1. REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA
LA EDUCACION SUPERIOR
UNIVERSIDAD POLITECNICA SANTIAGO MARIÑO
HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
Identificación de Elementos Arquitectónicos
ALUMNO: TIBISAY GUEDEZ
C.I: 9.628.350
PROF. ARQ. ESTELA AGUILAR
2. IMÁGENES DEL RENACIMIENTO ITALIANO
1.-EN ARQUITECTURA:
La Iglesia de San Lorenzo:
AUTOR: FILIPPO BRUNELLESCHI ( 13771446 )
3. Escultor, arquitecto, es un auténtico renovador del estilo, en las iglesias de San Lorenzo y Sto. Spirito adoptó
todos los elementos arquitectónicos clásicos inspirándose en las basílicas romanas.
BRUNELLESCHI es el inventor del Renacimiento en el punto de vista de la construcción. Es el autor más
representativo de esta manera de hacer edificios. Fue considerada sí el primer arquitecto de la época moderna por
sus aportaciones en la inspiración de lo clásico y trasladar a sus obras las leyes matemáticas de la proporción y la
perspectiva.
La iglesia de San Lorenzo fue diseñada y concebida por Filippo Brunelleschi, en el año 1423.
El objetivo que buscan sus artistas es renacer el arte clásico, volver a inspirarse en Roma y en Grecia. Por eso
esta obra es tan importante en esta época, porque Brunellesci se inspira en el arte de Grecia y Roma para construir
esta obra. Y también porque, como Brunelleschi hace en esta obra, el arte clásico tiene mucha geometría,
equilibrio, perfección, y esta obra es en le que Brunelleschi recupera los órdenes clásicos, en este caso el orden
corintio.
Cuando entras por la puerta estante puedes ver la planta hasta el fondo, porque tiene las líneas de perspectiva
muy remarcadas. Y por eso se acentúa un interés visual hacia el altar mayor.
Planta Basilical tres naves separadas por arquería de medio punto, apoyadas sobre columnas corintias, realce
mediante un trozo de entablamento sobre el ábaco y el punto de arranque
En la cubierta de las naves laterales hay bóvedas vahídas ( paracaídas ),independientes cada una de ellas ( una
detrás de la otra ).
Se resaltan los elementos estructurales ( los que aguantan ),como las columnas o los acabados en mármol de
color dorado del techo de esta iglesia.
Esta es una obra unitaria, y en su época, el Renacimiento, las obras se presentan como unidad, lo que supone un
cambio en la manera de construir.
Brunelleschi, al construir esta iglesia supuso un cambio que indicaba la modernización en su ciudad, porque
vuelve a utilizar los ideales clásicos durante el comienzo del renacimiento; y en Florencia supuso un cambio muy
grande, porque es la ciudad italiana en la que más influyó el Renacimiento, sobretodo a principios del
Quattrocento, cuando se construyó esta iglesia.
Este edificio tiene una función claramente religiosa. Pero también le podríamos atribuir una función
representativa de su época. Porque representa un gran cambio en su época, el Renacimiento.
La influencia de Brunelleschi para otros autores, posteriores o contemporáneos, fue enorme porque es
considerado el primer arquitecto racionalista.
5. Jesús entre los doctores o Disputa con los doctores en el templo es un lienzo de gran formato pintado al óleo por
el Veronés hacia 1560.
El modo que representa el sentido de la época es la estructura, ya que en ese tiempo la mayoría de los edificios
eran más detallados con sus decoraciones, pilares, detalles en los escalones, el material del que está hecho el
edificio, las ventanas igualmente muy detalladas y con decoraciones. Como buen representante de la Escuela
veneciana, las principales preocupaciones de Veronés serán la luz y el color. La luz está perfectamente estudiada,
creando espacios en contraste y obteniendo efectos atmosféricos y gran variedad cromática.. El color es muy
variado, debido al gran interés del maestro por mostrarnos los trajes de la alta sociedad veneciana y de los
grandes personajes que llegaban a la ciudad, abierta al mundo por su dedicación comercial. Las actitudes y las
posturas de las figuras indican el conocimiento, por parte de Veronés, de la escultura clásica.
