SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 154
Descargar para leer sin conexión
A Escondidas
Patrick D. Frutos
A Escondidas
Patrick D. Frutos
/saac Baltanás
1996
A
Isaac Baltanás
i
A Escondidas
Patrick D. Frutos
A Escondidas
Patrick D. Frutos
/saac Baltanás
1996
A
Isaac Baltanás
Este libro contiene transcripciones de programas radiofónicos transmitidos en abierto a través de FM du-
rante los años 1996 y 1997. Salvo que se manifieste lo contrario, las palabras aquí escritas son de domi-
nio público y se atribuye la autoría a Patrick D. Frutos, salvo citas o parafraseados de canciones.
La edición de este libro carece de ánimo de lucro y bajo ningún concepto puede ser vendido, ni ser objeto
de un intercambio monetario o de otra índole.
aescondidas.isaacbaltanas.com
isaacbaltanas.com
COPYRIGHT
ii
Todo sabe mucho mejor
cuando se hace de forma furtiva.
Patrick D. Frutos
FRASE
iii
[...] Más adelante, en la adolescencia, descubrí la radio nocturna. Fue gracias a
un Walkman (en mi caso, obviamente era un Walkwoman) que me habían regalado
por mi décimo cumpleaños y que, como comprenderéis, llevaba mis buenos cinco años
dándole un uso trepidante. El programa en cuestión se llamaba Fórmula Noche, y viví
su cambio de nombre, allá por 1994, al nombre perfecto para un programa de radio: A
Escondidas.
Me enamoré de la voz de Patrick D. Frutos en los primeros cinco segundos.
Y le adoré para siempre en los cinco siguientes.
Cristina Blanco Rabanedo
A la luna se le ve el ombligo
FRASE 2
iv
Aquel verano de 1996 fue muy especial para mí. Se produjo un cam-
bio radical en mi modo de ver el mundo. Fue mi primer despertar. Empe-
cé a ser consciente de mis capacidades y a tener una ligera sospecha de lo
que luego sería mi vocación. Desperté al romanticismo, viví mi primer
amor y nacieron fuertes amistades que aún a día de hoy perduran.
Y en aquellas noches de verano encontré a alguien que me susurró al
oído cosas que necesitaba oír. Por primera vez en la vida encontré a al-
guien que pensaba como yo, que sentía parte de lo que yo estaba sintien-
do en aquellos días. Había descubierto la voz de Patrick D. Frutos.
He de reconocer que Onda Diez era ya de por sí una emisora diferen-
te. Lejos de las programaciones convencionales y musicales, Onda Diez te-
nía contenidos temáticos muy variados. Quizá para muchos el espacio
más destacado fuera It´s Your Time, un programa dirigido por Toni Pe-
ret, pero esto era sólo la punta del iceberg. Me pasaría horas hablando de
Música en el Horizonte, un espacio dedicado a la música New Age; o A
cuento de qué, el programa nocturno de cuentos dramatizados de Pepa
Gea, donde la ficción sonora encontraba su rincón. Onda Diez era toda
una fiesta en las ondas nutrida de momentos radiofónicos de lo más varia-
do.
Y en medio de todos esos contenidos de alta calidad estaba A Escon-
didas, un formato basado en radiofórmula de baladas de los ochenta que
PRÓLOGO
v
dirigía Patrick D. Frutos, siempre después de medianoche. A Escondi-
das... “¡Qué título tan oportuno!”, pensé la primera vez que lo escuché.
Recuerdo que lo descubrí una noche, girando el dial. Las sintonías pasa-
ban y de repente oí a un hombre susurrando por el micrófono. Me llamó
la atención. Lo dejé unos segundos. Lo que decía no era cualquier cosa,
no era verborrea de locutor barato, no era alguien queriendo venderte al-
go o anunciando el nuevo single de un disco de moda. Había algo más en
sus palabras. Lo que decía tenía corazón. Era un hombre hablando de sen-
sibilidad, de amor, de madrugada, de romanticismo, de superación... Las
canciones estaban bien escogidas, sí, y desde el punto de vista de la em-
presa, (Onda Cero), esas canciones eran la razón de ser del programa, pe-
ro lo que a mí me interesaba era lo que decía Patrick, lo que un hombre a
quinientos kilómetros de distancia tenía que decirle a un muchacho que
estaba despertando a nuevos pensamientos.
Al principio me pareció curioso, después fascinante y finalmente em-
pecé a grabar cada una de sus intervenciones en viejas cintas de cassette
recicladas que tenía por casa. No me lo podía perder. Pronto, mi afición
por grabar sus intervenciones se convirtió en un compromiso, una cita a
medianoche a la que no podía faltar.
Así, durante aquel verano, al terminar cada uno de los intensos días,
luchaba conmigo mismo por mantenerme despierto al filo de la madruga-
da y poder capturar cada una de las intervenciones de Patrick, evitando
grabar las canciones, por aquello de ahorrar cinta. Pero llegada cierta ho-
ra caía rendido en la cama, aún con el dedo apoyado en la tecla Rec y casi
nunca llegaba al final del programa. Es por eso, que en este libro, la mayo-
vi
ría de los programas no tienen despedida, porque nunca pude aguantar
despierto hasta altas horas de la madrugada para grabarlo.
A Escondidas solía durar unas tres horas. Los que hayan nacido en
los ochenta o antes sabrán que no había cintas de cassette de más de 120
minutos, (60 minutos por cada cara), por lo que, como mucho, podía gra-
bar una hora seguida a partir del momento en que me quedara dormido.
Hay que tener en cuenta que mi grabadora no era reversible, para aprove-
char las dos caras de la cinta. Es por eso que gran parte del archivo está
concentrado en las primeras horas del programa, especialmente entre las
doce y la una de la madrugada.
En mi obsesión por acaparar todas las emisiones de A Escondidas in-
tenté utilizar otros medios de grabación de mayor duración. ¿Qué apara-
to doméstico podía haber en casa que grabase más tiempo que una cinta
de cassette? ¡Un vídeo! Así que una noche conecté la salida de audio del
sintonizador de radio a la entrada de audio del vídeo. Era un gran adelan-
to porque podía programar la grabación y, además, una cinta de vídeo do-
méstica podía grabar de continuo durante 180 minutos.
Hubiera sido perfecto. La idea era buena, pero el vídeo no entendía
muy bien eso de grabar “sólo audio”. No salió bien. Por otra parte, la re-
cepción en el salón, donde estaba el vídeo, tampoco era muy buena; ade-
más, las cintas de vídeo eran definitivamente más caras que las de audio;
y finalmente, como factor determinante, a mi madre no le hacía gracia en-
contrarse cables de por medio a primera hora de la mañana, ni que andu-
viese toqueteando electrodomésticos en casa. Desistí y volví a mi habita-
vii
ción, con mi vieja grabadora de cassette y con los cascos, a grabar manual-
mente cada una de las intervenciones de Patrick D. Frutos, una por una,
canción tras canción.
Las grabaciones no tienen toda la calidad que desearía porque el re-
petidor más cercano de Onda Diez estaba situado a unos 60 kilómetros
de mi ciudad, (que por otra parte se encontraba en un valle). Con mucho
esfuerzo, una antena de más ganancia que fabriqué yo mismo con mate-
riales reciclados y con una radio más sensible, conseguí obtener una re-
cepción aceptable algunas noches. Las emisiones de radio se ven afecta-
das por los fenómenos atmosféricos, de modo que, aunque el equipo fue-
ra el mismo, la propagación no siempre era la idónea y eso explica que al-
gunas grabaciones se oigan mejor y otras peor. Había días en que se escu-
chaba perfectamente, incluso en estéreo; y otras en las que se colaban es-
purias, (interferencias), de otras emisiones de radio más cercanas.
Por otra parte, la calidad de las cintas usadas para la grabación tam-
poco era homogénea. Usaba cintas de cassette recicladas que sacaba de
cualquier parte, con la esperanza de poder grabar algo más de todo el ma-
terial que ofrecía Patrick en las madrugadas de Onda Diez.
Como verás a lo largo del libro, Patrick solía invitarnos a los oyentes
a salir a la calle y dar un paseo en medio de la madrugada, mientras él
nos acompañaba. Pero en mi caso era improbable que pudiera hacerlo
con una señal de radio tan débil. Mi Walkman no captaba la señal de On-
da Diez a pie de calle.
viii
Ya en aquella edad yo era un gran aficionado a la radio y desde hacía
tiempo tenía mi propia emisora de radio FM. A través de ella emitía mis
programas de radio y, por qué no, debo admitirlo, en más de una ocasión,
imitando a Patrick D. Frutos. Así que un día usé mi propia emisora de ra-
dio como repetidor, para poder salir de una vez, en medio de la noche,
acompañado por Patrick, como él sugería. Es decir, que durante algunas
noches, la voz de Patrick D. Frutos se escuchó perfectamente en mi ciu-
dad.
Con el tiempo, el comienzo de A Escondidas se convirtió en el mo-
mento más esperado del día, en especial por esa larga introducción, pau-
sada y triunfal, que Patrick hacía apoyándose en la música de Yanni. Sus
reflexiones acerca de las cosas de la vida, su manera de usar la voz, las
pausas... todo estaba orquestado en un estilo de hacer radio un tanto pe-
culiar, pero sin resultar cargante. Era ideal para que todo cuanto tuviera
que decir frente al micrófono fuera calando poco a poco en mi mente.
Pero mi relación radiofónica con Patrick D. Frutos no había acabado
ahí. Aún tenía muchas cosas que aprender de él. Una vez le llamé por telé-
fono.
Recuerdo que tardé varias semanas en reunir el valor y el coraje para
marcar el 91 5386303, (nunca olvidaré el número). Le llamé una tarde de
sábado lluviosa que estaba haciendo un especial de fin de semana, (sí, Pa-
trick solía estar en varios proyectos a la vez). Me dijo que tenía prisa por-
que iba a entrar en directo, así que le dije que le llamaría más tarde. Un
par de horas después me fui a una cabina telefónica, cargado con muchas
ix
monedas y con la esperanza de que se alargase la conversación. La lluvia
estaba arreciando, pero no me importaba. Marqué el número de nuevo y
lo cogió una colaboradora del programa. Con tono firme le dije que que-
ría hablar con Patrick. “¿De parte de quién?”, me preguntó ella. “De Isa-
ac, le he llamado antes”, le dije yo. Patrick cogió el teléfono enseguida. Y
ahí estábamos, por primera vez en mi vida en comunicación bidireccio-
nal. Ahora no sólo le escucharía yo, sino que también podía escucharme
él... pero en ese momento me bloqueé. Pensaba que tenía muchas cosas
que decirle, pero no me había dado cuenta de que en realidad tenía mu-
chas cosas que preguntarle. Él había acabado el programa y, como años
más tarde entendería yo al convertirme en locutor, tenía que marcharse
del estudio. Apenas pude hacerle unas preguntas sobre los jingles de On-
da Diez y la sintonía de A Escondidas, Música y Luces, (la edición del sá-
bado). Me dijo que estaba “medio producida” por él. Le dije “¡Eres un
monstruo, un genio!”. Él me dio las gracias. Me quedé en silencio. No sa-
bía qué más decir y entonces él hizo el amago de despedirse. Es completa-
mente lógico que si la otra persona no muestra más signos de querer se-
guir hablando des por terminada la conversación. No supe qué decir en
ese momento. Yo también me despedí, colgué el auricular de la cabina e
inmobilizado por la emoción me quedé allí, quieto bajo la lluvia, asimilan-
do lo que acababa de pasar. Había hablado con Patrick D. Frutos, el locu-
tor que tanto me había inspirado, pero me sentía como un tonto porque
no había hecho una lista de todas las preguntas que tenía para él, que
eran muchas.
x
Me prometí que le volvería a llamar en breve, pero nunca lo hice.
Ahora lo que me quedan son estas grabaciones de las emisiones de A Es-
condidas y todas esas preguntas que aún tengo apuntadas y que espero
pueda hacerle algún día.
Años más tarde empecé a trabajar en la radio y me di cuenta de que
a algunos oyentes les pasaba lo mismo conmigo, lo mismo que a mí me
había pasado con Patrick. Cuando eres locutor no eres consciente de que
has entrado en la casa de muchas personas, en sus vidas. Has estado pre-
sente en sus mentes cuando estaban tristes, alegres, discutiendo, adormi-
lados; te has metido en la cama con ellos, has comido con ellos. Cuando
eres locutor de radio firmas un contrato laboral, pero no te explican que
firmas también un pacto tácito con miles de personas al mismo tiempo,
en el que vas a acompañarles en sus momentos más íntimos. Ellos te de-
jan pasar hasta lo más hondo de su ser. Hablan contigo y escuchan activa-
mente lo que les dices y, sin que tú lo sepas, te responden. A veces pode-
mos llegar a ser conscientes de una mínima parte, porque siempre hay al-
guien que llama al estudio y te lo dice.
Mi mentor en la radio decía que una llamada telefónica de un oyente
equivale a mil personas que están pensando lo mismo. Una vez un oyente
me llamó para decirme que me había equivocado al mencionar el intér-
prete de una canción y en ese momento pensé que no era uno, sino mil
oyentes los que probablemente se habrían dado cuenta de mi error. Te ha-
ces en locutor de radio y eso te convierte automáticamente en amante de
los pensamientos de muchas personas, aunque no lo sepas.
xi
Y no es una cuestión racional, el pacto lo haces con el subconsciente
de los oyentes, no con ellos mismos. Tu timbre de voz penetra en la parte
más profunda de sus pensamientos. Luego, cuando vas a la panadería, co-
mo por arte de magia, te reconocen. Nunca te han visto, pero saben que
eres tú, ni siquiera lo dudan. Titubean porque no entienden cómo es posi-
ble que puedan estar tan seguros de sí mismos, pero no dudan de que se-
as tú, sino que se sorprenden de sí mismos por haberte reconocido sólo
por la voz. Tú, como profesional, hay momentos en que ni te esfuerzas en
negarlo. ¿Por qué? Para ellos, quizá para ti también, es una feliz coinci-
dencia. Debemos pensar que ese oyente que te ha reconocido por fin, des-
pués de mucho tiempo, ha completado un puzzle en su cabeza, un puzzle
que empezó con tu voz y terminó con tu rostro. Nunca te imaginan cómo
eres realmente. Las personas imaginan y construyen imágenes a partir de
lo que han visto y por eso casi nunca aciertan. Dependiendo de qué locu-
tor, a veces puede resultar una decepción... Yo me imaginaba a Patrick D.
Frutos con la cara de un tipo que vi en un anuncio de un periódico una
vez. Le puse esa cara, no sé por qué. Tenía muchas entradas, la frente
arrugada y una boca muy grande. Suele pasar que caricaturizamos la ima-
gen que nos formamos de nuestros locutores favoritos. Los imaginamos
con una gran frente, con con una gran nariz, o excesivamente guapos, o
excesivamente barbudos... Años más tarde, muchos años después, ya con
Internet de la mano, pude ver una foto de Patrick D. Frutos... y fue una
grata sorpresa. A veces decimos que la voz que habíamos oído no le pega
a esa persona, pero en el caso de Patrick no podía ser de otra manera. Me
encantó poder ponerle cara por fin al locutor que inspiró parte de mi ca-
rrera profesional.
xii
De hecho, fue el estilo de Patrick y el formato de A Escondidas lo que
me inspiraría muchos años más tarde para crear la serie Inflexiones
(www.inflexiones.com).
Como en todo programa de radio, Patrick hacía referencia a la hora,
la dirección postal y al teléfono varias veces cada noche. He transcrito al-
gunas de esas ocasiones para poner de manifiesto la manera tan cercana
y personal de expresar algo tan rudimentario, rutinario y mundano como
decir la hora o recordar qué programa o en qué sintonía estamos. Identifi-
car la emisión, bien de viva voz o con un indicativo cada poco tiempo, es
un recurso imprescindible en la radio, importante, porque ayuda a los
nuevos oyentes que se incorporan a saber qué están sintonizando, espe-
cialmente en aquellos momentos en los que la radio era analógica. Por
cierto, imprescindible, sí, pero a día de hoy es un recurso que no muchos
locutores respetan. Patrick a veces utilizaba indicativos con una voz feme-
nina (cuya transcripción podrás encontrar el final de este libro), o simple-
mente con su propia voz, de una manera muy personal y cercana. Es por
eso que también lo he incluido en las transcripciones.
Las intervenciones están dispuestas en un modo similar a la estructu-
ra de A Escondidas. Hay dieciséis capítulos, simulando dieciséis edicio-
nes del programa. Cada uno de ellos comienza con una introducción de
Patrick, seguido de las intervenciones que pude grabar durante aquellos
años. Cada intervención está separada por unos asteriscos (***), que re-
presentan las canciones que Patrick pondría en ese momento. Lógicamen-
xiii
te no puedo recordar cuáles eran. Pero si piensas en cualquier balada de
los ochenta seguramente Patrick la puso en A Escondidas alguna vez;
aunque en algunos casos hace referencia a alguna que otra canción en
concreto, como verás más adelante.
Sería aconsejable que leyeras esto por la noche, poniendo las cancio-
nes señaladas, dejándote llevar por la música, para tener una sensación
lo más realista posible de cómo era el programa de radio.
¿Alguna vez has leído radio? Creo que ahora es el momento. No obs-
tante, los cortes originales en audio están en la web:
patrickdfrutos.isaacbaltanas.com
Cada capítulo tiene un título, pero éste no hace referencia al conteni-
do del mismo, sino a la presentación del programa. Después, como cada
noche, las intervenciones varían de temática.
Hay cuatro elementos que conforman el lenguaje radiofónico: la voz,
la música, los efectos sonoros y el silencio. Sólo esos cuatro. Y sólo con
esos cuatro elementos se han llenado las miles de horas diarias en todo el
mundo durante los últimos 120 años de radio. Alguno de esos elementos
se han usado más que otros. Incluso de alguno de ellos se ha abusado.
Otros, por el contrario, no se utilizan casi nunca y creo que los propios
profesionales de la radio ni siquiera saben que los cuatro son igualmente
importantes y que con los cuatro se puede producir un mensaje impactan-
te. Es la combinación de los cuatro lo que hace de la radio un medio efecti-
vo. Quitando sólo uno de ellos, como si se tratase de una fórmula química
o las patas de una silla, la emisión se va al traste, (se vuelve aburrida).
xiv
Uno de los elementos menos utilizados, (quizá porque los locutores
temen no saber usar) es el silencio radiofónico. Yo mismo aprendí a ha-
cer radio en una emisora donde se tenía animadversión al silencio. No po-
día existir el silencio entre corte y corte, entre cuña y cuña. En las radio-
fórmulas el silencio ha quedado en el olvido. Los cortes se suceden a toda
prisa, incluso superponiendo unos milisegundos de un corte a otro, de
una cuña a otra. Y cuando hay un silencio parece que no es intencionado,
sino que es un defecto técnico, como las desconexiones regionales, por
ejemplo.
Después están los efectos, que no siempre se usan y no se usan bien.
En la radio española, al menos, los efectos son siempre los mismos: esca-
sos, repetidos típicos...
Acto seguido podríamos hablar de las voces, de las voces no educa-
das, de las voces que hablan demasiado o de cuando varias voces hablan
a la vez porque los locutores han olvidado que se trata de radio, que cuan-
do se escuchan dos voces a la vez en una emisión el oyente no entiende
nada.
Y por último el recurso más usado, el elemento del que se abusa sin
límite: la música. Se han creado cadenas de radio a nivel nacional usando
un único elemento, algo que está muy lejos de ser un mensaje de radio
completo, variado, colorido. Convertir una radio en un hilo musical es la
peor manera de explotar una licencia radiofónica, la forma más pobre de
dar un servicio público. Pero lo hacen igualmente, esperando obtener al-
gún resultado, alguna rentabilidad.
xv
Patrick D. Frutos, a través de A Escondidas y el resto de sus proyec-
tos, ha sido uno de los locutores que me ha enseñado a usar el silencio en
la radio como uno de los recursos más preciados y destacados para lla-
mar la atención del oyente. Hacía un buen uso de él, de forma natural,
sin que estuviera escrito en un guión. En realidad formaba parte de su es-
tilo pausado cuando hacía A Escondidas, no siendo así cuando locutaba
en Música y Luces, naturalmente. Era su firma, su forma de partir una
frase en varios grupos de palabras con sentido (grupos fónicos) y hacer
desfilar cada uno de ellos intercalando el silencio. Los oyentes necesitába-
mos muy pocos recursos para entender lo que estaba diciendo y con ese
silencio en medio, partiendo la frase en dos, tres y cuatro pedazos, era
sencillo asimilar lo que Patrick decía en medio de la noche. Creo que la
magia de A Escondidas radicaba ahí, aunque los oyentes no supieran ex-
plicar exactamente por qué.
Ni mucho menos escribimos como hablamos, eso está claro. Por eso
hay que tener en cuenta que este libro es el resultado de unas transcrip-
ciones de la palabra hablada. Es la transcripción de un hombre hablando
por la radio. No hablamos como escribimos y nos escribimos como habla-
mos, pero considero oportuno respetar en todo lo posible las palabras de
Patrick ante el micrófono, a fin de hacer que el lector se imagine con el
máximo lujo de detalles lo que era este programa de radio. Por ello se pue-
de apreciar en el texto la presencia de giros lingüísticos, expresiones colo-
quiales, redundantes, y otros elementos característicos del lenguaje radio-
fónico, más propios de la lengua hablada que de la escrita. Es parte de mi
xvi
afán por hacerte llegar el mensaje de Patrick D. Frutos intacto, tal como
él lo dijo en directo.
Por otra parte, Patrick hablaba de manera directa y personal y eso
también se refleja en las transcripciones, que he intentado hacer de la ma-
nera más fidedigna posible. Sólo he omitido errores de pronunciación o
titubeos naturales que nos suceden a todos a la hora de hablar.
Como todo programa en directo, con el paso del tiempo, es lógico
que parte de algunos argumentos se repitan, o al menos se haga referen-
cia a una misma idea en distintos momentos y esto también se refleja en
el texto.
Las lecturas de Patrick D. Frutos merecen la pena porque en él pode-
mos descubrir la sensibilidad, el romanticismo y la ternura de un hombre
que sabe expresar los sentimientos. Si todos los hombres tuviéramos esa
facilidad para pronunciar palabras de este calibre muchos problemas de
pareja (y de amistad) se resolverían. Así que si quieres decir algo hermo-
so a un ser querido seguro que encontrarás inspiración en las palabras de
Patrick. Piénsalo de esta manera: las palabras “noche”, “siempre” y “to-
do” son las más usadas en sus intervenciones. Puede que sea el libro más
sincero y directo que puedas encontrarte nunca.
Este es mi homenaje a Patrick D. Frutos.
Feliz lectura... A Escondidas.
xvii
Muchas noches yo me pregunto dónde estarán aquellas madrugadas,
aquellas noches que solíamos pasar junto al fuego escuchando alguna vie-
ja historia, mientras ese disco picado sonaba de fondo. Ese disco que nos
gustaba escuchar una y otra vez, que nunca nos cansábamos de oír. ¿Dón-
de estarán aquellas madrugadas? ¿Dónde estará aquel viejo caserío junto
al monte y a pocos metros del mar? Donde tantos buenos momentos he-
mos pasado, donde en tantos instantes hemos sido felices. Son muchas
pequeñas cosas, muchos pequeños detalles que forman nuestro pasado,
ese pasado más o menos lejano, o más o menos cercano. Ese pasado que
posiblemente ya nunca más volverá de esa misma forma. Aunque no per-
demos la ilusión y la esperanza de que vuelvan.
Pero mientras todo esto sucede, mientras esa esperanza sigue viva
en nuestra mente, nos gusta que llegue la madrugada para recordarlo, pa-
ra cerrar los ojos y aunque sólo sea con la imaginación volver allí. Siem-
pre con él, siempre con ella y siempre con la misma canción. Esa misma
canción que en otras ocasiones nos ha emocionado, nos ha hecho en defi-
nitiva felices.
Para cada uno de nosotros es una canción completamente distinta,
aunque siempre que la escuchemos nos devuelva a ese lugar mágico, que
para cada uno de nosotros es también distinto, al igual que la música, y al
igual que el recuerdo.
18
AQUELLAS MADRUGADAS
Por cierto, buenas noches, soy Patrick D. Frutos y esta es una nueva
edición de A Escondidas, en Onda Diez, hasta las tres de la madrugada,
hasta que sean las dos en Canarias. Ciento ochenta minutos de radio para
soñar, ciento ochenta minutos de radio para entender, para compartir, pa-
ra dejarnos llevar.
***
¿Por qué nacerá gente, si nacer o morir es indiferente? Pero lo que es-
tá claro es que morir es algo horrendo y nacer es algo realmente maravi-
lloso. Como cada día que nace, como cada madrugada que comienza, co-
mo cada sueño que se forja en cada mente.
***
En ese sueño, en ese paraíso, es el único lugar en el mundo donde tú
eres el protagonista de un viaje especial. Un viaje imaginario, pero real-
mente hermoso. Porque recorremos todos los lugares habidos y por ha-
ber, conocemos a todas las personas conocibles, disfrutamos de cada ins-
tante como si fuera el último que nos tocara vivir.
***
Hay momentos en los que una canción puede serlo todo. Puede ser
lo más fácil, lo más difícil, lo más triste, lo más alegre. Puede ser aquella
razón que has tenido para seguir viviendo, que te ayude a seguir creyen-
do, mientras el reloj sigue avanzando.
19
Ten en cuenta que el momento que ahora estés viviendo, el segundo
que ahora estés sintiendo jamás se volverá a repetir, por lo que cada ins-
tante es único.
***
El tiempo del sentimiento, el tiempo del amor, el tiempo de las emo-
ciones sólo existe si entre las dos personas existe una canción. Da igual cu-
ál sea: más o menos lenta, más o menos rápida... Sea como sea, la música
siempre formará parte de nuestra vida, de nuestro pasado, nuestro pre-
sente y nuestro futuro.
***
Esta es tu vida. Esta es tu historia. Disfrútala cuantas veces quieras.
Y si no te gusta, si la ves injusta, imagínate una diferente. Imagínate un
lugar único, donde sólo tú y ella, o sólo tú y él, podáis llegar; donde la mú-
sica suene distinta y donde no suceden las cosas que habitualmente suce-
den en otros lugares, sino las que tú quieras que sucedan.
***
¿Sabes una cosa? Me encantaría que hubiera un eclipse de sol. Pero
un eclipse total, de esos que a las doce del mediodía o las cuatro de la tar-
de, parece que es completamente de noche. Alguna vez ha habido eclipses
parciales, pero totales, aquí en España que yo recuerde, en los últimos
años no ha habido ninguno. Y la verdad es que puede parecerte una tonte-
20
ría, pero me apetecería que hubiera uno. Hace muy poquito hubo uno de
luna, no sé si lo verías. Espero que sí porque fue muy bonito ver cómo po-
co a poco se iba ocultando la luna en el cielo. Pero respecto a los de sol, la
gente que los ha visto dicen que son realmente espectaculares.
***
A veces nos gusta enterrarnos en nosotros mismos, nos gusta intro-
ducirnos en nuestro mundo, en nuestra burbuja de cristal y no queremos
saber nada más de los demás. Pero es aconsejable que no te guardes los
sentimientos para ti, que no la pagues contigo mismo, ni con los demás.
Intenta contárselo a alguien, de confianza, por supuesto. Seguro que hay
por ahí cualquier compañero que está deseando compartir tus sentimien-
tos y que lo único que quiere es que no te hundas ante tan desesperada si-
tuación. Es a ese al que debes considerar un amigo y no aquellos que sólo
son tus amigos por algún tipo de interés. Los verdaderos amigos son aque-
llos que sólo piden a cambio de su ayuda tu amistad desinteresada.
***
Todo en la vida tiene un principio y un fin, toda historia que comien-
za algún día ha de finalizar. Aunque siempre se espera que el final llegue
lo más tarde posible cuando la historia es buena. Pero recuerda que hoy
es el primer día del resto de tu vida y, por lo tanto, has de aprovecharlo al
máximo y no desperdiciar tan mágico momento.
Y si no tienes nada que hacer, si no se sospecha ningún peligro, haz
un esfuerzo, empieza a caminar y ve en busca de esa persona tan especial
21
para ti. Y habla con ella. Porque piensa que nada es eterno y llegará el día
en que te tengas que separar de esa persona.
***
Si tú eres de los que andan buscando el amor y aún no lo has encon-
trado, no desfallezcas. Ya sabes que el amor no está para quien lo busca,
sino para quien lo encuentra... cuando menos te lo esperes, de quien me-
nos te lo esperes y donde menos te pienses.
***
Siempre se ha dicho que el que espera desespera y si tú buscas un
amor no te desesperes, ni te preocupes en exceso. Lo mejor que puedes
hacer cuando estés así es intentar relajarte y confiar en la música, esas
canciones que consiguen hacerte feliz y apartarte del mundo real por un
momento. Y hacer de tu soledad una compañera ideal.
***
Pero si tú eres de los que han alcanzado la cima, si tú eres de los que
han encontrado a su compañera o compañero ideal, enhorabuena. Claro,
que si no es así, no te desesperes, no debes preocuparte. Más vale ir sin
prisa, pero sin pausa. La constancia es un arma bastante eficaz a la hora
de conseguir aquello que se desea.
***
22
Está claro que pase lo que pase hay que seguir sonriendo, hay que in-
tentar ser felices, no importa lo alto que nos pongan el listón.
***
Hay un lugar, por pequeño que éste sea, para cada uno de nosotros
en el mundo. El problema es saber cuál le corresponde a cada uno. Quizá
tú ya lo hayas encontrado. Es posible que en estos momentos estés justo
donde debas estar durante toda tu vida... al lado de él o ella.
***
En muchas ocasiones te habrás preguntado si de verdad existe un pa-
raíso donde todo, absolutamente todo se vea de otro color. Recuerda que
el único paraíso que nunca nos podrán quitar es el recuerdo. Ninguna per-
sona será capaz de quitarte un buen momento para recordar, nadie nos
podrá sacar de aquel mágico lugar, tan especial para cada uno de noso-
tros, y todo ello a base de la más pura y sincera imaginación.
***
La vida en ocasiones pasa demasiado deprisa. Apenas nos da tiempo
a saborear esos momentos gratos que, de vez en cuando, nos ofrece y que
hay que saber guardar para siempre en la memoria... por aquello de que
en muchas ocasiones son muchísimos menos los momentos gratos que
23
los otros. Pero a fin de cuentas la vida es así, hay que tomarla como viene,
la vida de cualquier forma sigue siendo hermosa.
***
A veces es difícil e incluso nos creemos que es imposible ser feliz. Pe-
ro la felicidad que todos buscamos está mucho más cerca de lo que quera-
mos creer. La vida es una lucha continua en la que no siempre se puede
ganar, en la que no siempre se puede ser feliz.
***
Siempre que finaliza un día y, por consiguiente comienza otro, se po-
ne de manifiesto esa magia que nos envuelve, que nos seduce; esa magia
que nos enamora uno a uno.
***
No pienses en el futuro, no recuerdes el pasado, intenta vivir el pre-
sente; ese presente maravilloso que tenemos por delante, que podemos
compartir juntos, que podemos vivir, que podemos disfrutar.
***
Aunque no debemos recordar el pasado, todos sabemos que las no-
ches son para recordar. Es ineludible hacer caso omiso a algunos recuer-
24
dos y echar la vista atrás: recordar esos momentos, esos lugares, esas per-
sonas, esos amores... sobre todo ese amor, ese primer amor.
***
Para hacer fácil lo difícil, para conseguir aquello que deseas, debes
primero creer en ti mismo. Debes tener orgullo propio. Debes pensar que
eres igual que los demás; que no eres no inferior, ni superior, pero que tie-
nes unos encantos que has de saber aprovechar.
***
No siempre tiene que ser tu gloria personal, de vez en cuando no vie-
ne mal una pequeña ayuda de esos amigos de verdad.
***
Ya sabes que la música unida a la imaginación te pueden llevar a lu-
gares de ensueño, o a vivir días de ensueño.
***
Hay determinados momentos en los que sientes que la vida se rompe
ante tus narices y no puedes hacer nada por evitarlo, o sientes que no pue-
des hacer nada. Aunque en realidad puedes hacerlo todo. Pase lo que pa-
se, siempre hay que intentar salir adelante. Luchar. La vida no es fácil, pe-
ro si luchas por lo que quieres es mucho más sencillo el conseguirlo.
25
***
Si la noche es ilusión, es simpatía; si la noche es amistad, si la noche
es fantasía, si la noche es música, si la noche es amor... y sobre todo, si la
noche es emoción, es cariño, si es sentirnos bien el uno con el otro... ¿có-
mo definirías el día?
***
Dicen que dos es compañía y tres es multitud, pero a veces tres pue-
de ser un número mágico. A veces, no siempre. Pero cuando resulta bien,
resulta muy bien.
***
¿Y qué me dices de esto? (refiriéndose a la última canción del progra-
ma). También invita a muchas y diferentes situaciones.
Y lo que invita a otras situaciones es la música de Yanni que suena de
fondo. Nos dice que llegó el final, que nos quedan cuatro minutos para lle-
gar a las tres, para llegar a las dos en Canarias y que por hoy... por hoy
fue todo. Pero ya sabes que si Dios quiere la próxima semana a las doce
de la noche del sábado y a las doce de la noche del domingo estamos de
nuevo juntos, aquí, en Onda Diez, para seguir poniéndole sentimiento, pa-
ra seguir poniéndole emociones a cada madrugada que nace.
26
Queda por delante una semana. Quedan por delante muchos sueños
que hacer realidad; muchas experiencias que vivir para luego contarlas,
para luego recordarlas también; muchas canciones que escuchar, y mu-
cho por decirnos. Así que no pierdas el tren, ese tren de la vida que sale
cada madrugada que comienza. Por supuesto yo desde aquí te deseo que
seas la persona más feliz del mundo, o por lo menos que lo intentes. Si lo
consigues mucho mejor para ti.
Lo dicho, que lo pases bien y el sábado y el domingo estamos aquí de
nuevo, si Dios quiere. A las doce, las once en Canarias. Buenas noches. Te
habló Patrick D. Frutos.
Hasta la semana que viene. Adiós.
27
Lo mismo que llegó el fin de semana, también se marcha. Pero antes
de que eso suceda, aunque teóricamente ya estamos en lunes, en lunes 15
de abril de 1996... antes de que la semana comience con toda su ampli-
tud, con todo su esplendor, tenemos un tiempo de radio para alejarnos
un poquito de la monotonía, para alejarnos de los problemas, de algunos
malos pensamientos que pudiéramos tener. Para relajarnos, para cargar
energías, que posiblemente nos hagan falta dentro de algunas horas. En
definitiva para soñar también, por supuesto. Siempre A Escondidas, y
siempre en Onda Diez. Por cierto, te habla Patrick D. Frutos, juntos hasta
que las tres nos separen. Serán las dos en Canarias. Y tenemos por delan-
te prácticamente tres horas para soñar, tres horas para entender. Tres ho-
ras para dejarnos llevar, para disfrutar de nuestra música, para evocar
nuestros recuerdos y para imaginarnos historias, que por supuesto siem-
pre han de acabar bien. Historias que no se me ocurren otra manera de in-
ventarlas, de imaginarlas, que no sea con una canción de fondo.
***
Mágicos viajes a través de la noche, a través de las canciones. Mien-
tras, lentamente va pasando el tiempo.
Y yo te invito a que salgas con cuidado, cierres despacio la puerta, ba-
jes los peldaños que te separan de la calle y comiences a caminar lenta-
28
NUESTRO MOMENTO
mente con los Walkman puestos, eso sí, en Onda Diez. Que comiences a
caminar en cualquier dirección, es igual. En silencio, con la mente puesta
en cualquier sueño probable, en cualquier historia que pudo ser y nunca
fue. Y poco a poco, mientras la música sigue sonando en la radio, las his-
torias siguen llegando a tu mente.
***
¿Sabes?, me encanta compartir contigo esta canción. Quizá por lo
que dice la letra, por lo que dice al menos el título: No te dejaré... o trata-
ré de no hacerlo nunca. Quiero estar siempre contigo. Quiero ser esa per-
sona que te acompaña cada noche. Quiero ser esa persona que está conti-
go donde tú estás. Que hace lo que tú haces. Que siente lo que tú sientes.
Que llora cuando lloras. Y que ríe cuando ríes.
***
Me encanta conocerte palmo a palmo, saber hasta lo más profundo
de tus secretos, lo más íntimo de ti. Todo lo que escondes. Y lo que no es-
condes también. Todo lo que piensas, lo que pensabas y lo que pensarás.
Si me lo permites, quiero saber lo que haces, dónde lo haces. Y, por su-
puesto, con quién.
***
Me encanta sentir una vez más este terciopelo negro. Ese terciopelo
tan sensual que llevas.
29
***
Me gusta caminar a tu lado. Sobre todo caminar en la madrugada, re-
corriendo las calles de la ciudad semidesierta a estas horas, que comien-
zan a ser intempestivas. A estas horas tan especiales y tan misteriosas a la
vez.
***
Me gusta verla bailar. Tenerla frente a mí. Disfrutar con cada movi-
miento, con cada paso, con cada sensación, con cada nota. Y, por supues-
to, con cada canción.
Sobre todo, si son canciones como esta que acabas de escuchar, mu-
cho más. Hermosa versión, ¿verdad? Extraña, porque no es de las más co-
nocidas, pero se incluyen en un álbum que te recomiendo absolutamente
llamado Beautiful Dreams, que recoge grandes éxitos, pero en versión or-
questada. Y ahí estaba el Missing You. También tienes el Always in my
mind. Y un montón de canciones. Te lo recomiendo absolutamente.
Chris de Burgh, Lady in red, la dama de rojo, esa mujer especial que
me encanta ver como baila, cómo se mueve.
***
Me gustan las contradicciones. Me gusta contradecirme. Desmentir-
me y afirmarme.
30
***
A veces me gusta esperar, porque hay cosas por las que merece mu-
cho la pena hacerlo.
***
No sabes cómo me gustaría que me quisieras tal y como yo te quiero
a ti.
***
Por eso, que eres mi mejor amigo, quiero que estés a gusto conmigo.
Y quiero que entre los dos alimentemos esta amistad, para que dure siem-
pre. Porque siempre la amistad es como el amor. Y es como todo en esta
vida: hay que alimentar la mediodía para que vaya creciendo.
***
Por cierto, ¿sabías que hay miradas que consiguen desnudarnos?
¿Por qué no nos echamos una de esas miradas? Imaginarias, claro está. Y
conseguimos desnudar la madrugada, que tiene muchas emociones ocul-
tas.
***
31
No está ni cerca ni lejos. No está ni aquí, ni allí. Está donde tu imagi-
nación sea capaz de crear ese lugar. Pero esté donde esté, hay un lugar pa-
ra nosotros.
***
Con los dedos de una mano se cuentan los minutos que nos separan
de la una, de las doce de la noche en Canarias. Y el reloj sigue avanzando
y nosotros seguimos juntos aquí, en la noche. Juntos en la intimidad de
la madrugada, de esta madrugada tan especial, de esta madrugada prima-
veral, porque hay que recordar que estamos en primavera. Y en primave-
ra dicen que la sangre altera.
***
De pronto haces un pequeño lapsus, un pequeño inciso. Desvías los
ojos y miras con miedo el reloj. Levantas tu cara y el reloj pasa ya de las
dos, indicándote que, aunque la noche es joven, el tiempo sigue transcu-
rriendo. Y algo en ti te dice que debes aprovecharlo, que no debes dejar
que se escape ni un solo segundo.
***
Música con sentimiento para gente con ilusión, para gente con cora-
zón, con alma. Como tú, que te gusta lo bueno, que te gusta sentir la músi-
ca por dentro, sentir las canciones, vibrar con ellas.
32
***
A lo mejor te parece una solemne estupidez, pero cuando las cosas
no van como tú quieres, que suele ser bastante a menudo, escuchar músi-
ca de piano puede relajarte, puede ser que olvides en parte esos momen-
tos. Música de piano como esta que acabas de oír y que a estas horas a
uno le transporta a una nube... eso sí, contigo, por supuesto.
***
No busques más. Aquí está tu paraíso. Aquí está nuestro paraíso. Ese
mágico lugar que cada noche nos inventamos en la radio, a base de la
más pura y sincera imaginación.
***
Que no me entere yo que esta noche la pasas completamente solo.
Porque ya sabes que no estás solo. No estás sola. Alguien te ama de la ciu-
dad, que decía Miguel Ríos. Y con muchísima razón. Hay veces que no te
das cuenta de que el amor está a tu lado. Hay veces que logras pasar sin
reparar en él.
***
En estos momentos lo mejor es no hablar demasiado. Que las pala-
bras enredan y tornan oscuros las ideas, que decía Víctor Manuel pero,
¿qué sientes?
33
***
No hay emoción, si no hay música. Y no hay emoción, si no hay pa-
sión.
***
Mientras lentamente vas quedándote dormido la música te va me-
ciendo poquito a poquito. Y vas entrando en ese mundo tan especial de
los sueños. Mientras, poco a poco, la madrugada va avanzando... este lu-
nes 15 de abril de 1996. Estamos en primavera, no lo olvides y hay que
aprovecharse de ella.
***
No importa el nombre. Importa que estemos juntos.
***
Oye, por cierto, ¿tienes la misma hora que yo? Porque es que no me
lo puedo creer: La una y nueve... ¿la tienes? Pues, caramba... Hombre, sa-
bía que el tiempo pasa rápido, pero no tanto, caramba.
***
34
Yo hay momentos en los que no soy capaz de pensar nada, ni lo más
mínimo. Momentos como este, por ejemplo, sin ir más lejos. Quizá por-
que tú estás frente a mí. Porque me miras con esos ojos realmente ardien-
tes, brillantes, penetrantes. Esos ojos cargados de pasión, cargados de
amor, ese amor especial. De ese amor que, como te decía antes, nunca
muere.
***
No se donde éstas. No puedo verte. Posiblemente estés muy lejos de
mí, pero yo no puedo evitar pensar en ti. No puedo, por mucho que lo in-
tente. No puedo dejar de hacerlo porque, entre otras cosas, tampoco quie-
ro hacerlo.
35
Hay muchas citas famosas sobre el amor. Pero quizá una de las que
más me ha llamado la atención, de las últimas que he podido leer, ha sido
una que decía que “el amor es el triunfo de la imaginación sobre la inteli-
gencia”. Y es que a veces la inteligencia se nos puede quedar corta a la ho-
ra de definir un sentimiento, a la hora de contar una historia, a la hora de
disfrutar de cada instante. Ay de nosotros si no tuviéramos imaginación,
si no fuéramos capaces de crear nuestros mundos, nuestros momentos,
nuestros lugares y, cómo no, también nuestros personajes de ficción.
Esos personajes a los cuales amamos sin haberlos conocido nunca y posi-
blemente aún a sabiendas de que no los conoceremos jamás. Pero la ima-
ginación siempre está ahí. Cosa grande la imaginación. Ayuda a que viaje-
mos a través del espacio, del tiempo, de la naturaleza, de nosotros mis-
mos.
Ante todo buenas noches. Cinco minutos sobre las doce de la noche,
sobre las once en Canarias. ¿Qué tal te fue el día? ¿Bien? Fenómeno, no
sabes cuánto me alegro. Tenemos por delante ciento ochenta minutos pa-
ra soñar, para imaginar, para crearnos nuestros mundos, nuestros luga-
res, nuestros recuerdos y para disfrutar de los que ya existen. Esta es una
nueva edición de A Escondidas. Como siempre, en Onda Diez, como siem-
pre desde las doce y hasta las tres, desde las once y hasta las dos en Cana-
rias. Y como siempre, te habla encantadísimo tu amigo Patrick D. Frutos,
36
SOBRE EL AMOR
que espero sigas conmigo este paseo que cada noche iniciamos en la ra-
dio.
Porque la radio y la noche son mágicas si se funden. Por eso, ya sa-
bes, fúndete con ellas, fúndete con la madrugada, fúndete conmigo. Y jun-
tos, tú y yo, crearemos esa magia de la que tanto andamos faltos.
***
Hay cosas que son realmente inolvidables. Por buenas, otras por lo
contrario, pero yo me quiero centrar siempre en las buenas. Aquellas co-
sas que nos han hecho felices y que nos gusta recordar noche a noche, des-
de la radio y a través de las canciones. Por eso acércate un poquito más,
que hay mucho que compartir.
***
Hay momentos en los que una canción puede serlo todo. Puede ser
lo más fácil, lo más difícil, lo más triste, lo más alegre. Puede ser aquella
razón que te ayude a seguir viviendo, que te ayude a seguir creyendo.
***
Cómo canta esta mujer (refiriéndose a Olivia Newton-John). Cómo
sabe transmitir los sentimientos que lleva en su interior. Lleva muchísi-
mos años haciéndolo. Y son muchísimas las canciones con las que hemos
gozado todos. Desde los temas de Grease, hasta los temas de Have you
ever been mellow. O Please Mr. please. O tantas y tantas canciones. Y es
37
que no sólo hay que saber cantar, también hay que saber transmitir lo
que te dicta el corazón.
***
Hay un hotel. Hay un pequeño bar. Y hay un perfume esparcido por
el aire, por el viento. Un perfume que te atrae y que te dice que te acer-
ques un poquito más, que entres tímidamente en ese local. No tendrás
que buscar mucho. Esa persona está ahí.
***
Hay un lugar, por pequeño que éste sea, para cada uno de nosotros
en el mundo. El tema es saber encontrar el que le corresponde a cada
uno. Pero haberlos haylos, que dirían por ahí, y desde luego el mejor lu-
gar para compartir esas horas en este mundo es este, donde te encuentras
ahora mismo. ¿El nombre? No importa. Ya sabes que sólo importan las
personas.
***
Miramos la misma luna, aunque estemos muy lejos tú y yo. Pero ya
sabes que la radio y la luna nos unen con ese lazo tan especial que se lla-
ma música.
***
Hay unos ojos que me están mirando fijamente, hay unos labios que,
entrada la madrugada me dirán que sí... aunque ahora lo sigan dudando.
38
***
Hermosa canción. Y que además te trae recuerdos, no muy lejanos
porque tiene un par de años, pero sí recuerdos que aún seguro son mara-
villosos. ¿A que sí? Ya sabes que si quieres me los puedes contar. No tie-
nes más que escribirme una carta o una tarjeta postal. Casi mejor una car-
ta, porque en una postal cabe poquito. Y si quieres contar muchas cosas
casi mejor una carta, que así no tienes límite, cuentas lo que te apetezca.
Patrick D. Frutos. A Escondidas. Onda Diez. Paseo del pintor Rosales, 76.
28008 Madrid.
***
A fin de cuentas no hay que darle más vueltas: el corazón tiene reac-
ciones que no somos capaces de comprender. Así que lo mejor es dejar
que de vez en cuando rija el corazón, sin preguntarse qué es lo que va a
pasar después.
***
Historias de la música, historias de la noche, historias de nuestra pro-
pia imaginación.
***
39
Son las historias que se cuentan al amparo de la madrugada, las his-
torias que surgen de un pasado o que surgen de nuestra propia imagina-
ción. Pero, por supuesto, historias hermosas de compartir.
***
No sé si a ti te sucederá lo mismo pero yo me imagino tantas y tantas
cosas escuchando esta canción... cierro los ojos y me imagino una carrete-
ra desierta, viendo pasar ante mí ese maravilloso paisaje. Sobre todo a es-
tas horas, iluminados por la luz de la luna, recorriendo tantos y tanto lu-
gares... Y por supuesto, lo que es mejor, conociendo a tantas personas es-
peciales.
***
Viajando aunque sólo sea con la imaginación. Siempre a través de la
música. Y con un piano como este todo se puede conseguir.
Por cierto, ¿qué tal va este mes de julio? ¿Qué tal llevas las vacacio-
nes si las estás disfrutando? ¿O cómo llevas esa espera? O a lo mejor tú
eres de los que las disfrutan en agosto. Sea como fuere, ya sabes que la ra-
dio siempre te acompaña. Y A Escondidas, como siempre, cada noche de
sábado y cada noche de domingo.
***
Inventándonos extrañas manera de decir “te quiero”. Maneras curio-
sas, maneras diferentes y completamente originales.
40
***
Pedazo de canción, pedazo de joya musical. Siempre he dicho que
aquella frase de “lo bueno si breve dos veces bueno” tiene algunas excep-
ciones. Y este es uno de los casos en los que, aunque la canción dura algo
más de ocho minutos, no deja de ser una joya.
***
Jugar con las interrogaciones, con lo que pudiera haber sido y nunca
fue... o con lo que puede ser.
***
¿Hace un refresquito, o un café helado? O caliente, como tú prefie-
ras. Venga, anímate, que te invito.
***
Llamando, como cada noche, a las puertas de la sinceridad, de la pa-
sión, de la verdad, de la alegría. Aunque a veces la alegría trate de esqui-
varnos, nosotros debemos ir tras ella hasta conseguir alcanzarla.
***
41
Realzar la amistad, sobre todo cuando una amistad, por las vicisitu-
des que sean ha quedado un poco aparcada, se ha perdido y al cabo de los
años vuelves a recuperarla, es una de las sensaciones más hermosas que
pueden llegar a existir. Y es que seguro que estarás de acuerdo conmigo
en que no hay nada como la buena amistad... la auténtica, la amistad con
mayúsculas.
***
Frente a ti una larga carretera. La línea discontinua va indicando los
minutos que han pasado y los minutos que aún quedan por pasar.
***
Recordándote que la esperanza es lo último que se pierde. Que el sol
brillará mañana un día más y que todo aquello que te preocupa en la ac-
tualidad serán simples tonterías, mañana cuando veas el sol en el cielo.
***
En ocasiones es difícil, e incluso nos creemos que es imposible ser fe-
liz, pero la felicidad está mucho más cerca de lo que tú quieras creer.
***
42
La fortuna, algo tan especial y a veces tan efímero, que espero se ha-
ya posado a tu lado esta noche. Y por supuesto permanezca junto a ti pa-
ra siempre.
***
Por cierto, ¿sabes que es la una de la madrugada, que son las doce de
la noche en Canarias? ¿Qué tal estás? Buenas noches. Yo soy Patrick D.
Frutos. ¿Y tú quién eres?
43
No sé si te habrás dado cuenta, pero estamos llegando al otoño. Se
nota, aparte de por la temperatura, que poquito a poquito va bajando, ya
no hace tanto calor, las noches son un poquito más largas... Pero aparte
de todo eso la luz es completamente diferente. Ese olor que se respira en
el ambiente es distinto. Ya se van viendo hojas caídas por el suelo, co-
mienzan los colegios, comienza el curso, la gente lentamente va volviendo
de sus vacaciones. Aún quedan algunos que las disfrutan en este mes de
septiembre, pero la inmensa mayoría está ya incorporada a sus trabajos,
a sus estudios, o al quehacer cotidiano. Alguno puede pensar que es una
pena que llegue el otoño, otros que tiene mucho de bueno, que todo co-
mienza. En realidad es como si comenzáramos un año. Fíjate, nunca te
has parado a pensar que cuando llega el 1 de enero, cuando en realidad
cambiamos de año, apenas nada cambia: tú sigues en tu curso, todo sigue
igual. Y, sin embargo, cuando llega el otoño es como si todo empezara:
empiezas un nuevo curso, hablas del mes de mayo como del año pasado,
aunque en realidad es el mismo año. No sé, todo es nuevo. Y eso siempre
es interesante.
Como interesante es que llegue la noche, en este caso las doce, como
siempre los sábados y los domingos, desde la doce y hasta las cuatro. Ya
sabes que el resto de la semana estamos un poquitín más tarde, pero tam-
poco mucho: desde la una, de una a tres, o de doce a dos si estás en Cana-
rias, claro está. Pero siempre con las mismas ganas de estar contigo, siem-
44
LLEGANDO AL OTOÑO
pre con las mismas ganas de complacerte, de acompañarte, de hacerte
sentir bien. Las mismas ganas de hacerte feliz y de intentarlo día a día.
Hay días que lo conseguimos y otros días no tanto, pero siempre segui-
mos intentándolo. Y mientras tú me dejes yo lo seguiré intentando. Por
cierto, yo soy Patrick D. Frutos. ¿Qué tal estás? Buenas noches, esto es
Onda Diez, esto es A Escondidas. Y estaremos juntos hasta que las cuatro
nos separen, estrenando ya este lunes, 16 de septiembre de 1996.
***
Qué sugerente para comenzar esta madrugada, (refiriéndose a la can-
ción que había sonado anteriormente), que promete ser interesante. Cla-
ro, que todo depende de cómo te lo propongas.
***
No quiero vivir, si vivir es hacerlo sin ti. No quiero estar aquí si voy
estar solo, si no voy a poder disfrutar de tu presencia, sentirte cerca, sen-
tirte a mi lado.
Por cierto, no sé ni cómo te llamas, ni dónde estás, pero no importa.
Te siento junto a mí.
***
No sabes hasta qué punto me relaja el mar. Además es un reconstitu-
yente tremendo. Yo soy de los que cuando estoy junto a él soy una perso-
na completamente distinta. No tengo nada que ver con el Patrick D. Fru-
45
tos del interior. El mar es como una fuente de inspiración, una fuente de
deseos de pasiones, una fuente de vida en definitiva.
***
No sé qué sentirás cuando escuchas estas canciones conmigo, pero a
mí me encanta. Desde luego es un placer maravilloso compartir esto a tu
lado, acurrucado; si quieres, abrazados. O simplemente juntos, mirando
el horizonte. Ese horizonte lejano, que nos resulta imposible alcanzar, pe-
ro que nos encanta mirarlo.
***
Aunque no nos conozcamos no somos extraños en la noche, sino to-
do lo contrario. No nos conocemos personalmente, pero pero tú ya sabes
cómo soy. Y yo puedo imaginarme cómo eres. Y puestos a imaginarnos,
hay tanto que imaginar en la noche…
***
Por cierto no te olvides de poner despertador a punto. ¿A qué hora lo
tienes que poner? ¿A las seis, a las siete, o quizá a las ocho? Sea a la hora
que fuere recuerda que ahora mismo son veinticuatro los minutos que fal-
tan para las dos, para la una en Canarias. Buenas noches soy Patrick D.
Frutos. ¿Y tú quién eres?
***
46
Y tú no te quedes con las ganas de saber cuánto amor nos puede ca-
ber en esta noche. Dale rienda suelta. Y líame, que me encanta.
***
Créeme que a mí me sucede lo mismo: el que el tiempo se pase tan rá-
pido, porque estoy contigo y estoy bien. Y porque me apetece seguir están-
dolo, así que no te vayas, que tengo muchas cosas que decirte, que tene-
mos muchas cosas que hacer juntos. Por ejemplo, sin ir más lejos y, ade-
más nada mejor para hacer a estas horas, que amarnos.
***
La noche es interesante. Y si además de todo eso el naranja colorea
el cielo, la situación puede ser realmente peligrosa, porque nunca se sabe
lo que podría llegar a ocurrir.
***
Caray, si en más de una ocasión has pensado perderte... ¡Caramba,
no te lo pienses más! Perdamos juntos.
***
Puestos a perdernos, ¿por qué no nos perdemos en ese lugar que es-
tás pensando? Sí, sí ahí, donde nadie más ha llegado nunca. Y posible-
47
mente donde nadie más llegará. Porque es nuestro lugar secreto, porque
sólo podemos acceder a él usando la imaginación.
***
Sin cortarnos lo más mínimo, sin avergonzarnos, sin sentir pudor,
nos vamos acercando, cada vez más sintiendo nuestro calor. Disfrutando
de tu sonrisa y de esa forma tan particular que tienes de acariciarme.
***
Nuestras emociones, que a veces permanecen un tanto oscuras por
determinadas intenciones que podemos llevar en el corazón. Y es que a ve-
ces no tenemos muy claro lo que queremos, pero cuando por fin consegui-
mos aclararnos, luchamos con todos nuestros medios, con todos los me-
dios a nuestro alcance, para conseguir lo que deseamos.
***
Son pasajes de una vida, pasajes de un pasado, de una historia, de un
momento, que aunque corto, siempre nos apetecerá volverlo a revivir.
Siempre estará en nuestra memoria.
***
48
Me encanta, siempre que llega la noche, pasear por la playa, escu-
char de fondo el mágico sonido del mar, viendo cómo la luna nos vigila
desde el cielo. Y sentarme con ella junto al malecón.
***
Vamos dando paso tras paso. Pasos hacia adelante. Como diría la
canción, también un pasito para atrás, pero básicamente vamos dando
pasos hacia adelante. Vamos recorriendo ese sendero. Vamos recorriendo
esos lugares. Nos vamos conociendo cada vez más.
Y por cierto, si aún quieres que nos conozcamos más, ya sabes, acer-
carte a la radio. Bien través de las cartas, que puedes enviar a Patrick D.
Frutos. A Escondidas. Onda Diez. Paseo del pintor Rosales, 76. 28008
Madrid. O si lo prefieres también tienes el teléfono, que quizá para mu-
chos sea más rápido. Quizá hay una canción, quizá algún recuerdo, algo
que te inquiete, que quieras contarme.
***
No sé ni dónde estás, ni lo que haces. Y probablemente, personalmen-
te nos conocemos... O casi seguro. Pero pensamos lo mismo con cada una
de las canciones. Nos identificamos con todos ellos, incluso con la madru-
gada, que para muchos es algo tenebroso. Y como no me canso de repetir-
te noche a noche, hay que vencer ese miedo a la noche.
***
49
Nuestro piano del anochecer que no puede faltar. Ese piano que pue-
de poner los pelos de punta a cualquiera, a poco sentimiento que tengas
en el cuerpo.
***
Poniéndole un poquito ese toque humano a esta madrugada que a
priori comienza como una madrugada más. Y sin embargo, puede ser la
mejor madrugada de tu vida. Pero claro, para eso lo tienes que intentar,
con todas tus fuerzas que sea así.
***
Fíjate, hasta en otoño las canciones suenan mejor. No sé por qué, qui-
zás porque el sentimiento sea diferente al de las otras épocas. O porque
somos más vulnerables a la tristeza, por aquello de que tenemos que des-
pedir a esa persona querida, hemos tenido que acabar forzosamente con
esa historia veraniega de amor, o amistad. Sea como fuere, recuerda que
esa historia algún día se podrá repetir. Claro que la última palabra la ten-
drás tú a la hora de decidir lo que crees que es mejor para ti. Y como te de-
cía antes, no te pongas triste, levanta ese ánimo y si no quieres hacerlo
por ti, hazlo por él o por ella; por esa persona a quien amas y que posible-
mente esté distante, quizás demasiado distante.
50
Quizá porque muchas veces estamos acostumbramos a que alguien
nos guíe, a que alguien nos vaya iluminando el camino, nos resulta un tan-
to difícil encontrar ese camino por nosotros mismos. Pero quizá cuando
lo hacemos es cuando más ilusión nos hace; cuando más apego le pone-
mos a las cosas que vamos consiguiendo. Cuando, en definitiva, más va-
lor les damos. Quizá porque de noche sea todo mucho más difícil, en mu-
chas ocasiones le damos más valor a la noche, o quizá simplemente sea
por el encanto que ella conlleva.
Sea como sea de nuevo llegó la noche, de nuevo ha llegado la madru-
gada. Pasan algunos minutos de las doce, de las once en Canarias. Esta-
mos ya en la Península y en Baleares estrenando un nuevo día: un lunes
28 de octubre de 1996. Y como siempre juntos, hasta que las tres nos se-
paren. Serán las dos en Canarias. Buenas noches, te habla, como siempre,
encantado, tu amigo de la noche, tu amigo Patrick D. Frutos. Desde A Es-
condidas, desde Onda Diez, para ponerle todo el sentimiento posible a es-
ta madrugada, todo el sentimiento necesario para que esta madrugada
sea ideal. De modo que, como siempre, yo te invito a que me des la mano,
a que te levantes y a que juntos paseemos a través de los recuerdos, a tra-
vés de la música, a través de las vivencias y experiencias,
 
