2. La evaluación del profesorado es una práctica
que carece de tradición en nuestro sistema
educativo.
Con la LOGSE (Ley Orgánica General del
Sistema Educativo) se introdujo la exigencia
de evaluación del profesorado, como parte de
la evaluación del sistema educativo propuesta
para garantizar la calidad de la enseñanza,
pero el desarrollo efectivo de la norma ha sido
poco significativo.
3. Se relaciona con el control, orientado
a la toma de decisiones sobre
condiciones profesionales y
laborales, y la mejora de la actividad
educativa y docente, orientada hacia
el desarrollo personal y sus
necesidades formativas.
4. Evaluar las competencias educativas o
docentes del profesorado en distintos
momentos del proceso educativo es una
modalidad coherente con el enfoque
competencial actual.
5. Evaluar para mejorar la
actuación docente y el
desarrollo del profesorado
como medio para mejorar la
calidad educativa, suscita un
mayor interés.
6. evaluar para desarrollar las
competencias educativas y
docentes del profesorado, y
debería integrarse dentro de los
planes de desarrollo profesional,
de formación permanente o de
aprendizaje a lo largo de vida.
7.
8. 1) Reflexión sobre la propia
tarea y sobre lo que acontece
en el contexto en el que ésta
se desarrolla. En
consecuencia un proceso de
evaluación para mejorar la
calidad de la enseñanza
debe incluir condiciones para
la reflexión y promoverla
individuamente y en los
equipos educativos.
9. 2) Motivación para el cambio. Cuando existe
una fuerte motivación interna para aprender,
la evaluación se constituye en una estrategia
de ayuda para identificar fortalezas y
debilidades y encontrar sugerencias
operativas de mejora. Conocer la motivación
inicial para el aprendizaje y el cambio, del
profesorado que participa en un proceso de
evaluación permite pronosticar el éxito y
diseñar un plan adecuado.
10. 3) Integración de las metas individuales
e institucionales. Los cambios que se
suscitan a partir de la evaluación del
profesorado, no siempre se orientan en
la dirección de los objetivos y de las
prácticas instituidas en los centros. De
igual modo la institución educativa puede
detectar necesidad de cambios difíciles
de asumir por el profesorado.
11. la evaluación del profesorado
debe respectar las cuatro
características consideradas
normativas para cualquier
proceso evaluativo: utilidad,
precisión, viabilidad y ética.