1. 2º Bachillerato – Biología
Profesora. Natalia Ramos
LAS VITAMINAS
Las vitaminas son compuestos orgánicos de composición muy variada,
imprescindibles para el correcto funcionamiento del organismo (desarrollo,
crecimiento, reproducción, etc.). Los animales no son capaces de sintetizarlas (salvo
algunas excepciones como por ejemplo las aves, que sintetizan vitamina C).
El término vitamina, que significa aminas necesarias para la vida, fue utilizado por
primera vez en 1912 por el bioquímico polaco Funk, debido a que la primera que se
descubrió, que fue la B1, tenía en su composición un grupo amino. Hoy se sigue
utilizando este nombre, aunque se sabe que muchas de ellas carecen de grupos
amino.
Las vitaminas se necesitan en cantidades muy pequeñas, del orden de unos
pocos miligramos, o incluso microgramos, por día. Las necesidades diarias de cada
tipo de vitamina varían de unos individuos a otros, dependiendo de diversos factores,
tales como especie, edad, actividad, etc.
Las alteraciones en las cantidades de vitaminas que se ingieren diariamente
producen trastornos metabólicos más o menos graves. Estos trastornos son de tres
tipos:
- Avitaminosis: es una enfermedad carencial originada por la ausencia total de
un determinado tipo de vitamina. En casos extremos, esta enfermedad puede
llegar a ser mortal.
- Hipovitaminosis: es una enfermedad carencial producida por el déficit de una
determinada vitamina. Esta alteración se produce con más frecuencia que la
avitaminosis, y se suele corregir con la ingestión de la vitamina en la que se es
deficitario.
- Hipervitaminosis: Es una alteración producida por el consumo excesivo de
vitaminas liposolubles, ya que al no ser solubles en agua no se pueden eliminar
por el riñón, y se acumulan en ciertos órganos, como el hígado, pudiendo
ocasionar trastornos.
VITAMINAS LIPOSOLUBLES.
- Insolubles en agua, solubles en disolventes orgánicos.
- Su acumulación es tóxica, no se excretan fácilmente.
Vitamina A (retinol): fundamental en el proceso de percepción lumínica (porque
participa en la regeneración de la rodopsina, cuya descomposición por la luz permite la
visión del ojo), en la conservación de los epitelios, en el crecimiento y el desarrollo,
además, es antioxidante, es decir, contribuye a frenar el envejecimiento celular. Se
encuentra en el hígado, la mantequilla, la zanahoria, el perejil o las espinacas
(vegetales que contengan β-carotenos). Su déficit origina en niños y jóvenes el retardo
del crecimiento y en las personas en general provoca una desecación epitelial de la
córnea, especialmente en la mucosa conjuntival del ojo, llamada xeroftalmia, que hace
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opaca la córnea y provoca su agrietamiento, produciendo ceguera y facilitando las
infecciones del ojo. También puede provocar la falta de regeneración del pigmento
visual (llamada hemeralopía o "ceguera nocturna").
Por otra parte, la ingestión de grandes cantidades de esta vitamina puede dar lugar a
alteraciones como escamaciones de la piel, caída del pelo, debilidad, ahogos, vómitos,
etc...
La vitamina A un diterpeno que se puede presentar de dos formas, A1 y A2.
Vitamina D2 y D3 (calciferol y colecalciferol respectivamente): fundamentales
en la mineralización de los huesos, porque intervienen en el metabolismo del calcio y
del fósforo (regulan su concentración en la sangre). Se encuentran en la yema del
huevo, en el hígado, la mantequilla, la leche enteran en pescados grasos… Los seres
humanos también podemos obtener las vitaminas D2 y D3 a partir de provitaminas de
origen vegetal (ergosterol) o animal (7-deshidrocolesterol), que se activan en la piel
por la acción de los rayos ultravioleta, cuando “tomamos el sol". En niños, su déficit
puede producir perturbaciones en la osificación de los huesos, ya que producen
deformaciones en los mismos (raquitismo) y en adultos, reblandecimiento óseo
(osteomalacia). Su exceso puede provocar trastornos digestivos (vómitos, diarreas,..) y
calcificaciones en el riñón, hígado, corazón, etc...
Vitamina E (tocoferol): interviene en el metabolismo de los ácidos grasos,
impidiendo su oxidación y actúan, por tanto, contra el envejecimiento celular.
Contribuye al buen estado de los epitelios. En aceites vegetales, germen de trigo,
almendras, avellanas, yema del huevo y mantequilla. Su déficit provoca trastornos
digestivos y reproductores (esterilidad) y algunos tipos de anemias. También puede
provocar trastornos de motilidad (distrofia muscular). Es un diterpeno que puede
presentar tres formas moleculares.
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Vitamina K: interviene en la síntesis de una glucoproteína precursora de la trombina,
que es fundamental en la coagulación sanguínea. Este proceso se realiza en el hígado.
Abunda en la coliflor y las bacterias intestinales la sintetizan, por lo que no es
imprescindible ingerirla con la dieta. Su déficit puede provocar hemorragias. Hay 4
formas moleculares de la vitamina K.
