El cultivo del aceite de palma tiene un gran impacto medioambiental negativo como la deforestación y la pérdida del hábitat de especies en peligro. También contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero. El aceite de palma es malo para la salud debido a su alto contenido de grasas saturadas que aumentan el colesterol y pueden causar cáncer. Se encuentra en muchos alimentos procesados como bollería, galletas y alimentos precocinados.