***
51
ENCONTRAR EL CAMINO
Se pueden decir tantas y tantas cosas en tan solo un instante... Y es
que a veces no nos acordamos de todo lo que decimos. Solamente nos
acordamos de lo que queremos. Había una canción de Laredo que decía
que un hombre sólo escucha lo que quiere escuchar.
Era una versión que hacía del clásico de The Boxer de Simon & Gar-
funkel, que alguna de estas noches escucharemos, por cierto, porque es
una maravilla. Además es una versión muy bien hecha. Han respetado
mucho la música e incluso la letra del original. Se limitaron a traducirla y
la verdad es que les quedó bastante bien.
Y decía eso en alguna de las estrofas, que un hombre sólo escucha lo
que quiere escuchar... Y qué verdad es esa. A veces nos empeñamos en no
hacer caso de las cosas y luego, claro, pasa lo que pasa.
***
Se pueden decir tantas cosas a estas horas... y no sé por qué en oca-
siones nos da vergüenza hacerlo. Confesar los sentimientos, confesar lo
que precisamente pensamos, a esa persona que tenemos delante, a esa
persona quien queremos, a quien amamos; a esa persona por la cual sería-
mos capaces de darlo absolutamente todo. Resulta realmente complica-
do, pero a veces hay que hacerlo y es más, yo te recomiendo que lo hagas.
Podrías llegar a observar que la felicidad está mucho más cerca de lo que
imaginas.
***
52
No tengas miedo, acércate. Solamente quiero seducirte. Quiero via-
jar a través de ti; viajar a través de tu cuerpo, o a través de tu mente; a tra-
vés del tiempo, a través de los recuerdos, a través de las músicas, de los
instantes, de tu propia imaginación.
***
Qué cosas. Qué sentimientos se pueden llegar a compartir a estas ho-
ras con determinadas canciones y con determinados instrumentos.
***
Y siempre que hablamos de sentimientos hay que hablar de la madru-
gada, porque en la madrugada los sentimientos son muchos más fuertes.
Alguno puede pensar que el odio también. Pues quizá, puede que sí. Pero
tú ya sabes que sólo se odia lo que se ha querido, que hiere menos el odio
que el olvido. Por eso no me olvides nunca.
***
No hay que hacer grandes halagos, grandes hazañas, para sentirse
un héroe. Basta simplemente con poder vivir el día de la manera más dig-
na posible. Porque la vida es una completa aventura y en muchas ocasio-
nes hacen falta muchos héroes para poder salir adelante, para poder vivir
cada jornada, que aunque sean sólo veinticuatro horas, pero dan para mu-
cho, y hay que luchar tanto en ellas...
53
***
¿Cuántas veces has soñado con que eres el amo del futuro, con que
sabes todo lo que va a suceder siempre, con que lo tienes todo controla-
do? Pero como en muchísimas ocasiones te he dicho, el control es tan só-
lo una ilusión. Nadie sabe lo que va a suceder mañana, ni siquiera dentro
de una hora. Por eso la vida es tan hermosa, por eso la vida es tan emocio-
nante. Porque así siempre valoramos todos los momentos, todos los ins-
tantes, como si fueran los últimos.
***
No sé demasiado, pero sé que te quiero y es lo único que tengo que
saber.
***
No sé si a ti te sucederá lo mismo con esta canción. A mí me recuer-
da al verano, quizá sea porque apareció en él, apareció hace un par de
años, en 1994. Que parece mentira, pero el tiempo vuela. Y recuerdo esas
noches calurosas con luna llena brillando sobre el mar, tejiendo nuestros
sueños, y paseando juntos por la playa.
***
Bienaventurado si has alcanzado la cima, porque ya sabes que será
cuesta abajo el resto del camino. Claro, que si tú eres de los que aún no
54
han alcanzado a cima, tampoco debes preocuparte. Más vale ir sin prisa,
pero sin pausa, la constancia es un arma bastante eficaz a la hora de con-
seguir aquello que se desea.
***
Si tú no estás aquí me falta el aire. Nada tiene sentido. Por eso siem-
pre te pido que no te vayas, que te quedes, que compartamos juntos la ma-
drugada. Ya sabes que lo mejor siempre está por venir.
***
Y si no importan nuestros nombres, qué importa la hora, qué impor-
ta el día, qué importa el lugar...
***
Así que si por casualidad esta noche te vence el pesimismo, no te
preocupes, dame la mano. Sal de ese pequeño lugar, sal de ti mismo y no
lo pienses más. A veces hay que dejar de pensar las cosas, hay que relajar-
se. Puede servir una canción, o puede servir también salir a dar una vuel-
ta para olvidarse, aunque sea por unos instantes, de todo aquello que nos
agobia.
***
Si te parece nos perdemos juntos. 
55
***
¿Tienes frío? Ven, acércate, déjame acurrucarte. Déjame taparte,
arroparte con la música, arroparte con los recuerdos, arroparte con todo
el sentimiento del mundo que tengo para ti.
***
Además, en este mundo y en esta vida, aunque a veces sea muy cruel,
siempre hay que darle una oportunidad a todo. Sino parece que la vida se
queda sin sentido. Se queda incluso sin valor.
***
Caramba qué razón tiene esta canción. Seguro que en más de una
ocasión has pensado que siempre hay una canción para cada momento,
para cada persona. Siempre hay un tema que se identifica perfectamente
contigo, con algo que has vivido, o que estás viviendo en este momento.
Lo escuchas y dices: “Pero bueno, si esto me ha pasado a mí” o “me está
pasando”. A veces te haces viejo de repente, sin arrugas en la frente, pe-
ro con ganas de morir, como decía Celtas Cortos. Los problemas, la ten-
sión... qué sé yo, tantas y tantas cosas que a uno le agobia así de repente...
Pero como te digo siempre, todo tiene solución. Basta con saber encon-
trarla. Y a veces la encontramos cuando menos lo esperas. Ahora mismo
posiblemente hayas solucionado ese problema que tanto te agobiaba hace
unos minutos.
56
***
Sin lugar a dudas, estés donde estés, y hagas lo que hagas, siempre
serás la historia de mi vida. Así que no lo dudes ni un sólo instante.
***
Sin hacernos un sólo reproche, sin preguntarnos ni un sólo porqué.
Simplemente disfrutando de las cosas tal y como son. Haciéndolas por-
que sí, porque nos lo dicta el alma, porque nos lo dice el corazón.
***
No sé si te habrás fijado pero esta noche la luna brilla de una manera
diferente, al igual que las estrellas. ¿Por qué no lo compruebas? Abre la
ventana, que además hace buen tiempo, y compruébalo. Seguro que me
das la razón. No sé por qué será, aunque lo puedo intuir... por ti, por su-
puesto.
***
Sin nada que pensar. Simplemente escucha la música. Simplemente
dejándote llevar.
***
57
Me trae una cantidad de recuerdos este tema de Santana que ahora
mismo tenía los ojos cerrados y estaba viviendo aquel momento. Hace ya
unos pocos de años, porque es del 78, así que calcula. Pero no sé, es como
si no hubiera pasado el tiempo, como si todo siguiera igual, como si aún
siguiera teniendo doce años que tenía entonces. Y, sin embargo, luego
abres los ojos y de repente te das cuenta de que el tiempo pasó, pero de
que afortunadamente hay muchas cosas que contar, hay muchas cosas
que recordar de todo ese tiempo que ha pasado después.
***
Hermosa palabra la amistad. Sobre todo cuando se funden con te-
mas como este. Una auténtica joya de la música que pone de manifiesto
que toda regla tiene su pequeña excepción. Me refiero a aquello de lo bue-
no, si breve, dos veces bueno. En este caso no se puede aplicar esa frase
porque es una maravilla. No se puede cortar por la mitad. Son algo más
de trece minutos, pero trece minutos de placer, trece minutos de encanto,
trece minutos de sublimidad musical.
Y además, si la noche es joven, la música consigue que seamos feli-
ces. Cuanta más música haya, mucho mejor para todos, ¿no?
***
Qué cosa más horrible es la culpabilidad. Y qué mal se pasa cuando
uno se siente culpable por algo. Claro, que peor se pasa cuando a uno le
hacen culpable de algo que en realidad no ha hecho.
58
***
¿Recuerdas esa promesa que me hiciste la pasada semana? Quiero
creer que la habrás cumplido. Me refiero a lo de que ibas a intentar ser fe-
liz. Por lo menos sigue intentándolo. Hay mucho que contar y desde lue-
go en estas noches de verano es mucho más sencillo... lo de ser feliz, claro
está.
***
Ha llegado el otoño pero el que llegue el otoño no significa que ten-
gas que ponerte triste. No quiero verte cabizbajo. Venga, levanta ese áni-
mo. Y si no quieres hacerlo por ti mismo, hazlo por él, hazlo por ella. Haz-
lo por esa persona a quien tanto quieres. No me gusta la gente triste.
Quiero verte sonreír. Venga, sonríe. Aunque sea un poquito, hazlo por
mí. Te estoy esperando. Y desde aquí puedo verte.
59
Si en algún momento alguien te preguntara qué es la amistad o cómo
definirías tú tan mágica palabra... hay momentos en los que la mente se
queda completamente en blanco, porque hay sensaciones que no se pue-
den definir. Aunque posiblemente lo mejor que podríamos decir de la
amistad es que es una de las cosas más maravillosas que existen. Que co-
mo todo lo bueno no se puede comprar y como todo lo bueno es difícil de
encontrar. Amiguetes posiblemente encuentres muchos a lo largo de la vi-
da, pero amigos, lo que se dice amigos con mayúsculas, de esos son conta-
dos con los dedos de una mano y tristemente en ocasiones nos sobran
hasta dedos. Pero si hay alguien en quien puedes confiar, ese alguien es la
música. La música nunca engaña. La música siempre va a estar ahí cuan-
do más la necesites. Siempre va a haber una canción que te haga sonreír.
Siempre va a haber una canción que te saque de ese pozo, de ese mal tra-
go, de ese pésimo momento, o de ese bache, como tú prefieras. Y si entre
las canciones que tengo preparadas para ti, para esta noche, se encuentra
precisamente esa, a eso de las tres de la madrugada, cuando sean las dos
en Canarias, podré decir con orgullo que he cumplido mi objetivo, que no
era otro que hacerte feliz. Créeme que, como cada noche, lo voy a inten-
tar. Buenas noches, yo me llamo Patrick D. Frutos y quiero que comparta-
mos juntos estas horas de radio con ilusión, aparte de con la mejor músi-
ca de la radio en la noche. Con los deseos de que este día que comienza,
este lunes, sea para ti el mejor día de tu vida.
60
LA AMISTAD
***
Fíjate, hasta en otoño la música suena de forma diferente. No sé por
qué será, pero siempre sucede así.
***
En tu pulso noto que estás temblando. ¿Por qué tiemblas? No tiem-
bles. Desnuda todos tus prejuicios y acércate. Ven.
***
Y así, entre sueño y sueño, entre canción y canción, descubriendo un
mundo maravilloso, del que en muchísimas ocasiones nos resistimos a sa-
lir.
***
Mañana tienes que madrugar. No te olvides de poner bien el desper-
tador. A ver si vamos a tener un problema gordo. Que no quisiera yo que
eso sucediera. Así que míralo bien. Revísalo. Y ponlo a la hora que creas
oportuno.
Por cierto esta canción venía muy bien por aquello de si vas a dormir-
te. Por lo de buenas noches, claro está. Pero a mí me gustaría que siguie-
ras conmigo un poquito más. Hay muchas cosas que compartir, tenemos
61
mucho que escuchar. Además, fíjate, la noche es joven, son las doce y me-
dia, las once y media en Canarias
***
Es bonito eso de decirle a esa persona a quien se quiere, a él o a ella,
aquello de no te preocupes, que pase lo que pase nada va a cambiar mi
amor por ti. Todo va a seguir exactamente igual.
***
Es cuestión de sentimientos, es cuestión de emociones. Todas aque-
llas que compartimos siempre que llega la madrugada. Es cuestión de can-
ciones. Ya sabes que si quieres alguna canción me la puedes pedir a tra-
vés del 5386303. 5386303, con el 91 delante si llamas desde fuera de Ma-
drid.
***
Es el sentimiento de cada noche transformado en canciones, transfor-
mado en recuerdos que, poco a poco, van desfilando ante nosotros; com-
binado con esas mágicas siete notas musicales que son capaces de conse-
guirlo absolutamente todo.
***
62
Hay que decir aquello de “¡chapó!” por esta mujer, Mary Wilson. Va-
ya versión, vaya pedazo de versión que ha hecho del tema de los Beatles,
aquel And I Love Her. Bueno, ella lo llamó And I love Him, que es lo mis-
mo. Pero el sentimiento es el mismo y la ilusión con la que se hacen las co-
sas es prácticamente la misma.
Y, mientras, el tiempo sigue pasando y nosotros seguimos compar-
tiendo la noche a través de la radio, a través de Onda Diez.
Por cierto, te recuerdo esa dirección, si quieres escribirme. Ya sabes
que me encanta que lo hagas. Eso sí, por favor, letra legible, porque algu-
nas cartas es una pena tener que apartarlas, por aquello que no se entien-
de lo que decís. Ya que os tomáis la molestia pues, por favor, que sea una
letra legible, que se pueda entender, porque sino es una lástima. Ya sa-
bes: Patrick D. Frutos. A Escondidas. Onda Diez. Paseo del Pintor Rosa-
les, 76. 28008, Madrid.
***
No sé si a ti te habrá pasado alguna vez, pero a mí con esta canción
me sucedió algo muy curioso: fue escucharla en la radio una tarde y acto
seguido ponerme una chaqueta, coger dinero e irme a una tienda de dis-
cos a comprarla. Menos mal que la pude encontrar, por cierto. De esos
discos que te llaman la atención la primera vez que los oyes y dices “vaya
pedazo de canción, me voy a comprar el disco cuanto antes”. Sin saber có-
mo era el resto del LP, pero desde luego es una joya. Claro que tratándose
de Camel tampoco es de extrañar.
¿Por qué no me cuentas qué significan para ti las canciones? ¿Qué te
hacen sentir las canciones como las que noche a noche vamos compartien-
63
do? Porque la música, como te he dicho en muchas ocasiones, es capaz de
conseguirlo todo. A veces cierras los ojos y escuchas determinada canción
y viajas a ese mágico mundo al cual no podrías llegar de ninguna otra for-
ma.
***
Esos pequeños detalles, esos pequeños sueños, pequeñas cosas, que
aún con ser pequeñas nos ayudan a vivir, nos hacen falta. Sin ellas nota-
mos que la vida pierde gran parte de su significado. Por eso nos gusta
compartirlas noche a noche desde la radio. Porque los sueños, al igual
que las luces de la carretera, son también un poco como los días: se acer-
can muy despacio y cuando llegan se vuelven a marchar. Cuántas veces lo
habrás notado. Sobre todo cuando llega el fin de semana, que estás toda
la semana esperando a que llegue el sábado y el domingo. Y cuando lle-
gan, se vuelven a marchar tan rápidamente que apenas tienes tiempo de
disfrutarlos.
***
Desde luego hay temas que consiguen hacernos la noche mucho más
agradable. Fíjate, la una y tres minutos, las doce y tres minutos en Cana-
rias. ¿Qué tal estás? ¿Qué tal estás pasando esta madrugada? Espero que
estés bien, espero que estés contento. Que en definitiva seas feliz. Yo soy
Patrick D. Frutos, ¿y tú quién eres?
***
64
Me encanta este mundo que hemos creado. Un mundo particular, un
mundo único donde solamente estamos tú y yo, donde solamente existen
nuestras ilusiones. De fondo nuestra música y siempre presente el amor,
en todo su esplendor, en todas sus magnitudes. Ese amor verbal y ese
amor de hecho.
***
Por cierto, por si te sirve de algo, yo soy Patrick D. Frutos, esto es On-
da Diez, esto es A Escondidas. El tiempo del sentimiento, el tiempo del
amor, el tiempo de las emociones.
***
¿Tú te acuerdas, —bueno seguro que sí, porque además es un clásico,
de aquella canción de Bryan Adams—, de aquel tema de la banda sonora
original de la película Robin Hood, el príncipe de los ladrones, aquel
Everything I do, I do it for you? Decía que de todo lo que yo hago, lo ha-
go por ti. Por supuesto nosotros corroboramos esa frase: por pequeña
que sea la acción, por insignificante que parezca, cuando lo haces con
amor, cuando lo haces por otra persona, precisamente por esa persona a
quien quieres, se convierte en una acción casi de gloria. Simplemente por-
que a las pequeñas acciones el amor las aumenta, las magnifica. El amor
lo puede conseguir todo. Todo lo que no se puede hacer por amor, es que
es imposible realizarlo.
65
***
Siempre resulta tan fácil perderse... Sobre todo contigo, ahí de fren-
te, mirándome de esa forma.
***
Una pasión que por momentos me desborda. Búscame, estoy muy
cerca de ti. Vamos a ahogar juntos esa pasión que nos hace esta noche.
No te dé vergüenza, no te apures, estoy a tu lado. Búscame, seguro que
me encuentras.
***
A veces incluso hace falta hasta un poquito de magia...
***
Pues, por qué no hacer de esta noche algo inolvidable también. Yo
creo que es una gran idea. ¿Y tú qué piensas?
***
La mejor manera que se me ocurre de elaborar las ilusiones, los sue-
ños, las esperanzas, las vivencias, todo lo que en definitiva nos hace feli-
ces: hacerlo con amor.
66
***
Hay veces en que hay que hacer las cosas... no hay que pensárselo,
simplemente hacerlas porque sí. Y por supuesto, a veces por salvar el or-
gullo, podemos perder incluso algo tan importante y tan hermoso como
puede ser la felicidad.
***
Caramba, si como te digo en más de una ocasión... si hay cosas que
son así porque tienen que ser así, porque está escrito que sean así, ¿por-
qué preocuparnos tanto por ellas?
***
Hay temas que aunque sean un poco largos, merece la pena escuchar-
los enteros. Joyas musicales como esta por ejemplo, de Pink Floyd. Can-
ciones que lo dicen todo, sin decir una sola palabra. Canciones que expre-
san todos los sentimientos, sin excepción.
67
No sé si tú te acordarás de una canción de Joan Manuel Serrat... la
verdad es que tampoco es tan antigua porque tendrá unos nueve años,
que comenzaba diciendo aquello de: La vida te la dan, pero no te la rega-
lan. La vida se paga. Si a plazos o al contado, la vida pasa factura, reba-
ña y apura hasta las migajas. Y cuando la escuché por primera vez me
quedé pensando “pero qué razón tiene esta canción”. La vida nos la dan
pero cuánto trabajo cuesta en muchísimas ocasiones mantenerse firme
ante los vaivenes de la propia existencia. Pero, como siempre te digo, de-
trás de cada infortunio siempre hay alguna ventaja. Así que hay que apro-
vechar al máximo cada uno de los instantes que tenemos por delante.
Y en este caso tenemos por delante dos horas para compartir ilusio-
nes, para compartir recuerdos, para compartir canciones y para estrenar
un nuevo día, un jueves, 21 de noviembre de 1996. Buenas noches, soy Pa-
trick D. Frutos, esto es Onda Diez. Y aquí estamos juntos. A Escondidas
hasta las cuatro, dándole rienda suelta a las ilusiones, al corazón y com-
partiendo las mejores canciones de la radio en la noche. ¿Te vienes? Te in-
vito a que demos juntos ese mágico paseo a través de la música.
***
68
LA VIDA TE LA DAN PERO NO TE LA
REGALAN
Hay muchos pasos, hay muchas decisiones en la vida que son tan im-
portantes que habitualmente suelen ser irreversibles. Por eso hay que
pensárselas muy mucho antes de dar determinados pasos.
***
Los susurros que están a la orden del día en este programa, o en este
caso a la orden de la noche, porque queda más apropiado. Susurros espe-
ciales que nos gusta oír cada madrugada con determinadas canciones,
con determinadas historias, que nos vamos contando lentamente.
Por cierto, si quieres escribirme, ya sabes: Patrick D. Frutos. A Escon-
didas. Onda Diez. Paseo del Pintor Rosales, 76. 28008 Madrid. Y de paso
dime cuáles son tus canciones.
***
Desde luego no se puede negar que es un genio. Que es un artífice de
la pasión, del canto, del saber expresar lo que se lleva dentro. De hacer ca-
ciones en definitiva, de hacer arte. Joaquín Sabina con su nuevo álbum,
que tiene un título curioso, pero hermoso a la vez: Yo, mi, me, contigo. Es
un título complicado, pero las cosas complicadas son las que mejor
salen. 
***
¿Quién no jugó alguna vez con soldaditos de plomo?
69
***
Soy capaz de cualquier cosa con tal de que estuvieras siempre conmi-
go, que no nos separáramos nunca.
***
No importa si hace frío o hace calor, no importa si ha salido el sol,
llueva o nieve. No importa el lugar. Solamente importan las personas. Tú
y yo, que compartimos este mágico instante, en este lugar indefinido...
porque cada uno está en un sitio. Esa es una de las facultades de la radio,
el poder unirnos en la distancia.
***
No podía ser de otra forma. Sólo tengo ojos para ti, para mirar tu be-
lleza, para mirar esa expresión tan especial que tienes, esa forma de ser
feliz, esa forma de compartir, de hacer amor.
***
Suspendidos en el tiempo, olvidándonos de todo y de todos. Y es que
desde luego con canciones como esta todo se puede conseguir.
Por cierto cuál ha sido hoy mi sorpresa, mi gran y agradable sorpre-
sa, el ver que por fin se ha editado, o se ha reeditado, porque hasta hace
muy poquito estaba descatalogada, la banda sonora de la película Xana-
70
dú. Un compacto de donde se extrae este Suspended in Time, de Olivia
Newton-John. Ya sabes que esta banda sonora estaba interpretada por
Olivia Newton-John y por la ELO (Electric Light Orchestra). También co-
labora Cliff Richard en temas como el Suddenly, por ejemplo, que hacen
a dúo Olivia y Cliff Richard. Y desde luego durante muchísimo tiempo ha
estado descatalogada esta banda sonora. No sé por qué, porque era una
maravilla y por fin se ha vuelto a editar. Si tienes la oportunidad y te gus-
ta hazte con ella, aunque la tengas en disco. Yo la tenía en disco y ni pun-
to de comparación (con el CD). Uno de esos discos que desde luego mere-
ce la pena tener en casa.
Como todos los que suenan cada noche, porque la música de noche
ya sabes que se vuelve natural.
***
Hay tantas maneras de agradecer cualquier cosa a otra persona... No
hay nada más hermoso que corresponder cuando alguien te ha hecho un
favor, cuando alguien ha hecho algo que necesitabas, que te ha ayudado a
ser feliz. No hay nada más bonito que corresponderle. Y no porque te ha-
ya hecho algo, sino simplemente porque te apetece. Las cosas que se ha-
cen porque sí son mucho mejores. Si tratamos de buscarle una razón a ca-
da cosa que hacemos al final terminaríamos muy mal. Es mejor hacer las
cosas porque sí, sin buscar razones, simplemente porque te lo dice el cora-
zón y ya está.
***
71
Tal como somos. Así es como debemos presentarnos a los demás, tal
como somos. ¿Para qué vamos a aparentar lo que no somos, si al final to-
do se termina sabiendo? Y tú imagínate el lío en el que te metes.
***
Hoy te das cuenta de tantas cosas... te das cuenta de que el tiempo ha
pasado, que no puedes volver atrás. Sin embargo también te das cuenta
de que queda un hermoso futuro, un largo y hermoso futuro por vivir. 
***
Y, por supuesto, hablando de necesidades, yo necesito una mujer es-
ta noche. Pero no una mujer cualquiera, te necesito a ti, claro está.
***
Todo en la vida es polvo en el viento, cierro por un instante mis ojos
y el momento se escapa entre mis dedos. Pero cuando se escapa un mo-
mento, al instante y sin que apenas nos demos cuenta, llega otro nuevo
momento que hay que vivir al máximo posible.
***
Todo parece tranquilo en el salón. Las luces medio apagadas o medio
encendidas, como tú prefieras. Un aspecto un tanto tenue. La radio apaga-
da, la televisión también, el teléfono dormido en su rincón. Todo un poco
72
revuelto, dando señal de que hubo una intensa actividad hace algunas ho-
ras allí.
***
Todo sobre el amor, todo sobre los sueños, todo sobre las ilusiones.
En definitiva, la noche es todo sobre todo.
***
No sé si te habrás dado cuenta pero es como si comenzara todo cada
madrugada, como si no hubiera habido día anterior. Y todo vuelve a em-
pezar, toda vez que llega la noche.
***
Todos necesitamos a alguien a quien amar. Todos necesitamos sentir-
nos amados en alguna que otra ocasión. Y es que sin lugar a dudas la vida
sin amor es algo tremendamente tétrico, horroroso. Vaya, que es imposi-
ble aceptarla. El amor es aquello que mueve todo. El amor es la razón de
las razones.
***
Tú que vives en Córdoba, no me digas que no tiene que ser una goza-
da salir a a la calle ahora mismo y pasear por la Mezquita, como decía es-
ta canción de Medina Azahara. ¿Por qué no lo haces? No sé ahora el tiem-
73
po que puede hacer en Córdoba, pero imagino que no hará demasiado
fresco todavía y la noche quizá invita pues a pasear, invita a salir. Aún el
verano deja todavía sus pequeños restos, su pequeña influencia. Y quizá
te apetezca dar un paseo. Yo te invito. Venga, ¿por qué no te animas?
***
Por supuesto que va a ocupar un lugar de privilegio en tu vida (él o
ella).
***
Apetecía un poco de ritmo, de feeling, para encarar mejor esta ma-
drugada. Aún nos queda tiempo para compartir esta noche. Así que no te
vayas. Te invito a que tú y yo, solos tú y yo, nos colguemos del tiempo,
nos suspendamos en él.
***
A veces un trago es bueno. Ayuda a desahogarnos, pero como todo
en la vida, tiene su término medio. Demasiado es malo. Por eso hay que
buscar el término medio para cada cosa. El punto justo. El punto exacto
para, ni quedarnos cortos, ni sea demasiado.
***
74
Con esta música se me antoja un viaje a través de las estrellas. A tra-
vés de ese mágico universo. ¿Te apuntas? Yo creo que podría ser una ex-
periencia de lo más excitante.
75
Me imagino que te habrás dado cuenta de que, aunque cronológica-
mente estamos viviendo el invierno 97, pues es como si el verano, o por
lo menos la primavera, llamara a nuestra puerta. Porque vaya temperatu-
ras que está haciendo por ahí... y por aquí también. No sé cómo estará la
cosa donde tú estás en este momento, pero desde luego está haciendo
unos días que no son normales. Decía un buen amigo mío: hace una tar-
de imprescindible. Pues eso digo yo, un día de esos que invita a pasear, si
es posible dejarlo todo a un lado... Aunque ya sé que es complicado, por-
que hoy ha sido lunes y los lunes ya sabemos lo que son... Pero si tienes
unos minutos, pues yo te invito a que lo dejes todo por un momento y sal-
gas a la calle a dejarte llevar, a dar una vuelta, a disfrutar de ese aspecto
que ofrece la ciudad o el campo, depende de donde te encuentres.
Por cierto, ¿qué tal te fue la jornada? ¿Bien? No sabes cuánto me ale-
gro. Iniciamos el martes, martes 4 de marzo de 1997, en Onda Diez, como
siempre. Desde las doce y hasta las cuatro. O desde las once y hasta las
tres si te encuentras en Canarias. Compartiéndolo todo, incluso lo más ín-
timo, aquello que tú quieras compartir conmigo. Yo por mi parte voy a ha-
cer lo propio. Como siempre, a la una y media tendremos nuestras versio-
nes y acto seguido nuestras preguntas secretas, para irnos conociendo no-
che a noche. Pero hasta ese momento vamos a dejarnos llevar por la músi-
ca. Vamos a no pensar, a olvidarnos del tiempo. Yo, si quieres, de vez en
cuando te repetiré la hora pero olvídate del reloj y del bien metal y de to-
76
PARECE VERANO
do aquello que a diario nos agobia y dame la mano. Vamos a pasear jun-
tos esta noche. Por cierto, te habla tu amigo Patrick D Frutos. Esto es On-
da Diez, esto es A Escondidas. ¿Y tú quién eres? Venga, dame la mano,
que hay mucho para compartir esta noche.
***
Siempre que finaliza un día y por consiguiente comienza uno nuevo
se pone de manifiesto esa magia de la que te hablaba antes. Esa magia
que nos envuelve, que nos seduce, esa magia que nos enamora uno a uno.
***
Estaba pensando en que el reloj, con su tic-tac, nos va marcando la
pauta. Fíjate, las doce y treinta y cinco, o la una menos veinticinco, como
tú prefieras llamarle.
Pero tampoco es del todo cierto eso, porque ya cada vez hay más relo-
jes digitales que no hacen ningún tipo de ruido y caramba, que nos esta-
mos cargando algo tan bonito como ese sonido tan especial de los relojes,
marcando cada segundo... El tic-tac, que de vez en cuando apetece oírlo
de fondo. Igual que la frituras de los discos, que ahora con el sistema ci-
bernético, que es el compact disc, pues tampoco suenan ya los ruidos... a
veces desagradables cuando son muy fuertes. Pero de vez en cuando,
pues un poquito de friturita no viene mal, por aquello de que uno es un
poco romántico y un poco sentimental con este tipo de cosas. Pero caram-
ba, cuando uno pone un compact disc y escucha cosas como esta (I Say A
Little Prayer de Aretha Franklin), a la perfección pues, pues en fin...
77
***
Cuando están sonando los discos y pensaba en lo que te decía antes,
de que nos estamos cargando los sonidos clásicos de las cosas: que si los
relojes, que si el compact disc y todo lo demás, a uno se le viene a la cabe-
za esa frase o ese refrán que decía que ¡Las ciencias avanzan que es una
barbaridad!
La música es un lenguaje universal. No importa el idioma en el que
esté cantada una canción, todo el mundo puede entenderlo.
***
Es increíble cómo la música nos puede hacer llegar a pensar a deter-
minadas horas. Cada vez que escuchamos una canción y, sobre todo si lo
hacemos de noche, esta misma melodía nos suena de forma distinta. No
sé por qué será, pero la música tiene un algo especial. Y si se funde con la
noche, ese algo especial se convierte en algo realmente maravilloso.
***
Y desde luego la música siempre te lleva por un buen camino. Hay
un camino que recorrer juntos cada noche. Hay un camino que me encan-
ta andarlo contigo, de la mano, eso sí. Disfrutando de la brisa, del frescor
de esta madrugada.
78
Por cierto, ¿por qué no me cuentas lo que estás haciendo? O lo que te
gustaría hacer. Venga, ya sabes que lo único que tienes que hacer es en-
viarme una carta o una tarjeta postal. La envías a Patrick D. Frutos. A Es-
condidas. Onda Diez. Paseo del Pintor Rosales, 76. 28008, Madrid. Y de
paso dime cuáles son tus canciones. A ver si una noche de estas la pode-
mos compartir.
***
Y ya sabes, que la música unida a la imaginación, te pueden llevar a
unos lugares realmente de ensueño. Basta sólo con que no te resistas.
Con que cierres los ojos y simplemente eso... te dejes llevar por el ritmo,
te dejes llevar por el mágico influjo de la noche.
***
La noche es un poco como los trenes. No se detienen salvo para repa-
rar en algún pequeño sueño, en alguna pequeña estación, durante algu-
nos minutos. En esos pequeños sueños, que son como las luces de la ca-
rretera: llegan muy despacio y cuando están frente a nosotros vuelven a
marcharse, que son aquellas pequeñas cosas que nos ayudan también a
vivir. Porque la vida sin sueños no tiene ningún sentido. Y como decía
Luis Eduardo Aute en una canción: Los sueños cine son. Por eso hay que
tratar siempre de disfrutar de esa película.
***
79
La noche invita a todo tipo de sensaciones, a todo tipo de palpitacio-
nes, de emociones y qué se yo. De tantas y tantas cosas diferentes...
***
Llamemos juntos a la química, que la química hará por supuesto el
resto. Como por ejemplo, olvidarnos del tiempo, de ese tiempo que nos
gusta vivir, aunque también nos gusta olvidarnos de él. Pero de vez en
cuando conviene saber que las horas siguen pasando y es casi un minuto
el que pasa de la una, las doce en Canarias.
Buenas noches, ¿qué tal estás? Déjame que siga estrechándote entre
mis brazos. Por cierto, por si te apetece saberlo, soy Patrick D. Frutos. Cla-
ro, que eso tampoco importa mucho, porque yo no sé cómo te llamas. De
modo que lo mejor es que olvidemos nuestros nombres y recordemos
nuestro físicos, nuestra cara y sobre todo, lo que es más importante, nues-
tro corazón.
***
La vida en ocasiones pasa demasiado deprisa. Apenas nos da tiempo
a saborearla, a saborear esos momentos gratos que de vez en cuando nos
ofrece y que hay que saber guardar para siempre en la memoria... por
aquello de que en muchas ocasiones son menos los momentos gratos, que
los otros. Pero a fin de cuentas la vida es así, hay que tomarla como viene.
Y en definitiva la vida, de cualquier forma, sigue siendo hermosa.
***
80
Vamos a olvidarnos en la medida de lo posible de utilizar la violen-
cia. Y si hay que utilizar alguna violencia, si hay que utilizar balas, que las
balas sean las palabras, que aunque a veces se enreden, pero siempre con-
siguen transmitir los sentimientos.
***
Con el tiempo, lentamente vamos aprendiendo esa lección, esa triste
lección de que las cosas no son lo que solían ser. Pero si quieres pueden
ser lo que tú quieres que sean.
***
Las luces de la ciudad iluminan tenuemente nuestras pasiones. Esa
pasión ardiente, esa pasión que nace entre tú y yo esta noche. Porque la
noche siempre es diferente, si tú la quieres hacer distinta. Y hay un reino
más que conquistar cada madrugada, cada segundo que pasa. Cada ins-
tante hay una nueva lucha que abrir en la mente, en el corazón y en ese lu-
gar mágico que nos creamos tú y yo.
***
¿Qué tendrán las noches de verano? Quizá que consiguen que los sue-
ños se hagan realidad. Esos mágicos sueños de una noche de verano, que
decía Shakespeare. Y que por cierto, me encanta compartirlas contigo.
¿Te vienes? Venga, acércate.
81
***
Hablando de recuerdos, de presentes, aunque, cómo te decía antes,
es mejor hablar de presentes que de pasados o futuros... Pero siempre las
noches son para recordar. Es inevitable hacer caso omiso a algunas adver-
tencias y echar la vista atrás: recordar esos momentos, esos lugares, esas
personas, esos amores. Sobre todo ese amor. Porque tú puedes recordar
el segundo, el tercero, el cuarto. Pero nada como el primero.
***
Y sobre nuestros sueños se oyen de fondo las olas del mar. Ese mis-
mo marco en el que tantas veces hemos soñado y en el que tantas hermo-
sas historias se han forjado... tantos hermosos amores, hermosas relacio-
nes han comenzado.
***
Será a lo mejor que a veces las palabras nos cuestan, que no nos sa-
len fáciles, como decía la canción. Y que hay que recurrir a la música, a
esas siete notas mágicas, para que nos ayuden a contar lo que sentimos.
***
¿Por qué será que las personas cambiamos tanto en ocasiones? En
muchas ocasiones cambiamos para mejor, por supuesto, pero otras veces
82
hacemos lo contrario. Somos capaces de destrozar aquello que nos ha cos-
tado mucho construir. Somos capaces de destrozar la amistad, de destro-
zar el amor, de destrozar las ilusiones de los demás.
***
Son tantas cosas las que puede llegar a decir una canción, aunque
sea instrumental, es igual. El lenguaje de la música es realmente especial
y es capaz de decirlo todo. A veces sin mentar ni una sola palabra. Lengua-
je que cada noche tratamos de poner en práctica. Tratamos de evocar
grandes momentos con canciones realmente inolvidables, temas que evi-
dentemente nos han marcado.
***
(Comienza Swept Away de Yanni)
Y también nos vamos dando cuenta de que el tiempo se nos escapa
entre las manos. Fíjate, nos quedan ya muy poquitos minutos: cinco apro-
ximadamente, para alcanzar las tres de la madrugada, las dos para ti que
estás en Canarias. Desearte lo mejor para este nuevo día que comienza y
como siempre, emplazarte para mañana, cuando sean las doce de la no-
che, las once en Canarias. Aquí, en Onda Diez. Seguiremos soñando, se-
guiremos imaginando, seguiremos despertando al amor, llamando a las
pasiones, a las emociones, a las vivencias y experiencias. Y nos lo seguire-
mos contando todo, incluso nuestros mayores secretos... si tú quieres, cla-
ro.
83
Lo dicho, que lo pases bien y que seas feliz. Buenas noches y hasta
mañana si Dios quiere. Te habló, como siempre, tu amigo Patrick D. Fru-
tos. Adiós.
84
No sé si te habrá sucedido alguna vez, pero hay veces, cuando tienes
muchas ganas de decirle algo a alguien, llevas horas pensando en lo que
vas a decirle... Y justamente cuando tienes a esa persona frente a ti, es co-
mo si la mente se te quedara bloqueada y no eres capaz de decirle ni una
sola palabra, sobre todo cuando se trata de sentimientos, cuando se trata
de expresar lo que sientes por esa persona. Y uno se queda pensativo en
las curiosidades del ser humano. En realidad, qué poco sabemos de noso-
tros mismos... Cuantos más conocimientos vamos adquiriendo, más nos
damos cuenta de todo lo que ignoramos.
Cuatro minutos sobre las doce de la noche, cuatro minutos sobre las
once en Canarias. Como siempre, después de Samuel Rodríguez, después
de Del Cero al Infinito, llega el tiempo en el cual apetece recapacitar so-
bre los acontecimientos vividos durante el día; si tienes la oportunidad,
de cerrar los ojos y dejarte llevar, prepararte quizá para la jornada que co-
mienza... por cierto un jueves, día 6 de marzo de 1997.
Pero hasta que esa jornada comience quedan algunas horas para en-
tender, para dejarnos llevar y para disfrutar del mágico poder de la músi-
ca. Buenas noches, soy Patrick D. Frutos. Esto es Onda Diez, esto es A Es-
condidas. ¿Y tú quién eres?
***
85
SIN SABER QUÉ DECIR
Recuerda que con una canción se puede decir todo aquello que se lle-
va dentro.
***
Lo mejor que se puede hacer en una noche despejada, en una noche
en la que se ven con total claridad las estrellas y en la que la luna ilumina
los rincones más oscuros de las calles, es darle rienda suelta a esas sensa-
ciones que durante el día es prácticamente imposible sentir, a esos valo-
res: a la amistad, al amor, a la generosidad y como no, a la honestidad
también. Porque a veces resulta bastante complicado el ser honesto, o
por lo menos la vida nos lo pone difícil. Hay que seguir intentándolo, por-
que es una de las cosas más valiosas que hay en el mundo.
 
