadísticas de OPPEA relacionadas con la relación filial del perpetrador con su
víctima. Para el período de octubre de 2008 a septiembre de 2009, se señala el
hijo o hija como agresor principal responsable de las querellas, un 71.8%. El
28.2% restante se desglosa en perpetrador identificado como un amigo o vecino
(10.4%), seguido de otro miembro de la familia, nieto o nieta, que ambos
reflejaron un 6.8% y el esposo o esposa (4.2%). Para el período de octubre de
2007 a septiembre de 2008se señala al hijo o hija como agresor principal
responsable de las querellas, un 66.5%. El 33.5% restante, se desglosa en
perpetrador identifica-do como un amigo o vecino (11.9%), seguido de otro
miembro de la familia (8.3%), nieto o nieta (5.6%), el esposo o esposa (4.3%) y el
hermano o hermana (3.4%). En ambos períodos sobresale el hijo o hija agresor
como el principal responsable de las querellas, según los datos de OPPEA.
Observamos también que, aunque hubo un aumento en la cantidad de querellas de
+432, la distribución porcentual de ambos años permaneció relativamente igual,
excepto por el pequeño aumento de +5.3% en el renglón del hijo o hija como
agresor principal.
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Fuente: Elaboración de la autora en base a los datos brindados por OPPEA.

51. ! 35
En OPPEA también se encuentra el Programa de Asistencia a Víctimas del
Crimen (PROVIEN). Este es un programa subvencionado con fondos otorgados
por el Departamento de Justicia. Su propósito principal es investigar y canalizar
querellas de personas de edad avanzada que son víctimas de maltrato tipificado
como delito. Durante el año 2008 se beneficiaron 442 personas de
acompañamiento a tribunales, se realizaron 429 coordinaciones interagencial y se
realizaron 5,660 orientaciones breves. Con respecto a querellas durante el 2008
se atendieron 1,125.
Según la Unidad de Investigaciones del Centro Judicial de San Juan en toda la isla
para el año fiscal 2008 a 2009 se tramitaron 390 casos relacionados con
violaciones a la Carta de Derechos de la Persona de Edad Avanzada (Ley 121 del
12 de julio de 1986). Según, la División de Estadísticas de la Policía, unas 347
personas de edad avanzada fueron víctimas de violencia domestica durante el año
2007.
En un estudio llevado a cabo por el NCEA se indica que en 1996 hay en Estados
Unidos, sin incluir Puerto Rico, un total 449,924 casos de abuso doméstico y de
negligencia. Si incluimos autonegligencia, el número de casos es de 551,011. En
adición, el NCEA en el estudio estima que por cada caso reportado de abuso
existen cinco casos adicionales no reportados.
2.5. TIPOS DE MALTRATO
La gama de maltratos es variadísima y no existe un consenso en las definiciones
relacionadas entre los profesionales que tratan a las personas de edad avanzada.
Por lo tanto, hay varios significados dependiendo del profesional de la salud, del
área criminal, social y otros que se refieran al tema. También, en un mismo caso
puede haber presentes más de un tipo de maltrato.

52. ! 36
A continuación presentamos varias definiciones de maltrato. Maltrato de
personas mayores es “la acción única o repetida, o la falta de respuesta apropiada,
que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza
y la cual produzca daño o angustia a una persona anciana,” según lo define la
Organización Mundial de la Salud.
Según, la Declaración de Toronto para la Prevención Global del Maltrato de las
Personas Mayores (2002), “El maltrato de personas mayores se define como la
acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de
cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca
daño o angustia a una persona anciana.”
Según el Lic. Carlos Gómez Suárez, en su Tesis “Maltrato Intrafamiliar a la
Mujer Anciana” (2006), maltrato es “Cualquier acción u omisión no accidental
que por su naturaleza y/o significación, en un contexto sociocultural determinado,
ocasione daño a la salud psíquica, espiritual, social y/o biológica, así como,
menoscabo del bienestar material y/o económico de la persona anciana,
implicando pérdida de los derechos humanos y de la calidad de vida, poniendo en
riesgo el desarrollo armónico de su personalidad, con independencia del grado de
conciencia, intensidad, duración y frecuencia de una u otra.”
En la revisión de literatura se encontró que el término maltrato y abuso se usan
indistintamente. Para propósitos de esta investigación utilizaremos las
definiciones que proveen el NCEA y la Carta de Derechos de las Personas de
Edad Avanzada en la Ley Núm. 121 de 12 de Julio de 1986 (Puerto Rico). En
esta investigación mencionamos también el maltrato espiritual y maltrato
estructural o societario. Las manifestaciones de abuso, maltrato y negligencia de
las personas de edad avanzada pueden tomar distintas dimensiones a las que se les
llama tipos. A continuación presentaremos definiciones de los tipos de maltrato.