La obra representa un asunto habitual en la iconografía cristiana, pues ilustra el pasaje homónimo del evangelio
de Lucas (2, 41-50), donde se relata la presencia de Jesús entre los rabíes, o exégetas del judaísmo, a quienes
vence en la disquisición teológica, aspecto que se señala al situar a Cristo en lo alto del centro axial de la
composición.
Se trata de un típico lienzo del Veronés de historia bíblica, que mostró predilección por composiciones de gran
tamaño y numerosos personajes integrados en arquitecturas monumentales, como se muestra en su Cena en casa
de Leví o en Las bodas de Caná. En Jesús entre los doctores se aprecian hasta veinticinco figuras humanas en
distintas poses y perspectivas vestidas con ricos ropajes que permite al Veronés hacer gala de alardes técnicos en
los drapeados y gran variedad cromática. En los últimos planos aparecen José y María quienes buscan,
acompañados del pueblo llano, a su hijo. También destaca su maestría en la expresión gestual.
El comitente podría estar representado en uno de los sabios barbados que escucha a Jesús y viste hábito negro de
caballero de la orden del Santo Sepulcro y sostiene un bordón de romero, lo que quizá indicaría que la obra fue
encargada como recuerdo de una peregrinación a Jerusalén.
En lo que respecta a la historia del cuadro, se encuentra en 1648 en Padua, en la Casa Contarini; pero ya en 1686
figura entre las obras que decoran el Real Alcázar de Madrid, con lo que pudiera ser que Velázquez la comprara
entre 1649 y 1651 con motivo de su segundo viaje a Italia.
7. Esta obra es de bulto redondo, lo que significa que se puede ver en todos
los ángulos, pero el punto de vista preferente es el frontal.
En esta escultura predominan las armonías de contraste. Hay tres:
Primera armonía: Los ejes del cuerpo de Jesús (líneas quebradas) se
contraponen a los pliegues curvilíneos y angulados de los vestidos de la
Virgen María.
Segunda armonía: El brazo derecho de Jesús cae inerte. Éste se
contrapone al brazo izquierdo de la Virgen, que esta lleno de vida y
conmiseración
Tercera armonía: Los pliegues de la Virgen con oquedades forman
contrastes de claroscuro. Estos se contraponen a las superficies claras y
lisas del cuerpo de Jesús, expresados en "sfumato".
Representa el ideal de belleza del renacimiento
La Virgen María, joven, bella y piadosa cuyas vestiduras se expanden con
numerosos pliegues, sostiene a Cristo muerto y que, intencionadamente,
aparenta mayor edad que la madre, en una composición triangular
sosegada y llena de ternura. La juventud de la Virgen María es muestra del
idealismo renacentista: se trata de representar el ideal de belleza y
juventud, una madre eternamente joven y bella.
8. Vasari dice de ella «es una obra a la que ningún artífice excelente podrá añadir nada en
dibujo, ni en gracia, ni, por mucho que se fatiguen, ni en fortaleza, en poder de finura,
tersura y cincelado del mármol».
La obra fue encargada por el cardenal de san Dionisio Jean Bilhères de Lagraulas o de
Villiers, benedictino embajador del monarca francés ante la Santa Sede, al que el autor
conoció en Roma. El contrato entre el artista y el cliente se firmó el 26 de agosto de
1498, y en el que se estipulaba, además del pago de 450 ducados de oro, que habría de
estar terminada antes de un año, y en efecto, dos días antes de cumplirse el plazo la
obra maestra ya estaba terminada, cuando el cardenal había muerto unos días antes,
por lo que su primer emplazamiento fue sobre la propia tumba del prelado en la
Capilla de Santa Petronila del Vaticano. La Piedad fue trasladada en 1749 a su
ubicación actual en la Basílica de San Pedro, la primera capilla a la derecha.
Fue la primera vez que el artista aborda este tema iconográfico, luego repetido a lo
largo de su vida con diversos tratamientos, que ponen de manifiesto su evolución
artística y espiritual. La última de esta serie de Piedades sería la denominada Piedad
Rondanini, que dejó inacabada al caer enfermo y morir, y cuyo patetismo, que anticipa
el barroco, nada tiene que ver con la serenidad clásicamente renacentista de esta obra
de juventud.
