Escucha tu Cerebro en Nuevos Escenarios PE3 Ccesa007.pdf
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COMPETENCIAS CLAVE
COMUNICACIÓN ESCRITA [LEER]: Leer, comprender e interpretar textos expositivos.
COMUNICACIÓN ESCRITA [ESCRIBIR]: Redactar textos expositivos estructurados, claros y precisos.
COMUNICACIÓN ESCRITA [ELABORACIÓN DE TEXTOS]: Redactar textos coherentes articulando
sus ideas.
CONOCIMIENTO DE LA LENGUA [GRAMÁTICA]: Explicar los determinantes y complementos del SN.
Comunicación escrita [Leer]
Los robots no entienden de cuentos
La idea de seres mecánicos ha fascinado desde hace tiempo a inventores,
ingenieros, matemáticos y soñadores. La palabra robot procede de la obra
de teatro de 1920 R.U.R., del autor checo Karel Capek (robot significa ‘trabajo
duro’ en lengua checa; ‘trabajo’, en eslovaco). En esta obra, una fábrica llama-
da Rossum´s Universal Robots crea un ejército de robots para realizar labo-
res domésticas. (A diferencia de las máquinas ordinarias, sin embargo, estos
robots están hechos de carne y hueso.) Con el tiempo, la economía mundial
se hace dependiente de estos robots. Pero los robots son maltratados y final-
mente se rebelan contra sus dueños humanos y los matan. En su rabia, sin
embargo, los robots acaban con la vida de todos los científicos que pueden
reparar y crear nuevos robots, con lo que se condenan a la extinción. Al final,
dos robots especiales descubren que tienen la capacidad de reproducirse y
convertirse con ello en unos nuevos Adán y Eva robots.
Los robots fueron también el tema de una de las películas mudas más caras que se han filmado, Metró-
polis, dirigida por Fritz Lang en 1927 en Alemania. La historia transcurre en 2026; la clase obrera ha sido
condenada a trabajar en angustiosas fábricas subterráneas, mientras que la élite dirigente se divierte en
la superficie. Una bella mujer, María, se ha ganado la confianza de los trabajadores, pero la casta dirigente
teme que un día pueda conducirles a la revuelta. Por ello se le pide a un científico malvado que haga un
robot que sea una copia de María. Finalmente, el plan sale al revés, porque el robot lleva a los trabajadores
a la revuelta contra la élite.
En cuanto a las teorías sobre si es posible o no crear máquinas semejantes a los seres humanos, los filó-
sofos e ingenieros discrepan claramente.
Un pequeño ejército de filósofos y teólogos ha declarado que es imposible crear verdaderos robots que
puedan pensar como nosotros. El físico Roger Penrose, por ejemplo, afirma que la inteligencia artificial es
imposible: «El cerebro humano está tan alejado de cualquier cosa que se pueda crear en el laboratorio,
que crear robots de tipo humano es un experimento condenado al fracaso».
No obstante, muchos físicos e ingenieros creen que no hay nada en las leyes de la física que impida la
creación de un verdadero robot. Por ejemplo, a Claude Shannon, a menudo llamado el padre de la teoría
de la información, se le preguntó una vez: «¿Pueden pensar las máquinas?». Su respuesta fue: «¡Por su-
puesto! Yo pienso, ¿no es así?».
Al margen de discusiones teóricas, el desarrollo de robots sofisticados con inteligencia artificial no está a
la vuelta de la esquina. Los robots solo conocen lo que se les ha programado por adelantado. No tienen
sentido común, no son creativos ni originales y carecen de sentido del humor. Tampoco reconocen pautas
ni tiene afán de liderazgo. Estas son las cualidades que nos hacen específicamente humanos.
De hecho, nuestros robots más avanzados, como los robots exploradores del planeta Marte, no llegan a
tener la inteligencia de un insecto. En los Laboratorios de Inteligencia Artificial de los más importantes
centros de investigación americanos, los robots experimentales tienen dificultades para reproducir las ha-
zañas que unas simples cucarachas pueden llevar a cabo, tales como maniobrar en una habitación llena
de muebles, encontrar lugares ocultos y reconocer el peligro. Ningún robot en la Tierra puede entender,
hoy por hoy, un sencillo cuento de niños que se le lea.
Michio Kaku, Física de lo imposible (texto adaptado)