1. La otra clase de Economía
Jose Sande
Con ilustraciones
de
Carlos Calvo
Los derechos de autor se destinan a la fundación “El sueño de Vicky”.
https://elsuenodevicky.com//
El sueño de Vicky
Somos una fundación que recauda fondos para la investigación
contra el cáncer infantil. Además, queremos dar a conocer la
realidad y problemática de esta enfermedad y la importancia
de la investigación para poder avanzar y dar con tratamientos
específicos para ellos.
Los tratamientos del cáncer infantil, producen graves secuelas
que impiden que los niños lleven una vida normal después de
superar la enfermedad.
La investigación puede trabajar en prevenir efectos
secundarios durante y después de los tratamientos y lograr
una mejor calidad de vida de nuestros pequeños.
El éxito de El sueño de Vicky culminará cuando sepamos que
una vida respiró mejor por haber existido. Sentimos que hay
muchos caminos por los que avanzar en el cáncer infantil y
nosotros hemos optado por el de la investigación, ya que sin
investigación no hay ni cura, ni mejoría en los tratamientos.
La otra clase de Economía
Jose Sande
Con ilustraciones
de
Carlos Calvo
Los derechos de autor se destinan a la fundación “El sueño de Vicky”. https://elsuenodevicky.com/
El sueño de Vicky
Somos una fundación que recauda fondos para la investigación contra el cáncer infantil. Además,
queremos dar a conocer la realidad y problemática de esta enfermedad y la importancia de la
investigación para poder avanzar y dar con tratamientos específicos para ellos.
Los tratamientos del cáncer infantil, producen graves secuelas que impiden que los niños lleven una vida
normal después de superar la enfermedad.
La investigación puede trabajar en prevenir efectos secundarios durante y después de los tratamientos y
lograr una mejor calidad de vida de nuestros pequeños.
El éxito de El sueño de Vicky culminará cuando sepamos que una vida respiró mejor por haber existido.
Sentimos que hay muchos caminos por los que avanzar en el cáncer infantil y nosotros hemos optado por
el de la investigación, ya que sin investigación no hay ni cura, ni mejoría en los tratamientos.
3. Índice
1. Dieciséis semanas . . . . . . . . . . . . . . . 11
Joan Robinson: “Estudia economía…para no ser
engañado por economistas”
2. La bollera. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
John Maynard Keynes: “¡A largo plazo todos
estaremos muertos!”
3. Animal Spirits. . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
Hyman Minsky: la estabilidad es desestabilizante
4. La Sheriff . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
Wilfredo Pareto: la regla 80/20
5. El macho alfa. . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
Friedrich Hayek: la virtud del orden no intencionado
6. Memento Mori . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51
John Stuart Mill: feminista, abolicionista, ecologista y…
liberal
7. ¿Homo economicus?. . . . . . . . . . . . 59
Richard Thaler: somos previsiblemente irracionales
8. El viaje de fin de curso. . . . . . . . . . . 67
Aynd Rand: el azote del comunismo
7
4. 9. La Tragedia de los comunes. . . . . . 75
Elinor Ostrom: se puede gestionar con éxito de forma
colectiva
10. Ser alguien . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
Gary Becker: la mejor inversión es la formación
11. Productividad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
David Ricardo: el autodidacta inspirador de liberales y
marxistas
12. ¿Por qué trabaja el hijo de “Los
Beckham”?. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
Josepth Stiglitz: los salarios de eficiencia
13. Desplumando al ganso. . . . . . . . . . 107
Arthur Laffer: la servilleta más famosa
14. La parábola del suelo sucio. . . . . . . 115
Frédéric Bastiat: lo que se ve y lo que no se ve
15. El techo de cristal. . . . . . . . . . . . . . . 123
Mary Paley: la economista borrada
16. El poder de un paquete de lentejas. . 131
Esther Duflo: el laboratorio contra la pobreza
17. El cambio climático . . . . . . . . . . . . 139
Nordhaus: padre de la economía medioambiental
Jose Sande
8
5.
6. Dieciséis semanas
“Al menos dieciséis semanas”, pensaba
mientras entraba en el IES Joan Robinson
en su primera sustitución como profesora de
Economía.
Dieciséis semanas es el periodo de descanso
laboral legalmente establecido en España para
la baja por maternidad. Dieciséis semanas
en un aula es un sueño para una mujer de
cuarenta años que siempre quiso ser docente,
aunque los avatares de la vida le llevaron por
otros caminos profesionales.