***
Los sueños son como el cine, pero mucho mejor, porque podemos to-
mar parte en ellos. Y además no cuesta dinero, así que ya sabes, a disfru-
tar. Que quizá sea lo mejor de la vida. Y si no es así por lo menos sabemos
que cada vez que soñamos es completamente diferente, unos son más bo-
nitos, otros un poco desagradables, pero al fin y al cabo ahí están.
***
Hay que disfrutar las cosas con cada movimiento, con cada paso, con
cada sensación, con cada nota, por supuesto, con cada canción... y sobre
86
todo si la canción es esa que nos recuerda a aquel momento, aquel lugar o
aquel maravilloso amor.
***
Yo siempre me he calificado como muy amante de las frases y había
una que decía: Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo
digas, cállate. Y desde luego es que hay veces que es mejor darle paso al
silencio. No sé si puede llegar a ser el mejor de los sonidos, no sé si tú es-
tarás de acuerdo en esto, pero a veces el silencio puede resultar tan mara-
villoso que da pena romperlo.
***
Así, así abrázame, que me encanta sentirte muy cerca.
***
Eclipse total en tu corazón, (Total eclipse of the heart). Vaya pedazo
de tema, una de las mejores canciones de esta maravillosa cantante, Bon-
nie Tyler. No fue el más triunfante, pero por lo menos a mí es la que más
me gusta. No sé, cada vez que la oigo se me ponen los pelos como escar-
pias. Sobre todo por como es la canción y lo que dice, porque tiene mu-
cho mensaje.
***
87
Qué felices somos cuando estamos en familia, o entre amigos, o qui-
zás con esa chica, con ese chico. En definitiva, con esa persona a quien
queremos. Y si además nos rodea ese ambiente que nos gusta, que nos ha-
ce sentir bien, en definitiva, cuando todo es perfecto, nuestro propio ca-
rácter se hace más comprensible, todo nos resulta más fácil. Incluso pode-
mos llegar a tomarnos los inconvenientes de la vida con optimismo.
***
Aunque en ocasiones desgraciadamente no tenemos ese ambiente.
Hay personas a las que un día lluvioso, en una pequeña habitación, con
esa persona a su lado y con esa canción de fondo, esa canción mágica tan-
to para uno como para otro, puede hacerles sentir de lo más felices. Y, sin
embargo, para otros esa situación les invita a caer en lo más profundo de
su tristeza.
***
A veces, sin ni siquiera venir a cuento, cualquiera de las personas
que nos rodean nos hacen unas preguntas que nos dejan asombrados, no
sabemos qué responder. Unas veces porque desconocemos el tema, otras
porque sean preguntas muy personales. No te quedes en silencio. Recuer-
da aquella frase de habla ahora o calla para siempre. Repasa todos tus
sentimientos, todos tus recuerdos y saca una conclusión. Y si no es en ese
preciso instante, no es necesario que contestes en ese momento, pero no
dejes la pregunta en el aire. Asegúrate y haz que los demás piensen que es-
tás seguro de lo que piensas.
88
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas
A Escondidas

