¿Qué le pasó a David, el amado de Dios, aquella tarde? Se acaba de levantar de la siesta. Lo tenía todo. Dios le había enriquecido hasta desbordarle. Sube a la terraza de su palacio. Pasea. Sus ojos se encienden al ver a una mujer hermosa. Su corazón se ciega.
Lecciones 05 Esc. Sabática. Fe contra todo pronóstico.
Su corazón se enciende (david)
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2. ¿Qué le pasó a David, el amado de Dios, aquella
tarde? Se acaba de levantar de la siesta. Lo tenía
todo. Dios le había enriquecido hasta desbordarle.
Sube a la terraza de su palacio. Pasea. Sus ojos se
encienden al ver a una mujer hermosa. Su corazón
se ciega. La pasión abraza su carne y olvida su
espíritu. David, “el amado”, deja entrar en su corazón
bello una chispa de lujuria. Deja que la llama lo
abrase. Y su corazón limpio se vuelve como un
cañaveral al que se ha puesto fuego. Es el rey. Se
olvida del Rey que le encumbro y al que sirve. Es el
rey y está al servicio de sus súbditos, no para
aprovecharse de ellos. Olvida la ley de Dios, de amar
como Él ama.
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5. Se entera David. De nuevo le invita a cenar. Le
emborracha. Y le pide que vaya a su casa con su esposa.
Tampoco va. Al final nada consigue queriendo ocultar
su mentira, y le entrega una carta. En propia mano
lleva su sentencia de muerte. Se la entrega a su general.
Cumple órdenes el general. Le
coloca en primera línea, a la hora
del ataque. Se retiran los soldado.
Se queda solo Urías y muere. ¡Qué
ha pasado? Una cadena sin fin. Un
pecado llama a otro pecado. Un
abismo conduce a otro abismo.
6. David, el amado de Dios, ha querido resolver “sus
pecados” por cuenta propia. Le ha envuelto la
mentira. Ha entrado en la noche de la oscuridad. Y el
malvado, el príncipe de las tinieblas, le ha cegado.
David es lujurioso y asesino. Manchó el lecho
conyugal de un matrimonio feliz. Se mancho las
manos de sangre. Su Dios, que tanto le ama, ha visto
con sus ojos llenos de pureza y amor cómo el corazón
de su “amado” se ha alejado de Él. El amor de su Dios
por él se ha vuelto amor compasivo y misericordioso.
Un amor que se vuelca sobre el pecado, la miseria. El
sin sentido de David. Un amor que se inclina sobre él,
lo va a acoger, a llenar de “besos y abrazos” para que
vuelva a su “amor primero”. ¿Cómo?
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8. Natán llega a palacio y se acerca al rey. ¿Tendrá su
corazón manchado capacidad de oír, de ver con ojos
claros? Su corazón, ¿será capaz de pasar de piedra a
carne? El profeta le comunica una parábola. Sencilla
pero adecuada para el que pecó, para él que abusó de
la ovejita del que sólo tenía una. Que la amaba, la
quería como a su hija. Este hombre era Urías. ¿Qué
parábola le contó.?
“Majestad, le dijo. En un pueblo había un hombre
rico. Tenía grandes posesiones. A su lado vivía un
hombre pobre. Apenas tenía un ovejita que la
mimaba de todo corazón. Era todo para él.
9. Un buen día el rico recibió una visita. Y mandó
robar la ovejita del pobre, matarla y preparar un
buen asado de carne para convidarle”.
El profeta le preguntó al rey. “¿Qué te parece,
majestad, lo que hizo el rico con la ovejita del
pobre”. Y David, montando en indignación
respondió: “Vive Dios, que quien tal cosa ha hecho
merece un castigo. Y se lo voy a dar. Ese hombre
merece una condena seria.
El profeta con calma y fuerzas, le dijo: “ese hombre
eres tú”.
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12. Porque en el fondo de su
debilidad y de su mentira y
confusión, David seguía
amando a su Dios y Señor.
Sintió que acciones hechas
en clima de pecado no
llenan el corazón. Se sintió
pequeño, abatido, dolorido
y humillado. Se sintió
rebajado, sucio y cruel.
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15. Nadie se atreve a dar la noticia al rey. Cuando se
entera, se despoja del sayal de penitencia, se baña,
se perfuma y muda el semblante: Dios no lo ha
querido. ¡Bendito sea! Otra vez su “corazón
auténtico” se pone de pie.