El primer párrafo describe un automóvil como un "dios de acero" que se deleita en la velocidad y la libertad que le brindan las carreteras del mundo. El segundo párrafo presenta a un gato negro con ojos verdes que se revuelca sobre un tejado bajo el sol, posando como una estatua. El tercer párrafo describe un paisaje verde junto al mar, con el poeta comparándose a sí mismo con Dios al plasmar la escena con su lenguaje.