Cuando la obra fue finalizada y entregada, algunos pusieron en duda que hubiera sido
Miguel Ángel el verdadero autor de la misma dudando de él por su juventud. Al
enterarse, Buonarroti en un arranque de furia grabó a cincel su nombre en la escultura,
siendo esta la única obra firmada del artista. En la cinta que cruza el pecho de la Virgen
puede leerse: «Michael A[n]gelus Bonarotus Florent[inus] Facieba[t]» («Miguel Ángel
Buonarroti, florentino, lo hizo»).
9. IMÁGENES DEL RENACIMIENTO ESPAÑOL
1.-EN ARQUITECTURA:
Fachada plateresca de la Universidad de
Salamanca
AUTOR: DESCONOCIDO
10. La fachada de la Universidad de Salamanca se construyó entre 1529 y 1533, pero se
desconoce su autor. Fue una obra promovida por los Reyes Católicos, pero llevada a
término durante el reinado de Carlos V. Es el mejor ejemplo de arquitectura
plateresca, que se caracteriza por el uso de elementos decorativos en las fachadas de
los edificios. El estilo plateresco se desarrolló en Castilla durante el primer tercio del
siglo XVI siendo el primer episodio del Renacimiento en España.
La fachada de la Universidad de Salamanca es un añadido plateresco a un edificio
de estilo gótico. Se ajusta al modelo de fachada-retablo; sobre la portada gótica,
formada por dos arcos carpaneles separados por un mainel, se desarrolla un retablo
arquitectónico que contiene un denso programa iconográfico en el que se ensalza la
Monarquía hispánica y se muestra los dos caminos entre los que hay que elegir en la
vida, la virtud y el pecado.
La fachada se estructura en tres pisos separados por frisos, cinco calles entre
pilastras y una crestería que la corona.
El centro del primer piso lo ocupa el medallón de los Reyes Católicos: Isabel y
Fernando sujetan el cetro de mando para simbolizar la unión de Castilla y Aragón;
aparecen grabados los nombres en mayúsculas de FREDINAND y ELISABETHA,
acompañados por sus símbolos identificativos, el yugo y las flechas; en el medallón
se lee en griego la leyenda "Los Reyes para la Universidad y ésta para los Reyes",
símbolo de unión entre la Universidad y la Monarquía. El medallón está flanqueado
por dos panales decorativos a cada lado.
11. Fachada de la Universidad de Salamanca (detalle).
El medallón de los Reyes Católicos ocupa el panel central del primer piso de la
fachada de la Universidad de Salamanca.
El panel central del segundo piso está ocupado por el escudo de Carlos V con el
toisón de oro. A la derecha el águila de san Juan y a la izquierda la bicéfala de los
Habsburgo. En los paneles de los extremos las efigies, una masculina y otra
femenina, para unos las de Carlos V e Isabel de Portugal, para otras las de Hércules
y Hebe, símbolos protectores de la Monarquía. Sobre los paneles laterales, dentro
de veneras, las imágenes de Alejandro Magno y Escipión el Africano, ilustres
generales de Grecia y Roma, y Jasón y Medea, amantes de la literatura.
12. Fachada de la Universidad de Salamanca (detalle).
El segundo piso de la fachada de la Universidad de Salamanca está decorado con motivos heráldicos: a la
izquierda el águila bicéfala de la Casa de Habsburgo, en el centro el escudo de Carlos V y a la derecha el águila de
san Juan, símbolo de España desde los primeros tiempos de la Reconquista.
En el centro del piso superior aparece el papa Martín V en cátedra entregando las 34 constituciones por las que se
regía la Universidad de Salamanca. En el panel izquierdo aparece Venus, diosa del amor licencioso, a su
izquierda su amante Marte, sobre una balanza y un casco de visera baja, y a su derecha Baco, dios del vino,
coronado con una guirnalda. En el panel derecho aparece Hércules, dios de la honestidad y protector de
Hispania, acompañado por los esposos Teseo, símbolo de la virtud por haber capturado un ladrón, y Fedra,
símbolo de la traición por pretender el amor del hijastro en ausencia del marido.
La crestería está decorada con grutescos.
En la pilastra derecha aparece una calavera con una rana, símbolo de la lujuria y la muerte.
La decoración aumenta en tamaño desde el piso inferior al superior y disminuye en densidad con el fin de que
el ojo pueda ver con la misma nitidez las imágenes de cada piso.
