Crisis de valores en venezuela

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
OFICINA DE APOYO COLÓN
CENTRO LOCAL ZULIA
FORTALECIMIENTO DEL EJE TRANSVERSAL VALORES EN LA
PRIMERA ETAPA DE EDUCACIÓN BÁSICA PARA
LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
AUTOR: BR.MORA DE U. ISELA C.
C.I.: 11.218.618
TUTOR: MSC. MARLENYS SOTO
C.I. 8.035.174
SANTA BÁRBARA, ENERO 2004.

OFICINA DE APOYO COLÓN
CENTRO LOCAL ZULIA
FORTALECIMIENTO DEL EJE TRANSVERSAL VALORES EN LA
PRIMERA ETAPA DE EDUCACIÓN BÁSICA PARA
LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
Trabajo de Grado para optar al título de Licenciada en Educación Integral
AUTOR: BR.MORA DE U. ISELA C.
C.I.11.218.618
TUTOR: MSC. MARLENYS SOTO
C.I. 8.035.174
ASESOR METODOLÓGICO.
DRA. MIREYA PÉREZ
C.I.: 3.637.438
SANTA BÁRBARA, ENERO 2004.

APROBACIÓN DEL ASESOR METODOLÓGICO
En mi carácter de Asesor Metodológico del Trabajo de Grado presentado por la
ciudadana Isela Mora, C.I. 11.218.618 para optar al título de Licenciada en Educación
Integral, considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para
ser sometido a la presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador
que se distingue.
En Maracaibo, a los __________ días del mes de Enero del año 2004.
Asesor Metodológico
Doctora: Mireya Pérez
C.I. 3.637.438

APROBACIÓN DEL TUTOR
En mi carácter de Tutor del Trabajo de Grado presentado por la ciudadana Isela
Mora, C.I. 11.218.618 para optar al título de Licenciada en Educación Integral,
considero que dicho trabajo reúne los requisitos y méritos suficientes para ser
sometido a la presentación pública y evaluación por parte del jurado examinador que
se distingue.
En Maracaibo, a los __________ días del mes de Enero del año 2004.
Tutor: Mgs. Marleny Soto
C.I.: 8.035.174

ÍNDICE GENERAL
DEDICATORIA.......................................................................................................
RECONOCIMIENTO..............................................................................................
LISTA DE CUADROS.............................................................................................
LISTA DE GRÁFICOS............................................................................................
RESUMEN...............................................................................................................
INTRODUCCIÓN....................................................................................................
CAPÍTULO
I EL PROBLEMA.................................................................................................
Planteamiento del Problema............................................................................
Formulación del Problema...............................................................................
Objetivos de la Investigación...........................................................................
Justificación de la Investigación......................................................................
Delimitación de la Investigación.....................................................................
II MARCO TEÓRICO...........................................................................................
Antecedentes de la Investigación....................................................................
Bases Teóricas.................................................................................................
Mapa de Operacionalización de Variables......................................................
III MARCO METODOLÓGICO..........................................................................
Tipo de Investigación......................................................................................
Diseño de la Investigación...............................................................................
Población y Muestra........................................................................................
Técnicas e Instrumento de Recolección de Datos...........................................
Criterio de Validez...........................................................................................
Criterio de Confiabilidad.................................................................................
IV ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS.......................
Análisis de Gráficos y Cuadros.......................................................................
Confrontación de los Resultados.....................................................................
v
vi
ix
x
xi
1
4
4
9
9
10
11
12
12
17
71
72
72
72
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75
75
77
77
81

V CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES................................................
Conclusiones....................................................................................................
Recomendaciones............................................................................................
Referencias Bibliográficas...............................................................................
Anexos.............................................................................................................
Anexo A. Cuestionario FETVEPEDEBAPRC 2003.......................................
Anexo B. Tabulación de los Resultados (Tabla).............................................
83
83
84
86
88
89
93

LISTA DE CUADROS
Cuadro
1
2
3
4
5
Mapa de Operacionalización de Variables...............................................
Distribución de la Población.....................................................................
La Actuación del docente en la enseñanza de los valores........................
Principios en la formación de valores.......................................................
Estrategias para la Resolución de Conflictos...........................................
70
73
78
79
80
LISTA DE GRÁFICOS
Gráficos
1
2
3
La Actuación del docente en la enseñanza de los valores........................
Principios en la formación de valores.......................................................
Estrategias para la Resolución de Conflictos...........................................
78
79
80

CENTRO LOCAL ZULIA
UNIDAD DE APOYO COLÓN
Fortalecimiento del Eje Transversal Valores en la Primera Etapa de Educación
Básica para la Resolución de Conflictos
Autor: Mora Isela
Tutor: Mgs. Marlenys Soto
Fecha: Enero 2004
RESUMEN
El propósito de este estudio fue desarrollar el eje transversal valores en la primera
etapa de Educación Básica para la Resolución de Conflictos. (FETVEPEDEBAPRC)
se trata de una investigación descriptiva, con diseño no experimental. La población
estuvo conformada por 26 alumnos del 3er. grado sección “U” de la Escuela Básica
Burra Mocha con edades comprendidas entre 8 y 14 años. La institución está ubicada
en la Parroquia Simón Rodríguez, Municipio Francisco Javier Pulgar del Estado
Zulia. La muestra fue censal por tomar toda la población en estudio. Se hizo uso de
la técnica de observación y el instrumento fue una encuesta estructurado en tres
dimensiones con dos alternativas “Si” y “No”. El instrumento se expuso a un proceso
de validación de contenido. Para medir el nivel de discriminación de los ítem y el
grado de consistencia de la prueba, fue medida con el método Kuder Richarson. Se
concluyó el estudio demostrándose que los docentes poco utilizan el eje transversal
valores, debido a que las alternativas “No” prevalece en un 65%. Este estudio
representa aportes teóricos relevantes para la primera etapa de Educación Básica.
Descriptores: Eje Transversal Valores, Principios, Estrategias, Solidaridad,
Perseverancia, Justicia, Dialogo, Conflicto.

INTRODUCCIÓN
Educarse es un duro hacerse y rehacerse, que no todos logran en la medida de
perfección que requiere la sociedad, porque sobre ellos presionan fuerzas extrañas
que un lugar de forjar en el hombre, logran seres mediatizados, fáciles presas para la
explotación.
Al respecto Aristóteles consideró que “por la educación se ha de lograr que niño
ponga los goces y dolores en aquellos que importan” (Prieto Figueroa, 1979), sin
indican la naturaleza de las cosas consideradas importantes pero que, no obstante la
vaguedad de la expresión, se debe pensar que son aquellas consideradas por la
sociedad y por el individuo como valiosos, dignos de ser perseguidas.
Kant concuerda en parte con la definición de Platón al fijar como objetivo de la
educación desarrollar en el individuo toda la perfección de que se es susceptible.
El sociólogo francés Emile Durkheim consideró a la educación como “la acción
ejercida por las generaciones adultas sobre las que aún no están maduras para la vida
social. Tiene por objeto suscitar y desarrollar en el niño cierto número de estado
físico, intelectuales y mentales, que le reclaman la sociedad política en su conjunto y
el medio especial que está particularmente destinado” (Prieto Figueroa, 1979, p.30).
Por lo anteriormente expuesto se considera vital para la actual sociedad
venezolana, activa cambiante y exigente, que el sistema educativo se torne
preocupado ante tantas necesidades que no admite espera; se necesita en el país una
educación que logre, refuerce y forme integralmente verdaderos ciudadanos.

El sentido de la realización individual y social y el carácter de ser el eje
principal del proyecto del país, en el nuevo currículo: Básico Nacional, lleva a
definir los fines de la educación resaltando su contribución a los valores.
En opinión de Delors (1996), la idea de enseñar la no violencia en la escuela es
loable, aunque sólo sea un instrumento entre varios para combatir los perjuicios que
llevan el enfrentamiento. Es una tarea ardua, ya que, como es natural, los seres
humanos tienden a valorar un exceso sus cualidades y las del grupo al que pertenecen
y a alimentar prejuicios desfavorables hacia los demás.
A fin de evitar esos prejuicios serían adecuados dar a la educación dos
orientaciones complementarias. En el primer nivel, el descubrimiento gradual del
otro. En el segundo, y durante toda la vida, la participación en proyectos comunes,
un método quizás eficaz para evitar o resolver los conflictos latentes.
El descubrimiento del otro pasa forzosamente por el conocimiento de uno
mismo; por consiguiente, para desarrollar en el niño y el adolescente una visión cabal
del mundo, la educación tanto si la imparte la familia como si la imparte la
comunidad o la escuela, primero debe hacerle descubrir ¿quién es él? Sólo entonces
podrá realmente ponerse en el lugar de los demás y comprender sus reacciones. El
fomento de esta actitud de empatía en la escuela será fecundo para los
comportamientos sociales a lo largo de la vida.
De la misma manera tender hacia objetivos comunes. Cuando se trabaja
mancomunadamente en proyectos motivadores que permiten escapar a la rutina,
disminuyen, y a veces hasta se logra desaparecer las diferencias, esto permite superar
los hábitos individuales y valorizar los puntos de convergencia por encima de los

aspectos que separan, dando origen a un nuevo modo de identificación.
La participación de los profesores y alumnos en proyectos comunes puede
engendrar el aprendizaje de un método de solución de conflictos y ser una referencia
para la vida futura de los jóvenes enriqueciendo al mismo tiempo la relación entre
educadores y educandos.
La presente investigación está estructurada en cuatro capítulos:
En el primero se presenta El Problema, a través del planteamiento,
seguidamente se formula y se señalan los objetivos a seguir. En el segundo capítulo
se exponen las teorías que servirán de apoyo al estudio. El tercer capítulo hace
referencia a la metodología utilizada para realizar la investigación. En el cuarto
capítulo se explica de manera detallada los análisis y resultados obtenidos del
estudios; así como también se incluyen las conclusiones y recomendaciones que
pueden conducir a la solución del problema.

CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
Planteamiento del Problema
La crisis moral que caracteriza la época actual, es motivo de preocupación por
la pérdida progresiva de valores que se observa en los diferentes sectores que
conforman nuestra sociedad.
En este sentido, una educación en valores debe promover cambios significativos
que conduzcan a la formación de un ser humano capaz de desenvolverse en una
sociedad pluralista en la que pueda, de una manera crítica, practicar como norma de
vida la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad y la justicia.
Esta pérdida de valores en la sociedad se refleja en la escuela donde los niños
consumen drogas, roban y hasta matan, no respetan a sus docentes ni a nadie que
guarde relación con su realidad.
Igualmente los gobiernos han intentado introducir programas de organización
escolar con el fin de promover el desarrollo integral del ser humano y contribuir con
la educación, basándose en los valores; sin embargo todo ha sido un intento fallido de
quienes lo han puesto en practica.
En Venezuela, es preciso reconocer que los valores dejan de centrarse en la
solidaridad, en opinión de Pérez Esclarin (2000), la adquisición de conocimiento y en

la igualdad social. Aún como la actual crisis socio-económica que atraviesa el país
unida a la penetración cultural foránea y a la creación de falsas motivaciones, llevan a
la distorsión de valores que comprometen el futuro de las generaciones.
Tal situación se pretende subsanar con la puesta en marcha de la Reforma
Educativa, con la cual se plantea la redimensión del proceso educativo a partir de la
inserción de los ejes transversales, concebidos como fuente de “elementos básicos
para la transformación social y para el fortalecimiento de las condiciones inherentes
al ser humano (Currículo Básico Nacional); son: lenguaje, desarrollo del
pensamiento, valores, trabajo y ambiente; elementos sustentadores del Currículo
Básico Nacional. Las funciones esenciales de los mismos son: por una parte, la de
servir de vínculo entre el contexto escolar, familiar y socio-cultural y por la otra,
constituir una herramienta didáctica que garantice la integración o la interrelación de
las diferentes áreas del currículo.
En consecuencia, la presencia del eje transversal valores en el diseño curricular
de la Educación Básica se justifica en ese contexto puesto que es de esperar que este,
contribuya al conocimiento del ser y a su transformación.
Por otra parte, este trabajo se enmarca en la problemática de la pérdida de
valores orientados en el convivir a fin de estructura la personalidad del niño hacia la
confianza para mejorar las condiciones de vida y el medio donde se desenvuelven.
Ante lo mencionado, es importante destacar que el niño venezolano es fiel reflejo de
sus padres o de sus mayores, en gran parte motivado por el facilismo, el
enriquecimiento fácil, la influencia de los medios de comunicación y otros. De allí
que para muchos niños, cualquiera sea el sector de su proveniencia, lo más importante

es impactar a sus compañeros aunque en ellos vaya salirse de los valores que quiere
transmitir la escuela.
Por consiguiente, Delors (1996), afirma que la idea es enseñar al niño a la no
violencia en la escuela, la misma es una tarea ardua entre varias personas para
combatir los prejuicios que llevan al enfrentamiento y a la no aceptación del otro.
Otro elemento importante en el proceso de transformación de la Escuela y del
educando lo constituye uno de los actores fundamentales de una manera tradicional
(pragmática), y generalmente permeable a las condiciones negativas del contexto
social, con un bajo prestigio y autoestima en la escala social de valoración
profesional; a esto se añade un entorno familiar y social en general empobrecido
económica y culturalmente.
En definitiva la educación en valores requiere un cambio de la función del
docente que desempeñe en su actividad de liderazgo moral e intelectual, de la calidad
del educador entre otros, va a depender la calidad de la educación. Toda forma
educacional, debe comenzar por el educador, por lo que es preciso fortalecer su
propia formación valórica – actitudinal.
La presente investigación tiene como contexto el nivel de Educación Básica en
Venezuela, el de la primera etapa de 1 a 3º grado donde se enfatiza el desarrollo de
habilidades que contribuya a la actividad cognoscitiva, posibilita el pensamiento
abstracto lógico – verbal y la creación de hábitos y formación de valores, Pérez E.
(1997).
La Educación Básica tiene como fundamento la formación integral, general y
básica de los estudiantes que abarca el desarrollo afectivo, cognoscitivo y

biopsicosocial en la primera etapa; en la segunda, estimula y promueve los
aprendizajes humanísticos, artísticos y científicos de la cultura nacional y universal;
en la tercera, proporciona la educación formal mínima que deben cumplir los
venezolanos según lo pautado en la Ley de Educación en el artículo 80, planteado
como finalidad la formación del joven para la vida y para el ejercicio de la
democracia.
Así mismo, en el nivel de educación básica se busca la formación de un
ciudadano activo, conciente, solidario, creativo con un pensamiento crítico, libre,
educado hacia el crecimiento, la participación y la identificación de sí mismo y de los
otros, para superar el individualismo y el aislamiento.
La reforma curricular del nivel de Educación Básica plantea la reivindicación
del ser de los educandos, es decir se pretende propiciar en el alumno la confianza en
sí mismo, en sus propias capacidades, en la posibilidad de enfrentar con decisión y en
comunidad los múltiples problemas que afectan al individuo y a la sociedad
venezolana.
Por lo tanto, la educación en valores, en este caso para resolver conflictos se
debe implementar como proceso integral y debe ejecutarse con estrategias que se
correspondan con los procesos de transformación social en Venezuela, con la
intención de generar una nación que haga posible la internacionalización de una
actitud ética, que se corresponda con una sociedad donde se respeten los derechos
fundamentales del hombre para canalizar los cambios requeridos en su vida y su
entorno.
En relación con las implicaciones, en la Escuela Básica Burra Mocha, ubicada

en la parroquia Simón Rodríguez, Municipio Francisco Javier Pulgar del Estado
Zulia, especialmente en 3er. grado, sección “U”. Se evidencia una presencia muy
marcada de antivalores como la agresividad, intolerancia, indiferencia y violencia
entre otros.
De ahí una necesidad de una educación integral, que forme, y no sólo informe,
que acoja al alumno en su plenitud de persona y se oriente a construir ciudadanos
trabajadores, honestos y solidarios, capaces de vivir en sociedad, defensores de sus
derechos y cumplidores de sus deberes y obligaciones muy concientes de que sus
derechos se terminan donde comienzan los derechos de los demás. Se trata en
definitiva, de tomar en serio y hacer realidad el artículo 80 de la Constitución
Nacional.
“La educación tendrá como finalidad el pleno desarrollo de la persona humana,
la formación de ciudadanos aptos para la vida y para el ejercicio de la democracia, el
fomento de la cultura, y el espíritu de solidaridad humana” (9.15).
Lo anteriormente expuesto, viene a poner de manifiesto que la educación
impartida en este grado, presenta una ineficiencia social la cual trae como
consecuencia una pérdida en la calidad de vida de las grandes mayorías, porque la
multiplicidad de contenido que se aborda no contribuye en mejorar niveles de vida
para la población. Ahora bien, el dúo perfecto no es el que no tiene conflictos, sino el
que es capaz de identificarlos y resolverlos transformándolos en oportunidades de
desarrollo y convivencia.
Considerando las anteriores razones de la falta de integración que tienen los
alumnos de la Escuela Básica Burra Mocha frente al sentido del eje transversal

valores constituye el propósito del presente estudio.
Formulación del Problema
A través de la observación realizada se destacan las siguientes interrogantes:
¿Utiliza el docente técnicas para capacitar al alumno, en la implementación del
eje transversal valores en la resolución de conflictos?
¿Qué conocimientos poseen los docentes sobre transversalidad dentro del
ámbito escolar?
¿Se percibe en los niños ausencia de valores profundos?
¿Cómo los docentes estructuran la planificación de estrategias, para educar en
valores a los alumnos en estudio?
¿Cuáles acciones pedagógicas deben facilitarse para la implementación del eje
transversal valores en la resolución de conflictos?
Objetivos de la Investigación
Objetivo General.
Desarrollar el eje transversal valores en la primera etapa de Educación Básica
para la resolución de conflictos.
Objetivos Específicos.
Identificar la actuación del docente en la enseñanza del eje transversal valores
para la resolución de conflictos.
Identificar los principios morales que internaliza el docente a sus alumnos a

través del eje transversal valores.
Indagar sobre la metodología en el maestro, para resolver los conflictos en los
niños observados.
Verificar como los docentes estructuran la planificación de estrategias para
educar en valores a los alumnos en estudio.
Recomendar acciones pedagógicas que faciliten la implementación del eje
transversal valores en la Resolución de Conflictos.
Justificación de la Investigación
En Venezuela es motivo de preocupación la pérdida progresiva de valores que
se observan en los diferentes sectores que conforman nuestra sociedad. En este
sentido, una educación de valores debe promover cambios significativos que
conduzcan a la formación de un ser humano capaz de desenvolverse en una sociedad
pluralista en la que pueda, de una manera crítica, practicar como norma de vida la
libertad, la tolerancia, la solidaridad y la justicia.
De allí que el nuevo diseño curricular tiene como base fundamental la
transversalidad curricular, es decir, la definición de ciertos aspectos básicos que
deben ser atendidos en todas las áreas y actividades de la vida escolar. Es por ello
que la educación en valores se justifica por la necesidad que tenemos los individuos
de comprometernos con determinados principios éticos que nos sirvan para evaluar
nuestras propias acciones y la de los demás.
Esta investigación ofrecerá una visión clara y global acerca de la importancia

que tiene la formación de valores en el educando y por ende deben estar presentes en
el educador. Esto significa que el maestro es el agente importante para lograr
cambios fundamentales en cuanto a los valores en una sociedad que los ha perdido y
muy especialmente en ésta, ya que se encuentra ante una ausencia general de valores
en todos los ámbitos socioeducativos, familiares, religiosos, etc.
En tal sentido la observación de la presente investigación ha causado inquietud
por cuanto se ha observado que las docentes de la Escuela Básica Burra Mocha no le
han dado importancia al sentido de los valores al planificar sus actividades en las
aulas, tomando en cuanta que el eje transversal valores atraviesa todos los
componentes del currículo para ayudar de forma alguna a erradicar la crisis que
caracteriza la época actual.
Por lo antes expuesto, se justifica el estudio, por cuanto en nuestras escuelas
existe crisis moral, y de allí que el educador debe formar al alumno para promover un
mundo más civilizado, forjador de personas auténticas, forjar voluntades, alimentar
espíritus y comprometidas con el proceso moral, para el cambio definitivo y positivo.
Delimitación
El presente estudio será desarrollado en la Escuela Básica Burra Mocha
ubicada en la parroquia Simón Rodríguez, Municipio Francisco Javier Pulgar del
Estado Zulia.
Durante el año escolar 2003-2004, la investigación se realizará a los docentes y
alumnos de la primera etapa de Educación Básica.

CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
Antecedentes de la Investigación
Para Rojas (1981) la elaboración del Marco Teórico sustenta el estudio, porque
en él se analizan y exponen aquellas teorías, que se tomarán en cuenta como soportes
válidos para el correcto encuadre del estudio.
Las investigaciones sobre los valores del educando comienza a declinar en estos
tiempos, esto puede evidenciarse en las últimas investigaciones, tales como:
Ribet, (1998) hizo una investigación sobre “La Calidad de la Educación y los
Valores”. En él explica la concepción del hombre y la educación de la parte. La
investigación fue de carácter descriptivo con un diseño de campo. La población
estuvo conformada por 15 docentes y 80 alumnos de II etapa de Educación Básica de
la Escuela Carmelita Roldan Portillo. La muestra fue censal porque se tomó toda la
población referida.
Los resultados de este estudio aclararon que la educación es una forma personal
y comunitaria de colaborar en la relación del hombre a fin de que pueda auto
conducirse y perfeccionar su vida.
Esta nueva postura, aporta elementos metodológicos para dar una educación de
calidad, activa y participativa, donde se logre formar al ser humano para la vida.

