El experimento de Tuskegee involucró a hombres afroamericanos con sífilis a quienes no se les trató adecuadamente durante 40 años, incluso después de que se descubrió la penicilina. Esto violó sus derechos y los expuso innecesariamente a daños. El escándalo resultante llevó al establecimiento de la bioética para proteger a los sujetos humanos en la investigación.