53. ! 37
Maltrato físico
La definición de maltrato físico según la Carta de Derechos XQ! YN! 0QPRZSN! XQ!
)XNX!+#NSNXN!es “cualquier lesión o condición que ocasione o cree un riesgo
sustancial que pueda ocasionar desfiguramiento o incapacidad temporera o
permanente de cualquier parte o función del cuerpo u otras formas de daño o
castigo al cuerpo.” Por otro lado el NCEA define el abuso físico como el “uso de
la fuerza física que puede dar lugar a una lesión corporal, a dolor físico o a la
pérdida de alguna función. El abuso físico puede incluir, aunque no está limitado
a ellos, actos de violencia como golpear, empujar, dar patadas, pellizcar y quemar.
La administración injustificable de drogas y de restricciones físicas, la
alimentación forzada y el castigo físico de cualquier clase también son ejemplos
de abuso físico.”
Maltrato mental, emocional o psicológico
En la Carta de Derechos de la Persona de Edad Avanzada, maltrato mental o
psicológico es “cualquier acto o conducta constitutiva de deshonra, descrédito o
menosprecio al valor personal: limitación irrazonable al acceso y manejo de
bienes muebles e inmuebles, aislamiento, privación de acceso a alimentación o
descanso adecuado, amenazas o destrucción de objetos apreciados por la
persona.” Abuso emocional, según el NCEA, es “la aflicción de angustia, dolor
emocional o pena producida con actos verbales y no verbales. El abuso
emocional o psicológico incluye, pero no se limita, a los insultos, las amenazas, la
intimidación, la humillación y el hostigamiento verbal. Además, tratar a una
persona mayor como a un niño, aislarle de la familia, de los amigos o de
actividades regulares y darle un “tratamiento silencioso” son ejemplos de abuso
emocional o psicológico.”

54. ! 38
Maltrato sexual
Abuso sexual, según el NCEA, es “cualquier contacto sexual no consentido con
una persona mayor. El contacto sexual con cualquier persona incapaz de dar
consentimiento también se considera abuso sexual. Incluye, pero no se limita a
tocamientos indeseados, todos los tipos de asalto sexual (violación, sodomía,
nudismo forzado) o fotografías con un contenido sexual expreso.”
Maltrato económico, explotación financiera o material
La definición según la Carta de Derechos de la Persona de Edad Avanzada de
explotación financiera es “el uso impropio de los fondos de un adulto, de la
propiedad o de los recursos por otro individuo, incluyendo, pero no limitándose, a
fraude, falsas pretensiones, malversación de fondos, conspiración, falsificación de
documentos, falsificación de récords, coerción, transferencia de propiedad o
negación de acceso a bienes.” El NCEA define la explotación financiera o
material como “el uso ilegal o incorrecto de los fondos, de las propiedades o de
los activos de un anciano o una persona con incapacidad. Los ejemplos incluyen,
pero no se limitan a, cobrar los cheques de una persona mayor sin autorización,
robar su dinero o sus posesiones, además de forzarla o engañarla en la firma de
cualquier documento.”
Abandono
Según el NCEA abandono es “abandonar a una persona de edad avanzada por
parte de un individuo que tiene la custodia física de él/ella o por una persona que
ha asumido la responsabilidad de proveerle cuidado.”