13. Fachada de la Universidad de Salamanca (detalle).
La rana sobre una calavera es uno de los motivos decorativos más conocidos de la fachada de la
Universidad de Salamanca. Simboliza el pecado de la lujuria y la muerte.
La fachada de la Universidad de Salamanca debe su importancia a ser la obra más destacada
del estilo plateresco, primero de los estilos renacentistas que se desarrollaron en España.
El modelo renacentista italiano no es identificable con claridad en nuestro país debido, entre
otras circunstancias, a la imposibilidad de trazar una frontera rígida entre el último gótico y lo
que llamamos Renacimiento. Por otro lado, en cada uno de los reinos que conformaban la
Monarquía Hispánica (lo que hoy llamamos España, más o menos) existían unas características
culturales y extra culturales que aportaban una cierta singularidad al conjunto (influencia del
arte islámico, desarrollo del estilo mudéjar, etc.).
14. Condicionantes sociales y políticos que nos ayudan a entender el renacimiento español:
La sociedad hispánica del 1500 tenía un componente mercantil muy débil en casi todo
el territorio peninsular; sólo Cataluña y Valencia escapaban a esta debilidad, dado el
empuje económico que ambos territorios experimentaron durante la Baja Edad Media.
No era la hispánica, por tanto, un sociedad crecientemente burguesa. Por el contrario,
la nobleza retenía en sus manos un enorme poder económico, aunque políticamente
viera recortadas sus prerrogativas por el Estado monárquico, con una tendencia clara a
la centralización y al absolutismo político. Es esa forma política del Estado la que
explica la inexistencia de ciudades-estado o repúblicas en su territorio, como era
frecuente en la península italiana y también en Alemania; al contrario, la sujeción
impuesta a los municipios por los Reyes Católicos a finales del s. XV, y luego
acentuada tras el aplastamiento de la revuelta de las Comunidades de Castilla (15191521), tuvo como consecuencia una escasa iniciativa cultural y artística por parte de las
ciudades. Todo esto explica que el renacimiento español quede circunscrito a los
dictados de la Corte, la Iglesia Católica y la Nobleza, que serán las instituciones y
personas que impulsen el desarrollo del arte y, por tanto, la función que éste
desempeñará. Este hecho supone una clara diferencia respecto al Renacimiento en el
resto de Europa, donde la burguesía y, en conjunto, la sociedad civil impulsan el
desarrollo de las artes.
15. En España hay que subrayar de modo especial la continuidad Edad MediaRenacimiento, por la pervivencia de formas de poder, propiedad y mentalidad
medievales en los siglos XV y XVI. Esta pervivencia la constataremos en la
evolución de las formas artísticas, dada la efectiva pervivencia de las formas
góticas y mudéjares (medievales), combinadas con las nuevas formas italianas
(renacentistas), cuya entrada se ve facilitada por la intensa relación de los puertos
mediterráneos españoles con Italia a lo largo de la Baja Edad Media, y al
intercambio de materiales y de artistas entre los distintos estados italianos y los
territorios de la Monarquía Hispánica.
17. El tiempo convenido para la terminación de la obra era de siete años. Las figuras
representadas eran las de doce apóstoles y Cristo mismo, los cuales eran pintados a
través de modelos de personas vivas.
El modelo vivo para la pintura de Jesús fue elegido primero cuando se decidió que Da
Vinci pintaría ese cuadro. El pintos vio a centenares de jóvenes buscando encontrar una
cara y una personalidad limpia de pecados. Finalmente luego de semanas fue
encontrado un joven para la representación de Cristo.
Pasó el tiempo y una por una fueron elegidas las personas que encajaban en la
representación de once apóstoles. Pero faltaba uno, Judas, el apóstol que traicionó a
Jesús, por semanas Da Vinci buscó a un hombre de rostro duro, un rostro marcado por
años de avaricia alguien que traicionaría a su amigo. Pasó el tiempo y en Roma, en una
cárcel, un hombre que estaba condenado a la pena de muerte.
Con el permiso del rey este preso fue llevado a Milán donde el fresco sería pintado, por
seis meses el preso se sentó ante Da Vinci en las horas designadas cada día. Ese preso
antes de volver a prisión le dice a Da Vinci llorando que él había sido pintado como
Cristo hacía siete años.