VITAMINAS HIDROSOLUBLES
- Solubles en agua.
- Es necesario ingerirlas diariamente, se eliminan con la orina.
Vitamina C (ácido ascórbico): coenzima que actúa como aceptor
de electrones en la síntesis del colágeno, estimula las defensas
contra las infecciones, fundamental para el buen funcionamiento de
hormonas anti-estrés, y es un agente antioxidante. En cítricos, y verduras
de hoja verde y abundante también en los tomates. Su déficit provoca
hinchamientos y hemorragias en las encías, que pueden provocar la caída
de los dientes (escorbuto) y pérdida de cabello.
Vitamina B1 (tiamina): precursora de coenzimas responsables del transporte de
grupos aldehído. Desempeña un papel fundamental en el metabolismo oxidativo de
glúcidos y lípidos, es decir, en la producción de energía. En las cáscaras de cereales,
legumbres, en las vísceras… Su déficit causa degeneración en las neuronas, que se
manifiesta con una debilidad muscular, hipersensibilidad, pérdida
de reflejos, insuficiencia cardiaca, falta de apetito… Este cuadro
sintomático es conocido como Beriberi.
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Vitamina B2 (riboflavina): precursora de las coenzimas de flavina
(FMN y FAD), responsables de la transferencia de electrones en las
reacciones redox. Ejerce un papel fundamental en el mantenimiento de
las mucosas y de la piel. Se encuentra en productos lácteos,
legumbres, cereales, huevo e hígado. Su déficit causa dermatitis y
lesiones de la mucosas (en lengua, labios, córnea…) que en general se
llaman arriboflavinosis.
Vitamina B3 (nicotinamida): precursora de precursora de las coenzimas de
nicotinamida (NAD+
y NADP+
), responsables de la transferencia de electrones en las
reacciones redox, especialmente en la respiración celular. Es un vasodilatador que
mejora la circulación sanguínea y participa en el mantenimiento del sistema
nervioso, la piel, la lengua y el aparato digestivo. Se encuentra en el hígado,
carne magra, cereales y legumbres. También en alimentos obtenidos por
fermentación con levaduras. Su déficit causa la pelagra o el síntoma de las
tres D (dermatitis, diarrea, demencia).
Vitamina B5 (ácido pantoténico): precursora de la coenzima-A, que actúa como
transportador de grupos acilo y participa en la activación de ciertas moléculas que
intervienen en el metabolismo energético. Es necesaria para la síntesis y degradación
de los ácidos grasos, para la formación de anticuerpos, para la detoxificación y para la
síntesis de hormonas anti-estrés. En productos lácteos, huevos, hígado, cereales y
legumbres. Su déficit se manifiesta con el síndrome de los “pies ardorosos” o
parestesia (dolores, quemazón, hormigueo, adormecimiento y palpitación de los pies )
y alteraciones nerviosas y circulatorias.
Vitamina B6 (piridoxina): precursora de grupos prostéticos de las transaminasas,
que transfieren grupos amino. Muchas delas acciones de las transaminasas
están encaminadas a la síntesis de neurotransmisores. En cereales,
verduras, carnes y algunos pescados como el salmón. Su déficit causa
anemia, fatiga, depresiones, inflamaciones de los nervios periféricos,
alteraciones de la piel, irritabilidad…
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Vitamina B8 (biotina): forma parte del grupo prostético de las carboxilasas,
que catalizan reacciones de transferencia de grupos carboxilo. También
interviene en las reacciones que producen energía y en el metabolismo de los
ácidos grasos poliinsaturados. Además, es necesaria para el buen
funcionamiento de la piel y para el desarrollo de las glándulas sexuales.
Se encuentra en carnes, verduras, legumbres y nueces. Su carencia
causa dermatitis, dolores musculares, anemia, aumento del
colesterol en sangre…
Vitamina B9 (ácido fólico): precursora de coenzimas que actúan como
transportadores de grupos monocarbonados. Interviene en la síntesis de purinas y
pirimidinas y por ello participa en el metabolismo del ADN y el ARN y en la síntesis de
proteínas. Además, es necesaria para la formación de los glóbulos rojos (es un factor
antianémico). Se encuentra en alimentos integrales, legumbres y verduras de hoja
verde. Su déficit en niños provoca disminución del crecimiento y falta de resistencia a
enfermedades. En adultos, provoca anemia, irritabilidad, insomnio, pérdida de
memoria… Durante el embarazo, su déficit puede provocar malformaciones congénitas.
Vitamina B12 (cianocobalamina): precursora de la coenzima B12 que interviene en
reacciones de intercambio de átomos de H por grupos amino, carboxilo... En carnes
rojas, huevos y productos lácteos. Su déficit causa anemia
perniciosa (escasez, anormalidad y afuncionalidad de los glóbulos
rojos) y puede llegar a provocar degeneración nerviosa,
desarreglos menstruales, úlceras en la lengua…
No te
olvides
de las
vitaminas