55. ! 39
Maltrato espiritual
Según Johnson y VanVonderen (2005) el abuso espiritual es “el maltrato de los
demás, donde el poder se utiliza para reforzar la posición o las necesidades de un
líder, sin tener en cuenta el bienestar espiritual de los demás.” Viera, en su
artículo “¿Abuso espiritual? ¿Qué es eso? ¿Será posible tal cosa?” habla sobre el
abuso o maltrato espiritual de la siguiente manera:
“El líder de una iglesia abusadora es dogmático, autosuficiente, arrogante y el
punto focal espiritual en la vida de sus seguidores. El líder supone que está
más sintonizado espiritualmente con Dios que nadie más. Afirma tener una
comprensión de la Biblia que nadie más tiene. O tal vez diga que recibe
revelaciones personales de Dios. Debido a estas afirmaciones, la posición y
las creencias del líder no pueden ser cuestionadas; sus afirmaciones son
concluyentes. Para miembros de este tipo de iglesia o grupo, cuestionar al
líder equivale a cuestionar a Dios. Si bien el líder tal vez no diga esto, esta
actitud se ve claramente por el tratamiento de quienes se atreven a cuestionar
o desafiar al líder. El líder del movimiento suele tomar decisiones personales
por sus seguidores. El pensamiento individual está prohibido; de esta forma,
los seguidores se vuelven dependientes del líder.”
Este tipo de liderazgo en una iglesia puede ser detrimento para las personas de
edad avanzada y sus familiares. Las personas pueden sentir que jamás deben
hacer otra cosa más allá de lo que dicen el líder o líderes de la congregación. Esto
se puede constituir en maltrato espiritual.
Maltrato estructural o societario
El maltrato estructural o societario según la Guía de Prevención del Maltrato en
Personas Mayores (SENAMA, 2007) es “aquel que ocurre desde y en las estructuras
de la sociedad mediante normas legales, sociales, culturales,económicas que actúan

56. ! 40
como trasfondo de todas las otras formas de maltrato existentes. Incluye la falta
de políticas y recursos sociales y de salud, mal ejercicio e incumplimiento de las
leyes existentes, y presencia de normas sociales, comunitarias y culturales que
desvalorizan la imagen de la persona mayor, que resultan en prejuicio de su
persona y no permiten la satisfacción de sus necesidades y el desarrollo de sus
potencialidades. Se expresan socialmente como discriminación, marginalidad y
exclusión social.”
2.6. NEGLIGENCIA
Según el NCEA, negligencia es “el rechazo o el incumplimiento a la hora de
satisfacer cualquiera de las obligaciones o de los deberes de una persona con un
anciano. Consiste en el rechazo o el incumplimiento a la hora de proveer a una
persona mayor del alimento, el agua, la ropa, el abrigo, la higiene personal, la
asistencia médica, la comodidad y la seguridad personal.”
Rubio y Muñoz (2000) diferencian entre negligencia activa y pasiva. Negligencia
activa ocurre cuando el cuidador por prejuicio o descuido deja de proveer a la
persona de edad avanzada los cuidados necesarios para su condición, cuando por
sí mismo no es capaz de proveérselos. Es un descuido intencional y deliberado.
Negligencia pasiva es cuando el cuidador no provee los cuidados necesarios a una
persona de edad avanzada. Ocurre por ignorancia o porque el cuidador es incapaz
de realizarlo y es considerado un descuido involuntario.
Autonegligencia
Conocido también como abuso por negación. Según el NCEA, autonegligencia
se refiere a conductas de la persona de edad avanzada que amenazan su propia
salud y seguridad.