Esto enseña la lección del pensamiento correcto e incorrecto y cómo influyen en
nuestras vidas. Un joven puro, que hacía siete años había representado a Cristo pero
que durante siete años siguió una vida de crimen y pecado cambió y fue visto como
una persona perversa.
La última cena de Leonardo Da Vinci es un fresco de 4.60x8.80 metros pintado entre
1495 y 1498 en la pared del refectorio de la iglesia de Santa María delle Grazie (Milán),
elegida por el duque Ludovico como capilla y mausoleo de familia.
18. Es una obre muy deteriorada hoy en día por la humedad y la técnica utilizada por Leonardo y
restaurada varias veces, se aprecian aún los rasgos de estupor, edad, temor y carácter de los
apóstoles en contraste con el blanco del mantel y el colorido de sus vestimentas.
Usando la horizontalidad teatral pinta una gran mesa cuadrada, con los apóstoles alineados
sentados alrededor de ella con Jesucristo en el medio y detrás una sala grande con ventanas al
exterior viéndose un paisaje montañoso en ellas todo bajo un techo de madera (con visibles vigas
de madera) todo elaborado con formas cuadradas (ventanas, mesas, caídas del mantel, techo) no
hay ningún arco.
Leonardo ilumina la escena con luz artificial a su conveniencia también, prescinde de la
iluminación natural que suministran las ventanas traseras y solo la usa para iluminar la cabeza de
Cristo durante ese momento que anuncia la traición de Judas para dar un contraluz.
Si comenzamos a parcelar el cuadro en celdillas exactamente iguales y retocamos valores de brillo,
color y contraste del mismo utilizando un moderno editor de imágenes descubriremos como debajo
de la oscuridad reinante aparece unos bellos tapices en las paredes, una especie de reja o dibujo
entre brocados y rémales.
Disposición de los apóstoles: Se distribuyen en grupos de tres entablando gestos, miradas
,”diálogos”, complicidad en un juego de distribución que armoniza su organización, entre todo esto
destaca una curiosidad entorno a esta figura ya que entre ella y la figura de Jesús formarían una
“M”, atendiendo a las líneas del contorno e imaginaría unión de sus cuerpos, la “M” de María o de
Magdalena pero existe en este cuadro una doble “M”, la segunda sería la que formarían con sus
cuerpos los apóstoles Felipe y Mateo (tercero y cuarto a la izquierda de Jesús tal y como se mira el
cuadro o de izquierda a derecha) siendo esa segunda “M” la estructura central del conjunto
izquierdo del cuadro finalizando o iniciándose en la espalda del autorretrato del mismo Leonardo.
19. El cuadro no aparece firmado por el artista de Vinci, en su lugar existe una firma
metafórica, se trata de unos nudos en los extremos del mantel a la llamada manera
Vincesa, una curiosa forma de decir que la obra pertenece a, sin dudas, Leonardo Da
Vinci.
Leonardo realiza la composición de la figura de Jesús inscripta dentro de un triángulo
equilátero, que en la geometría sagrada es la representación de la divinidad.
Si nos basamos en un análisis técnico podemos decir que la obra es una obra
renacentista del siglo XVI tiene algunas características renacentistas como por ejemplo:
-Movimiento (en los pliegues de la ropa de los apóstoles y en los gestos)
-Naturaleza (en fondo de las ventanas)
-Técnica del fresco
-Colores Intensos
-Temas Religiosos
El fresco que utilizo Da Vinci no era un fresco tradicional sino un mural ejecutado al
temple y óleo sobre dos capas de preparación de yeso extendidas sobre enlucido.
El cuadro original mide 4.6 metros de alto por casi 10 metros de longitud.
Este cuadro se encuentra en la pared que se pinto originalmente: El refectorio de Santa
María de las Gracias en Milán.
Da Vinci retrata el momento en que Jesús dice a sus apóstoles “uno de ustedes me
traicionará”, en ese momento Leonardo representa las reacciones de los doce
apóstoles, algunos se asombran y hacen como que no escucharon bien, otros se
espantan y finalmente Judas, retrocede al sentirse aludido, también se puede notar la
bolsa con las monedas en sus manos.