De allí que este estudio, se relaciona al trabajo en desarrollo porque habla de
formar la calidad del personal docente dentro del sistema educativo.
En tal sentido Manzano (1999) desarrolló un estudio con el propósito de evaluar
el desempeño docente de la primera etapa de Educación Básica respecto a la
enseñanza y evaluación en valores. Para tal fin se utilizó un diseño de investigación
de tipo descriptivo evaluativo, bajo la modalidad de proyecto factible, en el cual se
tomó como muestra a los docentes de la Primera Etapa de la Escuela Básica “Andrés
Bello” de San Juan de los Morros, Estado Guárico. Los datos recabados a través de
las técnicas ya mencionadas demostraron que el 75% de los alumnos casi nunca
reciben información detallada de lo que son valores y que el 64% casi nunca los
docentes pone en práctica el Eje Transversal Valores seguido de la alternativa nunca
con un 18% afirma lo anteriormente expuesto.
De allí que su principal aporte es dar herramientas necesarias, para que el
docente realice su trabajo de una manera eficiente en el quehacer de fortalecer valores
a los educandos. Además con el estudio se permitió formular en su conjunto, perfil,
plan y programas propuestos como gran resultado de esta investigación.
El resultado de esta investigación, sirve de apoyo para el estudio presente por
cuanto destaca el uso de experiencias vivénciales en el desempeño del docente como
formador.
De igual manera García, (1999) realizó un trabajo referente a “Valores y
Práctica Escolar Cotidiana: Una alternativa de intervención”, (con el propósito de
hacer un diagnóstico el cual tomó como objetivo detectar los valores vigentes y los
mecanismos de formación de éstos en la escuela primaria). El estudio es no

experimental bajo un enfoque cualitativo; el campo geográfico de la búsqueda fue la
ciudad de México y las capitales de entidades. En ella se identificaron bibliotecas y
centros de documentación. Se seleccionaron 88 trabajos, de los que: el 29 eran
estudios empíricos, el 25 eran estudios teóricos y el 15 reflexiones personales. Con
ellos se dedujo que el cambio en el carácter de la normativa se rige por el
comportamiento en el aula y para ello enfatiza la operación del tránsito del tipo de
normativa vigente en la escuela y hacia el propuesto como orientación necesaria.
Apoya además el perfeccionamiento de las experiencias escolares que ya desarrollan
en esta perspectiva.
A su vez aporta una alternativa de intervención, donde propone la utilización de
guía instruccional como herramienta de apoyo para fortalecer los valores en la
práctica escolar.
Lo expuesto anteriormente tiene relación con el presente trabajo, ya que ofrece
elementos que pueden servir de base al diseño propuesto, como una alternativa de
solución.
Villegas, (1999) efectuó un trabajo sobre “El Papel de la Escuela en la
Enseñanza de Valores Democráticos”. El tipo de investigación es no experimental,
bajo un enfoque cuantitativo, el cual atendió a las características de un trabajo de
campo. Tomó una población 25 docentes y 45 alumnos de la Escuela “Andrés Bello”
de San Juan de los Morros, Estado Guárico.
Él concluye diciendo que, se debe promover un diálogo sobre políticas
educativas orientadas a la educación moral; alentar equipos diseñadores de políticas a
prestar atención a la educación moral; promover la formulación de programas; alentar

innovaciones escolares orientadas a modificar la estructura del salón de clase y de la
escuela en general en función de la mayor participación de todos; promover el
perfeccionamiento del docente en este campo; promover la participación comunitaria;
apoyar investigaciones, difundir publicaciones.
Asimismo el estudio aporta técnicas y estrategias a los docentes para formarlos
y orientarlos, tomando en cuenta las acciones del docente en su labor educativa.
No obstante existe una gran similitud entre esta investigación y el estudio
presente por esta razón sirve de base para las bases teóricas y antecedentes.
Piscoya, (2000) en su investigación sobre los “Objetivos Curriculares y
Valores” analiza los objetivos curriculares entendidos como instrumentos
fundamentales para la realización sistemática de la acción educativa. El tipo de
investigación es de carácter descriptivo con un diseño de campo. La metodología
empleada fue a base de encuestas a estudiantes y profesores de cuarto y quinto año de
educación media del Liceo Libertador, del Estado Mérida.
Piscoya, concluye diciendo que los objetivos curriculares no deben ser
reducidos a puras descripciones conductuales, sino que sean entendidas en sus
proyecciones axiológicas.
De esta manera el estudio aporta un programa que conduce el fortalecimiento de
los valores, la cual implica diseñar estrategias metodológicas como instrumento para
el desarrollo de la acción educativa.
El estudio contiene relación con la investigación por cuanto destaca es diseño de
un programa como estrategia, para que los estudiantes realicen sus valores y los
practiquen en todos los círculos.

Méndez, (2000) “Aproximación al Conocimiento de los Valores y Antivalores
de la Juventud Venezolana”. Presentando el resultado de test de conocimiento
(37.940 personas encuestadas, 11.477 adolescentes) seleccionados por métodos
aleatorios y estratificados socialmente mediante el método Graffar modificados, los
resultados indican una gran pobreza de conocimientos básicos y relacionados con la
identidad nacional y una baja aceptación de valores, percepción de competencia y
sociabilización organizada según se trate de estratos sociales más pobres.
El trabajo antes mencionado, aporta elementos metodológicos que contribuyan
con el conocimiento de los valores y antivalores en los educandos, con los cuales se
ha generado un impacto social positivo en la comunidad. Por lo tanto, esta a la
disposición de directores, docentes, alumnos, padres y representantes deseosos de
proyectar su institución y el trabajo realizado en la misma.
Todo ello tiene relación con este diseño de plan de acción porque ofrece
elementos que pueden dar apoyo al plan. Además ambos defienden la calidad
educativa, como el factor esencial para que se produzca el cambio en los educandos a
través de una buena formación familiar y escolar.
Asimismo Taborda, (2001) realizó un estudio sobre valores dirigidos a los
alumnos de la tercera etapa de la Educación Básica “Santa Bárbara”, ubicada en la
Parroquia Santa Bárbara. La cual tuvo como objetivo general proponer el programa
“Mi Valor”. Este se presenta como un estudio de tipo no experimental bajo un
enfoque cuantitativo. La población estuvo constituida por 90 estudiantes, la muestra
fue censal.
Este estudio representa una misión para preparar al individuo para la vida en

común desenvolviendo su yo social y transmitiendo la herencia colectiva y los
valores del grupo. Llegándose a la conclusión que es necesario implementar
programas que permitan orientar a nuestra juventud en la formación de valores y
ofrecerles alternativas que conduzcan a la solución de problemas.
Este estudio aporta un programa dirigido a los educandos para prepararlos y
orientarlos en su formación como personas y entes de una sociedad que cada día se
enfrentan más a las nuevas tecnologías. La investigación tiene una amplia relación
con el estudio porque contiene bases técnicas que realzan los valores en los
educandos.
Bases Teóricas
Los Valores.
El hombre enfrenta actualmente múltiples problemas que afectan entre muchas
cosas, la pérdida de identidad cultural. Junto a este problema existe la necesidad de
reorientar la educación sobre la base de un nuevo paradigma sustentado en valores y
actitudes que brinden sentido y armonía a la vida del hombre. En los párrafos
precedentes se enmarcó el término valor y su relación con la educación y como éste
representa uno de los puntos centrales del nuevo diseño curricular. Este pertinente
ampliar tal conceptualización, a fin de presentar una visión más clara de la
terminología. En este sentido, Calvo (1996); 110, expresa que los valores están
constituidos por aquellas creencias sobre aspectos fundamentales o deseables en

nuestra sociedad. Están formados por principios éticos.
En atención a esta perspectiva la sociedad como sistema organizado, establece
un patrón de vida valorado por la cultura que la identifica, en dicho patrón, se
conforman un conjunto de exigencias que se consideran necesarias para mantener un
equilibrio social, conformando así los valores de ésta. Por su parte, Rugarcia (1996)
dice que un valor es lo que vale, lo que tiene un precio, lo que se valora por sus
cualidades. Considerando tal definición, se puede decir que los valores por sus
cualidades. Considerando tal definición, se puede decir que los valores son los que
identifican las cualidades de las personas e identifican los aspectos que permiten
juzgar dentro de un margen de aceptabilidad al ser humano en la sociedad.
Por esta razón Aguilar (1996) señala que es la disposición de los individuos a
conceder a las cosas. Son concepciones teóricas y abstractas de la realidad.
Construyen formas subjetivas de mirar la realidad objetiva, fruto de la historia vivida
por una colectividad, de la cultura generada y por el grado de desarrollo de ésta así
como también de la estructura mental y los intereses de cada individuo. Por lo tanto
la concepción sobre los valores, parte de la conciencia de cada individuo de acuerdo a
las experiencias vividas, a sus necesidades y la concepción que tenga de sí y de las
personas y cosas que lo rodean.
Por otra parte Villapando (1996) define el valor como la calidad que ostenta
todo objeto, que en sí mismo representa una preferibilidad, una superioridad. Estos
constituyen la esencia de la cultura y son producidos por el hombre para darle una
significación en su vida. A modo de síntesis, puede decirse que los valores se
relacionan con la necesidad del hombre en buscar una mejor convivencia con los

demás, con el medio, además del crecimiento espiritual y moral, e impulsan las
acciones positivas del hombre en correspondencia con la cultura inmersa en su
contexto.
En correspondencia al término “valores”, Paz (1993),a firma que son aquellos
por medio de los cuales los seres humanos deben orientar la elección de sus actos, de
forma tal que, garanticen permanentemente su propio crecimiento como personas
íntegras en búsqueda de la auténtica felicidad, y puedan contribuir al real bienestar de
la sociedad en que interactúan. Como referencia de que los valores son producidos
por el hombre, se puede decir que hablar de éstos significa reconocer que constituyen
la esencia de la cultura. Es por ello, que los valores son producidos como bienes
culturales, por su innegable procedencia humana.
Importancia de los Valores.
La adquisición de valores y cuales valores llegue a asumir la persona es un
hecho de gran relevancia que no debe dejarse al azar. La educación en valores, ha de
ser un proceso consciente y planificado que elimine cuanto sea posible, la
intervención del currículum oculto de efectos no deseables. Es necesario por lo tanto,
que los especialistas en educación reciban la formación que les capacite para la
enseñanza en los valores. En referencia, Aguilar (1996), señala que en el análisis de
grupos sociales, los valores son importantes porque son elementos movilizadores o
desmovilizadores que inciden sobre el actuar condicionándolo. De acuerdo a lo
antes expresado, los valores y su significación están íntimamente relacionados pues

su interrelación explica en gran medida, el desarrollo personal y como consecuencia
el posible desarrollo social.
Por su parte Paz (1993), señala que los valores son de gran importancia porque
determinan la rectitud de los objetivos. Sin valores podemos generar una visión
inmoral y poco ética. Estos son los que rigen nuestras conductas, permiten
diferencias reales entre lo bueno y lo malo, entre lo próspero y lo decadente, entre lo
social beneficioso y lo insuficiente o dañino.
En su opinión Salas (s/f), p.58; indica que cuando los valores son adquiridos a
través del desarrollo coherente y permanente de actitudes, éstos se reestructuran con
la personalidad y se pueden transformar en capacidades propias. La persona se va
capacitando para ser solidaria, responsable, autónoma, independiente. Para éste autor
“los valores determinan el desarrollo de las capacidades, los comportamientos, las
conductas y las actitudes”.
La importancia de los valores está inmersa socialmente, en el contexto familiar.
Esta radica en que la familia como grupo social constituye la confluencia de
generaciones diversas, con valores diversos que consciente o inconscientemente,
reproducen los valores de la sociedad y éstos a su vez, son construidos sobre aspectos
deseables de nuestra sociedad a fin de mantener un equilibrio en su estructura
organizativa.
En los párrafos precedentes, se han tratado aspectos relativos a los valores
como: su aproximación conceptual desde el punto de vista de diferentes autores y de
la autora del estudio que se adelanta, y su importancia como rectores de conducta, de
metas, de logros de transformación. Considerando tales aspectos, es pertinente