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Tango y cultura popular n° 157
Tango y cultura popular n° 157Tango y cultura popular n° 157
Tango y cultura popular n° 157Ricardo Schoua
 
Beauvoir, simon de la invitada
Beauvoir, simon de la invitadaBeauvoir, simon de la invitada
Beauvoir, simon de la invitadaCYn Thia
 
Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_
Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_
Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_Esther Núñez
 
Tango y Cultura Popular Nº 146
Tango y Cultura Popular Nº 146Tango y Cultura Popular Nº 146
Tango y Cultura Popular Nº 146Ricardo Schoua
 
POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)
POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)
POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)POETALICA
 
Tango y Cultura Popular N° 155
Tango y Cultura Popular N° 155Tango y Cultura Popular N° 155
Tango y Cultura Popular N° 155Ricardo Schoua
 
FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...
FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...
FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...Juan Carlos Rodríguez
 

La actualidad más candente (9)

Triana x triana
Triana x trianaTriana x triana
Triana x triana
 
Tango y cultura popular n° 157
Tango y cultura popular n° 157Tango y cultura popular n° 157
Tango y cultura popular n° 157
 
Beauvoir, simon de la invitada
Beauvoir, simon de la invitadaBeauvoir, simon de la invitada
Beauvoir, simon de la invitada
 
Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_
Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_
Nora roberts -_turno_de_noche__historias_nocturnas_1_
 
Tango y Cultura Popular Nº 146
Tango y Cultura Popular Nº 146Tango y Cultura Popular Nº 146
Tango y Cultura Popular Nº 146
 
POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)
POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)
POETALICA FANZINE 4 (Mayo 2017)
 
Tango y Cultura Popular N° 155
Tango y Cultura Popular N° 155Tango y Cultura Popular N° 155
Tango y Cultura Popular N° 155
 
#5
#5#5
#5
 
FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...
FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...
FOFITO. El humor que agita las conciencias. Por Juan Carlos Rodríguez. Fotos ...
 

Similar a A Escondidas

Cómo me inicié en la locución
Cómo me inicié en la locuciónCómo me inicié en la locución
Cómo me inicié en la locuciónJaime Rodríguez
 
Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.
Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.
Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.profesdelCarmen
 
NE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANO
NE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANONE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANO
NE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANOSTAROSTA1000
 
Zine Septoct Dcrvs 2009
Zine Septoct Dcrvs 2009Zine Septoct Dcrvs 2009
Zine Septoct Dcrvs 2009Luis Alberto
 
Suite soprano laura turégano
Suite soprano laura turéganoSuite soprano laura turégano
Suite soprano laura turéganoLAURATR16
 
Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...
Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...
Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...Renata
 
Rice, anne lestat el vampiro
Rice, anne   lestat el vampiroRice, anne   lestat el vampiro
Rice, anne lestat el vampiroPaula Greend
 
Tango y cultura popular n° 143
Tango y cultura popular n° 143Tango y cultura popular n° 143
Tango y cultura popular n° 143Ricardo Schoua
 
La Historia del Rock 4
La Historia del Rock 4La Historia del Rock 4
La Historia del Rock 4Rafairin1
 
Primeras PáGins Pabellon Azul
Primeras PáGins Pabellon AzulPrimeras PáGins Pabellon Azul
Primeras PáGins Pabellon Azulvocalcultural
 
Pio baroja adolescencia II
Pio baroja adolescencia IIPio baroja adolescencia II
Pio baroja adolescencia IIcastillosekel
 
Cambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidad
Cambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidadCambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidad
Cambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidadManuelGarcia721
 

Similar a A Escondidas (20)

Cómo me inicié en la locución
Cómo me inicié en la locuciónCómo me inicié en la locución
Cómo me inicié en la locución
 
Bertran
BertranBertran
Bertran
 
Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.
Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.
Todo empezó en esta tierra. Leonard Cohen.
 