21. Isidoro Bosarte (viajero y escritor del finales del siglo XVIII) hizo un comentario de la obra:
… [el retablo] consta de ocho columnas de dos cuerpos y entre las columnas del primero se
contiene un sepulcro del Señor con las figuras de la V., San Juan, la Magdalena, Santa María
Salomé y los Santos Varones, figuras todas mucho mayores que el tamaño natural […]
El conjunto está compuesto por siete figuras de tamaño mayor que el natural, independientes
cada una salvo el grupo formado por la Virgen y San Juan. Todos los componentes están situados
en una puesta en escena teatral y muy atractiva para el espectador. Cada personaje tiene su
cometido y así lo demuestran en las actitudes y en los objetos que portan. El grupo está
policromado con una gran calidad pictórica acorde con el gran valor escultórico que presenta.
En el centro se halla la figura de Cristo yacente, depositado en lo que será su ataúd. Los demás
personajes proceden a su embalsamamiento. En la esquina de la izquierda y muy cerca del
espectador, José de Arimatea muestra con gran patetismo una espina de la corona que se había
quedado clavada en la cabeza de Cristo. En la esquina contraria está Nicodemo que parece
dialogar con María Magdalena. Su mano izquierda reposa en una jarra y con la derecha sostiene
un paño con el que se supone está limpiando el cuerpo del fallecido. Tras él y de pie está María
Magdalena que se inclina con dolor y cariño hacia el cuerpo mientras sostiene en su mano
izquierda el tarro con ungüentos. En el centro y detrás del yacente se encuentra el grupo de María
y Juan; María se inclina entristecida hacia su hijo mientras Juan acude cariñoso a consolarla.
Finalmente, y detrás de José de Arimatea puede verse de pie la figura de María Salomé que sujeta
con su mano derecha un paño de limpieza y con la izquierda la corona de espinas que acaban de
sacarle al Cristo. El equilibrio del conjunto es perfecto.
22. IMÁGENES DEL RENACIMIENTO FRANCES
1.-EN ARQUITECTURA:
Castillo de Chambord
AUTOR: COMENICO DA CORTONA
23. El diseño original del Castillo de Chambord fue hecho por Domenico da Cortona,
pero fue cambiado durante los veinte años de su construcción (1519–1539).
Aunque se cree que Leonardo da Vinci estuvo implicado en el diseño original
siendo invitado por el rey Francisco I, vivió y trabajo en Clos Lucé, cerca de
Amboise. Fue enterrado en la Capilla de Saint-Hubert del Castillo de Amboise.
En el castillo se destacan ocho torres inmensas, 440 habitaciones, 365 chimeneas, y
84 escaleras. Cuatro vestíbulos rectangulares saltados sobre cada piso forman una
forma enfadada, que se encuentra en el centro. Uno de los toques de luz
arquitectónicos muy famosos entre con el gran público, es la hélice doble de la
espectacular escalera abierta donde la gente puede ascender y descender al
mismo tiempo sin toparse con la otra persona.
Iniciado en 1519, este cuerpo central del castillo aunque de construcción francesa,
con sus torres de ángulo, ya está inspirado en la arquitectura italiana con sus
fachadas y molduras horizontales. Está rematado por una torre linterna decorada
alrededor de la cual se despliegan las terrazas.
24. En su centro se eleva la famosa escalera de tramos dobles cuyo decorado esculpido es una de las
obras maestras del Renacimiento francés.
Adornada con dos pliegues espirales imbricada a un núcleo hueco, le permite divisar desde uno
de los dos tramos a las personas que toman la otra sin llegar a cruzarse.
Alrededor de esta escalera se comunican cuatro salas que forman una cruz y que se distribuyen
cuatro partes de vivienda. La excepción de Chambord reside en esta opción totalmente nueva
del plano centrado Ésta podría haber sido obra de Leonardo Da Vinci, como afirma la tradición,
pero no hay ninguna prueba que permita confirmarlo.
El torreón está rematado por las terrazas que ofrecen a la vez el espectáculo de sus múltiples
torres rematadas por altos tejados de pizarra y un magnífico panorama sobre la propiedad.
Una galería une el torreón con la capilla que empezada por Francisco I, no se terminó por Jules
Hardouin Mansart hasta la orden dada por Luis XIV. De dimensiones excepcionales, ocupa dos
pisos.
25. Se unieron dos partes a tabicar el vestíbulo norte, para respetar las reglas de etiqueta
que exigían que la suite real esté colocada en el centro de la fachada principal. Fue
habitada sucesivamente por Luis XIV, Estanislao Leszczynki y luego por el mariscal
de Sajonia.
