Este documento narra la experiencia de un profesor durante un día de capacitación sobre el uso de tecnologías en la educación. Describe cómo se vio sobrepasado por la gran cantidad de tareas y plazos exigidos para crear blogs, subir presentaciones a la nube y aprender nuevas herramientas. A pesar de los desafíos, logró cumplir con los requisitos para ese día aunque quedó agotado. La capacitación significó un cambio significativo en su trabajo docente al requerir nuevas habilidades tecnológicas.
1. UNA MAÑANA DIFERENTE
Creó que todo comenzó una mañana de paro educativo, estaba pintando en solitario un mural
sobre la Misión y Visión, cansado le respondí imprudentemente a un asesor, que todos evitaban,
que la SEM nos tenía llenos de viejitos inservibles, y que necesitábamos muchos más
computadores.
- Es que no contaba con ese detallito, me reprochó la coordinadora mientras me afanaba a cumplir
con el plan de gestión de las TIC, ya elaborado por los directivos, subirlo a un blog, y publicarlo
para poder exponerlo en una hora. Era que había olvidado decir que mi correo
bancodedatos70@hotmail.com había sido hackeado sin remedio, y no se lo había comunicado a
nadie. Ahora, ese detalle me había quitado un día para aportar al plan de gestión de tecnologías
para la Institución Educativa Golondrinas. Sin embargo debíamos exponer ese mismo día, y los
directivos pedían mi ayuda.
Esa mañana de diciembre 2012 me esforcé por llevarles el ritmo a varios expertos que daban el
curso a los directivos, por guardar todos los archivos para un futuro repaso. Entre y salí
enloquecido del blog y del slideshare hasta que logre subir a la nube del internet la dichosa
presentación.
Era un ambiente de susto, porque exigía mucho trabajo, para hacer blogs y tener computadores
en cada aula. Los tres lo sabíamos. Pero solo la coordinadora se atrevió a preguntar, a replicarle al
rector que se necesitaba un equipo de trabajo muy fuerte.
Ese viernes salimos temprano, nadie quiso estar hasta las 5 de la tarde, en que era la hora de
salida oficial. En ese entonces, mientras la lluvia aumentaba, me despedí de ellos en la autopista
sur oriental. Sabía que la vida progresivamente no volvería a ser la misma. Que se avecinaba un
cambio sin límites.
El cambio llegó con voces de familiaridad. Con un amigo de universidad que no veía
personalmente hace 17 años.
Pero la transformación también llegó con voces de incertidumbre. Un docente de prominente
abdomen nos exigía más de lo que alcanzábamos a saber por la plataforma y por las pocas horas
que nos quedaban los miércoles para enterarnos de las múltiples tareas nuevas por hacer. Era
alguien perturbado porque muy pocos minutos lograba contar con el internet, y no podía explicar
personalmente. Nos decía: - Todo está en el blog, en Capatitate! – Es mejor que todo lo que hacen
en el PID del blog también lo suban al WIX, y al AVA.
Entonces nos dividieron en grupos. Ya primaría había tenido capacitación durante un año. No
quise trabajar solo, y preferí incorporarme a uno de los grupos de primaria. Todas las mañanas de
los miércoles sentía su angustia, eran ellas: - ¿Cómo entró? - ¡Ayúdeme. Yo de esto no sé nada! -
¡Ay, menos mal me voy a jubilar! - ¿Ya lo hizo? - ¿Qué nos falta, ya hizo eso? – Así no van a
aprender nada, esto es de cacharrear.
2. Entre las angustias por preparar las cinco horas de clase para que una docente me reemplazará, y
los plazos para los cinco momentos y las múltiples sesiones de cada momento, con sus respectivas
tareas, llegó un día para que expusiéramos. Expusimos. Pero nos revelamos , no aceptamos la
asesoría in situ. Luego nos llegaría lentamente, a cada uno, cobrándose hasta la última tarea, del
último momento.