Este documento discute recomendaciones didácticas para cursos a distancia. En 3 oraciones o menos: El documento analiza el proceso de enseñanza-aprendizaje en educación a distancia, incluyendo el papel de las guías de estudio, las tutorías y la presencialidad. También discute la importancia del aprendizaje colaborativo, como el trabajo por proyectos, para cursos a distancia.
1. LOS CURSOS A DISTANCIA: RECOMENDACIONES DIDÁCTICAS.
Dr. Alfredo González Morales
alfredog@uclv.edu.cu
Director del Centro de Estudios de Educación
Universidad Centra “Marta Abreu”
Las Villas. Cuba.
La educación a distancia es objeto de un creciente interés por los políticos y educadores de
gran parte del mundo, quienes aprecian en ella una alternativa de respuesta al reclamo de
educación para todos durante toda la vida.
Al mismo tiempo esta modalidad educativa, al propiciar que los alumnos autogestionen el
conocimiento, se corresponde con lo que se aspira de la educación en la época actual en la
que se generan tantos conocimientos y, a su vez, se obsoletizan con gran rapidez.
La educación a distancia es una modalidad educativa en construcción. Especialmente
desde la perspectiva didáctica constituye un campo propicio para la investigación y la
innovación, en la que los educares e investigadores mucho pueden contribuir.
En el presente trabajo exponemos algunas de nuestras experiencias y consideraciones en el
desarrollo de cursos a distancias en la educación superior.
1. El proceso de enseñanza aprendizaje en la educación a distancia.
La educación a distancia ha sido definida de múltiples maneras. Para Lorenzo García Aretio
(2001) ella consiste en “un diálogo didáctico mediado entre el profesor (institución) y el
estudiante que, ubicado en un espacio diferente al de aquel, aprende de forma
independiente (cooperativa)”
Si nos detenemos en la definición anterior observamos que hay en ella al menos tres
expresiones claves “diálogo didáctico mediado”, “espacio diferente” y “aprendizaje
independiente”. Es un “diálogo mediado”, o sea, no frontal –o al menos la frontalidad es
mínima- en comparación a como se da en la formación tradicional. Este diálogo puede ser:
real (correo electrónico o postal, teléfono o chat); simulado (sugerido en materiales impresos
o hipertextuales); sincrónico (teléfono, videconferencias interactivas); asincrónico (correo
postal o electrónico), y puede ser soportado en papel, en formato electrónico o en red (sitio
web, plataforma telemática interactiva).
Cuando se diseña un curso a distancia es necesario valorar cómo se producirá la
interactividad mediada por la computadora y otros medios y cómo será la participación de
los componentes personales del proceso de enseñanza aprendizaje: profesores, alumno,
grupo, y también otros profesionales y agentes, sobre la base de las posibilidades reales
que nos brinde la plataforma en que nos apoyemos y las condiciones contextuales en que
se llevará a cabo la actividad pedagógica, fundamentalmente las referidas al aseguramiento
logístico con que cuenten los estudiantes.
La educación a distancia por tradición, y en concordancia con las particularidades en que se
ha desarrollado, ha atendido más a los resultados, generalmente en términos de
aprendizajes teóricos y reproductivos y en conductas observables. El cómo transcurre el
aprendizaje del estudiante no siempre fue estimado, estaba generalmente fuera de los
presupuestos de ese modelo pedagógico tradicional.
Sin embargo, cada vez más se le confiere mayor importancia a los sistemas de ayuda que
les ofrecen a los estudiantes, a través de guías de estudios, materiales didácticos y la
acción tutorial, para facilitar un proceso de calidad. Medios didácticos como la
videconferencia, la teleconferencia, los simuladores, los hipertextos, los multimedias,
contribuyen a diversificar el aprendizaje y estimularlo.
Los medios tecnológicos existentes en la actualidad permiten el intercambio entre
profesores y alumnos y formar comunidades de aprendizaje interactivas, a ello contribuyen,
por ejemplo, el correo electrónico y el foro-discusión.
El correo electrónico facilita primordialmente el intercambio del alumno con el profesor y los
demás alumnos, el envío de trabajos, la aclaración de dudas, el planteamiento de
sugerencias para perfeccionar el aprendizaje, el trabajo en proyectos, etc.