57. ! 41
2.7. INDICADORES DE MALTRATO
Un indicador es un signo o síntoma en la persona de edad avanzada de que está
siendo víctima de abuso, maltrato y/o negligencia. Una persona de edad avanzada
puede estar mostrando más de uno de los signos a la vez. En ocasiones los signos
de maltrato a ancianos se confunden con problemas de salud o como parte del
envejecimiento. A continuación presentaremos algunos de los indicadores por
tipo.
Indicadores de maltrato físico
Los indicadores de maltrato físico pueden incluir, pero no se limitan, a moretones
principalmente en el área de los ojos, boca o nariz. También se incluye la perdida
de dientes repentinamente, fracturas y caídas frecuentes, quemaduras,
traumatismos, marcas de ataduras en las muñecas, dolor al ser tocado,
laceraciones, heridas sin tratar en varias etapas. Se observa desprendimiento de
retina, ausencia de pelo, sangre en el cuero cabelludo, roturas de miembros,
lesiones cerebrales, marcas que forman patrones simétricos. Otro ejemplo de
indicadores de maltrato físico incluye deshidratación, medidas de restricción sin
orden médica, alimentación forzada, espejuelos rotos o ausencia de los mismos
cuando son necesarios y niveles alto de medicamentos en los laboratorios de
rutina.
Otros indicadores son cuando las personas de edad avanzada llegan a salas de
emergencias en coma y cuando rehúyen o dilatan la atención medica de
problemas de salud. También, cuando existe una incongruencias entre las
lesiones y las explicaciones de cómo se produjeron.

58. ! 42
Se encuentra también un indicador de maltrato físico cuando la persona de edad
avanzada realiza algún trabajo físico que su condición o capacidad física no le
permite hacer. El trabajar sin paga u obligarle a pedir limosna, es considerado
dentro de esta categoría de maltrato.
Indicadores de maltrato mental, emocional o psicológico
Los indicadores de maltrato psicológico se presentan con cambios repentinos de
conducta, alteración del estado de ánimo, miedo inexplicable, hostilidad, apatía,
deseos suicidas, ansiedad, depresión, pasividad, falta de contacto visual,
vergüenza, tristeza, angustia, desamparo, confusión, desorientación, impotencia o
indefensión, agitación, pérdida en interés en él o ella misma, cambios en el sueño
y en el apetito. También existe indecisión para hablar abiertamente y/o se
muestra intimidado. Se observa una mínima conversación entre la víctima y el
cuidador. También, es indicador cuando se puede observar una conducta inusual
que se atribuye a que padece de demencia; por ejemplo: chuparse los dedos o
mecerse.
Es indicador de maltrato emocional cuando la víctima manifiesta que le dicen
palabras despectivas tales como bruto, boba, desgraciada, estúpida, recogida,
tonta, basura, inútil, lenta, mediocre y torpe. Otros indicadores son cuando la
víctima se siente ignorada, aislada socialmente de amigos y familiares.
Manifiesta que no consideran sus opiniones o es tratado como un niño. Se
encuentra limitado de su derecho a decidir, de tener su información médica, de
recibir correo, de comunicarse y de votar. Señala que otra persona quiere que
haga lo que se le indica sin importarle lo que piense o sienta o se le ordena hacer
cosas con impaciencia. Otro indicador es el causarle angustias a la persona de
edad avanzada al sentirse obligado a atender a los nietos, cuando no lo puede
hacer o no lo desea.

59. ! 43
El recibir amenazas de abandono o institucionalización en contra de su voluntad,
cae dentro de este tipo de maltrato. También, es indicador cuando se le recrimina
a la persona de edad avanzada porque se ensució su ropa o cama.
Indicadores de maltrato sexual
Los indicadores de maltrato sexual se presentan con enfermedades de transmisión
sexual o infecciones genitales sin explicación, hemorragias vaginales y/o anales.
Manifiesta tener dolor y/o picor genitales. Se observa que tiene dificultad al
caminar o sentarse. Se encuentra la ropa interior rasgada, manchada o con sangre.
La persona de edad avanzada muestra ansiedad y desconfianza al ser tocado.
Señala ser forzada a escuchar conversaciones de alto contenido sexual. Señala
que recibe gestos, insinuaciones y caricias no deseadas. La persona de edad
avanzada dice que fue objeto de abuso sexual.
Indicadores de maltrato económico, explotación financiera o
material
Los indicadores de maltrato económico son el tener un patrón irregular en los
hábitos en gastos y/o retirada de dinero de sus cuentas bancarias. Se observa que
la situación de vida de la persona de edad avanzada no guarda proporción con sus
bienes materiales. Existen frecuentes cheques girados en efectivo y/o facturas no
pagadas sin razón.
También, es indicador cuando la persona de edad avanzada se ve obligada a
descontinuar los servicios de mantenimiento usuales en el hogar tales como
limpieza, fumigador y asistencia al hogar. Se encuentra evidencia de pago de
servicios no prestados o facturados en exceso de su valor. Existe falsificación,
alteración de documentos y/o desaparición inexplicable de propiedades, papeles,
prendas, tarjetas de crédito.

