3. Emmi Pikler
• Pediatra Húngara (1902-1984)
• Conocida por ser la fundadora del Instituto de
Primera Infancia Loczy, de Budapest (1945).
• Se formó en Viena, después de la Primera
Guerra Mundial, siendo influenciada por las
corrientes del momento (Montessori, Freinet,
el psicoanálisis)
• En el orfanato Loczy, puso en práctica todas
sus teorías, acuñadas a partir de su propia
maternidad y de su amplia experiencia como
pediatra de familias, llegando a convertirse en
un referente mundial.
4. La pedagogía
Pikleriana es:
Una manera de ver al niño o niña y
una manera de hacer con el niño o
niña.
Se basa en el respeto.
Su originalidad:
1.- observación de cada niño/niña
en situaciones cotidianas.
2.- Sistema coherente entre los
principios y la práctica educativa.
Cuida hasta los más pequeños
detalles.
5. Hipótesis
fundamental
de Pikler
• El bebé:
- Se desarrolla a partir de la actividad
autónoma, sin intervención directa del
adulto en la motricidad y en el juego.
- Tiene capacidad para realizar sus iniciativas
de forma autónoma, sabe mejor que nadie
lo que le interesa.
6. Depende de su entorno social
• Condiciones:
1.- Relaciones emocionales estables.
2.- un entorno apropiado.
3.- Una educadora que confíe en las
necesidades de los niños y niñas.
7. Motricidad
Libre, actividad
autónoma.
• El niño es capaz de recorrer todas las etapas del
desarrollo psicomotriz, por iniciativa propia, sin
necesidad de la intervención directa del adulto.
8. Al permitir la
libertad de
movimientos…
• Los niños conquistan estas posturas con
alegría, serenidad, calma, concentración,
perseverancia.
12. Si forzamos posturas no se fortalecerán
los músculos, sólo se tensarán. Esto es
perjudicial, pues perturba el ritmo
natural de desarrollo del bebé…
13. La máxima
libertad se
favorece
• Poniendo al bebé en el suelo duro y en postura BOCA
ARRIBA. Esta es la posición más cómoda, pues deja libres
piernas, manos y le permite dirigir la mirada sin esfuerzo.
*Es importante también que la vestimenta sea adecuada,
cómoda (sin sobreabrigar, ni limitar el movimiento)
14. ¿Por qué no en
postura BOCA
ABAJO?
• En esta postura el bebé no puede mover
manos ni piernas libremente, no puede girar
la cabeza y dirigir la mirada según su interés.
* La cabeza del bebé es pesadísima en relación a su
desarrollo muscular. Llegar a sostener la cabeza,
requiere de un esfuerzo considerable… imposible para un
bebé pequeño.
15. • No debemos forzar los
movimientos de los
niños y niñas.
• No les pondremos en
posturas que no hayan
conquistado por si
mismos (no se los
pone sentados, ni en
posición vertical, no se
los hace caminar…)
16. • Cuando ponemos a los niños y niñas
en posturas que no han logrado por
sí solos/as, los ponemos en una
situación de dependencia del
adulto. Pues si no sabe llegar a esa
posición por sí solo o sola, no sabrá
tampoco salir de ella, necesitando
siempre que el adulto lo “salve” de
situaciones de incomodidad…
17. El bebé logra aprender la
mayoría de las posturas,
ejercitándose en
POSTURAS INTERMEDIAS
• Las posturas intermedias son todas las que
realiza el niño o niña, hasta llegar a sentarse,
ponerse de pie, o caminar.
Ponerse Boca abajo – decúbito ventral
20. “Al sentar a un niño que no sabe hacerlo solo, su espalda no se mantendrá recta, presentará forma
curvada y estará tensa, no se reforzarán los músculos de la espalda y columna”.
Emmi Pikler, “Movimientos libres, actividades autónomas”
21. Condiciones que
tiene que cumplir
el adulto
• Establecer una relación afectiva personal con cada
niño/a. El niño o niña sólo será autónomo si tiene
un fuerte vínculo afectivo con el adulto
significativo (mamá, papá, cuidador/a).
* Los momentos de cuidados son fundamentales para
esto.
22. Condiciones que
tiene que cumplir
el adulto
• Preparar un entorno rico, ajustado al momento
de desarrollo del niño o niña, modificando
recursos, espacios, etc.
23. Condiciones que
tiene que cumplir
el adulto
• Respetar el ritmo de cada niño y niña. El adulto
hace un acompañamiento indirecto; observa,
comparte el placer del niño, sin prisas,
prestando ayuda sólo si es necesario.
24. Permitir la autonomía del niño o
niña, refleja nuestra plena
confianza en sus capacidades,
en sus decisiones, pero en
ningún caso quiere decir
dejarlos solos.