NE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANO
NE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANONE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANO
NE ME QUITTÉ PÁS - RAFAEL BEJARANO
 
Zine Septoct Dcrvs 2009
Zine Septoct Dcrvs 2009Zine Septoct Dcrvs 2009
Zine Septoct Dcrvs 2009
 
La noche-soñada
La noche-soñadaLa noche-soñada
La noche-soñada
 
Ene2010dcrvs
Ene2010dcrvsEne2010dcrvs
Ene2010dcrvs
 
Suite soprano laura turégano
Suite soprano laura turéganoSuite soprano laura turégano
Suite soprano laura turégano
 
Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...
Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...
Un homenaje a Joaquín abina: "Y sin embargo" interpretada por Anton...
 
Trabajo lorenzo silva
Trabajo lorenzo silvaTrabajo lorenzo silva
Trabajo lorenzo silva
 
Trabajo lorenzo silva
Trabajo lorenzo silvaTrabajo lorenzo silva
Trabajo lorenzo silva
 
BUEN HUMOR Nro 18
BUEN HUMOR Nro 18BUEN HUMOR Nro 18
BUEN HUMOR Nro 18
 
Rice, anne lestat el vampiro
Rice, anne   lestat el vampiroRice, anne   lestat el vampiro
Rice, anne lestat el vampiro
 
#6
#6#6
#6
 
Tango y cultura popular n° 143
Tango y cultura popular n° 143Tango y cultura popular n° 143
Tango y cultura popular n° 143
 
La Historia del Rock 4
La Historia del Rock 4La Historia del Rock 4
La Historia del Rock 4
 
Primeras PáGins Pabellon Azul
Primeras PáGins Pabellon AzulPrimeras PáGins Pabellon Azul
Primeras PáGins Pabellon Azul
 
Pio baroja adolescencia II
Pio baroja adolescencia IIPio baroja adolescencia II
Pio baroja adolescencia II
 
Cambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidad
Cambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidadCambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidad
Cambios en los aparatos tecnologicos de los 90 y 80 alos de la actualidad
 
Cuento de ciencia ficción
Cuento de ciencia ficciónCuento de ciencia ficción
Cuento de ciencia ficción
 

Último

Act#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdf
Act#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdfAct#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdf
Act#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdfXimenaGonzlez95
 
PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...
PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...
PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...angierangel29072017
 
Presupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptx
Presupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptxPresupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptx
Presupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptxhugogabrielac1
 
Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024
Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024
Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
Modelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdf
Modelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdfModelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdf
Modelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdfnenelli2004
 
Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...
Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...
Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...eCommerce Institute
 
Felipe González - eCommerce Day Chile 2024
Felipe González - eCommerce Day Chile 2024Felipe González - eCommerce Day Chile 2024
Felipe González - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
Pablo Scasso - eCommerce Day Chile 2024
Pablo Scasso -  eCommerce Day Chile 2024Pablo Scasso -  eCommerce Day Chile 2024
Pablo Scasso - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024
Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024
Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024
Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024
Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
Suiwen He - eCommerce Day Chile 2024
Suiwen He  -  eCommerce  Day  Chile 2024Suiwen He  -  eCommerce  Day  Chile 2024
Suiwen He - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024
José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024
José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
Expo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdf
Expo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdfExpo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdf
Expo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdfTamanaTablada
 
Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024
Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024
Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 
Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024
Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024
Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024eCommerce Institute
 

Último (15)

Act#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdf
Act#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdfAct#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdf
Act#3.2_Investigación_Bibliográfica_Comunicación_Equipo.pdf
 
PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...
PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...
PRESENTACION EN SST, plan de trabajo del sistema de seguridad y salud en el t...
 
Presupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptx
Presupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptxPresupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptx
Presupuesto por Resultados de Seguridad Ciudadana .pptx
 
Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024
Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024
Sebastián Iturriaga - eCommerce Day Chile 2024
 
Modelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdf
Modelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdfModelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdf
Modelos comunicacionales. Antonella Castrataro.pdf
 
Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...
Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...
Nicolás von Graevenitz, Rodrigo Guajardo, Fabián Müller, Alberto Banano Pardo...
 
Felipe González - eCommerce Day Chile 2024
Felipe González - eCommerce Day Chile 2024Felipe González - eCommerce Day Chile 2024
Felipe González - eCommerce Day Chile 2024
 
Pablo Scasso - eCommerce Day Chile 2024
Pablo Scasso -  eCommerce Day Chile 2024Pablo Scasso -  eCommerce Day Chile 2024
Pablo Scasso - eCommerce Day Chile 2024
 
Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024
Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024
Alexander Rubilar, Enzo Tapia - eCommerce Day Chile 2024
 
Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024
Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024
Francisco Irarrazaval, Marcos Pueyrredon - eCommerce Day Chile 2024
 
Suiwen He - eCommerce Day Chile 2024
Suiwen He  -  eCommerce  Day  Chile 2024Suiwen He  -  eCommerce  Day  Chile 2024
Suiwen He - eCommerce Day Chile 2024
 
José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024
José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024
José Ignacio Calle, Nathalie Jacobs - eCommerce Day Chile 2024
 
Expo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdf
Expo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdfExpo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdf
Expo Construir 2024 agenda-workshops (2).pdf
 
Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024
Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024
Enrique Amarista Graterol - eCommerce Day Chile 2024
 
Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024
Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024
Mercedes Tomas, Florencia Bianchini - eCommerce Day Chile 2024
 