Los aposentos del siglo XVIII
Chambord nunca estuvo tan habitado como durante el Siglo de las Luces. Para
evocarlo, según el gusto de los criterios de confort de la época: volúmenes reducidos
por la creación de recámaras, techos rebajados, chimeneas, empotradas en las
grandes chimeneas del siglo XVI.
El castillo está rodeado por 52,5 km² de árboles, que forman un bosque de 31
kilómetros. El castillo es un cuadrilátero en cuyo interior se sitúa el torreón contra el
lado norte. Dentro del torreón, en el cruce de los grandes vestíbulos perpendiculares
a los que dan aposentos, la escalera de tramos dobles une las circulaciones verticales
y horizontales y le permite subir a las terrazas o bajar hacia el patio. Al salir de una
sala, si se encuentra en un vestíbulo con ventanas en un extremo y la gran escalera
esta visible.
Durante más de ochenta años después de la muerte de Francisco I, los reyes
franceses siguientes no le dieron atención al castillo dejando que se deteriorará con
el paso del tiempo. Finalmente, en 1639 el rey Luis XIII lo dio a su hermano Gastón
d'Orléans, quien evitó que el castillo cayera en la ruina restaurándolo
27. Eva Prima Pandora es un cuadro del pintor Jean Cousin el Viejo, realizado en 1550, que se
encuentra en el Museo del Louvre desde 1922.1
La obra ha sido considerada el primer gran desnudo pintado por un artista francés, que formó
parte del nacimiento y desarrollo del manierismo francés en la segunda mitad del siglo XVI en
torno a la Escuela de Fontainebleau. Este trabajo es la única obra de pintura inequívocamente
atribuida al artista, a menudo confundido con su hijo y es uno de los dos grandes pintores
franceses del Renacimiento.
El autor realiza una curiosa simbiosis entre una pintura de temática mitológica y una de temática
religiosa. Representa a una mujer recostada en una cueva, posiblemente siguiendo el modelo de la
Venus de Urbino, de Tiziano, pintada poco más de una década antes. La obra está identificada por
un cartel que relaciona al personaje mitológico de Pandora, primera mujer y origen de los males
del género humano según la mitología griega, con la Eva bíblica, también partícipe de la caída del
género humano en el pecado.
Al fondo, está representada una ciudad tras un lago con reminiscencias de la técnica del sfumato
de Leonardo da Vinci. La cueva recuerda a las reproducidas en la Virgen de las rocas del mismo
Leonardo.
En el cuadro están los símbolos de la calavera, alusiva a la muerte relacionada con la protagonista,
la serpiente enredada en el brazo izquierdo, que recuerda el relato bíblico del engaño de la
serpiente a Eva en el Paraíso, la rama de manzano que recuerda al fruto prohibido y la jarra que
señala a la caja de Pandora de la que salieron los males de la humanidad.
Desde que se desarrolló el arte paleocristiano se relacionó el mito griego con el relato bíblico del
Génesis por ser ambas mujeres, Eva y Pandora, símbolo de la curiosidad y la responsabilidad en la
caída del ser humano.
28. IMÁGENES DEL RENACIMIENTO ALEMAN
1.-EN ARQUITECTURA:
Iglesia Jesuita de San Miguel en Múnich
AUTOR: GUILLERMO V DE BAVIERA
29. La antigua iglesia jesuita de San Miguel en Múnich (48°08′20″N 11°34′14″E) es la
iglesia renacentista más grande al norte de los Alpes. Fue edificada por el duque
Guillermo V de Baviera entre 1583 y 1597 como centro espiritual de la
Contrarreforma. Su estilo tuvo una gran influencia sobre la arquitectura del primer
Barroco en el sur de Alemania.
El templo se erigió en dos etapas. En la primera (1583-88), se levantó según el
modelo de la iglesia del Gesù de Roma con una bóveda de cañón, obra de un
arquitecto desconocido. Esta bóveda era la mayor del mundo después de la de San
Pedro del Vaticano en Roma, con más de 20 metros. Acabada la iglesia, se dudó de la
estabilidad de la bóveda. No obstante, fue la torre la que se vino abajo en 1590,
destruyendo el coro recién acabado. El duque Guillermo V lo tomó como un mal
presagio y planeó edificar una iglesia aún mayor. Por ello, en una segunda etapa
constructiva que acabaría en 1597, Friedrich Sustris levantó sobre la nave que había
quedado un nuevo coro y un transepto que no habían sido proyectados en el plan
original.