2. Por su parte, el foro de discusión constituye una vía idónea para intercambiar, debatir,
colectivamente sobre determinados temas de interés en correspondencia con los objetivos y
contenidos del curso. En principio el profesor podrá presentar algunos temas claves, los que
podrán enriquecerse después con otros sugeridos por los estudiantes siempre que sean
pertinentes. No puede olvidarse que estos foros discusión se desarrollan como parte de un
proceso docente y que por consiguiente el profesor tiene que controlar su desenvolvimiento
e intervenir, ratificando y rectificando cuando sea necesario; pero siempre estimulando.
Una vía para lograr la activación del aprendizaje, como veremos más adelante, es
organizarlo de manera colaborativa por medio de proyectos.
El profesor ha de darle la atención que de acuerdo a su desempeño necesite el grupo y
cada estudiante en particular, a partir del conocimiento que posee sobre cómo se desarrolla
el proceso a nivel grupal e individual. Se dinamiza así el proceso, cuya necesaria flexibilidad
hace que esté en un constante reajuste.
2. Las guías de estudio.
Las guías de estudio constituyen en la enseñanza a distancia un medio de gran importancia,
son ellas las encargadas de ofrecer sugerencias al estudiante para orientarse en el
aprendizaje de los contenidos de las asignaturas. Su función esencial es la de facilitar el
aprendizaje independiente.
La guía es solo eso: guía, es decir, que por definición es la que nos asesora, aconseja,
conduce, etc., es un elemento mediador en el aprendizaje, planificado lógica y
científicamente. Aun el estudiante que decida seguir su propia estrategia –siempre la
máxima aspiración- en los momentos de desequilibrio producidos en el proceso de
aprendizaje puede recurrir a la guía para reorientarse, y después seguir su propio plan.
Las guías han de ser flexibles, estimulantes, que conduzcan al alumno a que elabore sus
propias estrategias de aprendizaje, según su desarrollo cognitivo, necesidades e intereses.
El desconocimiento de lo anterior puede acarrear que las guías impregnen al proceso de
enseñanza aprendizaje de una rigidez extrema, en contraposición con la flexibilidad,
dinamismo, personalización y creatividad que lo debe caracterizar.
Algunos aspectos a tener en cuenta para elaborar las guías de estudio: 1) Elaborarse por
temas, unidades temáticas o tareas docentes, siguiendo una secuencia estructural
coherente. 2) Presentar los materiales que deben estudiarse y las actividades a realizar,
siguiendo la lógica de la ciencia en cuestión y considerando los principios de la
asequibilidad, la sistematización y la unidad teoría-práctica y lo abstracto-concreto. 3)
Atender a los conocimientos conceptuales, procedimentales y actitudinales. 4) Ofrecer
alternativas que garanticen la atención a las diferencias individuales, tanto para que los que
presentan desventajas en el aprendizaje como para los que poseen una situación
aventajada. La guía ha de constituir un documento que facilite el autodesarrollo del
estudiante, para lo cual ha desproveerse de toda rigidez. De ahí que se incluyan tareas
docentes de carácter obligatorio y opcional. 5) Tanto en su estructura como en su contenido
la guía ha de tender a promover el aprendizaje. 6) Las tareas han de diseñarse de manera
tal que conduzcan a desarrollar en los estudiantes la autonomía en el aprendizaje. 7) Las
tareas docentes que se propongan han de activar el conocimiento. 8) Propiciar y estimular
la investigación y 10) Actualizar al estudiante en los avances de la ciencia en el tema o
aspecto abordado.
3. Las tutorías.
Si bien lo tutorial es una función inherente a la acción educativa del profesor en cualquier
modelo pedagógico, no cabe dudas de que esta función se potencia en la educación a
distancia por el carácter orientador, de guía y facilitador que cobra el docente, al reducirse al
mínimo el componente presencial y enfatizarse en la independencia cognoscitiva del
estudiante.
La acción tutorial del docente es aquella encaminada a adentrarse en el conocimiento, cada
vez más exhaustivo y profundo del alumno, de sus problemáticas, de sus progresos, de la
dinámica de su desarrollo a nivel individual y grupal y de su nivel de aspiraciones en el
3. proceso de desarrollo. Esto implica un profesor conocedor activo de la realidad del
alumnado.
Es evidente que un profesor tutor debe poseer un conocimiento profundo y actualizado de
la disciplina que explica para poder orientar con rigor científico y profesional a los
estudiantes; pero a la vez este conocimiento tiene que armonizarse con una preparación
pedagógica que le permita conducir adecuadamente el proceso de formación en
correspondencia con las características de la modalidad de la educación a distancia.