señalar en forma específica, alguna de las características que los describen, tomando
en cuenta la relevancia del tema de los valores dentro de la investigación que se
propone. Al respecto Villapando (1996), dice que los valores son entendidos como
entes ideales y que es necesario reconocer en ellos la posibilidad de su conocimiento.
Además, éstos están dotados de una existencia en la mente del hombre y únicamente
reconocida por ella. Puede ser motivo de un reconocimiento de validez general.
También señala el citado autor a los valores, las siguientes características
generales: la posibilidad que tiene los valores de representar una cualidad positiva
reconocida en una creación cultural, o contrariamente una cualidad negativa
(polaridad); el grado de intensidad o de abundancia, con que se pueden dar los
valores; cada valor es poseído o asentado, a título de cualidad en un bien cultural; los
valores son objetos de una ordenación particular (jerarquización), tiene un carácter
inmaterial.
Factores que inciden en la formación de valores.
Aún cuando educar en valores, supone una reestructuración educativa sobre las
pretensiones que se desean lograr con la formación de ellos muchas veces escapa de
la educación formal el control de determinados factores presentes en el medio y que
interfieren en el logro de los objetivos pautados por la escolaridad, para la formación
de un ciudadano apto para la vida, con valores de autenticidad y superación.
Al respecto Herrera, M. (1991), expresa que la sociedad actual posee, como
todas las sociedades y culturas, un sistema de valores. Considera que la educación

escolarizada es la institución encargada de transmitir los valores sociales que se
supone caracterizan la sociedad formal en la que se vive. Sin embargo, la sociedad
moderna y urbana han ido creando otras instancias que también se encargan de
transmitir valores de manera explicita o encubierta, como la publicidad, la
propaganda política o las ideologías socioeconómicas, la música, la cultura estética,
industrial y urbana. Además considera que otras instancias son más eficaces algunas
veces en el logro de la transformación de valores que la propia institución educativa.
Por su parte, Ramón (1988), considera que el ambiente tiene un profundo efecto
educativo, sobre todo en el aspecto valoral. A través del ambiente, el individuo y el
grupo se ven presionados en el sentido de la vivencia y aceptación de ciertos valores
y el rechazo de otros. Considerando la necesidad de educar en valores como
respuestas ante la influencia de valores negativos en la formación del ciudadano, la
reforma educativa en el Nivel de Educación Básica, propone una educación integral
que forme valores positivos mediante vivencias en la práctica. Respecto a ello es
pertinente considerar ciertos valores de procedencia positiva, los cuales según Paz
(1993) se clasifican en: microvalores como: solidaridad, participación, disciplina
social, justicia, lealtad, creatividad, y macrovalores como: libertad, justicia social,
paz, Unidad Nacional.
Expresa además al citado autor, que los microvalores y macrovalores señalados
corresponden a los de mayor significancia, refiriendo que los primeros, representan lo
cotidiano que mueve a cada persona en su lucha por ser feliz y los segundos,
representan los lazos que rodean el bienestar de la comunidad. En consonancia a los
señalado, y de acuerdo a las necesidades sociales, el Nuevo Diseño Curricular ha

considerado en el documento que sustenta la nueva reforma educativa, los valores
antes mencionados, los cuales fueron reseñados en las bases teóricas relativas a la
educación en valores y que pretenden ser alcanzados por medio del desarrollo de los
ejes transversales a través de la praxis pedagógica.
Filosofía de los Valores.
Según Scheler (1998) los valores constituyen los fundamentos de las
concepciones del mundo y de la vida. Tales opciones consisten en plexos de valores
jerarquizados en una determinada dirección. Forma parte esencial del carácter
superior de ciertos valores su mayor duración, esto es, el poder persistir a través del
tiempo, lo que se traduce en estilos de vida y comportamientos estables. Esta
duración forma parte de la esencia de los valores superiores que rigen el conjunto de
la vida.
Espontáneamente, sin que nadie se lo imponga el hombre llevado por su
concepción de la vida y por toda la gama de realidades que cambian, va
evolucionando en la valoración de lo que constituye su mundo. Aquí encontramos
una de las causas de la difícil relación que se da entre generaciones tan diferentes que
hoy conviven. El conjunto de valores de los padres a veces nada tienen que ver con
el de los hijos. Para comprender al hijo el padre se ve obligado a prescindir de lo que
para él tiene valor, y en cambio carece del mismo para su hijo. Y si éste quiere
comprender a su padre, tendrá que hacer lo propio. Como todo supone un esfuerzo,
nada tiene de extraño que nos e dé la comprensión entre generaciones, habida cuenta

de lo poco inclinado al esfuerzo que es el hombre de hoy.
Las corrientes del pensamiento sobre los valores han tenido también una
influencia en las interrelaciones sociales y personales. La llamada “Teoría platónica
del valor”, sostiene que los valores son entes ideales; esa realidad es la que tiene
verdadera consistencia, y la realidad vigente no es más que una sombra de las ideas.
De esta forma, el pensamiento mantiene la hegemonía en la construcción de la
realidad. Este idealismo asfixia la realidad social y el “mundo de la vida”, que son
una realidad subalterna del mundo de las estructuras formales del pensamiento. Así,
borrar “la pobreza” en los discursos en uso significa lo mismo que borrar la realidad
de la pobreza. Esta especie de idealismos en que la palabra y la imagen suplente la
realidad acaba en meros nombres y en la relatividad del valor, despojándolo de su
objetividad y reduciéndolo a la subjetividad individual, esto es, en actitudes de
aceptación o rechazo formal. De esta forma es posible convivir cómodamente con la
injusticia y la pobreza (Sastre, V. 1992).
La teoría de la “apreciación también no acepta la independencia de los
fenómenos éticos, y aduce que el valor moral está dado tan solo en, o mediante la
apreciación (de un obrar; de un querer, etc.) cuando no es producido por ella”
Scheler, M. (1941). Según Scheler, los valores se aprenden no por una mera asunción
psicológica sino más bien por una intuición apreciativa.
Para el hedonismo (representado por muchos pensadores, desde Epicerro en los
tiempos clásicos a Jhon Suart Mill en el siglo XIX) solo tiene valor aquello que de
una manera u otra conduce al placer o en su causa. En la propia naturaleza del placer
radica la razón de su bondad ese valor intrínseco del placer no se encuentra en el

conocimiento o en la virtud. Ahora bien el placer es solo la denominación que damos
a ciertos sentimientos (como por ejemplo, la satisfacción por haber recibido un
premio, la satisfacción por el pago de una deuda). No es concebido un placer no
sentido.
Otra orientación del pensamiento en torno a los valores, al decir del sociólogo
Vicente Sastre, es la que se centra en intereses personales. Según R.B. Perry, un
interés es un estado de disposición a favor o en contra de algo. Cualquier objeto o
fenómeno de interés favorable, deseado, querido o amado, es bueno; lo malo es el
objeto o fenómeno odiado o desaprobado hacia el que se tiene un positivo desinterés.
El interés hacia un objeto o una realidad es lo que le confiere valor. Este
entendimiento del valor como interés explica todo tipo de bondad y maldad.
Tanto el hedonismo como la teoría del valor como interés son naturalistas:
sitúan el valor en el mundo de la naturaleza, no hacen apelación, a la cultura y no
exigen ninguna categoría o realidad que la trascienda. Para explicar que las cosas
sean buenas o malas basta la conciencia subjetiva. La filosofía retoma la atención
sobre el valor con Nietzsche y su “transmutación de valores”. De ahí pasa a la
fenomenología y los diferentes representantes ya en nuestro siglo, de la filosofía de
los valores con Max Scheler al frente. Scheler quiso fijar una antología, una base
material axiológica y objetiva, pero precisó que aún siendo absolutos los valores
descansaban en la intuición, en el sentimiento de valor. Pues los valores son
cualidades de las cosas que promueven nuestro interés, que atraen y repelen y solo
puede tener valor aquello cuya existencia complace.

Crisis de Valores.
Según Ruiz (1990 P. 196); resulta compleja la realización práctica de las metas
que cada uno acepta para sí en el curso de su vida. Pero el factor decisivo de
complicación es el entramado racial en la que tiene lugar nuestra realización personal.
Un entramado social en abierto conflicto de valores. Hay una conflictividad que es
interior a la persona. Hay una conflictividad que es social y hay una conflictividad
cristiana. Hay una conflictividad entre los cristianos y la sociedad, entre los valores
sociales de uno y otro grupo y dentro del mismo hombre.
La sociedad ha institucionalizado el antivalor. El irrespeto, el incumplimiento
de las leyes, la irresponsabilidad, el abuso, la hipocresía... son antivalores que se han
impuesto en la mayoría de las instancias de la sociedad venezolana.
De ahí que la crisis de valores no es un problema exclusivo de la contienda
política o del funcionamiento de las instituciones que conforman el Estado
Venezolano. La crisis de valores es un problema que ha penetrado en todos los
rincones de nuestra vida cotidiana. Desde lo más pequeño, lo más cercano, desde lo
más simple de la vida, desde las más elementales acciones de convivencia humana,
desde allí comienza la cadena interminable de desconocimiento de la moral, de
desacato al orden del deber; de desconocimiento de la solidaridad, de la
responsabilidad, del respeto... La acción ciudadana no tiene ninguna importancia; al
contrario, el ejercicio de la ciudadanía es de tontos, de idiotas. El valor está puesto en
la “viveza”, en todas las reglas e instancias, por encima de los demás. A ese es a
quien se le rinden honores.

A este respecto Martí, (1993). Expresa “La crisis más espectacular es la que
afecta a las religiones y a los sistemas de valores vigentes durante los últimos siglos,
los cuales hacían posible el consenso de las sociedades civiles y eran el fundamento
de la convivencia”
Igual pasa en el trabajo, también nos encontramos con actitudes que demuestran
la presencia de aberraciones en la manera de proceder de los ciudadanos. Es de
“vivos” quedarte más tiempo libre sin importar que otros esperen por tu servicio, es
de vivos acostumbrarte a salir más temprano del trabajo o llegar más tarde. Y lo peor
es que si levantas la voz para reclamar la acción indecente, entonces el gremio se
solidariza con quien comete la falta, aún sabiendo que en el fondo, el reclamo es
valedero; y te convierte en un agresor y desadaptado.
Por esta razón los hogares venezolanos tampoco escapan de los tentáculos de la
crisis de valores. Son muchas las relaciones de pareja que se levantan sobre la base
del irrespeto y la dominación; relaciones entre padres e hijos que se basan en el miedo
en vez del amor. En todos los ámbitos de la sociedad el antivalor se hace presente,
siendo la cotidianidad el gran escenario donde se mueven un sin fin de rostros sin
moralidad.
Así pues en uno y otro caso igualmente la ley resulta violada, la moral y la ética
resultan agredidas. Tanto en la vida política como en la cotidianidad, en las
instituciones públicas del Estado como en la familia..., el imperio del antivalor ejerce
su dominio.
Continua diciendo el autor que la sociedad educó para eso, no en la lección,
pero sí en la vida. Somos producto de ese proceso. La responsabilidad de esta

