Este documento discute la feminización de la profesión docente. Argumenta que la enseñanza, especialmente en la educación infantil y primaria, se considera una extensión del trabajo maternal de las mujeres. También señala que muchas mujeres eligen esta profesión para complementar el salario de sus maridos, y que los hombres a menudo la ven como una ocupación femenina con poco reconocimiento social y económico. Finalmente, sugiere que la falta de modelos masculinos en la educación puede afectar negativamente el desarrollo de la personalidad