El profesor tutor se ha de caracterizar por ser comprensivo y a la vez exigente con los
estudiantes, pero a la vez es responsabilidad del profesor estimular y apoyar para vencer
las limitaciones que puedan tener los estudiantes y garantizar la calidad del proceso. Una
cualidad inherente a la naturaleza del profesor- tutor es la constancia que le permite dedicar
mucho tiempo a la comunicación y atención a las necesidades de los alumnos. La
flexibilidad de pensamiento y el autoanálisis de su trabajo que le permita reajustarlo sobre la
base del dictado de la práctica, son otros rasgos propios de un profesor tutor
Las tutorías en cuanto a sus destinatarios pueden clasificarse en: a) Individuales, aquellas
que se dan a cada alumno en particular sobre la base de sus necesidades y
potencialidades, de manera sistemática durante todo el proceso de enseñanza aprendizaje,
y b) Grupales, las de carácter general que se les ofrecen al grupo, tanto en los períodos
presenciales como en el trabajo colaborativo.
Los ámbitos de desarrollo de la acción tutorial y en correspondencia con sus fines son los
siguientes:
1. Dimensión Profesional. Potenciar la formación de un profesional integral que pueda
incidir en los distintos ámbitos sociales, que sea innovador, creativo, responsable.
Desarrollar la capacidad afrontar situaciones problemáticas. Tomar decisiones.
Desarrollar estrategias de aprendizaje propias.
2. Dimensión afectivo-social. Potenciar el dominio de habilidades sociales, la
comunicación, la inserción social. Autoconocimiento. Autoconcepto positivo.
Estas dimensiones no se dan aisladamente, sino que se integran y complementan
mutuamente.
A continuación ofrecemos algunas de las funciones del tutor en el proceso docente
educativo de la educación a distancia: 1) Diagnosticar integralmente al grupo y a cada
alumno en particular, 2) Atender sistemáticamente a las necesidades y potencialidades
académicas y educativas del grupo y de cada alumno, ofreciendo los niveles de ayuda y
estimulación necesarios, 3) Organizar una comunidad de aprendizaje en la que se produzca
una fluida comunicación profesor-alumno, profesor-grupo y alumnos-alumnos y se promueva
el trabajo colaborativo, 4) Estimular y ofrecer vías que faciliten el autoconocimiento del
alumno, la autogestión del conocimiento y la creatividad, 5) Propiciar las debidas relaciones
con las demás disciplinas del currículo o áreas del conocimiento con la finalidad de lograr
aprendizajes integradores. 6) Diseñar un plan de acción tutorial con la necesaria flexibilidad
que atienda sus diferentes ámbitos y dimensiones.
4. La presencialidad.
La presencialidad puede planificarse de diferentes formas: una sola ocasión extensa, varias
sesiones menos extensas distantes en el tiempo, etc. Tal planificación deberá corresponder
siempre a la naturaleza de los objetivos y contenidos de cada curso, así como a las
condiciones contextuales y de aseguramiento de los recursos necesarios para su feliz
desarrollo.
Este momento permite el conocimiento personal de los integrantes del grupo y la
interactuación en condiciones reales, beneficioso para su continuación más tarde en
entornos virtuales o de otra naturaleza no presencial.
La presencialidad tienen un carácter esencialmente orientador, metodológico y educativo y
no, precisamente, informativo o para impartir de manera abreviada los contenidos.
Es recomendable trabajar sobre lo epistemológico, es decir, cómo obtener los
conocimientos en la ciencia en particular, en el establecimientos de relaciones
4. interdisciplinarias y la integración del conocimiento a partir de diferentes variantes, pero
insistiendo en cómo identificar problemas de la práctica y cómo abordarlos desde la
perspectiva de un enfoque científico integrador.
Aun los aspectos que resultan complejos para estudiarlos de manera independiente, no
tienen que ser tratados en toda su extensión, sino ofrecer los elementos básicos que
permitan al alumno incursionar por sí solo en ellos más tarde; deberá concedérsele la
prevalencia a formas organizativas que propicien el intercambio, la reflexión, la discusión, el
trabajo en proyectos, etc.
Lo educativo de las actividades presenciales deberá lograrse, entre otras posibilidades,
mediante los métodos que se empleen, los cuales han de promover al trabajo colectivo, la
socialización del conocimiento, propiciar la comunicación y fortalecer las relaciones
interpersonales.
Es necesario estimar que ninguna acción de superación es valiosa solo por la preparación
académica que ofrezca, sino además, y de forma cardinal, por el valor educativo que ella
pueda potenciar a partir de las interacciones humanas que desencadene y contribuyan al
enriquecimiento de sus participantes.