descomposición moral la tienen precisamente quienes les ha tocado los destinos del
país y de las instituciones. La tienen quienes en las más altas esferas de poder socio-
económico solo les interesó ampliar sus caudales de ganancias a costa de imponer un
estilo de vida cuyo centro ha estado en el consumo y en la lucha de poder, no para
servir, sino para ganar. Aquí no se trata la bondad o maldad del venezolano. Se trata
de la enseñanza que impartió la clase dominante a través de los medios de
comunicación, los partidos políticos y demás medios. El venezolano aprendió el
ejemplo de sus dirigentes antinacionalistas.
De la misma manera a cada uno nos toca procurar cambios en la moralidad,
desde el reconocimiento de las cualidades presente en nosotros los venezolanos. Los
cambios deben producirse también en el seno de las instituciones y del Estado; ya no
pueden continuar las reglas de juego a favor de unos y detrimento de otros, como
tampoco puede permitirse la continuidad de los árbitros tolerantes de toda la familia.
Según García (2000) el hombre de hoy contempla en su conciencia un gran
vacío de valores, no es posible separar la crisis de valores de la crisis social.
Cualquier reajuste social, implica siempre un reflejo en el sistema de valores. Los
cambios sociales acaecidos en el último cuarto de siglo son tan radicales que se puede
hablar de una metamorfosis social y cultural.
El desfallecimiento de la regulación de la conducta se sitúa en el origen de
muchos comportamientos derivados entre los que cabe destacar la toxicomanía de
ciertos tipos de delincuencia e incluso la disociación familiar.
Urge además el desarrollo de una educación para la ética, para el rescate de
valores. Educar en valores es tan importante como enseñar a leer y escribir o enseñar

matemática. Hay que crear espíritus fuertes capaces de enfrentar la dureza de la vida
sin doblegarse en el hostil terreno de la necesidad económica, del trabajo, de la
identidad y compromiso político, del hogar... Hay que formar concientes que nos e
vendan ante la primera oferta que sean capaces de escalar ideales contrarios a los
establecidos. Formar padres y madres que sepan serlo cuando les toque, hombres y
mujeres que valoren el trabajo, el servicio, la solidaridad; ciudadanos que sepan amar
la patria y desde su puesto en ella den lo mejor de sí. Nos apoyamos en las
afirmaciones de Federico Mayor Zaragoza y de Felix Martí, (1993). “Es necesaria
una renovación conceptual, hace falta equilibrar lo económico con lo social. Las
palabras claves en todas las religiones son: amor y compartir”
Una vez más el educador tiene la tarea de fortalecer el espíritu y de enriquecer
conciencias. Es por ello tan importante brindar a los alumnos experiencias que
realmente le toquen el corazón. Que descubran valores en la vivencia, no en la teoría,
porque la teoría se olvida, en cambio la vivencia no.
Por lo antes expuesto expresa Vilda (1995) que la educación tiene una tarea
fundamental en el fortalecimiento de los valores en una sociedad cuya ética se
derrumba; pero tampoco es una tarea exclusiva del maestro. También es una tarea del
político, del juez, del ministro, del empresario. Si en la sociedad sigue imperando la
corrupción, el consumismo, la impunidad, el irrespeto... sin que nuestros líderes
hagan nada para evitarlo, la lucha entonces seguirá siendo muy desigual. La
construcción de la moralidad es urgente y supone que el venezolano se mire a sí
mismo y a su país con otros ojos, no con la ceguera que produjo el impacto del
petróleo y el consiguiente riquísimo, sino con el imperativo de crear una nueva

manera de entender la vida, una manera de percibir la nación y nuestro sitio en ella.
En este sentido es urgente cambiar la percepción de nuestros dirigentes sobre el país y
su función en él. Construir una moral colectiva en el actual estilo de dirigencia es
imposible. Ojalá que ellos entiendan que el problema de los valores no es un
problema de discursos sino de acciones. Mientras tanto, los educadores hagamos de
nuestras aulas y nuestra escuela verdaderos talleres de formación de valores.
Hagamos que en nuestros alumnos crezca el hombre nuevo posible que vaya
haciendo visible otra Venezuela, no para mañana, sino desde hoy. Pongamos allí
nuestro grano y busquemos buenos árbitros para que este juego no acabe en pedradas.
Con respecto a esto Martí, (1993), expresa “Debemos participar en la
construcción de formas de vida que tengan más en cuenta al hombre; ser más
solidario, creer en la dignidad humana y favorecerla, tener en cuenta las relaciones
entre el ser humano y su entorno y luchar para eliminar todo lo que en este momento
signifique caos y violencia”.
Solidaridad.
Al respecto Pereira (2001), no siempre es fácil distinguir entre valor y actitud, a
veces se nos presenta como valor lo que es en realidad una actitud, y viceversa. Y en
el mismo orden de cosas, es muy difícil precisar qué actitud (o conducta)
correspondería a un determinado valor. Es más, a un valor pueden corresponderle
varias actitudes, por ejemplo, al valor de socialización podemos hacerle corresponder
las actitudes de solidaridad, nacionalismo, participación, comunicación, etc.

Lo anteriormente expuesto es un sentido que impele a los hombres a prestarse
una ayuda mutua. Dependencia mutua entre los hombres que hace que no puedan ser
felices unos si no lo son los demás.
Convivencia.
A este respecto Pereira, (2001), nos detenemos en la reflexión sobre la
importancia de la vivencia de los valores en la familia. No está de mas retomar aquí
esta reflexión, ya que ellos forman parte, y muy importante, de nuestras comunidades
educativas escolares. Partimos de la siguiente afirmación: la familia, como fuente de
donde recibimos la vida, se convierte en la primera escuela en la que aprendemos, de
forma natural, a pensar, a compartir, a decidir, a ser, por la influencia que los padres
proyectamos. Es el primer santuario donde aprendemos a orar, y es en definitiva, el
primer marco de nuestra vivencia personal y social. Dentro del ambiente familiar se
descubren y viven los valores que va a dar sentido a la existencia. Quien rompe los
sagrados vínculos de la vida familiar, no solamente destruye la base de todo orden
social, toda convivencia y armonía, sino que además ciega el manantial de donde
brotan para el individuo las más puras, intensas y bienhechoras fuerzas para su
desarrollo y formación interna.
Honestidad.
Es aquella calidad humana por la que la persona se determina a elegir actuar

siempre con base en la verdad y en la auténtica justicia (dando a cada quien lo que le
corresponde, incluida ella misma). Ser honesto es ser real, acorde con la evidencia
que presenta el mundo y sus diversos fenómenos y elementos; es ser genuino,
auténtico, objetivo. La honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás,
que, como nosotros, son como son, y no existe razón alguna para esconderlo. Esta
actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellos quienes están en contacto con
la persona honesta. La honestidad no consiste sólo en franqueza (capacidad de
decidir la verdad), sino en asumir que la verdad es sólo una y que no depende de
personas o consensos sino de lo que el mundo real nos presenta como innegable e
imprescindible de reconocer.
Lo que no es la honestidad: - No es la simple honradez que lleva a la persona a
respetar la distribución de los bienes materiales. La honradez es sólo una
consecuencia particular de ser honestos y justos. – No es el mero reconocimiento de
las emociones, así me siento, o es lo que verdaderamente siento. Ser honesto, además
implica el análisis de qué tan reales (verdaderos) son nuestros sentimiento y decimos
a ordenarlos buscando el bien de los demás y el propio.
Identidad Nacional.
Así mismo, Pérez, (2002), no se puede amar lo que no se conoce, uno de los
conocimientos más abstractos y difíciles de enseñar, son los que brinda la historia.
Para lograr un aprendizaje comprensible es indispensable la maduración de los
procesos mentales, que posibilitarán el entendimiento de las acciones de las

sociedades a través del tiempo y en diferentes espacios. Se debe incorporar diferentes
estrategias, que permitan, acceder a su comprensión global, sin profundizar en
situaciones engorrosas y muy detalladas, pero sí incorporando los conceptos básicos,
que servirán de puente, entre la imaginación de los niños y la realidad. Es necesario
partir siempre del entorno y del hoy, para facilitar el paso al ayer. Cuando hablamos
de entorno, también nos estamos refiriendo a la familia y a la comunidad a la cual
pertenece el niño. Demos pensar que las mismas acciones para la subsistencia y para
sus relaciones, que el hombre realizó en el pasado, las realiza en la actualidad, en sus
aspectos básicos. Y si lo miramos de otro punto de vista, nos daremos cuenta que es
fundamental que nuestros niños comprendan que antes ocurrieron hechos, para que
puedan entender su presente. Estamos convencidos que no se puede amar lo que se
conoce, por esa razón se debe resaltar la presencia, donde el concepto de tiempo
histórico es reconocer el pasado desde el presente, para comenzar a formar la idea de
Patria que no sólo recordaremos para fechas patrias, sino en cada momento dándonos
identidad de venezolanos, amor a la patria y orgullos de ser venezolanos.
Papel de la Educación.
Para Delval (1994 p.378); la escuela ha tenido como misión fundamental la
transmisión de valores sociales y morales, y a ello se ha dedicado por largo tiempo
con mucha más intensidad que la transmisión de conocimientos. Con demasiada
frecuencia vemos que la escuela transmite las nociones científicas de forma semejante
a como antes se impartían las nociones del catecismo. Es decir, falta de espíritu

crítico que caracteriza a toda indagación científica. Precisamente esta es una de las
fuentes de la crisis de la educación y de la enseñanza escolar y de lo poco que
aprenden los alumnos en la escuela.
A la escuela le ha salido un duro competidor con el papel cada vez más
preponderante que desempeñan los medios de comunicación social en nuestra
sociedad. Los niños y adolescentes adquieren una gran cantidad de conocimientos y
de valores, fundamentalmente a través de la televisión, pero también de la radio y de
los periódicos, y la escuela no ha sabido adaptarse e integrar esas nuevas formas de
educación en su práctica cotidiana a las que permanece ajena, como si no existieran.
Como respuesta a toda esta situación de desconcierto, una de las tareas que hoy
se quiere encomendar a la escuela y sobre la que se está poniendo cada vez más
énfasis, es la formación moral de los jóvenes, que ya no puede ser igual que antes.
En todo caso, lo que muchas personas comparten es que, ante esta sentida crisis de
valores, la escuela tiene que hacer algo, pero no sabe exactamente qué. Hay grandes
expectativas depositadas en el papel moralizador de la escuela y la reforma educativa
que se está implantando, atribuye mucha importancia a la educación en valores. En
cierto modo se pide a la escuela que contrarrestre los efectos, que frecuentemente se
consideran negativos, de los medios de comunicación. Pero hacer esto no resulta una
tarea sencilla y todo el mundo es consciente de ello. No parece útil que la moral
pueda convertirse en una disciplina escolar más, aunque pareciera la solución más
directa e inmediata. Su carácter de componente esencial de la actividad humana
inclinará a pensar que la formación moral tiene que penetrar en todos los aspectos de
la actividad escolar, convirtiéndose en lo que ahora se denomina un tema transversal.