Lo primero que le llamó la atención era el
ruido. Era como una colmena de cientos
de adolescentes cambiando de aulas a toda
velocidad tras sonar el timbre. Caminaban con
alboroto, sin parar de hablar y ¡tecleando en el
móvil a gran velocidad!
La segunda sorpresa fue que la Jefa de Estudios
no le había hecho ningún caso. Ella tenía muy
bien ensayado su discurso de presentación y
una lista detallada de preguntas…y solo obtuvo
11
7. una sarcástica sonrisa, un pequeño papel con
el teléfono de la profesora titular y la señal de
un dedo que indicaba un aula al fondo a la que
se dirigían apresurados un grupo numeroso de
estudiantes.
Mientras recorría los metros que le separaban
de la puerta sonreía pensando en el tipo de
docente que sería: una mezcla de Robin
Williams en el “Club de los poetas muertos” y
de Julia Roberts en “La sonrisa de Mona Lisa”.
Iba a ser todo lo contrario de los profesores
que había tenido. Pensaba no solo enseñar
Economía, sino educar en valores, estimular
intelectos y despertar verdaderas vocaciones.
Siempre partiendo del diálogo, la razón,
fomentando el debate en clase, viendo la
discrepancia como algo enriquecedor y sobre
todo nunca, nunca…elevar el tono de voz ni
imponer su autoridad mediante la amenaza.
“¡Qué pena que sean solo dieciséis semanas!”,
pensó con tristeza mientras entraba con una
sonrisa de oreja a oreja en el aula.
—¡Pocahontas! —oyó desde el fondo de
la clase. No era la primera vez que alguien
establecía esa comparación por su larga
cabellera negro azabache y sus ojos oscuros
Jose Sande
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8. almendrados, pero no le parecía una forma
respetuosa de recibir a su nueva profesora, por
lo que frunció el ceño, cogió la tiza y escribió
con energía su nombre en la pizarra (¡siempre
había querido hacer eso!):
Ruth Muñoz
—¿Eres india? —siguió riéndose un joven
desgarbado al final de la clase.
—¿India? No, ¿por qué lo dices?
—¡Porque te pareces a Pocahontas! —
continuó riéndose el joven.
—Mario, eres un maleducado y “fumas”
demasiado —le recriminó una chica.
—¡Tú cállate bollera! ¡Se ve que te gusta “la
nueva”! —replicó el chico riéndose de forma
escandalosa.
¡Plaff! Una fuerte bofetada de un gigante de
casi dos metros acalló su estúpida risa.
—Acabo de buscar “Ruth” en Google y dice
que es hebreo y significa “la compañera fiel”.
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9. —dijo un joven de voz susurrante desde la
primera fila.
No llevaba ni un minuto y ¡todo parecía
revolucionado y fuera de control! ¡No era capaz
de reaccionar! No sabía si castigar al alumno
por usar el móvil, poner firme al homófobo
que la llamaba Pocahontas o explicarle al
otro que no se debe nunca responder a una
provocación con la violencia. ¡Todo pasaba
demasiado deprisa!
—Por favor, podéis callaros —dijo de forma
tímida.
—Podéis callaros —elevó el tono de voz.
—¡Silencio! —dijo muy alto, casi gritando.
Pero no obtenía ni la mínima respuesta. Era
como si no existiera.
Respiró hondo y examinó con detenimiento
lo que tenía delante. Unos veinticinco
adolescentes en continuo ajetreo. Ninguno
tenía el libro sobre la mesa, ninguno estaba
sentado correctamente, la mitad estaba
jugueteando con sus móviles, una pareja
besándose, dos chicos enormes empujándose
en plan macho alfa en celo para atraer la
Jose Sande
14
10. atención de las hembras…y el resto…
durmiendo… ¡Vaya panorama!
—¡SILENCIO! —dijo gritando. Pero ese grito
se diluyó en el ruido del aula.
—Saca los partes —le susurró el chico de la
primera fila.
Pero no era capaz de reaccionar, no veía nada
sobre la mesa del profesor y el ruido y el caos
no paraban de aumentar en el aula.
—¡En el cajón, en el cajón! —continuaba el
susurro —a la mayoría si le ponen un solo
parte más no podría ir a la excursión de fin de
curso, ¡y es lo ÚNICO que les importa!
Abrió el cajón, vio una especie de talonario, lo
agarró con fuerza y agitándolo por encima de
su cabeza gritó:
—¡¡¡¡ Callaros de un P_ _ A vez!!!!