A Escondidas

  • 1. A Escondidas Patrick D. Frutos A Escondidas Patrick D. Frutos /saac Baltanás 1996 A Isaac Baltanás
  • 2. i A Escondidas Patrick D. Frutos A Escondidas Patrick D. Frutos /saac Baltanás 1996 A Isaac Baltanás
  • 3. Este libro contiene transcripciones de programas radiofónicos transmitidos en abierto a través de FM du- rante los años 1996 y 1997. Salvo que se manifieste lo contrario, las palabras aquí escritas son de domi- nio público y se atribuye la autoría a Patrick D. Frutos, salvo citas o parafraseados de canciones. La edición de este libro carece de ánimo de lucro y bajo ningún concepto puede ser vendido, ni ser objeto de un intercambio monetario o de otra índole. aescondidas.isaacbaltanas.com isaacbaltanas.com COPYRIGHT ii
  • 4. Todo sabe mucho mejor cuando se hace de forma furtiva. Patrick D. Frutos FRASE iii
  • 5. [...] Más adelante, en la adolescencia, descubrí la radio nocturna. Fue gracias a un Walkman (en mi caso, obviamente era un Walkwoman) que me habían regalado por mi décimo cumpleaños y que, como comprenderéis, llevaba mis buenos cinco años dándole un uso trepidante. El programa en cuestión se llamaba Fórmula Noche, y viví su cambio de nombre, allá por 1994, al nombre perfecto para un programa de radio: A Escondidas. Me enamoré de la voz de Patrick D. Frutos en los primeros cinco segundos. Y le adoré para siempre en los cinco siguientes. Cristina Blanco Rabanedo A la luna se le ve el ombligo FRASE 2 iv
  • 6. Aquel verano de 1996 fue muy especial para mí. Se produjo un cam- bio radical en mi modo de ver el mundo. Fue mi primer despertar. Empe- cé a ser consciente de mis capacidades y a tener una ligera sospecha de lo que luego sería mi vocación. Desperté al romanticismo, viví mi primer amor y nacieron fuertes amistades que aún a día de hoy perduran. Y en aquellas noches de verano encontré a alguien que me susurró al oído cosas que necesitaba oír. Por primera vez en la vida encontré a al- guien que pensaba como yo, que sentía parte de lo que yo estaba sintien- do en aquellos días. Había descubierto la voz de Patrick D. Frutos. He de reconocer que Onda Diez era ya de por sí una emisora diferen- te. Lejos de las programaciones convencionales y musicales, Onda Diez te- nía contenidos temáticos muy variados. Quizá para muchos el espacio más destacado fuera It´s Your Time, un programa dirigido por Toni Pe- ret, pero esto era sólo la punta del iceberg. Me pasaría horas hablando de Música en el Horizonte, un espacio dedicado a la música New Age; o A cuento de qué, el programa nocturno de cuentos dramatizados de Pepa Gea, donde la ficción sonora encontraba su rincón. Onda Diez era toda una fiesta en las ondas nutrida de momentos radiofónicos de lo más varia- do. Y en medio de todos esos contenidos de alta calidad estaba A Escon- didas, un formato basado en radiofórmula de baladas de los ochenta que PRÓLOGO v
  • 7. dirigía Patrick D. Frutos, siempre después de medianoche. A Escondi- das... “¡Qué título tan oportuno!”, pensé la primera vez que lo escuché. Recuerdo que lo descubrí una noche, girando el dial. Las sintonías pasa- ban y de repente oí a un hombre susurrando por el micrófono. Me llamó la atención. Lo dejé unos segundos. Lo que decía no era cualquier cosa, no era verborrea de locutor barato, no era alguien queriendo venderte al- go o anunciando el nuevo single de un disco de moda. Había algo más en sus palabras. Lo que decía tenía corazón. Era un hombre hablando de sen- sibilidad, de amor, de madrugada, de romanticismo, de superación... Las canciones estaban bien escogidas, sí, y desde el punto de vista de la em- presa, (Onda Cero), esas canciones eran la razón de ser del programa, pe- ro lo que a mí me interesaba era lo que decía Patrick, lo que un hombre a quinientos kilómetros de distancia tenía que decirle a un muchacho que estaba despertando a nuevos pensamientos. Al principio me pareció curioso, después fascinante y finalmente em- pecé a grabar cada una de sus intervenciones en viejas cintas de cassette recicladas que tenía por casa. No me lo podía perder. Pronto, mi afición por grabar sus intervenciones se convirtió en un compromiso, una cita a medianoche a la que no podía faltar. Así, durante aquel verano, al terminar cada uno de los intensos días, luchaba conmigo mismo por mantenerme despierto al filo de la madruga- da y poder capturar cada una de las intervenciones de Patrick, evitando grabar las canciones, por aquello de ahorrar cinta. Pero llegada cierta ho- ra caía rendido en la cama, aún con el dedo apoyado en la tecla Rec y casi nunca llegaba al final del programa. Es por eso, que en este libro, la mayo- vi
  • 8. ría de los programas no tienen despedida, porque nunca pude aguantar despierto hasta altas horas de la madrugada para grabarlo. A Escondidas solía durar unas tres horas. Los que hayan nacido en los ochenta o antes sabrán que no había cintas de cassette de más de 120 minutos, (60 minutos por cada cara), por lo que, como mucho, podía gra- bar una hora seguida a partir del momento en que me quedara dormido. Hay que tener en cuenta que mi grabadora no era reversible, para aprove- char las dos caras de la cinta. Es por eso que gran parte del archivo está concentrado en las primeras horas del programa, especialmente entre las doce y la una de la madrugada. En mi obsesión por acaparar todas las emisiones de A Escondidas in- tenté utilizar otros medios de grabación de mayor duración. ¿Qué apara- to doméstico podía haber en casa que grabase más tiempo que una cinta de cassette? ¡Un vídeo! Así que una noche conecté la salida de audio del sintonizador de radio a la entrada de audio del vídeo. Era un gran adelan- to porque podía programar la grabación y, además, una cinta de vídeo do- méstica podía grabar de continuo durante 180 minutos. Hubiera sido perfecto. La idea era buena, pero el vídeo no entendía muy bien eso de grabar “sólo audio”. No salió bien. Por otra parte, la re- cepción en el salón, donde estaba el vídeo, tampoco era muy buena; ade- más, las cintas de vídeo eran definitivamente más caras que las de audio; y finalmente, como factor determinante, a mi madre no le hacía gracia en- contrarse cables de por medio a primera hora de la mañana, ni que andu- viese toqueteando electrodomésticos en casa. Desistí y volví a mi habita- vii
  • 9. ción, con mi vieja grabadora de cassette y con los cascos, a grabar manual- mente cada una de las intervenciones de Patrick D. Frutos, una por una, canción tras canción. Las grabaciones no tienen toda la calidad que desearía porque el re- petidor más cercano de Onda Diez estaba situado a unos 60 kilómetros de mi ciudad, (que por otra parte se encontraba en un valle). Con mucho esfuerzo, una antena de más ganancia que fabriqué yo mismo con mate- riales reciclados y con una radio más sensible, conseguí obtener una re- cepción aceptable algunas noches. Las emisiones de radio se ven afecta- das por los fenómenos atmosféricos, de modo que, aunque el equipo fue- ra el mismo, la propagación no siempre era la idónea y eso explica que al- gunas grabaciones se oigan mejor y otras peor. Había días en que se escu- chaba perfectamente, incluso en estéreo; y otras en las que se colaban es- purias, (interferencias), de otras emisiones de radio más cercanas. Por otra parte, la calidad de las cintas usadas para la grabación tam- poco era homogénea. Usaba cintas de cassette recicladas que sacaba de cualquier parte, con la esperanza de poder grabar algo más de todo el ma- terial que ofrecía Patrick en las madrugadas de Onda Diez. Como verás a lo largo del libro, Patrick solía invitarnos a los oyentes a salir a la calle y dar un paseo en medio de la madrugada, mientras él nos acompañaba. Pero en mi caso era improbable que pudiera hacerlo con una señal de radio tan débil. Mi Walkman no captaba la señal de On- da Diez a pie de calle. viii
  • 10. Ya en aquella edad yo era un gran aficionado a la radio y desde hacía tiempo tenía mi propia emisora de radio FM. A través de ella emitía mis programas de radio y, por qué no, debo admitirlo, en más de una ocasión, imitando a Patrick D. Frutos. Así que un día usé mi propia emisora de ra- dio como repetidor, para poder salir de una vez, en medio de la noche, acompañado por Patrick, como él sugería. Es decir, que durante algunas noches, la voz de Patrick D. Frutos se escuchó perfectamente en mi ciu- dad. Con el tiempo, el comienzo de A Escondidas se convirtió en el mo- mento más esperado del día, en especial por esa larga introducción, pau- sada y triunfal, que Patrick hacía apoyándose en la música de Yanni. Sus reflexiones acerca de las cosas de la vida, su manera de usar la voz, las pausas... todo estaba orquestado en un estilo de hacer radio un tanto pe- culiar, pero sin resultar cargante. Era ideal para que todo cuanto tuviera que decir frente al micrófono fuera calando poco a poco en mi mente. Pero mi relación radiofónica con Patrick D. Frutos no había acabado ahí. Aún tenía muchas cosas que aprender de él. Una vez le llamé por telé- fono. Recuerdo que tardé varias semanas en reunir el valor y el coraje para marcar el 91 5386303, (nunca olvidaré el número). Le llamé una tarde de sábado lluviosa que estaba haciendo un especial de fin de semana, (sí, Pa- trick solía estar en varios proyectos a la vez). Me dijo que tenía prisa por- que iba a entrar en directo, así que le dije que le llamaría más tarde. Un par de horas después me fui a una cabina telefónica, cargado con muchas ix
  • 11. monedas y con la esperanza de que se alargase la conversación. La lluvia estaba arreciando, pero no me importaba. Marqué el número de nuevo y lo cogió una colaboradora del programa. Con tono firme le dije que que- ría hablar con Patrick. “¿De parte de quién?”, me preguntó ella. “De Isa- ac, le he llamado antes”, le dije yo. Patrick cogió el teléfono enseguida. Y ahí estábamos, por primera vez en mi vida en comunicación bidireccio- nal. Ahora no sólo le escucharía yo, sino que también podía escucharme él... pero en ese momento me bloqueé. Pensaba que tenía muchas cosas que decirle, pero no me había dado cuenta de que en realidad tenía mu- chas cosas que preguntarle. Él había acabado el programa y, como años más tarde entendería yo al convertirme en locutor, tenía que marcharse del estudio. Apenas pude hacerle unas preguntas sobre los jingles de On- da Diez y la sintonía de A Escondidas, Música y Luces, (la edición del sá- bado). Me dijo que estaba “medio producida” por él. Le dije “¡Eres un monstruo, un genio!”. Él me dio las gracias. Me quedé en silencio. No sa- bía qué más decir y entonces él hizo el amago de despedirse. Es completa- mente lógico que si la otra persona no muestra más signos de querer se- guir hablando des por terminada la conversación. No supe qué decir en ese momento. Yo también me despedí, colgué el auricular de la cabina e inmobilizado por la emoción me quedé allí, quieto bajo la lluvia, asimilan- do lo que acababa de pasar. Había hablado con Patrick D. Frutos, el locu- tor que tanto me había inspirado, pero me sentía como un tonto porque no había hecho una lista de todas las preguntas que tenía para él, que eran muchas. x
  • 12. Me prometí que le volvería a llamar en breve, pero nunca lo hice. Ahora lo que me quedan son estas grabaciones de las emisiones de A Es- condidas y todas esas preguntas que aún tengo apuntadas y que espero pueda hacerle algún día. Años más tarde empecé a trabajar en la radio y me di cuenta de que a algunos oyentes les pasaba lo mismo conmigo, lo mismo que a mí me había pasado con Patrick. Cuando eres locutor no eres consciente de que has entrado en la casa de muchas personas, en sus vidas. Has estado pre- sente en sus mentes cuando estaban tristes, alegres, discutiendo, adormi- lados; te has metido en la cama con ellos, has comido con ellos. Cuando eres locutor de radio firmas un contrato laboral, pero no te explican que firmas también un pacto tácito con miles de personas al mismo tiempo, en el que vas a acompañarles en sus momentos más íntimos. Ellos te de- jan pasar hasta lo más hondo de su ser. Hablan contigo y escuchan activa- mente lo que les dices y, sin que tú lo sepas, te responden. A veces pode- mos llegar a ser conscientes de una mínima parte, porque siempre hay al- guien que llama al estudio y te lo dice. Mi mentor en la radio decía que una llamada telefónica de un oyente equivale a mil personas que están pensando lo mismo. Una vez un oyente me llamó para decirme que me había equivocado al mencionar el intér- prete de una canción y en ese momento pensé que no era uno, sino mil oyentes los que probablemente se habrían dado cuenta de mi error. Te ha- ces en locutor de radio y eso te convierte automáticamente en amante de los pensamientos de muchas personas, aunque no lo sepas. xi
  • 13. Y no es una cuestión racional, el pacto lo haces con el subconsciente de los oyentes, no con ellos mismos. Tu timbre de voz penetra en la parte más profunda de sus pensamientos. Luego, cuando vas a la panadería, co- mo por arte de magia, te reconocen. Nunca te han visto, pero saben que eres tú, ni siquiera lo dudan. Titubean porque no entienden cómo es posi- ble que puedan estar tan seguros de sí mismos, pero no dudan de que se- as tú, sino que se sorprenden de sí mismos por haberte reconocido sólo por la voz. Tú, como profesional, hay momentos en que ni te esfuerzas en negarlo. ¿Por qué? Para ellos, quizá para ti también, es una feliz coinci- dencia. Debemos pensar que ese oyente que te ha reconocido por fin, des- pués de mucho tiempo, ha completado un puzzle en su cabeza, un puzzle que empezó con tu voz y terminó con tu rostro. Nunca te imaginan cómo eres realmente. Las personas imaginan y construyen imágenes a partir de lo que han visto y por eso casi nunca aciertan. Dependiendo de qué locu- tor, a veces puede resultar una decepción... Yo me imaginaba a Patrick D. Frutos con la cara de un tipo que vi en un anuncio de un periódico una vez. Le puse esa cara, no sé por qué. Tenía muchas entradas, la frente arrugada y una boca muy grande. Suele pasar que caricaturizamos la ima- gen que nos formamos de nuestros locutores favoritos. Los imaginamos con una gran frente, con con una gran nariz, o excesivamente guapos, o excesivamente barbudos... Años más tarde, muchos años después, ya con Internet de la mano, pude ver una foto de Patrick D. Frutos... y fue una grata sorpresa. A veces decimos que la voz que habíamos oído no le pega a esa persona, pero en el caso de Patrick no podía ser de otra manera. Me encantó poder ponerle cara por fin al locutor que inspiró parte de mi ca- rrera profesional. xii
  • 14. De hecho, fue el estilo de Patrick y el formato de A Escondidas lo que me inspiraría muchos años más tarde para crear la serie Inflexiones (www.inflexiones.com). Como en todo programa de radio, Patrick hacía referencia a la hora, la dirección postal y al teléfono varias veces cada noche. He transcrito al- gunas de esas ocasiones para poner de manifiesto la manera tan cercana y personal de expresar algo tan rudimentario, rutinario y mundano como decir la hora o recordar qué programa o en qué sintonía estamos. Identifi- car la emisión, bien de viva voz o con un indicativo cada poco tiempo, es un recurso imprescindible en la radio, importante, porque ayuda a los nuevos oyentes que se incorporan a saber qué están sintonizando, espe- cialmente en aquellos momentos en los que la radio era analógica. Por cierto, imprescindible, sí, pero a día de hoy es un recurso que no muchos locutores respetan. Patrick a veces utilizaba indicativos con una voz feme- nina (cuya transcripción podrás encontrar el final de este libro), o simple- mente con su propia voz, de una manera muy personal y cercana. Es por eso que también lo he incluido en las transcripciones. Las intervenciones están dispuestas en un modo similar a la estructu- ra de A Escondidas. Hay dieciséis capítulos, simulando dieciséis edicio- nes del programa. Cada uno de ellos comienza con una introducción de Patrick, seguido de las intervenciones que pude grabar durante aquellos años. Cada intervención está separada por unos asteriscos (***), que re- presentan las canciones que Patrick pondría en ese momento. Lógicamen- xiii
  • 15. te no puedo recordar cuáles eran. Pero si piensas en cualquier balada de los ochenta seguramente Patrick la puso en A Escondidas alguna vez; aunque en algunos casos hace referencia a alguna que otra canción en concreto, como verás más adelante. Sería aconsejable que leyeras esto por la noche, poniendo las cancio- nes señaladas, dejándote llevar por la música, para tener una sensación lo más realista posible de cómo era el programa de radio. ¿Alguna vez has leído radio? Creo que ahora es el momento. No obs- tante, los cortes originales en audio están en la web: patrickdfrutos.isaacbaltanas.com Cada capítulo tiene un título, pero éste no hace referencia al conteni- do del mismo, sino a la presentación del programa. Después, como cada noche, las intervenciones varían de temática. Hay cuatro elementos que conforman el lenguaje radiofónico: la voz, la música, los efectos sonoros y el silencio. Sólo esos cuatro. Y sólo con esos cuatro elementos se han llenado las miles de horas diarias en todo el mundo durante los últimos 120 años de radio. Alguno de esos elementos se han usado más que otros. Incluso de alguno de ellos se ha abusado. Otros, por el contrario, no se utilizan casi nunca y creo que los propios profesionales de la radio ni siquiera saben que los cuatro son igualmente importantes y que con los cuatro se puede producir un mensaje impactan- te. Es la combinación de los cuatro lo que hace de la radio un medio efecti- vo. Quitando sólo uno de ellos, como si se tratase de una fórmula química o las patas de una silla, la emisión se va al traste, (se vuelve aburrida). xiv
  • 16. Uno de los elementos menos utilizados, (quizá porque los locutores temen no saber usar) es el silencio radiofónico. Yo mismo aprendí a ha- cer radio en una emisora donde se tenía animadversión al silencio. No po- día existir el silencio entre corte y corte, entre cuña y cuña. En las radio- fórmulas el silencio ha quedado en el olvido. Los cortes se suceden a toda prisa, incluso superponiendo unos milisegundos de un corte a otro, de una cuña a otra. Y cuando hay un silencio parece que no es intencionado, sino que es un defecto técnico, como las desconexiones regionales, por ejemplo. Después están los efectos, que no siempre se usan y no se usan bien. En la radio española, al menos, los efectos son siempre los mismos: esca- sos, repetidos típicos... Acto seguido podríamos hablar de las voces, de las voces no educa- das, de las voces que hablan demasiado o de cuando varias voces hablan a la vez porque los locutores han olvidado que se trata de radio, que cuan- do se escuchan dos voces a la vez en una emisión el oyente no entiende nada. Y por último el recurso más usado, el elemento del que se abusa sin límite: la música. Se han creado cadenas de radio a nivel nacional usando un único elemento, algo que está muy lejos de ser un mensaje de radio completo, variado, colorido. Convertir una radio en un hilo musical es la peor manera de explotar una licencia radiofónica, la forma más pobre de dar un servicio público. Pero lo hacen igualmente, esperando obtener al- gún resultado, alguna rentabilidad. xv
  • 17. Patrick D. Frutos, a través de A Escondidas y el resto de sus proyec- tos, ha sido uno de los locutores que me ha enseñado a usar el silencio en la radio como uno de los recursos más preciados y destacados para lla- mar la atención del oyente. Hacía un buen uso de él, de forma natural, sin que estuviera escrito en un guión. En realidad formaba parte de su es- tilo pausado cuando hacía A Escondidas, no siendo así cuando locutaba en Música y Luces, naturalmente. Era su firma, su forma de partir una frase en varios grupos de palabras con sentido (grupos fónicos) y hacer desfilar cada uno de ellos intercalando el silencio. Los oyentes necesitába- mos muy pocos recursos para entender lo que estaba diciendo y con ese silencio en medio, partiendo la frase en dos, tres y cuatro pedazos, era sencillo asimilar lo que Patrick decía en medio de la noche. Creo que la magia de A Escondidas radicaba ahí, aunque los oyentes no supieran ex- plicar exactamente por qué. Ni mucho menos escribimos como hablamos, eso está claro. Por eso hay que tener en cuenta que este libro es el resultado de unas transcrip- ciones de la palabra hablada. Es la transcripción de un hombre hablando por la radio. No hablamos como escribimos y nos escribimos como habla- mos, pero considero oportuno respetar en todo lo posible las palabras de Patrick ante el micrófono, a fin de hacer que el lector se imagine con el máximo lujo de detalles lo que era este programa de radio. Por ello se pue- de apreciar en el texto la presencia de giros lingüísticos, expresiones colo- quiales, redundantes, y otros elementos característicos del lenguaje radio- fónico, más propios de la lengua hablada que de la escrita. Es parte de mi xvi
  • 18. afán por hacerte llegar el mensaje de Patrick D. Frutos intacto, tal como él lo dijo en directo. Por otra parte, Patrick hablaba de manera directa y personal y eso también se refleja en las transcripciones, que he intentado hacer de la ma- nera más fidedigna posible. Sólo he omitido errores de pronunciación o titubeos naturales que nos suceden a todos a la hora de hablar. Como todo programa en directo, con el paso del tiempo, es lógico que parte de algunos argumentos se repitan, o al menos se haga referen- cia a una misma idea en distintos momentos y esto también se refleja en el texto. Las lecturas de Patrick D. Frutos merecen la pena porque en él pode- mos descubrir la sensibilidad, el romanticismo y la ternura de un hombre que sabe expresar los sentimientos. Si todos los hombres tuviéramos esa facilidad para pronunciar palabras de este calibre muchos problemas de pareja (y de amistad) se resolverían. Así que si quieres decir algo hermo- so a un ser querido seguro que encontrarás inspiración en las palabras de Patrick. Piénsalo de esta manera: las palabras “noche”, “siempre” y “to- do” son las más usadas en sus intervenciones. Puede que sea el libro más sincero y directo que puedas encontrarte nunca. Este es mi homenaje a Patrick D. Frutos. Feliz lectura... A Escondidas. xvii
  • 19. Muchas noches yo me pregunto dónde estarán aquellas madrugadas, aquellas noches que solíamos pasar junto al fuego escuchando alguna vie- ja historia, mientras ese disco picado sonaba de fondo. Ese disco que nos gustaba escuchar una y otra vez, que nunca nos cansábamos de oír. ¿Dón- de estarán aquellas madrugadas? ¿Dónde estará aquel viejo caserío junto al monte y a pocos metros del mar? Donde tantos buenos momentos he- mos pasado, donde en tantos instantes hemos sido felices. Son muchas pequeñas cosas, muchos pequeños detalles que forman nuestro pasado, ese pasado más o menos lejano, o más o menos cercano. Ese pasado que posiblemente ya nunca más volverá de esa misma forma. Aunque no per- demos la ilusión y la esperanza de que vuelvan. Pero mientras todo esto sucede, mientras esa esperanza sigue viva en nuestra mente, nos gusta que llegue la madrugada para recordarlo, pa- ra cerrar los ojos y aunque sólo sea con la imaginación volver allí. Siem- pre con él, siempre con ella y siempre con la misma canción. Esa misma canción que en otras ocasiones nos ha emocionado, nos ha hecho en defi- nitiva felices. Para cada uno de nosotros es una canción completamente distinta, aunque siempre que la escuchemos nos devuelva a ese lugar mágico, que para cada uno de nosotros es también distinto, al igual que la música, y al igual que el recuerdo. 18 AQUELLAS MADRUGADAS
  • 20. Por cierto, buenas noches, soy Patrick D. Frutos y esta es una nueva edición de A Escondidas, en Onda Diez, hasta las tres de la madrugada, hasta que sean las dos en Canarias. Ciento ochenta minutos de radio para soñar, ciento ochenta minutos de radio para entender, para compartir, pa- ra dejarnos llevar. *** ¿Por qué nacerá gente, si nacer o morir es indiferente? Pero lo que es- tá claro es que morir es algo horrendo y nacer es algo realmente maravi- lloso. Como cada día que nace, como cada madrugada que comienza, co- mo cada sueño que se forja en cada mente. *** En ese sueño, en ese paraíso, es el único lugar en el mundo donde tú eres el protagonista de un viaje especial. Un viaje imaginario, pero real- mente hermoso. Porque recorremos todos los lugares habidos y por ha- ber, conocemos a todas las personas conocibles, disfrutamos de cada ins- tante como si fuera el último que nos tocara vivir. *** Hay momentos en los que una canción puede serlo todo. Puede ser lo más fácil, lo más difícil, lo más triste, lo más alegre. Puede ser aquella razón que has tenido para seguir viviendo, que te ayude a seguir creyen- do, mientras el reloj sigue avanzando. 19
  • 21. Ten en cuenta que el momento que ahora estés viviendo, el segundo que ahora estés sintiendo jamás se volverá a repetir, por lo que cada ins- tante es único. *** El tiempo del sentimiento, el tiempo del amor, el tiempo de las emo- ciones sólo existe si entre las dos personas existe una canción. Da igual cu- ál sea: más o menos lenta, más o menos rápida... Sea como sea, la música siempre formará parte de nuestra vida, de nuestro pasado, nuestro pre- sente y nuestro futuro. *** Esta es tu vida. Esta es tu historia. Disfrútala cuantas veces quieras. Y si no te gusta, si la ves injusta, imagínate una diferente. Imagínate un lugar único, donde sólo tú y ella, o sólo tú y él, podáis llegar; donde la mú- sica suene distinta y donde no suceden las cosas que habitualmente suce- den en otros lugares, sino las que tú quieras que sucedan. *** ¿Sabes una cosa? Me encantaría que hubiera un eclipse de sol. Pero un eclipse total, de esos que a las doce del mediodía o las cuatro de la tar- de, parece que es completamente de noche. Alguna vez ha habido eclipses parciales, pero totales, aquí en España que yo recuerde, en los últimos años no ha habido ninguno. Y la verdad es que puede parecerte una tonte- 20
  • 22. ría, pero me apetecería que hubiera uno. Hace muy poquito hubo uno de luna, no sé si lo verías. Espero que sí porque fue muy bonito ver cómo po- co a poco se iba ocultando la luna en el cielo. Pero respecto a los de sol, la gente que los ha visto dicen que son realmente espectaculares. *** A veces nos gusta enterrarnos en nosotros mismos, nos gusta intro- ducirnos en nuestro mundo, en nuestra burbuja de cristal y no queremos saber nada más de los demás. Pero es aconsejable que no te guardes los sentimientos para ti, que no la pagues contigo mismo, ni con los demás. Intenta contárselo a alguien, de confianza, por supuesto. Seguro que hay por ahí cualquier compañero que está deseando compartir tus sentimien- tos y que lo único que quiere es que no te hundas ante tan desesperada si- tuación. Es a ese al que debes considerar un amigo y no aquellos que sólo son tus amigos por algún tipo de interés. Los verdaderos amigos son aque- llos que sólo piden a cambio de su ayuda tu amistad desinteresada. *** Todo en la vida tiene un principio y un fin, toda historia que comien- za algún día ha de finalizar. Aunque siempre se espera que el final llegue lo más tarde posible cuando la historia es buena. Pero recuerda que hoy es el primer día del resto de tu vida y, por lo tanto, has de aprovecharlo al máximo y no desperdiciar tan mágico momento. Y si no tienes nada que hacer, si no se sospecha ningún peligro, haz un esfuerzo, empieza a caminar y ve en busca de esa persona tan especial 21
  • 23. para ti. Y habla con ella. Porque piensa que nada es eterno y llegará el día en que te tengas que separar de esa persona. *** Si tú eres de los que andan buscando el amor y aún no lo has encon- trado, no desfallezcas. Ya sabes que el amor no está para quien lo busca, sino para quien lo encuentra... cuando menos te lo esperes, de quien me- nos te lo esperes y donde menos te pienses. *** Siempre se ha dicho que el que espera desespera y si tú buscas un amor no te desesperes, ni te preocupes en exceso. Lo mejor que puedes hacer cuando estés así es intentar relajarte y confiar en la música, esas canciones que consiguen hacerte feliz y apartarte del mundo real por un momento. Y hacer de tu soledad una compañera ideal. *** Pero si tú eres de los que han alcanzado la cima, si tú eres de los que han encontrado a su compañera o compañero ideal, enhorabuena. Claro, que si no es así, no te desesperes, no debes preocuparte. Más vale ir sin prisa, pero sin pausa. La constancia es un arma bastante eficaz a la hora de conseguir aquello que se desea. *** 22
  • 24. Está claro que pase lo que pase hay que seguir sonriendo, hay que in- tentar ser felices, no importa lo alto que nos pongan el listón. *** Hay un lugar, por pequeño que éste sea, para cada uno de nosotros en el mundo. El problema es saber cuál le corresponde a cada uno. Quizá tú ya lo hayas encontrado. Es posible que en estos momentos estés justo donde debas estar durante toda tu vida... al lado de él o ella. *** En muchas ocasiones te habrás preguntado si de verdad existe un pa- raíso donde todo, absolutamente todo se vea de otro color. Recuerda que el único paraíso que nunca nos podrán quitar es el recuerdo. Ninguna per- sona será capaz de quitarte un buen momento para recordar, nadie nos podrá sacar de aquel mágico lugar, tan especial para cada uno de noso- tros, y todo ello a base de la más pura y sincera imaginación. *** La vida en ocasiones pasa demasiado deprisa. Apenas nos da tiempo a saborear esos momentos gratos que, de vez en cuando, nos ofrece y que hay que saber guardar para siempre en la memoria... por aquello de que en muchas ocasiones son muchísimos menos los momentos gratos que 23
  • 25. los otros. Pero a fin de cuentas la vida es así, hay que tomarla como viene, la vida de cualquier forma sigue siendo hermosa. *** A veces es difícil e incluso nos creemos que es imposible ser feliz. Pe- ro la felicidad que todos buscamos está mucho más cerca de lo que quera- mos creer. La vida es una lucha continua en la que no siempre se puede ganar, en la que no siempre se puede ser feliz. *** Siempre que finaliza un día y, por consiguiente comienza otro, se po- ne de manifiesto esa magia que nos envuelve, que nos seduce; esa magia que nos enamora uno a uno. *** No pienses en el futuro, no recuerdes el pasado, intenta vivir el pre- sente; ese presente maravilloso que tenemos por delante, que podemos compartir juntos, que podemos vivir, que podemos disfrutar. *** Aunque no debemos recordar el pasado, todos sabemos que las no- ches son para recordar. Es ineludible hacer caso omiso a algunos recuer- 24
  • 26. dos y echar la vista atrás: recordar esos momentos, esos lugares, esas per- sonas, esos amores... sobre todo ese amor, ese primer amor. *** Para hacer fácil lo difícil, para conseguir aquello que deseas, debes primero creer en ti mismo. Debes tener orgullo propio. Debes pensar que eres igual que los demás; que no eres no inferior, ni superior, pero que tie- nes unos encantos que has de saber aprovechar. *** No siempre tiene que ser tu gloria personal, de vez en cuando no vie- ne mal una pequeña ayuda de esos amigos de verdad. *** Ya sabes que la música unida a la imaginación te pueden llevar a lu- gares de ensueño, o a vivir días de ensueño. *** Hay determinados momentos en los que sientes que la vida se rompe ante tus narices y no puedes hacer nada por evitarlo, o sientes que no pue- des hacer nada. Aunque en realidad puedes hacerlo todo. Pase lo que pa- se, siempre hay que intentar salir adelante. Luchar. La vida no es fácil, pe- ro si luchas por lo que quieres es mucho más sencillo el conseguirlo. 25
  • 27. *** Si la noche es ilusión, es simpatía; si la noche es amistad, si la noche es fantasía, si la noche es música, si la noche es amor... y sobre todo, si la noche es emoción, es cariño, si es sentirnos bien el uno con el otro... ¿có- mo definirías el día? *** Dicen que dos es compañía y tres es multitud, pero a veces tres pue- de ser un número mágico. A veces, no siempre. Pero cuando resulta bien, resulta muy bien. *** ¿Y qué me dices de esto? (refiriéndose a la última canción del progra- ma). También invita a muchas y diferentes situaciones. Y lo que invita a otras situaciones es la música de Yanni que suena de fondo. Nos dice que llegó el final, que nos quedan cuatro minutos para lle- gar a las tres, para llegar a las dos en Canarias y que por hoy... por hoy fue todo. Pero ya sabes que si Dios quiere la próxima semana a las doce de la noche del sábado y a las doce de la noche del domingo estamos de nuevo juntos, aquí, en Onda Diez, para seguir poniéndole sentimiento, pa- ra seguir poniéndole emociones a cada madrugada que nace. 26