5. La interactividad: el aprendizaje colaborativo.
En primer lugar debemos distinguir la diferencia que existe entre aprendizaje cooperativo y
colaborativo. En el aprendizaje cooperativo es el profesor quien diseña y mantiene casi por
completo el control en la estructura de las interacciones y de los resultados que se han de
obtener en el proceso de enseñanza aprendizaje. Pero en la educación a distancia se busca
la autonomía en el aprendizaje, que el alumno sea autogestor de su propio conocimiento, lo
que implica trascender la cooperación por la colaboración.
Entendemos por aprendizaje colaborativo aquel donde los alumnos son quienes diseñan su
estructura de interacciones y mantienen el control sobre las diferentes decisiones que
repercuten en su aprendizaje, propiciando la investigación y la creación en general.
El trabajo por proyectos es una forma de aprendizaje colaborativo. Un proyecto puede estar
vinculado a un grupo de asignatura, una asignatura o un tema. Constituye un esfuerzo que
se lleva a cabo en un tiempo determinado para lograr un objetivo específico de crear un
servicio o producto, mediante la realización de una serie de tareas y el uso efectivo de
recursos. Los alumnos trabajan en un equipo de 4 a 8 personas de acuerdo con el diseño
del proyecto
Los cursos a distancia han de propiciar la realización de actividades colaborativas, ya que a
la vez que prepara metodológica y científicamente a los estudiantes para la obtención del
conocimiento, representa un espacio para la educación integral de la personalidad por su
esencia misma. El aprendizaje colaborativo se caracteriza por la interdependencia positiva:
“nosotros” en lugar de “yo”; la responsabilidad y compromiso individual, al valorarse la
contribución personal en logro de las metas del grupo; la interacción para alcanzar
beneficios comunes; el desarrollo de habilidades sociales: comunicación, aceptación y
respeto a los demás, reconocimiento al otro, etc. y reflexión sobre la actividad del grupo.
6. La evaluación del aprendizaje.
La evaluación es reconocida como el componente didáctico más deficitario de la educación
a distancia. Pero no puede olvidarse que la concepción y rigurosidad del sistema evaluativo
es expresión de la solidez de cualquier modalidad educativa.
La evaluación ha sido definida desde múltiples posiciones. Entre las definiciones más
completas se encuentran las de Tenbrick (Citado por Tejeda Fernández, 1999), quien
entiende por evaluación el “Proceso de obtener información y usarla para formar juicios que
a su vez se usarán en la toma de decisiones”. Un análisis de este concepto nos permite
apreciar que la evaluación presupone: a) Un proceso de obtención de información; b) Un
juicio de valor y c) Una orientación hacia la toma de decisiones.
La evaluación por sus fines puede ser diagnóstica, formativa y sumativa, y las tres deben
estar presentes en la educación a distancia:
5. Evaluación diagnóstica: Es una evaluación de entrada que facilita la proyección del proceso
sobre la base de la realidad existente. En ella se tienen en cuenta los conocimientos previos,
necesidades, intereses y expectativas de los estudiantes, así como las condiciones
contextuales con sus limitaciones y posibilidades.
Esta evaluación se puede hacer on line, a través del correo electrónico o postal y de manera
presencial.
La evaluación formativa: Es una evaluación para el desarrollo. Su propósito es mejorar el
aprendizaje de cada alumno. La evaluación no solo se refiere a los objetivos, sino a las
necesidades y valores sociales, solución de problemas localizados, a las cualidades del
alumno. Hace énfasis en los procesos, los cuales da seguimiento el profesor a través del
correo electrónico, la participación y calidad de esta en el foro discusión, la participación y
resultados en el trabajo en proyectos, la solución a las actividades prácticas, etc. El profesor
valora, desde dentro, el desempeño integral del estudiante en el transcurso del proceso de
enseñanza aprendizaje.
Como una manera de atender al proceso de desarrollo del alumno es recomendable utilizar
la coevaluación, o sea que los alumnos se evalúen entre sí y a su vez la autoevalaución o
evaluación que el propio alumno hace de su desempeño.
La evaluación sumativa: Es el tipo de evaluación más usada en la educación a distancia.
Centra su atención en el desarrollo alcanzado. Su propósito es constatar los resultados
obtenidos, el éxito o fracaso en el logro de los objetivos trazados. Hace énfasis en los
productos, de ahí que utilice las pruebas mediante las cuales se persigue que el alumno
demuestre la apropiación de determinado conocimiento o habilidad. Emite juicios sobre
esos resultados y la eficacia.