Cuadro General sobre la Educación en Valores.
El siguiente cuadro la “Educación en valores”, nos muestra de forma
esquemática en que nos fundamentamos y los medios que utilizamos para el
desarrollo e interiorización de los mismos.
Fuente: Delval (1994).
Los Valores en la Escuela.
De acuerdo con Camps, (1998 p.218); la escuela, y, dentro de ella, toda la
Comunidad Educativa, necesita hoy en día, adquirir un compromiso con el renacer de
la nueva humanidad y con la nueva forma de habitar el planeta que no está
demandando la realidad y la problemática social; un compromiso que ha de traducirse
en la transformación de sus Proyectos Educativos y Curriculares en proyectos de
humanización impregnados de valores y de principios morales. Proyectos en los que,
a partir de un análisis crítico con lo establecido, los alumnos y alumnas puedan

diseñar horizontes y alternativas personales en el arte de aprender a vivir y de
humanizar el mundo con la esperanza de poder transformarlo.
Para ello; la escuela necesita actualizar su tarea pedagógica, teniendo en cuenta
los siguientes principios:
- La escuela necesita, en primer lugar, abrirse de par en par a la vida, dejarse
penetrar por ella, empaparse de su realidad y fundamentar toda su acción, referida a
todos los cambios de la enseñanza y del aprendizaje, en esa realidad cotidiana que es
en la que viven y en la que, en gran medida, están aprendiendo a vivir sus alumnos y
alumnas.
- En segundo lugar, la escuela, abierta a la vida, necesita romper
definitivamente el divorcio o el distanciamiento, que con frecuencia en ella se
establece, entre los contenidos de las áreas y los que los alumnos y las alumnas
perciben y adquieran a través de sus experiencias diarias en contacto con la realidad.
- En tercer lugar, la escuela, asumiendo e integrando en sus procesos de
enseñanza y de aprendizaje la totalidad de los ámbitos del conocimiento y de la
experiencia, debe adoptar una actitud profundamente crítica y constructiva a favor del
desarrollo de los valores éticos fundamentales.
- En cuarto lugar, y como consecuencia de todo lo anterior, en la escuela tiene
que hacerse posible la síntesis entre el desarrollo de las capacidades intelectuales o
cognitivas de los alumnos y de las alumnas y el desarrollo de sus capacidades
afectivas, sociales, motrices y éticas, es decir, la síntesis entre lo que podríamos
llamar la sabiduría y el humanismo, o entre el “aprender a aprender” y el “aprender a
vivir”.

Para ello, en los Proyectos Curriculares todo proceso o toda actividad de
enseñanza y de aprendizaje deberá contextualizarse en las dimensiones de la realidad
que los alumnos y las alumnas viven y experimentan, y deberá, a su vez servirles de
estímulo y de impulso para la libre adopción de caminos o de proyectos personales,
tanto en el terreno intelectual como en el de sus relaciones consigo mismo y con los
demás. Todos estos principios pedagógicos, en realidad no son nuevos; son
principios que desde hace años se vienen enunciando y propugnando desde muy
diversas posiciones y movimientos de innovación pedagógica, pero que hoy resultan
especialmente urgentes y necesarios, dada la complejidad del mundo, en el que los
alumnos y alumnas viven, y teniendo en cuenta la gran magnitud de percepciones y
de influencias externas a la escuela que recibe y que sin duda, intervienen
definitivamente en la estructuración y en el desarrollo de su personalidad.
Sobre la base de lo anterior señala Raths (1997) que la misión de toda escuela
educadora debe ser el proponer, dar a conocer, clarificar, ayuda a descubrir los
valores al estilo socrático. La captación de un valor exige una estrategia, ya que se
trata no de una mera enseñanza, sino más bien de un aprendizaje; la educación exige
la interiorización de unos valores y así éstos se proyectarán y traducirán en una
conducta.
La escuela que no ofrece valores que ofrece sólo conocimientos, objetivos
intelectuales, es una escuela impersonal, intelectualoide, estéril, vacía. Traiciona su
propia esencia que es educar. La educación en valores debe se parte importante del
plan de estudios de toda escuela que se precie de educadora. Si es que se persigue
que el alumno no solo aprenda contenidos, sino que aprenda a reflexionar, criticar,

experimentar y buscar datos e información, bien pronto descubrirá valores que antes
desconocía convirtiendo así el estudio en algo fascinante. La escuela puede ofrecer
una enseñanza repetitiva y aburrida, o bien, emplear un método activo, motivante con
el que facilitará el descubrimiento de valores.
La Responsabilidad del Educador ante la Transmisión de Valores.
Camps, (1995) el educador tiene, sin duda, una responsabilidad pública. Su
trabajo consiste en transmitir unos conocimientos y un forma de vida que constituya
las bases para que los niños y niñas a los que están educando no sólo puedan llegar a
desenvolverse bien en la sociedad que les tocará vivir, sino que puedan contribuir a
mejorar esa sociedad.
En primer lugar, hay que quitarse de la cabeza que la educación pueda ser
neutra en cuanto a valores. Educar no es sólo instruir, sino trasmitir unas certezas,
unas ideas o unas maneras de ser. Los niños y niñas pasan en la escuela una parte
muy considerable de un tiempo y de un tiempo esencial para la adquisición de hábitos
y de comportamiento. Es absurdo pensar que lo que reciben en la escuela, es
simplemente, un sistema de conocimiento, un saber teórico o una mera instrucción.
En la escuela aprenden también a convivir a relacionarse con iguales y
superiores, a tratar a la autoridad, a respetar a los compañeros de distintas presencias,
a repetir y renunciar a cosas, a aceptar los fracasos y cantidad de cosas que forman
eso que puede seguirse llamando carácter de la persona. Lo quiera o no el educador,
contribuye a contagiarles una manera de ser, tanto con su propio comportamiento,

como con las reglas de convivencia que, explicitas o tácticamente, funcionan en un
centro.
Finalmente, entender que la responsabilidad por la educación y por sus
consecuencias es cosa que todo implica abandonar la teoría de que son las estructuras
sociales o el estado, los únicos factores y causantes de todos los defectos de la
educación. Se trata de un tópico de raíz marxista y libertaria que aún colea en
nuestros pagos. Más aún en aquellos espacios donde se desempeña una función
pública, el último razonable de la cual parece ser el estado o el ministerio de turno,
que es el encargado de orientar esa función políticamente.
En definitiva, pues la educación debe asumir su responsabilidad pública.
Muchos años de catolicismo nos acostumbraron a pensar que la educación era algo
privativo de una doctrina religiosa. Que securalizarla significaba abdicar de la
responsabilidad educativa. No sólo n debe ser así, sino que en un país debe de tratar
de contribuir y de sentar las bases éticas de su sistema educativo. Ha de entender que
las formas del sistema no pueden consistir sólo en meter más informática o más
formación física en los planes de estudio. Educar es una inversión más general, que
tiene que ver con una sabiduría teórica y práctica, con un enseñar a vivir desde un
punto de vista, no sólo técnico, sino humano.
¿Qué es lo que hay que transmitirle al niño o niña para que aprenda a asumir
responsabilidades? Si tenemos en cuenta que las muestras son sociedades
organizadas en torno al valor de la vida privada, la formación ética responsable tendrá
que ver, sin duda con la integridad de la persona consigo misma y con el deber
fundamental del respeto a la dignidad y a la libertad del otro.

Pero hoy lo que necesitamos es, además, que sea asumida por niños y jóvenes
esa responsabilidad a la que llamo Corresponsabilidad.
La Escuela es un espacio fundamental de socialización e integración en la
sociedad.
Sastre (1981, p.592); afirma que la transmisión de los valores no se realiza a
través de contenidos teóricos, sino en la comunicación personal de quien los vivencia
y traduce en experiencias vitales, creando al mismo tiempo un clima de cultivo y
respeto a esos valores que construyen al ser humano como persona. De ahí la
importancia de ser y de la calidad tanto de los padres como de los educadores.
La transmisión y educación de los valores no es, pues una asignatura, sino un
proceso que acompaña y penetra el conjunto de realidades que van configurando “el
hacerse” de la persona. Esto implica la necesidad por partes de padres y educadores
de vivir ellos mismos y en su ambiente esos valores y de educar la capacidad para
percibir los discernimientos para elegirlos, creatividad para expresarlos, libertad y
compromiso para vivenciarlos.
Tanto los grupos familiares como los equipos docentes tienen sus limitaciones
propias de cara a la estructuración de comportamientos y de sistemas de valores. La
familia en primer lugar, realiza la socialización primaria que se mueve sobre todo a
niveles afectivos y como tal está expuesta a la permisión de “conductas desviantes” y
a la fijación de comportamientos y criterios. La escuela permite la socialización
secundaria con mayores niveles de racionalización de comportamientos. Ambos se
necesitan mutuamente y requieren el lugar (dígase la comunidad educativa) donde
poner en común las expectativas de conductas y donde intercambian criterios de

madurez moral, sobre conflictos generacionales, sobre vida cristiana, etc.
Familia y centro educativo han de tomar conciencia de sus posibilidades de
eficacia y sus condicionamientos formativos. No se puede constituir la comunidad
educativa si no se tiene un fin trascendental de formación integral y de transmisión de
valores: El fin primario es asegurar la interacción y en ella incluimos diversos
componentes: La comunicación de valores integrantes de la comunidad como grupo
de personas con un pensamiento educativo cristiano. La comunidad de expectativas
sociales que aseguren la inserción del centro en el medio ambiente. La creación de
estímulos y de una situación estimulante para que el trabajo de cada individuo sea
gratificante. La comunicación espiritual realizada desde la fe que anima la
comunidad.
Con esto se quiere afirmar que la familia y la comunidad educativa son capaces
para crear el medio adecuado donde germine el espíritu educativo y florezcan con
plenitud los valores que impregnen todas sus actividades y se transmitan por un cierto
contagio.
Eje Transversal Valor en la Reforma Curricular.
Para García (1999 p.26); uno de los grandes avances introducidos en la reforma
curricular puesta en marcha en nuestro país estriba en el gran sentido humanístico que
subyace en ella. Educar integralmente la persona, educar para la vida, es el espíritu
que impregna todo este diseño; integralidad que supone abordar todas las
dimensiones del alumno, incluyendo la dimensión del ser. Este énfasis se hace

explícito en todos los componentes del currículo.
Tanto en la base filosófica, como en la psicológica y pedagógica del marco
teórico, se asume el ser de la persona como una dimensión que se debe atender. Se
plantea que el proceso de aprendizaje en la escuela debe estar dirigida no sólo al
desarrollo del saber del alumno (conocer) o al desarrollo de habilidades y destrezas
(hacer); sino al desarrollo del espíritu, la afectividad, la voluntad, la motivación (ser).
El ser es definido como un espíritu que impulsa a la persona a intuir, pensar, tener
motivaciones, emociones y voluntad; desde que la persona nace se inicia su desarrollo
socio afectivo y moral como proceso que se construyen en la interacción con el
mundo. El currículo propone en su base pedagógica atender esta dimensión y orienta
este desarrollo a través de los llamados “Ejes Transversales”, en especial el eje de
valores, los cuales impregnan de un carácter globalizador el proceso de aprendizaje
del alumno.
El diseño curricular se estructura en función de ejes transversales y áreas
académicas. Los ejes transversales asumen claramente la dimensión del ser no sólo
por que se haya establecido el eje de valores, sino porque en los tres ejes restantes:
desarrollo del pensamiento, lenguaje y trabajo, también se incluye la promoción de
valores, es decir, estos ejes van más allá de promover la adquisición de habilidades y
destrezas lectora o del uso del pensamiento.
El propósito de este nuevo diseño es producir cambios en la actividad escolar
para alcanzar mayor calidad en la formación asumiendo como fundamental la
dimensión ética. Sin embargo lograr que una escuela sea un centro donde se eduquen
personas para que alcancen la realización humana no es tarea sencilla; porque no se