Y el aula se silenció.
Aún quedaban 15 semanas, 6 días, 23 horas y
45 minutos en esa clase.
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11. Joan Robinson: “Estudia economía…
¡para no ser engañado por
economistas!”
Joan Robinson (1903-1983) fue una de los
economistas más importantes del siglo XX.
El machismo predominante en su época
en la Universidad de Cambridge hizo que,
aunque era una brillante profesora desde
1931, no la nombraron catedrática hasta
1965. Y a pesar de sus importantes contri-
buciones sobre la competencia imperfecta
y el desarrollo económico, no se le conce-
dió nunca el Premio Nobel de Economía.
Tenía una personalidad tan fuerte que
Amrtya Sen, (Premio Nobel de Economía
al que Robinson supervisó su tesis), la defi-
nió como “totalmente brillante, pero vigo-
rosamente intolerante”. Robinson no tenía
pelos en la lengua para expresar sus opinio-
nes y hablar claro, en cierta ocasión mani-
festó que el principal propósito de estudiar
economía era, precisamente, “aprender a
evitar ser engañado por economistas”.
Jose Sande
16
12. Enlace interesante:
Joan Robinson (Uniblog)
Cuestiones:
—— Investiga por qué el Premio Nobel de
Economía no es el Premio Nobel.
—— ¿De qué país proceden la mayoría de
los Premios Nobel de Economía? ¿Por
qué crees que es así? ¿Qué porcentaje
son mujeres?
—— ¿Por qué crees que Joan Robinson
nunca recibió el Premio Nobel?
—— ¿Qué quería decir con estudiar
Economía para no ser engañado por
economistas?
La otra clase de Economía
17
13.
14. El techo de cristal
Ruth estaba escribiendo en la pizarra los
factores productivos (tierra, trabajo, capital e
iniciativa empresarial) y explicando a la vez la
importancia de Alfred Marshall (1842-1924).
—Sus “Principios de Economía” (1890)
fueron el principal manual de Economía
durante décadas.
—¿Relevó al libro de Stuart Mill? —preguntó
Alex muy interesado.
—Sí, fue un libro revolucionario en su época.
Estudió los mercados con las gráficas de oferta
y demanda que ahora vemos por todas partes
y de las que hacemos tantos ejercicios. ¡Por
algo se denominaron las tijeras marshallianas!
—O sea, que a él le debo el suspenso del
examen del otro día —dijo Mario con cierto
odio.
—Además, entre otras muchas cosas —
continuó Ruth— añadió a los tres factores
123
15. de producción clásicos, el cuarto factor de
la iniciativa empresarial. Y es muy famosa su
definición: “La economía es el estudio de la
humanidad en su quehacer cotidiano”.
—¡Qué grande! —exclamó Carlos Alberto.
—Sí, es una de las figuras históricas más
importantes de la Economía… aunque yo he
de reconocer que le tengo un poco de manía…
—¡Cuente, cuente! —se interesó Andrea—.
¡Qué oscuros y siniestros secretos escondía!
—Pues no era nada secreto ni oculto. Escribió
su primer manual a medias con su mujer,
una brillante profesora de Economía de
Cambridge. En la portada figuraba el nombre
de los dos, fue un éxito de ventas y…
—¿Y… qué? —preguntó al unísono la clase.
—Pues eliminó el nombre de su mujer de la
portada y de la autoría del libro —señaló Ruth
con tristeza.
Se oyó un rugido de indignación en la clase.
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16. —¡Qué vergüenza! —exclamó Carlos Alberto.
—Pues todo lo contrario de Stuart Mill —
señaló Alex— que siendo un genio siempre
alabó el papel e influencia de su mujer en su
obra.
—En fin, una pena, pero sigamos… respecto
al papel de la mujer en la economía son muy
interesantes los análisis que se han publicado
en los últimos años. Estudios recientes (FMI
2018) demuestran que mujeres y hombres
se complementan unos a otros en el ámbito
del trabajo, porque cada uno aporta distintas
habilidades y perspectivas. Esto supone
que la diversidad de género no solo genera
un aumento de la dotación del trabajo en
términos absolutos, sino también mejoras la
productividad de los factores ya existentes.
—Es decir —apuntó Alex— se produce
sinergia: 1+1 = 3.