  • 28. Queda por delante una semana. Quedan por delante muchos sueños que hacer realidad; muchas experiencias que vivir para luego contarlas, para luego recordarlas también; muchas canciones que escuchar, y mu- cho por decirnos. Así que no pierdas el tren, ese tren de la vida que sale cada madrugada que comienza. Por supuesto yo desde aquí te deseo que seas la persona más feliz del mundo, o por lo menos que lo intentes. Si lo consigues mucho mejor para ti. Lo dicho, que lo pases bien y el sábado y el domingo estamos aquí de nuevo, si Dios quiere. A las doce, las once en Canarias. Buenas noches. Te habló Patrick D. Frutos. Hasta la semana que viene. Adiós. 27
  • 29. Lo mismo que llegó el fin de semana, también se marcha. Pero antes de que eso suceda, aunque teóricamente ya estamos en lunes, en lunes 15 de abril de 1996... antes de que la semana comience con toda su ampli- tud, con todo su esplendor, tenemos un tiempo de radio para alejarnos un poquito de la monotonía, para alejarnos de los problemas, de algunos malos pensamientos que pudiéramos tener. Para relajarnos, para cargar energías, que posiblemente nos hagan falta dentro de algunas horas. En definitiva para soñar también, por supuesto. Siempre A Escondidas, y siempre en Onda Diez. Por cierto, te habla Patrick D. Frutos, juntos hasta que las tres nos separen. Serán las dos en Canarias. Y tenemos por delan- te prácticamente tres horas para soñar, tres horas para entender. Tres ho- ras para dejarnos llevar, para disfrutar de nuestra música, para evocar nuestros recuerdos y para imaginarnos historias, que por supuesto siem- pre han de acabar bien. Historias que no se me ocurren otra manera de in- ventarlas, de imaginarlas, que no sea con una canción de fondo. *** Mágicos viajes a través de la noche, a través de las canciones. Mien- tras, lentamente va pasando el tiempo. Y yo te invito a que salgas con cuidado, cierres despacio la puerta, ba- jes los peldaños que te separan de la calle y comiences a caminar lenta- 28 NUESTRO MOMENTO
  • 30. mente con los Walkman puestos, eso sí, en Onda Diez. Que comiences a caminar en cualquier dirección, es igual. En silencio, con la mente puesta en cualquier sueño probable, en cualquier historia que pudo ser y nunca fue. Y poco a poco, mientras la música sigue sonando en la radio, las his- torias siguen llegando a tu mente. *** ¿Sabes?, me encanta compartir contigo esta canción. Quizá por lo que dice la letra, por lo que dice al menos el título: No te dejaré... o trata- ré de no hacerlo nunca. Quiero estar siempre contigo. Quiero ser esa per- sona que te acompaña cada noche. Quiero ser esa persona que está conti- go donde tú estás. Que hace lo que tú haces. Que siente lo que tú sientes. Que llora cuando lloras. Y que ríe cuando ríes. *** Me encanta conocerte palmo a palmo, saber hasta lo más profundo de tus secretos, lo más íntimo de ti. Todo lo que escondes. Y lo que no es- condes también. Todo lo que piensas, lo que pensabas y lo que pensarás. Si me lo permites, quiero saber lo que haces, dónde lo haces. Y, por su- puesto, con quién. *** Me encanta sentir una vez más este terciopelo negro. Ese terciopelo tan sensual que llevas. 29
  • 31. *** Me gusta caminar a tu lado. Sobre todo caminar en la madrugada, re- corriendo las calles de la ciudad semidesierta a estas horas, que comien- zan a ser intempestivas. A estas horas tan especiales y tan misteriosas a la vez. *** Me gusta verla bailar. Tenerla frente a mí. Disfrutar con cada movi- miento, con cada paso, con cada sensación, con cada nota. Y, por supues- to, con cada canción. Sobre todo, si son canciones como esta que acabas de escuchar, mu- cho más. Hermosa versión, ¿verdad? Extraña, porque no es de las más co- nocidas, pero se incluyen en un álbum que te recomiendo absolutamente llamado Beautiful Dreams, que recoge grandes éxitos, pero en versión or- questada. Y ahí estaba el Missing You. También tienes el Always in my mind. Y un montón de canciones. Te lo recomiendo absolutamente. Chris de Burgh, Lady in red, la dama de rojo, esa mujer especial que me encanta ver como baila, cómo se mueve. *** Me gustan las contradicciones. Me gusta contradecirme. Desmentir- me y afirmarme. 30
  • 32. *** A veces me gusta esperar, porque hay cosas por las que merece mu- cho la pena hacerlo. *** No sabes cómo me gustaría que me quisieras tal y como yo te quiero a ti. *** Por eso, que eres mi mejor amigo, quiero que estés a gusto conmigo. Y quiero que entre los dos alimentemos esta amistad, para que dure siem- pre. Porque siempre la amistad es como el amor. Y es como todo en esta vida: hay que alimentar la mediodía para que vaya creciendo. *** Por cierto, ¿sabías que hay miradas que consiguen desnudarnos? ¿Por qué no nos echamos una de esas miradas? Imaginarias, claro está. Y conseguimos desnudar la madrugada, que tiene muchas emociones ocul- tas. *** 31
  • 33. No está ni cerca ni lejos. No está ni aquí, ni allí. Está donde tu imagi- nación sea capaz de crear ese lugar. Pero esté donde esté, hay un lugar pa- ra nosotros. *** Con los dedos de una mano se cuentan los minutos que nos separan de la una, de las doce de la noche en Canarias. Y el reloj sigue avanzando y nosotros seguimos juntos aquí, en la noche. Juntos en la intimidad de la madrugada, de esta madrugada tan especial, de esta madrugada prima- veral, porque hay que recordar que estamos en primavera. Y en primave- ra dicen que la sangre altera. *** De pronto haces un pequeño lapsus, un pequeño inciso. Desvías los ojos y miras con miedo el reloj. Levantas tu cara y el reloj pasa ya de las dos, indicándote que, aunque la noche es joven, el tiempo sigue transcu- rriendo. Y algo en ti te dice que debes aprovecharlo, que no debes dejar que se escape ni un solo segundo. *** Música con sentimiento para gente con ilusión, para gente con cora- zón, con alma. Como tú, que te gusta lo bueno, que te gusta sentir la músi- ca por dentro, sentir las canciones, vibrar con ellas. 32
  • 34. *** A lo mejor te parece una solemne estupidez, pero cuando las cosas no van como tú quieres, que suele ser bastante a menudo, escuchar músi- ca de piano puede relajarte, puede ser que olvides en parte esos momen- tos. Música de piano como esta que acabas de oír y que a estas horas a uno le transporta a una nube... eso sí, contigo, por supuesto. *** No busques más. Aquí está tu paraíso. Aquí está nuestro paraíso. Ese mágico lugar que cada noche nos inventamos en la radio, a base de la más pura y sincera imaginación. *** Que no me entere yo que esta noche la pasas completamente solo. Porque ya sabes que no estás solo. No estás sola. Alguien te ama de la ciu- dad, que decía Miguel Ríos. Y con muchísima razón. Hay veces que no te das cuenta de que el amor está a tu lado. Hay veces que logras pasar sin reparar en él. *** En estos momentos lo mejor es no hablar demasiado. Que las pala- bras enredan y tornan oscuros las ideas, que decía Víctor Manuel pero, ¿qué sientes? 33
  • 35. *** No hay emoción, si no hay música. Y no hay emoción, si no hay pa- sión. *** Mientras lentamente vas quedándote dormido la música te va me- ciendo poquito a poquito. Y vas entrando en ese mundo tan especial de los sueños. Mientras, poco a poco, la madrugada va avanzando... este lu- nes 15 de abril de 1996. Estamos en primavera, no lo olvides y hay que aprovecharse de ella. *** No importa el nombre. Importa que estemos juntos. *** Oye, por cierto, ¿tienes la misma hora que yo? Porque es que no me lo puedo creer: La una y nueve... ¿la tienes? Pues, caramba... Hombre, sa- bía que el tiempo pasa rápido, pero no tanto, caramba. *** 34
  • 36. Yo hay momentos en los que no soy capaz de pensar nada, ni lo más mínimo. Momentos como este, por ejemplo, sin ir más lejos. Quizá por- que tú estás frente a mí. Porque me miras con esos ojos realmente ardien- tes, brillantes, penetrantes. Esos ojos cargados de pasión, cargados de amor, ese amor especial. De ese amor que, como te decía antes, nunca muere. *** No se donde éstas. No puedo verte. Posiblemente estés muy lejos de mí, pero yo no puedo evitar pensar en ti. No puedo, por mucho que lo in- tente. No puedo dejar de hacerlo porque, entre otras cosas, tampoco quie- ro hacerlo. 35
  • 37. Hay muchas citas famosas sobre el amor. Pero quizá una de las que más me ha llamado la atención, de las últimas que he podido leer, ha sido una que decía que “el amor es el triunfo de la imaginación sobre la inteli- gencia”. Y es que a veces la inteligencia se nos puede quedar corta a la ho- ra de definir un sentimiento, a la hora de contar una historia, a la hora de disfrutar de cada instante. Ay de nosotros si no tuviéramos imaginación, si no fuéramos capaces de crear nuestros mundos, nuestros momentos, nuestros lugares y, cómo no, también nuestros personajes de ficción. Esos personajes a los cuales amamos sin haberlos conocido nunca y posi- blemente aún a sabiendas de que no los conoceremos jamás. Pero la ima- ginación siempre está ahí. Cosa grande la imaginación. Ayuda a que viaje- mos a través del espacio, del tiempo, de la naturaleza, de nosotros mis- mos. Ante todo buenas noches. Cinco minutos sobre las doce de la noche, sobre las once en Canarias. ¿Qué tal te fue el día? ¿Bien? Fenómeno, no sabes cuánto me alegro. Tenemos por delante ciento ochenta minutos pa- ra soñar, para imaginar, para crearnos nuestros mundos, nuestros luga- res, nuestros recuerdos y para disfrutar de los que ya existen. Esta es una nueva edición de A Escondidas. Como siempre, en Onda Diez, como siem- pre desde las doce y hasta las tres, desde las once y hasta las dos en Cana- rias. Y como siempre, te habla encantadísimo tu amigo Patrick D. Frutos, 36 SOBRE EL AMOR
  • 38. que espero sigas conmigo este paseo que cada noche iniciamos en la ra- dio. Porque la radio y la noche son mágicas si se funden. Por eso, ya sa- bes, fúndete con ellas, fúndete con la madrugada, fúndete conmigo. Y jun- tos, tú y yo, crearemos esa magia de la que tanto andamos faltos. *** Hay cosas que son realmente inolvidables. Por buenas, otras por lo contrario, pero yo me quiero centrar siempre en las buenas. Aquellas co- sas que nos han hecho felices y que nos gusta recordar noche a noche, des- de la radio y a través de las canciones. Por eso acércate un poquito más, que hay mucho que compartir. *** Hay momentos en los que una canción puede serlo todo. Puede ser lo más fácil, lo más difícil, lo más triste, lo más alegre. Puede ser aquella razón que te ayude a seguir viviendo, que te ayude a seguir creyendo. *** Cómo canta esta mujer (refiriéndose a Olivia Newton-John). Cómo sabe transmitir los sentimientos que lleva en su interior. Lleva muchísi- mos años haciéndolo. Y son muchísimas las canciones con las que hemos gozado todos. Desde los temas de Grease, hasta los temas de Have you ever been mellow. O Please Mr. please. O tantas y tantas canciones. Y es 37
  • 39. que no sólo hay que saber cantar, también hay que saber transmitir lo que te dicta el corazón. *** Hay un hotel. Hay un pequeño bar. Y hay un perfume esparcido por el aire, por el viento. Un perfume que te atrae y que te dice que te acer- ques un poquito más, que entres tímidamente en ese local. No tendrás que buscar mucho. Esa persona está ahí. *** Hay un lugar, por pequeño que éste sea, para cada uno de nosotros en el mundo. El tema es saber encontrar el que le corresponde a cada uno. Pero haberlos haylos, que dirían por ahí, y desde luego el mejor lu- gar para compartir esas horas en este mundo es este, donde te encuentras ahora mismo. ¿El nombre? No importa. Ya sabes que sólo importan las personas. *** Miramos la misma luna, aunque estemos muy lejos tú y yo. Pero ya sabes que la radio y la luna nos unen con ese lazo tan especial que se lla- ma música. *** Hay unos ojos que me están mirando fijamente, hay unos labios que, entrada la madrugada me dirán que sí... aunque ahora lo sigan dudando. 38
  • 40. *** Hermosa canción. Y que además te trae recuerdos, no muy lejanos porque tiene un par de años, pero sí recuerdos que aún seguro son mara- villosos. ¿A que sí? Ya sabes que si quieres me los puedes contar. No tie- nes más que escribirme una carta o una tarjeta postal. Casi mejor una car- ta, porque en una postal cabe poquito. Y si quieres contar muchas cosas casi mejor una carta, que así no tienes límite, cuentas lo que te apetezca. Patrick D. Frutos. A Escondidas. Onda Diez. Paseo del pintor Rosales, 76. 28008 Madrid. *** A fin de cuentas no hay que darle más vueltas: el corazón tiene reac- ciones que no somos capaces de comprender. Así que lo mejor es dejar que de vez en cuando rija el corazón, sin preguntarse qué es lo que va a pasar después. *** Historias de la música, historias de la noche, historias de nuestra pro- pia imaginación. *** 39
  • 41. Son las historias que se cuentan al amparo de la madrugada, las his- torias que surgen de un pasado o que surgen de nuestra propia imagina- ción. Pero, por supuesto, historias hermosas de compartir. *** No sé si a ti te sucederá lo mismo pero yo me imagino tantas y tantas cosas escuchando esta canción... cierro los ojos y me imagino una carrete- ra desierta, viendo pasar ante mí ese maravilloso paisaje. Sobre todo a es- tas horas, iluminados por la luz de la luna, recorriendo tantos y tanto lu- gares... Y por supuesto, lo que es mejor, conociendo a tantas personas es- peciales. *** Viajando aunque sólo sea con la imaginación. Siempre a través de la música. Y con un piano como este todo se puede conseguir. Por cierto, ¿qué tal va este mes de julio? ¿Qué tal llevas las vacacio- nes si las estás disfrutando? ¿O cómo llevas esa espera? O a lo mejor tú eres de los que las disfrutan en agosto. Sea como fuere, ya sabes que la ra- dio siempre te acompaña. Y A Escondidas, como siempre, cada noche de sábado y cada noche de domingo. *** Inventándonos extrañas manera de decir “te quiero”. Maneras curio- sas, maneras diferentes y completamente originales. 40
  • 42. *** Pedazo de canción, pedazo de joya musical. Siempre he dicho que aquella frase de “lo bueno si breve dos veces bueno” tiene algunas excep- ciones. Y este es uno de los casos en los que, aunque la canción dura algo más de ocho minutos, no deja de ser una joya. *** Jugar con las interrogaciones, con lo que pudiera haber sido y nunca fue... o con lo que puede ser. *** ¿Hace un refresquito, o un café helado? O caliente, como tú prefie- ras. Venga, anímate, que te invito. *** Llamando, como cada noche, a las puertas de la sinceridad, de la pa- sión, de la verdad, de la alegría. Aunque a veces la alegría trate de esqui- varnos, nosotros debemos ir tras ella hasta conseguir alcanzarla. *** 41
  • 43. Realzar la amistad, sobre todo cuando una amistad, por las vicisitu- des que sean ha quedado un poco aparcada, se ha perdido y al cabo de los años vuelves a recuperarla, es una de las sensaciones más hermosas que pueden llegar a existir. Y es que seguro que estarás de acuerdo conmigo en que no hay nada como la buena amistad... la auténtica, la amistad con mayúsculas. *** Frente a ti una larga carretera. La línea discontinua va indicando los minutos que han pasado y los minutos que aún quedan por pasar. *** Recordándote que la esperanza es lo último que se pierde. Que el sol brillará mañana un día más y que todo aquello que te preocupa en la ac- tualidad serán simples tonterías, mañana cuando veas el sol en el cielo. *** En ocasiones es difícil, e incluso nos creemos que es imposible ser fe- liz, pero la felicidad está mucho más cerca de lo que tú quieras creer. *** 42
  • 44. La fortuna, algo tan especial y a veces tan efímero, que espero se ha- ya posado a tu lado esta noche. Y por supuesto permanezca junto a ti pa- ra siempre. *** Por cierto, ¿sabes que es la una de la madrugada, que son las doce de la noche en Canarias? ¿Qué tal estás? Buenas noches. Yo soy Patrick D. Frutos. ¿Y tú quién eres? 43
  • 45. No sé si te habrás dado cuenta, pero estamos llegando al otoño. Se nota, aparte de por la temperatura, que poquito a poquito va bajando, ya no hace tanto calor, las noches son un poquito más largas... Pero aparte de todo eso la luz es completamente diferente. Ese olor que se respira en el ambiente es distinto. Ya se van viendo hojas caídas por el suelo, co- mienzan los colegios, comienza el curso, la gente lentamente va volviendo de sus vacaciones. Aún quedan algunos que las disfrutan en este mes de septiembre, pero la inmensa mayoría está ya incorporada a sus trabajos, a sus estudios, o al quehacer cotidiano. Alguno puede pensar que es una pena que llegue el otoño, otros que tiene mucho de bueno, que todo co- mienza. En realidad es como si comenzáramos un año. Fíjate, nunca te has parado a pensar que cuando llega el 1 de enero, cuando en realidad cambiamos de año, apenas nada cambia: tú sigues en tu curso, todo sigue igual. Y, sin embargo, cuando llega el otoño es como si todo empezara: empiezas un nuevo curso, hablas del mes de mayo como del año pasado, aunque en realidad es el mismo año. No sé, todo es nuevo. Y eso siempre es interesante. Como interesante es que llegue la noche, en este caso las doce, como siempre los sábados y los domingos, desde la doce y hasta las cuatro. Ya sabes que el resto de la semana estamos un poquitín más tarde, pero tam- poco mucho: desde la una, de una a tres, o de doce a dos si estás en Cana- rias, claro está. Pero siempre con las mismas ganas de estar contigo, siem- 44 LLEGANDO AL OTOÑO
  • 46. pre con las mismas ganas de complacerte, de acompañarte, de hacerte sentir bien. Las mismas ganas de hacerte feliz y de intentarlo día a día. Hay días que lo conseguimos y otros días no tanto, pero siempre segui- mos intentándolo. Y mientras tú me dejes yo lo seguiré intentando. Por cierto, yo soy Patrick D. Frutos. ¿Qué tal estás? Buenas noches, esto es Onda Diez, esto es A Escondidas. Y estaremos juntos hasta que las cuatro nos separen, estrenando ya este lunes, 16 de septiembre de 1996. *** Qué sugerente para comenzar esta madrugada, (refiriéndose a la can- ción que había sonado anteriormente), que promete ser interesante. Cla- ro, que todo depende de cómo te lo propongas. *** No quiero vivir, si vivir es hacerlo sin ti. No quiero estar aquí si voy estar solo, si no voy a poder disfrutar de tu presencia, sentirte cerca, sen- tirte a mi lado. Por cierto, no sé ni cómo te llamas, ni dónde estás, pero no importa. Te siento junto a mí. *** No sabes hasta qué punto me relaja el mar. Además es un reconstitu- yente tremendo. Yo soy de los que cuando estoy junto a él soy una perso- na completamente distinta. No tengo nada que ver con el Patrick D. Fru- 45
  • 47. tos del interior. El mar es como una fuente de inspiración, una fuente de deseos de pasiones, una fuente de vida en definitiva. *** No sé qué sentirás cuando escuchas estas canciones conmigo, pero a mí me encanta. Desde luego es un placer maravilloso compartir esto a tu lado, acurrucado; si quieres, abrazados. O simplemente juntos, mirando el horizonte. Ese horizonte lejano, que nos resulta imposible alcanzar, pe- ro que nos encanta mirarlo. *** Aunque no nos conozcamos no somos extraños en la noche, sino to- do lo contrario. No nos conocemos personalmente, pero pero tú ya sabes cómo soy. Y yo puedo imaginarme cómo eres. Y puestos a imaginarnos, hay tanto que imaginar en la noche… *** Por cierto no te olvides de poner despertador a punto. ¿A qué hora lo tienes que poner? ¿A las seis, a las siete, o quizá a las ocho? Sea a la hora que fuere recuerda que ahora mismo son veinticuatro los minutos que fal- tan para las dos, para la una en Canarias. Buenas noches soy Patrick D. Frutos. ¿Y tú quién eres? *** 46
  • 48. Y tú no te quedes con las ganas de saber cuánto amor nos puede ca- ber en esta noche. Dale rienda suelta. Y líame, que me encanta. *** Créeme que a mí me sucede lo mismo: el que el tiempo se pase tan rá- pido, porque estoy contigo y estoy bien. Y porque me apetece seguir están- dolo, así que no te vayas, que tengo muchas cosas que decirte, que tene- mos muchas cosas que hacer juntos. Por ejemplo, sin ir más lejos y, ade- más nada mejor para hacer a estas horas, que amarnos. *** La noche es interesante. Y si además de todo eso el naranja colorea el cielo, la situación puede ser realmente peligrosa, porque nunca se sabe lo que podría llegar a ocurrir. *** Caray, si en más de una ocasión has pensado perderte... ¡Caramba, no te lo pienses más! Perdamos juntos. *** Puestos a perdernos, ¿por qué no nos perdemos en ese lugar que es- tás pensando? Sí, sí ahí, donde nadie más ha llegado nunca. Y posible- 47
  • 49. mente donde nadie más llegará. Porque es nuestro lugar secreto, porque sólo podemos acceder a él usando la imaginación. *** Sin cortarnos lo más mínimo, sin avergonzarnos, sin sentir pudor, nos vamos acercando, cada vez más sintiendo nuestro calor. Disfrutando de tu sonrisa y de esa forma tan particular que tienes de acariciarme. *** Nuestras emociones, que a veces permanecen un tanto oscuras por determinadas intenciones que podemos llevar en el corazón. Y es que a ve- ces no tenemos muy claro lo que queremos, pero cuando por fin consegui- mos aclararnos, luchamos con todos nuestros medios, con todos los me- dios a nuestro alcance, para conseguir lo que deseamos. *** Son pasajes de una vida, pasajes de un pasado, de una historia, de un momento, que aunque corto, siempre nos apetecerá volverlo a revivir. Siempre estará en nuestra memoria. *** 48
  • 50. Me encanta, siempre que llega la noche, pasear por la playa, escu- char de fondo el mágico sonido del mar, viendo cómo la luna nos vigila desde el cielo. Y sentarme con ella junto al malecón. *** Vamos dando paso tras paso. Pasos hacia adelante. Como diría la canción, también un pasito para atrás, pero básicamente vamos dando pasos hacia adelante. Vamos recorriendo ese sendero. Vamos recorriendo esos lugares. Nos vamos conociendo cada vez más. Y por cierto, si aún quieres que nos conozcamos más, ya sabes, acer- carte a la radio. Bien través de las cartas, que puedes enviar a Patrick D. Frutos. A Escondidas. Onda Diez. Paseo del pintor Rosales, 76. 28008 Madrid. O si lo prefieres también tienes el teléfono, que quizá para mu- chos sea más rápido. Quizá hay una canción, quizá algún recuerdo, algo que te inquiete, que quieras contarme. *** No sé ni dónde estás, ni lo que haces. Y probablemente, personalmen- te nos conocemos... O casi seguro. Pero pensamos lo mismo con cada una de las canciones. Nos identificamos con todos ellos, incluso con la madru- gada, que para muchos es algo tenebroso. Y como no me canso de repetir- te noche a noche, hay que vencer ese miedo a la noche. *** 49
  • 51. Nuestro piano del anochecer que no puede faltar. Ese piano que pue- de poner los pelos de punta a cualquiera, a poco sentimiento que tengas en el cuerpo. *** Poniéndole un poquito ese toque humano a esta madrugada que a priori comienza como una madrugada más. Y sin embargo, puede ser la mejor madrugada de tu vida. Pero claro, para eso lo tienes que intentar, con todas tus fuerzas que sea así. *** Fíjate, hasta en otoño las canciones suenan mejor. No sé por qué, qui- zás porque el sentimiento sea diferente al de las otras épocas. O porque somos más vulnerables a la tristeza, por aquello de que tenemos que des- pedir a esa persona querida, hemos tenido que acabar forzosamente con esa historia veraniega de amor, o amistad. Sea como fuere, recuerda que esa historia algún día se podrá repetir. Claro que la última palabra la ten- drás tú a la hora de decidir lo que crees que es mejor para ti. Y como te de- cía antes, no te pongas triste, levanta ese ánimo y si no quieres hacerlo por ti, hazlo por él o por ella; por esa persona a quien amas y que posible- mente esté distante, quizás demasiado distante. 50
  • 52. Quizá porque muchas veces estamos acostumbramos a que alguien nos guíe, a que alguien nos vaya iluminando el camino, nos resulta un tan- to difícil encontrar ese camino por nosotros mismos. Pero quizá cuando lo hacemos es cuando más ilusión nos hace; cuando más apego le pone- mos a las cosas que vamos consiguiendo. Cuando, en definitiva, más va- lor les damos. Quizá porque de noche sea todo mucho más difícil, en mu- chas ocasiones le damos más valor a la noche, o quizá simplemente sea por el encanto que ella conlleva. Sea como sea de nuevo llegó la noche, de nuevo ha llegado la madru- gada. Pasan algunos minutos de las doce, de las once en Canarias. Esta- mos ya en la Península y en Baleares estrenando un nuevo día: un lunes 28 de octubre de 1996. Y como siempre juntos, hasta que las tres nos se- paren. Serán las dos en Canarias. Buenas noches, te habla, como siempre, encantado, tu amigo de la noche, tu amigo Patrick D. Frutos. Desde A Es- condidas, desde Onda Diez, para ponerle todo el sentimiento posible a es- ta madrugada, todo el sentimiento necesario para que esta madrugada sea ideal. De modo que, como siempre, yo te invito a que me des la mano, a que te levantes y a que juntos paseemos a través de los recuerdos, a tra- vés de la música, a través de las vivencias y experiencias,   *** 51 ENCONTRAR EL CAMINO
  • 53. Se pueden decir tantas y tantas cosas en tan solo un instante... Y es que a veces no nos acordamos de todo lo que decimos. Solamente nos acordamos de lo que queremos. Había una canción de Laredo que decía que un hombre sólo escucha lo que quiere escuchar. Era una versión que hacía del clásico de The Boxer de Simon & Gar- funkel, que alguna de estas noches escucharemos, por cierto, porque es una maravilla. Además es una versión muy bien hecha. Han respetado mucho la música e incluso la letra del original. Se limitaron a traducirla y la verdad es que les quedó bastante bien. Y decía eso en alguna de las estrofas, que un hombre sólo escucha lo que quiere escuchar... Y qué verdad es esa. A veces nos empeñamos en no hacer caso de las cosas y luego, claro, pasa lo que pasa. *** Se pueden decir tantas cosas a estas horas... y no sé por qué en oca- siones nos da vergüenza hacerlo. Confesar los sentimientos, confesar lo que precisamente pensamos, a esa persona que tenemos delante, a esa persona quien queremos, a quien amamos; a esa persona por la cual sería- mos capaces de darlo absolutamente todo. Resulta realmente complica- do, pero a veces hay que hacerlo y es más, yo te recomiendo que lo hagas. Podrías llegar a observar que la felicidad está mucho más cerca de lo que imaginas. *** 52
  • 54. No tengas miedo, acércate. Solamente quiero seducirte. Quiero via- jar a través de ti; viajar a través de tu cuerpo, o a través de tu mente; a tra- vés del tiempo, a través de los recuerdos, a través de las músicas, de los instantes, de tu propia imaginación. *** Qué cosas. Qué sentimientos se pueden llegar a compartir a estas ho- ras con determinadas canciones y con determinados instrumentos. *** Y siempre que hablamos de sentimientos hay que hablar de la madru- gada, porque en la madrugada los sentimientos son muchos más fuertes. Alguno puede pensar que el odio también. Pues quizá, puede que sí. Pero tú ya sabes que sólo se odia lo que se ha querido, que hiere menos el odio que el olvido. Por eso no me olvides nunca. *** No hay que hacer grandes halagos, grandes hazañas, para sentirse un héroe. Basta simplemente con poder vivir el día de la manera más dig- na posible. Porque la vida es una completa aventura y en muchas ocasio- nes hacen falta muchos héroes para poder salir adelante, para poder vivir cada jornada, que aunque sean sólo veinticuatro horas, pero dan para mu- cho, y hay que luchar tanto en ellas... 53
  • 55. *** ¿Cuántas veces has soñado con que eres el amo del futuro, con que sabes todo lo que va a suceder siempre, con que lo tienes todo controla- do? Pero como en muchísimas ocasiones te he dicho, el control es tan só- lo una ilusión. Nadie sabe lo que va a suceder mañana, ni siquiera dentro de una hora. Por eso la vida es tan hermosa, por eso la vida es tan emocio- nante. Porque así siempre valoramos todos los momentos, todos los ins- tantes, como si fueran los últimos. *** No sé demasiado, pero sé que te quiero y es lo único que tengo que saber. *** No sé si a ti te sucederá lo mismo con esta canción. A mí me recuer- da al verano, quizá sea porque apareció en él, apareció hace un par de años, en 1994. Que parece mentira, pero el tiempo vuela. Y recuerdo esas noches calurosas con luna llena brillando sobre el mar, tejiendo nuestros sueños, y paseando juntos por la playa. *** Bienaventurado si has alcanzado la cima, porque ya sabes que será cuesta abajo el resto del camino. Claro, que si tú eres de los que aún no 54
  • 56. han alcanzado a cima, tampoco debes preocuparte. Más vale ir sin prisa, pero sin pausa, la constancia es un arma bastante eficaz a la hora de con- seguir aquello que se desea. *** Si tú no estás aquí me falta el aire. Nada tiene sentido. Por eso siem- pre te pido que no te vayas, que te quedes, que compartamos juntos la ma- drugada. Ya sabes que lo mejor siempre está por venir. *** Y si no importan nuestros nombres, qué importa la hora, qué impor- ta el día, qué importa el lugar... *** Así que si por casualidad esta noche te vence el pesimismo, no te preocupes, dame la mano. Sal de ese pequeño lugar, sal de ti mismo y no lo pienses más. A veces hay que dejar de pensar las cosas, hay que relajar- se. Puede servir una canción, o puede servir también salir a dar una vuel- ta para olvidarse, aunque sea por unos instantes, de todo aquello que nos agobia. *** Si te parece nos perdemos juntos.  55
  • 57. *** ¿Tienes frío? Ven, acércate, déjame acurrucarte. Déjame taparte, arroparte con la música, arroparte con los recuerdos, arroparte con todo el sentimiento del mundo que tengo para ti. *** Además, en este mundo y en esta vida, aunque a veces sea muy cruel, siempre hay que darle una oportunidad a todo. Sino parece que la vida se queda sin sentido. Se queda incluso sin valor. *** Caramba qué razón tiene esta canción. Seguro que en más de una ocasión has pensado que siempre hay una canción para cada momento, para cada persona. Siempre hay un tema que se identifica perfectamente contigo, con algo que has vivido, o que estás viviendo en este momento. Lo escuchas y dices: “Pero bueno, si esto me ha pasado a mí” o “me está pasando”. A veces te haces viejo de repente, sin arrugas en la frente, pe- ro con ganas de morir, como decía Celtas Cortos. Los problemas, la ten- sión... qué sé yo, tantas y tantas cosas que a uno le agobia así de repente... Pero como te digo siempre, todo tiene solución. Basta con saber encon- trarla. Y a veces la encontramos cuando menos lo esperas. Ahora mismo posiblemente hayas solucionado ese problema que tanto te agobiaba hace unos minutos. 56
  • 58. *** Sin lugar a dudas, estés donde estés, y hagas lo que hagas, siempre serás la historia de mi vida. Así que no lo dudes ni un sólo instante. *** Sin hacernos un sólo reproche, sin preguntarnos ni un sólo porqué. Simplemente disfrutando de las cosas tal y como son. Haciéndolas por- que sí, porque nos lo dicta el alma, porque nos lo dice el corazón. *** No sé si te habrás fijado pero esta noche la luna brilla de una manera diferente, al igual que las estrellas. ¿Por qué no lo compruebas? Abre la ventana, que además hace buen tiempo, y compruébalo. Seguro que me das la razón. No sé por qué será, aunque lo puedo intuir... por ti, por su- puesto. *** Sin nada que pensar. Simplemente escucha la música. Simplemente dejándote llevar. *** 57
  • 59. Me trae una cantidad de recuerdos este tema de Santana que ahora mismo tenía los ojos cerrados y estaba viviendo aquel momento. Hace ya unos pocos de años, porque es del 78, así que calcula. Pero no sé, es como si no hubiera pasado el tiempo, como si todo siguiera igual, como si aún siguiera teniendo doce años que tenía entonces. Y, sin embargo, luego abres los ojos y de repente te das cuenta de que el tiempo pasó, pero de que afortunadamente hay muchas cosas que contar, hay muchas cosas que recordar de todo ese tiempo que ha pasado después. *** Hermosa palabra la amistad. Sobre todo cuando se funden con te- mas como este. Una auténtica joya de la música que pone de manifiesto que toda regla tiene su pequeña excepción. Me refiero a aquello de lo bue- no, si breve, dos veces bueno. En este caso no se puede aplicar esa frase porque es una maravilla. No se puede cortar por la mitad. Son algo más de trece minutos, pero trece minutos de placer, trece minutos de encanto, trece minutos de sublimidad musical. Y además, si la noche es joven, la música consigue que seamos feli- ces. Cuanta más música haya, mucho mejor para todos, ¿no? *** Qué cosa más horrible es la culpabilidad. Y qué mal se pasa cuando uno se siente culpable por algo. Claro, que peor se pasa cuando a uno le hacen culpable de algo que en realidad no ha hecho. 58