La fachada es muy grande y contiene estatuas de miembros de la dinastía
Wittelsbach. La gran estatua de bronce de Hubert Gerhard que hay entre las dos
entradas muestra al Arcángel Miguel luchando por la Fe y matando al Diablo en
forma de dragón.
30. El interior contiene la tumba de Eugène de Beauharnais, erigida por el gran escultor
Bertel Thorvaldsen en 1830. Eugène fue hijo de Josefina de Beauharnais, primera
mujer de Napoleón, y de su primer marido el general Alexandre de Beauharnais. Se
casó con una hija del rey Maximiliano I de Baviera en 1806 y fue nombrado Duque
de Leuchtenberg en 1817. En el transepto, a la derecha, hay una cruz de Giovanni da
Bologna.
La cripta alberga entre otras las tumbas de algunos miembros de la dinastía
Wittelsbach:
Guillermo V, Duque de Baviera (1579-1597)
Maximiliano I, duque y elector de Baviera (1597-1623)
Rey Luis II de Baviera (1864-1886)
Rey Otón I de Baviera (1886-1913)
Luis Fernando de Baviera (1859-1949) y la infanta María de la Paz de Borbón, hija
de Isabel II (1862-1946)
Durante la Segunda Guerra Mundial sufrió daños y fue restaurada en 1946-48.
Finalmente, entre 1980 y 1983, los relieves de estuco de la nave fueron restaurados.
32. La Crucifixión es la escena representada en los dos paneles centrales del Retablo de
Isemheim cuando está cerrado, obra maestra del pintor alemán Matthias Grünewald.
El retablo elaborado entre los años 1512 y 1516. Esta tabla central es la imagen más
conocida de dicho retablo, y mide 269 cm de alto, y 307 cm. de ancho. Está pintado al
temple y óleo sobre panel de madera de tilo. Se encuentra en el Museo de
Unterlinden en Colmar (Francia).
Esta imagen de la Crucifixión se ve con el retablo cerrado. Es una imagen dotada de
una dramática expresividad.
El eje central es la Cruz en la que está Jesucristo, ligeramente descentrado. Jesucristo
está crispado, y casi putrefacto, con heridas purulentas. La cruz de madera ha sido
realizada a partir de un árbol groseramente tallado. Su brazo horizontal se comba al
sostener el cuerpo imponente de un hombre martirizado, retratado en el último
espasmo que precede a la muerte. Las manos clavadas a la cruz parecen
contorsionarse convulsamente, los brazos se extienden desarticulados por encima de
la cabeza reclinada sobre el pecho, cubierta de una impresionante corona de espinas;
la boca deshecha por el dolor parece haber exhalado ya el último suspiro.
33. Ernst Gombrich comenta en estos términos la escena:
Como un predicador de la Pasión, Grünewald no ahorró nada para expresar
los horrores de la cruel agonía: el cuerpo moribundo de Cristo está deformado
por la tortura de la cruz; las espinas de los látigos penetraron en las heridas
supurantes que recubren toda la figura. La sangre de color rojo oscuro
contrasta claramente con el verde pálido de la carne. Cristo crucificado
expresa el significado de su sufrimiento a través de las facciones y del
conmovedor gesto de las manos.
Junto a la cruz se encuentra María, con velo y blanco hábito monacal, con un
rostro que parece bellísimo en la palidez del agotamiento. No es una figura
resignada, sino angustiada al descubrir el cuerpo de su hijo crucificado. Se
retuerce las manos hasta hacerse daño.
A la Virgen la sostiene piadosamente san Juan vestido de rojo, cuyo corte de
pelo y rasgos faciales tienen el aire de un joven estudiante alemán.
A los pies de ellos, la Magdalena implora a Cristo. Viste un amplio manto
color rosa, se retuerce en el lamento y tiende las manos juntas hacia la cruz.
Envejecida, la Magdalena se tiende como un arco, con el cuerpo y con los
brazos, y mira angustiada, a través del velo que le cae sobre los ojos, el cuerpo
martirizado de Cristo.