—Efectivamente, y de este modo, las
ganancias en términos de crecimiento
económico de incorporar a las mujeres
de manera efectiva superarían lo que se
La otra clase de Economía
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17. consideraba tradicionalmente. Es más, si una
mayor diversidad aumenta la productividad
de los factores ya empleados, los salarios
de los hombres pueden también mejorar
con la inclusión de las mujeres en el ámbito
económico.
—O sea, que ganamos todos —dijo satisfecho
Carlos Alberto.
Ruth prosiguió:
—Según un análisis realizado por la
Organización Internacional del Trabajo (“Las
mujeres en la gestión empresarial” OIT 2019)
a partir de encuestas a 13.000 compañías de
setenta países, tres de cada cuatro empresas
que han promovido la presencia de mujeres en
cargos directivos han registrado un aumento
de sus beneficios del 5% al 20%.
—Ya, pero yo he leído que muy pocas mujeres
ocupan puestos directivos —señaló Andrea
con tristeza.
—Exactamente —apuntó Alex mostrando
la pantalla de su móvil— solo el 16% de los
cargos directivos son ocupados por mujeres
en España.
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18. —Sí, es lo que se denomina el techo de cristal,
la limitación velada del ascenso laboral de
las personas dentro de las organizaciones. Se
comenzó aplicando al caso de las mujeres, pero
se puede extender a las minorías en general:
raciales, religiosas, por orientación sexual, por
nacionalidad, etc.
—¡Pues qué injusto! —denunció Andrea.
—Sí, muy injusto, pero hay que decir que la
situaciónvamejorando.Ahoramismotenemos
una presidenta de la Comisión Europea y una
presidenta del Banco Central Europeo, poco
a poco las mujeres vamos ganando peso en el
terreno político y empresarial.
—Sí, pero demasiado poco a poco —zanjó
enfadada Andrea.
La otra clase de Economía
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19. Mary Paley: la economista borrada
Mary Paley (1850-1944) fue la mujer de
Alfred Marshall, al que debemos gran
parte de lo que explicamos en las clases de
Economía: curvas de oferta y demanda,
elasticidades, excedente del consumidor…
Sin duda Alfred Marshal (1842-1924) es
uno de los grandes economistas de la
historia, pero también sin duda, uno de
los que tuvo un comportamiento más
mezquino con su mujer.
Paley era una joven y brillante profesora
de Cambridge, que tuvo la idea de escribir
un libro de Economía para explicar sus
principios… su marido Alfred se metió en
el proyecto, y como resultado escribieron
un manual que llevaba el nombre de los
dos y fue un éxito de ventas durante años.
Pero…
¡Alfred lo retocó y lo sacó con otro nombre
eliminando a su mujer de la autoría!
Jose Sande
128
20. Enlace interesante:
Marshall se olvida de su mujer
(libertaddigital.com)
Cuestiones:
—— ¿Por qué crees que Marshall no
reconoció a su mujer como autora?
—— ¿Por qué la incorporación de la mujer
al mundo laboral puede aumentar el
salario de los hombres?
—— Si el nombramiento de mujeres
directivas aumenta los beneficios, ¿por
qué no nombran a más mujeres?
—— ¿Qué medidas propondrías para
aumentar el número de mujeres
directivas en las empresas?
La otra clase de Economía
129
21.
22. El poder de un paquete
de lentejas
Mario entra en clase quejándose de que le han
reducido la paga semanal por las malas notas.
—He pasado de ser pobre… a muy pobre.
Ruth aprovecha para explicar en clase la
diferencia entre pobreza, extrema pobreza y
pobreza relativa.
—En los países pobres, se considera extrema
pobreza a los que subsisten con menos de 1
dólar al día, mientras que muy pobres son los
que tienen menos de 2 dólares diarios.
—Pues peor me lo pone profe, entonces soy
¡extremadamente pobre!
—Eso sería si tuvieras menos de un dólar
diario para todo: comida, transporte, sanidad,
educación… que evidentemente no es tu caso.
—¿Hay mucha pobreza? —preguntó Andrea
interesada.
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23. —Afortunadamente las tasas de pobreza en el
mundo se han reducido en más de la mitad
desde el año 2000, pero todavía unos 780
millones de personas viven por debajo del
umbral de pobreza internacional.
—¿En España hay pobres? —planteó Carlos
Alberto.
—En los países desarrollados se habla de
pobreza relativa, cuando una persona no llega
al 60% del sueldo medio neto del país. Así, si
el salario medio neto está en España sobre los
1.200 euros netos, pobre sería el que no pasa
de los 720 euros.