  • 60. *** ¿Recuerdas esa promesa que me hiciste la pasada semana? Quiero creer que la habrás cumplido. Me refiero a lo de que ibas a intentar ser fe- liz. Por lo menos sigue intentándolo. Hay mucho que contar y desde lue- go en estas noches de verano es mucho más sencillo... lo de ser feliz, claro está. *** Ha llegado el otoño pero el que llegue el otoño no significa que ten- gas que ponerte triste. No quiero verte cabizbajo. Venga, levanta ese áni- mo. Y si no quieres hacerlo por ti mismo, hazlo por él, hazlo por ella. Haz- lo por esa persona a quien tanto quieres. No me gusta la gente triste. Quiero verte sonreír. Venga, sonríe. Aunque sea un poquito, hazlo por mí. Te estoy esperando. Y desde aquí puedo verte. 59
  • 61. Si en algún momento alguien te preguntara qué es la amistad o cómo definirías tú tan mágica palabra... hay momentos en los que la mente se queda completamente en blanco, porque hay sensaciones que no se pue- den definir. Aunque posiblemente lo mejor que podríamos decir de la amistad es que es una de las cosas más maravillosas que existen. Que co- mo todo lo bueno no se puede comprar y como todo lo bueno es difícil de encontrar. Amiguetes posiblemente encuentres muchos a lo largo de la vi- da, pero amigos, lo que se dice amigos con mayúsculas, de esos son conta- dos con los dedos de una mano y tristemente en ocasiones nos sobran hasta dedos. Pero si hay alguien en quien puedes confiar, ese alguien es la música. La música nunca engaña. La música siempre va a estar ahí cuan- do más la necesites. Siempre va a haber una canción que te haga sonreír. Siempre va a haber una canción que te saque de ese pozo, de ese mal tra- go, de ese pésimo momento, o de ese bache, como tú prefieras. Y si entre las canciones que tengo preparadas para ti, para esta noche, se encuentra precisamente esa, a eso de las tres de la madrugada, cuando sean las dos en Canarias, podré decir con orgullo que he cumplido mi objetivo, que no era otro que hacerte feliz. Créeme que, como cada noche, lo voy a inten- tar. Buenas noches, yo me llamo Patrick D. Frutos y quiero que comparta- mos juntos estas horas de radio con ilusión, aparte de con la mejor músi- ca de la radio en la noche. Con los deseos de que este día que comienza, este lunes, sea para ti el mejor día de tu vida. 60 LA AMISTAD
  • 62. *** Fíjate, hasta en otoño la música suena de forma diferente. No sé por qué será, pero siempre sucede así. *** En tu pulso noto que estás temblando. ¿Por qué tiemblas? No tiem- bles. Desnuda todos tus prejuicios y acércate. Ven. *** Y así, entre sueño y sueño, entre canción y canción, descubriendo un mundo maravilloso, del que en muchísimas ocasiones nos resistimos a sa- lir. *** Mañana tienes que madrugar. No te olvides de poner bien el desper- tador. A ver si vamos a tener un problema gordo. Que no quisiera yo que eso sucediera. Así que míralo bien. Revísalo. Y ponlo a la hora que creas oportuno. Por cierto esta canción venía muy bien por aquello de si vas a dormir- te. Por lo de buenas noches, claro está. Pero a mí me gustaría que siguie- ras conmigo un poquito más. Hay muchas cosas que compartir, tenemos 61
  • 63. mucho que escuchar. Además, fíjate, la noche es joven, son las doce y me- dia, las once y media en Canarias *** Es bonito eso de decirle a esa persona a quien se quiere, a él o a ella, aquello de no te preocupes, que pase lo que pase nada va a cambiar mi amor por ti. Todo va a seguir exactamente igual. *** Es cuestión de sentimientos, es cuestión de emociones. Todas aque- llas que compartimos siempre que llega la madrugada. Es cuestión de can- ciones. Ya sabes que si quieres alguna canción me la puedes pedir a tra- vés del 5386303. 5386303, con el 91 delante si llamas desde fuera de Ma- drid. *** Es el sentimiento de cada noche transformado en canciones, transfor- mado en recuerdos que, poco a poco, van desfilando ante nosotros; com- binado con esas mágicas siete notas musicales que son capaces de conse- guirlo absolutamente todo. *** 62
  • 64. Hay que decir aquello de “¡chapó!” por esta mujer, Mary Wilson. Va- ya versión, vaya pedazo de versión que ha hecho del tema de los Beatles, aquel And I Love Her. Bueno, ella lo llamó And I love Him, que es lo mis- mo. Pero el sentimiento es el mismo y la ilusión con la que se hacen las co- sas es prácticamente la misma. Y, mientras, el tiempo sigue pasando y nosotros seguimos compar- tiendo la noche a través de la radio, a través de Onda Diez. Por cierto, te recuerdo esa dirección, si quieres escribirme. Ya sabes que me encanta que lo hagas. Eso sí, por favor, letra legible, porque algu- nas cartas es una pena tener que apartarlas, por aquello que no se entien- de lo que decís. Ya que os tomáis la molestia pues, por favor, que sea una letra legible, que se pueda entender, porque sino es una lástima. Ya sa- bes: Patrick D. Frutos. A Escondidas. Onda Diez. Paseo del Pintor Rosa- les, 76. 28008, Madrid. *** No sé si a ti te habrá pasado alguna vez, pero a mí con esta canción me sucedió algo muy curioso: fue escucharla en la radio una tarde y acto seguido ponerme una chaqueta, coger dinero e irme a una tienda de dis- cos a comprarla. Menos mal que la pude encontrar, por cierto. De esos discos que te llaman la atención la primera vez que los oyes y dices “vaya pedazo de canción, me voy a comprar el disco cuanto antes”. Sin saber có- mo era el resto del LP, pero desde luego es una joya. Claro que tratándose de Camel tampoco es de extrañar. ¿Por qué no me cuentas qué significan para ti las canciones? ¿Qué te hacen sentir las canciones como las que noche a noche vamos compartien- 63
  • 65. do? Porque la música, como te he dicho en muchas ocasiones, es capaz de conseguirlo todo. A veces cierras los ojos y escuchas determinada canción y viajas a ese mágico mundo al cual no podrías llegar de ninguna otra for- ma. *** Esos pequeños detalles, esos pequeños sueños, pequeñas cosas, que aún con ser pequeñas nos ayudan a vivir, nos hacen falta. Sin ellas nota- mos que la vida pierde gran parte de su significado. Por eso nos gusta compartirlas noche a noche desde la radio. Porque los sueños, al igual que las luces de la carretera, son también un poco como los días: se acer- can muy despacio y cuando llegan se vuelven a marchar. Cuántas veces lo habrás notado. Sobre todo cuando llega el fin de semana, que estás toda la semana esperando a que llegue el sábado y el domingo. Y cuando lle- gan, se vuelven a marchar tan rápidamente que apenas tienes tiempo de disfrutarlos. *** Desde luego hay temas que consiguen hacernos la noche mucho más agradable. Fíjate, la una y tres minutos, las doce y tres minutos en Cana- rias. ¿Qué tal estás? ¿Qué tal estás pasando esta madrugada? Espero que estés bien, espero que estés contento. Que en definitiva seas feliz. Yo soy Patrick D. Frutos, ¿y tú quién eres? *** 64
  • 66. Me encanta este mundo que hemos creado. Un mundo particular, un mundo único donde solamente estamos tú y yo, donde solamente existen nuestras ilusiones. De fondo nuestra música y siempre presente el amor, en todo su esplendor, en todas sus magnitudes. Ese amor verbal y ese amor de hecho. *** Por cierto, por si te sirve de algo, yo soy Patrick D. Frutos, esto es On- da Diez, esto es A Escondidas. El tiempo del sentimiento, el tiempo del amor, el tiempo de las emociones. *** ¿Tú te acuerdas, —bueno seguro que sí, porque además es un clásico, de aquella canción de Bryan Adams—, de aquel tema de la banda sonora original de la película Robin Hood, el príncipe de los ladrones, aquel Everything I do, I do it for you? Decía que de todo lo que yo hago, lo ha- go por ti. Por supuesto nosotros corroboramos esa frase: por pequeña que sea la acción, por insignificante que parezca, cuando lo haces con amor, cuando lo haces por otra persona, precisamente por esa persona a quien quieres, se convierte en una acción casi de gloria. Simplemente por- que a las pequeñas acciones el amor las aumenta, las magnifica. El amor lo puede conseguir todo. Todo lo que no se puede hacer por amor, es que es imposible realizarlo. 65
  • 67. *** Siempre resulta tan fácil perderse... Sobre todo contigo, ahí de fren- te, mirándome de esa forma. *** Una pasión que por momentos me desborda. Búscame, estoy muy cerca de ti. Vamos a ahogar juntos esa pasión que nos hace esta noche. No te dé vergüenza, no te apures, estoy a tu lado. Búscame, seguro que me encuentras. *** A veces incluso hace falta hasta un poquito de magia... *** Pues, por qué no hacer de esta noche algo inolvidable también. Yo creo que es una gran idea. ¿Y tú qué piensas? *** La mejor manera que se me ocurre de elaborar las ilusiones, los sue- ños, las esperanzas, las vivencias, todo lo que en definitiva nos hace feli- ces: hacerlo con amor. 66
  • 68. *** Hay veces en que hay que hacer las cosas... no hay que pensárselo, simplemente hacerlas porque sí. Y por supuesto, a veces por salvar el or- gullo, podemos perder incluso algo tan importante y tan hermoso como puede ser la felicidad. *** Caramba, si como te digo en más de una ocasión... si hay cosas que son así porque tienen que ser así, porque está escrito que sean así, ¿por- qué preocuparnos tanto por ellas? *** Hay temas que aunque sean un poco largos, merece la pena escuchar- los enteros. Joyas musicales como esta por ejemplo, de Pink Floyd. Can- ciones que lo dicen todo, sin decir una sola palabra. Canciones que expre- san todos los sentimientos, sin excepción. 67
  • 69. No sé si tú te acordarás de una canción de Joan Manuel Serrat... la verdad es que tampoco es tan antigua porque tendrá unos nueve años, que comenzaba diciendo aquello de: La vida te la dan, pero no te la rega- lan. La vida se paga. Si a plazos o al contado, la vida pasa factura, reba- ña y apura hasta las migajas. Y cuando la escuché por primera vez me quedé pensando “pero qué razón tiene esta canción”. La vida nos la dan pero cuánto trabajo cuesta en muchísimas ocasiones mantenerse firme ante los vaivenes de la propia existencia. Pero, como siempre te digo, de- trás de cada infortunio siempre hay alguna ventaja. Así que hay que apro- vechar al máximo cada uno de los instantes que tenemos por delante. Y en este caso tenemos por delante dos horas para compartir ilusio- nes, para compartir recuerdos, para compartir canciones y para estrenar un nuevo día, un jueves, 21 de noviembre de 1996. Buenas noches, soy Pa- trick D. Frutos, esto es Onda Diez. Y aquí estamos juntos. A Escondidas hasta las cuatro, dándole rienda suelta a las ilusiones, al corazón y com- partiendo las mejores canciones de la radio en la noche. ¿Te vienes? Te in- vito a que demos juntos ese mágico paseo a través de la música. *** 68 LA VIDA TE LA DAN PERO NO TE LA REGALAN
  • 70. Hay muchos pasos, hay muchas decisiones en la vida que son tan im- portantes que habitualmente suelen ser irreversibles. Por eso hay que pensárselas muy mucho antes de dar determinados pasos. *** Los susurros que están a la orden del día en este programa, o en este caso a la orden de la noche, porque queda más apropiado. Susurros espe- ciales que nos gusta oír cada madrugada con determinadas canciones, con determinadas historias, que nos vamos contando lentamente. Por cierto, si quieres escribirme, ya sabes: Patrick D. Frutos. A Escon- didas. Onda Diez. Paseo del Pintor Rosales, 76. 28008 Madrid. Y de paso dime cuáles son tus canciones. *** Desde luego no se puede negar que es un genio. Que es un artífice de la pasión, del canto, del saber expresar lo que se lleva dentro. De hacer ca- ciones en definitiva, de hacer arte. Joaquín Sabina con su nuevo álbum, que tiene un título curioso, pero hermoso a la vez: Yo, mi, me, contigo. Es un título complicado, pero las cosas complicadas son las que mejor salen.  *** ¿Quién no jugó alguna vez con soldaditos de plomo? 69
  • 71. *** Soy capaz de cualquier cosa con tal de que estuvieras siempre conmi- go, que no nos separáramos nunca. *** No importa si hace frío o hace calor, no importa si ha salido el sol, llueva o nieve. No importa el lugar. Solamente importan las personas. Tú y yo, que compartimos este mágico instante, en este lugar indefinido... porque cada uno está en un sitio. Esa es una de las facultades de la radio, el poder unirnos en la distancia. *** No podía ser de otra forma. Sólo tengo ojos para ti, para mirar tu be- lleza, para mirar esa expresión tan especial que tienes, esa forma de ser feliz, esa forma de compartir, de hacer amor. *** Suspendidos en el tiempo, olvidándonos de todo y de todos. Y es que desde luego con canciones como esta todo se puede conseguir. Por cierto cuál ha sido hoy mi sorpresa, mi gran y agradable sorpre- sa, el ver que por fin se ha editado, o se ha reeditado, porque hasta hace muy poquito estaba descatalogada, la banda sonora de la película Xana- 70
  • 72. dú. Un compacto de donde se extrae este Suspended in Time, de Olivia Newton-John. Ya sabes que esta banda sonora estaba interpretada por Olivia Newton-John y por la ELO (Electric Light Orchestra). También co- labora Cliff Richard en temas como el Suddenly, por ejemplo, que hacen a dúo Olivia y Cliff Richard. Y desde luego durante muchísimo tiempo ha estado descatalogada esta banda sonora. No sé por qué, porque era una maravilla y por fin se ha vuelto a editar. Si tienes la oportunidad y te gus- ta hazte con ella, aunque la tengas en disco. Yo la tenía en disco y ni pun- to de comparación (con el CD). Uno de esos discos que desde luego mere- ce la pena tener en casa. Como todos los que suenan cada noche, porque la música de noche ya sabes que se vuelve natural. *** Hay tantas maneras de agradecer cualquier cosa a otra persona... No hay nada más hermoso que corresponder cuando alguien te ha hecho un favor, cuando alguien ha hecho algo que necesitabas, que te ha ayudado a ser feliz. No hay nada más bonito que corresponderle. Y no porque te ha- ya hecho algo, sino simplemente porque te apetece. Las cosas que se ha- cen porque sí son mucho mejores. Si tratamos de buscarle una razón a ca- da cosa que hacemos al final terminaríamos muy mal. Es mejor hacer las cosas porque sí, sin buscar razones, simplemente porque te lo dice el cora- zón y ya está. *** 71
  • 73. Tal como somos. Así es como debemos presentarnos a los demás, tal como somos. ¿Para qué vamos a aparentar lo que no somos, si al final to- do se termina sabiendo? Y tú imagínate el lío en el que te metes. *** Hoy te das cuenta de tantas cosas... te das cuenta de que el tiempo ha pasado, que no puedes volver atrás. Sin embargo también te das cuenta de que queda un hermoso futuro, un largo y hermoso futuro por vivir.  *** Y, por supuesto, hablando de necesidades, yo necesito una mujer es- ta noche. Pero no una mujer cualquiera, te necesito a ti, claro está. *** Todo en la vida es polvo en el viento, cierro por un instante mis ojos y el momento se escapa entre mis dedos. Pero cuando se escapa un mo- mento, al instante y sin que apenas nos demos cuenta, llega otro nuevo momento que hay que vivir al máximo posible. *** Todo parece tranquilo en el salón. Las luces medio apagadas o medio encendidas, como tú prefieras. Un aspecto un tanto tenue. La radio apaga- da, la televisión también, el teléfono dormido en su rincón. Todo un poco 72
  • 74. revuelto, dando señal de que hubo una intensa actividad hace algunas ho- ras allí. *** Todo sobre el amor, todo sobre los sueños, todo sobre las ilusiones. En definitiva, la noche es todo sobre todo. *** No sé si te habrás dado cuenta pero es como si comenzara todo cada madrugada, como si no hubiera habido día anterior. Y todo vuelve a em- pezar, toda vez que llega la noche. *** Todos necesitamos a alguien a quien amar. Todos necesitamos sentir- nos amados en alguna que otra ocasión. Y es que sin lugar a dudas la vida sin amor es algo tremendamente tétrico, horroroso. Vaya, que es imposi- ble aceptarla. El amor es aquello que mueve todo. El amor es la razón de las razones. *** Tú que vives en Córdoba, no me digas que no tiene que ser una goza- da salir a a la calle ahora mismo y pasear por la Mezquita, como decía es- ta canción de Medina Azahara. ¿Por qué no lo haces? No sé ahora el tiem- 73
  • 75. po que puede hacer en Córdoba, pero imagino que no hará demasiado fresco todavía y la noche quizá invita pues a pasear, invita a salir. Aún el verano deja todavía sus pequeños restos, su pequeña influencia. Y quizá te apetezca dar un paseo. Yo te invito. Venga, ¿por qué no te animas? *** Por supuesto que va a ocupar un lugar de privilegio en tu vida (él o ella). *** Apetecía un poco de ritmo, de feeling, para encarar mejor esta ma- drugada. Aún nos queda tiempo para compartir esta noche. Así que no te vayas. Te invito a que tú y yo, solos tú y yo, nos colguemos del tiempo, nos suspendamos en él. *** A veces un trago es bueno. Ayuda a desahogarnos, pero como todo en la vida, tiene su término medio. Demasiado es malo. Por eso hay que buscar el término medio para cada cosa. El punto justo. El punto exacto para, ni quedarnos cortos, ni sea demasiado. *** 74
  • 76. Con esta música se me antoja un viaje a través de las estrellas. A tra- vés de ese mágico universo. ¿Te apuntas? Yo creo que podría ser una ex- periencia de lo más excitante. 75
  • 77. Me imagino que te habrás dado cuenta de que, aunque cronológica- mente estamos viviendo el invierno 97, pues es como si el verano, o por lo menos la primavera, llamara a nuestra puerta. Porque vaya temperatu- ras que está haciendo por ahí... y por aquí también. No sé cómo estará la cosa donde tú estás en este momento, pero desde luego está haciendo unos días que no son normales. Decía un buen amigo mío: hace una tar- de imprescindible. Pues eso digo yo, un día de esos que invita a pasear, si es posible dejarlo todo a un lado... Aunque ya sé que es complicado, por- que hoy ha sido lunes y los lunes ya sabemos lo que son... Pero si tienes unos minutos, pues yo te invito a que lo dejes todo por un momento y sal- gas a la calle a dejarte llevar, a dar una vuelta, a disfrutar de ese aspecto que ofrece la ciudad o el campo, depende de donde te encuentres. Por cierto, ¿qué tal te fue la jornada? ¿Bien? No sabes cuánto me ale- gro. Iniciamos el martes, martes 4 de marzo de 1997, en Onda Diez, como siempre. Desde las doce y hasta las cuatro. O desde las once y hasta las tres si te encuentras en Canarias. Compartiéndolo todo, incluso lo más ín- timo, aquello que tú quieras compartir conmigo. Yo por mi parte voy a ha- cer lo propio. Como siempre, a la una y media tendremos nuestras versio- nes y acto seguido nuestras preguntas secretas, para irnos conociendo no- che a noche. Pero hasta ese momento vamos a dejarnos llevar por la músi- ca. Vamos a no pensar, a olvidarnos del tiempo. Yo, si quieres, de vez en cuando te repetiré la hora pero olvídate del reloj y del bien metal y de to- 76 PARECE VERANO
  • 78. do aquello que a diario nos agobia y dame la mano. Vamos a pasear jun- tos esta noche. Por cierto, te habla tu amigo Patrick D Frutos. Esto es On- da Diez, esto es A Escondidas. ¿Y tú quién eres? Venga, dame la mano, que hay mucho para compartir esta noche. *** Siempre que finaliza un día y por consiguiente comienza uno nuevo se pone de manifiesto esa magia de la que te hablaba antes. Esa magia que nos envuelve, que nos seduce, esa magia que nos enamora uno a uno. *** Estaba pensando en que el reloj, con su tic-tac, nos va marcando la pauta. Fíjate, las doce y treinta y cinco, o la una menos veinticinco, como tú prefieras llamarle. Pero tampoco es del todo cierto eso, porque ya cada vez hay más relo- jes digitales que no hacen ningún tipo de ruido y caramba, que nos esta- mos cargando algo tan bonito como ese sonido tan especial de los relojes, marcando cada segundo... El tic-tac, que de vez en cuando apetece oírlo de fondo. Igual que la frituras de los discos, que ahora con el sistema ci- bernético, que es el compact disc, pues tampoco suenan ya los ruidos... a veces desagradables cuando son muy fuertes. Pero de vez en cuando, pues un poquito de friturita no viene mal, por aquello de que uno es un poco romántico y un poco sentimental con este tipo de cosas. Pero caram- ba, cuando uno pone un compact disc y escucha cosas como esta (I Say A Little Prayer de Aretha Franklin), a la perfección pues, pues en fin... 77
  • 79. *** Cuando están sonando los discos y pensaba en lo que te decía antes, de que nos estamos cargando los sonidos clásicos de las cosas: que si los relojes, que si el compact disc y todo lo demás, a uno se le viene a la cabe- za esa frase o ese refrán que decía que ¡Las ciencias avanzan que es una barbaridad! La música es un lenguaje universal. No importa el idioma en el que esté cantada una canción, todo el mundo puede entenderlo. *** Es increíble cómo la música nos puede hacer llegar a pensar a deter- minadas horas. Cada vez que escuchamos una canción y, sobre todo si lo hacemos de noche, esta misma melodía nos suena de forma distinta. No sé por qué será, pero la música tiene un algo especial. Y si se funde con la noche, ese algo especial se convierte en algo realmente maravilloso. *** Y desde luego la música siempre te lleva por un buen camino. Hay un camino que recorrer juntos cada noche. Hay un camino que me encan- ta andarlo contigo, de la mano, eso sí. Disfrutando de la brisa, del frescor de esta madrugada. 78
  • 80. Por cierto, ¿por qué no me cuentas lo que estás haciendo? O lo que te gustaría hacer. Venga, ya sabes que lo único que tienes que hacer es en- viarme una carta o una tarjeta postal. La envías a Patrick D. Frutos. A Es- condidas. Onda Diez. Paseo del Pintor Rosales, 76. 28008, Madrid. Y de paso dime cuáles son tus canciones. A ver si una noche de estas la pode- mos compartir. *** Y ya sabes, que la música unida a la imaginación, te pueden llevar a unos lugares realmente de ensueño. Basta sólo con que no te resistas. Con que cierres los ojos y simplemente eso... te dejes llevar por el ritmo, te dejes llevar por el mágico influjo de la noche. *** La noche es un poco como los trenes. No se detienen salvo para repa- rar en algún pequeño sueño, en alguna pequeña estación, durante algu- nos minutos. En esos pequeños sueños, que son como las luces de la ca- rretera: llegan muy despacio y cuando están frente a nosotros vuelven a marcharse, que son aquellas pequeñas cosas que nos ayudan también a vivir. Porque la vida sin sueños no tiene ningún sentido. Y como decía Luis Eduardo Aute en una canción: Los sueños cine son. Por eso hay que tratar siempre de disfrutar de esa película. *** 79
  • 81. La noche invita a todo tipo de sensaciones, a todo tipo de palpitacio- nes, de emociones y qué se yo. De tantas y tantas cosas diferentes... *** Llamemos juntos a la química, que la química hará por supuesto el resto. Como por ejemplo, olvidarnos del tiempo, de ese tiempo que nos gusta vivir, aunque también nos gusta olvidarnos de él. Pero de vez en cuando conviene saber que las horas siguen pasando y es casi un minuto el que pasa de la una, las doce en Canarias. Buenas noches, ¿qué tal estás? Déjame que siga estrechándote entre mis brazos. Por cierto, por si te apetece saberlo, soy Patrick D. Frutos. Cla- ro, que eso tampoco importa mucho, porque yo no sé cómo te llamas. De modo que lo mejor es que olvidemos nuestros nombres y recordemos nuestro físicos, nuestra cara y sobre todo, lo que es más importante, nues- tro corazón. *** La vida en ocasiones pasa demasiado deprisa. Apenas nos da tiempo a saborearla, a saborear esos momentos gratos que de vez en cuando nos ofrece y que hay que saber guardar para siempre en la memoria... por aquello de que en muchas ocasiones son menos los momentos gratos, que los otros. Pero a fin de cuentas la vida es así, hay que tomarla como viene. Y en definitiva la vida, de cualquier forma, sigue siendo hermosa. *** 80
  • 82. Vamos a olvidarnos en la medida de lo posible de utilizar la violen- cia. Y si hay que utilizar alguna violencia, si hay que utilizar balas, que las balas sean las palabras, que aunque a veces se enreden, pero siempre con- siguen transmitir los sentimientos. *** Con el tiempo, lentamente vamos aprendiendo esa lección, esa triste lección de que las cosas no son lo que solían ser. Pero si quieres pueden ser lo que tú quieres que sean. *** Las luces de la ciudad iluminan tenuemente nuestras pasiones. Esa pasión ardiente, esa pasión que nace entre tú y yo esta noche. Porque la noche siempre es diferente, si tú la quieres hacer distinta. Y hay un reino más que conquistar cada madrugada, cada segundo que pasa. Cada ins- tante hay una nueva lucha que abrir en la mente, en el corazón y en ese lu- gar mágico que nos creamos tú y yo. *** ¿Qué tendrán las noches de verano? Quizá que consiguen que los sue- ños se hagan realidad. Esos mágicos sueños de una noche de verano, que decía Shakespeare. Y que por cierto, me encanta compartirlas contigo. ¿Te vienes? Venga, acércate. 81
  • 83. *** Hablando de recuerdos, de presentes, aunque, cómo te decía antes, es mejor hablar de presentes que de pasados o futuros... Pero siempre las noches son para recordar. Es inevitable hacer caso omiso a algunas adver- tencias y echar la vista atrás: recordar esos momentos, esos lugares, esas personas, esos amores. Sobre todo ese amor. Porque tú puedes recordar el segundo, el tercero, el cuarto. Pero nada como el primero. *** Y sobre nuestros sueños se oyen de fondo las olas del mar. Ese mis- mo marco en el que tantas veces hemos soñado y en el que tantas hermo- sas historias se han forjado... tantos hermosos amores, hermosas relacio- nes han comenzado. *** Será a lo mejor que a veces las palabras nos cuestan, que no nos sa- len fáciles, como decía la canción. Y que hay que recurrir a la música, a esas siete notas mágicas, para que nos ayuden a contar lo que sentimos. *** ¿Por qué será que las personas cambiamos tanto en ocasiones? En muchas ocasiones cambiamos para mejor, por supuesto, pero otras veces 82
  • 84. hacemos lo contrario. Somos capaces de destrozar aquello que nos ha cos- tado mucho construir. Somos capaces de destrozar la amistad, de destro- zar el amor, de destrozar las ilusiones de los demás. *** Son tantas cosas las que puede llegar a decir una canción, aunque sea instrumental, es igual. El lenguaje de la música es realmente especial y es capaz de decirlo todo. A veces sin mentar ni una sola palabra. Lengua- je que cada noche tratamos de poner en práctica. Tratamos de evocar grandes momentos con canciones realmente inolvidables, temas que evi- dentemente nos han marcado. *** (Comienza Swept Away de Yanni) Y también nos vamos dando cuenta de que el tiempo se nos escapa entre las manos. Fíjate, nos quedan ya muy poquitos minutos: cinco apro- ximadamente, para alcanzar las tres de la madrugada, las dos para ti que estás en Canarias. Desearte lo mejor para este nuevo día que comienza y como siempre, emplazarte para mañana, cuando sean las doce de la no- che, las once en Canarias. Aquí, en Onda Diez. Seguiremos soñando, se- guiremos imaginando, seguiremos despertando al amor, llamando a las pasiones, a las emociones, a las vivencias y experiencias. Y nos lo seguire- mos contando todo, incluso nuestros mayores secretos... si tú quieres, cla- ro. 83
  • 85. Lo dicho, que lo pases bien y que seas feliz. Buenas noches y hasta mañana si Dios quiere. Te habló, como siempre, tu amigo Patrick D. Fru- tos. Adiós. 84
  • 86. No sé si te habrá sucedido alguna vez, pero hay veces, cuando tienes muchas ganas de decirle algo a alguien, llevas horas pensando en lo que vas a decirle... Y justamente cuando tienes a esa persona frente a ti, es co- mo si la mente se te quedara bloqueada y no eres capaz de decirle ni una sola palabra, sobre todo cuando se trata de sentimientos, cuando se trata de expresar lo que sientes por esa persona. Y uno se queda pensativo en las curiosidades del ser humano. En realidad, qué poco sabemos de noso- tros mismos... Cuantos más conocimientos vamos adquiriendo, más nos damos cuenta de todo lo que ignoramos. Cuatro minutos sobre las doce de la noche, cuatro minutos sobre las once en Canarias. Como siempre, después de Samuel Rodríguez, después de Del Cero al Infinito, llega el tiempo en el cual apetece recapacitar so- bre los acontecimientos vividos durante el día; si tienes la oportunidad, de cerrar los ojos y dejarte llevar, prepararte quizá para la jornada que co- mienza... por cierto un jueves, día 6 de marzo de 1997. Pero hasta que esa jornada comience quedan algunas horas para en- tender, para dejarnos llevar y para disfrutar del mágico poder de la músi- ca. Buenas noches, soy Patrick D. Frutos. Esto es Onda Diez, esto es A Es- condidas. ¿Y tú quién eres? *** 85 SIN SABER QUÉ DECIR
  • 87. Recuerda que con una canción se puede decir todo aquello que se lle- va dentro. *** Lo mejor que se puede hacer en una noche despejada, en una noche en la que se ven con total claridad las estrellas y en la que la luna ilumina los rincones más oscuros de las calles, es darle rienda suelta a esas sensa- ciones que durante el día es prácticamente imposible sentir, a esos valo- res: a la amistad, al amor, a la generosidad y como no, a la honestidad también. Porque a veces resulta bastante complicado el ser honesto, o por lo menos la vida nos lo pone difícil. Hay que seguir intentándolo, por- que es una de las cosas más valiosas que hay en el mundo.   *** Los sueños son como el cine, pero mucho mejor, porque podemos to- mar parte en ellos. Y además no cuesta dinero, así que ya sabes, a disfru- tar. Que quizá sea lo mejor de la vida. Y si no es así por lo menos sabemos que cada vez que soñamos es completamente diferente, unos son más bo- nitos, otros un poco desagradables, pero al fin y al cabo ahí están. *** Hay que disfrutar las cosas con cada movimiento, con cada paso, con cada sensación, con cada nota, por supuesto, con cada canción... y sobre 86
  • 88. todo si la canción es esa que nos recuerda a aquel momento, aquel lugar o aquel maravilloso amor. *** Yo siempre me he calificado como muy amante de las frases y había una que decía: Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas, cállate. Y desde luego es que hay veces que es mejor darle paso al silencio. No sé si puede llegar a ser el mejor de los sonidos, no sé si tú es- tarás de acuerdo en esto, pero a veces el silencio puede resultar tan mara- villoso que da pena romperlo. *** Así, así abrázame, que me encanta sentirte muy cerca. *** Eclipse total en tu corazón, (Total eclipse of the heart). Vaya pedazo de tema, una de las mejores canciones de esta maravillosa cantante, Bon- nie Tyler. No fue el más triunfante, pero por lo menos a mí es la que más me gusta. No sé, cada vez que la oigo se me ponen los pelos como escar- pias. Sobre todo por como es la canción y lo que dice, porque tiene mu- cho mensaje. *** 87
  • 89. Qué felices somos cuando estamos en familia, o entre amigos, o qui- zás con esa chica, con ese chico. En definitiva, con esa persona a quien queremos. Y si además nos rodea ese ambiente que nos gusta, que nos ha- ce sentir bien, en definitiva, cuando todo es perfecto, nuestro propio ca- rácter se hace más comprensible, todo nos resulta más fácil. Incluso pode- mos llegar a tomarnos los inconvenientes de la vida con optimismo. *** Aunque en ocasiones desgraciadamente no tenemos ese ambiente. Hay personas a las que un día lluvioso, en una pequeña habitación, con esa persona a su lado y con esa canción de fondo, esa canción mágica tan- to para uno como para otro, puede hacerles sentir de lo más felices. Y, sin embargo, para otros esa situación les invita a caer en lo más profundo de su tristeza. *** A veces, sin ni siquiera venir a cuento, cualquiera de las personas que nos rodean nos hacen unas preguntas que nos dejan asombrados, no sabemos qué responder. Unas veces porque desconocemos el tema, otras porque sean preguntas muy personales. No te quedes en silencio. Recuer- da aquella frase de habla ahora o calla para siempre. Repasa todos tus sentimientos, todos tus recuerdos y saca una conclusión. Y si no es en ese preciso instante, no es necesario que contestes en ese momento, pero no dejes la pregunta en el aire. Asegúrate y haz que los demás piensen que es- tás seguro de lo que piensas. 88