El evaluador está situado desde fuera. Los diseños de evaluación son por lo general rígidos.
Los instrumentos utilizados comúnmente son test estandarizados, pruebas objetivas,
observaciones sistemáticas.
Consideramos que estos tres tipos de evaluación pueden interrelacionarse en el proceso de
de enseñanza aprendizaje de la educación a distancia y de esta manera alcanzar una mayor
calidad formativa.
Las ideas expuestas nos enfrentan a algunas de las particularidades distintivas o que se
acentúan en el proceso de enseñanza aprendizaje a distancia, y a las cuales es necesario
atender para lograr una mayor calidad en su desarrollo, siempre sobre la base de la debida
contextualización y flexibilidad que ha de caracterizar toda labor educativa.
Bibliografía.
• Gros, Begoña (Coordinadora) (1997): Diseños y programas. Pautas pedagógicas para la elaboración de
software. Barcelona. Editorial Ariel S. A.
• Torres González, José A (1996): La formación del profesor tutor como orientador. España. Universidad
de Jaén.
• García Aretio, Lorenzo (2001): Formación a distancia para el nuevo milenio ¿Cambios radicales o de
procedimiento? http://prometeo.cica.es/teleformacion/
• González Morales, Alfredo (2005): El postgrado a distancia: recomendaciones didácticas. Cuba.
Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas.
• Lerro, Eugenio José (2005): “Acerca de la educación a distancia”. En: Informática médica No. 11.
Argentina. http://informaticamedica.fundamed.or.ar/numero11/edu1.htm
• Tejeda Fernández, José (1999): “La evaluación: su conceptualización”. En: Bonifacio Jiménez (Editor)
(1999): Evaluación de programas, centros y profesores. Madrid. Editorial Síntesis.
6. Anexo 1. Modelo de guía de estudios.
A continuación se ofrece una propuesta de estructura para elaborar las guías. Esta tiene
un carácter muy general, por lo que deberá ser adecuado a los objetivos que se
persiguen, las características del contenido y de sus destinatarios.
Los aspectos que consideramos son:
a. Asunto. Deberá ser lo más informativo y conciso posible. La guía podrá abarcar un
tema, un tópico, una tarea docente.
b. Objetivos. Se planteará el sistema de objetivos que se persigue con la guía. No se
recomienda que sea un solo objetivo con un carácter muy abarcador, pues puede
perderse el sentido de lo que se aspira, y por la misma razón no deben aparecer
demasiados objetivos.
c. Contenidos. Especificar detalladamente los contenidos conceptuales,
procedimentales y actitudinales.
d. Bibliografía. Relacionar la bibliografía básica y complementaria relacionada con los
contenidos.
e. Recursos necesarios. Se consignaran aquellos recursos materiales que en
dependencia de los objetivos y el contenido son necesario para estudiar el asunto.
f. Requisitos previos: Aquí se precisarán los contenidos que es necesario que domine
el estudiante para poder enfrentar los nuevos.
g. Orientaciones de carácter general para abordar el estudio del contenido: Este
momento es muy importante porque es la base orientadora de las actividades que
después se desarrollarán. Contemplará las dificultades que presenta el estudio del
asunto, cómo este es tratado por la bibliografía, como se recomienda abordar su
estudio, las posibilidades que brinda para la investigación y la innovación en general,
etc.
h. Apropiación de contenidos teórico-metodológicos: Está relacionada esencialmente
con el estudio de los textos y la apropiación por parte del alumno de las categorías,
conceptos, principios, leyes, clasificaciones, metodologías, etc. Para ello es
necesario que el estudiante sea capaz de extraer lo esencial; identificar ideas
principales y palabras claves; definir y explicar conceptos, características y
procesos; interpretar; relacionar; comparar; valorar.
i. Ejercitación. Este aspecto se orienta al desarrollo de habilidades de carácter
práctico, se vincula lo teórico-metodológico con la práctica. Comprende la realización
de prácticas de laboratorio, resolución de problemas, diseño de planos, análisis de
productos, etc.
j. Generalización y transferencia de los conocimientos. Se puede lograr mediante las
siguientes acciones del estudiante:
Identificar y resolver nuevos problemas a la luz de experiencias anteriores.
Descubrir relaciones por sí solo y aplicar su aprendizaje a diversas tareas.
Descubrir muchas oportunidades para realizar la transferencia de lo
aprendido.
Creación de productos en los que se integre lo aprendido.
k. Autoevaluación. Se pueden diseñar actividades para que el estudiante realice
ejercicios que le permitan autoevaluarrse.