—¿Y hay mucha gente así en nuestro país?
-preguntó Andrea.
—¡Un 28% de pobres! —exclamó Alex
agitando el móvil.
—Exactamente es un 28% de personas en
“riesgo de pobreza o de exclusión social”,
matizó Ruth. La Unión Europea considera
que una persona está en esa situación cuando
cumple al menos uno de tres supuestos: sus
ingresos no alcanzan el umbral de la pobreza
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132
24. (el 60% del ingreso nacional medio después
de pagar impuestos); está “severamente
privada de medios materiales” (no puede
pagar el alquiler, la hipoteca o las facturas, la
calefacción, imprevistos, carne o pescado, no
tiene coche, lavadora, teléfono o no puede irse
de vacaciones ni una semana al año); o cuando
vive en un hogar con muy baja intensidad
laboral (donde los mayores de 18 años no
estudiantes hayan trabajado menos del 20%
de su potencial de trabajo en el último año).
—Es un dato terrible —dijo Andrea— pero
me sigue pareciendo más preocupante que
cada cinco segundos muera un niño por vivir
en la extrema pobreza. ¿Qué se puede hacer?
—Pues lo primero es localizar las causas de la
desnutricióninfantil:lapobreza,ladesigualdad,
las guerras, las sequías, los desastres naturales,
la falta de acceso a alimentos y hasta la escasa
educación. Un problema fundamental son los
conflictos armados, que causan las hambrunas,
obligan a las personas a desplazarse y destruyen
los cultivos.
—Ya, pero ¿qué se puede hacer? —insistió
Andrea.
La otra clase de Economía
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25. —A nivel personal, puedes hacer donaciones
puntuales para algún proyecto que te
parezca interesante, hacerte socia de alguna
ONG, compartir en tus redes sociales esta
problemática para dar visibilidad al problema
y cuando puedas votar, tratar de influir con tu
voto en que los partidos políticos valoren más
estos problemas.
—Ya, pero yo he oído que muchas de esas
ayudas no sirven para nada, e incluso “se
quedan por el camino” —apuntó Carlos
Alberto.
—Sí, lamentablemente la ayuda humanitaria
ha estado rodeada de polémica, pero cada vez
hay más transparencia y efectividad. Como
dice Esther Duflo: “la clave está en saber
cómo gastar el dinero, no en cuánto”.
—¿Quién es esa? —se interesó Andrea
—Esther Duflo fue en 2019 la segunda mujer
en ganar el Nobel de Economía, por sus
estudios sobre la pobreza. Tiene un perfil muy
interesante, ya que es hija de un matemático y
una pediatra.
Jose Sande
134
26. —¡Una buena combinación de saber de
números con entender de salud de los niños!
—añadió Alex.
—Efectivamente, así sus investigaciones
han sido muy eficientes, y a veces con
descubrimientos aparentemente muy simples.
Por ejemplo, logró un gran aumento de la
vacunación de niños con el incentivo de
ofrecer un paquete de lentejas, y en la India
más de cinco millones de niños mejoraron su
calidad de vida por tutorías que siguieron las
pautas marcadas por sus estudios.
—¡Pues no me extraña que le dieran el Premio
Nobel! —exclamó Carlos Alberto.
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27. Esther Duflo: el laboratorio contra la
pobreza
Esther Duflo (1972), fue la segunda mujer
en recibir el Premio Nobel de Economía
en 2019 y además la galardonada más joven
(46 años).
Su esfuerzo por aplicar el mismo rigor
científico en la lucha contra la pobreza que
el que se aplica en otros campos como la
medicina, ha tenido resultados prácticos
revolucionarios.
Así, fundó en 2003 el J-PAL, una red de
181 profesores afiliados provenientes
de 58 universidades del mundo, con el
objetivo de contribuir a reducir la pobreza
garantizando que las políticas públicas estén
guiadas por evidencia científica. Desde
entonces esta red de economistas colabora
con los gobiernos y otras instituciones para
detectar medidas que realmente funcionen
en la práctica.
Jose Sande
136
28. Enlace interesante:
Esther Duflo (fuente bbc.com)
Cuestiones:
—— ¿Por qué crees que existen pobres en el
mundo? ¿Y en España?
—— ¿Tienes alguna experiencia que contar
con alguna ONG?
—— ¿Por qué la clave está en cómo saber
gastar el dinero?
—— ¿Por qué crees que funcionó el incentivo
del paquete de lentejas?
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