trata de desarrollar algún contenido con alguna dinámica para que la persona aprenda
a vivir, asuma valores y crezca interiormente; en este sentido dos más dos no son
cuatro cuando de valores se trata.
Continua el autor explicando que el problema de la formación de valores en la
escuela radica, entre otras cosas, en que forma parte del currículo oculto de ella y no
se resuelve con la introducción de diseños curriculares aunque en ello se explicite esta
formación. La afirmación hecha no niega la importancia y urgencia de generar
cambios a nivel curricular, pero esto es solo un pequeño elemento de gran conjunto
de los que habría que impulsar para lograr el gran propósito; la formación del ser
persona. Por otra parte aunque encontramos grandes bondades en el diseño curricular
a nivel del tratamiento de la dimensión del ser, también vemos con preocupación
algún énfasis que en él se hacen y algunas omisiones que impiden asumir en toda su
complejidad esta dimensión.
Aunque en la explicación del significado del eje transversal de valores se
señalan ampliamente las distintas dimensiones propias de éste: respeto por la vida,
libertad, solidaridad, convivencia entre otros y en cada uno de ellos se presentan
indicadores de estas dimensiones: autoestima, seguridad en sí mismo, sensibilidad
ante los problemas sociales, entre muchos otros; esto no se refleja con esta misma
amplitud en los contenidos actitudinales de los bloques de contenidos de las áreas.
Existe un marcado énfasis en los valores de tipo intelectual valoración del
contenido conceptual o de la habilidad; por ejemplo; valoración de la lectura, del
lenguaje del número, del cuerpo, del agua y hay poco señalamiento de valores de tipo
afectivo (conocimiento personal, cuestionamiento, concepto de sí mismo, amistad,

confianza, expresión). Es distinto señalar como contenido actitudinal la “valoración
de la capacidad de expresión oral como medio para reforzar la autoestima”, que
indicar “expresión de sentimientos ideas, necesidades, con libertad a través del
lenguaje oral”. El énfasis es distinto. En el área de lenguaje, en el bloque de
contenido sobre el intercambio oral a nivel actitudinal lo que realmente interesa es
que el niño se exprese, no que valore el lenguaje como algo que está fuera de sí.
Asumir la efectividad con más amplitud en los contenidos actitudinales implica
hacer énfasis en el desarrollo de actitudes que van desde la reflexión personal sobre
cómo estoy viviendo el lenguaje, el cuerpo, la familia, la amistad, la escuela, la
naturaleza, hasta como desarrollar comportamientos concretos en el entorno para
resolver dificultades relacionadas con cada uno de éstos aspectos. En este último
aspecto también se perciben debilidades; es necesario que los niños y niñas aprendan
a asumir compromisos concretos ante situaciones problemáticas del contexto. Por
ejemplo ¿qué supone valorar la salud de nuestro cuerpo?. No solamente saber que es
importante, también en gran medida supone desarrollar la sensibilidad con la realidad
de enfermedad, de desnutrición, de pobreza, de hambre, que hay en su entorno
cercano y promover actitudes concretas de solidaridad ante ellas. Allí estaremos
colocando las bases de una persona solidaria, en vez de egoísta e individualista.
También se deja de lado el tratamiento del mundo espiritual del niño,
entendiendo no como religiosidad (solamente), sino como capacidad de
discernimiento interior. Tal vez por no tener clara una manera de abordar la
espiritualidad, sin que suponga censura a la diversidad en la expresión de la fe,
estemos cerrándole al niño la posibilidad de encontrar una vía para el discernimiento

personal profundo que le suponga enriquecimiento de su mundo interior. Todos
necesitamos de momentos para escuchar el silencio, y sentir, sobre todo en un mundo
lleno de ruido y donde paradójicamente está renaciendo la espiritualidad de muchas
formas.
Clarificar los contenidos actitudinales es sumamente importante para tener el
horizonte hacia donde se quiere ir a nivel de la formación del ser. Pero también es
fundamental saber cómo se pueden trabajar tales contenidos. Evidentemente no se
trata de “darlos” en una clase, sino de trabajarlos en el desarrollo de los proyectos de
aula porque este es el instrumento que se propone para organizar la acción educativa
en ella.
En este sentido estrategias como la clarificación de valores, el uso de dilemas
morales, las dinámicas de comunicación, integración, las historias de vida;
representan una gran posibilidad de tratar los valores desde distintas situaciones. En
este sentido, no basta señalar que el instrumento es de proyecto de aula, esto hay que
acompañarlo con propuestas a nivel de otras estrategias para que el docente amplié su
visión sobre como puede tratar los valores en el aula.
Esquema interdisciplinario para la Educación en Valores.
Carreras (2001) expone en este esquema el eje de las accisas engloba los
contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales que es integran en cada una
de las materias a trabajar.
Transversalidad pueden leerse las grandes líneas que deben regir la educación,

que están presentes en todas las áreas y que deben integrarse en todo el proceso de
enseñanza y aprendizaje.
El desarrollo de los contenidos de cada materia, impregnados de los contenidos
educacionales que nos marcan los grandes ejes transversales, conducirán a la persona
a la asimilación de unas actitudes, valores y normas globales que la configurarán
como ser diferenciado.
Valores Morales.
De acuerdo con Gil (1998, p.284); los valores morales son aquellas cualidades
irreales independientes del sujeto y de carácter absoluto como por ejemplo la verdad
o el deseo de algo, que por el precio que se le otorga, le confiere la categoría valor.
Valen en tanto que son objeto de nuestro deseo e incluso son deseados y valorados
por el grupo social.
Los valores morales tienen tres dimensiones: una objetiva, de ser y valer en sí
mismo; otra subjetiva, se valoran en cuanto representan un interés para el sujeto; y un
carácter social en cuanto aspiración de un colectivo humano determinado. Además
son bienes estimables que están íntimamente ligados a las necesidades humanas, que
los convierte en modelos de vida, creencias, aspiraciones, capaces de hacer felices a
los que los poseen.
El valor moral será un determinante del comportamiento humano, tanto de su
conducta como de sus actitudes personales, ocupando la parte central de la
personalidad del individuo. A su vez está relacionado con la motivación, pues, la

conducta humana se halla condicionada por las necesidades e intereses que tiene la
persona, no solo a nivel individual, sino también colectivo, porque cada grupo social
conforme un conjunto de normas, creencias y aspiraciones valores – que transmite a
sus miembros.
La Responsabilidad como Valor.
La responsabilidad es la capacidad de sentirse obligado a dar una respuesta o a
cumplir un trabajo sin presión externa alguna.
Tiene dos vertientes: individual y colectiva. Se ha dicho que tiene una vertiente
individual, por lo que se intenta responsabilizar al alumno/a de ir limpio y bien
arreglado, que tenga una buena autoestima y un buen rendimiento escolar. En la
vertiente colectiva, además de ser responsable de las decisiones que se tomen en el
grupo, también tiene que responsabilizarse, junto a sus compañeros, en las tareas de
clase y en el juego para que exista una buena relación. Tienen que aprender a ser
responsables de cumplir las normas que les marcan padres, profesores y comunidad
donde viven, así como respetar el entorno. Como es un valor muy amplio, se puede
trabajar en edades comprendidas entre 4 y 8 años para iniciarles en las normas de la
sociedad.
En las propuestas prácticas se pretende habituar a los alumnos a:
• Aceptar cualquier crítica positiva
• Evitar la pasividad
• Profundizar y ampliar la visión de los problemas

• Escuchar y dialogar para intercambiar puntos de vista
• Fomentar el optimismo frente a las peores situaciones
• Buscar soluciones y actuar en consecuencia
INTERACCIÓN DE ALGUNOS VALORES
RESPECTO A LA RESPONSABILIDAD
Justicia
Libertad Honradez
Confianza Sinceridad
Respeto Diálogo
RESPONSABILIDAD
Esfuerzo Optimismo
Generosidad Constancia
INTERACCIÓN DE ALGUNOS CONTRAVALORES
RESPECTO A LA RESPONSABILIDAD
Represión
Inconstancia Desconfianza
Apatía
Engaño
RESPONSABILIDAD
Pesimismo Coacción
Injusticia
Fuente: Carreras 2001.

La Sinceridad como valor.
La Sinceridad significa expresarse sin fingimiento, con sencillez y veracidad;
por lo tanto, podemos decir que se encuentra exenta de hipocresía y simulación.
Puede extenderse hacia tres ámbitos.
• Hacia uno mismo
• Hacia los demás
• Hacia la sociedad en general
De acuerdo con dichos ámbitos, receptores de sinceridad, encontramos tres
principales razones o necesidades para fomentar la sinceridad en la escuela:
1. La sinceridad es necesaria para gozar de una óptima salud mental. Cuando
la persona (o, concretamente, el niño) miente, se siente mal consigo misma.
2. La sinceridad es necesaria para establecer relaciones interpersonales en
cualquier sistema (familia, escuela, sociedad en general...). Cuando el niño (emisor)
se sincera con otra persona, padre, maestro, compañero... (receptor) se produce un
feedback, es decir, el receptor también se sincera con el emisor. A partir de ello se
establece un fuerte lazo de unión entre ambos.
3. La sinceridad es necesaria para vivir en un mundo justo. Cuando las
personas se caracterizan por ser sinceras contribuyen al esclarecimiento de aquellas
situaciones problemáticas desde las más simples hasta las más complejas.
Se aconseja que el educador adopte las siguientes actitudes para favorecer el
incremento de sinceridad en sus alumnos y alumnas.
• Asegurarse de que las normas y reglas del aula son claras y precisas.

• Si las reglas no están explicitadas, el niño no podrá reconocer con exactitud
y precisión el mal o buen cumplimiento de éstas.
• Ser sincero con sus alumnos. Ello generará confianza hacia él y, en
consecuencia, un aumento de sinceridad en ellos.
• Aceptar a cada uno de sus alumnos tal como es. Ello evitará que se
“disfracen” para agradarle y, a la vez, favorecerá su autoestima.
RESPECTO A LA SINCERIDAD
Autenticidad
Responsabilidad Honradez
Amistad Franqueza
Lealtad Nobleza
Aprecio
Confianza Naturalidad Valentía
SINCERIDAD
RESPECTO A LA SINCERIDAD
Enemistad
Engaño Falsedad
SINCERIDAD
Enmascaramiento Desconfianza Hipocresía
Fuente: Carreras. 2001.

El Diálogo como valor
El Diálogo es un coloquio o conversación entre dos o más personas. El dialogar
con plenitud nos permite desvelar actitudes favorables en la búsqueda del interés
común y de la cooperación social.
El diálogo tiene un valor intrínseco y precisa de unos cuidados para dar su fruto.
Estos son:
• Abrirse al otro.
• Acogerle
• Respetarle
• Escucharle
• Comunicarse
• Utilizar un lenguaje común
• Compartir la reflexión y la crítica
• Darse serenidad y tiempo mutuamente
• Desechar:
El miedo
La excesiva prudencia,
El trato irónico o despectivo.
De allí que el saber dialogar es una capacidad básica para todo ser humano.
Como toda capacitación precisa de un aprendizaje. Debemos ejercitar a los alumnos
desde muy pequeños en la escuela atenta, uso de la palabra adecuada, la sinceridad, la
comunicación espontánea, el respeto... y valorar cómo se ven a sí mismos y con

respecto a los demás.
Así llegarán a ser personas que gozarán de la plenitud del diálogo y de todos los
valores que lleva implícitos. Un diálogo demasiado racional, correcto y frío es
ineficaz. Por ello vale la pena prestar atención a unas pautas muy sencillas para
lograr un diálogo maduro y constructivo:
• Deseo de participación
• Serenidad y tranquilidad
• Afecto y simpatía
• Naturalidad y fluidez
• Flexibilidad y tolerancia
• Actitud empática
• Diálogo democrático
• Interés manifiesto
Analizándolas diremos que los valores más importantes que deberían presidir
todo diálogo son: simpatía, tolerancia, participación, democracia e interés.
RESPECTO AL DIÁLOGO
Tolerancia
Simpatía Interés
Participación Democracia
DIÁLOGO
Fuente : Carreras. 2001.