60. ! 44
Expresa que se le obliga a firmar papeles o a realizar cambios repentinos en
testamento y documentos financieros que la persona de edad avanzada no puede
identificar o conocer su propósito. Se le impide o rehúsa a discutir los asuntos
financieros con otras personas. Realiza regalos frecuentes costosos al cuidador.
Manifiesta que le han prometido cuidado de por vida a cambio de dinero o
propiedades y no se le cumple la promesa. La persona de edad avanzada está
criando a los nietos sin que los padres aporten financieramente.
Manifiesta que no puede dejar de asistir a los casinos y gastarse el dinero de su
pensión en jugar compulsivamente. El robo de identidad es catalogado dentro del
tipo de maltrato económico. Algunos indicadores de robo de identidad es el dejar
de recibir facturas o correspondencia. Recibir tarjetas de crédito no solicitadas,
llamadas de cobro por deudas desconocidas en atrasos, productos u otros servicios
que no compró. Se le deniega el crédito a la persona de edad avanzada, sin
aparente razón.
Indicadores de Abandono
Los indicadores de abandono son el dejar a la persona de edad avanzada sola, sin
compañía, en la sala de urgencias del hospital por su cuidador. Puede ser dejarle
en una institución, sin su consentimiento y/o sin tener una condición severa de
salud mental. Otro ejemplo de indicador de abandono es si se incurre en el
abandono a la persona de edad avanzada en la cama, en la calle, en un centro
comercial o en otro lugar público.
Indicadores de maltrato espiritual
Los indicadores de maltrato espiritual se presentan cuando la persona de edad
avanzada manifiesta que se le denigra o se le hace burla por sus creencias
espirituales y/o se le fuerza a que practique determinada religión en contra de su

61. ! 45
voluntad. La persona vive con un gran sentido de culpa, se siente abandonado por
Dios, tiene excesivo temor al juicio divino y al rechazo de la gente. No se le
permite las visitas de las personas de la iglesia. Puede haber aislamiento social y
de la familia inmediata, ocasionado por la iglesia. La persona de edad avanzada
refleja conductas disfuncionales en su vida común fuera del contexto de la iglesia.
Se le prohíbe u objeta el cumplir con sus creencias religiosas, cualesquiera estas
sean. Por ejemplo: no se le respeta su objeción a no recibir sangre ya que
pertenece a los Testigos de Jehová o se le quiere obligar a comer carne cuando
pertenece a grupos adventistas u otros del séptimo día que piensan que esto no
debe ser hecho.
Indicadores de maltrato estructural o societario
El maltrato estructural o societario lo encontramos en los medios de transporte no
adaptados, semáforos que no están regulados tomando en consideración que
pueda estar cruzando una persona más lenta. Lo encontramos en que los cajeros
auto-máticos no están diseñados para las personas de edad avanzada, las letras son
pequeñas y se exige rapidez en la transacción. Es un problema ya que el cheque
de la pensión, el seguro social (en el caso de Estados Unidos y sus posesiones) se
recibe a través de depósito directo a la institución bancaria y se retira en el cajero
automático. También, hay indicadores de maltrato estructural cuando existe falta
de acceso en las oficinas y otros lugares ya que hay escalones y ausencia de
rampas. Otros ejemplos de indicadores son los bancos no adaptados, desniveles
en las carreteras y las aceras bloqueadas por autos. Se observa cuando existe
discriminación, marginalidad y exclusión social. Un tipo de maltrato societario
común es el proveniente de los organismos que proporcionan salud (consultorio,
farmacia, clínica dental, etc.). Por ejemplo, las largas horas de espera para ser
atendidos en las oficinas médicas que pasan las personas de edad avanzada. Otro
ejemplo es la escasez de recursos económicos destinados por el estado a satisfacer
las necesidades de las personas mayores y sus familias.