El documento presenta los principios filosóficos que deberían guiar la labor del tutor, enfocándose en su ser y deber ser moral. Propone 14 principios que un tutor debería seguir, como la aceptación de sí mismo, la sinceridad, la capacidad de diálogo, la coherencia entre valores y acciones, y actuar con justicia. Concluye que siguiendo estos principios, el tutor podrá desempeñar mejor sus funciones de desarrollo personal, académico y orientación profesional del estudiante.