RESPECTO AL DIÁLOGO
Imposición
Aislamiento Desinterés
Antipatía Intolerancia
DIÁLOGO
La Confianza como valor.
La confianza se manifiesta cuando la persona se siente respetada, comprendida,
alentada y acogida, en el contexto de una relación dialogante y respetuosa. Se
desarrolla según nuestra personalidad, pues la razón de la confianza está en lo más
íntimo de nuestro ser. La confianza ha de mantenerse continuamente con tolerancia y
cordialidad; afianzándose con la superación de dificultades, se debilita con dudas e
imprudencias. Se pierde con olvidos, distanciamientos y traiciones. Es necesario
conocer el grado de confianza/desconfianza de los alumnos para establecer una
estrategia de mantenimiento o de adquisición de este valor.
Pautas para generar confianza en los alumnos:
• Ser sinceros, decir la verdad aunque duela.
• Ser espontáneos en pensamientos y sentimientos
• Respetarse y respetar
• Ser dialogantes
• Pactar las normas de disciplina y de convivencia con flexibilidad y

tolerancia.
En tal sentido al niño hay que proporcionarle situaciones que generen confianza,
actividades sencillas, juegos no competitivos y cuentos en los que el protagonista sea
ejemplo de confianza. A medida que crece, hay que seguir educándole en la
confianza: saber esperar, tolerar, olvidar, comprender, perdonar, es decir ofrecerle
oportunidades para fomentar y aumentar su confianza.
RESPECTO A LA CONFIANZA
Fortaleza
Coherencia Colaboración
Seguridad Tolerancia
Diálogo Respeto
CONFIANZA
Amistad
Sinceridad Autoestima Cordialidad
RESPETO A LA CONFIANZA
Inseguridad
Enemistad Desconfianza
Engaño Falta de respeto Intolerancia
CONFIANZA

La Autoestima como valor
La autoestima es la percepción personal que tiene un individuo sobre sus
propios méritos y actitudes, o dicho de otro modo, es el concepto que tenemos de
nuestra valía personal y de nuestra capacidad. Ésta se construye a partir de las
personas que nos rodean, de las experiencias, vivencias y sentimiento que se
producen durante todas las etapas de la vida; de aquí el aspecto variable de este valor.
Las etapas más importantes para su adquisición son la infancia y la adolescencia. La
visión que tiene la persona de sí misma, viene determinada por la valoración que han
hecho las personas más importantes de su vida (padres y educadores). Tenemos que
enseñar a cada niño desde la infancia a descubrir en su interior, lo mejor de su
personalidad. Cuanto más lo tratemos como ser importante y digno de atención, y se
sienta amado y aceptado, mejor autoconcepto tendrá. La persona con autoestima
elevada, es decir, aquella que acepte sus características físicas y psicológicas, es
capaz de afrontar cualquier reto que se le presente.
Para fomentar la autoestima se debe:
• Comparar las cualidades positivas para favorecer la autosuperación.
• Manifestar las cualidades positivas de los compañeros.
• Ensalzar las actitudes positivas de un alumno delante del grupo.
• Ver el lado positivo de cada situación
• Descubrir la capacidad de superación de cada persona.

CON RESPECTO A LA AUTOESTIMA
Amistad
Compartir Confianza
Ayuda
ATOESTIMA
Aprecio
Colaboración Creatividad Cooperación
Quien posea estos valores favorecerá el aumento de autoestima de sí mismo y
de los demás.
INTERACCIÓN DE ALGUNOS CONTRAVALORES CON
RESPECTO A LA AUTOESTIMA
Frustración
Desconfianza Sumisión
AUTOESTIMA
Inseguridad Dependencia
La Creatividad como valor
La Creatividad es la característica fundamental de aquellas personas que:

• Son originales en sus ideas, hechos y producciones
• Tienen un pensamiento divergente
• Son individualistas
• Son imaginativas y curiosas
• Tienen capacidad de concentración
• Son flexibles
• Tienen iniciativa
La creatividad es un potencial que todo ser humano posee y que el adulto debe
saber valorar y estimular en los niños y adolescentes, mostrándose abierto y sensible
tanto para descubrirla como para encauzarla como el don más preciado. Según
Maslow, las personas creativas muestran espontaneidad, expresividad, ingenuidad no
temerosa de lo desconocido, capacitar de aceptar el ensayo provisional y la
incertidumbre, tolerar fácilmente la bipolaridad y poseer la habilidad de integrar los
contrarios. El autoritarismo es el mayor freno a la creatividad porque no hay respeto,
ni diálogo, ni aceptación del punto de vista del otro. Es necesario estimular la
imaginación, la fantasía, la curiosidad, para que el niño averigüe y llegue por si
mismo a varias alternativas.
Resumiendo, emergerá todo el potencial creativo de nuestros alumnos:
• Si sabemos mantener su capacidad de afirmación, su propio criterio sin
modales agresivos.
• Si les enseñamos a trabajar propia cuenta sin aislarse ni menospreciar a los
demás.

• Si les acostumbramos a manifestar sus opiniones sin tozudez ni actitudes
dominantes o impositivas.
• Si aprenden a mantener sus ideas con firmeza y no se dejan dominar por
timidez o sumisión.
• Si son honrados, sinceros y mantienen una actitud abierta y de amplitud de
miras sin caer en la pedantería, puesto que la singularidad jamás debe suponer
altanería.
• Y, finalmente, si les facilitamos la experiencia de saber que ser uno mismo,
trazar su propio camino y no someterse al qué dirán, siempre entraña dificultades
pero vale la pena para ser felizmente creativo.
INTERACTIVO DE ALGUNOS VALORES
RESPECTO A LA CREATIVIDAD
Concentración
Personalismo Curiosidad
Imaginación Autoestima
CREATIVIDAD
Flexibilidad Iniciativa
Originalidad Independencia Inconformismo
RESPECTO A LA CREATIVIDAD
Conformismo Inflexibilidad
CREATIVIDAD
Clonicidad Autoritarismo

La Paz como valor
El concepto de Paz es muy subjetivo y con variedad de significados. Para
homogeneizar el presente valor haremos la distinción entre paz interna y paz externa.
• Paz interna: Es la paz del sujeto. La persona que goza de ella se caracteriza
por poseer un equilibrio psíquico, sentimientos altruistas, ausencia de conflictos entre
su corazón y su mente, etc.
• Paz externa: Es decir, la paz del <<objeto>>. Esta paz es aquella que recae
sobre un fenómeno cultural, jurídico, político y social.
Ventajas que ofrece la paz:
• Entendimiento y conocimiento entre las personas
• Mayor equilibrio psíquico
• Aceptación de las diferencias individuales (étnicas, personalidad,
inteligencia...).
• Cooperación y ayuda de forma altruista
• Tranquilidad y quietud en la sociedad en general
• Respeto al medio

RESPECTO A LA PAZ
Justicia
Autenticidad Cooperación
Amistad Sinceridad
PAZ
Respeto Buen entendimiento
Aceptación de los demás
RESPECTO A LA PAZ
Conflictividad
Marginación Desequilibrio
Hostilidad Guerra
PAZ
Enemistad Injusticia
Intranquilidad
La Amistad como valor
La Amistad, se puede definir como un afecto personal puro y desinteresado,
ordinariamente recíproco, que nace y se fortalece con el trato. Los cimientos en que
se apoya la verdadera amistad son la sinceridad, la generosidad y el afecto mutuo.

Podemos diferenciar entre amistad verdadera que es la anterioridad definida, y
amistad simulada basada en el engaño y el egoísmo. La amistad sincera,
necesariamente ha de ser recíproca: se ha de saber recibir y al mismo tiempo estar
preparado para dar. El valor de la verdadera amistad que nos dignifica y alegra
nuestra existencia, se encierra en el trato afable y en la buena comunicación con los
demás.
Podemos decir que favorece la amistad:
• La bondad y la sinceridad
• La generosidad
• La cortesía
• La cordialidad
• El respeto
• La reciprocidad en los afectos y sentimientos
• El preocuparse por los problemas de los demás
• La personalidad comunicativa y amable
Durante todas las etapas de la vida es importante la amistad, pero en la pre-
adolescencia y adolescencia es esencial, ya que en estas épocas los jóvenes se sienten
incomprendidos por las personas mayores (especialmente padres) y su única fuente de
comprensión proviene de sus amigos.
Trabajando el presente valor pretendemos que los alumnos descubran:
• El valor de la amistad
• Las actitudes que la favorecen

• Las dificultades que a veces comporta
• Su valor en las relaciones sociales
• Que la amistad exige generosidad, que el egoísmo, el engaño y la
intolerancia destruyan una verdadera amistad
RESPECTO A LA AMISTAD
Sinceridad
Cooperación Generosidad
Respeto Donación
AMISTAD
Colaboración Altruismo
Compañerismo Comprensión Afecto
RESPECTO A LA AMISTAD
Intolerancia
Egoísmo Simulación
AMISTAD
Engaño
El Respeto como Valor
El Respeto es la consideración, atención, diferencia o miramiento que se debe a
una persona. Podemos decir también que es el sentimiento que lleva a reconocer los

derechos y la dignidad de otro. Dignidad de igual a igual compartida por todos. El
respeto hacia uno mismo se basa en el respeto que se profesa al otro como persona.
Nuestra dignidad de personas queda situada entre dos coordenadas básicas: la del
respeto a nosotros mismos y la del respeto a los demás. Para que una persona respete
a los demás siempre ha de tener unos modelos: padres, educadores,... los cuales con
su ejemplo y respetándole a él le han marcado unas pautas que podrá seguir toda su
vida.
Los objetivos principales propuestos son:
• Despertar en los alumnos el respeto a sí mismos y a los demás
• Respetar nuestro entorno
• Favorecer este valor en todas las oportunidades posibles
• Potenciar el respeto al medio ambiente
• Descubrir el valor de la convivencia y la aceptación de la diversidad
CON EL RESPETO
Sinceridad
Humanidad Amabilidad
RESPETO
Comprensión Aprecio
Autoestima

CON EL RESPETO
Egoísmo
Incomprensión Desfachatez
Desigualdad Desconsideración
RESPETO
La Justicia como Valor
Tanto la justicia como la injusticia se descubren en la simple convivencia.
Clásica es la definición de la justicia como “Actitud moral o voluntad decidida de dar
a cada uno lo que es suyo”. Ese “cada uno” es la parte fundamental de la justicia, es
la primera consecuencia que nos lleva a ver la justicia con relación a otro. La justicia
es un valor que supone, siempre, al menos otra persona a quien debe respetarse. Es la
virtud de la equidad, de la medida, de la igualdad y del orden. Conocer este valor es
fundamental porque es la base de otros valores. Sin justicia es falsa la actitud de paz,
cooperación, tolerancia...
RESPETO A LA JUSTICIA
Honradez Respeto Mutuo Cooperación
JUSTICIA
Imparcialidad Reconocimiento Tolerancia

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